Maou no Ore ga Dorei Elf wo Yome ni Shitanda ga

Volumen 15

Capitulo 3: Cada Villano Fue Una Vez Inocente

Parte 3

Al parecer, había pasado medio año desde que se convirtieron en subordinadas de Zagan junto con Lilith. Les habían concedido unas vacaciones tras el reciente incidente, así que las chicas habían decidido regresar a su hogar en Liucaon, y Furcas y Behemoth las habían acompañado.

A diferencia de Furcas, que se había limitado a acompañarle, Behemoth había organizado hábilmente todo, desde el alojamiento hasta el barco. De hecho, había sido tan eficiente que Lilith se había quejado de no tener nada que hacer. Gracias a ello, había podido relajarse durante el viaje.

Behemoth también se había ocupado de ahuyentar a los borrachos de las tabernas y había ahuyentado con facilidad cualquier vida marina hostil. Era un hombre de fiar.

“¿Son Levia y Selphy hermanas o algo así?” preguntó Furcas con curiosidad.

“No”, respondió Behemoth. “Están emparentadas por sangre, pero… su relación es un poco más distante que eso”.

“Lo entiendo. Son de la realeza y todo eso, así que tienen un montón de parientes, ¿no?”

“Bueno… supongo que es algo así”.

Furcas ladeó la cabeza al oír aquella enigmática respuesta. ¿Había hecho una pregunta difícil de responder?

Mientras tanto, la conversación de las mujeres pasó a otro tema.

“De todos modos, me alegro de que pudiéramos volver…” Lilith dijo. “También pudimos visitar la aldea Adelhide”.

“Sí…” Selphy estuvo de acuerdo.

La otra amiga de la infancia de las dos chicas, Kuroka Adelhide, no estaba allí con ellas. El grupo había visitado el pueblo natal de la cait sith durante este viaje, a pesar de que el pueblo había desaparecido hacía mucho tiempo y ahora sólo se podían ver rastros de algunas casas. Las innumerables lápidas eran la única prueba de que alguien había vivido allí alguna vez. Sin embargo, las dos familias reales restantes gestionaban la zona, por lo que al menos el lugar de las tumbas se mantenía adecuadamente.

“Si tan sólo hubiéramos podido traer a Kuroka con nosotros…” murmuró Levia lánguidamente.

“Eso no tiene remedio”, respondió Lilith. “Ella necesita permanecer oculta en este momento. El puerto que lleva a Liucaon es el primer lugar donde buscarían”.

“Entonces, ¿ella eligió esconderse en Raziel? Me cuesta entender lo que pasa por la mente de Zagan a veces”.

Al parecer, fue inesperadamente eficaz.

“Además”, añadió Lilith, apretando con fuerza las manos frente a su pecho, “creo que Kuroka necesita un poco más de tiempo”.

“¿En serio? Dudo que haya algo de qué preocuparse ahora que tiene a Shax”.

“Hmm, ¿es ese viejo realmente tan fiable?”

“Estoy segura de que todo irá bien”, dijo Selphy, uniéndose a la despreocupación. “Quiero decir, Shax trata a Kuroka muy bien, ¿no crees?”.

Sonaba totalmente segura, como si dijera que tenía mucha experiencia.

“Oye, si no aprietas un poco más tu ofensiva, te la van a arrebatar delante de tus narices, ¿sabes?”. susurró Behemoth, empujando a Furcas con un codo.

“¿Eh…? Realmente no entiendo lo que quieres decir, ¡pero lo haré lo mejor que pueda!”

“Bueno, supongo que eso podría ser suficiente tal y como estás ahora”, respondió

Behemoth con una sonrisa de impotencia.

Furcas ladeó la cabeza, confundido, al oír aquello, pero Behemoth desvió su atención hacia la parte delantera del barco.

“Oh, Kianoides está a la vista.”

Furcas siguió su mirada y vio la familiar vista de la ciudad extendida ante él.

***

“¿Eh? ¿No es ese Foll de ahí?”

