Risou No Himo Seikatsu (NL)

Volumen 9

Capítulo 3: Los Que Volvieron. Los Que Regresaron.

Parte 1

Por la mañana, aproximadamente diez días después de que Zenjirou tuviera su encuentro con las cuatro bellezas, que se presentaron como representantes de los cuatro duques.

“Zenjirou-sama, es la hora, por favor cámbiate de ropa”.

“Oops, ¿Ya es tan tarde? Entendido”.

Zenjirou, todavía con la ropa de casa tras haberse despertado hace un rato, comienza a ponerse el tercer uniforme mientras Inés, que actúa más como secretaria que como sirvienta, le dirige.

Como se trata de un país extranjero, Zenjirou ha adquirido la costumbre de ponerse el tercer uniforme siempre que está en cualquier lugar que no sea su habitación, el área más privada que tiene en este momento.

Al principio, consideraba que el uniforme era muy formal, pero ahora se ha acostumbrado a él.

Zenjirou repasa el programa de hoy con Inés mientras las sirvientas más jóvenes le ayudan a ponerse la ropa.

“No hay ninguna reunión programada para hoy, ¿Verdad?”.

En la voz de Zenjirou se detecta un atisbo de alegría por este pensamiento, después de diez días de tener el mismo tipo de reuniones empujadas hacia él.

Intercambiar conversaciones similares con diferentes personas cada día y cada noche resulta agotador por su monotonía.

“Sí. Hoy es el día en que enviará al general Pujol al Reino de Capua, por lo que su agenda se ha llenado con la transición de mando y el traslado”.

Tal y como estaba previsto, el general Pujol tiene previsto entregar el mando de toda la unidad de guardia de Zenjirou a un joven jefe de batallón y regresar hoy al Reino de Capua.

Por supuesto, el método de viaje es el hechizo “Teletransporte” de Zenjirou.

Zenjirou, que había terminado de ponerse el tercer uniforme, agradece brevemente a las jóvenes sirvientas y exhala profundamente.

“Gracias, has sido de gran ayuda. ¿Puedo entender que, con las reuniones de ayer, hemos terminado de reunirnos con todas las partes interesadas?”.

La sirvienta de mediana edad confirma tímidamente la pregunta de Zenjirou.

“Sí, eso estará bien. El número de personas que aún desean reunirse con usted es más de diez veces superior al que ya ha manejado, pero los que deben ser prioritarios ya han sido atendidos.

Sin embargo, tendremos que organizar otra reunión con el príncipe Largo tras su repentina cancelación de anteayer”.

“Ah, también estaba eso”.

Al recordar el asunto por las palabras de Inés, Zenjirou frunce las cejas al reflexionar sobre ello.

“Es un poco incómodo decirlo yo mismo, pero ¿Qué asunto urgente podría ser más importante que la reunión programada conmigo, un miembro de la realeza de un país extranjero?”.

“Según los rumores que he oído, al parecer fue una orden directa del rey Bruno”.

“Woah, ese movimiento es mucho más directo de lo esperado…”.

Adivinando las circunstancias que habrían llevado a esto, la cara de Zenjirou se frunce.

Oficialmente, los únicos que deben conocer la fecha y la hora de la reunión son el remitente y el destinatario de la invitación escrita, pero eso es sólo una convención.

Por lo tanto, aunque el Rey Bruno emita algún tipo de orden urgente al Príncipe Largo, la coincidencia con la fecha del encuentro entre Zenjirou y el Príncipe Largo será descartada como “mera coincidencia”.

Por supuesto, es poco probable que sea realmente una coincidencia.

Es obvio que el rey Bruno se enteró de cuándo era la reunión con el príncipe Largo y le impuso deliberadamente alguna tarea para obstruir la reunión.

Por eso mismo, Zenjirou se siente desconcertado.

“¿Por qué se entromete tan bruscamente? O si lo pones de otra manera, ¿Significa esto que el Rey Bruno cree que puedo ser influenciado al lado del Príncipe Largo?”.

Esta es la conclusión a la que llegó después de reflexionar un poco más.

“¿Implica eso que el Príncipe Largo puede ofrecerme una ventaja atractiva?”.

