Saikyou Mahoushi (NL)

Volumen 14

Capítulo 81: Bestias Atroces

Parte 2

La cruda fórmula mágica fue elaborada con diligencia, y le hizo cosquillas al espíritu erudito de Alus. Su cerebro ya empezaba a girar a toda velocidad, saltando entre diferentes ideas y conclusiones lógicas. Ensambló instantáneamente una hipotética fórmula mágica y luego la desmontó para ver si había espacio para encajar la fórmula en algún lugar.

Repitiendo ese proceso de ensayo y error, Alus se volcó de lleno en la resolución del problema que debía ser la tarea de Loki. Y eso le llevó a decir:

―No sería imposible. En todo caso, habría que intentar incorporarlo a la fuerza. Es un punto de vista interesante, apropiarse del núcleo de la magia de invocación. Pero no funcionará así. Y todo será en vano si dificulta la fórmula de atributos grabada en el cuchillo.

Alus se levantó y sacó los libros de magia de invocación de las estanterías. Con ellos podrían identificar las fórmulas mágicas de todos los hechizos de invocación, eligiendo las que podrían utilizarse.

―Todos tienen fórmulas. ¿Hay algo que podamos usar…? ―preguntó Alus.

Alus había reaccionado mucho más de lo que Loki esperaba, y ella trató de llamar su atención con suaves “Uhms” y ” Disculpe”, pero con poco efecto, así que se abrazó audazmente a la cintura de Alus y le impidió moverse. No fue tan modesto, pero no se pudo evitar. Una vez que Alus estaba así, no había nada más que ella pudiera hacer.

―¿Hmm? ¿Qué estás haciendo? ―Sorprendido, Alus dejó de hojear las páginas y la miró con los ojos muy abiertos.

Loki le susurró una sugerencia al oído.

―Sir Alus, ¿cómo funcionaría Phoenix?

―¡Esa es mi interpretación del hechizo…! Ya veo, tendrían la misma edad.

Por no hablar de que he jugado bastante con esa fórmula mágica. Muy bien.

Alus recordaba perfectamente las fórmulas de los hechizos que él mismo había ideado. Phoenix era un hechizo de invocación con atributo de fuego, pero al manifestarse podía utilizar el maná de otros atributos, por lo que contenía una fórmula mágica única.

Si lo hubiera puesto en el Compendio Mágico, Alus hubiera podido recibir gloria y beneficios, pero optó por no hacer pública la fórmula. Al dejar el nombre del creador en blanco, era inevitable que algunas personas sospecharan y trataran de investigar al creador, y como él quería una vida tranquila, prefirió pasar de ello.

Phoenix también fue grabado en uno de los anillos de su AWR, por lo que muchos puntos clave habían sido abreviados. Pero en este momento, eso podría ser útil.

Sin embargo, no cabe duda de que se necesitarían varios días para crear una combinación fluida de Hechizos Perdidos. Había que colocarlos de forma que fueran lo más efectivos posible. La fórmula tampoco podía estorbar a Fire Ikazuchi y tendría que condensarse a un tamaño que pudiera grabarse en el cuchillo de Loki.

Sin duda, requeriría un número extraordinario de intentos. Para empezar, Alus abrió un monitor virtual, iniciando el software de simulación e introduciendo datos en un plano virtual. Entonces se le ocurrió algo.

―Ahora que lo pienso, Loki, ¿se te ocurrió esta idea al ver la fórmula mágica oculta tras la empuñadura del Kikuri de Tesfia?

―La idea de grabarla en la AWR surgió de ahí. Pero ya pensé que sería difícil construir la fórmula mágica y manifestar el Fire Ikazuchi de forma ordinaria. Así que decidí intentar descomponer la fórmula mágica ―dijo.

Loki sólo había consultado a Alus porque consideraba que para un humano sería imposible procesar una cantidad tan grande de información complicada de una sola vez, así que había buscado un enfoque diferente.

Había abandonado la forma tradicional de pensar y lo había revisado con una perspectiva flexible, llegando a un enfoque que nadie había visto antes. En cierto sentido, fue el colmo de la imaginación y la creación.

―Es cierto. Actualmente, hay algunos hechizos de nivel máximo que ni siquiera tienen quien los pueda usar. En otras palabras, reproducirlos es esencialmente equivalente a crearlos desde cero. Hay muchos casos de hechizos que son estrictamente confidenciales y la fórmula mágica sólo se demuestra ―Mientras el software estaba en proceso de revisar decenas de miles de patrones, Alus comenzó a hablar―. ¿Piensas reproducir el Fire Ikazuchi como un hechizo de invocación puro?