Tras llegar a Kianoides y recoger su equipaje, Furcas vio a una niña en el muelle. Ella se fijó en el grupo al mismo tiempo y corrió hacia ellos.

“¡Hola! ¿Acabas de volver?” preguntó Foll, saludándoles.

“¡Sí! ¿Estás haciendo un recado para Zagan?” Furcas preguntó. “No. Trabajo. Ahora soy un Archidemonio”.

“¡Oh, sí! Eres increíble, Foll”.

“Por supuesto”.

No parecía ofendida en absoluto mientras hinchaba el pecho con orgullo, con una sonrisa infantil en la cara.

“Milady, no se vaya sola”.

Dexia corrió tras ella, jadeando, al parecer después de haber sido puesta a trabajar por el joven Archidemonio.

“Oh, ¿tú también estás con ella?” Behemoth dijo con voz suave. “¿Cómo van las cosas por tu parte?”

“Um, sobre eso…” Dexia se interrumpió, dudando en responder por alguna razón. Miró de reojo a las dos chicas que tenía detrás. Una era su hermana pequeña, Aristella, mientras que la otra…

“¿Tú eres… Asmodeus?” Behemoth gritó, de repente levantando la guardia.

“¡Eek!”, gritó la chica llamada Asmodeus y retrocedió bruscamente.

“Esta es Lily”, dijo Foll, extendiendo un brazo delante de Behemoth para protegerla. “Ella se lastimó y no recuerda nada de sí misma”.

“¡¿Qué?!” Behemoth gritó histéricamente. Luego, se inclinó hacia el hombro de Foll y susurró: “¡Pequeña dama! No sé qué ha pasado, pero es una mala noticia. Esa amnesia es definitivamente una actuación. Si está en la zona, probablemente busque el tesoro del Palacio Archidemonio. Deberíamos atarla de inmediato… No, ella escaparía, pero a pesar de todo,

¡deberíamos llamarla!”

Su tono era inesperadamente fuerte en comparación con sus modales habituales.

“¿Qué pasa, Behemoth?” Furcas preguntó, susurrando confundido. “A mí no me parece una chica mala”.

Al parecer, esta chica a la que había llamado Asmodeus le había sobresaltado, ya que Behemoth estaba tenso e incluso tenía lágrimas en los ojos.

“Es una hechicera conocida como la Recolectora”, respondió Behemoth. “Levia y yo hemos pasado un infierno por su culpa. Definitivamente algo pasa si ella está involucrada”.

Behemoth y Levia estaban bajo una maldición por la que uno se convertía en monstruo cada vez que el otro mantenía una forma humana. Actualmente estaba siendo suprimida gracias a Zagan, pero aún no se habían liberado totalmente de ella. La pareja había pasado quinientos años intentando deshacerla, así que probablemente habían tenido muchas oportunidades de encontrarse con esta Coleccionista.

“Andre ya me lo dijo”, susurró Foll ladeando la cabeza. “Aun así, me apetecía salvarla”.

“¡No se deje engañar, señorita!” Behemoth contraatacó. “Este es su truco habitual. En cuanto empieces a confiar en ella, te traicionará”.

Furcas se preguntó qué había experimentado exactamente en el pasado. No había ira ni odio en la voz de Behemoth, sólo una sincera preocupación por Foll. Sin embargo, Foll negó obstinadamente con la cabeza.

“Podría traicionarnos, pero creeré en ella esta vez. Si nos traiciona, entonces reconsideraré mi enfoque”.

“Pero…”

Levia caminó hacia la chica mientras Behemoth intentaba convencer a Foll. Se acercó lo suficiente como para que sus narices casi se tocaran.

“……”

“Um, um, um…”

Levia la miró en silencio, y la muchacha empezó a temblar violentamente con los ojos llorosos. Levia estaba completamente inexpresiva, lo que hacía imposible ver lo que pasaba por su cabeza, pero al observarla más de cerca, Furcas pudo ver que había un pliegue entre sus cejas, lo que hacía que su mirada pareciera algo cruzada. Se habría aterrorizado si ella le hubiera hecho eso.

