Otonari No Tenshi (NL)

Volumen 2

Capitulo 3: Visita De Padres Y La Primera Visita Al Santuario Del Año

Parte 2

Había pensado con certeza que un kimono le quedaría bien, pero no esperaba esto.

Según su madre, sería difícil moverse entre la multitud con un kimono de manga larga, por lo que había elegido algo más corto. Con su color rosa claro y su pequeño patrón repetido de flores de ciruelo, el kimono le sentaba tan bien a Mahiru que era difícil creer que en realidad no le pertenecía.

Mahiru normalmente no usaba mucho rosa, pero le daba un aire de refinamiento y feminidad.

Su cabello de color claro había sido dejado en largos flequillos a los lados, y el resto había sido recogido en un moño y decorado con una pinza kanzashi. Balanceándose a lo largo de la nuca de un blanco puro, el accesorio acentuó el carácter femenino del conjunto y le dio un encanto claramente femenino.

El elegante atuendo, junto con el maquillaje que se había aplicado juiciosamente para realzar su belleza natural, elevó a Mahiru al pináculo de la gracia y la belleza.

“¿Entonces?” La madre de Amane sonrió. “Creo que la hicimos lucir muy linda. La dulce Mahiru es tan encantadora para empezar, y vestirla realmente tuvo un gran efecto”.

“Sí, ciertamente le sienta bien, querida”, asintió rápidamente su padre.

Mahiru tenía la mirada hacia abajo, pareciendo bastante avergonzada por todos los elogios. Incluso ese movimiento tenía algo de atractivo.

La belleza puede ser realmente aterradora.

“Vamos, Amane, di algo.”

“Creo que se ve bien.”

Obviamente, no había forma de que pudiera decir lo que realmente pensaba, especialmente no allí frente a sus padres, por lo que Amane mantuvo sus elogios a salvo.

Su madre parecía extremadamente insatisfecha.

“… ¡Eso no servirá en absoluto!” ella insistió.

“Oh, cállate”. Amane se dio la vuelta. No iba a volver a comprometerse con su madre.

Shihoko dio un suspiro exasperado por el comportamiento de su hijo, pero tal vez porque lo conocía bastante bien, pareció estar de acuerdo en dejarlo pasar.

“Caramba. De todos modos, Mahiru cariño, ¿qué piensas? Amane parece una persona completamente nueva, ¿verdad?”

“S-Sí. Esto es completamente diferente…”

“Y pensar que a pesar de que sería tan popular si se esforzara por lucir así todo el tiempo, nunca se molesta. De verdad, solo se está haciendo daño sí mismo”.

Amane pensó que esto no era asunto suyo, pero su madre suspiró profundamente de nuevo, como si realmente lamentara la pérdida de potencial.

“Estoy tan decepcionada con Amane, tiene la buena suerte de imitar a su padre y, sin embargo, ni siquiera trata de darle un buen uso. ¡Qué desperdicio!”

“Vamos, Shihoko”, dijo su padre con suavidad. “Amane está creciendo a su manera”.

“Si está creciendo, ¿no debería querer ser popular?”

“Si tuviera que adivinar, diría que Amane es del tipo que está perfectamente bien para pasar tiempo con otra persona en lugar de molestarse con una multitud”.

“Creo.”

El padre de Amane había intentado detener a Shihoko, pero eso solo avivó sus delirios más salvajes.

Era cierto que Amane prefería pasar el rato uno a uno en lugar de unirse a un grupo grande… Aparentemente, eso era algo que había recibido de su padre, y realmente pensaba que era lo mejor, pero si decía tanto, especialmente ahora, sonaría como si estuviera diciendo que la persona que más prefería era Mahiru…

La radiante sonrisa de su madre se convirtió en una mueca y se dio la vuelta.

Amane se preguntó por qué tenía que aguantar su cinismo injusto, pero en la práctica, era consciente de que otras personas lo miraban de la misma manera.

Por lo menos, Amane podría decir que Mahiru era un caso especial. Esa era la verdad, pero…

Lanzó una mirada furtiva a Mahiru, rápidamente, para que ella no se diera cuenta, y suspiró suavemente.

