Bungo Stray Dogs (NL)

Volumen 5

Capitulo 5: Sorpréndeme

Parte 2

Innumerables espirales rojas destellaron en la sala de recolección mientras la esfera roja de luz brillaba con mayor intensidad. Era como si la propia [Draconia] hubiera cobrado vida y estuviera ejerciendo su desbordante poder. Cientos, miles de habilidades fueron devoradas por la luz cada vez mayor hasta que comenzó a succionar el cadáver de Osamu Dazai. Su cuerpo flotó en el aire antes de ser tragado lentamente por la luz. Fyodor, que había estado observando alegremente el orbe desenfrenado, expresó cierta sorpresa.

—…Eres un hombre codicioso, Dazai —Entrecerró los ojos cuando vio a Dazai fusionarse con la luz— Incluso en la muerte, todavía planeas ver la desaparición de esta ciudad.

El cuerpo de Dazai se fundió en la fotosfera roja. Inmediatamente, la luz se expandió por toda la habitación como una explosión, rompiendo las ventanas de vidrio. Fyodor observó cómo el remolino de luz se dirigía hacia el mundo exterior, luego le dijo a la calavera en su mano:

—Permíteme iluminarte, ya que fui tu primer amigo. ¿Alguna vez te detuviste a considerar por qué mi habilidad no se separa de mí dentro de esta niebla?

Las habilidades se separarían de sus usuarios e intentarían matarlos si alguna vez entraban en contacto con la niebla. Nada podría cambiar eso. Por eso la Agencia Armada de Detectives se vio obligada a luchar contra sus propias habilidades y por eso la habilidad de Dazai finalmente se separó de él cuando murió. Sin embargo, Fyodor no fue asesinado por su habilidad. ¿Pero por qué?

Los pasos de Fyodor resonaron en [Draconia] mientras caminaba lentamente por la habitación como si esa fuera su respuesta. Se detuvo para recoger una manzana, pero cuando la alcanzó, había un cristal rojo brillante en “su” mano, un hombre que parecía idéntico a Fyodor. “Él” tomó la manzana mientras Fyodor sostenía el cráneo. Levantaron sus objetos esféricos en el aire de espaldas y susurraron:

—Yo soy crimen.

—Yo soy castigo.

Sus voces idénticas sacudieron a [Draconia]. Era como si los ecos fríos y rígidos ridiculizaran y jugaran con toda la situación.

—¿Lo sabías? —dijo Fyodor riendo mientras sostenía el cráneo en alto.

—El crimen y el castigo son amigos muy cercanos —continuó el otro Fyodor, sonriendo mientras sostenía la manzana. Se enfrentaron en direcciones opuestas pero sentían lo mismo. Podían sentir la luz roja que rodeaba Skull Fortress. Recitaban sus líneas alternativamente:

—Los límites desaparecerán.

—La habitación despertará.

La luz roja se hinchó ante sus ojos y la sedujeron con sus dulces palabras.

—Encarnación de la muerte, señor de la niebla que consume habilidades.

—Destruye, devora y desata tu furia como tu instinto y tu corazón deseen.

Sus ojos violetas se arrugaron cuando sus labios se curvaron en una sonrisa.

Entonces, una luz salió disparada de la fortaleza como si estuviera siguiendo sus órdenes. El resplandor ilimitado comenzó a tragar el mundo en una niebla roja que creció exponencialmente por segundo hasta que finalmente tomó la forma de una bestia gigante. Se enroscó alrededor de Skull Fortress bajo la pálida luz de la luna y cobró vida. La imponente criatura consumió la luna, se envolvió entre las nubes y dispersó la niebla. Incluso Skull Fortress parecía no ser más que un juguete infantil en presencia de la digna bestia.

Su serpenteante cuerpo estaba cubierto de escamas brillantes y una majestuosa y larga melena. Seguramente podría aplastar un edificio con sus manos de reptil. Cada uno de sus sádicos colmillos era mucho más grande que cualquier humano. Era una criatura rara igualmente malvada y divina.

Un dragón.

Fyodor observó con una sonrisa casi escalofriantemente hermosa cómo la criatura, que ni siquiera se suponía que existiera en el mundo del hombre, aparecía ante él.

