Bofuri Itai No Wa Iya Nanode Bogyo-Ryoku Ni Kyokufuri Shitai To Omoimasu (NL)

Volumen 2

Capitulo 11: Build Defensiva Y El Sexto Día Del Evento

 

 

Tras un rato, se levantaron.

Esta vez, el circulo mágico las llevó a la cima del acantilado.

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Las ruinas yacían detrás de ellas.

Por otro lado, la fosa en el mar había desaparecido.

“¿Eso significa que ya terminamos aquí?”.

“Sip. Pero no encontramos suficientes medallas…”.

“Oh. Cierto. Todavía necesitamos dos más”.

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Habían dormido un rato. Ahora eran las nueve de la mañana del sexto día.

“Si hay algunos calabozos que todavía no estén completados… probablemente serán muy difíciles o demasiado complicados de encontrar”.

“Sí… en todo caso, será mejor que empecemos a caminar”.

Maple se giró para caminar, pero Sally la detuvo.

“Maple—te quedaste sin Devorador, ¿verdad?”.

“Em… ¿la fecha cambió mientras atacábamos al calamar?”.

Si no recuperaba sus Devoradores, Maple no podría ser de ayuda en batallas serias.

Sally pensó por un momento, e hizo una sugerencia.

“No nos queda de otra. Tenemos que atacar a otros jugadores”.

“Hngg… Bien, hagámoslo”.

Sally definitivamente estaba más entusiasmada por hacer PK que Maple, pero si tenía que elegir entre cazar o ser cazada, Maple podía aceptarlo.

Muchos de los jugadores con los que se habían topado habían tratado de matarlas.

Y ese hecho ayudó a convencer a Maple de que esta era su mejor opción.

“Entonces… vámonos al bosque. ¿Maple? ¿Ves esa montaña?”.

“¿Eh? Sí, pero…”.

“Vayamos hacia allá. Imagino que un sitio como ese atraerá a otros jugadores”.

Esta no era la misma montaña que habían subido el segundo día.

Definitivamente parecía el tipo de montaña que tendría un calabozo, pero ya que era realmente llamativa, era muy probable que el calabozo ya hubiera sido completado.

“Me parece bien”.

Con eso decidido, partieron.

Tres horas después.

Estaban en una cueva en la base de la montaña.

Habían visto otros jugadores de camino hacia acá, pero todos habían escapado de ellas.

Y con el potencial ofensivo de Maple desaparecido, Sally no quería arriesgarse a dejarla sola para perseguir a los jugadores.

“¿Te parece bien? ¿Te importaría ocultarte aquí, Maple?”.

“¡No hay problema! Y… disculpa”.

“¡No te preocupes! Lo hiciste bien contra el calamar”.

Sally abrió su menú y le entregó su anillo a Maple.

Este era el anillo que la conectaba a Oboro.

“Te costará un poco de HP, pero… Oboro puede ayudar a protegerte”.

Maple removió su Anillo de Resistencia y se puso el de Sally. Luego, invocó a ambos monstruos mascota.

“Genial… ¡entonces iré a ver qué puedo conseguir!”.

“¡Buena suerte!”.

Sally salió corriendo de la cueva.

No habían entrenado a Syrup o a Oboro mucho, pero ellos podían encargarse de jugadores de nivel bajo. Quizás incluso de los de niveles medios.

Y eso los hacía guardias suficientemente buenos.

Si Maple moría, perderían todas las medallas que habían reunido.

“Qué gran responsabilidad… ¡Oh, ya sé!”.

Puede que ya no hubiera habitación de jefe, pero esta cueva tenía un calabozo, así que era bastante grande.

Una cueva que parecía una granja de hormigas.

Y Maple estaba hasta el fondo.

“¡Cápsula Venenosa!”.

Cuidando de no lastimarlos, alejó primero a Syrup y a Oboro. Luego, se ocultó dentro de una capsula venenosa, aumentando gradualmente el tamaño.

Esta era una skill que Maple podía usar sin Devorador. “¡Tengo que sobrevivir hasta que Sally regrese!”