Supongo que me gusta, en cierto sentido, pensó. Quiero decir, ¿qué es lo que no me gusta de ella?

Sin embargo, eso era un asunto bastante diferente a declarar sentimientos de amor.

“Mamá, no pasa absolutamente nada, te lo digo. Entonces, ¿qué tal si lo detienes con las locas acusaciones y vas a preparar el auto?”.

“¡Qué niño tan ingrato eres… de verdad! Bueno, está bien, supongo. Shuuto, vamos a preparar el coche, ¿de acuerdo?”

“Suena como un plan.”

Amane aparentemente había logrado cambiar de tema, ya que ambos padres se fueron para prepararse para su partida.

Dejó que sus padres decidieran a qué santuario irían, y los miró de espaldas mientras salían de su apartamento para dirigirse al estacionamiento.

“… Tengo lo esencial en mi bolso, así que no necesito mucho para prepararme. ¿Y tú, Mahiru?”

“Todo lo que necesito está en este bolso, así que yo también estoy listo”.

“Entendido.”

De repente estaban solos de nuevo, así que con una sensación de ansiedad, Amane cerró las ventanas y desenchufó los electrodomésticos no esenciales de las paredes.

Una vez que apagó las luces de la sala, volvió a mirar a Mahiru.

Como siempre, se hizo evidente de inmediato que era una belleza. Dudaba que hubiera otra chica en el mundo que se viera tan bien con un kimono.

No se había sentido cómodo elogiándola delante de sus padres, pero Amane estaba segura de que cualquiera que la viera estaría de acuerdo en que Mahiru era particularmente hermosa con el traje tradicional japonés.

“¿Te pasa algo, Amane?”

“Oh, no, solo estaba pensando que realmente te queda bien. Pareces una belleza pasada de moda de una pintura o algo así. El atuendo es lindo y creo que eres realmente encantadora”.

Había aprendido de su padre que cuando una chica vestía elegantemente, los cumplidos estaban en orden, por lo que sabía que debería haber elogiado su mirada en el momento en que la vio, pero se había sentido demasiado avergonzado para hacerlo frente a sus padres.

Una vez que Amane expresó su honesta valoración, Mahiru parpadeó dramáticamente varias veces, luego se sonrojó y frunció los labios con fuerza.

Recordando la última vez que había reaccionado así, Amane sonrió amargamente.

“Ah, no te gusta que te feliciten, ¿verdad? Perdón.”

“N-No es eso, pero… Amane, eres bastante—”

“¿Bastante qué?”

“…No es nada.”

Ella se apartó bruscamente.

Amane se preguntó qué estaba pasando con ella, pero no parecía que fuera a dar más detalles, así que Amane silenciosamente terminó de cerrar el apartamento y acompañó a Mahiru a la puerta.

Parecía haber pensado un poco en el hecho de que estarían caminando, porque llevaba botas en lugar de las tradicionales sandalias. Su elección de calzado combinó elementos japoneses y occidentales en su atuendo, y se veía aún más adorable por eso.

Mahiru de alguna manera se metió en sus botas, mientras su accesorio para el cabello se balanceaba hacia adelante y hacia atrás con un crujido, y Amane, quien había salido primero para sostener la puerta, se encontró de repente muy cerca de ella.

Mahiru lo tomó por sorpresa cuando se puso de puntillas y con cautela se inclinó aún más cerca de él.

Pensando que tal vez quería decirle algo, Amane cerró la puerta y echó el cerrojo, luego se inclinó para prestarle su oído. Mahiru ahuecó sus palmas alrededor de su boca y le susurró al oído.

“Amane—”

“¿Mmm?”

“Um… tú también te ves bien, ¿sabes?”

Eso fue todo lo que dijo antes de pasar a su lado y dirigirse rápidamente hacia el ascensor. Amane rápidamente se golpeó la cabeza contra la puerta principal.

“…No es justo.”

El corazón de Amane latía con fuerza como una alarma sonando en su pecho, le ardía la cara y le dolía la frente. Mahiru lo había prendido en llamas en un solo aliento. Esta fue su venganza.