―No, no creo que el hechizo original fuera de invocación. Pero pensé que necesitaría algunas partes de la magia de invocación ―dijo Loki.

―Creo que estás en el camino correcto. Sinceramente, no sé quién creó las fórmulas de magia de vértice. Lo único que está claro es que son de una época antigua. Es una famosa colección de hechizos de atributos relámpago, pero su desarrollo y cómo se transmitieron está envuelto en el misterio ―dijo Alus.

Al pensar en ello, se dio cuenta de que debían de ser del apogeo de la investigación mágica, cuando se creaban incluso hechizos tabú. Y como los hechizos se crearon durante ese periodo caótico, muchas cosas quedaron sin aclarar. Más tarde, cuando los hechizos empezaron a considerarse tabú, los detalles se ocultaron, dejando sólo los nombres de los hechizos, almacenados en bases de datos militares o nacionales.

Pero por muy peligrosos que fueran, no se podía abandonar un poder tan vasto. Era la prueba de que la gente era consciente de la realidad y de que un mundo ideal sin armas no iba a suceder, sobre todo cuando las naciones luchaban entre sí y nuevas amenazas como los Demonios podían nacer en cualquier momento.

Sin pensar en nada de eso, Alus y Loki intercambiaron términos técnicos mientras trabajaban en los desafíos a lo largo de la noche.

Había una enorme cantidad de trabajo por hacer, incluyendo el análisis de un gran número de patrones. Definitivamente, no se podía hacer en un día o dos. Después de reducirlo todo lo posible, comenzaría el proceso de verificación. Si no conseguían ningún resultado, tendrían que empezar de cero.

Normalmente, podrían ampliar las fórmulas en su AWR, pero los cuchillos de Loki eran muy pequeños, así que el espacio era finito. Tendrían que comprimir la fórmula para que cupiera.

Era un gran obstáculo, pero eso sólo motivaba más a Alus. Había superado retos como este una y otra vez en el pasado. Veía el sentido de los retos que todos los demás abandonaban. Además, le resultaba agradable.

Pero incluso el trabajo mencionado era sólo construcciones teóricas. La certeza era necesaria a la hora de crear una AWR real. Una vez que se elaboraba una fórmula mágica, se grababa en los materiales conductores de maná que se utilizaban para fabricar las AWR y se sometía a pruebas para garantizar que la fórmula funcionara correctamente y que no hubiera ninguna insuficiencia o bloqueo en el flujo de maná. Si eso fallaba, tendrían que volver a la mesa de dibujo, habiendo perdido una gran cantidad de tiempo.

Por eso, Alus había tomado la costumbre de llamarlos examen. Porque si fallaba el examen, se creaba un pozo sin fondo de desesperación. A veces podían pasar años para buscar todos los problemas.

Alus y Loki se esforzaron durante toda la noche para mejorar la fórmula y, antes de darse cuenta, se habían dormido y no se despertaron hasta la noche del día siguiente. Loki reflexionó sobre la noche y se alegró de que ya hubiera pasado la época de exámenes y de que no hubiera clases.

Se apresuró a preparar la comida, pero teniendo en cuenta la hora a la que se habían despertado, ya era hora de cenar. Fue después de haber comido cuando sonó el tono de llamada, enviando ondas por la habitación.

Frustró a Alus, pero era ineludible mientras estuviera dentro. Como el tono de llamada era tan único, estaba claro quién llamaba. Al captar la expresión amarga de Alus y su vacilación, Loki dio un sorbo a su té en silencio. Mientras tanto, el tono de llamada continuaba sin cesar.

Si hubiera sido alguien impaciente, habría perdido los nervios por ser ignorado, pero esta persona era muy odiosa. Era una llamada del jefe del ejército, una persona de máxima autoridad, un veterano que se recostaba en un lujoso sillón del último piso del cuartel militar.

―No hay nadie en casa ―dijo Alus con brusquedad después de un momento en que la llamada entró.

―Ya veo. ¿Así que no hay nadie en casa? Entonces tendré que ir directamente a verte ―dijo la voz cansada en un tono demasiado bajo para parecer una broma.

Alus se lo esperaba, ya que el Gobernador General se había empeñado en utilizar una línea secreta. Era obvio que Berwick no llamaba para tener una charla divertida. Sería mucho más fácil para Alus si el anciano sólo llamara para divagar.

