Overlord

Volumen 15: La Semi Elfa de Linaje Divino, Parte I

Capítulo 3 : El Trabajo Duro De Aura

Parte 1

 

Overlord Volumen 15 Capitulo 3 Parte 1

 

La Aldea de los Elfos Oscuros en el Gran Mar de Árboles.

No era diferente de la Aldea de los Elfos.

Por ejemplo, la raza llamada Elfos Salvajes eran elfos normales. El traslado de su ámbito de vida a la pradera produjo cambios no sólo en la forma de la cultura, sino también físicos, hasta el punto de que en la actualidad habían sido reconocidos como una nueva especie.

Así que la razón por la que no se habían producido cambios físicos o mágicos en los Elfos Oscuros, era porque además de ser la misma raza que los Elfos desde el principio, vivían en el mismo entorno. Tampoco había muchas diferencias culturales y su forma de vida se centraba en los Árboles Élficos. Por lo tanto, las clases que adquirieron fueron, al igual que con los Elfos, principalmente Explorador y Druida.

Las diferencias eran sólo el color de la piel, las formas de repeler animales y otras costumbres triviales en el mejor de los casos.

En las aldeas de los Elfos Oscuros, utilizaban un repelente de animales que producía un efecto evasivo mediante el uso de olores. Los Treants y otros habitantes del bosque donde vivían antes de trasladarse al Gran Mar de Árboles enseñaron a los Elfos Oscuros esta preciosa sabiduría. Plantaron potentes hierbas aromáticas alrededor de la aldea, crearon y esparcieron una sustancia especial que repelía a los animales y -aunque sus poderes debían dividirse considerablemente entre la duración y el área de efecto- utilizaron magia druídica.

Este método también era eficaz en el Gran Mar de Árboles y en comparación con otras aldeas élficas -excluida la Capital Real- las aldeas de los Elfos Oscuros eran más seguras.

Sin embargo, los elfos no conocían este método. Si se extendiera, el efecto de evasión producido por los olores disminuiría. Tanto las bestias mágicas como otros animales podían parecer estúpidos, pero no era así. Al contrario, si aprendían que al otro lado de ese olor había comida, el nivel de peligro aumentaría. Por esas razones, aunque fueran acogidos por su gente, no podrían enseñarles fácilmente este método.

Sin embargo, ese día, los Elfos Oscuros, creyendo en su propia “seguridad”, aprenderían que estaban en terreno peligroso.

El violento rugido se oía desde muy lejos.

Esto era algo habitual en el Gran Mar de Árboles. Ya fuera en el resplandor del amanecer o a altas horas de la noche, no había día en que no se oyeran las voces de los animales.

Además, había especies que, a pesar de ser pequeñas de cuerpo, tenían aullidos que te sorprendían. Oír un solo aullido no significaba que estuviera pasando algo.

Los aullidos eran ciertamente aterradores. Había varias especies de bestias mágicas que podían poner poderes especiales en sus rugidos. Los que los oían se asustaban, se confundían, perdían las ganas de luchar y, ocasionalmente, había algunos que incluso podían causar agotamiento.

Pero si se escuchaban a distancia, ni siquiera esa habilidad especial se manifestaba. Un rugido único y distante no tenía ninguna relación con el peligro y debería haber sido un suceso muy típico en la zona.

Sin embargo, ese día, un hombre elfo oscuro llamó a todos para que estuvieran en guardia. La estatura del hombre no estaba fuera de la media de un elfo oscuro. Sin embargo, sus largas, esbeltas y flexibles extremidades, cuyos vivos pero eficientes movimientos hacían sentir que había un poder oculto en ellas, hacían que el hombre pareciese fácilmente más grande que su altura real.

Su refrescante aspecto estaba bien proporcionado e incluso dentro de la aldea, era muy popular entre las damas.

No había nadie entre los Elfos Oscuros que vivían en el Gran Mar de Árboles que no conociera a este hombre. Un Explorador de primera clase que había acumulado una vasta experiencia, portador del antiguo y honorable apellido de la Casa Blueberry -una de las 13 familias del inicio- que se convirtieron en las figuras centrales durante la Gran Migración.

