Saikyou Mahoushi (NL)

Volumen 12

Capítulo 66: Donde Está La Voluntad

 

 

 

Pequeños pedazos de felicidad se acumulan en la vida cotidiana. Masticarlos está bien, pero al parecer se olvidó de tragarlos. Siendo frugal, seguía pasándolos por la lengua, empapándose de su persistente sabor. Para seguir saboreando el gusto de la felicidad, puede que haya descuidado la realidad.


Así es como Alus había pensado en sí mismo últimamente. Pero no era que no se arrepintiera. Después de todo, se había involucrado con los problemáticos vínculos de la nobleza. Dejó escapar un fuerte suspiro.

No necesitaba que Loki le dijera que involucrarse con Tesfia y los demás supondría acabar viéndose envuelto en ello… Lo sabía. Sin embargo, esta vez era culpa suya.

Mientras pensaba en eso, esperó a que Lilisha lo alcanzara. Al ver sus pasos extrañamente ligeros, la miró con una expresión amarga.

―¿Tengo algo en la cara? ―Preguntó Lilisha con una mueca de primor, con las manos en la espalda.

―No, sólo me molesta que se llegue a esto.





―Oh, tú eres el que eligió hacerlo. Ni siquiera es una queja apropiada.

―Supongo que no puedo negar eso.

―Bueno, por el momento vamos de una vez. No hay nada que hacer hasta que hablemos con el joven hijo Womruina.

―Eso es cierto. Supongo que a veces puedes decir algo constructivo.

―Creo que esa parte de ‘a veces’ era innecesaria.

―No, en realidad no ―bromeó Alus, mientras seguía caminando de mala gana.

Al final del largo pasillo y de unas escaleras estaba el salón. Aile, el problemático segundo hijo de la familia Womruina, esperaba allí la llegada de Alus.

***

 

 

Después de que Alus y Lilisha salieran de la enfermería, Tesfia miró débilmente hacia abajo. Alus y Loki no eran los únicos que habían sentido gratitud por su vida cotidiana. Tesfia y Alice se sentían igual. Tesfia también se dio cuenta de lo valioso que se había vuelto su tiempo con Alus y Loki.

Por eso, cuando los dos desaparecieron sin decir nada el otro día, sintió que la vida cotidiana se había desvanecido, aunque más o menos entendía que se debía a una misión. Se sintió realmente aliviada y feliz cuando volvieron de Vanalis.

Pensando en ello, era una historia bastante indulgente. La Academia era, en definitiva, un campo de entrenamiento temporal para la enseñanza de Magicmasters. Sin embargo, se estaba divirtiendo como nunca. No podía evitar esperar todos y cada uno de los días.

Así que la conmoción de que eso se derrumbara en su nivel fundamental la hizo luchar hasta para ponerse de pie. Sobre todo, le recordó que no estaba preparada para lo inesperado. Cuando la depresión y la confusión se apoderaron de ella, sintió un intenso arrepentimiento por haber sido tan despreocupada hasta ahora.

Sintiéndose insegura, Tesfia se desplomó sobre la cama. Se cubrió la cara con los brazos y murmuró para sí misma:

―Soy patética…

Como Magicmaster, era natural que Alus estuviera muy por delante de ella. Pero como noble, debería ser más decidida. Eso es lo que Alus consideraba al ver cómo actuaba ella.


Sin embargo, en realidad, la estuvo salvando constantemente, hasta el punto de que ahora se estaba involucrando en asuntos de la nobleza.

¿Qué estaba haciendo ella? Alus siempre la estaba protegiendo y ella no podía ayudarlo en absoluto. Eso la hacía sentir triste y pequeña por dentro. Así que sus verdaderos sentimientos se filtraron.

―¿Qué dices ahora, después de todo este tiempo? ―preguntó una chica de pelo plateado, increpando a Tesfia. Loki se sentó en un taburete con las piernas al aire, dando vueltas sobre sí misma. Con lo pequeña que era, parecía una niña aburrida―. A mí también me gustaría decir un par de cosas, pero esto es lo que decidió Sir Alus. Si realmente le hubiera parecido molesto se habría retirado, pero decidió no hacerlo. Así que, ¿por qué no piensas en la razón de eso?