Ella expandió la capsula tanto como le permitía su recuperación de MP, gradualmente llenando el pasillo de la cueva.

El calabozo rápidamente se volvió un pantano venenoso.

Era como si Maple se hubiera transformado en el nuevo jefe del calabozo.

“¡Mantengan su distancia! ¡Nadie entrará aquí!”.

Maple expandió su capsula de nuevo.

Mientras Maple soltaba veneno, Sally se encontraba fuera de la cueva.

“Si estoy sola… debe haber muchos jugadores que pueda derrotar”.

Demasiados jugadores reconocían a Maple a simple vista.

Era por eso que aquellos jugadores de antes habían escapado… Una mirada a Maple, y habían corrido como el viento.

Todos sabían lo peligrosa que era esa chica.

Pero no ocurría lo mismo con Sally.

Ella era completamente desconocida.





Sally estaba igual de rota que Maple y era mucho más agresiva.

Pero pocos jugadores sabían de esto.

Y Sally no tenía nada que perder.

Maple era la que tenía todas las medallas.

“Ha pasado un tiempo… pero me siento de humor para arrasar con todo”.

Sally disfrutaba hacer equipo con Maple, pero luchar a solas era emocionante a su manera.

Ella corrió, bajando la montaña.

Era poco más de medio día. La visibilidad era muy buena.

“¡Aha! Encontré algunos”.

Sally encontró dos mujeres caminando por el bosque, una con una lanza y una con una espada. Estaban alertas, y vieron a Sally de inmediato.

“¡Se acerca!”.

“¡La veo!”.

La espadachina tenía un escudo equipado y comenzó a acercarse poco a poco, protegiéndose.

“¡Estocada de Tempestad!”.

La lancera atacó con su arma en dirección a Sally, pero ella lo vio y ya estaba un paso por delante.

Su oponente había visto sus dagas, asumió que Sally esquivaría la estocada, y planeó atacar mientras Sally se tambaleaba.

Era un plan sólido.

Cualquier jugador normal retrocedería o esquivaría hacia un lado.

La lancera había apostado por lo primero y siguió la estocada con un salto hacia el frente, cerrando distancia.

Era la mejor opción—aun si Sally esquivaba hacia un lado, podría arreglárselas.

Pero Sally no era una jugadora normal.

“¡¿Eh?!”.

Sally no esquivó como una persona normal.

Ella torció su cuerpo justo lo suficiente para evadir el ataque y siguió avanzando. La lancera no pudo protegerse, y las dagas de Sally la atacaron.

“¡Doble Corte!”.

Chispas rojas salieron volando, pero la lancera sobrevivió.

Y ya estaba blandiendo su lanza hacia un lado.

“¡¿Es en serio?!”.

Sally esquivó agachándose bajo la lanza, como si estuviera jugando al limbo. Era difícil creer que un humano podía reaccionar así de rápido—y la sorpresa hizo que la mente de la lancera quedara en blanco.

“Hasta aquí llegaste”.

Las dagas de Sally hicieron que el HP de la lancera cayera a cero.

“¡Corte Poderoso!”.

Un rápido corte vertical atacó a Sally desde atrás.

La espadachina estaba segura de que la había derrotado.

“…………… ¡!”.

Pero Sally se giró, como si tuviera ojos detrás de su cabeza.

Un pequeño giro hizo que el golpe pasara de largo, como si la espada estuviera esquivando a Sally.

“¡Corte!”.

Sally pasó rápidamente a un lado de la espadachina, golpeándola en el flanco.

La espadachina sentía que todo esto era espeluznante.

Era como si, mientras más atacara, peor se pusieran las cosas.

“Argh…”.

“¡Cortaviento!”.

Y mientras le fruncía el ceño a Sally, pensando en cómo acertar un golpe… bueno, digamos que no se esperaba que Sally pudiera usar magia también.

Quizás esta era prueba de que estaba comenzando a entrar en pánico.

“¡Ah!”.

La espadachina saltó a un lado, esquivando el hechizo.