En sus manos, el hombre -Blueberry Egnia- sostenía un arco compuesto al estilo de los Elfos Oscuros, de los que sólo había un puñado incluso en esta aldea.

Era un arco que no tenían permitido utilizar a menos que se obtuviera una muy buena puntuación en el Torneo de Tiro con Arco que se celebraba en la estación en la que florecían las flores de Becoa, una vez cada tres años.

Obedeciendo la llamada de Egnia, los soldados de los elfos oscuros se reunieron de inmediato. Aunque se les llamaba soldados, eran Exploradores que no habían salido a cazar, no soldados de tiempo completo.

La aldea donde vivía Egnia era la mayor aldea de elfos oscuros de los alrededores. Sin embargo, sólo contaba con unos 200 habitantes y no tenían el suficiente personal para poner guerreros a tiempo completo.

Frente a sus amigos que se habían reunido con miradas de desconcierto apareciendo en sus rostros, Egnia movió ligeramente sus orejas y mientras se concentraba en los sonidos distantes, anunció con voz rígida.

“No hay otra razón por la que los haya reunido a todos deliberadamente. Ese rugido de hace un momento. Ya lo he oído una vez. Es el rugido de un adulto, un ‘Ursus’ completamente adulto.

Egnia sintió que todos los reunidos se pusieron tensos de inmediato.

Era obvio por qué. Si eras un Elfo Oscuro que vivía en este bosque, aunque fuera un niño, no habría nadie que no conociera el nombre de la bestia mágica a la que más se debía temer… Ankyloursus.

En los alrededores de esta aldea, había varias especies de monstruos cuyo nivel de peligro era alto, pero el Ankyloursus era el que encabezaba la lista.

Tal vez sería posible si se tratara de un ‘ursus cachorro, pero no era exagerado decir que atacar a un adulto, un adulto – uno completamente desarrollado – significaba la muerte. Tenía una armadura que repelía incluso las flechas y una fuerza física que podía atravesar fácilmente a un Elfo Oscuro. Además, debido a que todas sus habilidades físicas eran elevadas, huir de ellos era considerablemente difícil; era un monstruo realmente aterrador.

“…Ciertamente escuché algún tipo de rugido, pero ¿pertenecía realmente a un ‘Ursus’? ¿Estás segura de que no oíste mal?”.

Preguntó dudosa una elfa oscura.

Una de los 3 vice-maestros de la cacería y una hábil Exploradora que sostenía en sus manos un arco compuesto igual al de Egnia.

Parecía que incluso ella no podía decir sólo por ese rugido si era o no un ‘Ursus’.

Además, un simpático pájaro llamado Pájaro Aullador, por ejemplo, podía imitar los rugidos de varias especies de monstruos. Y había otros animales en este bosque con habilidades similares.

Con ese tipo de animales habitando el bosque, identificar al dueño a partir de un único aullido lejano era extremadamente difícil. Su pregunta era razonable. Sin embargo, Egnia era el mejor Explorador de este bosque. Superaba a todos no sólo en su habilidad con el arco, sino también en la agudeza de sus sentidos e incluso en su capacidad para analizar la información que esos sentidos captaban. Su pregunta no provenía de ninguna desconfianza hacia Egnia, provenía de su más puro deseo: “Por favor que sea un error”.

“Es muy desafortunado, pero no hay duda. Por mucho que pase el tiempo, me es imposible olvidar ese rugido que te pone los pelos de punta… que te hace sentir la abrumadora diferencia de fuerza. Incluso ahora sigue clavado en mis oídos. No es algo que pueda escuchar mal”.

El siguiente en hablar fue el Maestro de la Caza.

Los pilares de la autoridad en la aldea eran el Maestro de la Caza, el Consejo de Ancianos, el Farmacéutico Jefe y el Maestro de Ritos. El Consejo de Ancianos estaba compuesto por tres personas, así que en total eran seis. Lo que significa que él era uno de ellos.

