Saikyou Mahoushi (NL)

Volumen 12

Capítulo 69: Festín Sangriento De Medianoche

Parte 2

Qué hacer… Alus observó la batalla de Selva desde las sombras y perdió la oportunidad de actuar. Había visto destellos de las habilidades de Selva cuando habían luchado antes, pero parecía que sus ojos no habían sido lo suficientemente rápidos para verlo todo.

Sin embargo, antes percibí la atmósfera de ese asesino. Por eso Selva había sido capaz de decir que Alus estaba cortado por el mismo patrón que él.

En la superficie eso era correcto; pero en realidad no eran iguales. Alus se había dado cuenta de la diferencia que suponía la edad al observar el perfecto trabajo de Selva. El área efectiva es de tres a treinta metros. Dentro de ese rango, ningún enemigo ordinario tendría una oportunidad.

Además, casi no hubo ajustes en los preparativos previos a la batalla. Por otra parte, el oponente parecía conocer las habilidades de Selva. Aun así, la diferencia de poder era evidente. También se había asegurado la victoria táctica con sus trampas.

Aunque sólo eran señuelos, los hilos eran lo suficientemente finos como para que un aficionado se esforzara en verlos y cayera en la trampa. Por no hablar de que Selva no había mostrado a Alus durante su combate que era capaz de ajustar libremente el filo y el grosor del hilo. Nunca me mostró su mano.

Alus estaba aprendiendo que un análisis desordenado de las habilidades de un oponente era peligroso cuando éste era muy hábil en el control del maná. En su pelea con Selva pudo hacer frente a la situación utilizando su agudo sentido del maná, pero decidir que era superior cuando su oponente ni siquiera había ido con todo era inútil.

Además, Selva ni siquiera llegó a utilizar nada más que los hilos de acero. El mayordomo de la familia Fable tenía una fuerza extraordinaria. Si lucháramos seriamente en esta finca… ¿sería capaz de ganar? Tal vez porque ahora había presenciado la forma de matar de Selva, este inquietante pensamiento surgió en su mente.

En el pasado, Alus había cumplido misiones que implicaban matar a peligrosos criminales, aunque últimamente no había tenido esas oportunidades. Cuando las tenía, abandonaba toda emoción y se movía de forma mecánica para acabar con su oponente. Matar era lo único que tenía en mente. Bloqueaba cualquier otra opción y utilizaba cualquier medio posible para cumplir su misión.

¿Yo también soy así? Su antiguo yo era frío, sin emociones y sin expresión.

El viejo mayordomo era un ser humano completo. Combinaba el asesinato con la vida cotidiana. Para Selva ya no había una brecha entre ambas cosas, no había lugar para que entrara la duda. Su mente se había concentrado en una cosa absoluta, sin tener en cuenta nada más. Sin dudar, no había término medio. No permitía que sobrevivieran los que necesitaban ser asesinados.

―Oh.

Alus sintió una extraña excitación en el aire. Todo su cuerpo temblaba por ello. Pudo sentir cómo su maná se hinchaba en respuesta, y se apresuró a contenerlo. Era como si no fuera diferente de Tesfia, que se regía por sus emociones.

Aparte de eso, parecía que Selva y el otro hombre se habían conocido. No es que Alus no tuviera interés en ello, pero era un extraño, y no haría preguntas groseras.

Viendo cómo el hombre había eliminado fácilmente a las dos criadas entrenadas, debía de ser bastante hábil. Sin embargo, no pudo ponerle un dedo encima a Selva. Los dos sirvientes de Womruina también eran bastante hábiles, así que tal vez todas las familias nobles sean así.

Mantener un ejército personal era un privilegio de la nobleza. Alus se preguntaba por qué era así cuando Alpha tenía un ejército regular, pero quizás era necesario. Teniendo en cuenta que la gente que no tenía reparos en matar aparecía en medio de la noche, tal vez no sólo era necesario sino esencial. Debe ser duro ser mayordomo de esta familia. Hay que ser tan hábil en el combate para estar siquiera a la altura del trabajo.