―¿Significa eso que bajó un poco la guardia? ¿Que ahora somos más cercanos? ―murmuró Tesfia, mientras se tapaba los ojos.

Loki arrugó la frente con fastidio.

―Escucha. ¡Por lo menos te han considerado digna de ese esfuerzo! Pero no es nada más, así que no seas tan engreída. Sobre todo, involucraste a Sir Alus en tus problemas. Así que, Tesfia…

―¿Qué?

Loki hizo una pausa para dar efecto cuando dejó de girar, y miró directamente a Tesfia con una mirada seria.

―Por favor, prepárate. Ahora que se está involucrando en peleas entre nobles, no hay vuelta atrás. No importa cómo acabe, tendrás que asumir la responsabilidad como una de las partes implicadas. Asegúrate de no olvidarlo.

―Sí ―respondió débilmente Tesfia, tras una pausa.

Los sucesos anteriores le llegaron como un rayo, así que la tomaron por sorpresa. Aunque es hija de la familia Fable, una de las tres grandes familias nobles, no es la jefa de la familia.

Para empezar, Loki no sabía mucho sobre la sociedad noble, así que involucrarse o dar consejos sería demasiado para ella. Sin embargo, sí sabía cómo estar preparada, y qué tipo de actitud mental tener a la hora de tomar una decisión.

A primera vista, este problema debía ser resuelto por las familias Fable y Womruina. Pero más concretamente, era un problema de Tesfia. Así que para que ella diera el paso correcto, necesitaba mostrar su determinación.

―Es decir… una muestra de voluntad.

―¿Eh? ¿Qué quieres decir?

―No fue nada ―Loki enmascaró la intención detrás de sus palabras con una actitud fría. Sentía que darle algo más sería ayudarla demasiado. Si Alus estuviera aquí, probablemente le diría que no diera demasiados consejos a Tesfia. Si Tesfia dependiera totalmente de los demás, se vería impotente e incapaz de avanzar.

Francamente, nunca imaginé que Sir Alus llegaría tan lejos. Y pensar que se llevaría a la Lilisha con él. Ese era el problema. Lilisha había mantenido una posición neutral, y Alus se adelantó y la llevó con él para reunirse con Aile.

Lilisha era noble y entendía cómo funcionaba el mundo de los nobles. Su presencia ayudaría en las negociaciones, pero llevar a alguien con una postura poco clara era un arma de doble filo. Siendo los Womruinas una de las tres grandes familias nobles, no había garantía de que las familias Rimfuge o Frusevan no estuvieran trabajando con ellos en la sombra. Si ese era el caso, negociar con Aile pondría a Alus en una situación peligrosa. En otras palabras, era tan insensato como un jinete que lleva un caballo a la batalla sin sujetar las riendas.

―Estoy segura de que no habrá tiempo para ser despreocupada en el futuro, así que descansa todo lo que puedas para recuperarte mental y físicamente. Ya que estás tan indefensa, me quedaré aquí un rato.

―Sí, gracias, Loki.

Tesfia sintió que se le quitaba un peso de encima. A pesar de las palabras condescendientes de Loki, ella podía sentir la bondad detrás de ellas. Y al sentirla, su corazón se alivió. La herida de su corazón aún no se había curado del todo, pero podía soportar el cosquilleo que le quedaba.

―Yo también estoy aquí, Fia ―dijo Alice, siguiendo a Loki.

La presencia de las dos chicas la tranquilizaba, pero Tesfia no podía depender sólo de ellas, especialmente como noble. Ya no podía mostrar su lado decepcionante. Puede que se diera cuenta un poco tarde, pero tenía a dos personas que la apoyaban, así que debía seguir adelante con sus propias fuerzas.

Cerró los ojos, luego apartó los brazos de su cara y saltó de la cama.

―¿Estás bien, Fia? ―preguntó Alice, sonando preocupada.

Tesfia respondió con un firme asentimiento. Me pregunto por qué… No debería haber más que ansiedad, pero me siento un poco aliviada. No era solo porque Loki y Alice estuvieran a su lado. Era como si un pequeño fuego se hubiera encendido dentro de ella, manteniendo su núcleo cálido desde lo más profundo de su alma.