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“¡Eek! ¡¿Qué?! ¡¿Qué está pasando aquí?!”

Lilith eligió este inoportuno momento para bajar de la barca… momento en el que saltó hacia atrás y empezó a temblar.

En un giro inesperado, Aristella se adelantó tímidamente para proteger a la niña.

“Levia. Lily está asustada”. ”          ”

Levia miró fijamente a Aristella durante un rato, pero acabó retrocediendo. Aristella suspiró aliviada.

“Creo que… nosotros también podemos creer en ella”, dijo Levia.

“¿Hablas en serio, Levia?” dijo Behemoth. “Mhm.”

Realmente no podía mantener una fachada fuerte cuando se trataba de ella.

“No me digas que no te lo advertí”, replicó Behemoth, alborotándole el pelo. “Todo irá bien.        probablemente”.

Ahora que la pequeña disputa se había calmado, la chica habló por fin.

“U-Um, ¿todos ustedes… me conocen?”, preguntó. Parecía a punto de llorar en cualquier momento. “¿Qué clase de cosas horribles he hecho?”

“……”

Al verla temblar tan patéticamente, todos se quedaron sin habla. Behemoth, Levia y Dexia—las tres personas que parecían conocerla— parecían atormentados por la culpa.

“Yo… sólo te he visto un poco antes, así que no sé mucho. “. Dexia

respondió, desviando la mirada como para insistir en que no sabía nada.

“Tengo la sensación de haberte visto antes en algún sitio”, dijo la chica, volviéndose para mirar a Levia. “La voz de ese hombre también me resulta algo familiar “.

Resultó que no había perdido del todo sus recuerdos. El rostro de Behemoth estaba oculto, pero ella había reaccionado a su voz.

En una rara muestra de emoción, los ojos de Levia se desorbitaron presa del pánico mientras respondía: “B-Behemoth sabe más que yo”.

“¡¿Levia?!”

Probablemente nunca pensó que le arrojarían todo sobre su regazo. Incluso a través de las correas de cuero que cubrían su cara, era fácil ver lo conmocionado que se sentía.

“Uhhh… ¿Cómo decirlo? Eras una conniv… Quiero decir, ¡una persona de mente única! Sí, ¡de mente única!”

“¿P-Pero no hice algo malo…?”, preguntó la chica.

“Bueno… cuando eres tan obstinada, tiendes a crear rencores sin siquiera saberlo. Sí, así es la vida”.

“¿Es… así?”

Al final no le había contestado, así que la chica no parecía nada satisfecha con su explicación.

“¡No tiene sentido preocuparse por no acordarse!”. Furcas se unió con una sonrisa. “¡A mí tampoco me preocupa!”.

“¡Eep! U-Um, ¿y tú eres…?”

“¡Soy Furcas! Encantado de conocerte. Uh, ¿Señorita Asmodeus?” “Oh, um, voy por… Lily.”

“¡Ya veo! ¡Encantado de conocerte, Lily!”

Le tendió la mano con una sonrisa, que ella cogió tímidamente. Después sonrió, con una expresión de alivio en el rostro.

“De alguna manera, siento que este tampoco es nuestro primer encuentro”, dijo.

“¿De verdad? Lo siento, no recuerdo nada de mi pasado”. “¿Quieres decir… que también tienes amnesia?”

“Ha-ha, bueno, tengo a mi hermano y a Lilith, así que no me molesta mucho”.

Esa afirmación le hizo parecer demasiado optimista, pero esto lo era todo para Furcas.

“Eres increíble, Furcas”, dijo la chica, bajando los ojos y sonrojándose un poco. “Me pregunto si podré llegar a ser como tú”.

“Todo irá bien. Puedo decir a simple vista que eres una buena persona”. “…Gracias.”

Sonreía como una flor en flor. Si no tuviera a Lilith, Furcas podría haberse enamorado a primera vista. Y mientras se dejaba llevar por el momento, Foll alzó la voz y dijo: “Lily, ya es hora de irnos. Veremos al resto más tarde”.