Pero dejando de lado esas impresiones, Selva ya habría notado la presencia de Alus, así que debía mostrarse antes de que lo confundieran con alguien que colaboraba con el intruso. Supongo que debería haber ofrecido ayuda si iba a ser descubierto de todos modos. Pero habría sido un descuido aparecer cuando las trampas aún estaban fuera… ¿Hm? Todavía hay más.

Con su campo de visión, Alus las había notado más rápido que Selva. Era la presencia de los que vivían en la oscuridad, lo mismo que el intruso. ¿Eran enemigos adicionales?

Pronto aparecieron figuras de entre los árboles, visibles bajo la tenue luz de las farolas. Un hombre se adelantó como si los representara. Llevaba el pelo corto y rubio hacia atrás. Normalmente eso le haría destacar, pero por alguna razón se mezclaba con su entorno.

El hombre era alto y tenía unos ojos rasgados feroces. Alus se dio cuenta de que era agresivo porque su centro de gravedad estaba ligeramente inclinado hacia delante. También notó su mirada vigilante.

En una decisión impulsiva, Alus saltó de su escondite y aterrizó junto a Selva.

―Perdone que salga de las sombras. Lo vi todo.

Como era de esperar, Selva parecía haberle sentido llegar, ya que hizo una ligera reverencia.

―Discúlpeme. Parece que lo he despertado de su descanso.

―En absoluto. Pude aprender mucho, así que déjeme ayudarle un poco como agradecimiento.

Viendo una buena oportunidad para mover su cuerpo, Alus relajó las riendas de su maná. No llevaba su AWR, pero no pensaba utilizar ningún hechizo llamativo. Estaba inspirado por la lucha a muerte que había presenciado y desató un maná denso, más motivado que de costumbre.

Sin embargo, el rubio habló como para adelantarse a él.

―Oh, así que había un Único por aquí. Pero no te pongas tan nervioso. No estamos aquí para matarte. Lo nuestro es ese… bulto de carne.

Su discurso fue tan áspero como su apariencia. A pesar de lo displicente que era el hombre, a Alus le tranquilizó el hecho de que parecía entender su posición. También parecía que no estaba aquí para ayudar al primer hombre, sino que lo había perseguido hasta aquí para detenerlo.

―Iba a matarlo si no me escuchaba, pero no hay ni una cabeza que llevarse. Esta vez sí que te has interpuesto, Selva Greenus.

El hombre chasqueó la lengua y salió a la luz propiamente dicha. Su tono seguía siendo áspero, pero su vestimenta tenía cierta clase. Era formal, como una especie de uniforme. Sin embargo, seguía pareciendo un matón callejero por su atmósfera y su forma de hablar.

Alus y Selva observaron al hombre.

―No he hecho más que ocuparme de un rufián que invadió la finca. ¿O acaso debería haber esperado a que llegaras y lo capturaras? ―preguntó Selva en voz baja, mientras observaba la puerta de hierro rota.

Los labios del rubio se movieron, pero Selva tenía ventaja.

―No, al final me ahorraste el tiempo y el esfuerzo. En realidad, su muerte fue conveniente.

Selva entrecerró los ojos ante el tono violento de la voz del hombre. Parecía que el hombre estaba del lado de la justicia, persiguiendo a un Vector fugado, pero no hablaba como un miembro de un cuerpo de seguridad.

―Me disculpo por no estar a la altura de sus expectativas. Después de todo, esta es una familia prestigiosa que no permite la entrada de extraños sin permiso. Y tú… no pareces ser un invitado digno.

―Hmph, simplemente no lo entiendes, Selva Greenus. ¿O debería llamarte la antigua hoja manchada de sangre de Aferka? Sólo se te permite respirar por la misericordia del Consejero. Haz valer el tiempo que te queda y no olvides el código. Dentro de poco recibiré la orden, y cuando lo haga, vendré a matarte ―El hombre sacó la mano del bolsillo y se señaló a sí mismo con el pulgar, como si quisiera presumir―. O eso me gustaría decir, pero hay un protocolo para estas cosas. Tsk. No importa, nos volveremos a ver pronto.

¿Vino aquí sólo para hacer una amenaza de muerte? En cuyo caso, no sería extraño que el hombre se matara él mismo.

Sin embargo, Selva extendió la mano ante Alus. Estaba claro que no tenía intención de dejar que Alus se involucrara más.

