Majo no Tabitabi (NL)

Volumen 3

Capítulo 14: La Historia Diaria de Cada Bruja Ceniza

Parte 3

Y entonces tuvimos una pequeña guerra.

Primero, usó su varita para conjurar varios carámbanos inmensos. Los esquivé uno por uno, luego, a cambio, usé un hechizo para levantar todas las tejas esparcidas alrededor de mis pies y las hice volar hacia ella desde todas las direcciones.

Las derribó a todos usando sus carámbanos, como si hubiera sabido desde el principio que era lo que iba a hacer. Luego sacó una enorme bola de hielo en el aire. Parecía que a Elaina Violenta le gustaba usar ataques que involucraban hielo.

Dejó caer la bola de hielo gigante directamente donde yo estaba, pero un gran ataque como ese es simplemente llamativo y dramático—no hay nada de qué preocuparse.

Salté sobre mi escoba y esquivé el golpe. La casa en la que había me encontraba, estaba aplastada bajo el hielo… No había nada que pudiera hacer al respecto.

El ataque con las tejas no había hecho mucho, así que esta vez, usé un hechizo para levantar una casa entera y se la arrojé. Sin embargo, ella salió ilesa. Se cubrió con un muro de hielo justo a tiempo.

¡Sí que le encanta el hielo!

Después de eso, nuestro conflicto cayó en un patrón. Ella usaría un hechizo para conjurar mucho hielo y me lo arrojaría. Mientras esquivaba, yo usaba un hechizo para levantar una de las muchas casas circundantes y se la arrojé. Parecía que le gustaban los ataques llamativos y dramáticos, así que la emparejé y también hice un gran espectáculo.

Mientras conjuraba otra bola de hielo, Elaina Violenta gritó:

“Gente como tú… ¡gah! ¡Ojalá la gente como tú desapareciera!”

“¿Exactamente a quién le dices eso? ¿A mí? ¿O a ti misma?”

“……Cállate,” respondió. “¿Sabes qué me trajo a esta ciudad?

Esta es la Ciudad que Hace tus Deseos Realidad. No podría perdonar por nada del mundo a las Elainas que viajan tan despreocupadas, sin recuerdos dolorosos, así que vine aquí. Encontré la forma para hacer que todas las demás Elainas se sintieran de la misma manera que yo…”

“Ese es tu deseo, no el nuestro”. Respondí lo más tranquilamente posible. “Esta ciudad concede mi deseo al mismo tiempo que concede el de todas las demás, así que tu forma de pensar está equivocada. Es muy, muy equivocada”.

Cuando llegué a este país y me encontré con las otras Elainas, pensé en algo.

Elaina Diablilla—la persona que creó la ciudad—había dicho algo como esto, ¿no es así?

Sus verdaderos deseos son algo que nadie conoce.

Quizás en el fondo de su corazón, estaba pensando que le gustaría visitar estos lugares una vez más.

En otras palabras, en lugar de mi deseo superficial de fortuna y riquezas, había otro deseo más poderoso, en lo más profundo de mi corazón.

“En ese caso…” La voz de Elaina Violenta temblaba. “En ese caso, ¿qué estás diciendo? ¡¿Una fuerza dices que nos reunió a todas aquí?!”

“¿No lo sabes?” Respondí con indiferencia. “¿O simplemente estás fingiendo no saberlo?”

“¡No te burles de mí!”

Con eso…

Me envió ráfagas de hielo una tras otra.

Mientras tanto, seguí reduciendo la ciudad a escombros.

Nuestras habilidades estaban tristemente bien emparejadas, y no importaba cuánta magia nos lanzáramos, ninguna de las dos podía tener la ventaja. Aunque para ser honesta, probablemente era más fuerte que yo, ya que ya había derrotado a las otras Elainas.

Sin embargo.

Supongo que sabes cómo la pelea, surgida de muchas capas de nuestra historia compartida, llegó a su fin, ¿no es así?

En realidad, solo había dos posibilidades. La primera posibilidad era la victoria total para una de nosotras. La ganadora pasaría a la historia como una heroína justiciera, y la perdedora sería recordada como una villana malvada. Ese fue el final que dejaría un mal retrogusto.

