Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

AL DÍA SIGUIENTE, me desperté temprano.

El techo era diferente. Recordé que había pasado la noche en la casa del jefe del pueblo. Cuando me levanté y me puse de pie, escuché actividad en la habitación de al lado. El anciano parecía estar ya despierto. Me dirigí a saludarlo.

“Buenos días.”

“No te desperté, ¿verdad?”

“No lo hiciste”.

“Voy a prepararnos algo sencillo para el desayuno, así que por favor espera”.

Esperé distraídamente y finalmente trajo la comida. Era pan, verduras … ¿y huevos?

“Sírvase. Espero que sea de su gusto”.

“Um, ¿qué es esto?”

Señalé el huevo frito.

“Este es un huevo de kokkeko. El padre de Kai fue a primera hora de la mañana a recoger algunos. Dijo que quería que los comieras”.

“Eh, gracias”, dije, luego hice una muesca en el pan con el cuchillo, puse verduras y el huevo entre ellos y comí.

“Está bueno.”

“Me alegro. Estoy seguro de que el padre de Kai también se alegrará después de haber ido a recogerlo”.

Una vez que terminé el desayuno, decidí dar seguimiento a esta nueva novedad.

“¿Entonces puedes recolectar huevos de kokkeko en este pueblo?”

“Sí, podemos. Si vamos a primera hora, podemos encontrarlos recién puestos”.

“¿Cómo es un pájaro kokkeko?”

“No puede volar muy alto, por lo que hace sus nidos en los arbustos del suelo. También son muy rápidos corriendo”.

¿Era una gallina?

“Creo que todavía tenemos huevos de kokkeko y kokkekos de la recogida de esta mañana, así que ¿te gustaría llevarlos a casa?”

“¿De verdad podría?” Me alegré mucho.

“Por supuesto. Este pueblo te debe la vida. No tenemos nada con qué pagarte, así que esto es una gota de agua”.

¡Conseguí huevos y gallinas!

Con el desayuno terminado, comencé a prepararme para irme.

“¿Realmente te vas a casa?”

“Necesito informar al gremio, después de todo”.

Cuando salí de la casa del jefe de la aldea, Kai se acercó.

“Señorita, ¿se va a casa?”

“El maestro del gremio y los aventureros se dirigen hacia aquí, así que, si no les informo, les causará problemas”.

Al salir, recogí tres kokkekos y unos diez huevos del padre de Kai. Como sea que la gente los llame, obviamente eran pollos. Esa podría haber sido la parte más feliz del trabajo esta vez.

Estaba un poco alejado, pero decidí que volvería.

Llamé a Kumayuru, y nos dirigimos a Crimonia, escuchando el sonido de mis anfitriones gritando sus agradecimientos que se desvanecían lentamente en la distancia.

Varias horas después, vi a alguien acercándose en nuestra dirección. Sospechando que era el maestro del gremio, hice que Kumayuru redujera la velocidad.

“¡¿Eres tú, Yuna?!”

El maestro del gremio detuvo su caballo.

“¿Qué estás haciendo aquí? El pueblo no fue aniquilado, ¿verdad?”

“He derrotado a la serpiente negra”.

“… eh, lo siento, ¿podrías repetirlo?”

“Derroté a la serpiente negra,” dije de nuevo.

“¿Estás bromeando?”.

Toda esta interacción fue un dolor, así que saqué el cuerpo de mi almacén de osos y lo coloqué frente a él.

“Así que realmente la derrotaste por tu cuenta. No está dañada en ninguna parte”.

“Tiene una piel como un tanque, pero sus entrañas aguantan las bolas de fuego tan bien como cabría esperar”.

“Dices eso como si fuera fácil…” dijo el maestro del gremio, mirando dentro de la boca de la serpiente. “Es verdad. Me sorprende que el hechizo haya llegado tan profundo, ¿la garganta tiene qué, dos metros de ancho? Esperaría que un hechizo de fuego detonase en su boca”.

No podía decirle que mis bolas de fuego se habían abierto camino por su tracto digestivo sobre pequeñas patas rechonchas de oso.

“De todos modos, lo tengo. Si no tiene sentido ir al pueblo, regresemos a Crimonia”.

Nos pusimos en marcha de nuevo, los dos en dirección a Crimonia esta vez.

“Disculpa, pero mi caballo no puede seguir el ritmo de tu oso. ¿Podrías ir más despacio? Tengo algunas preguntas.”

Le expliqué lo que había pasado en el pueblo.

“Eso fue bastante imprudente de tu parte”.

Con el equipo de oso, podría permitirme serlo.

Hicimos una breve parada de descanso y, cuando volvimos a casa, dejé que Kumayuru se lo tomara con calma. Nuestras dos monturas merecían un descanso y yo no tenía ningún tipo de prisa.

Regresamos a la ciudad al día siguiente y fuimos directamente al gremio. Helen nos vio y rompió a llorar.

“Yuna, maestro del gremio… ¿por qué estás aquí? ¿El pueblo …?”

“Helen, está bien. La serpiente negra fue derrotada”, explicó el Maestro del gremio.

“¡¿De verdad?!” Helen se secó las lágrimas.

“Sí, es cierto, así que cálmate. ¿Por qué estabas tan preocupada?”

“Rush del rango C regresó herido, y estaba teniendo dificultades para comunicarme con cualquier aventurero por encima del rango C. Debí haber esperado que pudieras manejarlo, maestro del gremio”.

Helen miró al Maestro del gremio con reverencia.

“Yo no hice nada. Yuna lo hizo, sola”.

“Qué…?” Helen miró lentamente en mi dirección. No me mires con los ojos tan abiertos, pensé. Es vergonzoso.

“Sentí lo mismo, pero es cierto”.

Ella no pareció tranquilizarse.

“Entonces, Yuna, se está haciendo tarde. Odio pedirte que hagas esto, pero ¿podrías venir de nuevo mañana? Necesitamos escribir el informe e inventariar los materiales de la serpiente”.

“¿Cuándo?”

“Sería mejor antes, pero estoy seguro de que también estás cansada. Te dejaré decidir cuándo”.

“Entendido.”

Salí del gremio de aventureros.