Ano Orokamono ni mo Kyakkou wo! (NL)

Volumen 5

Epilogo: Una Mujer

Una mujer mira hacia el cielo estrellado en el balcón del castillo.

La mujer llevaba un vestido exquisito que seguramente haría que cualquier chica se pusiera

verde de envidia.

Su cabello rubio brillante hasta los hombros se balancea ligeramente con la brisa nocturna, cerró los ojos con satisfacción.

La mujer caminó silenciosamente hacia las barandillas y se inclinó sobre ellas, extendiendo

la mano hacia las estrellas en el firmamento.

— Princesa, espero que no estés planeando escaparte por la noche.

El hombre que emergió de la esquina del balcón era un hombre mayor que llevaba un traje

formal completo con un abrigo de cola.

Su cabello blanco está cuidadosamente peinado hacia atrás, y su bigote es del mismo color que su cabello e igualmente bien cuidado.

Su postura es como la de un retrato, de pie, erguido y sin tambalearse ni un centímetro.

— Abuelo, ¿no crees que es un poco grosero entrar a escondidas en el dormitorio de una mujer?

— Mis disculpas. Aceptaré cualquier reprimenda que pretendas darme, pero por ahora… ¿Puedes por favor soltar esa cuerda?

— Tsk.

Soltó la cuerda que había sido pintada de negro para mezclarse con la noche, que hizo un

fuerte plop cuando cayó al suelo.

— Lo dejaré pasar esta noche, abuelo. Se agradecido.

— Oh, para que admitas la derrota tan fácilmente, ¿ha pasado algo? Por lo general, te habrías rendido luego usar dardos con veneno paralítico y magia ofensiva.

— Vamos, no hay razón para que recurras a tales actos bárbaros. Ohohoho.

Ella disimuladamente pateó el dardo con punta la punta envenenada fuera del balcón.

La batalla entre la princesa que desea escaparse del castillo y los mayordomos y las criadas

que intentan detenerla es bien conocida en estas partes, y hoy no es nada especial.

— Bueno, está bien dejarlo así por hoy. Aun así, ¿sucedió algo? Pareces mucho más feliz de lo habitual.

— Oh, ¿te diste cuenta? Me estaba divirtiendo imaginando a esa chica reuniéndose con él.

— Esa chica de la que estás hablando… Así que esa conmoción fue tu trabajo, como sospechaba. Aunque estoy seguro de que sabes lo importante que es para nuestro país…

El mayordomo puso una mano sobre su frente y sacudió la cabeza. A pesar de que tenía una

idea de ello, parece que aprender la verdad todavía fue un shock para él.

— Abuelo, no hay necesidad de preocuparte porque intente volver a escaparme. Pasado mañana nos vamos al Reino de Belzerg, ¿verdad? Estoy ansiosa por este viaje, así que hasta entonces prometo no hacer nada estúpido.

— Si prometieras hacer eso para siempre en lugar de solo dos días, la vida de este anciano sería mucho más fácil.

— Bueno, tendrás que proporcionarme un mejor trato.

Después de escuchar palabras tan despreocupadas, el mayordomo dio un profundo suspiro, antes de desaparecer rápidamente del balcón.

— Laine, estoy ansioso por ver cómo has cambiado. Fufu.

La princesa susurró a la brisa nocturna.