Tearmoon Teikoku Monogatari (NL)

“¡Bandidos! ¡Los bandidos están atacando!”

En el momento en que escuchó el grito urgente del exterior, Mia se dio cuenta de que había cometido un grave error.

Oh, lunas. Lo he estropeado. Se suponía que debía ser una espectadora, pero me he convertido en una participante.

Lo único que le impedía tener un ataque de nervios en el acto era saber que ella tenía a Dion Alaia, y el enemigo no. ¡El mejor del Imperio, y posiblemente el más temible del continente, estaba aquí — y de su lado! Como veterana cazadora de Dion, Mia sabía muy bien lo importante que era este último punto.

Deberíamos estar bien. Son sólo bandidos. Los bandidos no pueden ser tan malos…

Eso fue lo que se dijo a sí misma. ¡Y funcionó! Por una vez, no se acobardó al primer olor de problemas.

Es decir, Sion y su gran cabeza podrían bajar la guardia ante los bandidos y acabar matándose, pero yo no. ¡Yo nunca bajo la guardia! ¡Oho ho! ¡Por pura coincidencia, puede que haya cargado justo en el centro de una situación muy peligrosa, pero está bien!

A pesar de su precaria posición, Mia seguía confiando plenamente en sí misma. Había hecho sus deberes. Estaba totalmente preparada para hacer frente a todas las eventualidades de este viaje. Excepto la actual. Pero todo lo demás iba viento en popa. Por no hablar de que había conseguido comprar algunos manjares raros, y eso ni siquiera estaba en el itinerario. Todo lo que tenía que hacer era arreglar este pequeño agujero del tamaño de un bandido en su plan, y estaría lista para partir. No podía ser tan difícil.

“Señorita Mia…”

Oyó su nombre susurrado con una voz cargada de inquietud. Al volverse hacia ella, encontró a una nerviosa Esmeralda casi pegada a Nina. Era, para ser sinceros, un espectáculo bastante lamentable.

Dulces lunas, sé que está asustada, pero ¿abrazar a su doncella de esa manera? Es terriblemente infantil.

Mia miró a Anne. Su propia doncella estaba visiblemente ansiosa, pero no mostraba signos de perder la calma.

Sé que yo nunca me comportaría así, por muy asustada que estuviera. A veces abrazo a Anne, sí, pero es para ayudarla a calmarse. Lo hago por ella, nunca por mí, pensó, negando con la cabeza. Sinceramente, Esmeralda puede ser una gata asustada a veces. Ninguna dama que se precie debería dejarse ver haciendo algo tan vergonzoso.

“No pasa nada, Esmeralda”, dijo Mia, sonriendo tranquilizadora. “Los bandidos como estos no darán problemas a mis guardias. Se acabará antes de que te des cuenta.” Pero me pregunto… ¿Qué habría pasado si yo no hubiera estado aquí? ¿Qué habría pasado?

Los comerciantes de la peregrinación probablemente habrían alcanzado al grupo de Esmeralda y se habrían adelantado, donde habrían sido atacados por los bandidos. Durante esa batalla, Sion habría perdido la vida.

Pero espera. El horario de viaje de Esmeralda cambió desde antes. Lo arreglé yo misma. Estamos a un par de días del original…

Por lo tanto, los bandidos no deberían haber aparecido con un horario tan perfecto. Por otra parte, seguían en la misma ruta, así que…

Hm, algo de esto me molesta. Esmeralda es de una de las Cuatro Casas, así que puedo ver por qué la gente podría ir tras ella…

Frunció el ceño concentrada, tratando de deducir las implicaciones de esta línea de pensamiento.

¿Estaba Sion obligado a unirse a la expedición de caza de bandidos? ¿O las cosas habrían resultado diferentes si él no se hubiera involucrado? Tenía la impresión de que toda esta situación de los bandidos formaba parte de una conspiración para asesinar a Sion, pero tal vez en realidad estaban tratando de poner sus manos sobre Esmeralda…

La única información en las Crónicas era que Sion había muerto. No había forma de descubrir la secuencia de eventos que había llevado a este resultado.

Tengo la sensación de que, sea lo que sea lo que ocurre entre bastidores, es bastante complicado — ¿Eh?

Un repentino peso en el pecho la sacó de sus pensamientos. Esmeralda se había lanzado de repente sobre Mia.