“¡Claro! ¡Aguanta, Foll!” exclamó Furcas.

Foll cogió a su grupo y se marchó. Dexia aún parecía sospechosa, pero Zagan probablemente quería al menos una persona así cerca de su hija.

Después de despedirlos, Lilith murmuró fríamente, “Hmm… Bueno, ¿no era linda?”

“Si… Uh, ¿qué? ¿Lilith? ¿No estás un poco lejos de mí?” “¿Es así? Es la misma distancia de siempre”.

Ella estaba a su lado, pero lo suficientemente lejos como para que él apenas pudiera alcanzarla si estiraba el brazo.

“Uhhh… ¿Lilith? ¿Estás enfadada, tal vez?” “¿Yo? ¿Por qué?”

“¿Así que estás enfadada?”

Los ojos de Lilith eran tan fríos que parecía que podían marchitar una planta con una sola mirada. Furcas no tenía ni idea de lo que había hecho para merecer este trato. Selphy se enfadaba con él todo el tiempo, pero esta era la primera vez que Lilith lo hacía, así que estaba completamente alterada.

***

“Así que tú eres Asmodeus, ¿eh?”

Algún tiempo después, Zagan se enfrentó a la chica que Foll había traído a la sala del trono del Palacio Archidemonio. Había recibido un informe de Alshiera de antemano, así que tenía una idea general de la situación. No había estado al descubierto, pero la vampiresa había estado vigilando a Foll todo este tiempo.

Por fin había llegado a una etapa en la que podía mantener una conversación adecuada con ella, pero resultaba que cuando las cosas se complicaban, ella no podía arreglárselas sin tener un tablero de ajedrez entre los dos. Era un fastidio sacarlo a relucir cada vez que hablaban, pero era mucho mejor que cuando ella simplemente se quedaba callada, así que él lo soportaba.

La chica que tenía delante estaba pálida y temblaba como si la hubieran puesto en la horca.

Y pensar que este es el famoso Coleccionista… Si no fuera por el Sello del Archidemonio brillando en su mano derecha, no lo creería.

Dentro de la sala del trono estaban Zagan; la niña; Foll y sus ayudantes, Dexia y Aristella; y Nephy, que había llegado volando cuando se enteró de que su hija había regresado. Mirando hacia arriba, había un solo murciélago en el techo, por lo que parecía que Alshiera también estaba escuchando.

La chica seguía temblando violentamente, así que Foll se adelantó en su lugar. “Esta es Lily. Zagan, quiero ayudarla”.

“Hmm…”

Esto preocupó a Zagan.

Lo más importante ahora mismo es preparar el regalo de cumpleaños de Nephy.

Faltaba menos de un mes para que venciera el plazo, pero aún no se vislumbraba el final. Las cosas irían bien si se limitaba a hacer lo que Naberius decía, pero algo en el interior de Zagan le advertía que no lo hiciera. Como tal, no había tiempo que perder, y sería mejor tratar sin piedad con cualquier semilla de problemas. Ese era su estado mental en ese momento.

Francamente, el mejor y más fiable curso de acción era simplemente matarla allí mismo para conceder su Sello a Barbatos. Había oído montañas de rumores desagradables, e incluso si la salvaba, ella no era de las que mostraban gratitud.

Aun así, Foll ya era una Archidemonia y Zagan había reconocido su crecimiento. Por lo tanto, quería respetar sus deseos. Es más, se sentía algo reacio a matar a una chica que parecía un cervatillo recién nacido.

“Por favor”, dijo Foll mientras Zagan hacía una mueca. “Cuidaré bien de ella”.

“¡¿Soy una especie de mascota?!”, chilló la chica sorprendida.

Parece que las dos ya se llevan bien.

Zagan estaba realmente conmovido. Las palabras de Foll habían deshecho toda la tensión que unía a esta chica. Probablemente no había sido su intención, pero había suficiente confianza entre ellos como para que esto pudiera lograrse.