Felizmente, ese no es lo que sucedió. Nuestra lucha fue igualada hasta el final; no había forma de decidir una clara ganadora y perdedora.

En otras palabras, nos dirigimos al segundo resultado posible.

“……”

“……”

Deben haber pasado varias horas desde que comenzamos a pelear.

Nos encontramos mirando juntas al cielo en las ruinas de una ciudad, más de la mitad de la cual había sido reducida a escombros.

En el cielo azul, claro como después del paso de una tormenta, grises vibrantes, casi blancas, las nubes se esparcen, trazando patrones en el aire.

Las dos habíamos gastado casi toda nuestra energía mágica.

Ambas estábamos sin poder, y para bien o para mal, nuestra lucha todavía estaba indecisa. Esta era la segunda forma en que podía terminar y la opción que habíamos tomado.

Entonces, como suele ser el caso, sólo había una forma de proceder.

“¿Cuál fue mi propósito para venir a esta ciudad?” Preguntó bruscamente.

“Antes de responder eso, déjame decirte lo que sin saberlo deseaba en lo más profundo de mi corazón,” dije mientras miraba al cielo. “Estoy segura de que vine aquí para conocer a las otras Elainas”.

Se dice que esta ciudad le concederá tus deseos.

Bueno, no me sorprendió saber que quería ver otras posibilidades. Viajar es una serie de encuentros y separaciones y, al mismo tiempo, una serie de decisiones. Cuando miras hacia atrás, a veces tienes unas experiencias extrañas y otras veces te las pierdes.

Pero, ¿y si hubiera una versión de mí que no se haya perdido?

¿Y si hubiera una versión de mí que tuvo un extraño encuentro?

¿Entonces qué?

¿Y si fuera posible tener versiones de mí además de mí?

Estaba segura de que la posibilidad misma era lo que había deseado. Por eso había venido a este lugar y conocí las otras versiones de mí misma.

“Aun así, eso no explica por qué vine aquí”.

Todavía no lo entiendes…

“Ya está explicado. También debes haber sentido un anhelo por tus otras yo, al igual que yo. Un anhelo por la versión de ti misma que no quedó atrapada en la tragedia de la Villa del Reloj de Rostolf te trajo a este lugar”.

“……”

“No nos odias al resto de nosotras tanto como crees. Estás deseando la posibilidad de una tú que no eres tú, de un yo que no experimentó ese horrible incidente. Por eso viniste aquí. Ciertamente no fue para que pudieras lastimarte a ti misma, sino porque en algún lugar de tu corazón, estabas deseando la posibilidad de una tú diferente”.

Ciertamente no fue así para que pudieras lastimar al resto de Elainas.

Viniste aquí para curar tus propias heridas.

Estoy segura que el resto de nosotras están igual. Todas vinimos aquí para conocer la posibilidad de un yo diferente de nosotras mismas.

“…Eso sería egoísta”. Sonaba como si estuviera criticando a alguien a quien fingía no conocer.

“Desear tener otras posibilidades para ti no es algo malo. Además, dijiste que sería egoísta, pero no hay nadie más aquí que tú, ¿sabes?”

Luego tomé su mano.

Sus delgados dedos blancos temblaron de sorpresa cuando los toqué, como si fueran a separarse por un momento, pero después de eso, gradualmente entrelazó sus dedos con los míos.

“… ¿Me escucharás? ¿La historia de cuando retrocedí en el tiempo diez años?” Ella apartó la mirada del cielo y me miró fijamente.

Le devolví la mirada. “Por eso vine aquí”.

Y así concluyó nuestra guerra.

No con un ganador y un perdedor, sino de otra manera.

Con una reconciliación.

***

Déjenme contarles lo que pasó después de eso.

Junto a Elaina de Cabello Corto (antes Elaina Violenta), fui a buscar a las otras Elainas. Prácticamente habíamos destruido la ciudad, así que temía que algunas de las otras Elainas hubieran quedado aplastadas bajo los edificios o en el hielo. Afortunadamente, todas salieron completamente ilesas.

