Taimadou Gakuen 35 Shiken Shoutai (NL)

Volumen 13

Capitulo 4: Guerra Total

Parte 1

“… esto se siente un poco extraño.”

Mientras se quedaba viendo el caos debajo de él, Ootori Sougetsu sintió una ligera incomodidad. Ahora que Takeru conocía su identidad como el Dios de este mundo, no se andará con rodeos como antes.

Era necesario dirigir el odio de Takeru hacia él mismo. El método era simple. Hacer que Kiseki mate a sus compañeros y después se suicide. Ahí es cuando Takeru perderá la cordura y se volverá un completo Cazador de Dioses por sí mismo.

Junto con la muerte de Dios, el mundo será destruido.

Ese era el escenario que Sougetsu creó. La gran destrucción que deseó.

Originalmente se suponía que mantendría el hecho de que es un Dios como secreto, y hacer que Takeru lo matara sin conocer el hecho.

Su calendario se volvió loco. Todo debido a aquél traidor, el ex capitán de EXE, Mineshiro Kazuma. Aunque Sougetsu quebró los colmillos de Mineshiro, terminaron cayendo justo al lado del corazón de Sougetsu.

Aun así, no significa que no fuera como Sougetsu planeó. Sabía que la naturaleza del hombre llamado Kusanagi Takeru, su lazo con sus compañeros, su amor por su hermana. Si Sougetsu le roba a Takeru todo eso, Takeru seguramente lo asesinará.

Es por eso que la información proporcionada por Mineshiro Kazuma no era un problema.

Si hubiera un problema, sería… “Ese instinto asesino era normal.”

El instinto asesino de Takeru se dirigió hacia él. Ese instinto asesino era un problema.

Aunque Takeru dirigió un instinto asesino real hacia él antes, siempre tenía “vacilación”. En el estado actual, con sus compañeras y hermana con vida, definitivamente no asesinaría a Dios. Es por eso que era natural para él no dudar en asesinarlo.

“…… pero así es la cosa real.”

Lo sintió cuando Takeru gritó su nombre, un escalofrío que picaba su piel. Era cierto, una manifestación real de instinto asesino.

—Sintió como si el intento de asesinar a Kusanagi Orochi se hubiera dirigido a él.

“… no puede ser.”

Sougetsu palideció ante la confusión.

Orochi estaba muerto. Su objetivo y el de Takeru nunca compaginarían sin importar qué, lo sabía desde el momento en que conoció a Takeru. Es por eso que sabía que Takeru volvería cuando fue secuestrado por Orochi a la Academia Mágica.

Estaba convencido que Orochi no le diría a Takeru la verdad sobre su identidad, Orochi no era tonto. Sabía que no había necesidad de decirle a Takeru la verdad considerando que pelearían entre ellos.

Por otro lado, podía asegurar que Orochi no mataría a Takeru. Él, quien perdió a Kusanagi Mikoto no la traería a la vida matando a un familiar. Además, debido al contrato con Gungnir, el cuerpo de Orochi estaba en sus límites y no tenía poder ni tiempo restante para oponerse al Cazador de Dioses.

Es por eso que en vez de destruir a Takeru y Mistilteinn, prefirió usar el poder restante para volverse un Dios.

Que Takeru supiera la verdad debió ser un fallo en los cálculos de Orochi y Gungir también. El número de sus oponentes incrementó y terminaron peleando entre ellos, resultando en que su poder se agotara y perdiera. Como resultado, como su objetivo era la destrucción, Sougetsu fue capaz de liberarse del enemigo más vigilante, lo cual lo benefició.

Sin embargo, el pensamiento de que podía estar equivocado, apareció en su cabeza justo ahora.

—Debió ser peor que un fallo de cálculos.

El fallo de Sougetsu no estaba ahí, cuando Takeru mató a Orochi.

Si había algo conectado al instinto asesino de Takeru— “……”

Sougetsu entrecerró los ojos, pasando por su mente el último momento con Hoshijiro Nagaru.

Hoshijiro Nagaru, que era la misma existencia mitológica que él, dio para detenerlo en el fragmento del mundo mitológico.

Dio su vida para detenerlo.

