Majo no Tabitabi (NL)

Volumen 4

Capítulo 2: Una Bruja Ficticia

Parte 1

Una chica fuerte como yo, siempre inicia su día con una taza de café.

Para aquellos como nosotros, quienes vivimos en las sombras, ganándonos la vida como espías, no había nada mejor que despertarnos con un café Java lo suficientemente fuerte como para desterrar el sueño… Al menos, eso es lo que está escrito en mis novelas hard boiled de espías, así que tenía que ser verdad.

Bombearnos de café y fármacos, es el camino de los que ya están cansados de la vida. Mezclé una gota de la medicina en mi café y me lo bebí. Esta era mi rutina diaria.

No sé qué es lo que contiene este medicamento. Lo compro por catálogo y me llega por correo. Pero es muy caro, por lo que me convencí que debe de ser beneficioso para mi salud.

“Bleh… está muy amargo”.

En realidad, este fuerte sabor es el que elimina el sueño, quizá. Aunque, eso no está escrito en los libros. El café es demasiado amargo y desagradable aparte que sabe a barro, lo que me provocó nauseas e hizo de la somnolencia mi segunda prioridad. El sabor no era a como lo describían en las novelas de espías. De hecho, escribían que el café negro estaba delicioso o algo así, pero eso tenía que ser sarcasmo o una especie de humor negro. ¿Entendieron? El café es negro.

“…Ewwwwww…”

Así que, luego de vomitar en el baño como de costumbre, me dirigí a la oficina, con mucho estilo. Mientras caminaba, puse un cigarro (de chocolate) en mi boca.

Esta es la definición de hard-boiled.

Mi lugar de trabajo era una organización de espías con la fachada de un café. De frente, parecía moderno e inteligente, pero en la parte de atrás, nos encargamos del trabajo sangriento. ¿No era esa la definición misma de peligro?

“Oh,  Yuuri,  llegaste.  Ven,  hablemos  de  negocios.

Tengo un trabajo especial para ti”.

La persona que me acababa de hablar era un viejo gruñón. El jefe de la organización.

Aparentemente, este hombre fue quién me acogió y crio cuando fui abandonada de niña. No tengo recuerdos de esto ya que fue hace mucho tiempo. ¡He olvidado todo sobre mi pasado ya que estoy harta de este mundo!

“Humph. ¿Supongo que es algo digno de mi tiempo?” Pregunté, sacudiendo mi cabello. A pesar de ser mi jefe, mi actitud era cínica.

“Es un trabajo que sólo tú puedes hacer—mira esto”. El jefe frunció el ceño y arrojó un archivo sobre mi escritorio. “¿Y cuándo te convertiste en una persona importante para hablarme así?”.

Me frunció el ceño, con firmeza.

Manteniendo mis dedos temblorosos bajo control, abrí el archivo. El contenido era un asunto muy sencillo. Sin embargo, se trataba de una directriz sencilla y, por tanto, complicada.

DIRECTRIZ PARA EL ASESINATO DE LA BRUJA FICTICIA.

Bajo el título estaban escritas las características básicas del objetivo y la fecha establecida del asesinato.

El objetivo era una bruja errante que había llegado al país hace varios días. Esta bruja tenía una linda apariencia, pero su personaje era malvado más allá de toda descripción. Era un demonio entre demonios que engatusaba a la gente sin vacilar, pensaba solo en acumular riquezas y hacía uso de todos y cada uno de los métodos fraudulentos para estafar a la gente—desde los plebeyos inocentes hasta la realeza. Los informes de daños habían estado llegando día y noche desde países vecinos, y parecía que no sería exagerado decir que, si no le damos de baja ahora, podría destruir un país pequeño.

Un individuo malvado, sin duda, pero la parte inconveniente era que el objetivo era una bruja. Entre las filas de los magos, se convirtió en novata, bruja aprendiz, luego en bruja—el rango más alto que solo los genios rara vez alcanzan. Habían pasado dieciséis años desde que nací en este país, pero aún no había visto una real. Así de raras eran.

Pero esa bruja en particular era maldad pura, y esta vez, ella era el objetivo que se suponía que yo debía acabar.