Pero esta era exactamente la situación en la que habían tratado de poner antes a Sally. Ella se percató de esto, pero era demasiado tarde para recobrar su balance.

“Adiós”.

Cara a cara, muy pocos jugadores podían hacerle frente a alguien verdaderamente habilidoso.

Y por ello, ningún milagro llegó a salvarlas.

“Bueno, ninguna medalla”.

Sally partió en búsqueda de su próxima presa.

Por suerte, el sexto día había traído a varios jugadores a esta área.

Después de lo ocurrido, todos esos jugadores dieron el mismo testimonio.

“Se desvaneció como un espejismo”.

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“Fue como si mi espada la esquivara”.

“¿Lo que pasó fue real?”.

Bofuri Volumen 2 Capitulo 11 Novela Ligera

 

 

Así es como empezaron los asesinatos—y poco después, esta carnicería sería conocida como la Pesadilla del Sexto Día.

“Pues… hora de regresar”, dijo Sally, con su rostro resplandeciendo por las chispas rojas de un jugador moribundo.

Si este juego tuviera sangre en lugar de partículas brillantes, su hermoso equipo azul habría estado lleno de color carmesí desde hace mucho tiempo.

En los días por venir, algunas víctimas especularían que se trató de un poderoso jefe de área que salió de la nada, pero por ahora, su reinado del terror había terminado.

Porque sus habilidades la habían hecho ganar dos medallas.

“Casi nadie tenía medallas, ¿eh? ¿Fue suerte nuestra, o…?”.

El sol comenzaba a ocultarse.

Ella podía ver la montaña donde Maple la esperaba, como una silueta contra el atardecer.

Estaba a unas seis millas de distancia.

Sally había dejado de contar tras matar a la centésima víctima.

Sin embargo, sólo había conseguido dos medallas.

Las sospechas de Sally eran correctas… Ellas habían sido muy afortunadas.

Pero lo que realmente había hecho la diferencia era que las chicas habían tenido la fuerza para completar los calabozos que habían encontrado.

“Será mejor que lleve estas medallas a un lugar seguro”.

Sally empezó a correr.

Se topó con varios jugadores en su camino, los convirtió en luz—y nadie pudo hacer nada para detenerla.

“¡Uf, lo logré!”.

Sally entró a la cueva.

Ella conocía el camino, así que empezó a abrirse paso por el laberinto hasta la posición de Maple… sólo para detenerse a la mitad.

“Rayos…”.

El pasillo frente a ella estaba bloqueado por una pared de veneno.

Atacarla dejaría el suelo lleno de veneno, así que Sally no iba a poder avanzar.

“Esa definitivamente fue Maple… Supongo que debería enviarle un mensaje”.

Ella envió uno, y esperó un rato. Eventualmente, Maple salió de entre el veneno.

“¡Encontré dos medallas!”, dijo Sally.

“¡Asombroso! Genial”.

Sally se las lanzó a Maple.

Por fin tenían veinte.

Todo lo que tenían que hacer ahora era protegerlas.

“¿Cuál es el plan? Conseguimos nuestras medallas, así que podemos relajarnos y entrenar a estos dos por el resto del evento”.

“¡Oh! ¡Eso me recuerda…! Tuve una idea que puede ser de ayuda”.

“¿Qué?”.

“¡Sígueme!”.

“Uh… literalmente no puedo…”.

Sally apuntó al suelo lleno de veneno.

“Oh… uh, ¿te llevo en mi escudo?”.

Maple canceló su cápsula, y la pared venenosa desapareció. Luego, puso su escudo pesado en el suelo.

“Bueno, pero, ¿qué vas a hacer?”.

Sally se sentó sobre el escudo como si fuera un trineo.

“Voy a empujarlo”.

“Em”.

“¡Voy a empujarlo!”.

“No creo que eso vaya a funcionar”.

“Créeme— ¡lo hará!”.

Maple le dio un empujón.

El escudo se movió quizás unas veinte pulgadas antes de detenerse por completo.

“…No funcionó”.

