Bofuri Itai No Wa Iya Nanode Bogyo-Ryoku Ni Kyokufuri Shitai To Omoimasu (NL)

Volumen 2

Capitulo 7: Build Defensiva Y Exploración Del Desierto

Parte 1

El bosque había probado ser mucho más pequeño que los anteriores.

“¿Oh? ¡Ya salimos!”.

“¡Asombroso… un desierto!”.

Una vasta extensión de arena estaba frente a ellas.

El terreno uniforme era roto sólo por ocasionales cactus.

Sin señal de otros jugadores.

“¿Entramos?”.

“Por supuesto”.

Se metieron a la arena.

“¡Al menos no nos dará sed!”.

“Sí, eso haría imposible explorar”.

Este juego no simulaba la deshidratación.

Y las temperaturas del desierto no les afectaban negativamente tampoco.

La arena las hacía moverse más lento, así que explorar definitivamente sería difícil, pero poco a poco iban avanzando por las dunas.

“¡No hay nada!”.

“Nada que pueda ver”.

Las dunas estaban aumentando en tamaño. Subieron, esperando que hubiera algo al otro lado.

“Hay que seguir adelante”.

“Sí…”.

Mantenían a Oboro y a Syrup en sus anillos.

Maple había tratado de sacar a Syrup, pero las dunas eran demasiado empinadas.

Cuando la arena se movió, envió a la pequeña tortuga rodando cuesta abajo.

Y al notar cuánta arena se había metido al pelaje de Oboro, Sally rápidamente lo guardó de nuevo.

Sentía lástima por el zorrito.

Cruzaron docenas de dunas… y al fin, vieron un oasis en la distancia.

“¡Por fin!”.

“¡Corramos hacia allá!”.

Rodeado por arena, ese trozo de verde casi brillaba.

Aceleraron el paso y se dirigieron hacia allí.

“¿Y bien? ¿Ves algún calabozo?”.

“Separémonos para revisar todo el sitio. No es tan grande, así que no deberíamos tardar mucho”.

Pero su investigación comprobó la inexistencia de cualquier cosa.

“Hmm… No hay nada de nada”.

“Qué lástima”.

“Supongo que podemos descansar un rato”.

“Buena idea. Hoy me siento más cansada de lo normal”, dijo Sally, estirándose.

Ambas habían pasado varias horas peleando.

Y eso había pasado factura.

Maple cayó al suelo, mirando a su alrededor.

“Hmmm. Uh. ¡Sally! ¡Viene alguien!”.

Ella se apresuró a pararse, levantando su escudo.

Sally sacó sus dagas, ojos fijos en el jugador acercándose.

“Sitio ocupado… y se trata de Maple. Qué mala suerte”.

El jugador se trataba de una mujer adulta, vestida en ropa tradicional japonesa.

Tenía un kimono del color de los cerezos y un hakama purpura.

Por la katana en su costado, fue reconocible de inmediato.

“Ella terminó en sexto lugar en el evento pasado”.

“¿Qué? ¡¿En serio?!”.

“Ya revisé. Conozco a los del top”.

“Odio interrumpir”, dijo la mujer. “¿Pero es posible quedar en paz en estas circunstancias?”.

Parecía que no buscaba pelea.

O eso dijo… pero podría no ser su intención real.

“……… ¿Hablas en serio?”, dijo Sally, mirándola de cerca.

“Ciertamente me gustaría tener más medallas. Si pelear es lo que prefieren… entonces trataré al menos de llevarme a una conmigo a la tumba”.

Cuando dijo “a una”, sus ojos claramente se posaron en Sally.

Maple se crispó. Ella estaba lista para atacar o defender, según se necesitara.

“Pero en ese caso, la sobreviviente se quedaría todas las medallas. Eso nos da ventaja”, murmuró Sally.

La Chica del Kimono no era la única buscando medallas.

“………Cierto”.

“¿Entonces?”.

“Depende de ti, Sally. Yo no… bueno, si tengo qué, haré mi parte”.

Sus ojos se fijaron en la mujer— “¡Super Velocidad!”.

—quien inmediatamente dio media vuelta y corrió.

Demasiado rápido para el ojo humano.

“¡Super Velocidad!”, Sally la persiguió.

Igual de rápido.

Sally había decidido que esta oportunidad era demasiado buena para dejarla pasar.

“¡Esperameeee!”, Maple gritó, haciendo su mejor esfuerzo para seguirlas.

Pero era como una tortuga persiguiendo a una liebre.

¿Quién no querría perseguir a alguien que trató de escapar? Sally siguió la corriente, lista para el combate.

“¡¿P-Por qué tienes Super Velocidad?!”.

“¿Y por qué no?”.

Ambas se metieron a un valle entre dos dunas. No había escapatoria.

La mujer se giró y sacó su katana.

Definitivamente asumió que podía ganar siempre y cuando no fuera contra Maple.

Después de todo, había quedado en sexto lugar antes.

“Primera Espada: Calina”.

La mujer brilló—y desapareció de la vista.

Reapareciendo justo frente a Sally.

Su espada se movió horizontalmente, cortando a Sally en dos.

“¡¿Qué…?!”, jadeó.

Su objetivo había desaparecido, derritiéndose en el aire.

“Todos reaccionan así la primera vez”.

Chispas rojas salieron del cuerpo de la mujer.

Sally no tenía grandes capacidades de ataque, así que no hizo mucho daño, pero había cortado el costado de la mujer al pasar.

Esta última se alejó rápidamente, manteniendo la distancia.

“¿Crees que puedes ganarme antes de que llegue Maple?”, sonrió Sally.

“Hrngg…. ¡Primera Espada: Calina!”.

La mujer cerró distancia de nuevo…

El mismo corte horizontal.

“Eso ya lo he visto”.

Lo que sucedió después fue difícil de creer.

Sally se agachó, debajo del movimiento de la katana, lanzándose luego hacia adelante.

Y mientras la espada del oponente golpeaba nada más que aire, Sally pasó a su lado, cerca al suelo.

“¡Hngg!”.

Chispas rojas salieron de los pies de la mujer.

“No imaginé que serías así de buena. Pero supongo que por eso estás con Maple…”.

“Gracias por el cumplido”.

Se enfrentaron una vez más.

Sally no iba a hacer el primer movimiento.

Su plan era evadir los ataques de la mujer y aprovechar las aberturas que dejaba.

Si algún ataque lograba darle, Sally perdería.

Pero su oponente no sabía eso.