“Esa fue una pelea increíble, ¿eh?” “¿Saben lo duro que trabajamos para buscar y buscar a todas?” “Aunque vayas a hacer un alboroto ridículo, no te dejes llevar demasiado, ¿de acuerdo?” “¡Una pelea de Elainas! Realmente hago algunas tonterías, ¿no es así?” “Tontas”.

Ya habían terminado de reunirse.

Algunas de las otras Elainas habían llevado a las demás de regreso al palacio.

“……” “……”

Por cierto, las Elainas que nos habían regañado hace un momento eran las que habían buscado a las demás.

Aparentemente, se habían escondido en la ciudad y viendo cómo se desarrollaba la batalla. Existían todo tipo de Elainas, así que estoy segura que esas eran las típicas que se contentaban con permanecer al margen.

“Sin embargo, tener tanto de mí, es… ¿Cómo decirlo? Se siente raro”.

Ante mis palabras, Elaina Irritable dijo; “¿Apenas te das cuenta? Bueno, todas ustedes hacen cosplay de mí, ¿no es así? Estoy segura que piensan que son solo la viva imagen de mí”.

Parecía que todavía tenía la cabeza en su mundo despreocupado.

“Bueno, entonces, ¿qué planean hacer ahora? Según lo que dijo Elaina Diablilla—o sea, la Elaina que parece un demonio— todavía nos queda un día aquí”.

Las transeúntes Elainas hicieron muecas a Elaina Lista, quien tenía un dedo en el borde de sus lentes.

“En primer lugar, deberíamos preguntarnos si podemos confiar en esa Elaina Diablilla”. “Esa chica tiene un aspecto sospechoso”. “Creo que definitivamente se esconde en algún lugar por aquí”. “Definitivamente está planeando algo tras bastidores”.

Tenían toda la razón.

Sin embargo…

“Para decirlo de otra manera, no importa lo que hagamos, con un día no debería haber ningún problema, ¿verdad? Nuestra estadía en este país está limitada a tres días, lo que significa que es probable que suceda algo malo una vez que hayan transcurrido los tres días”.

“Ah, ya”. “Ese es el tipo de cosas que pensaría un autoproclamado protagonista”. “Eso significa que está bien que nos quedemos hasta el tercer día, ¿verdad?” “Sería una excelente manera de ahorrar cargos de posada”.

Las transeúntes Elainas básicamente parecían no tener ganas de trabajar duro. También estaba en su naturaleza odiar dejar pasar todo, por lo que aparentemente estaban muy impresionados con esta ciudad, donde podíamos adquirir cualquier cosa y todo gratis.

Como resultado, pasamos el resto de ese día divirtiéndonos en la ciudad.

Comíamos lo que queríamos comer y bebíamos lo que queríamos beber. Después de dar vueltas tanto como quisimos, me paré frente a todas las otras Elainas, sosteniendo una copa de vino en una mano.

“Chicas, está bien pasar un buen rato, pero ¿escucharán mi propuesta?”

Es raro tener una reunión de este tipo.

Sería un desperdicio simplemente jugar.

“¿Todas tienen un diario en el bolsillo de su túnica?”

Así que intentemos hacer un recuerdo más mientras disfrutamos de los recuerdos de nuestros viajes.

Todas reunimos nuestros diarios de viaje. Como era de esperar, cada una de nuestras historias parecía seguir su propio camino. Por ejemplo, cuando yo estaba teniendo un día totalmente aburrido, el mismo día, una Elaina diferente estaba pasando por un encuentro fatídico, y así sucesivamente. Todas eran diferentes.

En la Villa del Reloj de Rostolf, donde disfruté de varios días de turismo completamente normal, la Elaina, que ahora tenía el pelo corto, aparentemente había pasado por una prueba realmente amarga, así que, aunque éramos la misma Elaina, habíamos contado historias muy diferentes.

Se me había ocurrido, después de conocer a Elaina Irritable luego de haber entrado al castillo, que podría ser interesante recopilar las historias de todas. De todos modos, nos quedaba un día, así que decidí hacerlo realidad.

Todas nos reunimos en la espaciosa sala del trono del castillo y pasamos cada uno de nuestros diarios para leer.