No tenía ningún arco compuesto en las manos. Su especialidad, si acaso, eran las trampas, pero incluso si se quitaba eso de la ecuación, sus habilidades estaban muy por detrás de las de Egnia. De todas formas, como Explorador no había duda de que era influyente y aunque era más joven que Egnia tenía una personalidad fría y serena, una persona sin nada que criticar como Maestro de la Caza.

“Un ‘Ursus maduro aullando… ¿Así podemos confirmar que algo ha entrado en su territorio?”.

En la mayoría de los casos, rugía cuando luchaba contra un enemigo fuerte o un miembro hostil de su propia especie. Si no, era cuando anunciaba una victoria o declaraba su territorio. O también, cuando se estaba reproduciendo. Sin embargo, fuera cual fuera, era muy probable que alguien hubiera entrado en el territorio del ‘ursus.

Porque una vez que un Ankyloursus establecía su territorio -el territorio se ampliaba a medida que crecía su cuerpo- era muy raro que intentara cambiarlo. Y también era muy raro que saliera a cazar fuera de él.

Por lo tanto, era razonable pensar que alguien había entrado en su territorio.

“Jaa… Qué fastidio. No sé qué monstruo se metió ahí, pero espero que los tontos descuidados que perturbaron la paz acaben como presas del Ursus”.

Los elfos oscuros que lo rodeaban estaban de acuerdo con la queja del Maestro de la Caza. Egnia dedicó una sonrisa irónica a aquellos amigos.

Dada la disposición del Ankyloursus, siempre que no lo provocaran imprudentemente, era bien sabido que podía convertirse en el equilibrador del vecindario, en cierto sentido.

“Estaré de acuerdo con esa opinión, pero no sabemos si ya ha entrado en el territorio, ¿verdad? Cuando oí rugir al ‘Ursus’ antes, fue cuando dos de ellos estaban luchando. Y la pelea esa vez se estaba llevando a cabo fuera de su territorio.

“Um, disculpe, Egnia-san, tengo una pregunta… Apenas pude oírlo, pero ya que lo menciona, creo que es cierto que un ‘Ursus’ rugió. Pero, su territorio está bastante apartado de aquí, ¿verdad? Entonces, ¿por qué nos ha llamado a todos aquí?”.

“Sí, no sé si le pasó algo al ‘Ursus’, pero es un hecho que está ocurriendo alguna situación que lo está haciendo rugir. Quizá esté cambiando de territorio o quizá esté cambiando el gobernante de ese territorio. O tal vez algo aún más extraño está ocurriendo. Por ejemplo… claro”.

Después de tomar aliento, Egnia continuó y dijo:

“Tal como una poderosa bestia mágica que es capaz de escapar del ‘Ursus’ aunque haya perdido y se dirige hacia aquí. Por lo tanto, deberíamos poner simultáneamente en guardia a la aldea por cualquier cosa que pudiera suceder y aunque sucediera mañana, deberíamos dirigirnos en dirección al rugido y echar un vistazo al estado del bosque.”

Todos los presentes estuvieron de acuerdo.

Sería problemático que no percibieran rápidamente los cambios en el bosque y compartieran la información. Ya que eso era extremadamente importante para aquellos que vivían de recibir las bendiciones del bosque.

“…La cacería de hoy se cancela. Tal vez sería más seguro impedir a cualquiera ir al bosque por completo y mucho menos para cazar. Todavía tenemos comida, ¿verdad?”

“Estamos bien. Hemos cazado algunas prezas enormes últimamente. Pero aún así, deberíamos contarle al Maestro de Ritos lo que está pasando de inmediato, para que empiece a hacer fruta. No sabemos cuántos días pasarán hasta que terminemos de confirmar si todo es seguro, después de todo.”

“Después de eso… bien. También deberíamos hablar con los Ancianos sobre eso. Haremos que los Ancianos ideen una forma de difundir la información a todo el mundo para que alguien que no sepa lo que está pasando no se adentre en el bosque.”

Incitados por la llamada de atención de Egnia, todos intercambiaron opiniones. Nadie dijo: “Lo estás pensando demasiado”. El bosque traía bendiciones, pero también arrojaba repentinamente desgracias en su camino. Apilar precaución sobre precaución sin pasar por alto el menor mal presagio era crucial para vivir en el Mar de Árboles.

