Lord of Mysteries (NW)

Volumen 1

Capitulo 90: Hallazgos a Simple Vista

El dormitorio de sir Deweyville era más grande que la sala de estar y el comedor de la casa de Klein juntos. Se dividió en un lugar para una cama, una sala de estar, un vestidor, un baño, un escritorio de estudio y estanterías. Los muebles eran exquisitos y los detalles extravagantes.

Pero para Klein, la luz parecía más tenue y la temperatura era varios grados más fría que en el exterior.

Al mismo tiempo, le pareció escuchar el sonido de sollozos y lamentos, como si alguien estuviera dando una última pelea.

Klein estaba en trance y de repente todo volvió a la normalidad. La luz del sol brillaba intensamente a través de la ventana y se derramaba sobre toda la habitación. La temperatura era razonable, ni demasiado alta ni baja. Los policías, los guardaespaldas y el mayordomo de los alrededores estaban en silencio. Nadie habló.

Esto…  Miró de soslayo la cama clásica pero lujosa. Sintió que había pares de ojos borrosos merodeando en la sombra, como las polillas que permanecen sin miedo alrededor de las lámparas de gas.

Al acercarse unos pasos, Klein perdió las imágenes anteriores de su Visión Espiritual.

No es un espectro estándar o un espíritu maligno… ¿Qué es exactamente? Klein frunció el ceño y recordó el conocimiento del misticismo que había estado aprendiendo todo este tiempo.

Por lo que había visto, la misión habría sido fácil si se hubiera pasado a un Coleccionista de cadáveres, un Sepulturero o un Médium espiritual. Obviamente no estaba dentro de su dominio de experiencia.

Conteniendo su impulso de usar la adivinación como un enfoque de investigación, Klein miró a su alrededor lentamente en busca de otros rastros para confirmar las pocas conjeturas en su mente.

“Inspector.” Sir Deweyville vaciló y preguntó: “¿Descubrió algo?”

“Si fuera tan fácil, creo que mis colegas no habrían esperado hasta ahora”, respondió Klein, mirando inconscientemente al filántropo.

Justo cuando planeaba retraer su mirada, de repente vio que había una débil figura humana blanca reflejada detrás de Sir Deweyville en el espejo detrás de él.

¡No, había muchas figuras superpuestas entre sí, lo que resultó en una figura blanca distorsionada!

La figura pasó como un relámpago y Klein pareció escuchar un débil sollozo.

Uf…  Dejó escapar un suspiro para calmar sus nervios, casi sacando su arma por el miedo.

La percepción espiritual intensificada con Visión Espiritual algún día hará que me vuelva loco… Klein trató de relajar sus nervios tensos bromeando antes de redirigir su atención de nuevo a Sir Deweyville.

Esta vez, vio algo diferente.

Ahora que estaba en el dormitorio, Sir Deweyville tenía una figura débil y retorcida que brillaba a su alrededor. Incluso atenuó la iluminación de esa área.

Cada destello fue acompañado por un grito y gemido ilusorio que difícilmente podría ser detectado por una persona común.

¿Difícilmente audible para una persona ordinaria en circunstancias ordinarias? ¿Es porque es de día? Klein asintió mientras pensaba.

Tenía un juicio inicial para este caso.

Era el resentimiento lo que obsesionaba a Sir Deweyville. ¡Era la espiritualidad remanente que resultó de las emociones no resueltas antes de la muerte de un ser humano!

Si tales sentimientos de resentimiento permanecieran en este mundo durante un período de tiempo, se convertirían en un espíritu aterrador y colérico después de volverse más fuertes.

Sin embargo, Sir Deweyville fue un famoso filántropo. Incluso Benson, que era una persona quisquillosa, estaba asombrado de él. ¿Por qué estaría empantanado con el resentimiento de los muertos? ¿Tiene realmente dos caras? ¿Podría ser el medio de un Beyonder con intenciones nefastas? Klein adivinó las posibilidades con recelo.

Después de pensarlo un poco, miró hacia Deweyville y preguntó: “Honorable señor, tengo algunas preguntas”.

“Por favor pregunte.” Deweyville se sentó, cansado.

Klein organizó sus pensamientos y preguntó: “Cuando se va de aquí para ir a un nuevo lugar, como su villa o Backlund, ¿obtiene temporalmente al menos media noche de paz antes de que la situación se reanude y empeore gradualmente? Incluso cuando duerme durante el día, ¿puede escuchar gemidos y sollozos?”.

Los ojos medio cerrados de Deweyville de repente se abrieron y profundos ojos azules de repente brillaron con esperanza.

“Sí, ¿encontró la raíz del problema?”

Solo entonces se dio cuenta de que debido a su prolongado período de insomnio y su mal estado mental, se había olvidado por completo de informar a la policía sobre una pista tan importante.

Al ver que la pregunta de Klein había descubierto algo útil, el inspector Tolle se relajó. Sabía que el Halcón Nocturno había encontrado una pista.