“Ah, ya, es una buena idea, pretender ser una adivina en la ciudad con esa inflación…” “La señorita Fran es la misma de siempre, no importa con quién de nosotras esté, ¿eh?” “¿Estas son personas horribles?” “Oh, El País Sincero…” “La Saya de esta historia fue la más linda”. “¿De qué estás hablando?” “¿No querrás decir que era la más loca?” “Y aun así, te alegró recibir el collar”. “……” “Aauugh…” “¿Cómo habrá terminado Elaina Ghoul en un

ghoul?” “Probablemente no escapó del Paraíso del Hombre Muerto.” “Qué tonta”. “Sí, en verdad lo es”. “Por cierto, ¿por qué llevas un parche en el ojo?” “Aquí es donde el dragón negro—” “Oh, ya basta”. “¿No son tus pechos un poco grandes?” “Esto es solo algodón”. “¡Oh, ya basta!”

Me senté en el trono mientras las veía hacer un escándalo por los diarios esparcidos por el suelo.

“Escucharé tu historia, como te prometí”.

“……”

Sentada a un lado del trono, apoyando su hombro contra el respaldo, Elaina de Cabello Corto sacó su diario de su túnica. “En esa ciudad, yo…”

Luego le quité su diario y le pasé el mío a cambio.

Después de eso, por un rato, estuvimos absortas leyendo las historias de las demás.

También había muchas cosas que todas teníamos en común.

En los países que visitamos, sin excepción, todas nos habíamos encontrado con las mismas personas. Por ejemplo, todas conocimos a Saya en el País de los Magos y la volvimos a encontrar en el País Sincero. De esa manera, todas nos encontramos con las mismas personas en los mismos lugares.

Y luego, de la misma manera, nos separamos de esas personas.

Además, probablemente sea una cuestión de rutina, pero nuestras razones para comenzar nuestros viajes fueron las mismas y nuestras maestras también eran las mismas. Había ligeras variaciones entre nosotras, Las Aventuras de Niche nos inspiraron para convertirnos en brujas y luego nos entrenamos con la Señorita Fran. Hasta ese momento, nuestras historias eran exactamente las mismas, como copias.

Después de que todas terminaron de leer las historias de las demás, de repente alguien hizo una sugerencia.

“¿No sería interesante convertir esto en un libro? Algo similar a Las Aventuras de Niche, por ejemplo”.

Ninguna rechazó esa propuesta. Por el contrario, todas asintieron como si hubieran esperado decir lo mismo.

El título del libro terminado era lo último por decidir. Propusimos muchos nombres, pero al final, acordamos mi sugerencia por mayoría de votos.

Imitar nuestro amado libro Las Aventuras de Niche llamándolo Las Aventuras de Elaina también habría sido bueno, pero si hiciéramos eso, sería demasiado similar a un vergonzoso error del pasado que alguien en algún lugar quisiera borrar de la historia, y lo que es más importante, no era particularmente sensato.

Por supuesto, un título excéntrico encajaría mejor con una protagonista excéntrica como nosotras.

Y así nos decidimos por este título.

Lo llamamos El Viaje de Elaina.

***

Era la mañana del tercer día.

La mayoría de nosotras (especialmente las Elainas transeúntes) nos habíamos opuesto fuertemente a irnos, pero no había nadie entre nosotras que supiera lo que iba a pasar ahora.

Después de repartir copias de El Viaje de Elaina a todas, las obligué a marcharse.

Como éramos responsables del considerable daño que se había hecho a la ciudad, Elaina de Cabello Corto y yo nos quedamos atrás y buscamos para asegurarnos de que no hubiera nadie escondida en ninguna parte.

“No hay nadie más aquí, ¿eh?”

“Ya no”. Asentí a Elaina de Cabello Corto.

Después de mirarme por un momento, ella miró hacia la ciudad que nos rodeaba. La luz del sol de la mañana brillaba en una parte de la ciudad que apenas habíamos evitado, extendiendo un pálido color escarlata sobre su cabello ceniza.

Con el hermoso paisaje detrás de ella, tenía una expresión que hace verla un poco solitaria.

“¿Qué planeas hacer desde aquí?” Al preguntar, tocó suavemente su cabello.

“Creo que podría ir a recuperar mi cabello. Probablemente todavía esté implantado en una de las muñecas”.

“¿Es todo?”