Ahh, es el maná de Al, pensó Tesfia. Su maná no seguía circulando por su cuerpo, pero podía sentir un calor agradable en su espalda, donde Alus había puesto su mano para calmarla.

Dejó de lado la parte en la que él la vio desnuda. Si no lo hacía, no podría concentrarse en nada más. Y el solo hecho de recordar cómo se encontraba hace un rato la hizo estremecerse. El autodesprecio la invadió al recordar su actitud. Estuvo deprimida, pensativa y congelada, incapaz de avanzar.

Tesfia no podía perdonar esa debilidad suya. Al mismo tiempo, estaba un poco asustada. Pero… las cosas eran diferentes ahora. Ah, mi espalda está caliente. No… ¿mi pecho? …¿Eh? Cuando la razón de los rápidos latidos de su corazón se hizo más clara para ella, las mejillas de Tesfia se pusieron rosadas. Pero también sintió alivio, como si hubiera confirmado la emoción. Sin embargo, eso sólo hizo que se sonrojara más.

Se agachó y se puso la mano en el pecho para que las otras dos no pudieran ver. Entonces… se avergonzó de lo tarde que llegó al juego. Aun así, su corazón latía con fuerza, hasta el punto de que le preocupaba que las otras pudieran oír el sonido.

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―Estás bien, Fia? ¿Te duele en alguna parte?

La consideración de su mejor amiga la sobresaltó y casi le dolió.

―Estoy bien, no te preocupes ―Abanicando sus mejillas ardientes, se disculpó interiormente con Alice una y otra vez―. Más importante, ¿qué hay de ti, Alice? Te hiciste daño por mi culpa.

―Esto no es nada. Además, ¡no es tu culpa, Fia!

―¡¿Qué?! Pero…

―Como. Dije. No es tu culpa, Fia ―Alice no dejó espacio para la disidencia. Ella no dejaría que Tesfia se culpara.

―Gracias.

―Cielos, siempre te empeñas en cosas extrañas. No es culpa de nadie. De hecho, vamos a asegurarnos de que las cosas se resuelven bien y entonces nadie tiene que asumir la responsabilidad. Haré todo lo que pueda para ayudar ―dijo Alice, amonestando a su amiga de la manera habitual, ya que no mostraba ninguna consideración por su cuello lesionado.

―Sí, gracias. Lo digo en serio ―Con la cabeza agachada, como su forma de corresponder a su amiga, Tesfia se concentró en las palabras y finalmente volvió a ser la audaz de siempre―. Puede que esté mal que lo diga, pero… Alice, Loki, préstenme su fuerza.

―¡Por supuesto! ―contestó Alice.

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―¿Qué? No, gracias ―dijo Loki.

―¿Eh? ―Tesfia se sintió como si la hubieran dejado plantada, con la boca graciosamente abierta.

Loki, ignorando el flujo de la conversación, las sorprendió por completo con su negativa. Hubo una pausa antes de que sus labios temblaran como si no pudiera aguantar más, luego sonrió con picardía mientras continuaba.

―Como dije, me niego. Pero aunque no te ayude personalmente, no puedo quedarme quieta si Sir Alus se mueve. En otras palabras… ―Miró a Tesfia, que tardó en darse cuenta, y dejó escapar un gran suspiro―. En otras palabras, al menos puedo acompañarte un poco.

―Eh, quieres decir que… ¿puedo confiar un poco en ti?

―¡Sí, está bien! ¿Por qué siempre tengo que explicarte todo? ―A decir verdad, la decisión de Loki se basaba en los cambios que había sufrido Alus. Aunque se resistía a admitirlo, estas dos eran probablemente una de las razones. Sin ellas, Alus no podría volver del todo a su vida cotidiana habitual―. Aunque en realidad no importa lo entusiasmadas que estén ya que nada comenzará hasta que Sir Alus regrese.

―Sí, lo sé. Además, parece que Lilisha también está ayudando…

Loki quiso arreglar el malentendido de Tesfia inmediatamente, pero lo dejó pasar por ahora. Tanto ella como Alice estaban juzgando mal a Lilisha. Por lo que Loki podía ver, esa chica no era sólo una noble, una soldado y la observadora de Alus.