“Me lo temía. Como sea, ¿cuál era tu idea? Empecemos por ahí”.

“Bueno, em… por allá hay un camino sin salida—no es el mismo en el que me dejaste—y había monstruos hormiga de unas ocho pulgadas de alto. ¡Y eran muy débiles! Creo que serían perfectos para Syrup y Oboro”.

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Ellas no habían revisado la cueva por completo antes, así que esto era algo nuevo para Sally.

Maple se había aburrido, así que una vez estuvo segura dentro del veneno, había ido a explorar y encontró las hormigas.


“¿Reaparecen?”, preguntó Sally.

Si reaparecían, entonces realmente sería un buen lugar para entrenar.

“¡Aparecen tres cada diez minutos!”.

“Entonces… ¿te lo podría encargar, Maple? No creo poder llegar allá pronto”.

“¡Bien! ¡Déjamelo a mí!”.

Sally se bajó del escudo, y Maple lo volvió a equipar.

Luego, regresó a las profundidades de la cueva.

“Hmm… pero ahora yo ya no tengo nada qué hacer”, dijo Sally.

Ella caminó de regreso a la entrada de la cueva.

No era como si todo el lugar estuviera contaminado con veneno. Sólo una tercera parte.

Sally decidió quedarse en una cámara no muy lejos de la entrada.

Era una habitación cuadrada, quizás de unas veinte yardas a cada lado, con decoraciones en las paredes.

Sally asumió que había sido hogar de algún subjefe.

“Supongo que me quedaré protegiendo a Maple”.

Este no era un calabozo al que llegabas usando un círculo mágico.

Y como había sido completado hacía tiempo, el índice de aparición de monstruos era bastante bajo.

Apenas unas apariciones de rutina como las que Maple había encontrado.

Y Sally no sabía dónde sucedían.

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Entonces, ¿de qué pensaba proteger a Maple?

Claramente, no de monstruos. No, ella la iba a proteger de otros jugadores.

Había tan pocos calabozos restantes que los jugadores irían en busca de medallas a cualquier lugar que pareciera un calabozo.

“Y si alguno de ellos tiene Anulación de Venenos, ella morirá”.

Sin Devorador, Maple no tenía forma de derrotar jugadores habilidosos y con buenas defensas.

Ya que Sally no tenía nada mejor qué hacer, decidió hacer de guardia por esa posibilidad.

“Esto hace que este sitio… parezca un nuevo calabozo…”.

Maple era el jefe, y Sally un subjefe—y veinte medallas quedarían para cualquiera que pudiera derrotarlas.

Y casi no había monstruos.

Era un calabozo especial.

“Sólo debo mantenerla segura hasta que el sexto día termine…”.

Una vez empezara el séptimo día, Maple regresaría a su fuerza normal.

Si podían aguantar hasta entonces, ¡Maple reviviría más poderosa que nunca!

“Eso hace sonar a Maple una especie de rey demonio…”.

Dada la cantidad de jugadores que había habido cerca de esta montaña, Sally se preguntaba si quedaba algo más por explorar en las demás regiones.

“¿Vinieron porque todas las demás áreas habían sido completadas?”.

Mientras Sally pensaba, escuchó voces en el pasillo.

“¡Hay algo adelante!”.

Un grupo de cuatro entró, armas listas.

Sally observó rápidamente a cada uno.

Una lanza, un escudo pesado, una varita, y una espada pesada.

Parecía que jugaban juntos a menudo. El balance de su grupo era sólido.

“¿Quién está ahí?”, gruñó Sally.

“¿Eres… una jugadora? O…”.

Ella estaba en la habitación de un subjefe, cubierta de pies a cabeza con equipo de la mejor calidad— Para sorpresa de nadie, era difícil distinguir si era una jugadora o no.

Podían ver su barra de salud, pero eso era normal con los monstruos también.

Si Sally decía que era un monstruo, fácilmente le creerían.

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“¿Buscan pelea?”.

Si descubrían que ella era una jugadora, querrían sus medallas y probablemente atacarían. Aun si Sally les decía la verdad—que no tenía ninguna medalla—ellos no tenían por qué creerle.