Al ver que Zenjirou se inclina hacia adelante con entusiasmo después de este pensamiento, Inés señala con calma, “Me lo pregunto. Teniendo en cuenta el poder político de ambas partes, creo que es muy probable que el rey Bruno también pueda ofrecer cualquier ventaja que ofrezca el príncipe Largo. Me preocupa más que sea al revés”.

“¿Al revés?”.

“Sí, que no se trata de una ventaja, sino de una desventaja.

¿Quizás hay un gran problema, que aún no ha sido revelado, con el trato con el Rey Bruno, y el Príncipe Largo está tratando de alejarte de la facción del Rey Bruno divulgando eso?”.

“¡Eso es! …posible”.

(Es una predicción muy desagradable, pero obedece a la razón. No debo ignorarlo).

“El hecho de que apoye al rey Bruno y al príncipe heredero Giuseppe no cambiará, pero me gustaría escuchar lo que el príncipe Largo tiene que decir lo antes posible. La próxima vez que pida una reunión, póngala en la máxima prioridad posible”.

“Entendido”.

Inés se inclinó respetuosamente.

***

Unas horas después de eso.

En su habitación independiente, Zenjirou fue testigo del traspaso de mando entre el general Pujol, que vestía sus galas militares, y el joven jefe de batallón que estaba a su lado.

“Zenjirou-sama, estoy en sus manos entonces. Todos los asuntos futuros serán asumidos por esta persona. Oye, preséntate”.

Al oír la señal del general Pujol, el joven oficial de caballería da un paso adelante.

“¡Sí, señor! Soy Eladio, líder del tercer batallón de la Orden de Caballeros del Arco de Dragón. Sustituiré al general Pujol”.

“Ya veo. Si es por recomendación del general Pujol, no dudo de tus capacidades. Por favor, cuida de mí, Eladio”.

Mientras dice esto, Zenjirou estudia al joven oficial que está frente a él

(Probablemente hace tiempo que ha superado la edad de veinte años.

Es bastante alto. Incluso cuando está alineado junto al general Pujol, sólo es un poco más bajo.

Sin embargo, como no es tan ancho como el general Pujol, parece alto y delgado. Por supuesto, esta percepción está sesgada por el general Pujol. Como caballero sigue estando muy bien construido).

“¡Sí, Su Majestad! Por favor, déjemelo a mí”.

El joven jefe de batallón – Eladio declaró con una expresión de confianza desbordante.

Incluso con sólo mirar su rostro y su actitud, se puede captar que es alguien con gran confianza en sí mismo.

Y, dado que es un líder de batallón en la Orden de Caballeros del Arco de Dragón a una edad tan temprana, es probable que también tenga las habilidades para respaldarlo.

Dicho esto, una persona joven y en desarrollo siempre parecerá poco fiable a los ojos de una persona madura e influyente en la plenitud de su vida.

“Eladio, apruebo tus habilidades en las artes militares, y tu mando es también aceptable. Pero, la misión que se te ha encomendado esta vez es de un nivel diferente a las que has tenido hasta ahora. Tu tarea es custodiar a un estimado miembro de la realeza.

Toma muy en cuenta que el más mínimo error no se perdonara”.

La solemnidad del general Pujol, su superior directo, hace que Eladio se tense.

“Sí, señor, entendido, señor. Dejando de lado a los caballeros, me hubiera gustado trabajar un poco más las habilidades de algunos soldados, pero yo mismo supliré las carencias”.

Al oír a Eladio mostrar abiertamente su descontento con los soldados que se habían traído, el general Pujol estrecha los ojos y muestra una sonrisa maliciosa.

“Eladio, esta es una buena oportunidad, así que déjame decirlo aquí.

Te lo digo ahora, ya que parece que tienes algunos malentendidos aquí, pero los ‘soldados incompetentes y ordinarios’ no existen en este mundo. Graba este hecho profundamente en tu mente”.

“¿Es así?”.

El joven jefe del batallón está claramente en desacuerdo con las palabras del general Pujol. Pero, ignorando por completo la actitud de su subordinado, el general Pujol dice: “Efectivamente. En muy raras ocasiones, hay ‘soldados dañinos y ordinarios’, pero los ‘soldados incompetentes y ordinarios’ no existen.

Eso es porque, como ‘soldados ordinarios’, no se espera que tengan ninguna habilidad especial.

