Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 17: A Alguien Debemos Despedir En Estos Días Devastados Por La Guerra

Capítulo 1: Otra Vez Ese Sentimiento

“… Este lugar es una ruina.” Dijo el caballero del terror de cabello rizado que llevaba una máscara y una capa mientras pateaba un trozo de madera que debió haber pertenecido, en un momento, a un edificio. “Este ya no es el Field Outpost. Es el Lonesome Field Outpost Ruins. Qué ruina. Es una ruina total y completa. En serio. Vaya que si…”

El sol estaba a punto de ponerse.

Como había sugerido el caballero del terror murmurando, este puesto de avanzada ya no era apto para ser llamado de tal manera. No quedaba nada más que escombros, y solo Haruhiro, su grupo y diez miembros de Orión liderados por Shinohara habían llegado hasta ahora.

“Je…”

Un miembro de Orión con cabello corto y lentes redondos soltó una risa que fue un poco espeluznante. Al parecer, era un sacerdote.

“Por supuesto. Por supuesto. También operamos desde Lonesome Field Outpost, así que no puedo negar que es emocionante para mí verlo en tal estado. Ejejeje, buajaja, jejeje…”

Un poco espeluznante… sí, no. Era completamente espeluznante.

Uh, pero en serio, el tipo daba miedo. No es que Haruhiro pudiera decir nada. No, no tenía planes de criticarlo en absoluto. Estaba demasiado asustado para hacerlo.

“Ya sabes, esa risa…”

A diferencia de Yume, nunca pudo.

“Yume cree que es realmente desagradable.”

“¿Ahora sí? Jununu, nujujuju, buajaja.”

“Me disculpo por él.” Shinohara estaba sonriendo, como siempre, pero parecía algo serio en su disculpa. “No importa cuánto le advierta, parece que Kimura no puede detenerse.”

“Bueno, entonces eso es jala suerte, ¿eh?”

“Te refieres a la mala suerte.” Ranta inmediatamente señaló el error de Yume. “Eso es probablemente lo que estabas buscando decir. No veo como puedas jalar algo como la suerte.”

“No, quiero decir, ella dijo jala, ¿verdad?” Kuzaku no estuvo de acuerdo. “¿Quizás esa risa es lo que jala, es decir, le quita suerte?”

“Deja eso, ¿quieres, grandulón? Eres un idiota. No necesito tus comentarios de mierda.”

“Grandulón, ¿eh? Sí, soy bastante alto. Mucho más alto que tú.”

“¿Ahora vas a alardear de ello? Parece que tienes una personalidad algo especial. Eres una verdadera molestia. Lo peor.”

“… Eres la última persona de la que quiero escuchar eso.”

“¿Que se supone que significa eso?”

“¿Eh? Más o menos exactamente lo que parece.”

“¡Vaya!” Yume infló las mejillas con enojo. “Ranta y Kuzaku-kun. Usted dos siempre están peleando, ¿eh? Haciéndolo como cerdos y gatos.”

“¡¿No fue tu culpa esta vez?! Además, ¿cerdos? ¡¿Qué clase de gato pelea con un cerdo?! ¡Se supone que son perros y gatos!”

“¡Esta lo suficientemente cerca! Perros, cerdos, no es necesario que te pongas a tomar todo con tizas.”

“¡No agarrare nada con una tiza! ¡¿Por qué iba a agarrar cosas con tiza?! Es pinzas, ¿de acuerdo?”

“¿Pinza? ¿Estás seguro de que no es tizna?”

“¡No, es pinza! Tomar las cosas con pinzas.”

“Bueno, ¿qué significa la palabra?”

“¡No me preguntes!”

“¡Tú eres el que lo estaba diciendo!”

“¡Es una forma de hablar! ¡Estúpida, estúpida, estúpidaaaaaa!”

“La gente que va por allí diciéndole a otras personas que son estúpidas son los estúpidos, ¿sabes?”

“Nuh-uh, la persona a la que llaman estúpida es estúpida. ¡Estúpida!”

“Es agradable lo animadas que están las cosas con ustedes alrededor.”

¿Shinohara, quizás, estaba siendo sarcástico cuando dijo eso? Estaba sonriendo, por lo que era difícil saber cómo se sentía realmente.

“Pero en serio, Ranta-kun y Yume-san seguro se llevan bien.” Dijo Kuzaku, sonando medio exasperado, y de repente Ranta entró en pánico.

“¡Qu-qu-qu-qu-que…!”