“Sí, bueno, como la culpable ya fue capturada, bien podría encontrarlo con solo buscar las muñecas”.

“Espero que lo encuentres”.

“Sí”.

Ninguna de las dos quería despedirse. Para empezar, ella era yo, así que era extraño hablar de separación. Decir adiós a alguien a quien podía ver cada vez que me miraba en un espejo… Me pareció de alguna manera, extraño.

……

Bueno, esa era la razón por la que estaba dispuesta a admitirlo de todos modos.

Simplemente no quería decir esas palabras de despedida.

Y entonces…

“Gracias, Elaina”. Dijo.

“Ni lo menciones, Elaina”. Respondí.

Con solo ese intercambio de palabras, ella dejó la ciudad.

***

Tenía una última cosa que necesitaba hacer.

“¡Ahora estoy sola!” Dije a nadie en particular. Mi voz resonó fuerte en la ciudad, que respondió solo con silencio y me hizo pensar que podría hacer eco en todas partes sin que yo tuviera que forzar mi voz.

De hecho, efectivamente, a quien había estado esperando, llegó cuando escuchó mi llamada. La chica con dos cuernos retorcidos descendió hasta donde yo estaba de pie, batiendo sus alas de murciélago.

“¿Me llamaste?”

Elaina Diablilla había aparecido.

“Sí, porque hay algo que realmente quiero discutir contigo”.

“Pero yo no tengo nada que decir”.

“……” Me quedé mirando a esta chica que había demostrado

que nunca dejaría pasar la oportunidad de hacer una broma. “Me di cuenta de tu verdadera identidad a mitad de esta aventura”.

“Antes de discutir mi verdadera identidad o lo que sea, me gustaría que asumieras la responsabilidad de destrozar mi ciudad”.

Enserio, qué chistosa es.

“Este lugar es un sueño, ¿verdad? No creo que haya que asumir ninguna responsabilidad”.

“…Hmm”.

La Ciudad que Hace tus Deseos Realidad, donde encontré a todas las demás Elainas, se construyó en su totalidad con partes de otros países que había visitado. Esa era una conclusión por cómo se veía este lugar, que estaba lleno de todo tipo de fenómenos imposibles.

Este era mi mundo de sueños, y todo en este sueño me lo estaba mostrando Elaina Diablilla ante mis ojos.

Parecía irracional.

Sin embargo, fue una conclusión muy convincente.

“Por cómo se ve esta ciudad—Parece que en este lugar reuniste todo lo ideal en uno… y eso me recordó otro incidente en cierto país”.

Todos los ciudadanos habían caído en un sueño profundo, y mientras todos los demás dormían, solo una chica solitaria se quedó atrás. Había sido bastante triste.

Todos los ciudadanos durmiendo pacíficamente se perdieron en un sueño de sus mundos ideales creados por cierto demonio, y cuando pasaron tres días, murieron mientras dormían.

Tres días—exactamente la misma cantidad de tiempo que Elaina Diablilla nos había dado.

“Te entrometes en los sueños de las personas y consumes su fuerza vital atrapándolos dentro de sus mundos idealizados. Y yo soy una de tus víctimas. ¿O me equivoco?”

“¡Jo-jo!” sonrió y sacudió su cabeza. “Te equivocas un poco.

Aún no te unes a ellos”.

“En efecto. Ya que aún no pasan tres días”.

Aún me quedan algunas horas.

“Entonces, ¿qué planeas hacer? ¿Te quedarás aquí y convertirte en mi alimento?”

“Por supuesto que no. ¿Por qué crees que destrocé tanto la ciudad y eché a todas las demás Elainas?”

“……”

Bueno, fue mayormente una coincidencia que la ciudad haya sido destrozada, pero alejar a todas las demás Elainas había sido parte del plan.

Era probable que las otras Elainas que habían aparecido aquí, hubieran sido reproducidas de mis recuerdos y fueran mis otros posibles yo. En otras palabras, eran imágenes que había creado a partir de mi anhelo de posibilidades alternativas.

“Incluso si este fuera el mundo de mis sueños y no el de las otras Elainas, ya no hay nada que desee aquí. No hay absolutamente ninguna razón para que me quede en este sueño”.

