Ichiban Ushiro No Daimaou (NL)

Volumen 10

Capitulo 3: El Agradable Día Libre De Las Tres Oficiales

Parte 2

 

 

Finalmente, se reunieron en el restaurante de soba una por una.

La perdimos muy bien, gya.

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Ahora podemos descansar y comer algo de soba, ari… ¿¡Qué pasó con lo italiano, arinsu!?

Escogí reflexivamente el lugar más fácil para reunirse, gya. Si comemos algo de soba, bebemos un poco de sake, y buscamos algo de ropa nueva, nos dará hambre otra vez muy pronto, gya.

Deberías saltarte el sake, arinsu.

Las tres abrieron el menú y ordenaron algo ligero. Finalmente, soba dulce, soba normal, y gachas de alforfón fueron colocadas en la mesa.

¿Se mezcla el wasabi en la sopa o lo pones en los fideos, gya?

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Nunca he prestado atención realmente, arinsu.

¿Tú solo puedes comer gachas de alforfón? Oh, eso es cierto, gya.

Las tres alcanzaron sus tazones y continuaron su ridícula conversación hasta que notaron que los otros clientes eran extrañamente ruidosos.

¿Huh?

¿Qué pasa con ella? ¿Quiere comer?

¡No mires!

Todos los clientes estaban mirando en una dirección y murmurando entre ellos. Miraban hacia la ventana en la que se sentaban las tres chicas.

Tengo un mal presentimiento sobre esto, arinsu. Michie se volvió vacilante hacia la ventana.

¡Gya!

– Guga.

Kanna y Arnoul gritaron.

Una L’Isle-Adam estaba pegada a la ventana.

¡Esa es la que estaba siguiéndonos, gya! ¡Pensé que la habíamos perdido, gya!

Ya veo. ¡Ella ha estado dando vueltas y mirando en todas las tiendas y restaurantes, arinsu!

Detrás de la L’Isle-Adam, personas en otras tiendas y restaurantes la observaban inquietamente. Ella estaba atrayendo su atención.

La L’Isle-Adam parecía una niña con brazos y piernas delgados. Una mirada de cerca mostró que tenía la misma cara bien formada que la mayoría de los L’Isle-Adams, pero no parecía estar cuidando su aspecto. En general, parecía una niña de campo enérgica.

Entonces… ¿Quién es ella, gya?

Q-Quién sabe…Ahora que ha llegado tan lejos, ni siquiera puedo adivinar, arinsu.

Kanna y Michie intercambiaron una mirada y dejaron de moverse.

La L’Isle-Adam miró a las tres chicas como un niño que quería una trompeta o un martín pescador que vuela apuntando a un pez en el agua. Su expresión indicaba un entusiasmo imprudente en su interior. Era una expresión inusual para un L’Isle-Adam.

Llevó una mano detrás de su espalda y sacó una pequeña hoz. Luego dejó la ventana y entró por la puerta automática. No hace falta decir que se dirigió directamente hacia las tres chicas.

¿¡Q-Q-Qué pasa, gya!?

Si quieres decir algo, cálmate y dilo, arinsu.


Sin escuchar a Kanna o Michie, la L’Isle-Adam levantó la hoz.

¡Mi nombre es Monami! ¡He venido a derrotar al rey demonio! ¡Primero exterminaré a tres subordinadas del rey demonio!

La L’Isle-Adam que dio el nombre de Monami se lanzó hacia Kanna y bajó la hoz.

– ¡Toh!

Pero solo produjo un ruido bajo y tonto.

Kanna había detenido la hoz capturando la cuchilla entre el pulgar y el dedo índice de su mano derecha.

C-Cálmate, gya. Nadie tan lindo como nosotras podría ser subordinado del rey demonio, gya.

¡Mentirosa! ¡Ustedes están usando el uniforme!

Monami luchó, pero Kanna levantó la voz y a ella al mismo tiempo.


¿El uniforme?

¿El uniforme de la escuela?

Kanna y Michie intercambiaron una mirada.

¡Ese es el uniforme de los subordinados del rey demonio! ¡Así que las exterminaré! – gritó Monami.

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Di lo que quieras, pero yo todavía no lo entiendo, gya.

Sin saber qué hacer, Kanna se quedó en silencio.

Entonces Michie le dio un codazo en el costado.

D-De todos modos, salgamos, arinsu. Estamos causándole problemas al restaurante, arinsu.