“¿Qué — Esmeralda? ¿Qué estás haciendo?”

Tuvo que forcejear un poco con Esmeralda para aflojar su fuerte abrazo. Sólo entonces encontró lágrimas en los ojos de su amiga. Sin embargo, esto no impidió que Esmeralda pusiera el frente valiente menos convincente de los últimos tiempos.

“S-Señorita Mia, sólo para que sepa… ¡S-Si está asustada, está bien! Estoy aquí para ti. Si pasa algo, t-t-te protegeré con mi vida. Lo juro por mi honor como Etoiline. Mis soldados también. Estoy segura de que arriesgarán sus vidas por nosotras. Probablemente… ¡A-Así que no te preocupes — Eeek!”

Esmeralda casi saltó cuando el carruaje crujió antes de acomodarse — mal, pero por Dios que lo intentaba — a su personaje de “puedes contar conmigo”. Mia casi podía ver las dos mitades de ella, la hermana mayor y la damisela aterrorizada, ambas compitiendo por el control.

¿Y si, durante la revolución, Esmeralda hubiera venido conmigo? ¿Si hubiéramos intentado huir juntas? ¿Se habría sentido un poco así? se preguntó.

En la línea temporal anterior, los Greenmoon habían huido de forma preventiva al extranjero, echando por tierra toda esperanza de una huida conjunta de ambas. Abandonada a su suerte, el miedo y la duda habían sido los únicos compañeros de Mia durante su desafortunada huida. Si hubiera estado acompañada por una Esmeralda nerviosa, podría haber ayudado a calmar sus nervios…

Oh, bueno. Supongo que esto no es tan malo. Es decir, está invadiendo totalmente mi espacio personal, pero estoy segura de que está bastante asustada, así que le perdonaré esta ofensa.

Las circunstancias habían puesto a Mia en un estado de ánimo extremadamente indulgente. No es algo que se vea todos los días.

Mientras los miembros del carruaje de Mia estaban ocupados en su “¿Tienes miedo? Porque yo no tengo miedo”, el ambiente en un vehículo vecino era muy diferente. Tiona y Liora, las residentes de peso en la batalla (según la medida de Mia), estaban revisando sus arcos y flechas.

“Liora, ¿puedes darles desde aquí dentro?”

“Sí, puedo… Sin problemas.” Liora sonrió y asintió con confianza.

“Bien. Si es necesario, yo también ayudaré. Creo que probablemente pueda acertar mis tiros, al menos…”

“Apunta al cuerpo… Puede que lleven armadura… Pero es más fácil acertar cuando estás lejos… Y si les atraviesa la garganta… entonces tienes suerte.”

Luego, en el vagón de al lado, el ambiente volvía a ser diferente. Sus pasajeros estaban enfrascados en una conversación de carácter menos marcial.

“¡Vaya! ¿Me estás diciendo que voy a ver al general Dion en la batalla?”

“¿Hm? ¿Sabes quién es Dion?”, preguntó una desconcertada Citrina.

Bel, emocionada, levantó las manos en el aire. “¡Claro que lo sé! Es mi héroe. Hizo mucho por mí.”

“¿Lo hizo? Huh. Bueno… me alegro por ti entonces, supongo.”

Aunque no estaba del todo convencida de la respuesta de Bel, Citrina sacudió la cabeza y el pensamiento de su mente. Lo que Bel había dicho no coincidía con sus investigaciones anteriores, pero eso no importaba. La veracidad de esos informes podía esperar. Ahora mismo, su querida amiga iba a hablar de su pasado, y eso era mucho más importante. Entre investigar un posible fallo de inteligencia y disfrutar de la conversación con su amiga, Citrina eligió lo segundo. Su sistema de valores había completado su transformación en el de una verdadera chica noble.

“Entonces, ¿te gustan los hombres fuertes como él, Bel?”

“¿Eh? ¿Hombres fuertes? Hmm… Si tuviera que elegir, entonces sí, supongo. Me gusta la gente fuerte y de aspecto atractivo.”

“Fascinante. ¿Qué tipo de personas son fuertes y de aspecto genial, exactamente? ¿Quieres decir como el Príncipe Abel?”

“Ehee hee, sólo entre nosotros dos, me gusta más la gente como el Rey Lib — quiero decir el Príncipe Sion.”

…Que el alma del abuelo Abel descanse en paz.