Debían dar a conocer rápidamente que existía la posibilidad de que el orden del bosque se estuviera deteriorando.

“¿Qué debemos hacer con las demás aldeas? ¿Debemos ponernos en contacto con ellas cuando conozcamos la situación? ¿O deberíamos decirles rápidamente que nos enfrentamos a este tipo de situación?”

“Puedo intuir que ambas opciones son correctas, pero también creo que podrían estar equivocadas… ¿Por qué no dejamos todas las decisiones al respecto en manos de los Ancianos?”

“Oye, espera un momento, deberíamos consolidar nuestras opiniones. Si lo presentamos como la opinión de la mayoría, nos vendrá bien para ganar la discusión cuando esos vejestorios testarudos empiecen a proponer que hagamos algo raro.”

“…Llamarles vejestorios es ir demasiado lejos, Ganen. Ciertamente, a veces pueden ser inflexibles, pero a su manera, los Ancianos tienen abundante experiencia. Sólo estamos eligiendo un camino que puede considerarse aún más seguro al beneficiarnos de su sabiduría.”

Uno de los Vicemaestros de la Caza -Plum Ganen- fue reprendido por el Maestro de la Caza.

“Eso….”

Ganen, con la cara roja, intentó empezar a hablar en voz alta, pero la mano de Egnia le tapó la boca.

“…Ya es suficiente. Teniendo en cuenta para qué he reunido a todos, hablen de lo que tenemos que hacer ahora mismo. Saben muy bien la amenaza que representa un ‘Ursus’, ¿no?”.

Sabiendo que Ganen le había cerrado la boca, Egnia retiró la mano. Egnia dejó escapar un suspiro interno.

Hemos confirmado que no es incondicionalmente malo oponerse a los Ancianos, pero me gustaría que consideraras el momento y el lugar.

“Así es. Lo que deberíamos priorizar es qué vamos a hacer con la vigilancia en la aldea, así que dejemos la charla sobre los vejestorios para más tarde, ¿esta bien? Al fin y al cabo es mucha gente, ¿no?”.

“Si hoy vamos a estar todo el día de guardia, deberíamos hacerlo en tres turnos. Pensando en mañana, aún más.”

Estaban más o menos acostumbrados a hacer guardias todo el día y si les lanzaban magia que eliminara la fatiga, tendría algún efecto en las actividades del día siguiente.

Pero si iban a investigar hasta que estuvieran cerca del territorio del ‘ursus, querrían evitar que sus sentidos se entorpecieran en lo más mínimo.

“Tienes razón. Eso es…”

Oyeron un rugido. Con una expresión tensa en los rostros de todos los presentes, miraron intensamente en la dirección de la que provenía.

“¿Eso no sonó muy cerca?”

Una persona puso en palabras la inquietud que todos albergaban. Egnia asintió simplemente una vez, dando a entender que estaba de acuerdo.

“Tal y como dijo Egnia hace un rato, ¿no estará persiguiendo algo que se adentró en su territorio y luego escapó?”.

Los Ankyloursus tenían tendencia a aferrarse a sus presas. Si un animal que consideraban su presa escapaba, lo perseguirían incluso fuera de su territorio. Perseguirlo mientras rugía era un poco diferente a la imagen que tenían en sus mentes, pero era más comprensible que el que fuera golpeado y expulsado de su territorio.

“Si ese es el caso, entonces mientras el ‘Ursus atrape a su presa, que incluso podría saciar su estómago, entonces esta aldea podría estar a salvo… Si hay una presa huyendo, ¿entonces la llevamos lejos de aquí y la matamos a flechazos?”.

“¡Basta! Eso sólo resultaría en provocarlo más innecesariamente. Primero, es muy probable que la presa tenga la habilidad de huir del ‘Ursus tanto como pueda. Si la presa viene hacia aquí, al menos deberíamos ahuyentarla”.