―Tendré que ser paciente. Hasta luego.

El hombre desapareció de la vista. Fue como si su forma se hubiera fundido en las sombras de los árboles, y en poco tiempo incluso su presencia desapareció.

Fue bastante anticlimático para Alus, que estaba ansioso por luchar, pero Selva permaneció en silencio y parecía estar sumido en sus pensamientos.

―Selva, creo que me he involucrado demasiado.

―En absoluto. Soy yo quien debe disculparse por permitir que un estimado invitado vea algo tan desagradable ―Selva hizo una reverencia tan profunda que hizo dudar a Alus.

Al momento siguiente, tres criadas aparecieron detrás de Selva y Alus, y se alinearon en una fila. La situación se había dado a conocer en toda la mansión, y habían venido a reforzarlo tras algunos preparativos.

La doncella del centro se inclinó ante Alus antes de hablar.

―Señor Selva, hemos llegado. ¿Dónde está…? Ah, me disculpo por molestarle ―dijo, tras echar un vistazo a la horrible escena en la que se había tratado el problema.

―No pasa nada, chambelán Sithaima.

Las otras dos doncellas daban una impresión inquietante. Sus ojos estaban nublados como si fueran drogadictas de los barrios bajos. Y aunque estaban vestidas como las otras criadas, sus expresiones no cambiaban, no mostraban ninguna amabilidad.

―Hest, Eight, limpien eso.

―Entendido, Chambelán ―respondieron las dos criadas en perfecta armonía.

Por lo que Alus pudo comprobar, las dos primeras sirvientas que había manejado Vector eran equivalentes a Magicmasters de triple dígito. Pero estas dos inquietantes parecían ser tan hábiles como los Dobles… En realidad, se dio cuenta de que no podía compararlas, ya que no tenía la impresión de que fueran Magicmasters. Estaban mucho más entrenadas en el arte de matar. En pocas palabras, estaban especialmente entrenados para matar gente.

En cuanto a la chambelán, Sithaima, ni siquiera dejaba que Alus percibiera su potencial latente. No daba la impresión de ser fuerte como Hest y Eight. Pero, a juzgar por el hecho de que ni siquiera había enarcado una ceja ante los trozos de carne y la sangre salpicada, no cabe duda de que estaba acostumbrada a esas cosas.

Al notar la mirada sin reservas de Alus, Sithaima lo miró de nuevo.

―Sir Alus, me disculpo por no haber podido saludarlo en la cena. Escuché que es amigo de Lady Fia.

Parecía tener unos cuarenta años, lucía una expresión amistosa y hablaba en un tono suave. Llevaba un peinado sencillo, con el flequillo desviado hacia los lados y el resto recogido en un moño en la parte posterior de la cabeza. Su gorro también combinaba perfectamente con su imagen general, aunque la sencillez le daba una impresión de frialdad. Parecía menos una criada y más un ama de llaves.

En realidad, también parece fuerte. Las peleas mágicas son una cosa, pero sus subordinados no perderían ante un Magicmaster medio en una pelea a muerte. Dudo que la familia Fable esté buscando iniciar una guerra… entonces, ¿cuál es el propósito de reunir a tanta gente fuerte?

La verdad es que había sido una decisión de Selva. En comparación con otras familias nobles, los Fables tenían un número reducido de personal, pero Alus no tenía forma de saberlo.

Mientras Alus reflexionaba sobre estas cosas, Selva ordenó a la chambelán que se encargara del resto de la limpieza. Miró a Alus.

―Debe de preguntarse por qué ―dijo, omitiendo el tema, pero Alus pudo saber a qué se refería. Era exactamente lo que había estado pensando―. Ni siquiera la sangre más noble puede permanecer pura en este mundo. Es difícil decir que es un mundo en el que los que valoran la justicia siempre llegarán a la cima. Además, no se puede decir que ser justo sea siempre lo correcto. La familia Fable tiene su propia cuota de enemigos.

―Sé lo que significa. Pero me impresiona que Fia… ―Resultó como lo hizo, quiso decir Alus.

Lo había dejado ambiguo, pero Selva entendió lo que quería decir.