―Parece estar de mal humor, Gobernador General. ¿No cree que ha trabajado demasiado últimamente? ―preguntó Alus en tono cortés.

Berwick tenía la costumbre de cambiar la inflexión de su voz para facilitar que Alus adivinara lo que quería decir. Por supuesto, sería molesto hablar de temas serios con el mismo entusiasmo desenfadado que el de reunirse con un viejo amigo.

―Ese tipo de consideración es inusual en ti ―dijo Berwick―. Para ser sincero, me gustaría tener más aprecio, pero no viene con el trabajo.

―Entonces le sugiero que ceda su puesto a la siguiente generación ―dijo Alus, sólo parcialmente en broma. Berwick se limitó a suspirar, y Alus lo ignoró―. Bueno, ¿no hay algo con lo que quiera empezar? Esperaba que esto fuera una disculpa por lo ocurrido ―continuó enérgicamente.

Estaba claro que Berwick había formado parte del complot de Cicelnia, y no era un tema que pudiera evitar. Un pesado silencio cayó entre los dos.

―Espero que puedas entender las circunstancias que se dan y… me perdones ―dijo la voz preocupada de Berwick desde la línea telefónica.

Eso fue suficiente para convencer a Alus de que Berwick había sido cómplice de Cicelnia y, por tanto, un traidor en cierto sentido.

―Así que enviar a Lilisha a vigilarme era todo parte del plan, ¿eh? Ya lo sabía todo sobre ella y su familia ―afirmó Alus.

―Me encantaría decir que te lo habría dicho desde el principio si ese fuera el caso, pero tenía las manos llenas. Intenté insistir, pero decidí que no era necesario detener el complot de Lady Cicelnia. Es molesto en muchos sentidos, Alus ―dijo Berwick.

Al final, no había escapatoria para Alus. Era frustrante, pero no cabía duda de que Berwick había evitado por poco el peor desenlace. La diferencia estaba en el grado de comprensión de Alus por parte de las personas que lo utilizaban. Y en ese sentido, Berwick entendía a Alus mejor que Cicelnia.

―Ese es el tipo de persona que es Lady Cicelnia. No le preocupa especialmente si el resultado es bueno o malo. Ambos son parte de las rutas que ella esperaba. Pero para nosotros, uno de ellos era claramente inconveniente. Así que hice los arreglos necesarios para evitarlo, y al final tú tomaste la decisión ―dijo Berwick.

Lo que Berwick estaba diciendo sin decirlo directamente era que si Lilisha hubiera perdido la vida tras ir detrás de Selva y Aferka se hubiera enfrentado a la familia Fable, habría provocado un caos inevitable. Las palabras de Berwick dejaban claro que había sabido de antemano lo que Aferka pretendía. Berwick debió decidir que dejar que Lilisha fuera asesinada, desencadenando así un conflicto entre los Fable y los Womruina, sería una mala elección.

Por cierto, cualquiera de las dos formas habría acabado con Aferka aplastada y reorganizada, así que la única diferencia era la cantidad de sangre derramada.

Cicelnia incluso se había apostado a sí misma, teniendo en cuenta que la Aferka de Rayleigh se descarrilaba, y aunque eso estaba bien para una jugadora como Cicelnia, era demasiado arriesgado para el gusto de Berwick. Era imposible que los demás pudieran medir a la jugadora que había dentro de Cicelnia.

Berwick temía que si Alus se involucraba, se desataría el caos en los circuitos nobiliarios y tal vez incluso Cicelnia perdería la vida. Por eso había enviado a Lilisha a la Academia y le había hecho establecer una conexión con Alus. Y Alus había ido en contra de su habitual indiferencia y decidió involucrarse. Como una bola de billar, había afectado a todas las demás piezas, conduciendo a este futuro elegido.

―¿Así que usted también estuvo detrás de que se mencionara a Garb Sheep en el Compendio Mágico? ―preguntó Alus. Esa había sido la razón por la que Alus visitó a la familia Fable. Berwick debía estar convencido de que Alus se daría cuenta.

De repente, una pequeña carcajada surgió del otro lado.

―Así que sacas el tema. Estaremos en paz por la fórmula mágica del Fire Ikazuchi que sacaste de la base de datos secreta.

―Pensé que era una compensación justa por toda mi cooperación ―mintió Alus, chasqueando la lengua en su mente. No había pensado que fuera a pasar desapercibido, pero ahora que había salido a relucir, no podía más que morderse la lengua.