“No, esperen. Sería problemático que el ‘Ursus se acercara a la aldea. Sería una molestia si considerara este lugar como una zona de alimentación. Deberíamos hacer que algunas personas salieran de la aldea y si el ‘Ursus o la presa parece que se dirigen hacia aquí, guiarlos en otra dirección”.

Estaba bien que las distintas opiniones fueran surgiendo, pero no era como si pudieran dedicarle demasiado tiempo. Realmente no quería entrometerse, pero no podía decir tal cosa. Egnia dio un aplauso y atrajo la atención de todos hacia él.

“Sea cual sea la situación, el hecho es que ésta es una situación anormal. Debemos ponernos a trabajar de inmediato. Si el ‘Ursus regresa a su territorio, entonces está bien. Pero si no lo hace… si pierde de vista a la presa incluso después de salir de su territorio…” Egnia miró a todos, “…y además de eso, si deja que la presa se escape en las cercanías de la aldea, eso supondría un día muy largo y horrible.”

Las caras de todos se fruncieron al imaginar lo que ocurriría.

“Primero, lo importante es pedir ayuda a todos en la aldea, no sólo a los que estamos aquí. El poder de los Druidas será absolutamente necesario. Luego, el Farmacéutico Jefe probablemente tenga un veneno que afecte incluso a un Ursus.”

Para las bestias mágicas de tipo bestia como el Ursus, en lugar de intentar derrotarlas con ataques físicos, la magia que manipulaba su mente era más efectiva. Incluso contra un oponente protegido por una piel gruesa, grasa y músculos voluminosos, era posible infligir un daño superior al de los arcos y flechas mediante el uso de la magia -por ejemplo, sería dañado con sólo tocar las llamas de los elementales de fuego que los druidas podían convocar- y otros métodos similares.

Probablemente no ganarían si lucharan contra él directamente, pero si usaban magia y otros métodos semejantes, incluso en el pasado de un modo u otro habían ganado contra una bestia mágica que rivalizaba con un Ursus.

“Pero, reunirnos aquí sólo para discutir cosas no hace más que aumentar nuestra pérdida de tiempo. Deberíamos tomar la iniciativa, pero…”. Egnia miró al Maestro de la Caza. “…¿Podríamos dejártelo a ti?”

“Jaa…” El Maestro de la Caza negó con la cabeza. “… Supongo que no se puede evitar a estas alturas. Muy bien, todos ustedes. Empezando por los que tengan habilidades excepcionales, refuercen las defensas de la aldea. La otra mitad irá advirtiendo a todos en la aldea. Aquellos que hayan terminado de advertir a la gente vigilarán a aquellos que no puedan luchar. Beniri, te dejo a ti la división del personal. A continuación, Ganen va a ver al Farmacéutico Jefe y Ovei ve con el Maestro de Ritos y dile sobre esto. Yo iré al Consejo de Ancianos. ¡Vamos, MUÉVANSE! ¡MUÉVANSE! ¡MUÉVANSE!”

Cuando Egnia intentó salir, el Maestro de la Caza le hizo una señal, así que corrió hacia él.

“Llevo mucho tiempo pensando en esto, pero ¿no deberías tú asumir el papel de líder ya que eres la persona con las habilidades más destacadas de toda la aldea?”.

“¿No haría todo más problemático si hiciéramos eso? Su nombre, aunque también se debe a quién es su familia, también es algo conocido en las otras aldeas.”

“No es sólo algo”, ignorando las palabras del Maestro de la Caza, Egnia continuó. “Si se llega a eso, el conflicto se extenderá a las otras aldeas más de lo que ya lo ha hecho”.

“…Ahg, me duele la cabeza… ¿Crees que las cosas cambiarían si los Ancianos se retiraran un poco, realmente sólo un poquito, un poquitín?”.

“Eso probablemente nunca va a suceder. Después de todo, lo que probablemente ocurra es que, si se retiran ahora, más querrán retirarse después. Incluso si todos los Ancianos se retiraran, el problema simplemente se extendería a otras aldeas. También podemos decir que las cosas irán mejor para nosotros si los Ancianos siguen siendo muy estrictos con las cosas.”

“¿Qué podemos hacer para resolver este problema?”