—Esto no es una pérdida de control ni una singularidad —dijo como si estuviera recitando un oráculo— El dragón es la verdadera forma del caos dentro de todas y cada una de las habilidades.

El dragón descendió sobre Yokohama y rugió, dando a conocer su presencia al mundo.

***

—¡¿Un dragón…?!

Los ojos de Akutagawa se ensancharon mientras corría hacia Skull Fortress. Justo más adelante había un enorme dragón que parecía estar protegiendo la torre. Kyouka, que corría cerca del lado de Akutagawa, se mordió el labio cuando vio a la criatura también.

Un enemigo extraordinariamente gigantesco se interpuso en su camino. Podían verlo con sus ojos, sentirlo en su piel. El feroz poder del dragón se sintió casi aplastante.

***

Incluso la División Especial de Poderes Inusuales que observaba a Skull Fortress desde un satélite, instantáneamente se dio cuenta del dragón.

—¡Los valores de singularidad están aumentando! —chilló un miembro del personal desde la sala de operaciones de la División. Los valores que se muestran en la pantalla del operador aumentaron a medida que se sentía abrumado por el miedo y el pánico— ¡Son dos, no, 2.5 veces más altos que hace seis años!

La expresión de Ango Sakaguchi se tensó ante la luz roja que representaba el nivel de riesgo. La División Especial ya había tomado todas las medidas disponibles. No quedaba nada que pudieran hacer, pero tampoco podían simplemente sentarse y mirar. Ango sudaba sangre por estar rezando y preocupado. Golpeó el escritorio con el puño y preguntó:

—¡¿Dónde está A5158?!

Antes de que el operador pudiera contestar, una voz gritó por la radio:

—¡Cálmate, maldito maricón!

***

—Empieza a sentirse cálido y agradable aquí.

Nombre en clave: A5158 —Chuuya Nakahara, el hombre que acababa de gritarle a Ango por la radio, sonrió con evidente satisfacción.

Flotando en el cielo sobre la niebla y las nubes de Yokohama estaba el Swan⁸, el avión utilizado por la División Especial de Poderes Inusuales para operaciones sensibles. Sus alas giratorias levantaron viento mientras rugían.

La habitación se estremeció y la escotilla se abrió lentamente. La luna redonda apareció ante la vista de Chuuya junto con el aire frío de la noche. La luna era especialmente hermosa ya que colgaba en el cielo despejado. Su brillante brillo iluminó a la ciudad cubierta de niebla y al dragón colosal que parecía que podría consumir la ciudad en un abrir y cerrar de ojos. Era como algo salido de un sueño y, sin embargo, tanto la niebla como el dragón eran reales, y no se podía negar que ambos trajeron destrucción.

—Chuuya —llegó la voz apagada de Ango por la radio mientras Chuuya entrecerraba los ojos y miraba a Yokohama— Lo más probable es que ya se haya deshecho de Dazai. ¿Entiendes a lo que me refiero?

Chuuya se quitó los guantes y respondió —No me importa.

—¿Está seguro? —preguntó Ango— No podrás recibir tu recompensa. No podrás quitarme la vida si…

—No seas arrogante —se burló Chuuya, interrumpiendo a Ango. Nadie pudo ver la expresión de Chuuya mientras se preparaba para saltar del avión sobre Yokohama. Solo su voz tranquila llegó a Ango— No eras nadie hace seis años, sólo un agente encubierto de bajo nivel —continuó Chuuya como si lo entendiera todo— Ni un solo alma te prestó oído incluso cuando te opusiste a involucrar a Shibusawa. ¿Me equivoco?

Ango se quedó en silencio.

—Probablemente mi ano esté hablando por mí pero… —murmuró Chuuya, casi para sí mismo— Estoy dispuesto a apostar que ese idiota de Dazai está ahí —Estaba viendo al dragón causar estragos en Yokohama, y su instinto le decía que Dazai estaba dentro de la criatura— Y no estaré satisfecho hasta que le dé un puñetazo en su estúpido rostro— declaró antes de agregar un breve “hasta luego” y colgar rápidamente.

—…Cuento contigo.

Ango reflexionó sobre el hecho de que era impotente, y todo lo que tenía era la amarga pena en su corazón. No sabía si sus palabras —su oración— llegaron a Chuuya.

