Meikyuu No Ou (NL)

Volumen 2

Capitulo 13: El Hombre Roca

Parte 1

Zara subía rápidamente por un sendero rocoso, sosteniendo un martillo de guerra con un mango delgado y una cabeza relativamente pequeña.

Oyó un silbido y otra serpiente de roca salió de detrás de una roca y le atacó. Su martillo surcó el aire cuando lo blandió, y conectó con la cabeza de la serpiente, que hizo un sonido crujiente al impactar.

Cualquiera que lo hubiera visto se habría asombrado de que este aventurero tuviera la fuerza necesaria para aplastar la cabeza de la criatura en el aire. También se habrían maravillado de su habilidad con el martillo. Un martillo de guerra puede ser difícil de controlar debido a que el centro de gravedad está en el extremo de su largo mango.

Pero el propio Zara no estaba satisfecho con su habilidad.

Si el tío viera eso, probablemente diría algo como “¿Ese es el sonido que hace tu martillo, chico?”

Tenía un enorme martillo guardado en su [Tesoro], que Logan le había dado como regalo de despedida. Sin embargo, debido a su peso, le quitaba resistencia casi al instante cada vez que lo usaba. El martillo que usaba ahora era un poco más pequeño, y lo había tenido durante más tiempo.

Las serpientes de roca se abalanzaron sobre él desde la izquierda y la derecha. Zara ajustó su posición y aplastó las cabezas de las dos de un solo golpe. También tuvo cuidado de evitar el veneno que salpicaban sus cuerpos al impactar.

Al principio, había utilizado una espada de una mano, como hacía siempre. Aunque eran monstruos débiles, las serpientes de roca eran adversarios formidables y atacaban en oleadas. Como resultado, sus espadas se dañaron rápidamente y quedaron inservibles. Después de verse obligado a guardar una tercera espada de una mano en su [Tesoro], había decidido luchar con este martillo de guerra.

Lord Percival probablemente diría que una espada no se daña si se blande con suficiente habilidad.

Zara se preguntó cómo manejaría Percival la situación en la que se encontraba actualmente. Tenía muchas ganas de parecerse a él algún día.

No, Lord Percival probablemente correría a través de todas ellas y evitaría sus ataques sin siquiera desenfundar su espada.

Mientras Zara reflexionaba sobre esto, un grupo de orcos del desierto apareció frente a él. Zara movió el martillo de guerra a su mano izquierda, desenfundó su espada con la derecha, tomó velocidad y cargó directamente contra ellos.

Al menos es cierto que se trata de una carretera en la que aparecen muchos monstruos.

Eso fue lo que pensó mientras se enfrentaba a los orcos.

2

El Gran Barranco era un gigantesco tajo en la tierra.

Según la leyenda, se creó cuando el dios gigante Boho utilizó sus manos desnudas para desgarrar la tierra entre las montañas de Gahra y las tierras altas como demostración de su fuerza.

En otra leyenda, Chakrapokka, el dios del agua arrasó la tierra junto con los codiciosos humanos que vivían en ella.

El Gran Barranco estaba rodeado por las montañas de Gahra por un lado y por una cadena montañosa que continuaba hacia las tierras altas por el otro, y ambas eran difíciles de atravesar. En cambio, el interior del barranco tenía un clima cálido y era fácil de atravesar, a pesar del fuerte viento y la lluvia ocasionales. También había un río que lo atravesaba.

Como resultado, había muchos asentamientos en el Gran Barranco, e incluso se había convertido en un camino que conectaba el Este y el Oeste y que a menudo era transitado por comerciantes.

También había praderas y bosques en el barranco, pero el camino por el que Zara estaba ahora mismo consistía sólo en acantilados y rocas escarpadas.

Zara se dirigió al Este tras separarse de Shariezara. Durmió a la intemperie durante tres días y al cuarto encontró una aldea. Mientras comía en una posada, se le acercaron tres aldeanos.

Uno de ellos se presentó como el jefe del pueblo.

“¿Eres un aventurero?”

“Sí”.

“¿Estarías dispuesto a aceptar una petición nuestra?”

“¿Una búsqueda? ¿Quieres decir sin pasar por el gremio?”

“No hay gremios de aventureros ni nada por el estilo por estos lares. Supongo que no aceptarás una petición a menos que sea a través del gremio”.

“No, eso no es cierto. Primero escucharé lo que tienes que decir y luego te daré mi respuesta”.

“Esta es la situación. Hace dos meses, un gigante hecho de roca se instaló en un valle a las afueras de este pueblo”.

“¿Un gigante hecho de roca?”

Zara nunca había oído hablar de algo así. Lo más probable es que fuera algún tipo de monstruo.

“Así es. Es tres veces… No, cinco veces más alto que los humanos. De vez en cuando grita con una voz inquietante. Es un sonido aterrador, que llega hasta las afueras del pueblo. Los residentes están asustados y no pueden concentrarse en su trabajo”.

Esa voz podría haber tenido un efecto de maldición en los aldeanos, haciéndoles perder los nervios.