No se atrevería a decir que todo lo que acaba bien es bueno, pero parecía que al final todo había salido bien. La única molestia fue lo que Alus sintió como una pérdida de tiempo y esfuerzo.

Aunque no estuviera del todo satisfecho, la situación actual no le parecía mal. Ahora mismo, Alus tenía el control de la iniciativa. Incluso si la carta de la fórmula mágica había sido compensada, todavía tenía a Lilisha.

Así que si Alus se empeñaba en expresar su descontento e insatisfacción, Berwick tendría que dar explicaciones. Para bien o para mal, Alus había dominado el acto de negociar después de enfrentarse al curtido Berwick, y ahora mismo estaba disfrutando de tener la ventaja por primera vez en mucho tiempo. Pero había una cosa más que quería informar y confirmar con Berwick.

―Por cierto, ¿sabe lo del Tenbram? ―preguntó Alus.

―Por supuesto. Es un poco lento para profundizar en las conexiones con la familia Fable, pero no hay problema si te parece bien. Recuerdo haber hablado de reunirse con la hija hace tiempo… pero supongo que eso terminó antes de que te inscribieras en la Academia. Lo siento, Loki, ha sido una grosería por mi parte ―A pesar de ser una llamada de audio, Berwick se disculpó con Loki, que había estado ocultando su presencia.

Loki se sintió momentáneamente sorprendida por el viejo relato, pero se inclinó en silencio ante la disculpa de Berwick. Sin embargo, Alus no sabía por qué Berwick le pedía disculpas. Tampoco recordaba ninguna charla sobre Tesfia… o tal vez había salido el tema hace demasiado tiempo como para recordarlo. Se preguntó si tal vez había sido Berwick el que intentaba ser considerado al emparejarlos.

A pesar de que Alus seguía siendo un cabeza hueca, Loki lo miró para pedirle permiso antes de responder a la disculpa de Berwick.

―Gracias por su consideración, Gobernador General. Su aguda perspicacia es lo que le permitió pensar en el futuro de Sir Alus. Pero el pasado es el pasado. Lo importante es el presente ―afirmó Loki con orgullo, sin ceder un ápice.

―Tienes razón ―dijo Berwick, riendo en respuesta.

Había una atmósfera armoniosa entre Berwick y Loki, como si fueran un abuelo y una nieta, pero Alus no estaba familiarizado con relaciones así y se sentía excluido.

Cuando Alus enarcó una ceja de forma dudosa, Berwick pasó al verdadero tema en cuestión. Este enfoque abrupto e implacable era el fuerte de Berwick. Era un arma eficaz que se aprovechaba de las aperturas de una persona, ignorando por completo el estado de ánimo.

Alus, que tenía experiencia de primera mano con el enfoque, parecía tan disgustado como siempre, pero era una llamada de audio, así que no había forma de que Berwick lo viera, y dijo:

―El otro día atacaron a una guardia fronteriza. Todas las grabaciones de los medios de comunicación fueron borradas, pero recibimos un informe de dos individuos sospechosos que entraron en Alpha.

Era un dolor de cabeza. Y era uno grande.

―¿Es un informe de Lord Vizaist? Aun así, recibir órdenes directas del Gobernador General como respuesta es tan sobrecogedor como siempre ―dijo Alus, con la voz como una púa.

Pero Berwick continuó sin vacilar.

―Más concretamente, había indicios de que se estaba utilizando algún tipo de hechizo ofensivo, y hubo bajas entre los guardias. Te envié un mapa y otros datos.

A pesar de la molestia que sentía, Alus puso en marcha otro monitor virtual y abrió los datos que le habían enviado por la línea confidencial. Se trataba de una torre de vigilancia en el límite del distrito central con un pueblo cercano en una zona despoblada. Era una zona remota en la que Alus nunca había estado.

―¿Se supone que debo perseguirlos? ¿Qué pasa con las condiciones? Todavía no he dicho que lo vaya a hacer ―dijo Alus crípticamente.

―No tengas tanta prisa ―dijo Berwick y continuó―. Por supuesto que se les busca, vivos o muertos. Las fuerzas de seguridad no son rivales para ellos, y esta vez hay múltiples objetivos.

Qué extraño.

Berwick había dicho que había dos asaltantes, pero ahora eran “múltiples”. La mejilla de Alus se crispó. Tenía un mal presentimiento.

―La prisión de Troya ha caído; fue una fuga en masa. También hemos sabido que los que invadieron desde la frontera de Clevideet eran el alcaide y el vicedirector de la prisión ―explicó Berwick.