• Swan: Cisne en español
  

Independientemente, Chuuya había tomado esta decisión por sí mismo y ahora estaba parado en la escotilla trasera del Swan, mirando hacia el mundo de abajo.

—Llegaremos al destino en breve —dijo una voz.

Miró en la dirección de donde venía y vio a una mujer con traje, ojos almendrados y el pelo largo recogido en un moño. Chuuya la miró y reflexionó brevemente sobre algo antes de levantar una ceja.

—Oh, te recuerdo. Eras-

—Tsujimura —Se presentó y miró fijamente a Chuuya—¿…Seguro que quieres hacer esto?

—Sí.

—¡No tiene sentido! —Tsujimura le lanzó una mirada penetrante— ¡Es un infierno ahí abajo! —En su mente, el dragón de abajo era claramente un monstruo que excedía la comprensión humana. Luchar contra él no sería diferente al suicidio— No hay forma de que puedas derrotar a esa cosa. Los usuarios de habilidades siguen siendo humanos. Tu exceso de confianza hará que te mates —declaró.

Pero Chuuya simplemente resopló.

—Eso todavía no significa debas acobardarte y huir —respondió sin rodeos antes de dar un paso audible hacia adelante— ¿Sabes cuándo está bien acobardarse y huir?

El abrigo de Chuuya se agitó salvajemente con el viento. Desconcertada por lo que quería decir con su pregunta, Tsujimura negó con la cabeza.

—No. ¿Cuando?

—Nunca.

—…!

Chuuya la liberó de su desconcierto y corrió hacia adelante con seguridad. Luego saltó de la escotilla y se dirigió al cielo, completamente confiado en el camino que había elegido. La presión del viento empujaba contra su cuerpo y la ráfaga de aire cortaba su piel. Al momento siguiente, sintió que el dragón acechando a Yokohama lo miraba a los ojos.

—¡Oh, otorgantes de la oscura desgracia, no me despierten de nuevo! —Chuuya murmuró en voz baja.

Las marcas de la habilidad de Chuuya comenzaron a subir por sus brazos y emitieron un brillo que se hizo más brillante hasta que todo su cuerpo estuvo cubierto. Estaba lleno de inmenso poder.

La corrupción había comenzado. Ni siquiera el propio Chuuya podría detenerlo ahora.

Al manipular la gravedad, apartó la niebla para no tocarla antes de aterrizar en la azotea de un edificio, que destruyó simultáneamente. El hormigón se agrietó bajo sus pies, haciendo que la grava volara por los aires. Luego corrió por las losas de hormigón roto hacia el dragón.

***

—Guau… —Tsujimura no pudo evitar murmurar mientras miraba a Chuuya desde la aeronave— Se está volviendo más y más alto.

Ango entró por la radio mientras monitoreaba las imágenes satelitales y los aparatos de medición —Su habilidad es la manipulación de la gravedad.

La habilidad de Chuuya Nakahara, [Upon the Tainted Sorrow]⁹, era extremadamente poderosa.

—Sin embargo… —continuó Ango en tono grave— en este estado de corrupción, habiéndose convertido en gravitones, ya no puede controlar ni desactivar la habilidad.

—¿Estás diciendo que va a hacer estragos hasta que muera? —Tsujimura se puso pálida.

—Solo la habilidad de anulación de Dazai puede detenerlo —confesó Ango en voz baja— Sin eso, Chuuya está…

—¡No…!

Ni Ango ni Tsujimura dijeron nada después de eso. Todo lo que pudieron hacer fue vigilar a Chuuya mientras dispersaba la niebla con una fuerza increíble.

***

Tsujimura, Ango y el resto de la División vieron a Chuuya saltar de una losa flotante de concreto a otra, dirigiéndose hacia el dragón. Pero el dragón finalmente sintió la presencia de Chuuya y lanzó docenas de rayos de luz desde su cola. Cada rastro de luz tomó la forma de un dragón antes de atacar y contener a Chuuya. Él, sin embargo, inmediatamente atravesó a los dragones y se liberó de su jaula. Luego creó una enorme bala de gravedad con su mano derecha y la lanzó directamente a la nariz del dragón. En ese mismo momento, la criatura abrió la boca y disparó un rayo de luz a Chuuya.