Después de que Lettie le advirtiera, Loki se aseguró de no juzgar a Lilisha por su apariencia. De hecho, era extraño que Lilisha hubiera sido elegida para vigilar a Alus ya que no tenía la capacidad de usar magia. Era posible que sólo estuviera actuando, pero no había ninguna razón para que fingiera en esa situación. Sentía que había algo más.

Pero se podía confiar en ella al menos hasta el punto de que su traición no le doliera. Eso es lo que Loki decidió después de ver el comportamiento y las acciones de Lilisha hasta el momento. Si tuviera intenciones dañinas hacia Alus, tuvo muchas oportunidades de dañarlo directamente. Y si lo hubiera intentado, Loki habría puesto su cuerpo en juego para detenerla cuando Alus la llevara con él.

Sin embargo, le dolía la cabeza de tanto pensar. No se podía confiar plenamente en Lilisha como aliada, lo que complicaba la situación. Y Loki también tenía sus pensamientos sobre los recientes cambios de Alus.

―Sólo espero que termine pacíficamente.

―Espera, ¿quieres decir que podría no hacerlo? Al lo hizo sonar como si fuera una molestia, pero… estaba bastante tranquilo, ¿no?

Loki parecía exasperada ante la pregunta de Alice.

―Eso es porque ustedes dos estaban involucradas. Significa que Sir Alus las ha reconocido hasta cierto punto. Puede que se queje, pero asumirá sus problemas. Por no mencionar que Sir Alus ha cambiado mucho últimamente.

A pesar de su tono, se sintió reconfortada por los cambios en Alus. Pero todavía había aspectos de él que no habían cambiado. En particular, no era lo suficientemente hábil para complacer a todo el mundo, ni política ni socialmente.

―Sir Alus podría estar ya cerca de sus límites. Ese noble maleducado evidentemente lo estaba sacando de quicio.

―¿…? ―Tesfia estaba confundida.

Pero hasta ahí llegaba Loki cuando hablaba de asuntos problemáticos. Sir Alus es alguien que ha luchado y trabajado mucho en la sombra. Si Aile era realmente molesto, no sería impensable que Alus utilizara la fuerza, aunque estuviera luchando contra la familia Womruina. Desde su punto de vista, si hubiera algún derramamiento de sangre, o incluso en la improbable posibilidad de muerte… el Gobernador General y Alpha harían todo lo que estuviera en su mano para proteger al número 1 del ranking.

Incluso en el peor de los casos, recibiría un castigo muy reducido. Y si Alus no estuviera contento con eso y dejara la nación, nadie podría detenerlo. Pero era poco probable que fuera tan imprudente, teniendo en cuenta cómo se había comportado antes. Loki lo reconocía, y decidió que pensar que algo así sucedería no tenía sentido.

Sin embargo, las otras dos parecían haber captado el miedo infundado de Loki.

―Loki, ¿puedes no decir algo tan aterrador? ―preguntó Tesfia.

―Pero Fia, ¿y si Al se llevó a Lilisha con él en caso de que no fuera capaz de contenerse? ―Alice se burló de ella, aunque era una posibilidad que sonaba algo realista. Por supuesto, lo decía en broma.

―No tú también, Alice. S-si ocurre algo así… ―La cara de Tesfia se puso pálida de miedo.

―Oh, no debería pasar nada. No te lo tomes tan en serio.

Tesfia miró fijamente a Alice, que se rascó la mejilla. Alice lució una sonrisa forzada y deslizó los ojos hacia un lado para mirar a alguien.

Loki suspiró.

―Yo fui la que sacó el tema, pero es poco probable. Bueno, si Sir Alus realmente hace algo, será culpa de la otra persona por presionarlo tanto.

Aunque si pudiera salirse con la suya, Alus no habría aceptado en silencio todo lo que pasó en la Academia. Pero en cualquier caso, no era una carta fácil de controlar, ni para el Gobernador General, ni para la gobernante, ni para nadie. Loki llegó a la conclusión de que Alus se llevó a Lilisha con él para encontrar una forma de arreglar las cosas de forma pacífica.

―De todos modos, no pierdas el tiempo preocupándote por tonterías. Y ya es hora de que descanses, Tesfia.