―La joven señorita se ha mantenido al margen. Por eso les he ordenado que eviten cualquier contacto innecesario con ella.

Por eso no habían aparecido durante la cena. Pensando en ello, sólo habían aparecido criadas normales en torno a Tesfia. Era de esperar, ya que aparte de Sithaima, las otras dos criadas tenían una oscuridad que hasta un aficionado podía percibir. Era el lado oscuro de la familia Fable.

―Así que me gustaría que se guardaran lo que han visto y oído de la joven señorita. Aunque ahora son sirvientas, en el pasado vivían vidas que no podían contar a nadie. Aproveché la amabilidad de maese Frose para traerlas ―le dijo Selva con una sonrisa, como si se compadeciera de las dos sirvientas.

―Si eso es lo necesario, entonces fue una sabia decisión.

―Efectivamente. Se esfuerzan al máximo, siempre vigilando a la familia Fable desde las sombras. Oh, creo que quería saber algo más ―Alus asintió, por lo que Selva comenzó a hablar―. No es algo que pueda contar a los demás, pero ese hombre era un antiguo ‘colega’ mío. En cierto modo, fue un castigo por mis actos pasados.

En otras palabras, era un compañero asesino de antaño. Alus lo entendió. Había algo entre él y Selva que les permitía entenderse sin palabras… quizás como personas que vivían en la oscuridad, personas que llevaban una máscara diferente.

―¿Para qué vino aquí?

―Por mí. Por lo que pasó en el pasado. Creo que primero tengo que hablar de eso. Si estuvo observando desde el principio, sabrá que fue Vector quien una vez fue miembro de Aferka.

―Aferka… ―murmuró Alus, rebuscando en sus recuerdos. Era un término que Aile había mencionado durante sus negociaciones del otro día. En aquel entonces, había sugerido que Lilisha tenía una conexión con ellos.

―”Aferka” es un ejército privado que se utilizaba cuando el conflicto entre los nobles era más feroz. Su objetivo principal era el asesinato de personas importantes y hacer un trabajo entre las sombras. Comenzó como un grupo de combate que fue entrenado por cierta familia noble.

Alus pudo percibir la vacilación de Selva. El pasado era un recuerdo amargo para él, algo que prefería mantener encerrado. Por eso no quería que Tesfia lo supiera.

―En cualquier caso, era natural que las autoridades se dieran cuenta de que las familias poderosas eran aplastadas por la fuerza. Y así Aferka fue reorganizada como una unidad ejecutiva bajo la gobernante.

El conflicto se había solucionado gracias a la intervención del gobernante, pero esa era sólo la razón superficial. Los que no encajaban fueron purgados por la nueva hoja del gobernante… Aferka. Por lo tanto, casi todas las familias nobles que siguen existiendo hoy en día son las que han sobrevivido al período de opresión del gobernante.

Sin embargo, los criterios de las purgas aún no estaban claros. Aferka se había puesto en acción contra algo más que facciones hostiles.

―Por supuesto, destruir por completo a una poderosa familia noble era difícil. Así que, en su lugar, su determinación se veía socavada por el destello de la espada durante las negociaciones. Las familias que fueron aniquiladas se utilizaron como ejemplo en esas negociaciones.

Alus no tenía mucho interés en la política, pero ahora que se había visto envuelto en un problema entre nobles, escuchó atentamente lo que Selva tenía que decir.

―Y como resultado, la nobleza se volvió más astuta e inteligente. Se dirigieron a los puntos débiles de los demás. En apariencia, los conflictos se calmaron, pero cada familia tomó medidas para protegerse, y la familia Fable no fue una excepción. Aferka sigue existiendo, pero la organización ha sufrido una gran transformación, por lo que la actual gobernante ya no tiene poder para intervenir por la fuerza.

En realidad, sin embargo, Cicelnia tenía una guardia real. Pero, por lo que Alus sabía, no había nadie importante en el grupo, aparte de Rinne. Pero la especialidad de Rinne era la detección, resultado de que Alpha concentraba sus fuerzas en el ejército.

Así que tal vez Cicelnia estaba tratando de involucrarse más con Alus debido a su posición débil. Ella no quería un soldado, sino un guardia confiable como Rinne. Parece que soy bastante popular. Mientras murmuraba estas tonterías para sí mismo, Alus siguió escuchando a Selva.