Sus padres lo miraron con sospecha mientras se apresuraba a alcanzarlos en el estacionamiento.

Cuando llegaron a un famoso santuario ubicado en un área a poco menos de una hora de distancia, no había tanta gente como habían visto en televisión, pero la multitud seguía pareciendo prácticamente interminable.

“Bueno, se ha adelgazado bastante, pero yo diría que todavía hay muchos aquí, ¿eh?” Comentó la madre de Amane.

“Seguro que hay…”, estuvo de acuerdo Amane.

“Mahiru, cariño, ten cuidado de no extraviarte. También te vigilaremos, y todos tenemos teléfonos inteligentes, así que creo que encontrarnos sería bastante fácil. Pero aun así, quiero que todos visitemos el santuario juntos, por supuesto”.

“Okay.”

Vestida con un kimono, Mahiru tuvo más dificultades para moverse de todos ellos. La restrictiva prenda la obligó a dar pequeños pasos y caminar despacio. Al menos llevaba botas en lugar de sandalias.

No necesariamente tenían que abrirse paso entre la multitud, pero estaba lo suficientemente apretado como para que fuera fácil toparse con la gente, por lo que tuvieron que proceder con precaución.

“Muy bien, ¿nos vamos?”

Shihoko estaba liderando el camino entre la multitud, y se dirigió primero al pabellón de abluciones donde se purificarían las manos y la boca con agua. Como era de esperar, Mahiru ya estaba atrayendo la atención de muchas personas.

Más de unas pocas personas estaban vestidas con kimonos, por lo que Mahiru no se destacó mucho por usar uno… pero ese no era el problema.

Atraía la atención de la gente incluso con su uniforme escolar, cuando no estaba vestida en absoluto. Ahora que parecía una belleza aristocrática con ropa tradicional japonesa, obviamente llamó mucho la atención. Incluso sus movimientos mientras se limpiaba la boca eran elegantes. Prácticamente todos en el santuario estaban mirando.

“… ¿Sucede algo?”

“No nada.”

Aunque Amane pensaba que todo era bastante interesante, no dijo tanto, y se lavó las manos y la boca tal como lo habían hecho sus padres, y luego los siguió mientras caminaban por delante.

Estaba haciendo todo lo posible para igualar el ritmo de Mahiru, pero como era de esperar para alguien que normalmente no usaba ropa japonesa, el dobladillo largo le estaba dando algunas dificultades y el santuario todavía estaba bastante lleno, por lo que ella estaba progresando mucho más lentamente que usual.

“Mahiru, ¿estás bien?”

“Sí, esto es… ¡Aaah!”

Ella estaba siendo golpeada por los otros asistentes al santuario, lo que la hacía perder el equilibrio y amenazaba con derribarla por completo, por lo que Amane extendió un brazo para ayudarla.

“No parece estar bien”.

Por supuesto que se sentía incómoda caminando con un atuendo extraño y complicado.

“…Perdón.”

“Ven, dame la mano.”

Amane tomó una pequeña mano que asomaba por la manga de su kimono. Mahiru lo miró y él estuvo a punto de retirar la mano, pero ella rápidamente apretó la palma contra la de él, sin apartar la vista de él todo el tiempo. Él la miró fijamente, aunque no estaba del todo seguro de por qué.

Mahiru apretó la mano de Amane con fuerza y miró hacia otro lado.

Inclinó la cabeza interrogativamente, y siguieron el flujo de la multitud por un momento, hasta que estuvieron a punto de llegar frente a la caja del ofertorio, por lo que Amane guardó las pequeñas dudas que tenía en su corazón y se concentró en la sensación de su mano con la de él.

“Estuviste orando durante mucho tiempo; ¿qué pediste?”

Una vez que terminaron su visita y se alejaron un poco de la fila de adoradores, le hizo esta pregunta a Mahiru, quien había orado bastante. Parecía una modelo pasando por todos los movimientos de una visita a un santuario. Después de tocar el timbre, había juntado las manos durante casi el doble de tiempo que Amane. Le había cautivado la elegancia con la que había ofrecido sus oraciones, pero también se preguntaba por qué tenía que orar.