Y claramente estaban aquí para explorar, así que, si los dejaba pasar, encontrarían los pasillos venenosos de Maple.

Y eso los convencería de que este calabozo aun no estaba completado.

Y si eran capaces de atravesar esos pasillos—Maple estaría en problemas.

Derrotarlos era lo más seguro.

Además, podría ser divertido actuar como un monstruo.

Por eso, Sally decidió hablar con frases cliché.

“¡Un subjefe! ¡Prepárense!”.

Convencidos por su actuación, los miembros del grupo estuvieron seguros de haber encontrado un calabozo incompleto.

“¡Traten de entretenerme todo lo que puedan!”, dijo Sally, esparciendo peces con auras azules a su alrededor.

La verdadera razón por la que estaba actuando como un monstruo…

…era porque su reciente reinado del terror la había dejado llena de adrenalina.

No estaba lista para dejar de luchar todavía.

Y si ellos pensaban que ella era un monstruo— definitivamente la atacarían con todas sus fuerzas.

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Pensó que, ya que de todos modos tenía que derrotarlos, disfrutaría del espectáculo.

Después de todo, divertirse era parte fundamental de los videojuegos.

“Heh-heh-heh… ¡qué gran presa!”.

“¡Cuidado! ¡Se acerca!”.

“““¡Ah!”””.

Los videojuegos brindaban placeres que el mundo real jamás podría ofrecer.

Y eso aplicaba tanto a Sally como al grupo al que se enfrentaba.

Mientras tanto, Maple estaba sentada en el suelo de una habitación en el fondo, animando a Syrup y a Oboro.

“¡Mordida! ¡Gánale! ¡Sigue intentando! ¡Llamas Vulpinas!”.

Las hormigas murieron, y Maple sonrió con aprobación.

“¡Bien hecho! ¡Sigan así y serán fuertes en poco tiempo!”.

Ella se levantó, acariciando a ambos monstruos.

Si no estuviera usando una armadura completa, se habría visto como una niña normal jugando con sus mascotas.

Algo que se veía a diario en el mundo real.

Maple no tenía idea de que Sally estaba en un combate mortal en ese momento.

Por otro lado, quizás Maple era la excepción real aquí.

Jugó con Syrup y Oboro por un rato.

Acariciarlos no ayudaba exactamente a que sus niveles aumentaran, pero Maple se divertía.

“Muy bien, suficientes juegos de correr… Ustedes siempre me alcanzan—sólo porque esta habitación es muy pequeña. Mm-hmm, definitivamente esa es la única razón”.

Maple se sentó con pesadez, mirando fijamente a Syrup caminar.

Unos minutos después, los monstruos reaparecieron.

“¡Oh, regresaron! ¡Provocación! ¡Syrup, usa Mordida.

¡Oboro, Llamas Vulpinas!”.

Maple se quedó sentada, pero usó su skill de Provocación para atraer a los enemigos hacia ella.

Y mientras los monstruos la mordían sin causarle daño, las dos mascotas atacaban desde atrás.

“¡Adelante! ¡Sigan así! ¡Una vez más! ¡Mordida! ¡Llamas Vulpinas!”.

Bajo el cuidado de Maple, Syrup y Oboro derrotaron con éxito a los monstruos hormiga.

“¡Y con eso subieron otro nivel! ¡Woo! Heh-heh. ¡Qué buenos son! ¡Oh, ambos aprendieron nuevas skills!”.

Maple los bañó con elogios y caricias.

Ella sabía que esto no afectaría sus stats, pero ella quería demostrarles afecto.

“En el mundo real, es mucho más difícil jugar con animales lindos como tú, Syrup. ¡Eh-heh-heh! Qué adorables son”.

Entrenar a sus mascotas puede haber sido trabajo de Maple, pero eso no significaba que no podía divertirse haciéndolo.

“¡Gah!”.

“Hasta luego”.

El último de los jugadores se convirtió en luz.

Sally guardó sus dagas y se sentó.