Eso dejaba claro que ambos estaban detrás de la fuga de la prisión. El alcaide de la prisión había traicionado al establecimiento al dejar salir a los prisioneros por la puerta principal. Pero eso aún los situaría en medio del Mundo Exterior.

A diferencia de Loki, Alus había oído hablar de la existencia de la prisión. No sabía exactamente cómo funcionaba, pero lo interpretó como el destino final de los criminales mágicos violentos.

―La Prisión de Troya era antes un centro de investigación ―dijo Berwick―. Allí había un investigador con demasiado talento, que realizaba experimentos humanos ilegales que nunca podrían hacerse en el Mundo Interior con el acuerdo tácito de las siete naciones. Estoy seguro de que entiendes lo que quiero decir cuando digo el ‘castigo provisional’.

―Así que eso es lo que es. En otras palabras, los condenados fueron drenados de maná, que luego fue suministrado a las naciones ―Alus no podía ver a Berwick, pero podía imaginar su cara. Seguramente estaba increíblemente disgustado.

El castigo provisional era un castigo muy criticado que se decía que era más doloroso que la pena de muerte. Al fin y al cabo, que un dispositivo les drenara el maná era un proceso doloroso del que sólo se librarían cuando su vida terminara.

―De todos modos, estaba lleno de notorios criminales mágicos. Estoy seguro de que yo mismo envié a muchos de ellos allí ―dijo Alus.

―Supongo. Sin embargo, nos enteramos de que muchos de los prisioneros fugados se esconden en Alpha ―respondió Berwick.

Alus sólo pudo maldecir su mala suerte. Prácticamente podía sentir que sus fuerzas abandonaban su cuerpo.

―¿Escondidos? ¿Desde cuándo?

―Todavía no conocemos los detalles. Pero probablemente desde el momento en que volviste de Vanalis ―dijo Berwick.

Alus dejó escapar un pequeño suspiro.

―Entonces convoque a Lettie y que le ayude.

―Ella ya ha dejado su puesto para investigar los alrededores de la Prisión de Troya. Recuerdo que estaba bastante molesta por haber recibido una misión delicada ―dijo Berwick. Ser enviada a Vanalis había sido una cosa, pero dirigirse a un territorio controlado por otra nación era más bien una misión diplomática, un mal acomodo para alguien con su personalidad―. Además, tendríamos que aceptar los daños colaterales si la utilizamos en Alpha.

Al escuchar eso, una profunda arruga se formó en el ceño de Alus. Lettie estaba especializada en hechizos explosivos. Podía controlarlos hasta cierto punto, pero si tenía que contenerse, sólo la haría tropezar. Y ahora se enfrentaban a los fugitivos de la Prisión de Troya. Definitivamente, ellos devolverían el golpe, y si ella se impacientaba, podría terminar haciendo volar una ciudad entera.

Alus pensó en otros Magicmasters expertos.

―¿Qué tal Sajik y Mujir?

―Después de volver de investigar la Prisión de Troya, se concentrarán en proteger la capital. También necesitamos colocar Magicmasters en Vanalis ―El argumento de Berwick era tan sólido que no había lugar para refutaciones.

Por esta misma razón existía Aferka, pero actualmente eran la guardia personal de la gobernante. No sólo la cadena de mando era diferente, sino que no había garantía de que Cicelnia no hiciera algo innecesario. Si había criminales despiadados escondidos en Alpha, Alus tendría que ir. Era cierto que no había nadie más que pudiera ir.

―Gobernador General, ¿es por esto que Cicelnia se apresuró a reorganizar Aferka? ―Preguntó Alus con un tono rígido.

A lo que Berwick respondió, un poco amedrentado:

―Yo tampoco lo sé… Es posible.

Cicelnia tenía al Ojo de Alpha trabajando directamente bajo ella. Y como gobernante, estaba al tanto de información que Alus o Berwick no tenían, así que esta podría ser la razón por la que Cicelnia se había apresurado tanto. El momento era demasiado bueno para ser cierto.

―¿Entonces Aferka ya ha identificado los movimientos de los prisioneros fugados? ―preguntó Alus.

A Alus le hubiera gustado que lo mencionaran durante la ceremonia de investidura de Lilisha, pero quizás no habían encontrado nada tangible. O tal vez…

¿Se adelantó para ganar antecedentes? se preguntó Alus.

Era exactamente el tipo de cosa que se le ocurriría a Cicelnia, pero no había forma de confirmar nada. Lilisha se había tomado unos días de descanso en la Academia.