“Si eso fuera todo, podríamos haberlo ignorado, pero en estos dos últimos meses han desaparecido tres aldeanos. Temiendo lo peor, nos acercamos al valle, y cuando miramos hacia abajo, las ropas y pertenencias de los desaparecidos estaban en el lugar habitual del monstruo”.

“Hay que hacer algo al respecto”.

“Tienes razón en eso. Pero hay más en la historia. Las ropas del valle no eran sólo de este pueblo. Parece que varios viajeros han sido víctimas también”.

“¿El monstruo sale alguna vez del valle?”

“Nunca hemos visto que lo haga. Hay quien dice que utiliza su voz maldita para atraer a las víctimas al valle”.

“¿Voz maldita?”

“Creyendo que el número de víctimas sólo aumentaría hasta que el monstruo fuera erradicado, los aldeanos reunieron algo de dinero. Entonces preguntamos a un aventurero que pasaba por allí si aceptaba nuestra petición. Sin embargo, una vez que vio al monstruo, dijo que el dinero que ofrecíamos como recompensa era demasiado poco”.

El jefe de la aldea le dijo a Zara cuánto habían conseguido reunir los aldeanos.

Definitivamente no era una suma por la que uno quisiera arriesgar su vida.

“Entonces acudimos a Narillia en busca de consejo”.

“¿Quién es Narillia?”

“Un matrimonio de boticarios se instaló en este pueblo hace cuatro años. La esposa se llama Narillia, y tiene muchos conocimientos sobre muchas cosas”.

“Ah, ya veo”.

“Narillia dijo que probaría una serie de venenos que tenía en stock.

Desafortunadamente, ninguno de ellos funcionó”.

¿Veneno? ¿Para un gigante de roca?

El veneno no es muy eficaz contra los monstruos de tipo roca. Tampoco es muy eficaz contra los gigantes.

Un veneno efectivo contra un gigante de roca tendría que ser muy poderoso. No es probable que un boticario en una aldea remota como esta posea un veneno así.

“Entonces le pregunté a Narillia si había algún medio disponible para nosotros, y me dijo que podía haber uno”.

“¿Ah, sí? ¿Qué quiso decir?”

“Supongo que será mejor que Narillia lo explique desde aquí”.

El jefe de la aldea se volvió hacia la persona que estaba a su espalda.

“Jaka, trae a Narillia aquí”.

Jaka asintió y se fue. Cuando regresó, había una mujer siguiéndole. Seguramente era Narillia, la boticaria.

Su deliciosa melena negra caía a su alrededor en forma de ondas, brillando con fuerza, como si acabara de darse un baño. Tenía ojos de jade y gruesas cejas, una nariz puntiaguda, labios rojos y una barbilla ligeramente prominente.

Iba vestida como una aldeana corriente con su blusa marrón rojiza y su falda descolorida, pero, aun así, tenía una presencia poderosa. Si llevara la ropa adecuada, probablemente pasaría por una noble.

“Oh, Dios. No esperaba a alguien tan joven”.

“Esta es la boticaria, Narillia. Narillia, ¿Podrías contarle a Zara el método que propusiste para derrotar al monstruo?”

“Por supuesto. Zara, ¿Verdad? Para matar al hombre de las rocas, necesitamos un cierto veneno. Se requiere un ingrediente especial para hacerlo, y es el saco de veneno de una ketsarupa”.

¿Una ketsarupa?

“Hay una cueva un poco al Norte de este pueblo, y se dice que hay ketsarupas allí”.

“Sí, así es. Siempre ha habido ketsarupas en esa cueva. Eso lo saben todos los habitantes del pueblo”, añadió el jefe.

“El veneno no es muy efectivo contra los monstruos de tipo roca, pero el veneno de ketsarupa sin duda funcionará. La purificación es un poco difícil, pero con un poco de procesamiento, podré hacer un veneno lo suficientemente fuerte como para matar incluso a un golem de piedra”.

La cueva estaba lo suficientemente cerca como para poder ir y volver andando en un día. A Zara le dieron un mapa, pero como la mayor parte era un solo camino, parecía que no había que preocuparse por perderse. Sin embargo, había muchos monstruos en el camino, lo que hacía peligroso el viaje para los no aventureros.

“Pero esto es una carga demasiado grande para un joven aventurero como tú. No tienes que hacer nada descabellado, Zara”.

“¿Qué estás diciendo, Narillia? ¿Acaso ese hombre de la roca no mató a tu marido?”, interrumpió Jaka.

“Oh, querido, no creo que mi marido esté muerto. Al fin y al cabo, sus pertenencias no han sido descubiertas. Estoy segura de que está tonteando en alguna parte, adorando el descubrimiento de alguna rara hierba medicinal”, insistió ella mientras los tres hombres la miraban con lástima en los ojos.

“Hmm. En resumen, esta terrible situación va a continuar hasta que alguien llegue a esa cueva. Sólo tengo que llegar allí y procurar un saco de veneno de ketsarupa, ¿Es así?”

Los tres hombres asintieron en señal de confirmación. Narillia parecía un poco nerviosa.

“Así es, pero, Zara, ¿Sabes lo que es una ketsarupa?”

“Sí. Soy un aventurero”.