“Nuestra relación, ¿eh?” Yume se cruzó de brazos y frunció el ceño. “No está mal. Si quisiera decir que es buena, bueno, ¿tal vez lo sea?”

“¿Qué? ¡Qu-qu-qu-queeee! ¿Q-Qué? ¡¿Qu-qu-qu-qu-quéééééé?!”

Ranta estaba transformando en una criatura que sólo podía decir “Qué”. Rechinó en las orejas.

“Estás tartamudeando demasiado…”

“¡Lárgate, Paruparara!”

“Si lo cambias tanto, nadie sabrá de quién estás hablando”

“¡Si respondes, entonces sabes muy bien a quién me refiero, Pourporaran! ¡Eres Pirupiru! ¡Papapa o Pipipi o Pepepe o Popopo o lo que sea lo suficientemente bueno para ti!”

Ranta no era tan animado como ruidoso y molesto. Y también tendía a arrastrar a otros, por lo que era una verdadera molestia. Estuvo mal. Pero el tipo tenía mucha vitalidad. ¿Quizás Haruhiro también necesitaba mostrar un poco más de energía? ¿O tal vez no? Sí. No. Haruhiro particularmente no quería ser tan enérgico.

Setora y Merry no habían dicho nada en mucho tiempo. Ambas miraban en silencio desde la distancia.

Si se les hablase directamente, responderían. Pero solo dirían lo mínimo absoluto. Por ejemplo, si preguntara: “¿Cómo estás?”, la respuesta sería algo como; “Estoy bien”, o “Bien”. Nunca responderían más de lo que les preguntó.

Después de todo, estaba el asunto de Shihoru.

Y Setora había perdido a Kiichi.

¿Qué iba a hacer al respecto? Honestamente, no se le ocurrió nada que pudiera ayudar. Cualquier cosa que intentara hacer sería en vano. Esperaba que el tiempo curase todas las heridas. Esa podría ser la única opción.

Deseó poder aceptar eso, pero no pudo evitar pensar. Si no había nada que pudiera hacer, ¿quizás era mejor no hacer nada en absoluto? ¿O era mejor intentar hacer algo? Bueno, sí. Después de todo, él era su líder. Pero ¿qué? ¿Qué? Haz lo que sea. Bueno, no, hacer cualquier cosa no estaba bien. ¿Debía hacer algo que era importante? No, en realidad no. Simplemente emitir la sensación de: “Oye, lo intenté”, no tenía sentido. Como si solo lo hiciera para demostrar que, como líder, había hecho un esfuerzo, a pesar de la inutilidad de ello. No quería poner excusas para sí mismo de esa manera.

De repente, sus ojos se encontraron con los de Yume. Ella sonrió como si dijera: “¿Qué pasa?”

Honestamente, Yume también debía sentirse deprimida. De hecho, Haruhiro ocasionalmente la había visto suspirar o tener una expresión de tristeza en su rostro. Al ver la bondad que ella le mostró, a pesar de su propio dolor, lo tocó profundamente, y las comisuras de sus ojos comenzaron a sentirse un poco calientes. Pensó que iba a llorar. Él, sin embargo, no lo haría. Haruhiro miró a su alrededor.

El Lonesome Field Outpost estaba en el fondo de una depresión. Entonces, el área a su alrededor era un poco más alta. Había colinas en todas direcciones. Pero cuando cada dirección era una colina, no se sentían como colinas en absoluto. Dejando de lado lo que significa “sentirse como una colina”, había figuras humanoides en la colina al oeste.

“… Oh.”

“Ahh.” Shinohara estaba mirando hacia el oeste. “Parece que están aquí.”

“Uh, espera…”

Una de las figuras estaba corriendo.

“¡Haruhiro…!”

Juzgando por la voz, era una mujer.

Hey, espera.

“… ¿Eh?”

¿Haruhiro se lo estaba imaginando?

¿Ella acaba de decir su nombre?

“¡Haruhirooo…!”

No, no lo estaba. Ella lo llamó por su nombre.

Y dos veces.

“¡Haruhiroo!”

Que fuesen tres.

La mujer corría colina abajo a una velocidad increíble.

“¿Eh? ¡¿Ehhh…?!”

“¡Maldita sea, es rápida…!” Ranta, que también era bastante rápido, estaba atónito. Así de rápido que iba.

La mujer llevaba un gran sombrero de ala ancha. La hacía parecer tremendamente alta. No, con sombrero o sin él, todavía sería alta.