En ese caso, supongo que está bien.

Si no tenía recuerdos, era dudoso que pudiera hacer algo. Además, si intentaba algo subrepticio, eso significaba traicionar a Foll, razón más que suficiente para que Zagan la matara.

Zagan finalmente asintió y dijo: “Asegúrate de llevarla a pasear también”. “Mmm…”

“¡Al menos trátame como a una persona!”, protestó la chica con los ojos llorosos.

“Señor Zagan, no se burle de ella”, intervino Nephy, con las puntas de las orejas temblorosas. “Señorita… Lily, ¿verdad? El Maestro Zagan dice que te tomará bajo su protección”.

“Um, no me sonó de esa manera, aunque…” murmuró Lily con una mirada de desconcierto en los ojos.

“Está diciendo que está bien que te quedes. ¿No es estupendo?” dijo Foll con una sonrisa.

“¿Es algo de lo que alegrarse…?”, respondió la chica con el ceño fruncido, actuando como si toda esta reunión fuera interminablemente humillante.

“Ahora que lo pienso, todavía no me he presentado”, dijo Nephy, con una suave sonrisa en el rostro. “Soy Nephelia, la madre de esta niña”.

“¡¿Huh?!” la muchacha jadeó en choque. Sus ojos se convirtieron en platillos, sin entender lo que Nephy quería decir.

“Y este es el Maestro Zagan, su padre.”

La chica miró entre Foll y Nephy confundida antes de murmurar: “¿P-Pero sus razas…?”.

Ya le habían informado de que Zagan era el padre de Foll, pero al parecer, no le habían informado de nada con respecto a su raza. Un padre humano, una madre alto elfa y una hija dragón… era bastante irrazonable que alguien entendiera en el acto cuando la familia era presentada así.

“¿Tan extraño es tener una familia formada por razas aleatorias?”. preguntó Zagan, encogiéndose de hombros.

Para llevar las cosas un poco más lejos, la madre de Zagan era una vampira súcubo. Honestamente, probablemente no había muchas familias que tuvieran tan poco en común en cuanto a raza.

Zagan había mantenido su voz lo menos amenazadora posible, así que aunque la chica se sobresaltó y tembló, asintió tímidamente.

“Um… un poco”, respondió ella.

“Honesta, ya veo. Foll es nuestra hija adoptiva. ¿No es una buena chica?” preguntó Zagan, lanzando una mirada a Foll.

La chica asintió rápidamente y contestó: “Es muy amable”.

Zagan y Nephy parecían satisfechos. Al ver esto, la chica finalmente sonrió. “Ustedes dos también parecen un matrimonio feliz”, dijo.

“¡Gah!”

Zagan y Nephy se atragantaron al mismo tiempo al oír esa afirmación. “¿Eh…?”

“Son muy tímidos. Intenta no tocar ese tema”, dice Foll. “¿Es así?”

La chica parpadeó y ladeó la cabeza, confundida, lo que hizo que Foll le lanzara una mirada divertida. Dexia y Aristella ya estaban acostumbradas, así que también sacudieron la cabeza con sonrisas cansadas en los labios.

A Zagan le daba vergüenza admitir que aún no estaban casados y que acababan de convertirse en amantes.

En cualquier caso, era necesario advertirle de algo más. Así pues, se aclaró la garganta antes de dirigirse de nuevo a la muchacha, diciendo: “Lily, o como te llames ahora, te permitiré pasear libremente por este castillo. Sin embargo, este es el castillo de un Archidemonio. Si valoras tu vida, será mejor que no toques nada descuidadamente”.

Como mucho, trataba a esta chica—Lily—como a una invitada. Estaba al mismo nivel que Barbatos. No era reconocida como familia, así que si intentaba robar grimorios o tesoros, desencadenaría las mismas trampas severas que Barbatos.

Si sus recuerdos regresan, el tesoro del Palacio Archidemonio será su primer objetivo.