Los que usted cree que son ‘soldados incompetentes y ordinarios’ son ‘soldados comunes y corrientes’.

Y, aquellos que son capaces de convertir a estos soldados, que sólo tienen este nivel de habilidad, en una unidad cohesionada y dirigirlos, se llaman ‘oficiales de mando ordinarios’. Dado que se les confía la autoridad y la posición de un oficial al mando, se les exige ese nivel de capacidad.

La capacidad de una persona debe medirse en función de su capacidad para cumplir con las obligaciones de su cargo”.

“…”.

Probablemente entendió lo que el general Pujol quería decirle.

La sonrisa confiada desaparece del rostro del joven oficial y frunce los labios en una expresión hosca.

“Cuando una unidad es incapaz de cumplir su misión, no es porque haya habido un gran número de ‘soldados ordinarios e incompetentes’ y un único ‘oficial al mando ordinario’.

Pero, si un gran número de ‘soldados ordinarios’ y un único ‘oficial comandante incompetente’.

Ahora bien, jefe de batallón Eladio. ¿Cree que su unidad será capaz de llevar a cabo su misión de forma encomiable?”.

“¡Por supuesto!”.

“Me hace mucha ilusión”.

El general Pujol responde a la mirada indignada del joven jefe de batallón con una amplia y provocativa sonrisa.

Lo único que le queda al general Pujol, que ha transferido su autoridad, es volver a su país.

Por ello, el General Pujol se dirige con Zenjirou a la única sala del Reino Gemelo en la que se permite el “Teletransporte”.

Los únicos que los siguen son Inés y Natalio.

Esto es con el fin de aumentar la tasa de éxito del todavía inexperto Zenjirou tanto como sea posible, y también con el fin de mantener los ojos vigilantes de los demás al mínimo.

Los dos tenían sus diferencias, ya que uno es el actual marido de la reina Aura y el otro es su antiguo candidato a marido, pero durante los últimos veinte días se han acercado como protector y protegido. Por ello, ya no tenían reservas para conversar libremente.

“Tus palabras de antes. Fueron bastante duras, pero sólo significa que así es como valoras a Eladio, ¿Verdad?”.

Ante la pregunta del príncipe consorte, el alto general se encoge de hombros y niega con la cabeza.

“No, no es nada tan profundo. Simplemente repetía lo que me dijo el anterior general cuando era joven”.

Una persona con gran confianza en sí misma, casi hasta el punto de que su confianza supera lo que los talentos con los que fue bendecida pueden lograr.

Parece que el general Pujol ve a su yo más joven en Eladio.

“Ya veo. ¿Era el anterior general una persona muy estricta entonces?”.

“Más que estricto, habría que llamarlo un defensor anormalmente obstinado de la perfección.

Mientras nos enseñaba esas cosas a los oficiales al mando, enseñaba a los soldados que ‘Ustedes, los soldados, no tienen derecho a elegir a su oficial superior. Por lo tanto, todos los soldados deben tener al menos la capacidad de sobrevivir, aunque estén bajo el mando del peor y más incompetente oficial al mando'”.

Como si estuviera perdido en sus recuerdos, el general Pujol revela por una vez una sonrisa irónica y preocupada.

“Jajaja, si el inigualable general Pujol puede poner esa cara, debe haber sido un entrenamiento terriblemente estricto. Estoy seguro de que no habría durado ni un solo día”.

“No, con el debido respeto, creo que entrar en una unidad en sí mismo sería imposible para usted, Zenjirou-sama. Probablemente sería uno de los primeros eliminados durante la selección”.

“Ciertamente, estoy de acuerdo contigo en eso”.

En este mundo, donde la habilidad militar es un requisito para un noble, este es un comentario bastante grosero, pero Zenjirou no se ofende ya que es la verdad.

Mientras continuaban esta charla inesperadamente armoniosa y amistosa, el grupo llegó a su destino.

Es la sala a la que Zenjirou había sido enviado con el “Teletransporte” de Aura. En otras palabras, es la única área en el Reino Gemelo de Sharou y Gillbelle donde se permite el uso de ‘Teletransporte’.

Después de que Inés cierre la puerta de entrada y Natalio se posicione para vigilar la puerta con una lanza en la mano, por precaución, Zenjirou se dirige al general Pujol.