“No hay manera de resolver este problema.”

“Hasta el momento en que haya un gran fracaso en algún momento, ¿verdad?”

El Maestro de la Caza se quedó en silencio.

“Voy a defender la aldea”.

“Sí, yo también cuento contigo”.

Despidiéndose del Maestro de la Caza, Egnia tomó su posición y mientras continuaba su vigilancia en la dirección del rugido, parecía que la información se extendía rápidamente dentro de la aldea. Esto no era sólo porque los Exploradores estuvieran difundiendo la noticia, era gracias a un bien desarrollado sistema de entrega de información que utilizaban a diario, como consecuencia de ser una aldea con peligrosos monstruos viviendo justo a su lado.

Cuando no habían pasado ni diez minutos, el Maestro de Ritos había empezado a producir comida. El Farmacéutico Jefe también había enviado ya a Egnia el potente veneno y su antídoto, por si acaso.

El tiempo pasó con ellos en alerta por ahora.

No habían oído el rugido del ‘Ursus desde entonces. Los tensos Exploradores que se habían reunido a causa de eso, comenzaron a retroceder. Lo mismo le ocurrió a Egnia; relajó los hombros y se masajeó la rigidez de las manos que sujetaban su arco.

¿Habría atrapado el ‘Ursus a su presa? O tal vez había regresado a su territorio porque su presa se había escapado. En ese momento, el Maestro de la Caza estaba a su lado.

“…Solo para estar seguros probablemente sea necesario que vayamos rápidamente a investigar su territorio. ¿Puedo contar contigo para eso?”

“… Ya me imaginaba que esto pasaría. Déjamelo a mí”.

Él había estado pensando en sus movimientos por adelantado en caso fuera necesario que entrara en su territorio.

Egnia miraba intensamente en dirección a su territorio, como si pudiera percibir la figura del ‘Ursus que debía estar en su línea de visión, cuando tuvo la sensación de que había visto alguna cosa grande detrás de los árboles del bosque.

“¡Chichii!”

Egnia hizo vibrar sus labios y emitió un sonido que era como el grito de un pájaro. No era un simple sonido. Se trataba de un sonido especial que Egnia podía emitir mediante el dominio de su clase y que indicaría a sus amigos que lo oyeran que se pusieran en guardia. Haciendo esto, los aliados que escucharan este sonido no serían alcanzados por un ataque sorpresa y serían incapaces de moverse.

Aquellos que empezaron a bajar la guardia volvieron a tensarse al instante.

Mientras sentía que la atención de todos estaba sobre él, Egnia señaló en la dirección donde acababa de ver la sombra usando su barbilla y sin apartar los ojos de ella.

Por favor, que sea mi imaginación.

Por favor, que sea yo quien la haya confundido con otra cosa.

Por favor, que sea un malentendido.

Sólo había visto la sombra por un instante. Estaba detrás de la sombra de muchos árboles enormes durante un parpadeo, hasta donde alcanzaba su campo de visión. Era más que probable que se hubiera confundido con otra cosa. Sin embargo, como Explorador que poseía una gran capacidad, la excelente visión de Egnia traicionó fácilmente incluso sus propias expectativas.

“…Es el Ankyloursus…”

A pesar del volumen de las palabras que alguien había dejado escapar por reflejo, esa voz era aterradora y claramente audible para los oídos de todos los allí presentes.

Sí, ya era evidente para cualquiera que tuviera ojos para ver.

Una enorme sombra se acercaba lentamente hacia ellos desde entre los árboles.

Lo que allí se encontraba era el Destructor del Gran Mar de Árboles: el Ankyloursus.

Sin embargo….

“Oy-Oye, Blueberry-san. ¿No es… esa… cosa… enorme? ¿Los ‘ursus son realmente tan grandes?

Un joven Explorador tragó saliva y preguntó.

Como estaba a cierta distancia y oculto por los árboles, no podían confirmar definitivamente qué era aquel cuerpo. Pero comparándolo con los árboles de alrededor podían obtener una aproximación. Era demasiado grande. No, era demasiado gigantesco.