Notó y se dio cuenta de que debió haberse apurado.

Hoshijiro Nagaru decidió que había valor en intercambiar su vida para retenerlo en el fragmento del mundo mitológico. Si Hoshijiro Nagaru estuvo en contacto con Orochi, debió haber una razón para que ella diera su vida ahí. No, aunque no lo estuvieran, Hoshijiro Nagaru debió haber predicho qué estaba pasando y se rindió.

Había una posibilidad de que Orochi, Nagaru e incluso Gungnir de hecho hicieran esto desde el principio. En caso de que fueran incapaces de alterar el mundo por ellos mismos, se lo confiarían a Takeru y las demás.

Hace solo unas horas, Sougetsu no estaba ahí, en este mundo. No sabía qué pasó ahí.

Y mientras no estaba ahí, los dos pelearon y Orochi fue derrotado.

Orochi murió. ¿Pero qué hay de Gungnir? ¿Esa zorra pereció junto con Orochi? ¿Qué tal si ella no fue destruida, sino que canceló su contrato y sobrevivió?

¿Y qué les dio mientras no estaba aquí?

¿Qué fue?

“… ¡Deificación…!”

Mientras la verdad venía a su mente, la boca de Sougetsu formó un arco, pero apretó los dientes al mismo tiempo.

La única cosa que tenía el derecho de volverse Dios era Gungnir quien combinó la habilidad del Cazador de Dioses con la Deificación. El Tesoro Sagrado Cazador de Dioses Lævateinn no tenía la función de deificación.

Mistilteinn igual, era meramente una reproducción de Gungir. Una reproducción fallida que solo copió las características cazadoras de dioses. Como contra medida para los dioses, fue hecha para “Absorber el Poder Mágico” que los dioses tenían.

Una copia degradada, era la manera correcta de decirlo. La única cosa que la vieja humanidad requería, era la habilidad Cazadora de Dioses del Tesoro Sagrado. Eso era suficiente.

Sin embargo, ¿qué tal si Mistilteinn utiliza el Encantamiento Crepuscular para absorber la Autoridad de Dios y la usa sin convertirla en su propio poder mágico?

¿Qué tal si a Mistilteinn se le dio el procedimiento operativo para la Deificación de Gungnir?

—¿No volvería eso posible que Kusanagi Takeru y Mistilteinn se convirtieran en el Dios de este mundo?

La probabilidad era pequeña. El alma de un demonio y un Tesoro Sagrado real era una cosa, pero la combinación de un alma de un demonio y una réplica de un Tesoro Sagrado no sonaba realista.

Sin embargo, no podía decir que era imposible.

Sougetsu abrió los ojos por completo y cubrió su cara con una mano.

“Ha… hahaha… qué sistema… nunca va como quiero, ¡este mundo…!”

Maldijo el sistema de este mundo.

Creado como un ser cazador de dioses él se supone que debería destruir a los dioses junto con los humanos. Sin embargo, los dioses pusieron una fútil resistencia y causaron la colisión de los mundos resultando en un mundo caótico donde los dioses y los humanos se entremezclaron.

Sougetsu consideraba este mundo abominable, pero lo amaba al mismo tiempo. Considerando que el propósito de su vida era matar dioses, destruir el mundo que estaba lleno de magia era un elemento de dios, su razón para vivir.

Con gran alegría estuvo aspirando por la destrucción del mundo. Sin embargo, una vez más obstruir su destrucción, era el legado de los dioses.

A este paso, todo se repetirá. Y había una posibilidad de derrota.

El mundo continuará existiendo, a pesar de estar a un paso de la destrucción.

Sougetsu relajó su cuerpo y miró al cielo oscuro y nublado. La destrucción se volvió distante.

Su deseó se volvió distante.

Si Takeru y Mistilteinn matan a Sougetsu y se vuelven Dios, el mundo continuará existiendo.

Para traer la destrucción, no había opción más que retirarse y morir instantáneamente.

No era realista. No podía dejar la destrucción de este mundo y retirarse.

Sougetsu solo apuesta cuando juega con los corazones humanos.

Nunca apostaría su deseo. “…… muy bien.”

Aplaudió y miró el cielo a lo lejos.