―Quién sabe. Y Aferka no está bajo mi jurisdicción. Tampoco sé hasta dónde ha llegado Lady Cicelnia. Pero se moverá por el bien de Alpha, para que no nos estorbe ―dijo Berwick.

―Me sorprende que pueda decir eso cuando ya estamos rodeados de problemas ―dijo Alus. No quería pensar mucho en Cicelnia. La forma en que ella pensaba en todo como un juego era extremadamente agotadora―. Si puedo negarme, me encantaría pasar… pero supongo que no es posible. Al menos agradecería que pudierais reducir un poco la carga ―Alus sólo podía esperar.

―¡Oh! ¡Así que lo harás! ―exclamó Berwick.

Hablando de desvergüenza, Alus pensó mientras miraba la pantalla negra de la llamada. Se imaginó al Gobernador General juntando alegremente las manos al otro lado de la línea.

―Te envié el registro de prisioneros. Revísalo. Parece que Vizaist también tiene problemas con eso. También hay notas de algunos de los prisioneros fugados que pudimos verificar. Y aunque es alto secreto, la noticia del incidente ya ha llegado a oídos de los altos mandos de otras naciones. Por supuesto, no se entrometerán innecesariamente.

Alus decidió hacer caso omiso de su frustración por el hecho de que Berwick no hubiera enviado esta información con los datos del mapa. Abrió despreocupadamente la lista, que contenía los nombres y números de los prisioneros, así como un registro de sus crímenes antes de ser capturados. Mientras recorría la lista con los ojos, se dio cuenta de algo. Su cuerpo se puso rígido por un momento.

Loki lo notó y preguntó con impaciencia:

―¿Sir Alus?

La mirada de Alus estaba fija en un nombre de la lista. Después de un rato, habló en un tono bajo y gruñendo.

―Gobernador General, yo maté a esta mujer. Entonces, ¿por qué está en esta lista?

Su tono escalofriante hizo que incluso el cuerpo de Loki se congelara. La creciente tensión se podía sentir incluso desde el otro lado de la línea.

Hubo un momento de silencio antes de que Berwick hablara en un tono comedido, transmitiendo los hechos de forma contundente.

―Nox, ¿es así? Sólo significa que no había muerto en ese momento. Tú deberías saberlo mejor que nadie.

Aunque quería culpar a Berwick, Alus sentía que tenía parte de la responsabilidad. Nox era una ejecutiva de Kurama, y su trabajo en las sombras había resultado muy problemático tanto para Alus como para Vizaist.

Tras su encuentro con Nox, Alus propuso acabar con Kurama, pero los altos cargos lo rechazaron. Aunque no tenían la fuerza necesaria para lograrlo, los altos mandos estaban siendo muy duros en ese momento, y ni siquiera Berwick pudo persuadirlos. Así que Alus había derribado a Nox en la sombra, pero no consiguió terminar el trabajo.

―Así que la culpa es mía.

Nox ganó notoriedad en el inframundo como la asesina en masa del siglo. A los militares les había costado mucho dinero y esfuerzo ocultar ese hecho, y se vieron obligados a centrarse en el control de la información.

Si sigue viva y utiliza esa cosa contra una ciudad, habrá cientos o incluso miles de muertos, pensó, con una expresión rígida.

Berwick habló como para calmarlo.

―No te preocupes. No es un problema. Olvidé decírtelo, pero esa es una lista de todos los que han sido confinados en la prisión de Troya. Aunque la mayoría ha escapado, hay algunas excepciones. De camino a la prisión, Lettie confirmó que Nox está muerta. El cuerpo estaba bastante descompuesto, pero el registro de la celda y el número indican que se trata de Nox. Mira la marca negra junto al nombre.

Alus volvió a mirar la lista, y efectivamente vio una marca negra junto a varios nombres de la lista. Eso significaba que no se contaban como objetivos porque o bien seguían encarcelados o estaban muertos, como Nox.

―Por cierto, no sabemos la causa de su muerte. Que sepas que no eres el único insatisfecho con esto. Hay muchos misterios con este incidente. Ni siquiera hay muchas señales de conflicto en la prisión de Troya ―dijo Berwick.

―Ya lo creo. Si el alcaide y el vicealcaide estaban trabajando con ellos, entonces dudo que haya habido siquiera tiempo para que estalle el caos ―dijo Alus.