Consideraba a Lily amiga de Foll, pero no tenía la menor intención de ser negligente con el Archidemonio conocido como el Coleccionista. Lily jadeó asustada ante su advertencia, lo que hizo que Foll le cogiera la mano.

“Sólo es un problema si robas algo. Si entras y sales con normalidad, no pasará nada”.

“M-Mmm…”

Con eso, Lily soltó la fuerza de sus hombros, aunque todavía estaba un poco tensa. De repente, llamaron a la puerta de la sala del trono.

“Mi señor, soy Raphael. He regresado.” “¿Hm?”

Parecía que Raphael había vuelto de sus vacaciones en las aguas termales. Estaba interrumpiendo a pesar de saber que había un invitado aquí, lo que significaba que probablemente había algún tipo de problema.

Zagan lanzó una rápida mirada a Lily antes de contestar: “Pasa. Ya hemos terminado aquí”.

“Como quieras”.

Raphael no entró solo. Una joven Orias le acompañaba, lo cual no era tan extraño, pero detrás de ella había una cara completamente inesperada.

“¡Tú!” gritó Zagan por impulso, poniéndose en pie de un salto. Era un chico de pelo negro y ojos plateados.

El Rey de Ojos Plateados de segunda generación levantó la mano torpemente antes de decir: “Hola, Zagan. Cuánto tiempo sin verte”.

“No me digas ‘hola’ sin más. Deberías haberme avisado de que seguías vivo”, replicó con aire crítico en la voz.

“¿Estabas preocupado por mí?”, preguntó asombrado el chico. “… ¿Asumiste que no me importaría?”

El chico sonrió algo compungido, aunque feliz, luego se encogió de hombros y contestó: “Lo siento. No tengo medios para enviar un mensaje en esta época, y tampoco tenía ni idea de dónde vivías. Por favor, perdóname, Zagan”.

“Ahora que lo mencionas, eso tiene mucho sentido…” De hecho, no era razonable exigir un mensaje así.

Lily los miró a los dos confundida y luego le susurró a Foll: “¿Son hermanos o algo así?”.

“No. Probablemente sea el padre de Zagan. Aunque nunca lo había visto antes”.

“¿Qué significa eso?” preguntó Lily, con la cara congelada en una espléndida muestra de confusión.

Orias se estaba girando para mirar a su susurrante nieta cuando su ceja se alzó y murmuró: “¿Oh…?”.

Parecía darse cuenta de que Lily era Asmodeus, pero había decidido que ahora no era el momento de sacar el tema. Orias no hizo más que mirarla. Raphael también desconfiaba de la invitada desconocida, pero guardó silencio. Zagan no esperaba menos del mayordomo que tenía su confianza incondicional.

“Hay alguien que quiero que conozcas”, dijo Zagan mientras se acercaba al chico de pelo negro. Se sentía extrañamente excitado, por mucho que eso le disgustara.

Resulta que estoy feliz de ver a este tipo vivo.

No tuvo más remedio que admitirlo.

“…Oh, antes de eso, ¿cómo debo llamarte?”

“Uhhh, cierto… Hay un tipo que me llama Silver, pero supongo que Ojos Plateados servirá por ahora”.

“¿Ojos Plateados? Muy bien. Nephy, Foll, vengan aquí.”

Los dos obedecieron y caminaron a su lado. Parecía que comprendían bien la situación.

“Esta es Nephy”, dijo Zagan. “Ella es… mi amante”.

Nephy hizo una elegante reverencia y añadió: “Es un placer conocerlo. Soy Nephelia. ¿Puedo… llamarle padre?”.

“Um, me pregunto… En realidad no soy la persona real…” Ojos Plateados respondió evasivamente.

“Ella es Foll”, continuó Zagan. “Es nuestra hija”.

“Espera, Zagan”, interrumpió Ojos Plateados. “¿Cómo es que ya tenéis un hijo cuando aún sólo sois amantes? Tenéis que dejar estas cosas claras cuando seáis una familia”.

“Ugh, eso es, um…” Zagan dudó y desvió la mirada.