……

“¿Es broma?”

“Jamás bromearía con algo como esto”.

“Pero… Soy una maga ordinaria…”

Olvidé mencionarles, pero yo estaba en la clase más baja de los magos. Si hacemos la comparación, siendo las brujas unas gemas preciosas yo sería simple arcilla a la par de ellas.

“Pero este es un trabajo que solo puedo confiártelo a ti. Como sabrás, nuestra organización se compone por completo de hombres. Y la mayoría no sabe usar magia. Siendo sincero, si se reduce a un combate mágico, la persona con las posibilidades más altas de sobrevivir serías tú”.

“…En otras palabras, ¿es un trabajo que solo yo puedo hacer?”

¡Ya veo!

“Ya te lo había dicho”. Mi jefe dejó escapar un suspiró irritado.

Nerviosa, miré la descripción del objetivo más de una vez—

***

Su cabello era cenizo. Bajaba hasta sus caderas y se balanceaba suavemente con la brisa de verano que soplaba a través de las mesas en la terraza del café.

Sus ojos eran de color lapislázuli. Eran serenos como el mar en pleno invierno, mirando el desayuno que se le había puesto ante ella. En su plato había un huevo duro, tostadas y café negro.

Ella era una viajera, vestida con un sombrero negro puntiagudo y una túnica negra. Portaba en su pecho un broche en forma de estrella que la identificaba como una bruja. En resumen, la hermosa jovencita era una bruja y una viajera. Debe de estar en plena adolescencia. Algo en ella estaba sin refinar. Mientras se las arreglaba para pelar la cáscara de su huevo duro, parecía la adorable hija de alguien que ayudaba a su madre en la cocina.

Finalmente, la linda hija (la bruja) terminó de pelar su huevo y bebió su café. A ella le encantaba—negro, o con un chorrito de leche, o con una pizca de azúcar, siempre que fuera café. Es incluso mejor beber los primeros sorbos amargos, luego agregar una pizca de leche y azúcar para experimentar todos los diferentes sabores.

El café es lo mejor, pensó, dejando escapar un suspiro mientras ponía la taza sobre la mesa.

Curiosamente, era quisquillosa con los huevos duros.

Pensó que era mejor cuando la yema se descuartizaba tan pronto como apartaba la boca después de darle un mordisco. De esa manera sería fácil espolvorear con sal. La definición misma de hard-boiled.

“…Qué bonita mañana”.

Esta bruja sentada en un café muy valorado, tomando un descanso de sus viajes, ¿quién podrá ser?

En efecto, soy yo.

“……”

Yo podía contemplar el paisaje de este país desde la terraza del café. La ciudad estaba llena de muros pintados de blanco y edificios uniformes. El suelo estaba pavimentado con ladrillos, extendiéndose para formar un patrón en forma de abanico. La gente que pasaba por el lugar estaba de compras, conversaban amistosamente o caminando entre observadores como yo.

Parecía una ciudad bonita, segura y limpia, aunque el paisaje no era nada especial.

El día a día de las personas se desarrollaba frente a mí.

Y así disfrutaba de la escena mientras descansaba en un café.

“Disculpe, señorita… ¿Si no le importa, podría darme su autógrafo?”

Bebía mi café, perdida en mis pensamientos luego de tomar mi desayuno, cuando una camarera me trajo un colorido papel y una pluma, junto con otro café Java.

“Corre a cuenta de la casa”, dijo.

“¿Mi autógrafo? ¿Cómo por qué…?” Estoy segura de tener una expresión de perplejidad. “¿No soy famosa ni por cerca, sabes?” Soy una viajera ordinaria.

La camarera parecía muy emocionada. “¡Esta es la primera vez que conozco a una bruja! ¡Siempre he aspirado ser una, por lo que me conmoví cuando la vi!”.

“…Bueno, supongo que no hay problema”.

Tomé la pluma y escribí mi nombre en el colorido papel. Era una firma descuidada como la que haría en una posada.

“Acá tienes”. Entregué el papel de vuelta, y la camarera lo agarró como si fuese algo muy preciado.