“…Sumomo. El ‘Ursus que vi antes no era tan grande. No podría haber crecido más. Su tasa de crecimiento es anormalmente rápida, un espécimen anormal… si no tenemos suerte, con lo que estamos tratando aquí es…” Egnia dijo las siguientes palabras como si se forzara a decirlas. “…un Lord”.

El aire se estremeció con un escalofrío.

Aquellos que se desviaban del tamaño habitual, tenían pelaje de diferente color u otros cambios peculiares y poseían poderes únicos, eran llamados especímenes anormales en esta aldea. Sin embargo, incluso entre ellos había algunos que se elevaban por encima de todos los demás, evolucionando tenazmente, reinando como la cúspide de su especie y, en ocasiones, poseyendo una enorme influencia sobre una extensa área a través de sus habilidades de combate. Por ello, a tales individuos se les otorgaba el título de Lord.

En otras palabras, si el que tenían ante sus ojos era realmente eso, significaba que sería mucho más fuerte que los normales…

Incluso un Ankyloursus ordinario era un oponente preocupante, pero si toda la aldea luchaba junta, probablemente serían capaces de hacerlo retroceder. Sin embargo, si la bestia mágica que tenían ante sus ojos era realmente un Lord ‘Ursus , era totalmente inimaginable que sobreviviera alguien.

“¡Imposible! He oído que hay un Lord, ¡pero debería estar mucho más al norte!”, hablaba exaltado uno de los Exploradores, con la saliva volando de su boca. Sin embargo, controlaban el volumen de su voz para no provocar al Ursus.

“¿Qué demonios le ha pasado a la Aldea de Aju?”.

Una aldea de los mismos elfos oscuros: se habían enterado por rumores de que existía un Lord en las cercanías de la Aldea de Aju. Los Lords no eran algo que apareciera con frecuencia. Siendo ese el caso, podían considerar que este era el mismo espécimen que el Lord en las cercanías de la Aldea de Aju.

“…¿Fueron todos aniquilados?”

Si el Lord cambiaba de territorio o si empezaba a moverse en dirección a esta aldea, alguien de la Aldea de Aju debió haber venido a advertirnos. Pero nadie había venido. A pesar de ello, el Lord estaba justo ahí.

El silencio dominaba este lugar. Si seguían en la dirección desde la que oyeron el rugido por primera vez, encontrarían la Aldea de Aju.

…La Aldea de Aju se convirtió en una zona de alimentación, los ‘Ursus se enteraron de la comida llamada Elfos Oscuros y se basaron en olores o algo así para dirigirse hacia aquí. 

Nadie quería decirlo, pero todos habían llegado a la misma conclusión.

El color de la desesperación se mezclaba con la tensa atmósfera.

Aunque hubiera adquirido el gusto por los Elfos Oscuros en la Aldea de Aju, no debería haber sabido que aquí había comida fresca.

Había muchos gourmets entre los Ankyloursus. Eran omnívoros, pero tenían alimentos particulares que preferían comer. Si los Elfos Oscuros satisfacían sus exigentes gustos, debían abandonar esta aldea y aunque lo hicieran, eso no significaba que no los perseguiría. Por lo tanto, debían alejarlo y separarlo de la aldea.

Sin embargo, había un problema.

“No, no podemos declarar que la Aldea de Aju fue aniquilada”, todos los ojos estaban puestos en Egnia. “Como presencié en un principio, había un ‘Ursus construyendo su territorio en estos alrededores. Si el Lord vino directamente aquí desde la Aldea de Aju, habría entrado en el territorio de ese otro Ursus. Sería extraño no escuchar dos rugidos si eso sucediera. En otras palabras… el ‘Ursus que originalmente marcó su territorio en estos alrededores, probablemente creció y se convirtió en un Lord”.

Todavía existía la posibilidad de que fuera el Lord de la Aldea de Aju. Si el Lord y el ‘Ursus que marcó su territorio en esta zona fueran de distinto sexo, probablemente no habría pelea. También era posible que si los dos volvían a chocar uno de los ‘ursus -muy probablemente el Lord- no rugiría.