―S-Sí, de acuerdo… ―Pero a Tesfia le costaba quedarse quieta y no hacer nada. Ya ni siquiera estaba segura de qué hacer. Si intentaba pensar en lo que podría pasar y en cómo afrontarlo, no tendría fin.

Sin embargo, su máxima prioridad eran los movimientos de la familia Womruina. Como los Fables eran una de las tres grandes familias nobles, Frose la había llevado a menudo cuando era niña a relacionarse con la familia Womruina.

Sin embargo, hacía tiempo que lo había olvidado. O más bien… intentaba no recordarlo. Cuando recordó esa parte de su pasado, sintió un dolor agudo en su corazón. Al mismo tiempo, un dolor de cabeza palpitante la golpeó, y jadeó. Su cuerpo se tensó y gimió mientras se apretaba las sienes. ¿Por qué…? No recuerdo nada.

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De repente, se oyó un fuerte ruido de estallido que recorrió la enfermería. Procedía del edificio principal al que habían ido Alus y Lilisha. Se podía adivinar lo que había sucedido por el distintivo sonido. La ventana debió romperse y arrojar innumerables fragmentos que llovieron al suelo.

Las tres chicas se estremecieron instintivamente. Una vez que el sonido cesó, se miraron con las mejillas crispadas.

***

 

 

Unos minutos antes…

Alus caminaba despreocupadamente hacia el salón de la Academia, que parecía extrañamente lejano.

No estaba claro en qué estaba pensando Lilisha -o tal vez sólo estaba siendo irresponsable-, pero parecía estar disfrutando, mientras que Alus no podía ocultar su falta de entusiasmo. Eso se debía, sobre todo, a que era consciente de que estaba haciendo algo fuera de lo normal para él.

Me pregunto si puedo justificar esta molesta situación de alguna manera. Me gustaría al menos obtener algún tipo de ventaja para mí. En cuanto a la falta de carácter, sintió que se había dejado llevar por sus emociones, e incluso tenía algo de vergüenza mezclada.

Por el camino, Lilisha le hizo un resumen de la familia Womruina, pero él sólo respondió sin entusiasmo mientras caminaban por el pasillo. Incluso empezaba a sentir nostalgia por el bullicio del festival escolar.

Alus sentía que su fuerza mental se agotaba por los problemas que parecían no tener fin. Aunque esta vez, como Lilisha señaló con una mirada de suficiencia, era una situación que había creado por su propia voluntad. Así que, por mucho que intentara justificarlo, no resultaba convincente.

―Entonces, ¿qué vas a hacer? El momento de resolverlo pacíficamente ya

pasó.

Alus puso cara de amargura ante la pregunta de Lilisha. Normalmente, Tesfia debería haber tomado el asunto en sus manos. Eso habría sido mejor para ella y para él. Pero comprendió fácilmente que la situación iba más allá de lo que ella podía manejar.

Por no hablar de que Aile tenía algo peligroso. Quizá fuera su forma inusualmente hábil de controlar la mente de un oponente y drenar su energía. Alus lo notó claramente cuando se enfrentó a él.

Cuando se trataba de manipular a los demás, me vienen a la mente la gobernante, el Gobernador General y Sisty, pero Aile estaba haciendo algo diferente. Era algo nacido de una mentalidad distorsionada y maliciosa. Aile creía que era normal que los de arriba miraran con desprecio a los de abajo. Era la arrogancia de los nobles llevada al máximo.

Por eso Alus lo había ignorado. Pero esta vez se trataba de Tesfia. Era excesivamente simple para ser noble, así que Aile era prácticamente su enemigo natural. De hecho, el mero hecho de reunirse con Aile ya le había mermado su resistencia mental.

Así que era demasiado pronto para que ella pudiera enfrentarse a él. Si perdía, Tesfia tendría que abandonar el camino del Magicmaster… todo por lo que había trabajado hasta ahora. Y ni siquiera habría sido por su elección. Habría sido el resultado de ser manipulada y arrinconada, lo que lo hacía completamente irracional.

Si hubiera sido lo que la familia Fable quería, entonces Alus no se habría involucrado. Pero por lo que escuchó, los Womruinas estaban presionando de manera desproporcionada. Creían que podían hacer lo que quisieran usando su influencia, así que este evento era como la encarnación misma de la arrogancia de la nobleza que Alus odiaba. Aquello despertó su ira, lo que significaba que había ido más allá de lo que podía permitir.