• Upon The Tainted Sorrow: Puede traducirse como “Sobre el Dolor Corrompido”
  

Sus ataques chocaron. La explosión enterró el cielo en luz y envió a Chuuya volando hacia atrás. Fue disparado hacia abajo sin siquiera un momento para manipular la gravedad antes de estrellarse contra el suelo. El pavimento de piedra se hizo añicos salvajemente, enterrando a Chuuya debajo de los escombros. No podía moverse.

El dragón cerró la boca y la luz comenzó a atenuarse. La batalla pareció terminar en cuestión de segundos. Pero en el momento siguiente…

Chuuya se levantó de la niebla con algo enorme en sus manos: un edificio.

Todo un edificio desafiaba la gravedad y flotaba en el aire. Chuuya levantó la estructura, que tenía más de tres pisos de altura, y se la arrojó al dragón.

Un golpe. Dos golpes.

Chuuya rugió como una bestia mientras golpeaba el edificio contra su enemigo. Era difícil imaginar a alguien tan pequeño librando una batalla de esta escala. Después de recibir algunos golpes del enorme edificio, el dragón abrió la boca una vez más para desatar otro rayo de luz.

Tres golpes.

Chuuya metió a la fuerza todo el edificio dentro de la boca del dragón. El suelo tembló cuando el edificio aplastó al dragón, que luego destruyó el edificio. La concentración extremadamente alta de energía —el dragón— chocó con la enorme masa de la estructura, distorsionando el espacio a su alrededor. La bola de energía que brillaba en la parte posterior de la garganta del dragón había perdido su único punto de salida y explotó dentro de su cuerpo. Chuuya luego usó esta apertura para levantar su puño en el aire y lanzar al dragón innumerables balas de gravedad, aprovechando hasta la última gota de fuerza que tenía.

—¡Dazai!

Su grito sacudió el aire cuando otra bala atravesó al dragón. La criatura se retorció y todo su cuerpo se iluminó como si no pudiera soportar más.

Hubo un destello de luz. El dragón desapareció repentinamente, dejando solo un brillo carmesí a su paso. La niebla fue arrastrada, desintegrada por llamas abrasadoras, y la luz brillante envolvió a Skull Fortress. La torre oscura y amenazante se rompió en pedazos que lentamente comenzaron a desmoronarse bajo la luz silenciosa y cegadora hasta que dejó de existir.

Mientras tanto, en el centro de esa luz, Chuuya se acercaba al cadáver flotante de Dazai. Mientras la sangre corría por su cuerpo, apretó su puño y golpeó a Dazai en la mejilla. El violento golpe sacó el cuchillo de la espalda de Dazai, y Chuuya escuchó algo estallar, como si la pastilla en la boca de Dazai hubiera sido aplastada por el impacto.

La cápsula con su color rojo venenoso y blanco puro se abrió en la boca de Dazai, liberando la solución medicinal en el interior. El líquido viscoso se deslizó por la garganta de Dazai hasta que, finalmente, dedos largos y delgados tocaron el rostro corrupto y espantoso de Chuuya. Cuando hicieron contacto, anuló instantáneamente su habilidad.

—¿Usaste [Corruption] porque creías en mí? Me vas a hacer llorar… —dijo una voz tranquila. Era la voz de un hombre que se suponía que estaba muerto.

Sin siquiera mostrar una pizca de sorpresa, Chuuya respondió —Sí, confiaba en que eras demasiado astuto y terco para morir.

La corrupción en el cuerpo de Chuuya ya había desaparecido. Dazai lo había anulado. Puso una mano en la mejilla de Chuuya donde había sido golpeada y sonrió levemente.

—¿Así es como despiertas a Blancanieves? Un poco violento, ¿no te parece?

—Oye, tú eres quien escondió ese antídoto en tu boca sabiendo que te iban a dar un puñetazo en la cara —se quejó Chuuya, haciendo que su disgusto no fuera un secreto.

Todo había salido de acuerdo al plan de Dazai. Fyodor fingiendo trabajar con él mientras conspiraba en secreto con Shibusawa, su plan para envenenar a Dazai, la División Especial para Poderes Inusuales que envió a Chuuya y finalmente, Chuuya golpeando el cadáver de Dazai: todo fue como Dazai había anticipado.