“…Lo hiciste bien. Qué lástima. Estaba segura de que la fuerza vital de una bruja sería particularmente deliciosa”.

“Si esperabas tener una bruja para cenar, diría que tu plan improvisado ha fracasado”. Tomé mi varita en la mano. “Entonces, apúrate y déjame salir de aquí. Si no—”

“Si no lo hago, ¿me vas a golpear? Ja-ja-ja, qué tonta eres”. Se rio y luego dijo: “Si sales por la puerta como siempre, regresarás al mundo real. En primer lugar, nunca impedí que nadie se fuera y no persigo a nadie que se vaya. Si quieres escapar, puedes hacerlo”. Me despidió.

“……    ¿Así  que  has  consumido  la  fuerza  vital  de  muchas personas al hacer esto?”

Supongo que, después de esperar los tres días asignados, devora la fuerza vital de cualquiera que decida quedarse.

“Exacto. Así es como me alimento”.

“… ¿Te alimentas de la vida de las personas? ¿No te sientes culpable por devorar humanos inocentes?”

“Para mí, una vida humana no es más que comida. ¿Crees que es imperdonable comer carne de ganado?”

“…”

“Parece que quieres decir que no puedes entenderme. Realmente no estoy tratando de que entiendas. Las criaturas como yo, son diferentes a los humanos, hasta en lo más esencial. Nunca pensé ni por un segundo que podríamos entendernos”.

“…Eso es muy malo. Si pudieras usar tu poder de una manera más amigable, probablemente habrías sido útil para los humanos”.

“¡Ja-ja-ja, realmente eres una tonta!” Dijo con franqueza. “¿Por qué debería ser amiga de mi ganado?”

Diferente hasta en lo más esencial.

Comprendo. Efectivamente, los seres que llamamos demonios probablemente serían así.

“Oh, cierto, cierto. No voy a detenerte, pero déjame decirte algo”.

“… ¿Qué cosa?”

Estaba a punto de despedirme.

Ella hablaba despreocupadamente, tan alegre como siempre.

“Las Elainas que vinieron aquí; no eran solo tu imaginación… Todas eran tu verdadero yo”.

***

Las nubes grises, casi blancas, dibujaban patrones a medida que se movían por el cielo despejado, como lo hacen después de que pasa una tormenta.

La brisa provocó una conmoción al correr por la hierba, formando ondas de un verde brillante. Haciéndome cosquillas en la nariz con la fragancia de principios de la primavera con el aroma del invierno aún persistente bajo el cálido sol.

Azul y verde, y un poco de blanco, se reflejaban en mis ojos.

“…Este lugar”.

Aparentemente, había estado en un sueño profundo, justo en medio de una pradera.

¿Cuánto tiempo estuve inconsciente? Mi memoria antes de quedarme dormida era confusa, y realmente no podía recordar mucho. ¿Por qué, cómo y por qué dormía en medio de un campo?

Aunque recuerdo muy vívidamente los eventos que sucedieron en mi sueño.

“……”

Entonces de repente se me ocurrió.

No recuerdo lo que pasó antes de quedarme dormida, así que revisaré el diario. Los diarios son cosas útiles cuando tu memoria es confusa. Creo que debería estar en mi túnica.

“…Aquí está”.

Cuando busqué en mi túnica, se cayó un libro junto con mi diario. Tenía una portada muy sencilla con el título y con mi nombre escrito a mano.

“……”

Era, sin duda, el libro que habíamos escrito mientras estábamos en el sueño.

Ah, ahora que lo pienso, las personas que salen de ese tipo de sueños suelen traerse algo consigo.

Ah, ya. Así que este libro era mío.

Por un momento, comparé los dos libros en mis manos y luego devolví uno al bolsillo de mi túnica.

“…El diario puede esperar para después”.

Volveré a mis viajes cuando termine de leer este libro. No es la gran cosa. Tengo mucho tiempo.

Además, en este momento, tengo ganas de hacer un viaje al pasado.

Así que crucé las piernas y me senté en medio de la pradera.

Como impulsada por la brisa fresca, abrí el libro con cuidado.

Efectivamente, dentro estaba mi historia.

-FIN DEL VOLUMEN 3-