Con su sueño justo frente a él, Sougetsu decidió dejar de alcanzarlo.

Mistilteinn y Kusanagi Takeru.

Los únicos medios para morir. La única existencia en el mundo capaz de destruir este mundo.

Es así de importante la pieza de ajedrez Takeru.

Una mera arma de suicidio, ¿un patético y lamentable peón bailando como Sougetsu quiere… detendrá la destrucción de este mundo y se volverá Dios?

Ridículo.

Era muy ridículo, pero—

“Entonces, solo tengo que matarte.”

—Te aplastaré con todo lo que tengo, Sougetsu juró.

Un viento sopló hacia arriba desde el suelo, meneando su cabello.

Abriendo ambos brazos, miró a Takeru. Las circunstancias dieron la vuelta. A pesar de que llevaba una abrumadora ventaja en cuanto a poder de batalla, no hacía la diferencia en este caso. Personalmente para Sougetsu, él estaba en desventaja.

Experimentó esto por primera vez. ¿La inferioridad es una cosa así de aterradora? Era lo peor. Debido a la posibilidad de ser asesinado, se volvió bueno para nada. No podrá más ver las cosas desde una alta perspectiva. Si es asesinado, él pierde.

Pero,

No tiene opción más que seguir viviendo.

“Matarte y aspirar nuevamente por la destrucción no suena tan mal. Mmm, debería ser divertido.”

Eligió continuar.

“La vieja humanidad logró replicar un Tesoro Sagrado… algún día eso volverá a ser posible. ¡Yo lo haré posible…!”

El objetivo real de crear las Relic Eaters era crear artificialmente un Tesoro Sagrado. Es decir, las Relic Eaters son creaciones fallidas de Tesoros Sagrados. Trató de extraer el poder de Mistilteinn, pero se volvió imposible sin que contratara con una persona con un alma no humana.

Luego Sougetsu trató de hacerlo con el poder real de los dioses restante en él.

Pero al final, era su propio poder. La lógica de los dioses es que no pueden matarse a sí mismos. Con el poder de Sougetsu, era imposible liberar el poder del Cazador de Dioses.

Es por eso que en vez de crear un Tesoro Sagrado, hizo que Takeru y Mistilteinn formaran un contrato, para matarse a sí mismo usándolos. Pensando en ello ahora, fue un error.

Ese error continuó más. Las mujeres de la casa Kusanagi heredan solo el cuerpo de los demonios, sin saber que ellas no heredan el alma de un demonio hizo primero contratar a Mistilteinn con Kusanagi Mikoto, lo que resultó en la formación de la personalidad de Lapis. Mientras pensaba en ello, no había fin para fallos de cálculo.

“Supongo que es mi culpa por ser flojo. Así es como termina. Ya era hora de que finalmente aprendiera.”

Alegre, enojado, Sougetsu se reflejó en su resultado.

Y con degustación, miró hacia la siguiente destrucción. Si ellos tienen que volverse una existencia buscando el asiento de Dios, en ese caso, no puede dejar a Kusanagi Takeru y Mistilteinn con vida.

Era interesante. La dificultad del nivel subió. Además solo había victoria o pérdida, pero ahora la posibilidad de derrota desapareció. Como un dios de la destrucción, sintió que se volvió valioso.

“Kusanagi-kun. De ahora en delante de enfrentaré no como mi peón, sino como mi enemigo.”

El niño de los demonios que ha cortado innumerables seres fantásticos, el contratista del Cazador de Dioses. Si te vas a quitar el collar y rebelarte contra mí, yo, Ootori Sougetsu no te mostraré misericordia.

Muy bien, debo de quebrarte esos colmillos.

Sougetsu una vez más habló las mismas palabras. No como el Presidente de la Academia Antimágica, ni como el Presidente de la Inquisición—sino como el Dios de este mundo.

“—Vengan a mí, ¡gusanos…!”

En la oscuridad retorciéndose, en la rama del árbol rojo, Ootori Sougetsu sonrió como gato.

Perdiendo el control de Kiseki el Hyakki Yakou dejó de devorar el mundo. Eso es lo que Ootori Sougetsu le ordenó.