“Buena salud.”

“Una elección increíblemente segura”.

Era muy típico de Mahiru.

No quería mucho, por lo que Amane se había preguntado qué podría haber pedido, pero era una elección tan predecible que su respuesta fue un poco anticlimática.

“Eso, y—”

“¿Y?”

“… Y poder seguir pasando días tranquilos juntos, como lo hemos hecho nosotros”.

Otra petición muy típica.

Era el tipo de cosas por las que Mahiru, a quien no le importaba mucho la emoción o el cambio, rezaba. Fue muy apropiado, ya que ella apreciaba la paz y la tranquilidad.

“Sin embargo, no conseguiremos mucho de eso mientras mi madre esté cerca”.

“Eso es algo que podemos disfrutar por lo que es”.

Sin embargo, ¿lo es…?

Amane no estaba seguro, pero Mahiru parecía estar divirtiéndose, así que no discutió y simplemente tomó la mano de Mahiru con una suave sonrisa.

Todavía no se habían separado por completo de la multitud, y estaba seguro de que Amane se encontraría en problemas si dejaba que Mahiru tropezara y cayera ahora. Podía ver a sus padres esperando a poca distancia, habiendo terminado ya su propia visita al santuario. Por eso Amane estaba sosteniendo su mano, se dijo a sí mismo. Las pestañas de Mahiru se agitaron, y mantuvo la mirada hacia abajo, luciendo avergonzada, pero apretó la mano de Amane hacia atrás.

“¡Ustedes dos, por aquí!”

La voz de su madre era brillante y clara, fácil de distinguir entre la multitud.

Siguiendo sus palabras, los dos se dirigieron hacia los padres de Amane. Los ojos de Shihoko se agrandaron cuando los vio, luego se tapó la boca sonriente con una mano.

“¡Oh vaya, vaya!”

“¿Qué?”

“Le tomas de la mano con tanta naturalidad”.

No fue hasta que ella lo explicó que se dio cuenta del error que era tomar la mano de Mahiru frente a su madre. Este era el tipo de cosas que hacían las parejas, ¿no? No apreciaba las sospechas de Shihoko y odiaba estar siempre en el lado receptor de sus sonrisas burlonas.

“… Obviamente es para que no nos perdamos de vista. Además, es fácil para ella tropezar con un kimono”.

“Él tiene razón. Es difícil caminar con un kimono y él está haciendo lo correcto al acompañarla. Hago lo mismo por ti, Shihoko querida”, estuvo de acuerdo el padre de Amane. Con un solo movimiento suave, tomó la mano de su esposa.

La vida de Amane sería más fácil si pudiera tomar la mano de una chica tan suavemente como su padre pudiera, pero sabía que era imposible dada su personalidad, por lo que estaba secretamente agradecido de que Mahiru hubiera sido franco al tomar su mano en su lugar.

Sintiéndose aliviada de que la atención de su madre estuviera ocupada, Amane trató de soltar suavemente la mano de Mahiru, pero no quiso aflojar su agarre.

Podía decir por la forma en que ella apretó que no tenía intención de separarse, así que en voz baja le preguntó qué le pasaba, pero no hubo respuesta. Sus delicados dedos simplemente se aferraron con fuerza a los de él.

“Mahiru, cariño Mahiru, estábamos pensando en comprar unas bebidas calientes. ¿Le gustaría una sopa dulce de frijoles rojos o sake dulce?”

“Oh, tomaré sopa de frijoles rojos, por favor”.

La interrupción de su madre echó a perder cualquier esperanza de hacerle más preguntas a Mahiru o de recuperar su mano.

“¿Qué hay de ti, Amane querido?”

“… Está bien, tomaré dulce amor”.

“Ya viene.”

Mientras Mahiru no odie esto, supongo que está bien, ¿verdad?

Amane trató de calmar el aleteo en su pecho mientras ajustaba su mano en la de ella.

