Kuma Kuma Kuma Bear (NL)

“No importa cuántas veces la veas, es una casa impresionante”.

Tiermina y Gentz ​​habían estado en la casa de los osos más de una vez. Después de que salvé la vida de Tiermina, ella había querido agradecerme de nuevo y ver a Fina en el trabajo, así que Fina la había traído.

“Bueno, voy a tomar prestada tu cocina. Fina, ¿podrías ayudarme?”

“Yo también ayudaré”, declaró Shuri.

“Voy a la ciudad”, dije, “estoy al ras”.

“Ok, gracias. Sin embargo, deberíamos ser nosotros los que traigamos los ingredientes”.

“Realmente, no te preocupes por eso”.

“Siempre estamos recibiendo carne de lobo de ti. La deuda que tenemos contigo sigue creciendo”.

Tiermina tomó a sus dos hijas y se dirigió a la cocina. Dejados atrás, Gentz ​​y yo decidimos esperar en un par de sillas en la sala de estar.

“Una casa bastante increíble”, murmuró, mirando a su alrededor. “¿Eso es piel de Tigerwolf?”

Tenía la piel de Tigerwolf que había conseguido la primera vez que fui a cazar con Fina sobre la chimenea. Estaba usando el otro en mi habitación en lugar de una manta.

“Cuando te vi por primera vez, chica oso, no pensé que serías tan increíble”, dijo, como si estuviera recordando.

Había pasado más de un mes desde que había cambiado de mundo. Mi disfraz de oso se había hecho famoso en la ciudad. Fue un poco aterrador lo rápido que me había acostumbrado. Ya no me sentía avergonzada.

“Chica oso”.

“Srta. Oso.”

“Pequeño cachorro”.

“Bloody bear”.

Aunque había muchos nombres que la gente usaba, todos se referían a mí. Aún no podía desmantelar, pero me había acostumbrado a cazar monstruos. La vida de jugador me había preparado bien. Conocí a Fina, y también había toneladas de cosas interesantes sobre este mundo. Aunque no había recibido una carta o mensaje del dios/administrador/lo que fuera desde el primer día, estaba agradecida de que me hubieran traído aquí.

“Pero, señorita, ¿está segura de esto?”

“¿Disculpe?”

“Acerca de la casa.”

“Oh, sobre eso.”

Como regalo de bodas, les había comprado el terreno para la nueva casa. Los ahorros de Gentz ​​solo se habían destinado al edificio físico.

“Está bien”, dije. “Es solo que, después de que me haya ido y tú estés muerto, no quiero ver a esas tres en la calle. Y mientras tengan una casa, eso no va a suceder, ¿verdad?”

“¡Oye, no me descartes así! Tengo un futuro brillante por delante”.

“Entonces asegúrate de cuidarlas. Si no lo haces, sabes lo que pasaría, ¿no es así?”

“Por supuesto. Juro por la tumba de Roy que las protegeré”.

Roy, explicó Gentz, era el difunto esposo de Tiermina. Cuando eran jóvenes, los tres habían estado en el mismo grupo. Aparentemente, se disolvieron cuando Roy y Tiermina se casaron y Gentz ​​comenzó a trabajar en el gremio. Varios años después, cuando Tiermina estaba embarazada de Shuri, Roy salió en una misión en solitario y murió. Desde entonces, Gentz ​​había cuidado a la familia de Tiermina a escondidas, y en algún momento, se enamoró de ella.

Mientras escuchaba a Gentz ​​hablar sobre el pasado, Fina y Shuri trajeron plato tras plato humeante. Al final, Tiermina sacó un único plato enorme. Mi estómago habló por mí.

“Gracias por esperar”, dijo. “Hemos hecho mucho, así que por favor coman mucho”.

Tiermina y sus hijas tomaron asiento.

“Yuna, lo siento, pero terminamos usando muchos de los ingredientes”.

“Está bien. De nuevo, no me duele la mercancía”.

“Esa nevera de osos es genial. Las verduras y la carne no se echan a perder”.