C-Cierto. – Kanna asintió. – Eso parece, gya.

Los clientes y los trabajadores estaban mirándolas.

Kanna le pasó su cartera a Arnoul, agarró todo el Soba que pudo meter en su boca, y salió a la calle con Monami todavía colgando de su mano.

¡Oye! ¡Suéltame, cobarde! ¡Enfréntame justamente!

Sí, sí. Entiendo, gya. Pero vayamos a otra parte, gya.

Um, me disculpo por las molestias, arinsu.

Kanna y Michie siguieron bajando la cabeza a las otras personas incluso después de dejar el restaurante.

Como Monami no mostró signos de calmarse, intercambiaron una mirada preocupada.

– Guga.

Arnoul salió después de pagar y señaló al otro extremo del distrito comercial.

Buena idea, arinsu. Vamos al parque, arinsu.

Eso sería lo mejor, gya.

Monami siguió luchando mientras se dirigían al parque.

¡Déjenme ir! ¡Cobardes!

Tú siempre podrías simplemente soltar la hoz, gya. – sugirió Kanna después de llegar al parque.

– dijo Monami al darse cuenta de repente. – Tienes razón.

Ella se soltó, cayó al suelo, y señaló con confianza hacia Kanna.

Ahora que estoy libre, no tienes ninguna oportunidad. ¡Prepárate!

Monami intentó correr hacia Kanna de nuevo – Te dije que te calmaras, gya.

Kanna agitó su mano. Los dedos aún sujetaban la hoz y el mango pasó a unas pocas decenas de centímetros de la cara de Monami. Pero ella saltó hacia atrás con una mirada asustada.

¿¡Un arma!? ¡Cobarde! Ahora lo entiendo. ¡Me dijiste que la soltara para que pudieras robar mi arma! ¡Qué cobarde! ¡Pero no debería haber esperado menos de las subordinadas del rey demonio!

No, no somos sus subordinadas, gya.

Kanna se estaba molestando, pero Monami había perdido los estribos.

Pero entonces Arnoul se puso en el camino de Monami.

¡Nh, sí que eres grande! Monami retrocedió.

Guga, guga, guuga.

¿También estás diciendo que ustedes no son subordinadas del rey demonio?

Monami podía entender las palabras de Arnoul. Y luego ella comenzó a usar un lenguaje comprimido que podían entender otros L’Isle-Adams.

Guga, guuga, guga, guga, guga, guguguga.

¿Eh? ¿El rey demonio va a la escuela a la que pertenece el uniforme, pero no se ha apoderado de ella? ¿Y hay muchas otras personas que quieren exterminar al rey demonio, pero todas han renunciado después de fallar? ¿En serio?

Monami repitió lo que estaba diciendo Arnoul.

Arnoul también le había transmitido mucha más información, pero parecía que Monami solo había entendido eso. Pero eso fue suficiente.

– Ya veo… – Ella bajó la vista con una mirada triste. – Yo solo quería derrotar al rey demonio. No debería haberles hecho eso a ustedes tres. Lo siento.

Monami bajó la cabeza profundamente.

Siempre que lo entiendas, gya. Si has aprendido tu lección, deja de hacer cosas estúpidas, gya. No ataques a cualquiera solo porque estén usando este uniforme, gya.

Con eso, Kanna regresó la hoz.

Monami la guardó en su cintura y comenzó a alejarse.

Michie puso una mirada amarga mientras la veía irse.

Siento que hemos hecho algo equivocado, arinsu.

¿Qué más podríamos haber hecho, gya? Además, si ella es una L’Isle-Adam, ¿por qué es una niña pequeña y por qué es tan estúpida, gya?

Kanna frunció sus labios.

– Guga. – respondió Arnoul.

Según ella, L’Isle-Adams niños eran creados para ancianos sin hijos y nadie a quien cuidar. Sin embargo, a menudo cambiaban de dueño debido a la muerte de su comprador. Y cuando uno se quedaba en un lugar el tiempo suficiente para obtener un sentido de sí, nadie los compraba y terminaban ayudando con trabajo ligero como la jardinería.

Además, hay una buena probabilidad de que este tenga algún tipo de defecto, arinsu.

El tono de Michie era oscuro.

Pero ella debe tener un propietario, gya.

Aunque lo tenga, no podemos contactarlo en este momento y su habilidad de comunicación telepática probablemente esté rota, arinsu.