“Los dos eran mucho más torpes cuando me acogieron”, respondió Foll en su lugar, sacudiendo la cabeza. “Que se conviertan en verdaderos amantes es un gran paso adelante. Puedo esperar, así que está bien”.

“¿En serio…? ¿Qué has estado haciendo, Zagan?” Zagan quiso cubrirse la cara de vergüenza.

“Entonces, eres adoptada, ¿no?” Preguntó Ojos Plateados mientras se ponía en cuclillas para igualar la línea de los ojos de Foll. “¿Han sido amables contigo?”

“Mhm. Ambos me muestran un montón de amor, así que no hay necesidad de preocuparse “.

“Ya veo… Mmm, en ese caso, no tengo nada que decir”, afirmó con calma. Luego, acarició la cabeza de Foll antes de levantarse y decir: “¿Cómo debo considerarme a tu alrededor, entonces…?”.

“¿Qué tal si te llamas a ti mismo tío cercano?”

Una voz resonó por los pasillos, haciendo esa sugerencia. Entonces, un enjambre de murciélagos bajó aleteando ruidosamente y se reunió frente a Ojos Plateados, y Alshiera salió de el. “¿Cómo estás, querido?”

“Buenos días, Alshiera.”

Con eso, Alshiera apretó las manos con fuerza frente a su pecho, imaginando lo que quería decir al referirse a ella de esa manera.

“Ya veo. Has elegido seguir un camino diferente…”, murmuró.

“Lo siento. Tengo sus recuerdos, pero dudo que pueda convertirme en el hombre mismo”.

El Rey Lucía de Ojos Plateados de segunda generación era el hombre como el que Ojos Plateados había resucitado en la era actual. Sin embargo, precisamente por su sabiduría, sabía que era un invento.

Mientras supiera esto, no podría convertirse en algo real. Por mucho que amara a Alshiera, su mente seguía insistiendo en que esas emociones eran una mera construcción. Por eso no tenía otra respuesta a la situación.

“Por favor, no te disculpes”, dijo Alshiera. “Esa es la prueba de que no eres un mero reflejo del pasado, de que te has convertido en tu propio individuo. Celebraré ese hecho”.

Zagan no apartó los ojos de la pareja.

Mi madre es una mujer fuerte.

Sin duda amaba a su difunto marido, que había sido un pilar que la había sostenido estos mil años. Y aun así, aunque el hombre con el que por fin se había reunido no fuera más que una ilusión, lo aceptó con una sonrisa. Frente al noble vampiro, Ojos Plateados le devolvió la sonrisa, encontrándose al borde de las lágrimas.

“No puedo convertirme en él, pero ¿me permites desear tu felicidad?”

“No hay necesidad de que te preocupes. Resulta que ahora mismo soy bastante feliz, ¿sabes?”. respondió Alshiera mientras se giraba para mirar a su familia, tan dispares en edad y raza.

“Menos mal”, dijo Ojos Plateados, con un alivio evidente en su voz. “Pensaba jugarme la vida para detenerlo si era necesario, pero parece que no hace falta”.

“¿Eh…?”

El “él” del que hablaba Ojos Plateados parecía ser diferente de aquel al que se había estado refiriendo hasta entonces. Todo el mundo ladeó la cabeza, confundido, pero de pronto una voz bulliciosa resonó en la sala.

“¡Finalmente te encontré, Ashy! ¡Esta vez no te escaparás!” “¡Eek!”

Alshiera se levantó de un salto y gritó de una forma que Zagan nunca había visto antes.

Se giró tímidamente hacia un lugar donde había un chico de pelo y ojos escarlata, con los brazos cruzados en una postura imponente.

“¡He vuelto vivo tal y como prometí!”, gritó el chico, señalando con un dedo a Alshiera enérgicamente. “¡Así que sí, ahora es el momento de nuestra cita!”

¿Por qué nadie le había enseñado a este chico el concepto de leer la habitación? Zagan sintió un nuevo odio por el mundo de hace mil años mientras lo observaba…