“¡Muchísimas gracias! Por favor beba su café, ¿sí? ¡Lo hice con mucho amor!”.

…Pero aún sigo bebiendo mi primera taza. ¿De qué rayos se trató todo eso?

No podría decir que no encontré extrañamente sospechosa a la camarera. Además, ¿qué quiso decir con <lo hice con mucho amor?> Parece una taza de café totalmente normal.

Una bruja no le negaría la hospitalidad, pero esto se sentía peculiar.

“Oye, señorita bruja. Eres linda. ¿por qué tan solita? ¿Quieres tomar un café conmigo?”

Agarrando la taza que la camarera me acababa de dar, un hombre sospechoso se sentó frente a mí.

“……”

Una bruja no se opone a que la traten con frivolidad. Más bien, ella sabe que, si maldice al hombre que le hizo la oferta, para que así este derrame sangre por cada orificio de su cuerpo, el mundo se volverá un poco más pacífico.

“Lo siento. Estoy ocupada en este momento”. Con un suspiro, me llevé a los labios el café preparado con amor.

Hay todo tipo de formas de disfrutar un café Java. Por ejemplo, como ya dije antes, pueden disfrutarlo tomando los primeros sorbos amargos antes de agregarle leche y azúcar. O pueden disfrutarlo negro de principio a fin. De todos modos, no sería exagerado decir que una sola taza tiene infinitas posibilidades.

Al considerar tu taza de café, que tiene una expansión interminable de disfrute, lo primero que debes hacer es inhalar y sentir el aroma inundar el interior de tu pecho. Creo que no hay nada mejor que eso.

“Conozco un lugar que tiene un mejor café. ¿Qué tal? Vayamos juntos”.

“……”

El fuerte vapor del café se mezcló con su colonia y sus palabras y acciones superficiales, transformándose en algo muy repulsivo. Mi corazón dejó de latir. El aroma del café de alta calidad había experimentado un cambio a algo que parecía más como agua fangosa. Tenía ganas de vomitar.

“¡Definitivamente es mejor! ¡Es enserio! Puede parecerte que no estoy a la altura, pero sabes, ¡soy todo un conocedor del café!”

“… ¿Eh?”

Yo estaba ignorando al hombre y disfrutando un poco del aroma del café cuando me di cuenta de algo extraño.

Mezclado con el café y el hedor a basura que emanaba de la pila de basura humana, había un ligero olor medicinal. Era difícil de notarlo, pero había un olor agrio que no tenía nada que ver en un café. Fue solo el más leve indicio de un olor.

Para probar esta teoría, tomé cierta distancia del hombre.

“¡Oye! ¡aguarda! ¿Me estás ignorando? ¡Qué cruel!”

Luego de airear la taza de su hedor asqueroso, el olor medicinal aún flotaba en el café.

Seguí esnifando por un rato, tratando de identificar el olor.

“… ¡Ah!”

Fue entonces cuando me di cuenta.

¡Esto es veneno!

Veneno con el potencial secreto de hacerme sentir náuseas desde la boca del estómago si lo bebiera. Lo que es peor, era uno horrible que solo mostraba su verdadero poder cuando se mezclaba con café. Si bebiera esto, vomitaría sobre mí misma frente a toda la ciudad.

¿A dónde fue a parar ese anhelo de convertirse en una bruja como yo? ¿Qué fue todo eso de hacer esto con amor? ¿El amor significa proyectiles de vómito?

Cuando miré a mi alrededor, ya no pude ver a la camarera. Ni dentro del café, ni entre la multitud, ni en ningún lugar a la vista.

“……”

¿Acaso soy el objetivo de alguien?

Con un mal presentimiento, decidí dejar el café en ese momento.

“¡Oye, espera! ¿Y nuestra cita?”

“Disculpa. Tengo prisa. Estoy ocupada. Tengo planes”, mentí, recogiendo mis cosas. “Te daré este café. Bebí un poco. No es de mi agrado”.

Acerqué el café envenenado hacia el hombre y escapé.

Incluso yo pensé que mi descuidada mentira sobre ser sensible al café era bastante clara, pero el hombre se tragó el cuento completo. Incluso tenía una mirada lasciva en su rostro.