Según Selva, daba la impresión de que Aferka se encargaba de capturar o eliminar elementos inestables dentro de la nación. Pero parecía haberse convencido de ello hace tan sólo unos instantes.

―Tampoco es sólo Aferka. Vector parecía haber estado en prisión hasta hace poco. Su aspecto demacrado lo corrobora. Sin embargo, el hecho de que haya aparecido aquí sugiere…

―Que se fugó.

―Sí. Estoy casi convencido de ello.

―Lo que plantea la pregunta, de dónde escapó ―Había un montón de prisiones en Alpha que Alus podía pensar. También habían ocurrido muchos incidentes importantes últimamente. El Mundo Interior sólo era pacífico en comparación con el Mundo Exterior. Dejando de lado a los criminales normales, hubo casos de criminales mágicos que causaron cientos de muertes―. Por lo menos… no he oído hablar de nada parecido en Alpha.

―Yo tampoco ―dijo Selva―. Creo que lo investigaré más tarde.

Él y Alus intercambiaron miradas. Tenían mucho en común, y podían entender más o menos lo que el otro pensaba.

Si no ocurría dentro del Mundo Interior… Se rumoreaba que había una especie de caja de Pandora, secreta y oculta por un velo, que contenía el lado oscuro de las siete naciones. Pensé que podría ser posible, pero… ¿una prisión especial que existe en el Mundo Exterior? No lo sé.

Cuando los criminales mágicos atroces como los ejecutivos de Kurama fueron capturados, hubo un problema con el lugar donde mantenerlos. Había peligro en mantenerlos dentro de la nación. Podría haber fugas o podrían ser liberados por los aliados. En el improbable caso de que fuesen liberados, podrían empezar a enloquecer con la magia.

Alus se frotó la nuca, mientras hablaba con Selva con expresión seria.

―Las cosas empiezan a ser siniestras.

―Me disculpo por involucrarlo en esto, Sir Alus.

―No pasa nada. Al igual que el Tenbram, decidí observar el combate yo mismo. Hablando de eso, ¿quién era ese hombre rubio?

―Por lo menos, no estaba con los militares.

―Sí, si estuviera con los militares, no sería tan falto de disciplina.

Selva se rio un poco ante el comentario de Alus.

―Ja, ja, efectivamente. Sin embargo, ese hombre era fuerte. Supo cuándo retirarse… y sus ojos decían más que su boca.

―Ya veo.

Alus quiso preguntar por la relación del rubio con Selva. Había conocido tanto el nombre de Selva como una especie de alias en el pasado. Y luego estaba el “Consejero” que había mencionado.

Pero Selva era muy reservado en cuanto a eso. Alus sólo recibía de él vagas declaraciones, como si quisiera evadir la pregunta.

―No puedo causarle más problemas, Sir Alus. Además, esto es algo que ocurrió en la finca Fable, así que por favor déjenos el resto a nosotros ―Hablaba amablemente, pero en realidad quería decir que no podía contarle nada más.

―Lo entiendo. Entonces no me corresponde interrumpir la fiesta.

Alus lo dejó en manos de Selva, ya que tenía cierto grado de confianza en él. Y no era sólo porque habían hablado a través de los puños. Ambos habían vivido en los bajos fondos de la sociedad y se respetaban mutuamente.

Sobre todo, Selva apoyaba el difícil camino que había elegido Tesfia. Sus intereses estaban alineados y, en ese sentido, era más digno de confianza que Frose.

Selva caminaba tranquilamente hacia la mansión con los brazos a la espalda, mientras Alus caminaba detrás de él. De repente, la precisión metronómica de Selva al caminar se vio perturbada, y murmuró en voz baja que incluso Alus podría tener problemas para escuchar.

―Sir Alus, tal vez podría escuchar a este anciano divagar consigo mismo―. Disminuyó un poco la velocidad. Su atmósfera era suave, como si le contara un cuento a un nieto―. Es sobre la magia heredada de la familia Fable que se discutió ayer.

―¡-!