Así que ahora pretendo ser un héroe de la justicia. Ni siquiera es una broma divertida…

Alus recordó sus sentimientos… Cómo había eliminado todo lo innecesario, incluyendo la compasión y los esfuerzos realizados en favor de los demás. Todo, excepto él mismo, era intrascendente… o debería haberlo sido.

¿Significaba eso que había simpatizado más con Tesfia y Alice por el tiempo que había pasado enseñándoles? No, necesitaba analizar y entender la situación correctamente. En términos de esfuerzo, la verdad es que me he esforzado mucho. Así que, que un noble de pacotilla lo arruine, sería lo peor.

Además, su crecimiento había sido espectacular. Su potencial había superado con creces lo que Alus supuso en un principio. Con el entrenamiento adecuado, serían capaces de hacer notables contribuciones cuando se graduaran.

Había visto destellos de ello en el Torneo Mágico de la Amistad de las Siete Naciones. Antes de eso, la impresión de Alus sobre ellas fue “no mediocre”. Pero últimamente había empezado a disfrutar viéndolas crecer.

Aunque eso hubiera sido increíble para su antiguo yo. Restringir su zona de confort a la Academia habría sido impensable antes, cuando sólo había conocido el campo de batalla. Así que, aunque fuera improductivo, su pacífica vida en la Academia había sido más cómoda de lo que pensaba.

Loki estaba aquí, al igual que Tesfia y Alice, e incluso Felinella. Y aunque su lealtad seguía siendo desconocida, Lilisha también añadía algo de condimento a su vida diaria. Incluso los cambios moderados en su pacífica vida se sentían refrescantes ahora, cuando en el pasado se habría aburrido como una ostra.

Por supuesto, al principio no había pedido a ninguna de ellas que se involucrara. Simplemente sucedió con el flujo de las cosas. Y ahora se resistía a renunciar a ello. Se había convertido en algo valioso para él.

Alus se rascó la nuca, como si se estuviera animando.

―Así que quiere convertirse en una Magicmaster de primera categoría, eh… ―Volvió a pensar en lo que había dicho Tesfia.

Se lo había dicho a sí mismo, pero Lilisha le contestó de todos modos.

―¿Pero de primera categoría? Ese es un objetivo tan ambiguo ―Lo hizo sonar como si estuviera ridiculizando a Tesfia, pero su tono de voz revelaba emociones más complejas.

Puede que sea el ideal de Tesfia, pero era como jugar a fingir, o admirar a héroes y princesas. Los Magicmaster novatos acabarían convirtiéndose en soldados. Y los ideales no podían garantizar nada en el Mundo Exterior, donde reinaba la dura realidad y los fuertes se alimentaban de los débiles.

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Aunque Lilisha no era igual que Alus, podía percibir que no era una noble ingenua y protegida. Por eso, para ella, la pureza de Tesfia parecía infantil, como si estuviera deslumbrada por el ideal.

Por otra parte… Alus podía entenderlo.

―Sí, aún le quedan muchas cosas con las que llenar su cabeza vacía.

La expresión amarga de Alus cambió a una tranquila, como si hubiera resuelto algo en su interior. Una Magicmaster de primera clase… Como dijo Lilisha, era una meta muy ambigua. Tesfia había utilizado esa expresión porque no estaba satisfecha con sus propias fuerzas. El camino y su naturaleza eran tan ambiguos como sus palabras.

Pero podía oír su voz interior. Quería ser mucho más fuerte. Deseaba con avidez la fuerza, y estaba dispuesta a utilizarla por las razones adecuadas.

Es probable que ya supiera que la fuerza era algo más que dominar la magia, y ahora Tesfia intentaba cambiar todavía más. Su mente y su cuerpo estaban madurando lentamente. Quizá ella misma tuviera una vaga conciencia de ello.


Por eso lo había mirado con ojos serios. Todavía no podía abandonar este lugar de aprendizaje. Fue porque Alus aceptó su sinceridad que estaba caminando hacia adelante a pesar de que sabía que era problemático.