Aunque el Lonesome Field Outpost era una ruina, todavía estaba rodeado por un foso. Había un manantial en una depresión en Quickwind Plains. La gente había levantado un campamento a su alrededor y había cavado un foso para defenderse. Aparentemente así fue como comenzó este lugar.

Incluso con todos los edificios destruidos, el manantial y el foso seguían intactos. Originalmente había habido un puente sobre el foso. Ahora estaba mayormente destruido. Sin embargo, no fue imposible utilizar lo que quedaba de los soportes y vigas para cruzar sin mojarse. Eso era lo que habían hecho Haruhiro y su grupo.

Pero esa mujer, simplemente saltó y se zambulló en el foso, como si dijera: “No tengo tiempo para esa mierda.”

“¡Haru! ¡Ha! ¡Haru! ¡Hirooo…!”

La mujer nadó. Se impulsó a través del agua usando ambos brazos, haciendo brazadas. Ese foso era bastante profundo. Intentaba cruzarlo a nado.

Su sombrero se cayó por el camino. Ella lo ignoró y siguió nadando. En poco tiempo, cruzó a nado y finalmente entró en el Lonesome Field Outpost.

“¡Haruhirooo…!”

“¿Eh…? ¿Oh…? ¿Quién es esa?”

Cuando se trataba de personas de su pasado, la mayor parte de lo que sabía provenía de Merry.

Por alguna razón, no había nada que pudiera sacar de su cabeza para explicar esto.

“Woah…” Ranta estaba estupefacto. ¿Estaba impresionado? Parecía casi abrumado por la emoción.

“¡Ooooh…!” Yume también pareció sorprendida. Miró a Haruhiro con los ojos muy abiertos. “¿Cierto?”

“Uh, no, no sé con qué se supone que debo estar de acuerdo…”

“¡Haruhirooooooo…!”

La mujer continuó su loca carrera. Empapada, mojada, salpicando agua por todo el lugar, siguió avanzando hacia ellos.

Vaya, sin embargo, ella era enorme.

Probablemente no sea tan grande como Kuzaku. Pero su cabeza era pequeña y su cuerpo era largo. Sí. Grande y larga, esa fue la impresión que dio.

No era como si no pudiese huir. Él podría. Pero la intensidad con la que se estaba acercando a él era increíble. Mientras aún estaba abrumado por eso, la mujer abordó a Haruhiro.

“¡¿Oh…?!”

No, esto no era una tacleada… ¿verdad?

Aparentemente no.

“¡Haruhiro! ¡Es Haruhiro! ¡Haruhiro…!”

“¡Gwah…!”

Dolía, o más bien, le costaba respirar.

La mujer no había tacleado a Haruhiro, ni lo envió a volar. Ella lo había abrazado. Y con bastante fuerza.

Los pies de Haruhiro no tocaban el suelo. Flotaba en el aire. La mujer lo había levantado.

Ella era más grande que él. A pesar de verse delgada, era muy alta, por lo que tenía mucha fuerza.

“¡Urgh…! ¡Agh! ¡¿Ouagh…?!”

Por lo menos, tenía la fuerza suficiente para abrazar a Haruhiro, levantarlo y aplastarle la vida. Afortunadamente, si realmente podría llamar a esto suerte, ella no lo había matado, pero si seguía apretando, ¿quién sabía lo que podía pasar? No sería sorprendente que lo terminara haciendo.

“Haruhiro. Quería verte. Haruhiro.”

La mujer frotó su mejilla contra Haruhiro.

Su conciencia se estaba desvaneciendo rápidamente.

“A-A-A… Ayu.”

“¿Ayu? ¿Quién es esa persona?”

“N-No, eh…”

“¿Noé? Tampoco sé quién es.”

“¡No! Siento…”

“Sientes… ¿Qué sientes?”

“D-D-D-Dolor…”

“¿Dolor…?”

Finalmente, pareció asimilarlo.

“¡Ohh!”

La mujer gritó y aflojó su agarre parecido al de una garra de acero. Gracias a eso, Haruhiro pudo volver a respirar.

“¿M-Me dejarías ir…?”

“Ha pasado tanto tiempo. ¿Puedo acariciarte?”

“U-Uh, no, no lo sé…”

Aunque, ella ya lo estaba haciendo, ¿no?

La mujer ya había vuelto a frotar su mejilla contra la de él.

¿Qué demonios?

Ella también estaba mojada.

¿Qué diablos?

Tengo miedo.