Michie se encogió de hombros ante la explicación de Arnoul.

Un silencio incómodo siguió.

B-Bueno, vayamos a comer algo de pizza, gya. Ya no puedo saborear el Soba, gya.

Kanna forzó una sonrisa.

E-Es cierto, arinsu. – dijo Michie torpemente. – Incluso Arnoul está diciendo que deberíamos evitar tener algo más que ver con ella, arinsu.

Ella y Kanna envolvieron los brazos alrededor de los hombros de la otra y comenzaron a caminar.

¡Disfrutemos el saltarnos el trabajo, gya!

¡Disfrutemos nuestro día sin la presidenta, arinsu!

Sus movimientos eran exagerados, pero tenían una mirada muerta en sus ojos mientras iban a ver las tiendas. Sus voces que reían sonaban vacías.

Esto es divertido, gya.

Realmente lo es, arinsu.

La cantidad de silencio creció naturalmente. Y durante ese silencio, escucharon un horrible sonido detrás de ellas.

¡Crash!

Se dieron la vuelta con un muy mal presentimiento sobre lo que encontrarían. Como era de esperar, encontraron a Monami. Y peor aún, parecía haberse tropezado mientras se lanzaba contra un hombre sentado fuera de una cafetería.

Gya, gya…

Esto es horrible, arinsu…

Kanna y Michie pusieron sus cabezas entre sus manos. El hombre claramente no era solo un cliente normal de la cafetería. Llevaba un traje de colores brillantes y tenía muchos accesorios de metal de colores extraños colgando.

– ¡Prepárate, subordinado del rey demonio!

Después de tirar uno de los asientos de la cafetería, Monami comenzó a decir las mismas cosas que antes.

Por suerte, el hombre simplemente se sorprendió y aún no se había enojado.

Kanna y Michie intercambiaron una sonrisa amarga.

¿Deberíamos hacerlo, gya?

¿Tenemos alguna otra opción, arinsu?

Michie asintió y Kanna comenzó a correr. Kanna saltó, agarró a Monami, y se dio la vuelta inmediatamente. Michie saltó luego, arregló la silla y la mesa, y se inclinó con demasiada rapidez para que cualquiera discutiera.

– ¡Lo siento mucho, arinsu! ¡Adiós!

Luego salió corriendo aún más rápidamente que Kanna.

Uff…No puedo creer esto, gya.

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Te dijimos que dejaras eso, arinsu.

Después de escapar a algún lugar u otro, comenzaron a reprender a Monami mientras Kanna la sujetaba.

Pero Monami solo pareció disgustada y no dijo nada.

– Guga.

Arnoul finalmente se rindió e hizo una pregunta, pero Monami repitió lo que había dicho antes.

Pero tengo que derrotar al rey demonio.

Y nosotras te dijimos que te detuvieras, gya. Monami sacudió su cabeza.

Tengo que derrotarlo.

Sabes, si realmente piensas eso, ¿por qué estás atacando indiscriminadamente a la gente, gya? ¿Realmente no sabes quién es el rey demonio, gya?

Pero Monami negó la acusación de Kanna.

Él es Sai Akuto de la Academia de Magia Constante.

Si sabes eso, ¿por qué vas por ahí al azar, gya?

El rey demonio tiene muchos subordinados. Es natural derrotarlos y acumular experiencia.

Lo que dijo tenía lógica, pero ella no mostró ninguna señal de progreso y estaba atacando a las personas equivocadas.

Él no tiene tantos subordinados y la emperatriz está reprimiendo su poder actualmente, gya.

Kanna continuó discutiendo, pero Monami se negó a creerle.

Él tiene subordinados por toda la ciudad y muchos de los estudiantes son sus subordinados.

Ya te dijimos que no es así, gya.

Kanna no sabía qué más decir, pero de repente Michie juntó sus manos.

¿Entonces qué tal si te guiamos, arinsu?

¿Eh?

Kanna y Monami dejaron salir voces de sorpresa.

Michie luego le susurró a Kanna al oído.


No conozco la situación exacta, pero esto es solo un juego de niños, arinsu. Si se requiere, podemos llamar a Sai Akuto y hacer que juegue con ella un poco, arinsu.

Ya veo, gya. – Kanna aceptó. – Está bien, gya. Podemos ayudarte, gya.

Bajó a Monami y golpeó su propio pecho.