El sargento Gate también estaba sorprendido y curioso. No pudo evitar mirar de cerca al experto en psicología, Klein.

Coincidió con los rasgos de enredo gradual y la característica de acumulación… Habiendo recibido la retroalimentación, Klein básicamente había confirmado la causa.

Entonces, tenía dos formas de ayudar a Sir Deweyville a deshacerse de la carga. Una era establecer un altar directamente alrededor del hombre y eliminar el resentimiento de los muertos por completo usando magia ritual. La segunda opción era usar otras medidas de misticismo para encontrar la raíz del problema y solucionarlo desde allí.

Teniendo en cuenta la regla de evitar que los plebeyos aprendan los poderes de Beyonder dentro de lo posible, Klein planeó primero intentar el segundo método. Solo si fallaba, rezaría a la Diosa.

“Señor, lo suyo es una enfermedad psicológica, un problema mental”, decía tonterías con absoluta seriedad mientras miraba a Deweyville.

Sir Deweyville frunció el ceño y preguntó en respuesta: “¿Me estás diciendo que soy un paciente mental, que necesito ingresar en un manicomio?”

“No, nada tan serio. En realidad, la mayoría de las personas tienen problemas psicológicos en un grado u otro”, lo consoló Klein casualmente. “Permítanme presentarme de nuevo. Soy un experto en psicología de la policía del condado de Awwa”.

“¿Experto en psicología?” Deweyville y su mayordomo miraron al inspector Tolle, con quien estaban familiarizados.

Tolle asintió con seriedad y confirmó que era cierto.

“Muy bien, ¿qué necesita de mí para mi tratamiento? Además, no entiendo por qué mi mayordomo, mis guardaespaldas y mis sirvientes también escuchan los sollozos y lamentos…” Deweyville sostuvo su bastón con ambas manos, luciendo confundido.

Klein respondió profesionalmente: “Se lo explicaré después de que se resuelva”.

“Por favor, dígale a su mayordomo, a sus sirvientes y a sus guardaespaldas que se vayan. Inspector Tolle, sargento Gate, por favor, váyanse también. Necesito un ambiente tranquilo para comenzar el tratamiento inicial”.

Un ‘tratamiento’ con magia…  añadió el Inspector Tolle en su corazón y asintió a Sir Deweyville.

Deweyville se quedó en silencio durante más de diez segundos antes de decir: “Cullen, llévalos a la sala de estar en el segundo piso”.

“Sí señor.” Butler Cullen no respondió ya que la solicitud fue hecha por un oficial de policía, un inspector en prueba y un experto en psicología.

Después de verlos salir de la habitación uno tras otro y cerrar la puerta detrás de ellos, Klein miró a Deweyville, que tenía cabello rubio oscuro y ojos azules, y dijo: “Señor, por favor acuéstese en su cama. Relájese y trate de dormir.”

“…Bien.” Deweyville colgó su abrigo y sombrero en el perchero antes de caminar lentamente hacia el lado de la cama y luego se acostó.

Klein corrió todas las cortinas, oscureciendo la habitación.

Se quitó el colgante y rápidamente usó el péndulo espiritual para determinar cualquier peligro. Luego, se sentó en la mecedora cerca de los pies de la cama, trazó una luz esférica en su mente y entró en Meditación. Permitió que el mundo de la espiritualidad se extendiera ante sus ojos.

Luego, se recostó contra el respaldo de la silla y cayó en un profundo sueño, permitiendo que su Proyección Astral hiciera contacto con el mundo exterior.

Estaba usando la técnica de la adivinación de sueños, para permitirse estar en el ambiente espiritual como si estuviera soñando, para comunicarse con todos y cada uno de los resentimientos que plagaban a Sir Deweyville.

¡Solo la comunicación podría darle una respuesta y resolver el problema!

*¡Whoosh! ¡Whoosh! ¡Whoosh!*

Un triste sollozo resonó en el oído de Klein, y “vio” que las figuras blancas translúcidas flotaban a su alrededor.

Un gemido doloroso resonó cuando Klein, quien apenas recuperó sus procesos mentales, extendió su mano derecha y tocó uno de ellos.

De repente, las figuras se abalanzaron sobre él como polillas que se lanzan hacia el fuego.

La imagen ante los ojos de Klein de repente se volvió borrosa y su cerebro pareció partirse en dos. La mitad de su mente estaba observando con calma mientras que la otra mitad vio un ‘espejo’.

En el ‘espejo’, había una joven vestida con ropa de obrero. Se veía fuerte y en forma mientras caminaba en una fábrica cubierta de polvo mientras su cabeza palpitaba de dolor.

De vez en cuando su vista se volvía borrosa y su cuerpo se volvía más delgado cada día.

Le pareció escuchar a alguien llamándola Charlotte, y la voz dijo que sufría de histeria.

¿La enfermedad de la histeria? Miró hacia el espejo y vio que tenía una tenue línea azul en las encías.