“Bueno, entonces, voy a enviarte al Reino de Capua con ‘Teletransporte’ en breve. ¿Estás listo?”.

“Sí, estoy bien cuando sea”.

Respondiendo despreocupadamente, el general Pujol levanta la enorme bolsa que contiene su armadura de cuero. No hay necesidad de ropa de viaje cuando se viaja con magia.

Lo único que llama la atención es el fajo de papeles de piel de dragón que el general Pujol sostiene en su mano derecha.

Añadiendo uno más al paquete, Zenjirou sacó de su bolsillo un papel de piel de dragón sellado con cera y se lo entregó al general Pujol.

“Esta es una carta mía para Su Majestad Aura. Por favor, asegúrese de entregarla en manos de Su Majestad”.

Como la escritura de Zenjirou es todavía bastante torpe, no ha escrito nada importante. De esta manera, aunque sea interceptado por alguien más, no será un problema.

“¡Sí, Su Majestad! La recibo con gusto”.

El general Pujol acepta la carta amablemente y la añade a la parte superior de su fajo de papeles.

Ese manojo de papeles de piel de dragón son las cartas que le habían entregado los caballeros y soldados que se alojaban aquí.

Como el general va a regresar al Reino de Capua primero por sí mismo, los soldados le confiaron cartas dirigidas a sus familias.

Es un movimiento considerado que no se corresponde con su apariencia, pero puede ser la razón por la que el general Pujol tiene un respaldo tan fuerte entre las autoridades militares.

En cualquier caso, no hay razón para retrasar la salida.

“Te envío entonces. Como puede que no tenga éxito en el primer intento, por favor prepárate para que esto lleve un tiempo”.

Zenjirou coloca suavemente la palma de la mano derecha sobre el abdomen del general Pujol, y deja caer su mirada hacia la foto que desplegó con la mano izquierda.

Es una impresión de la imagen de la “Sala de Piedra” en el palacio real del Reino de Capua.

“Envía a mi objetivo elegido al lugar que yo preveo. Como compensación, yo…”

Zenjirou cierra los ojos y se imagina el destino de la forma más vívida posible mientras entona las palabras mágicas correctas.

Se imagina al General Pujol de pie, solo, en medio de la “Sala de Piedra”. Con esto, el hechizo se activó.

Zenjirou abrió los ojos después de que la sensación en su palma derecha se desvaneciera bruscamente, y el enorme general, que estaba allí hace unos momentos, había desaparecido.

“Creo que activé el ‘Teletransporte’ para alguien más en una sola vez.

Me pregunto si me he acostumbrado un poco”.

Inés llama en voz baja desde detrás de Zenjirou, que estaba abriendo y apretando repetidamente su mano derecha, como si realmente pudiera sentir si su nivel de habilidad mágica había aumentado.

“Buen trabajo, Zenjirou-sama. ¿Está bien no tomar una foto de este lugar?”.

“Ah, es cierto. Estaba a punto de olvidarlo de nuevo. Gracias, Inés”.

Zenjirou saca rápidamente la cámara digital que lleva en el bolsillo y fotografía el entorno.

“Bien, es suficiente”.

Tras comprobar las fotos, lo apaga inmediatamente.

Es imposible para él cargar aparatos eléctricos en cualquier lugar que no sea el Palacio Interior del Reino Capua. No puede desperdiciar esa batería.

“Hemos terminado aquí. ¿Volvemos?”.

“Sí, como quiera”.

“¡Sí, Su Majestad!”.

Zenjirou salió de la habitación con Inés y Natalio siguiéndole.

Esa tarde, después de haber enviado al general Pujol de vuelta a salvo, como estaba previsto, Zenjirou recibió un informe totalmente inesperado.

“¿Ah? Dime de nuevo, ¿Quién vino?”.

Lucrecia, que transmitió la noticia, no pudo evitar el desconcierto en su expresión al repetirla.

“Sí. Como he dicho, Su Alteza Francesco ha solicitado una audiencia con usted, Su Majestad. ¿Qué va a hacer?”.

Príncipe Francesco.

Es nieto del Rey Bruno Tercero del Reino Gemelo de Sharou y Gillbelle, e hijo del Príncipe Heredero Giuseppe, que se convertirá en el próximo rey.