No importa qué tanto el Hyakki Yakou arruinara el mundo, no importa cuánto se llevara, el mundo no será destruido. La tierra, el aire, el cielo, el universo entero continuará existiendo sin cambio alguno. No era bueno.

Sougetsu quien decidió continuar viviendo, apuntó al Hyakki Yakou no hacia el mundo, sino a un individuo.

A un tonto que era el Cazador de Dioses y pretendía volverse Dios al mismo tiempo—hacia Kusanagi Takeru.

***

《¡Huésped…!》

Al escuchar la voz de Lapis, Takeru dejó de moverse hacia el gran árbol. La tierra tembló al mismo tiempo que el suelo debajo de Takeru se partió.

“¿¡De nuevo…!?”

Además, las hojas de las ramas del gran árbol se volvieron líquido y unos globos oculares aparecieron en ellos, innumerables bocas enseñaron sus dientes y escupieron gritos mientras las hojas se volvían monstruos deformes.

Incluso mientras los mataban, había muchos más. Continuaron saliendo.

“Haa… haa… ¡no tienen fin…!”

Disparando balas de aurora, Usagi se abrió paso eliminando a la armada de demonios justo en frente.

Cada vez que avanzaban, el Hyakki Yakou fluía hacia ellos.

Aun así, eran capaces de avanzar. Si se acercan al árbol poco a poco, hacia donde está Kiseki—serán capaces de alcanzar a Ootori Sougetsu.

《¡Kusanagi! ¡El Hyakki Yakou está actuando extraño! ¡Las células dispersas están convergiendo en un solo punto!》

Ouka reportó desde el cielo por conexión mágica. “¿¡Qué quieres decir…!?”

“No sé, pero ten cuidado… las partes concentradas están—” Se detuvo, y descendió del cielo hacia Takeru.

“… ¡debajo de nosotros!”

En el momento en que Ouka aterrizó, las vibraciones debajo se dispersaban cada que el Hyakki Yakou se retorcía.

Silencio. Un silencio apareciendo en esta situación no era nada más que siniestro.

Cerca de cinco metros frente a Takeru algo estaba retorciéndose dentro de la grieta.

Era un demonio de mediana edad que parecía una mujer.

Envuelta en un miasma oscuro y lo suficientemente grueso que era visible al ojo humano. Su cabello era lo suficientemente largo para alcanzar el suelo y tenía cuatro brazos con largas garras. Tenía una pálida piel agrietada, impensable para que fuera un humano. Vestía un kimono blanco manchado de sangre lo que le hizo a Takeru pensar en una princesa ancestral.

No era una célula con una determinada forma ni una encarnación, se sentía apropiadamente como un individuo.

Su apariencia era algo similar a Kiseki, pero Takeru se dio cuenta a simple vista que su esencia era completamente diferente.

Un miedo que nunca había sentido antes lo penetró hasta el cerebro.

Esta es peligrosa. El alma de Takeru le advirtió que corriera y al mismo tiempo inconscientemente le decía que la destruyera. No sabía por qué su alma estaba tan contradictoria, pero era algo debido al hecho de que tenía el linaje de los Kusanagi.

El clan de los cazadores de demonios, Kusanagi.

Y la variante que apareció frente a él—solo podría ser descrita como “demonio”..

No era un demonio como Kiseki u otra mujer Kusanagi, lo que sería el resultado de una maldición. La maldición se concentra a tal punto de completar esta variante.

No era una parte de Kiseki, era más como la raíz del poder de Kiseki, la fuente del Hyakki Yakou. La maldición puesta en los Kusanagi reproducía un demonio que los Kusanagi destruyeron varios años atrás.

Era como la magia de invocación.

Con el cabello largo fluyendo por su espalda, el demonio abrió la boca.

Su boca estaba llena de varios dientes pequeños, abriéndola tan amplia como si pareciera que su mandíbula fuese a dislocarse, volteó la cara hacia el cielo. Levantando su delgada mano, el demonio hizo aparecer un círculo mágico bermellón debajo de sus pies.

A diferencia de los círculos mágicos usados por Mari y las demás, numerosas letras que parecían símbolos malditos invadieron el suelo.