Alus se sorprendió de que el mayordomo de la familia Fable se pusiera a hablar de los secretos de la familia. Sin duda era un tema que iría en contra de la voluntad de la jefa de la familia. Sabiendo eso, lo había llamado “divagar consigo mismo”.

Con su paso medido, Selva miró la mansión que tenían delante.

―Lo diré porque es usted.

―¿Creía que hablas solo?

―Ja, ja, así es. Pero antes de hacerlo, sepa que la maestra Frose no dijo ninguna mentira.

Como Frose era la jefa de una importante familia noble, Alus no pudo obtener información valiosa de ella sin hacer tratos, pero sentía respeto por ella. Pero ahora Selva estaba pasando por encima de sus intenciones para contarle a Alus algo que seguramente sería por el bien de Tesfia. Comprendiendo eso, Alus se mantuvo callado y esperó a que continuara.

―Es cierto que la familia Fable tiene varios hechizos desarrollados de forma privada que se transmiten en la familia. Me han dicho que el futuro parece brillante. Pero debido a que la sangre se ha diluido, o por alguna otra razón, sólo dos personas de la generación anterior tenían las cualidades necesarias para manejar los hechizos heredados más avanzados.

Selva expuso los hechos, mientras una sombra cruzaba su rostro. Era como si deseara compartir el conocimiento de la historia de la familia con alguien que pudiera continuarla.

―La Maestra Frose puso mucha sangre, sudor y lágrimas, por supuesto. Sin embargo, la magia heredada no puede transmitirse mediante instrucciones, ni siquiera mostrando las etapas iniciales. Todo debe ser autodidacta. Pero no importaba cuánto tiempo trabajara en ello, no podía lograrlo, así que la Maestra Frose finalmente abandonó el camino de un Magicmaster y decidió servir como comandante.

Respiró profundamente antes de continuar.

―Desde que perdió a su marido, la maestra Frose ha protegido a la familia ante todo. No sería exagerado decir que se obsesionó con ello. Y después de desgastarse con su entrenamiento, acabó renunciando a aprender los hechizos heredados. Estoy seguro de que su dolor era inimaginable. Al menos, fue mucho más de lo que yo podría imaginar.

Selva sonrió.

―Sin embargo, la existencia de la joven ayudó a mantener a la Maestra Frose. Por aquel entonces era tan pequeña que se aferraba a mi pierna cada vez que ocurría algo. Estaba orgullosa de su madre, e incluso a su corta edad deseaba ayudar en lo que pudiera. Incluso ahora, puedo recordar vívidamente sus ojos serios.

―No creo que sea muy diferente ahora. Tal vez no ha crecido realmente.

―Ja, ja, quizás no. Pero esa es una de las virtudes de la joven ―Selva no era del todo un padre consentidor, pero no estaba lejos de ello―. Cuando sus ojos finalmente despertaron a una nueva presencia que proteger en la joven señorita, la Maestra Frose se retiró del ejército. Pero estaba involucrada en tantos escuadrones y proyectos que había muchos obstáculos que superar. Sin embargo, la maestra Frose es alguien que no se doblega una vez que ha decidido algo. Después de superar todos los obstáculos, entregó su carta de dimisión al Gobernador General.

El Gobernador General de entonces era quizá el predecesor de Berwick. Podría haber sido el propio Berwick, pero Alus no quería interrumpir a Selva.

―Y así… hizo un trato. Para conseguir que los militares le concedieran la jubilación, la Maestra Frose les presentó la fórmula mágica de un hechizo heredado que ella dominaba en general.

―Ya veo a dónde va esto. Ese hechizo era Garb Sheep.

―Sí. Pero he oído que ni siquiera el nombre del hechizo quedó en el Compendio Mágico, y que sólo el Gobernador General tiene acceso a los detalles.

―Ahora entiendo cómo Garb Sheep llegó a estar registrado en el Compendio ―dijo Alus―. Es sólo una suposición, pero probablemente fue el plan del Gobernador General el que aseguró que el nombre estuviera allí para que yo lo viera. La señora Fable también parecía estar al tanto. Eso deja la conexión con el hombre de las nieves que encontramos en Vanalis”.