Por su título, sería muy natural que también estuviera aquí en la fortaleza de la familia Sharou, el ‘Palacio del Huevo Púrpura’, pero en realidad no es tan sencillo.

El Príncipe Francesco debería estar en el Reino de Capua con su supervisora la Princesa Bona.

Ese Príncipe Francesco está actualmente en la capital del Reino Gemelo. En primer lugar, no hay duda de que la Reina Aura lo envió aquí con “Teletransporte”, pero, aun así, es increíble.

Normalmente es indispensable un evento oficial cuando un miembro de la realeza va o viene de su país. Si tal evento hubiera tenido lugar, Zenjirou naturalmente se habría enterado, ya que vive en el palacio real.

El hecho de que Zenjirou no haya escuchado nada a pesar de esto, significa que el regreso del Príncipe Francesco se produjo de forma repentina y no ha sido saludado oficialmente.

Sería un eufemismo calificar de excéntrica la petición de una reunión con Zenjirou, de la realeza de otro país, en esta situación.

Dicho esto, Zenjirou no puede rechazarlo en su posición actual, aunque sea una petición absurda.

“Entendido. Por favor, pídale una fecha y hora convenientes entonces.

Le acomodaré lo mejor que pueda”.

Al ver que Zenjirou apenas resiste las ganas de suspirar, Lucrecia sacude la cabeza y dice con lágrimas en los ojos, “Es decir, no es… El príncipe Francesco está esperando al otro lado de esta puerta”.

“Haaah”.

Agotada su paciencia, Zenjirou dejó escapar un largo suspiro, y sólo se detuvo cuando se quedó sin aliento.

Originalmente eso va en contra de la etiqueta, pero nadie culparía a Zenjirou en esta situación.

Dado que no hace más que reaccionar ante este comportamiento completamente ilógico, sólo sería conveniente pasar por alto un paso en falso tan leve como el de suspirar delante de los demás.

Lucrecia, que es más o menos una persona de la familia Sharou, en realidad ha estado tratando de hacer su cuerpo ya pequeño más pequeño por la vergüenza.

“No podemos dejar que el nieto del rey de la familia Sharou espere fuera en el pasillo. Inés”.

“Sí”.

“Como has oído. Me gustaría dejar entrar a Su Alteza Francesco de inmediato. ¿Tenemos una habitación preparada?”.

“La tenemos. Por aquí, por favor”.

La sirvienta de mediana edad respondió a la petición de su amo con una expresión tranquila.

“Hombre, ha pasado mucho tiempo, Su Majestad Zenjirou. No está mal decir eso ya que no nos hemos visto en más de un mes, ¿Verdad? En cualquier caso, encontrarte en el ‘Palacio del Huevo Púrpura’ se siente un poco raro. No, de verdad. Ahahaha”.

Estallando en una risa despreocupada tan pronto como entró en la habitación, este es sin duda el nieto del Rey del Reino Gemelo de Sharou y Gillbelle, el Príncipe Francesco.

Lleva el cabello rubio más largo de lo que suele ser habitual en un hombre, y sus ojos verdes son tan pálidos que son casi translúcidos.

Es elegante y frívolo a la vez, dos cualidades que normalmente se contraponen, pero que parecen coexistir fácilmente mientras sonríe despreocupadamente.

“Parece que no ha cambiado, Su Alteza. Por el momento, por favor siéntese”.

“Muchas gracias, Su Majestad. Ah, toma, un recuerdo”.

El príncipe de cabello rubio colocó frente a Zenjirou una carta sellada y un fajo, lo suficientemente pequeño como para caber en la palma de la mano.

“¿Estos son?”.

Reconoce el sello de cera de la carta. Es el sello de la familia real de Capua. Es el escudo del rey, que sólo puede usar la reina actual.

“¿De Su Majestad Aura?”.

“Sí, es la ‘respuesta’ de Su Majestad”.

Como ha dicho “respuesta”, probablemente sea la respuesta a la carta que Zenjirou ha confiado al general Pujol esta mañana.

Es prometedor que la respuesta haya sido tan rápida. Es probable que no sea una coincidencia que el Príncipe Francesco regresara a casa la tarde en que despidió al General Pujol. Aura probablemente lo programó para que este intercambio pudiera ocurrir.