―Sí. También encontraron los cuerpos de ese investigador y de varios guardias, todos con la cabeza aplastada. Maníacos con predilección por los experimentos humanos o no, su contribución a la humanidad es una certeza.

Después de que Berwick terminara su informe, se hizo un silencio mientras esperaba la respuesta de Alus. Berwick había descubierto lo ocurrido en la Prisión de Troya más rápido que cualquier otra nación gracias al trabajo de Vizaist, pero se vio obligado a tomar medidas extrajudiciales debido a las leyes internacionales. La investigación de Lettie probablemente también se hizo en secreto.

Aun así, se estaba convirtiendo en un gran asunto. Berwick siguió esperando algún tipo de reacción, pero Alus sólo le dedicó un harto:

―¿Y?

―También estoy formando otro escuadrón ―dijo Berwick―. No tienen tanta experiencia en batallas contra la gente como tú, pero quejarse no me llevará a ninguna parte. Quiero que se encarguen de los más peligrosos de los fugados.

―Lo entiendo. No sé lo que están planeando, pero quién sabe dónde pueden estallar los fuegos artificiales mientras estén en Alpha ―dijo Alus, asintiendo a regañadientes―. Sería demasiado doloroso ser arrastrado por todos lados si eso sucediera. Al menos quiero terminar esto pronto para poder dormir bien.

―¿Debo adjuntar a algunas personas contigo? ―preguntó Berwick, pero no había ninguna garantía de que los Magicmaster del Mundo Exterior fueran tan útiles dentro.

Muchos eran reacios a utilizar la magia en otro ser humano; de lo contrario, Aferka nunca habría sido necesaria. Mientras tanto, las fuerzas de seguridad internas carecían de fuerza, y se trataba de importantes criminales mágicos.

Alus lo consideró y dio una respuesta inmediata.

―No, eso no será necesario. Pero… Gobernador General, ¿ha programado esto para justo después del periodo de exámenes?

―Desgraciadamente, no, ojalá tuviera tanto margen de maniobra. Es un incidente importante dentro de la nación. Entiendes lo que eso significa, ¿no? ―preguntó Berwick.

La respuesta de Alus fue el silencio.

Si la información se filtrara, los nobles estarían descontentos con el gobierno actual y se involucrarían activamente. Entonces apuntarían sus críticas a Berwick, utilizándolo como la oportunidad perfecta para demostrar al pueblo su valía. Y Berwick tenía muchos oponentes políticos, lo que hacía que este fuera un punto peligroso para él. En retrospectiva, la postura de línea dura de Cicelnia de reorganizar Aferka podría dar sus frutos al abrir una brecha entre esos nobles.

Berwick también esperaba un informe de seguimiento de Vizaist. Mientras tanto, Alus se resentía de seguir en el ejército. Maldecía el deber de soldado que lo ataba. También estaba cansado de este tipo de intervenciones.

―Así que sobre la recompensa esta vez… ―Alus comenzó. Alus francamente no estaba interesado en una recompensa monetaria. Ya tenía más de lo que podía usar, y no veía ninguna razón para añadir más a ese montón. Por eso había pedido cosas distintas al dinero que le interesaban. Pero esta vez―. No lo necesito. Si tuviera que decirlo, serían créditos… pero supongo que eso no importa a estas alturas. En todo caso, ya no hay nada que quiera ―dijo.

Berwick se tensó un poco.

―Hmm… ¿estás seguro? Puedes pedir cualquier cosa, aunque sea un poco difícil de conseguir o requiera un poco de fuerza humana ―Los libros antiguos que Alus había pedido antes a Berwick habían sido difíciles de encontrar, por lo que probablemente había utilizado mano de obra militar para ello―. Puedo concederte cualquier cosa menos tiempo.

Alus no mostró interés ni siquiera en esa oferta. Es cierto que quería tiempo: podía conseguir cualquier otra cosa siempre que tuviera tiempo. En ese sentido, todavía había bastantes cosas que llamaban la atención de Alus, pero no tenía intención de pedírselas a nadie más.

A este paso, se quedarían discutiendo una y otra vez.

―Entonces discutamos de nuevo una vez que esto haya terminado ―dijo

Alus.

―Hmm, muy bien. El Gobernador General suele tener mucha autoridad, pero sus peticiones son tan específicas que es difícil utilizarla eficazmente ―Las excusas de Berwick salieron por el altavoz con bastante rapidez. En realidad, Berwick podía conceder los deseos de casi todo el mundo, aparte de los de Alus, pero eso ya no le importaba. De repente, Berwick habló en tono serio―. Aparte de eso, Alus, trata de ocultar tu identidad lo más posible para esta misión. ¿Tienes algún disfraz que puedas utilizar?