¿Ayudarme?

Así es, gya. Te llevaremos con Sai Akuto, gya. Lo combatiremos contigo, gya.

Kanna sonaba confiada.

Con Akuto, ellas podían atacar con toda su fuerza y no tenían que preocuparse. Y ver la intensidad de esos ataques sorprendería a Monami lo suficiente para creer que el rey demonio había sido derrotado.

Sin embargo…

– ¡Entonces vamos! Vengan conmigo.

Monami tomó el liderazgo y comenzó a caminar.

Actuaba como si fuera la líder.

Dijimos que nosotras te guiaríamos, gya.

Pero Kanna no podía llegar a ella.

Como dije, tenemos que hacer esto en orden. Sé donde están sus subordinados. Esto solo significa que no necesito acumular experiencia. Ustedes son muy fuertes, después de todo.

Tomó grandes zancadas hacia adelante mientras hablaba.

Las otras tres la siguieron rápidamente.

¿Eh? ¿Sabes dónde están sus subordinados, arinsu?

Así es. Lo investigué. ¡Ahora, vengan conmigo, subordinadas!

Monami levantó alegremente su hoz y siguió caminando.

Espera… ¿A dónde vas, gya?

Ya se los dije: a donde están los subordinados del rey demonio.

Ella se dirigía hacia un distrito residencial normal.

– ¿Por qué estamos aquí, arinsu?

Michie estaba confundida, pero Monami se detuvo frente a un pequeño apartamento.

¿Qué? ¿Es aquí, gya?

Monami no le respondió a Kanna y caminó rápidamente hasta el apartamento. Recogió un bloque del suelo, lo sostuvo sobre su cabeza con ambas manos, y lo estrelló contra la ventana.

¡Crash!

¡Gya!

¡Ee!

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Un gran sonido de destrucción resonó, haciendo que Kanna y Michie gritaran sorprendidas.

– ¿¡Qué demonios estás haciendo!?

Un hombre con una camisa holgada asomó la cabeza por la ventana. Tenía la cabeza afeitada. De hecho, ni siquiera tenía cejas. Claramente no era una persona normal.

¡E-Escapen, gya!

¡Esto no es bueno, arinsu!

Kanna y Michie comenzaron a huir, pero Monami actuó antes de que pudieran.

– Toh.

Soltó un grito tonto de esfuerzo y clavó la punta de su hoz en la cabeza del hombre rapado.

– ¡Gyaaaa!

– ¡Eeeeeeeeee!

Kanna y Michie gritaron aún más fuerte.

La sangre fluyó de la cabeza del hombre rapado. Solo había recibido una pequeña puñalada, pero hizo un maravilloso trabajo sangrando.

– ¿¡Qué demonios!? – rugió el hombre.

Kanna y Michie mirando alrededor preparándose para correr, pero Arnoul murmuró “guga” y señaló más allá del camino. Un hombre que parecía molesto se acercaba corriendo. Era el hombre que Monami había tratado de atacar en la cafetería.

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¿Él está relacionado con esto, arinsu?

¿Q-Qué se supone que debemos hacer, gya?

Mientras Michie y Kanna murmuraban confundidas, el hombre rapado agarró a Monami y la levantó.

¡Déjame ir! ¡Deja de hacer eso!

¡No me menosprecies, mocosa!

El hombre rapado puso una mirada increíblemente enojada y era claro que algo malo iba a pasarle a Monami.

¿D-Deberíamos hacerlo, gya?

N-No estoy segura, arinsu.

Kanna y Michie sudaron.

No era que no estuvieran confiadas en su habilidad para ganar. Estaban preocupadas por lo que le pasaría a un oponente cuya habilidad no pasaba cierto punto.

Mientras dudaban, Arnoul corrió rápidamente.

– ¡Guga!

Tomó a Monami y golpeó lejos la hoz que el hombre rapado estaba tratando de sacar de su cabeza y clavarla en Monami.

– ¡Tsk! ¿¡Quién demonios eres!?

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Con ese grito, el hombre rapado extendió su mano derecha. La mano brilló y disparó una esfera de mana hacia Arnoul.

– ¡Guga!

Arnoul la desvió fácilmente, pero el uso de magia del hombre significaba que Kanna y Michie podían actuar.

¡Si están atacando en la ciudad, significa que son magos negros, gya!

¡En ese caso, no necesitamos contenernos, arinsu!

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