En cualquier caso, no es necesario abrirla aquí y ahora.

“Muchas gracias por desviarse de su camino para traerla personalmente, Su Alteza”.

Zenjirou hizo una señal a Inés, que estaba de pie detrás de él. Ella tomó el pequeño paquete y la carta con movimientos practicados y se retiró.

Siente curiosidad por la respuesta de su querida esposa, pero por ahora desvía su atención.

“Por cierto, ¿La razón por la que querías reunirte conmigo con tanta urgencia era para entregar esta carta?”.

El príncipe Francesco sacude la cabeza ante la reprimenda apenas velada de Zenjirou con una sonrisa que no contenía ni el más mínimo fragmento de malicia.

“No, no, como era de esperar, no iría tan lejos por una simple carta. He venido a reunirme con usted a toda prisa porque he recibido una información sorprendente nada más volver aquí.

Aunque también fue una sorpresa escuchar que mi viejo abuelo se retira y entrega oficialmente la corona a mi padre, es porque escuché que usted participa en la selección de las herramientas mágicas que se regalarán a los cuatro duques en esta ocasión, Su Majestad.

Decidí que tenía que reunirme con usted lo antes posible, así que vine aquí. Ahahahaha”.

Con esto, se ríe como siempre.

Zenjirou se sintió repentinamente agotado tras escuchar su respuesta.

(Ahora que lo pienso, este hombre es un puro idiota de la artesanía y las herramientas mágicas).

En el momento en que Zenjirou abandona su contención y suspira profundamente, el príncipe Francesco se inclina repentinamente hacia delante y coloca su mano derecha sobre la mesa.

“Por lo tanto, por favor dígame. ¿Qué tipo de opciones hay en la elección en la actualidad? La idea original de Su Majestad también está entre ellas, ¿Verdad? Todavía no se ha decidido, ¿Verdad?”.

“En resumen, ¿Significa eso que te gustaría participar en la selección de la herramienta mágica que será donada?” preguntó Zenjirou a pesar de estar ya convencido de la respuesta en cierta medida, pero la respuesta del príncipe Francesco fue contraria a sus expectativas.

El príncipe Francesco sacude la cabeza con expresión nerviosa y dice, “No, esa no es mi intención. Estoy seguro de que soy de primera clase como practicante de otorgamiento, pero mi personalidad es demasiado fuerte, y termino corriendo con una idea si no me dan ninguna especificación. Por eso ‘definitivamente’ no voy a dar mi opinión sobre este asunto”.

“… Ya veo”.

Una sensación de incomodidad surgió en el pecho de Zenjirou después de escuchar la respuesta del príncipe Francesco fuera de lo normal.

(Ciertamente, la aportación del príncipe Francesco daría lugar a la presentación de unas cuantas herramientas mágicas escandalosas.

Pero ¿Era el príncipe Francesco, que hace lo que quiere y no se preocupa de los problemas que causa a los demás, alguien con tanta conciencia de sí mismo?

Tiene que haber algún motivo oculto para que el príncipe Francesco no ofrezca su propia opinión de forma bulliciosa y, en cambio, declare específicamente que “definitivamente” no dará su opinión).

Mientras Zenjirou se concentra para no perderse ni el más mínimo detalle, el príncipe Francesco sigue hablando con su expresión y tono habituales, pero las implicaciones son completamente diferentes a las habituales.

“Más bien, si se trata de este tipo de problema, ¿No es el tío Largo el más fiable? Dado que el tío Largo tiene una personalidad conservadora, creo que es él en particular quien tiene ‘intereses alineados’ con usted, Su Majestad”.

“…Hoh”.

Parece que hay una trampa de la que Zenjirou no es consciente.

Tras escuchar las palabras del príncipe Francesco, se convence de que es cierto y baja el tono intencionadamente, murmurando, “¿Más que Su Majestad Bruno y Su Alteza Giuseppe?”.

“En este caso, sí”.

El príncipe Francesco respondió sin dudar a la pregunta de Zenjirou, que tenía implicaciones mucho más profundas.

Zenjirou reflexiona.