Alus lanzó una mirada dudosa al monitor.

―¿Por qué? Seguramente es demasiado tarde para eso.

―Los objetivos son unos despiadados fugados de una prisión secreta ―dijo Berwick―. Es posible que haya que eliminarlos sin dejar una sola prueba.

―¿Se refiere a no dejar ni un solo rastro? ―preguntó Alus.

―Sí. Incluso ahora, permanecen escondidos sin darnos ninguna pista. Creo que tienen una formidable red de inteligencia y gente trabajando con ellos. Si hay demasiados hoyos de rata, sólo destruir uno no será suficiente para cerrar su red.

―¿Así que sería malo que no consiguiera acabar con uno de ellos después de que me vieran la cara?

―Algo así ―dijo Berwick―. Lady Cicelnia y yo seremos suficientes para cubrirte en la superficie, pero sería un problema si tu cara se filtra en el inframundo.

Alus era sin duda capaz de hacer trabajos entre bastidores, incluso asesinatos, pero eso no era muy conocido. No podían permitir que el prestigio de un Único se viera disminuido. La desconfianza hacia los militares estaba directamente relacionada con la desconfianza hacia sus Magicmasters. Y la desconfianza en los Magicmasters significaba desconfiar de la propia magia, lo que llevaría a acusaciones y hostilidad hacia los que estaban en el poder.

―Ha habido una molesta insistencia en cómo la ensangrentada Aferka ha renacido como una limpia guardia real. Al igual que se insiste en cómo el aspecto y el comportamiento amable de Jean Rumbulls, de Rusalca, está jugando un papel en la imagen de la nación. En otras palabras, es un cambio de estrategia diplomática ―dijo Berwick. A continuación, se refirió a su propia nación―. En cuanto a Lettie, no sabe cómo actuar.

Era capaz de dar un puñetazo a cualquiera que se quejara ante ella.

―Lettie aún no es… Dejémoslo así. Pero no es que los Magicmaster deban ser una especie de celebridades ―dijo Alus.

―Lo sé. No es que vaya a exigirte que te sientes en una reunión de fans para una sesión de autógrafos. Además, tener una cara diferente para actuar de incógnito puede ser bastante conveniente. Por ejemplo… podrías ir al teatro o a cenar con tu novia ―dijo Berwick.

―Yo no tengo a nadie así.

―Oh, no sé. Ah, ja, ja ―Berwick evadió el tema con una risa deliberada, pero Alus se limitó a suspirar y poner cara de disgusto.

―Bueno, si estamos hablando de un disfraz, supongo que sí tengo uno ―respondió, mirando a la esquina de la habitación con una mueca.

―Entonces úsalo. Y como siempre, nos encargaremos de los detalles.

Trabajen juntos con Vizaist ―dijo Berwick.

―Entendido ―dijo Alus y extendió la mano para terminar la llamada cuando Berwick dejó escapar unas palabras como regalo de despedida.

―Esta vez tenemos colaboradores no oficiales de Clevideet. No creo que se conozcan, pero por si acaso.

―Entendido ―volvió a decir y terminó la llamada antes de que Berwick pudiera decir algo innecesario. No sabía quiénes eran esos colaboradores, pero no importaba mientras no le retrasaran, así que no tenía más interés en ellos.

Mientras Alus se encorvaba en su silla, Loki se levantó con la espalda recta. Señaló su propia habitación, y Loki asintió a su vez. No estaba seguro de si debía alegrarse o entristecerse de que sólo eso fuera suficiente para transmitir sus intenciones, especialmente esta vez.

Loki desapareció alegremente en su habitación y salió con una maleta negra. Al ver que Alus asentía, la abrió con una brillante sonrisa, pero para Alus era una visión deprimente.

―Esto es lo que llevó en la Demostración de Artes Marciales Mágicas en el Torneo Mágico de la Amistad de las Siete Naciones, ¿no es así, concursante Ulhava? ―preguntó Loki.

―No digas concursante ―dijo Alus.

―Pero me parece genial ―dijo Loki.

Era un traje negro con una máscara que le había otorgado Cicelnia. Era un disfraz conveniente, pero a Alus no le parecía estético de ninguna manera. Pero por lo emocionada que estaba Loki, se dio cuenta de que aparentemente era el único que pensaba así, así que tal vez debería cuestionarse a sí mismo.