Varios grupos habían llegado, pero ninguno había podido siquiera rasguñarla.

El sexto día casi terminaba.

“Sólo treinta minutos más…”.

Había pasado un rato desde el último ataque. Eran las once treinta PM.

Una vez Maple recuperara sus skills, podrían pasar el séptimo día haciendo lo que quisieran.

Podían quedarse en este calabozo, o aventurarse en el exterior.

“¡Apuesto a que esta será la última batalla del día!”, dijo Sally, levantándose y alistando sus dagas.

Ella pudo escuchar pasos afuera.

“¿Mm?”.

“…Oh”.

El intruso y Sally se vieron cara a cara.

Era una única jugadora.

Vestida con un kimono. Y una katana.

“¡Nos volvemos a encontrar!”.

(Suspiro)… ¿qué haces aquí, Kasumi?”.

La retadora resultó ser una conocida.

La mano de Kasumi ni siquiera se acercó a su arma.

Claramente, no estaba aquí para luchar.

Sally tampoco buscaba pelea.

Habría respondido si Kasumi la atacaba, pero… ellas habían completado un calabozo juntas.

No era como si Sally estuviera interesada en empezar una pelea o algo así.

“Logré conseguir una medalla dorada”, explicó Kasumi. “Pensé que era hora de empezar a ocultarme”.

“¡Por eso mismo estamos aquí!”.

“¿Entonces Maple está más adentro?”.

“Está oculta en el fondo”.

“¿Te importaría si voy a saludarla?”.

“A menos que puedas caminar sobre el veneno, morirás de inmediato”.

Esto le dijo a Kasumi todo lo que necesitaba saber.

Ella eligió no continuar.

“Saldrá pronto”, dijo Sally. “Ella tiene todas nuestras medallas, así que… yo estoy aquí derrotando a cualquier jugador que venga en busca de pelea”.

Kasumi asintió. “¿Te importaría si me uno?”, preguntó. “Muchos jugadores estaban comenzando a atacarme allá afuera…”.

La mayoría de jugadores conocían a Kasumi por su apariencia, así que sus encuentros la habían llevado en su mayoría a combates.

“Claro. ¡Cualquiera que se ponga en nuestro camino será derrotado!”.

“Ciertamente. No deseo perder mi medalla dorada”.

Ahora había dos subjefes.

Con Kasumi aquí, menos jugadores las confundirían con monstruos.

Pero ahora tenían la carnada de una medalla dorada… así que las probabilidades de luchar seguían siendo igual de altas.

Charlaron un rato, con un ojo en el pasillo que llevaba hacia ellas—y entonces Maple emergió desde atrás.

“¡Sally! ¡Subieron de nivel! ¡Mira, mira! Syrup tiene una nueva skill y… ¿Oh?”.

Ella llegó corriendo desde atrás, con Syrup y Oboro siguiéndola.

Y entonces sus ojos se encontraron con Kasumi.

“¡¿Kasumi?! ¡¿Qué haces aquí?!”.

“Uh… bueno, trataba de proteger mi medalla… ¿Qué son esos?”.

Kasumi era la primera jugadora en ver a las mascotas.

“¡Nuestros nuevos compañeros!”.

En realidad, no le habían contado a Kasumi sobre el jefe ave de la última vez, así que la pusieron al corriente.

“¿Huevos como recompensa? Asumo que ustedes son las únicas que tienen monstruos así. He visto muchos jugadores y ninguno tiene nada parecido”.

Kasumi tenía razón.

Sólo Maple y Sally tenían monstruos mascota.

Quizás reaparecerían en futuros eventos, pero era casi seguro que requerirían completar calabozos extremadamente difíciles.

“Oh, cierto, toma a Oboro”.

“Mm, gracias”.

Ellas volvieron a poner sus anillos a como estaban antes.

“¿Bueno? ¿Lista para irnos de esta cueva?”.

Ya era más de media noche.

Maple estaba lista para la acción, así que no necesitaban ocultarse más para sobrevivir.

Pero Maple no sentía la necesidad.