“Y esa no es nadie más que Mimorin.” Dijo el caballero terror, moviendo la cabeza por consternación. “Por alguna razón, ella siempre ha estado loca por Parupiro. Es increíble. Es absurdamente loco y desenfrenado.”

“Tú…”

Otra mujer se apresuró a entrar, ésta pequeña, pero de figura completa, en contraste con la que frotaba su mejilla contra la de Haruhiro. ¿Quién era esta vez? ¿De dónde había salido? La mujer dejó caer un puño en la nuca de Ranta.

“¡Eres un completo idiota…!”

“¿Bwuh…?”

Cuando la máscara de Ranta se deslizó y sus ojos fueron visibles, la pequeña mujer le dio una firme patada en el trasero.

“¡Hiyah…!”

“¡¿Gah…?!”

Ranta saltó en el aire, agarrando sus nalgas heridas. ¡Qué salto! Vaya, ¿en verdad se podía saltar así? Ranta aterrizó con ambos pies y el impacto recorrió su dolorido trasero.

“¡¿Augh…?!”

“¡No la llames ‘Mimorin’ como si fuese tú amiga!” Gritó la mujer, saliva volando mientras lo hacía. “¡Eres un idiota! ¡Pervertido! ¡Repollo tonto!”

“¡P-P-Perra!” Ranta entro al ruedo, agarrando su extremo posterior, con lágrimas en los ojos, y un gemido en su voz. Su trasero debe haber estado absolutamente devastado. “¡M-M-Me pateaste con toda tu fuerza! ¡En mi glorioso y firme trasero! ¡¿Y si hubieses hecho que se partiera aún más?!”

“¿Alguien podría… bisecar? ¿Bifurcar? Uh… ¡Romper tu apestoso trasero en dos, sí!”

“¡Mi trasero no huele tan mal!”

“¡Dices que no huele tan mal, así que aun apesta!”

“¡Los traseros son lo que son! ¡Todos apestan un poco! ¡Es su razón de ser! Incluso tu trasero…”

“Oye.” Un hombre con gafas blandió un martillo de guerra que parecía que podría romper fácilmente una roca, deteniéndolo apenas por encima de la cara de Ranta.

Woah, espera, ¿de dónde vino este tipo? ¿Cuánto tiempo había estado aquí?

¿Haruhiro simplemente no lo había notado? Incluso ahora, su atención estaba ocupada por la mujer que estaba abusando de sus mejillas, por lo que no había forma de que pudiera hacerlo.

“¡¿Eeeeek…?!”

Ranta se estremeció. No, más que eso. Cayó al suelo temblando. Sus manos todavía sostenían su trasero mientras lo hacía.

“Un perdedor como tú no tiene derecho a hablar sobre el trasero de Anna-san.” Dijo el hombre de anteojos, retirando su martillo de guerra y apoyándolo en su hombro. “Te mataré, ¿entendido?”

“¡C-C-C-Casi muero…!”

“Pero no lo hiciste.”

“¡Pero podría! ¡Entonces de mi habrías conseguido algo más que quejas!”

“¿Qué? ¿Se pueden hacer tales cosas cuando se está muerto? Ese es un buen truco. ¿Quieres lucirlo?”

El hombre de las gafas se preparó para dar un gran golpe con su martillo de guerra.

“¡¿D-Detente?!” Ranta estaba sudando y presa del pánico. “¡No hay nada que lucir! ¡Sé que soy impresionante, pero si me matas, me simplemente seré un cadáver como cualquier otro!”

“Aburrido.” El hombre bajó su martillo de guerra.

“¡Hey! ¡Heyyyy!”

Un tipo tolerante los llamó desde la distancia. Según su apariencia, podría haber sido un guerrero. Ese tipo, otro hombre que parecía un paladín, y un bicho raro con una cola de caballo y un parche en el ojo izquierdo entraron en Lonesome Field Outpost como todos deberían hacerlo, usando el puente roto.

“¡Soy yo! ¡Estoy aquí! ¡Como bajo los reflectores! ¡Heyyyy!”

“Frotar, frotar, frotar…” La mujer alta todavía estaba frotando su mejilla contra Haruhiro. “Oh, vaya que he soñado con la sensación de Haruhiro. Frotar, frotar, frotar. Puedo oler a Haruhiro. Frotar, frotar, frotar…”

¿Qué demonios es esto?

Esto fue más allá de ser difícil de manejar.

Él no estaba simplemente incómodo, estaba asustado. Haruhiro no sintió nada más que desesperación por sus perspectivas en el futuro.