“Oh, ¿sobras? ¿En serio? ¡Qué suerte la mía!”

“Sí, adelante”.

Otra mentira.

***

“¿Cuál es el estado de la bruja?”

Cuando regresé a la oficina, el jefe tenía otra expresión agria.

Me había puesto una túnica negra sombría encima de mi atuendo de camarera para darle un toque frialdad, y cuando respondí, volteé la túnica dramáticamente, haciendo que mis coletas marrones rebotaran.

“Pues como era de esperarse. ¡Hice polvo a la bruja con mis propias manos! ¡Ahora mismo, esa mujer debería estar muriendo de vergüenza frente a toda la ciudad!”

Fue la estrategia perfecta.

La “Bruja Ficticia” en cuestión, había estado disfrutando tranquilamente de su desayuno en un café de la ciudad, así que conseguí su autógrafo y lo colgué en el restaurante. No había nada más vergonzoso en este mundo que tener tu firma colgada en un café a pesar de no ser famoso por nada. ¡Esa bruja debe estar sintiendo tanta vergüenza que preferiría meterse en un agujero y morir! Y, por supuesto, este plan, no contiene error.

Le conté hábilmente a mi jefe los detalles del plan con el que le había dado de baja a la malvada bruja.

Y esto fue lo que dijo mi jefe luego de escucharme en silencio.

“¿Supongo que viste su bochorno con tus propios ojos?”

“¿Eh? Claro que no”.

Me avergonzaría yo también.

“……” En este punto, mi jefe dejó escapar un gran

suspiro. “Tú… Bueno, escucha. En primer lugar, no hay forma de que una bruja muera solo porque la confundieran con alguien famosa, ¿verdad?”

“Moriría en el sentido social”.

“No, quiero que la mates físicamente. Además, la bruja ni siquiera fue humillada”.

“Oh”.

“Al contrario, uno de nuestros propios agentes se involucró y vomitó en el café”.

“Oh”. ¿Qué quieres decir? ¿Tomó café o algo? El café es básicamente veneno.

“…A partir de ahora, solo debes llevar a cabo tus planes después de informar a tus compañeros, ¿de acuerdo?”

“……”

Después de eso, el día terminó con una larga reprimenda del jefe.

Le juré que haría una seria reflexión y acabaría con la bruja con un plan aún más perfecto al día siguiente. Me quedé despierta toda la noche trabajando en mi nuevo plan. Disfrutar de una taza de café mezclado con fármacos mientras desplegaba planos y meditaba sobre ellos (aunque no tenía ni idea de lo que estaba escrito en ellos) me hacía parecer una detective experimentada.

Y luego vomité.

Tenía una semana para llevar a cabo mi plan. No iba a pensar en lo que sucedería en caso de que no pudiera darle de baja a la Bruja Ficticia en ese tiempo.

Ya que yo había sido vencida en el día uno, decidí usar los próximos cinco días para estudiar diligentemente a la bruja. En el último día, tendría que ponerle fin a este asunto… Cuando le conté el plan al jefe, respondió, “Oh, genial”. Su actitud era tan fría como el hielo.

Día uno de vigilancia.

El sol de la mañana brillaba hoy.

La bruja había estado descansando en un café desde

la mañana. Prácticamente podía escucharla desafiándome: “No me das tanto miedo. ¡Adelante, ataca donde quieras!”

Hoy pidió solo una taza de café, tal vez porque está en guardia. Sin embargo, no había tomado un solo sorbo, observaba como el café colocado ante ella perdía gradualmente todo su vapor. Yo sabía que el café era repugnante. Ella debió haberse obligado a beberlo ayer. La entiendo.

Seguí vigilando el café hasta la noche.

Esas horas aburridas fueron una lucha contra la somnolencia.

Pero era especialmente en momentos como estos cuando teníamos que recomponernos. La verdadera victoria me esperaba si seguía siendo paciente.

Por eso bebí café para mantenerme despierta mientras vigilaba.

Y lo vomité de nuevo.