Estaba más inclinada a ser cuidadosa y proteger sus medallas.

Y le expresó eso mismo a Sally.

“Entonces… ve y bloquea aquel pasillo por nosotras”.

“¡Claro!”.

Maple se movió a la puerta y sacó su Luna Nueva.

Parecían haber pasado años desde que había visto ese gran circulo purpura.

“¡Hidra!”.

El dragón venenoso aceleró contra la entrada, salpicando paredes y suelo a su paso.

También tragó a un grupo que se acercaba y le arrancó la cara al jugador que estaba mirando hacia dentro desde la entrada—pero Maple ni se dio cuenta.

Ella simplemente caminó hasta la mitad del pasillo, desplegó su Capsula Venenosa, y luego regresó.

“¡Ahora estamos seguras!”.

“¡Y Kasumi y yo estamos atrapadas!”.

“Oh, buen punto. Bueno… confío en ustedes”.

Kasumi ya no podía escapar.

Ellas podían robar su medalla si quisieran.

Las chicas se miraron unas a otras. Maple sacudió su cabeza. El significado de esto fue obvio para Sally. Estaban decididas a no luchar.

“¡Sólo un día más!”.

Probablemente sea mejor dormir un poco.

No necesitaban pasar el último día exhaustas.

Por si acaso, durmieron por turnos, una de ellas cuidando mientras las otras dos dormían.

Pero la mañana llegó sin intrusos.

De vez en cuando, alguien con Resistencia al Veneno se arriesgaba a poner un pie dentro de la entrada de la cueva—y moría al poco tiempo.

“Buenos días”.

“¡Buenas!”.

“Buenos días. Sólo queda un día más”.

El largo evento estaba por terminar.

Maple y Sally habían logrado su meta y estaban satisfechas.

“¡Oh, cierto! Nunca se sabe cuándo necesitemos las medallas. Sally, ¿quieres que te de las tuyas?”.

Maple sacó la parte de Sally de su inventario y se las entregó.

“Gracias”.

Sally las aceptó y guardó en un sitio seguro.

Kasumi había estado más concentrada en proteger su medalla dorada que en encontrar plateadas, así que no tenía ni la mitad que ellas.

“Pero pasar todo el día aquí será aburrido”.

“Cierto”.

“Maple, trajiste varios tipos de juegos, ¿verdad? Eso podría ayudar”.

Maple asintió y los sacó todos.

Incluyendo el Othello.

“Kanade era muy bueno en este…”, dijo, recordando sus derrotas.

Habían prometido volver a jugar algún día.

“¿Kanade?”, preguntó Kasumi.

Maple le contó lo ocurrido. Eso las llevó a hablar del calamar gigante, lo cual sorprendió a Kasumi aún más.

No muchos jugadores habían luchado contra enemigos tan temibles como estas dos.

“¿Estas segura que no eres la que no sabe jugar Othello?”, preguntó Sally. “¿Quieres jugar contra mí?”.

“Hnggg… Bueno, ¡te demostraré lo que puedo hacer!”.

“¡Acepto el reto!”.

Maple escogió negras y Sally blancas.

Los resultados…

…fueron un tablero lleno de casi solo piezas negras.

“Uh… Maple, ¿por qué eres tan buena?”.

“¿Ves? Claro que sé jugar. ¡Es solo que Kanade es mejor!”.

“Sí, claro. Ahora juguemos algo que podamos jugar las tres”.

Sally no pensaba dejar pasar esta derrota, pero no tenía problemas con cambiar a otro juego.

Estaba claro que no tenía oportunidad en Othello.

Ningún jugador interrumpió sus partidas.

Y en poco tiempo…

El evento se acercó a su fin.

El anuncio hizo eco por todo el mapa. Una advertencia de que en cinco minutos serían transportadas al juego principal de nuevo.

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Eso significaba despedirse de Kasumi.

“Las veo después”.

“Sí, deberíamos juntarnos algún día”.

Nuevos amigos y nuevos poderes.

Con las cortinas cayendo, las chicas consideraron el evento un completo éxito para ellas.

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