“Lo añadiré al registro de bodas”. Dado que las neveras de este mundo definitivamente no funcionaban como las de Japón, hice una yo misma después de comprar una gema de maná de hielo.

“Por mucho que me gustaría, ya te debemos mucho y no podemos darte nada a cambio”.

“Si no puedes darme nada a cambio, me llevaré a tu hija”. Le di a Fina una mirada mientras comía algo de carne.

“Oh, ¿estás seguro de que quieres una hija así?” Tiermina también miró a Fina.

“Es obediente y adorable, trabaja duro, se preocupa por su familia y sabe cocinar. Y, ya sabes, puede despellejar a un Tigerwolf como si no fuera gran cosa, lo cual es bastante sorprendente”.

Los palillos de Fina dejaron de moverse. “Ugh, ¿podrías parar, mamá? Y tú también, Yuna”.

“¿Cómo se puede criar a una niña de diez años así?” Lo he meditado.

“Creo que es mi culpa”, dijo Tiermina. “Debido a que me enfermé y la agobié, tuvo que trabajar más duro que las niñas normales. Cuidó de su hermana y de mí mientras yo estaba enferma, hizo las tareas del hogar y trabajó con Gentz. Es porque nunca le permití hacer nada que una niña debería hacer”.

“No pensé que fuera una carga ni nada”, dijo Fina.

“Se supone que una niña de diez años no puede pensar así”.

“No fui la única que trabajó duro. Shuri también ayudó “. Le dio una palmadita en la cabeza a su hermana, que trabajaba duro comiendo a su lado.

“Tienes razón. Shuri también hizo lo mejor que pudo, ¿no es así?” Tiermina miró feliz a sus hijas.

Después de que terminamos de comer, Tiermina ayudó a limpiar. Estuve holgazaneando y bebí un jugo después de las comidas.

“Supongo que deberíamos volver a casa pronto”. Tiermina se levantó de su silla.

“Ya es tarde, ¿por qué no se quedan a dormir? Tengo habitaciones. Y…” Miré a Shuri, que estaba cabeceando. “Shuri trabajó muy duro para ayudar con la mudanza”.

“Um…” Tiermina parecía en conflicto. “¿No seremos una molestia?”

“Están todos polvorientos y sudorosos por el trabajo de la mudanza, ¿verdad? ¿No sería demasiado ir a casa ahora y tener que preparar el baño?”

“Tienes razón. En ese caso, ¿te importaría?”

Parecía que los baños eran comunes incluso en este mundo, hasta cierto punto. La mayoría de la gente los tenía, a menos que fueran muy pobres. Se podía sacar y calentar agua fácilmente con un juego de gemas de fuego y agua. Como había preparado el baño mientras Tiermina preparaba la cena, estaba listo para usar.

“Ustedes tres deberían seguir adelante. Les mostraré sus habitaciones más tarde”.

“¿Podemos entrar juntos?”

Cuando construí el baño, lo hice grande, pensando que podría usarlo como un lugar para lavar a Kumayuru y Kumakyu cuando se ensuciaran. Al final resultó que, siempre estaban limpios cuando los envié de regreso y los convoqué nuevamente, así que eso no terminó sucediendo.

“Cabrán tres. Fina, enséñales a todos allí”.

“¡Yuna, tú también deberías venir! Estás de acuerdo con eso, ¿verdad, mamá?”

“Está bien, pero ¿estás seguro de que todos cabremos?”

“Estará bien. El baño de oso de Yuna es enorme”. Fina abrió los brazos para mostrar lo grande que era el baño. Ella había usado mi baño varias veces después de ensuciarse por la carnicería y cosas así.

“¿Es un baño de oso?”

“Lo entenderás cuando lo veas”.

Fina agarró mi mano y me sacó de mi asiento. Despertó a Shuri, quien bostezó levemente y se puso de pie también. Por último, agarró la mano de su mamá.

Antes de dirigirnos al baño, miré a Gentz. “Por favor, no entres”.