En ese momento, una voz resonó desde algún lugar lejano.

Nnnnooooo……eeeee……raaaaaaaa…

“Ah, esa es la voz maldita del monstruo”.

“Ya veo”.

El jefe de la aldea parecía muy asustado, pero a Zara la voz le sonó más apenada que aterradora. No le parecía muy “maldita”.

“Entendido. Acepto su petición”.

“¡Oh! ¿Realmente la estás tomando?”.

“¡¿Eh?! No seas imprudente, Zara”.

“Tendré cuidado”.

Llegó a la cueva. El camino hasta allí resultó ser muy sencillo después de todo.

Zara abrió su [Tesoro] y sacó una daga. Llevaba una vaina sujeta al costado de su cinturón, y guardó la daga dentro de ella. Sin esta daga, probablemente no habría podido aceptar esta petición.

Los Ketsarupas eran bestias mágicas con un nivel de monstruo de 60. Parecían ciempiés gigantes.

Sus ataques individuales no eran muy poderosos, pero existían en gran número en las oscuras cuevas que habitaban y tenían un veneno letal en sus pinzas y colas. Sus cuerpos también liberaban una niebla venenosa, por lo que el mero hecho de aventurarse en una cueva habitada por ketsarupas era mortal. Las tareas de subyugación siempre se asignaban a grupos de aventureros de rango S.

El saco de veneno de un ketsarupa estaba situado detrás de su corazón, por lo que no podía extraerse sin matarlo.

Zara llevaba una espada de una mano en la derecha y un escudo de cometa¹ en la izquierda.

Tal vez debería cambiar la espada de una mano por una más potente.

No. Necesito ser capaz de luchar contra enemigos poderosos sin depender de las armas benditas. Ese debería ser uno de mis principales objetivos. Incluso usar esta daga sería excesivo.

Tras decidirse, se aventuró en la cueva. Activó una habilidad de [Visión Nocturna] y, a unos doscientos pasos, apareció un enemigo.

Un ketsarupa había caído del techo.

Giró ágilmente su cuerpo al caer y atacó con las grandes pinzas de su cabeza.

Zara se apartó del camino, esperó a que el enemigo aterrizara y, después de que sus pinzas chocaran entre sí, cortó una de ellas en la base. El dolor hizo que el ketsarupa se estremeciera, momento en el que le cortó la otra pinza.

Otro ketsarupa saltó hacia él desde la izquierda. Zara inclinó su cuerpo para esquivar sus pinzas, y a continuación, el ketsarupa bajó su cola por encima de su cabeza.

• También se conocen como escudos de lágrima o gota de agua.

Bloqueó la punta de su cola con su escudo de cometa y lanzó un tajo a una de sus pinzas cerca de la base. Sin embargo, su puntería debió de ser mala, porque no parecía haber recibido ningún daño.

El primer ketsarupa se unió a la lucha e intentó aplastarlo. Zara le asestó un tajo vertical en su suave vientre, y se tambaleó hacia atrás, cayendo y perdiendo fluidos corporales. El segundo ketsarupa surgió por la izquierda y atacó con sus pinzas, pero después de que Zara lo esquivara, se estrelló contra la primera y perdió el equilibrio. Zara cortó entonces una de las pinzas del segundo monstruo.

En ese momento, su habilidad [Sensación] le indicó que se acercaba un tercero.

Necesito moverme ahora.

Zara tomó una rápida decisión, se dio la vuelta y corrió hacia la entrada.

Los dos ketsarupas heridos le persiguieron, pero el tercero no. Todavía no se había acercado lo suficiente a Zara como para reconocerlo como enemigo.

Corrió hasta estar lo suficientemente cerca de la boca de la cueva como para ver una luz tenue y se dio la vuelta para enfrentarse a sus dos perseguidores.

Cuando los ketsarupas corrían, sus cuerpos se extendían casi en línea recta, lo que los convertía en un blanco muy fácil si se tenía la velocidad y la habilidad adecuadas.

Un saco de veneno es probablemente suficiente.

Zara saltó ágilmente en el aire y dio una voltereta por encima del ketsarupa líder. Entonces, cuando su cabeza estaba justo debajo de él, lanzó su espada hacia abajo, cortando verticalmente todo su cuerpo mientras pasaba a su lado. Naturalmente, su corazón y su saco de veneno también fueron cortados.

El otro ketsarupa pasó volando junto a él, apuñalando con su cola. Zara giró su cuerpo en el aire y evitó en gran medida el golpe, pero acabó rozando ligeramente su pierna izquierda justo por debajo de la rodilla.

Aterrizó y se recompuso.

El impulso del ketsarupa lo llevó más allá de Zara. Se dio la vuelta y volvió a cargar.

Zara saltó hacia atrás para que el monstruo que ya había derribado no se interpusiera en su camino. Se retorcía en el suelo y el veneno salía de su espalda abierta.

El ketsarupa que se abalanzó sobre él era al que le había cortado las dos pinzas. Tiró a un lado el cadáver de su compañero muerto mientras corría hacia él. Zara la esquivó con facilidad y le abrió el caparazón por una articulación en el centro del cuerpo.