…

La ‘vista del espejo’ cambió y Klein vio a otra chica llamada Mary.

Ella también entró en la fábrica de plomo, joven y animada.

De repente, la mitad de su rostro comenzó a temblar, seguido por su brazo y pierna del mismo lado.

‘Tiene epilepsia’. Escuchó a alguien decir mientras todo el cuerpo de Mary convulsionaba.

Mientras se retorcía y caía, la intensidad aumentó antes de que finalmente perdiera el conocimiento.

…

Había otra chica, y estaba deprimida. Caminaba por la calle aturdida, al punto de tener un impedimento del habla.

Tenía un dolor de cabeza muy fuerte y tenía un tinte azul en las encías. Ella también convulsionaba de vez en cuando.

Fue a ver a un médico, y el médico dijo: “Lafayette, esto es el resultado del envenenamiento por plomo”.

El médico la miró con pena y la vio convulsionar de nuevo. Se retorcía continuamente y el médico vio que sus ojos habían perdido toda su luz.

…

Muchas imágenes aparecieron ante Klein, y él permaneció inmerso en ellas y observó con calma.

Así, comprendió la difícil situación de las jóvenes.

Las trabajadoras habían estado en contacto prolongado con plomo. Todas habían muerto de envenenamiento por plomo como resultado de una exposición prolongada al polvo.

Sir Deweyville tenía una fábrica de plomo a su nombre y también dos fábricas de porcelana. ¡Todas ellas contrataron trabajadoras, pues eran comparativamente más baratas!

Klein ‘vio’ todo eso en silencio, y sintió que había algo que aún no se había aclarado.

Tal ‘resentimiento de muerte’ era insignificante. No podían afectar la realidad ni tener ningún efecto en Deweyville, incluso cuando se acumulaban.

A menos que… A menos que hubiera un resentimiento más poderoso y obstinado que los uniera a todos.

En ese momento, ‘vio’ a otra chica.

La niña no tenía más de 18 años, pero estaba esmaltando la porcelana en la fábrica.

“Hayley, ¿cómo te va últimamente? ¿Todavía tienes dolor de cabeza? Si se pone demasiado serio, recuerda informarme. Sir Deweyville ha hecho cumplir la regla de que las personas con fuertes dolores de cabeza no pueden seguir en contacto con el plomo y deben abandonar la fábrica”, preguntó preocupada una anciana.

Hayley se tocó la frente y respondió con una sonrisa: “Solo un poco, estoy bien”.

“Avísame mañana si empeora”, exhortó la anciana.

Hayley estuvo de acuerdo. Cuando regresaba a casa, se masajeaba la frente de vez en cuando.

Vio que sus padres y hermanos habían regresado, pero sus rostros parecían desesperanzados.

“Tu padre y tus hermanos perdieron sus trabajos…”, dijo su madre mientras se limpiaba las lágrimas.

Su padre y su hermano agacharon la cabeza y murmuraron: “Intentaremos conseguir trabajo en el puerto”.

“Pero ni siquiera tenemos dinero para pan para pasado mañana… Tal vez tengamos que mudarnos a los barrios bajos…” La madre de Hayley la miró con los ojos enrojecidos. “¿Cuándo vas a recibir tu paga? Son diez solis, ¿verdad?”

Hayley volvió a masajearse la frente.

“Sí, el sábado. Sábado.”

Ella no dijo nada más y permaneció tan callada como siempre. Regresó a la fábrica al día siguiente y le dijo a su supervisor que ya no tenía dolor de cabeza y que se sentía bien.

Ella sonrió y caminó cinco kilómetros de ida y vuelta al trabajo todos los días. Se masajeaba la cabeza cada vez con más frecuencia.

“¿No has encontrado otro trabajo?” Hayley no pudo evitar preguntarle a su padre y hermano mientras miraba la sopa que estaba hirviendo con pan negro.

Su padre dijo frustrado: “Estamos en una recesión económica. Muchos lugares se están reduciendo. Incluso los trabajos portuarios son esporádicos. Apenas puedo conseguir unos tres soli y siete peniques a la semana”.

Hayley suspiró y cayó en su silencio habitual. Sin embargo, ella ocultó su mano izquierda que había comenzado a temblar.

El segundo día, volvió a caminar al trabajo. El sol brillaba intensamente, y la calle estaba cada vez más concurrida de peatones.

De repente, la joven cayó al suelo y comenzó a convulsionar.

Cayó a un lado de la carretera y le salió espuma por la boca mientras su cuerpo temblaba sin control.

Miró hacia el cielo y su visión se volvió borrosa. Vio gente pasar y otros acercándose. Vio pasar un carruaje con el emblema de la familia Deweyville con una paloma blanca con las alas extendidas como si estuviera lista para despegar.

Se esforzó por abrir la boca, pero no pudo emitir ningún sonido.

Entonces, ella no dijo nada, tranquila como siempre.

La diferencia esta vez era que ella estaba muerta.