Aunque no puede olvidar el hecho de que es la opinión personal del Príncipe Francesco, cree que las propuestas del Príncipe Largo estarían más alineadas con los intereses de Zenjirou que el Rey Bruno y el Príncipe Heredero Giuseppe. (El Príncipe Francesco es bastante errático, pero no es buena idea ignorar su opinión sólo por eso).

Zenjirou, que había cerrado los ojos para pensar en ello, abre los ojos con una nueva determinación.

“Entendido. He escuchado la amable recomendación de Su Alteza. Crearé una oportunidad para una reunión con Su Alteza Largo tan pronto como sea posible, y trataré de escuchar ‘su opinión’”.

El príncipe de cabello rubio sonríe ampliamente al escuchar la decisión de Zenjirou.

“Eso es realmente genial. Como parece que se va a convertir en una conversación interesante, me gustaría asistir yo también. ¿Será posible? Ah, en ese caso mañana y pasado mañana no me vendría bien”.

“¿Mañana y pasado mañana?”.

“Sí. Mañana es la ceremonia oficial de regreso. Al día siguiente será la cena no oficial con mi familia para celebrar mi regreso. Aunque la cena probablemente se convertirá en un enorme sermón. Hombre, es algo de lo que me encantaría escapar si pudiera, pero mi padre y abuelo son personas que dan largos sermones siempre que se les da la oportunidad”.

“Estar preparado para ser regañado desde el principio suaviza un poco las cosas”, se rascó la cabeza el príncipe Francesco.

Zenjirou estrecha los ojos ante la cándida información.

“¿Sólo su familia asistirá a esa cena de regreso no oficial? ¿El Príncipe Largo también estará incluido?”.

“No. En realidad, es una cena para mi familia más cercana. Sólo asistiremos mis padres, mis abuelos, mis hermanos pequeños y yo”.

Según él, es una reunión extremadamente privada a la que no pueden asistir los medio hermanos ni las concubinas, y mucho menos su tío.

En otras palabras, el Príncipe Largo no será convocado pasado mañana. Y eso significa que el Rey Bruno y el Príncipe Heredero Giuseppe, que quieren impedir un encuentro entre el Príncipe Largo y Zenjirou, estarán ocupados regañando al Príncipe Francesco ese día y por lo tanto no tendrán tiempo para interferir con el Príncipe Largo.

“Ya veo. Me has dado información valiosa. Ajustaré mi programa en base a esa información” anuncia Zenjirou, carraspeando torpemente mientras procesa el hecho de que el príncipe Francesco sea capaz de expresarse de una manera tan indirecta.

“Es un honor poder ayudarle”.

El príncipe Francesco respondió con su habitual sonrisa despreocupada.

***

Esa noche.

Zenjirou estaba tumbado en su cama después de ponerse su pijama favorito, leyendo la carta que su amada esposa había enviado a la luz de una herramienta mágica.

“Ah, pensé que Inés me la leería mañana si no podía arreglármelas yo mismo, pero si es así, puedo manejarlo”.

Conociendo el nivel de idioma de su marido, la reina le escribió una carta con frases sencillas, lo que permitió que incluso Zenjirou la entendiera.

Como se trataba de la tan esperada carta de su amada esposa, Zenjirou quería leerla por sí mismo si era posible. Lee cuidadosamente las sencillas frases, inclinando la cabeza en señal de contemplación.

“Umm, si no recuerdo mal, esta es la palabra para ‘Temperatura Atmosférica’, así que se refiere a que hace calor por allí, supongo. Esta es una palabra que no conozco. ¿Cómo se lee eso? Fr-Frieya, no, Freya, ¿Eh? ¡Ah, Freya! ¿La princesa Freya quiere que le envíe hielo ya que está a punto de morir en la capital? Mmh, si a Aura le parece bien, ¿Por qué no? Ella va a entrar en el Palacio Interior en el futuro de todos modos.

Oh, pero la Princesa Freya va a regresar al Reino de Uppsala pronto, ¿No es así? Supongo que es mejor no darle demasiada información antes de eso. Sin embargo, el Reino de Uppsala suena un poco a Escandinavia. El calor de la estación más caliente debe ser duro para una princesa escandinava. Ciertamente quiero ayudarla, pero…”.

Parece que la carta no contenía ninguna información seria. Zenjirou revisó con alegría la carta de su amada esposa.