Finalmente, llegó al primer peldaño de la escalera que la llevaría a un destino extraño y entretejido. En la parte superior del edificio principal había una zona donde los estudiantes eran los menos propensos a ir. Lo único que había allí era el despacho de la directora y otras oficinas de administración.

Por supuesto, con una planta de ese tamaño, también existían salas para los visitantes. Además, todas las habitaciones tenían medidas de contravigilancia y estaban más separadas de lo necesario. El papel pintado blanco de las habitaciones parecía brillar por sí mismo, lo que dejaba boquiabiertos a la mayoría de los estudiantes. En cierto modo, era como un santuario que los intimidaba. Pero no era nada para Alus.

Cuando Alus y Lilisha llegaron, pudo percibir la presencia de gente en el salón. Una placa junto a la puerta la identificaba como la sala “Número 1”. Además, el hecho de que la luz de la habitación estuviera encendida le indicó a Alus que allí estaba su invitado no deseado.

Había alcanzado el pomo de la puerta cuando ésta se abrió desde el interior, revelando a una mujer.

―No pensé que la directora estaría aquí…

Sisty se dirigió primero a Lilisha, como para ponerla en su sitio. Su mirada era cansada y la forma en que se encorvaba la hacía parecer mayor. Luego miró a Alus y suspiró, diciendo en tono bajo pero insistente:

―No tú otra vez. Alborotador.

Aunque comprendía las circunstancias, a Alus le resultaba un poco doloroso escucharla. Se encogió de hombros y trató de inventar una excusa.

―Bueno, esta vez son los problemas de la familia Fable. ¿Y no fue usted quien me dijo que enseñara a Fia? Así que no es raro que me vea envuelto en sus problemas.

―Ugh, eso es… No, ¿de qué estás hablando?

―Sólo actuaba de buena fe. Y todavía no ha habido ningún problema real.

―¡Ya ha habido más que suficiente! ¡Esto es un incidente! Los Womruinas son una de las tres grandes familias nobles, ¡¿lo entiendes?!

―Por supuesto.

―Esa parte se la expliqué yo misma a Alus ―intervino Lilisha, actuando como la mascota de un profesor.

―Aunque se lo hayas dicho, no creo que haya significado nada para él…

pero gracias, Lilisha. Me gustaría evitar más problemas… Ya tengo las manos

llenas…

Al darse cuenta de que era inútil continuar, Sisty se acunó la cabeza de forma exagerada y respiró profundamente mientras se apoyaba en una pared cercana. Estaba siendo un poco dramática, pero parecía que las cosas habían hecho mella en su estado mental.

Al ver eso, Alus se rascó torpemente la mejilla.

―Seguramente no causará ningún problema a la Academia. Además, tampoco le gustaría que una alumna se fuera en contra de su voluntad, ¿verdad?

―Pues no ―dijo Sisty con expresión hosca. Debía de sentir un conflicto entre su posición de profesora y su posición de directora de la Academia. Sin embargo―… ¿Estás seguro de que puedes terminar esto sin dejar ninguna posibilidad de problemas futuros? ―Agarró los hombros de Alus y lo miró fijamente con una expresión seria.

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―Está exagerando.

―No, asegúrate de recordar esto… la familia Womruina es así de poderosa. Hasta tú harías bien en tener cuidado.

―Igualmente…

―Si lo llevas a otro lugar, haré lo que pueda para ayudar.

―Gracias. Entonces no dudaré en confiar en usted ―respondió Alus.

―¡Qué! Al menos vacila un poco… ¿sí?

―Y pensar que era uno de los Tres Pilares.

―Tengo que considerar mi posición. Sólo soy una empleada, una servidora pública. En este momento, si las cosas empeoran, no hay nada que pueda hacer yo sola. Pero eso no significa que quiera que Tesfia abandone la Academia. No puedo relajarme ni un segundo…

―Oh, sólo oír eso es un alivio ―dijo Alus con una sonrisa de satisfacción.

Sisty hinchó las mejillas.

―¡No te atrevas a burlarte de mí! Pero conociéndote, seguro que tienes algún plan en mente. Así que no voy a preocuparme por ello ―concluyó sarcástica. Le dio una palmada en la espalda a Alus―. Aparentemente, sólo quiere hablar contigo, Alus. Aunque estoy segura de que dejará queLilisha esté presente. Yo no estaré ahí, así que Lilisha, trata de cubrir a Alus. Él odia a los nobles, ¿sabes?