Sin embargo, que la Aldea de Aju sobreviviera o no era, en estas circunstancias, lo menos importante. En lo que deberían estar pensando ahora mismo era, si no había forma de cambiar el hecho de que el Lord se dirigía hacia esta aldea, ¿qué deberían hacer, cuál sería el mejor movimiento a realizar?

Si ese era el caso…

“…Luchar contra el Lord es un suicidio. No hay otra forma que invocar elementales y huir mientras nos ganan algo de tiempo.”

“¡¿Crees que es algo que podemos hacer así como así?! ¡No hay duda de que seremos atacados por esa cosa en el bosque! Y lo que es más importante, podemos darle toda la carne almacenada y otros alimentos que quiera y dejar que se llene la panza”.

“¡Así es! Los ‘ursus tienen un carácter similar al de los osos. Probablemente también les guste la miel. La untaremos también en la carne y se la daremos…”

En ese momento, resonó un rugido que parecía hacer temblar la tierra, el aire, el bosque y el núcleo de sus cuerpos. Ya no podía esconderse entre las sombras de los árboles.

El Lord de los Ankyloursus, que caminaba lentamente hacia ellos, estaba allí.

La respiración de los elfos oscuros se hizo rápida y agitada. Las mentes de todos los presentes se quedaron en blanco. Las ideas que tenían hace un momento se esfumaron.

Pudieron sentir con sus cuerpos la diferencia de poder que había entre ellos y se encogieron. No era como si ese rugido de hace un momento tuviera un efecto especial que indujera miedo u otros efectos mentales.

Su reacción fue simple y fatal, ya que los elfos oscuros comprendieron la diferencia de sus posiciones como seres vivos. En otras palabras, significaba que la diferencia de fuerza era tan grande y hasta tal punto, que los elfos oscuros no eran más que seres impotentes que serían pisoteados.

…Esto es malo.

Casi todos los elfos oscuros estaban convencidos de la tragedia que se les venía encima y estaban bajo el control de la resignación. Sin embargo, aún era demasiado pronto para aceptarlo.

“… ¡MUÉVANSE!”

Fue un grito para regañarse y despertarse a sí mismo.

“Mu-mu-muévanse, ¿dices? ¡¿Y qué demonios podemos hacer?!”

“¡Qué demonios voy a saber yo!”

Egnia respondió a la chillona pregunta de la elfa oscura con unas breves palabras que flotaban en el aire como un machete.

“¿Cómo demonios vas a saberlo?”.

“Sólo estás reaccionando…”

“¡Puedes con…No! ¡Cómo es posible que incluso yo entienda o sepa algo sobre qué hacer en este tipo de situación! Aun así, ¡tenemos que movernos! ¡Qué podemos hacer todos amontonados de esta manera! Al menos esas ideas de hace un momento eran…”

¿Era su objetivo aterrorizarlos también? El paso del Lord ‘Ursus era sorprendentemente lento.

Mantente Enterado
Notificarme
guest
This site uses User Verification plugin to reduce spam. See how your comment data is processed.

INSTRUCCIONES PARA LA ZONA DE COMENTARIOS

1- No Puedo Comentar: Toca los botones que estan debajo del recuadro de comentarios, aquellos que le cambian el estilo a Negrita, Cursiva, etc. (B, I, U, S)

2- No Aparece Mi Comentario: Es por nuestro sistema de moderación, luego de revisar y aprobar tu comentario, este aparecera. NOTA: Usa un correo real o no se aprobara tu comentario.

3- ¿Como Escribo un Spoiler?: Toca [ + ] (es el botón spoiler) y aparecera una ventana, ahí debes poner el TITULO de tu spoiler (recomendamos poner simplemente SPOILER), luego en el codigo que aparecera en el recuadro del comentario debes escribir dentro de los simbolos ] [

[spoiler title="Titulo de tu spoiler"]Aqui va tu spoiler[/spoiler]

Nota: Todo el texto que coloques antes o despues del codigo del spoiler sera visible para todos.

2 Comentarios
Mas Votados
Mas Recientes Mas Antiguos
Respuestas en el Interior del Texto
Ver todos los comentarios