Cayó la noche y me retiré del café cuando llegó el momento de cerrar. Por cierto, me aseguré de limpiar mi vómito.

Día dos de vigilancia.

El sol de la mañana cegaba.

La bruja había estado holgazaneando en el café desde antes. ¿Por qué rayos podría estar frecuentando el mismo café día tras día? ¿Podría ella estar esperando el momento oportuno hasta que yo vuelva a atacar?

Pero como yo había decidido no probar nada durante cinco días, pasé este día vigilando, tomando café y vomitando.

Día tres de vigilancia.

“Oh no, la chica vómito está aquí de nuevo”.

“Es la vomitona. Ha vuelto”.

“Observa, definitivamente ordenará un café, y definitivamente va a vomitarlo de nuevo”.

“Está prácticamente garantizado que vomitará”.

“Hay un cien por ciento de posibilidades de vómitos en el pronóstico de hoy”.

El personal del café me rodeó a distancia, susurraban entre ellos. Yo podía escuchar todo lo que decían, pero como soy una cínica, estaba acostumbrada a cierto grado de prejuicio.

Hoy ordené café otra vez. Lo bebí con gusto.

Y luego regresó por donde vino, en cantidad exagerada.

Día cuatro de vigilancia.

Empecé a vomitar por la mañana, tirando el vómito en la cafetería.

Por cierto, la bruja había colocado deliberadamente una taza de café en la mesa frente a ella.

Mi banda sonora de vómito continuaría mientras ella no se moviera.

Día cinco de vigilancia.

El jefe me llamó a primera hora de la mañana.

“¿Qué diantres haces en el café todos los días?”

¿Eh? ¿Qué sucede? ¿Acaso me está acosando?

Aparentemente, él había recibido una carta de la cafetería quejándose, “Nos gustaría que hicieras algo con tu subordinada que se la pasa vomitando en nuestro café cada santo día. Nos está arruinando el negocio”.

Después de regañarme, regresé con normalidad a la cafetería.

La bruja también se encontraba ahí.

Lo único que aprendí en estos cinco días de vigilancia es que la bruja siempre va a la misma cafetería y se queda ahí todo el día, completamente expuesta.

La única cosa segura es que yo tenía un sinfín de oportunidades.

Debería tomar esta oportunidad, ¿no?

Al día siguiente…

Finalmente me dispuse a ejecutar mi plan. Me habían ordenado matarla, pero matar iba en contra de mis principios. Así que decidí capturarla.

Ese día, se encontraba sentada sin preocupaciones, con el café en la mesa frente a ella. Totalmente indefensa. Si iba a hacerlo, tenía que actuar ya.

Agarré mi varita y me acerqué directamente detrás de ella, luego grité mientras lanzaba un hechizo, “¡biiieeennn!”

Fue un hechizo de esposas—un hechizo asombroso que atraparía por la fuerza a mi oponente en un tipo de esposas que ataban incluso los dedos con cadenas sólidas.

Por cierto, me había tomado una semana aprenderlo.

“¡Ja, ja, ja, ja, ja! ¿Qué te parece? No puedes hacer nada como esto, ¿verdad? ¡Te queda bien!” Me reí a carcajadas en el café mientras arrastraba a la Bruja Ficticia por el cuello.

¡Regresemos a la oficina!

Pero—

“…Em, ¿eres una idiota?”

Alguien tocó mi hombro.

“¿Eh? ¿Qué te pasa?”

Cuando me di la vuelta, vi a una bruja de cabello cenizo y ojos color lapislázuli.

¿Eh? ¿Qué rayos? ¿Por qué mi prisionera está pie como si nada? ¿Qué sucede?

“¿En serio creíste que la tonta que se sentaba aquí en el café todo el día era yo?”

Cuando miré más de cerca, la Bruja Ficticia en mis manos era una simple muñeca que tenía la misma apariencia de la bruja.

Ella no había venido todos los días al café en estos últimos cinco días. Todo este tiempo era una muñeca.

Me había engañado.

Me acababa de dar cuenta que siempre bailé en la palma de su mano.

“Boba”, dijo la bruja mientras lanzaba un hechizo en mi dirección.