“¡Como si fuera a hacerlo!”

Las cuatro nos dirigimos al baño.

“Desvístanse aquí”, les dije. En Japón, habríamos llamado a esto el vestuario. Preparé cajas para que cada uno de ellas guardara su ropa.

“Yuna…” Tiermina me estaba mirando.

“¿Qué pasa?”

“Bueno, es la primera vez que te veo sin la capucha puesta”.

“¿Todavía no puedes ver mi cara sin importar si estoy usando una capucha?” Cuando caminaba por la ciudad, la bajaba para ocultar mi rostro, pero lo empujaba hacia atrás cuando hablaba con personas que conocía.

“Puedo, pero pareces completamente diferente sin ella que cuando la llevas puesta. No pensé que tu cabello sería tan largo. El cabello cambia tanto la apariencia de una niña”.

Toqué mi cabello. Ella tenía razón: no podías ver mi cabello largo hasta la cadera cuando estaba usando la capucha.

“Tu cabello es bonito, Yuna,” dijo Fina.

“Bien, bien. No necesitas halagarme, así que métete en el baño”.

“¡No fue un halago!”

Ignoré a Fina, me quité la ropa de oso y entré al baño, que era lo suficientemente grande para albergar a unas diez personas. Dejé caer un oso blanco y un negro a la derecha y a la izquierda de la bañera: de sus bocas salía agua caliente. Los había basado en los diseños de fuentes termales que había visto en la televisión -una ermitaña como yo nunca había ido a una fuente termal en persona, por supuesto.

“Realmente es un baño para osos”, dijo Tiermina.

“Asegúrense de lavarse antes de meterse en la bañera”.

“También tienes jabón… es casi como el baño de un aristócrata”.

“Shuri, te lavaré, así que ven aquí”.

Fina sentó a Shuri en una silla y la enjabonó, comenzando por su cabeza. Tiermina, aparentemente decepcionada por no haber podido ayudar a sus hijas a lavarse, me miró. “Yuna, ¿puedo lavarte?”

“Puedo hacerlo yo sola.”

“¿Pero no es difícil lavar ese hermoso cabello negro tuyo? ¿Ya que es tan largo?”

“Es una molestia, pero puedo hacerlo yo misma”.

Me había acostumbrado a ello con los años. Me senté junto a Fina y me enjaboné. Shuri, que estaba limpia antes que nadie, ya se había ido a hundir en el agua caliente. En el momento en que Fina intentó lavarse, Tiermina la agarró y comenzó a lavarla. Finalmente, estábamos todas en la bañera.

“Yuna, tienes una figura preciosa.”

“¿Yo?” Mi cintura es delgada, pero en cuanto a mi pecho…

“Es una pena lo de tu pecho”.

Era como si me hubiera leído la mente. Mi pecho era apenas más grande que el de Fina, aunque no estaba segura de cómo me sentía al compararme con una niña de diez años.

“Pienso en curvas de crecimiento. Como bam, shwoo, bam” declaré. Todavía me quedaban algunos años más para crecer.

“Me pregunto si eso es posible”.

“¿Crees que el mío se hará más grande?” Dijo Fina.

Comparé a Fina y Tiermina. “Eres libre de soñar”.

“Eso se siente bastante desagradable…” Tiermina miró su propio pecho bastante recatado. Había ganado algo de peso en comparación con cuando estaba postrada en la cama, pero todavía estaba demacrada. “No necesitas preocuparte, Fina. El tuyo se hará más grande, a diferencia del mío”.

“Me gustaría que el mío sea del mismo tamaño que el de Yuna”.

Abracé a Fina, sintiendo un profundo parentesco con ella en ese momento.

Finalmente, nos envolvimos la cabeza con toallas y salimos de nuestro baño prolongado. Cuando regresamos al área principal de la casa, vimos a Gentz ​​sentado allí solo, con aspecto solitario. Cuando nos vio…

“¡Ustedes! ¡Se tomaron un montón de tiempo!” Su grito resonó en la habitación.