Al poco tiempo, Shihoko regresó del puesto de concesiones y les entregó a todos sus bebidas. En este punto, habría sido increíblemente incómodo para ellos seguir tomados de la mano, por lo que Mahiru lo soltó y Amane tuvo la oportunidad de recuperar el aliento.

Sus padres se sonreían amablemente el uno al otro mientras disfrutaban de su dulce sake.

No estaban del todo fuera de lugar en su propio mundo, pero se estaban volviendo coquetas, por lo que Amane no tenía ningún deseo de hablar con ellos en ese momento y, en cambio, se centró en beber su propio dulce sake.

Se decía que el sake dulce como este era tan nutritivo que era como tener un goteo intravenoso, y cuando la rica dulzura del arroz fermentado se extendió a través de él, sin querer dejó escapar un suspiro que fue una mezcla de asombro y alivio.

A Amane generalmente no le importaban mucho los dulces, aunque sí le gustaba la pasta de frijoles rojos, por lo que también se había sentido tentado a elegir la sopa de frijoles rojos. Sin embargo, había optado por el bien porque se sentía más apropiado para el Año Nuevo y estaba seguro de que había sido la elección correcta.

Cuando miró a Mahiru, la vio sorbiendo su dulce sopa de frijoles rojos de un vaso de papel con una expresión tranquila. Ella lo hizo lucir absolutamente delicioso, y de repente se arrepintió de su decisión.

Me pregunto si puedo hacer que me dé un sorbo.

Él la estaba mirando y se preguntaba si podría conseguir algo si se lo pedía, cuando Mahiru se dio cuenta de que la estaba mirando e inclinó la cabeza con curiosidad. La decoración de su cabello se balanceaba rítmicamente con sus elegantes movimientos.

“¿Es buena la sopa de frijoles rojos dulces?” Preguntó Amane. “Está delicioso”, dijo, asintiendo. “¿Puedo probar algunos?”

Mahiru pareció sorprendido por su pregunta. Fue casi cómico lo rápido que se enderezó.

“Ah, s-seguro que puedes, pero…”

No podía ocultar lo nerviosa que estaba, mirándolo tímidamente.

“Si no quieres que lo haga, está bien…”

“Eso… no es que no quiera que lo hagas, pero… bueno—”

“¿Bueno?”

“N-No, nada, está bien. Aquí. ¿Podría darme un poco de tu bien también?”

“S-seguro.”

Mahiru rápidamente tomó su taza. De repente parecía muy agitada por alguna razón. Amane aceptó su taza de sopa de frijoles rojos.

En él había un líquido espeso que ciertamente era del color de un frijol.

Cuando se llevó la taza a los labios, la fragancia única de los dulces frijoles rojos flotó suavemente sobre él y llenó su nariz mientras un rico sabor se extendía por su lengua. Amane no era muy goloso, por lo que incluso la leve dulzura de la sopa de frijoles le parecía fuerte.

Fue delicioso y me recordó vívidamente los pensamientos de lo bien que se combinaba la dulce pasta de frijoles rojos con el té verde amargo.

Dado que Mahiru parecía tener algo con los dulces, pensó que esta sopa probablemente era perfecta para su gusto.

Cuando miró a Mahiru, tal vez porque había bebido un sorbo del dulce sake, sus mejillas estaban ligeramente sonrojadas. Parecía casi ansiosa.

“¿No te gusta?”

“No es eso… Amane, hiciste un gran negocio al compartir un pedazo de pastel. ¿Por qué no te molesta esto?”

“… Ah.”

Fue entonces cuando se dio cuenta de por qué Mahiru había reaccionado de esa manera. Amane se quedó inmóvil.

No nos estamos alimentando, pero supongo que esto sigue siendo un beso indirecto, ¿eh?

Su atención se había centrado en la dulce sopa de frijoles rojos, y sin darse cuenta había sugerido que compartieran un beso indirecto. Puede que no se hubiera dado cuenta, pero no cabía duda de que había puesto a Mahiru en un aprieto. Debe haber sido por eso que había actuado de la forma en que lo había hecho.