―Me temo que no lo sé. Pero de todos los hechizos heredados que posee la familia Fable, Garb Sheep es efectivamente uno de ellos. La línea de hechizos, sin embargo, difiere de Icicle Sword.

―Si veo la fórmula mágica, podría encontrar una pista.

―No puedo decir nada más. Sólo aquellos con derecho a heredar la forma final del hechizo pueden saberlo.

Alus guardó silencio por un momento. El hombre de las nieves había utilizado un hechizo increíblemente parecido al Garb Sheep, un hechizo heredado de la familia Fable. Las dudas y las vagas conjeturas se arremolinaban en su cabeza y formaban complejos patrones.

―Déjeme confirmar algo, Selva.

―¿Qué puede ser?

―¿Qué sabe la señora Fable sobre el hombre de las nieves?

―Me temo que sólo ella lo sabe. No hay nada que pueda decir. Pero por su descripción, puedo pensar en uno que encaja. Sin embargo, ya ha fallecido.

―¡-! ¿Está emparentado con la señora Fable? ¿Hay alguna posibilidad de que esté realmente vivo?

―Eso no es posible. Ha pasado mucho tiempo desde que el jefe de la familia de hace dos generaciones falleció. He oído que perdió la vida en el Mundo Exterior.

―Así que era el abuelo de la señora Fable.

Cualquier persona capaz de hacer magia poderosa, noble o no, a veces era enviada al Mundo Exterior. De hecho, se esperaba de los nobles. Es probable que Frose y Sisty sean enviadas al Mundo Exterior si se produce una emergencia.

Alus miró al anciano mayordomo, pero no pudo leer nada más en su expresión.

Pero por el momento, debía darle las gracias.

―Muchas gracias. Es suficiente para mí. Es ambiguo, pero ahora tengo una imagen de la persona, o mejor dicho, de su capacidad.

Sin embargo, aún era demasiado pronto para llegar a una conclusión, así que se guardó eso por ahora. Gracias a Selva, aprendió mucho. Ahora quiero saber cómo es la fórmula mágica de Garb Sheep. Dado que el Gobernador General está involucrado con el nombre que aparece en el Compendio, tendré que negociar con Berwick para acercarme un poco más.

Mientras Alus jugaba con ese pensamiento, Selva habló.

―Y una cosa más. Esto también concierne a la joven señorita.

¿Hm? Tal vez esto es lo que realmente busca. Teniendo en cuenta la posición de Selva, era natural que Tesfia fuera valiosa para él. En otras palabras, la valiosa información de antes podría haber sido un preludio de esto. Alus se preparó, preguntándose a dónde iba esto…

―Sólo la Maestra Frose sabe lo que voy a contarle. Por favor, guarde esto para usted.

Alus asintió en silencio, pero tenía un mal presentimiento.

―Aparte de Garb Sheep, Icicle Sword es parte de otra línea de hechizos que tiene una forma final. Sin embargo, la Maestra Frose no sabe cómo es la forma final.

―Eso es porque la señora Fable renunció a la búsqueda, ¿no es así? ―No. Ella determinó la fórmula mágica.

―¿Qué significa? Si ella conoce la fórmula, entonces debería tener una comprensión de su forma final.

―Significa que es incapaz de descifrar una parte de ella. Más concretamente, se trata de un Hechizo Perdido. Pero no hay duda de que el Eltrade, el heredero secreto, dominó una vez el hechizo. Por eso la Maestra Frose supone que se puede aprender siguiendo los pasos necesarios.

―Interesante. Si me pregunta, lo que pasa con los Hechizos Perdidos es que pueden requerir un enfoque completamente diferente ―Las palabras de Selva despertaron la curiosidad de Alus. Si era posible, quería profundizar y hacer preguntas hasta que saliera el sol. Curiosidad aparte, había cosas extrañas cuando se trataba de magia heredada―. Si es así, no entiendo por qué se contiene tanto con Fia.

―Como jefa de familia, tiene que mantener su dignidad. Y luego hay que tener en cuenta la relación madre e hija. Puede ser más difícil que el más duro de los problemas. Además, la Maestra Frose ha vuelto a depositar su esperanza en la joven señorita, esperando que sea capaz de dominar la forma completa de Icicle Sword.