―Sí, soy consciente de ello, señora ―Lilisha sonrió, de nuevo la estudiante de honor.

Sintiendo que no tenía sentido seguir hablando, Alus puso la mano en el pomo antes de darse la vuelta.

―Lo siento, pero no tengo ningún plan ni carta bajo la manga. Por primera vez en mucho tiempo, entraré en el campo de batalla con las manos vacías. No es que vaya a ceder un ápice de terreno.

Una vez demostrada su determinación, Alus atravesó la puerta con Lilisha y la cerró ante una estupefacta Sisty, mientras entraban a recibir al peligroso visitante.

***

 

 

Tras cerrar la puerta, Sisty se dirigió a su despacho, pero entonces decidió darse la vuelta. Extrañamente, sus pasos tenían un impulso a pesar de su actitud anterior.

Sabía que era inapropiado teniendo en cuenta la situación, pero aun así, no pudo evitar que su rostro se relajara en una pequeña sonrisa.

―Bueno, Alus, parece que realmente has cambiado. Apenas podía creer lo que oía cuando Berwick me lo dijo. Me pregunto por qué es tan emocionante ver crecer a un niño.

Pensó en el momento en que interrogó a Berwick sobre los antecedentes de Lilisha. En ese momento, Berwick también mencionó que Alus le había hablado a Loki de su pasado. Podría parecer algo insignificante para una persona ajena, pero para Alus fue un gran paso adelante. Al ver el cambio en él, Sisty sintió que había logrado su propósito como educadora. No resolvería el problema actual, pero seguía siendo algo de lo que alegrarse.

La invadió un estado de ánimo brillante, como si hubiera vuelto al servicio activo.

O quizás… como si en cierto modo hubiera rejuvenecido.

Aunque nunca lo admitiría, Alus había renunciado a los cálculos y a las perspectivas de futuro para intentar hacer lo que consideraba correcto. Y su motivación tuvo que ver con su relación con una compañera de clase. Habían formado una especie de vínculo.

Qué bonito es ser joven. Alus dijo que, por una vez, no tenía ninguna carta en la manga. No era muy diferente de ser imprudente. Por supuesto, la imprudencia de la juventud jugaba un papel en ello. Sin embargo, por esta vez, Sisty envidiaba esa juventud. Quería tocarla y sentirse inspirada.

Tal vez ser un poco estúpido no era tan malo. En esta época, eran muy pocos los que podían actuar de acuerdo con lo que sentían que era correcto, en lugar de contenerse con pensamientos de supervivencia e interés propio.

¿Qué es esto? ¿Se despertó en mí de algún modo el instinto maternal? Ya me imagino a mis compañeros burlándose de mí. Sisty entrecerró los ojos y trató de contenerse. Podía entender por qué Lettie estaba tan preocupada por Alus. Cuanto más difícil era el niño, más adorable era.

Los bordes de los labios de Sisty se curvaron en una ligera sonrisa mientras caminaba.

―Quizá debería liberarme un poco ―Se llevó con picardía un dedo a los labios.

Sin embargo, fue sólo por unos segundos. Tras una ligera inclinación de la cabeza, su expresión volvió a la normalidad, a la de la directora madura, prudente y previsora de la Academia. ¿Pero quién podía culparla? Esa era la distancia insalvable entre alguien realmente joven y un adulto que ya había envejecido.

―Si ocurre algo, estoy segura de que Berwick se involucrará. Me debe bastante. ¿Pero qué hacer si las donaciones de la familia Womruina se agotan…?

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Francamente, las donaciones de los Womruina eran tantas que la Academia no podía permitirse el lujo de pasarlas por alto, aunque la razón por la que las aceptaban era porque eran nobles. Y los Womruinas estaban emparentados con la actual gobernante, Cicelnia, lo que haría aún más difícil rechazarlos.

―Bueno, si sucede, podría ser una buena oportunidad.

Murmurando para sí misma, Sisty se decidió y regresó al despacho de la directora con pasos ligeros.

 

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