La luz —un remanente del dragón— se desvaneció lentamente y las innumerables piezas, pequeñas y grandes, que hicieron colapsar Skull Fortress. Dazai cayó entre los escombros, seguido por Chuuya, quien aterrizó justo encima de él.

Chuuya frunció el ceño. Trató desesperadamente de levantarse, pero apenas podía mover un músculo.

—Suéltame —exigió, pero Dazai lo mantuvo quieto.

—No te muevas.

—¿Qué demonios?

Chuuya hizo una mueca cuando Dazai bajó la cabeza. Mientras miraba a su alrededor, Dazai admitió —Parece que la niebla aún no se ha despejado por completo, y preferiría no tener que protegerte de tu habilidad en este momento.

La ceja de Chuuya se movió

—¿Todavía no ha terminado…?

—…Probablemente solo esté comenzando —respondió Dazai con una expresión seria.

—Maldita sea… —gruñó Chuuya con frustración mientras trataba de sentarse. Pero

no pudo hacer mucho, especialmente con Dazai sujetándolo— Ni siquiera puedo…

mover mis dedos…

Su última gota de energía se agotó, y se desmayó de inmediato. Dazai lo miró, luego volvió su mirada hacia los restos de Skull Fortress. La punta de la torre derrumbada aún permanecía mientras se erguía entre las ruinas. Dazai miró fijamente la fortaleza como si se estuviera enfocando en alguien dentro, luego murmuró:

—Esto era lo que esperaba, pero el resto… está en sus manos.

La punta de la torre comenzó a brillar con una luz sospechosa.

La noche aún era joven y la fiesta apenas había comenzado.

El dragón cambió de forma silenciosamente.

***

“Actúas como si supieras todo, pero en realidad no sabes nada”.

Una voz serena hizo eco dentro del salón parcialmente destruido. De pie en el centro de la habitación, que alguna vez fue el piso más alto de Skull Fortress, estaba Fyodor. Todavía sostenía el cráneo de Tatsuhiko Shibusawa, sin inmutarse ni por el dragón ni por la destrucción. Suavemente soltó el cráneo, pero siguió flotando en el aire. Fyodor sonrió cuando pareció hablar con el cráneo que flotaba en el aire.

—No hay forma de detener la niebla ahora —susurró— La tierra se convertirá en un fruto de muerte; una manzana mortal…

Luego implantó un fragmento de cristal en la frente del cráneo. Una luz roja parpadeó. No era más que un modesto regalo de él; un fragmento del cristal que reunía habilidades. Fyodor había tomado el cristal que le había ofrecido a Dazai y escondió en secreto un pedazo de él.

—Y con esto, te convertirás en una singularidad —se jactó.

Se producía una singularidad cuando varias habilidades interactuaban para producir un nuevo resultado. Nadie sabía exactamente qué habilidades podrían combinarse para crear una singularidad, y mucho menos qué efecto tendría dicha singularidad. Y, sin embargo, Fyodor creó una intencionalmente y continuó dirigiendo la situación a su favor.

El cráneo tembló cuando comenzó a absorber los restos del dragón que Chuuya había destruido.

Comenzó la singularidad.

Venosas bandas rojas nacidas del cráneo se retorcieron en el espacio y el tiempo hasta que al cráneo se le dio un nuevo cuerpo de carne y hueso. Fyodor lo vio brillar mientras las bandas rojas se curvaban a su alrededor, creando una forma única. Lentamente tomaron forma unos dedos pálidos y un largo cabello blanco ondeó al viento.

***

Atsushi todavía estaba parado congelado en la habitación mientras Chuuya estaba derrotando al dragón y Fyodor estaba creando la singularidad. Al otro lado de la puerta que había aparecido en medio de la niebla había un recuerdo de lo que sucedió hace seis años. Era la habitación donde Atsushi había pecado. La víctima, Tatsuhiko Shibusawa, de repente declaró:

—Ahora lo recuerdo todo.

Shibusawa recordó claramente los eventos de hace seis años.

Fyodor lo había tentado para que fuera al orfanato donde torturó a un joven Atsushi… hasta que Atsushi se defendió y lo mató. Ahora todo tenía sentido para él. Shibusawa siempre había estado buscando algo. Había estado buscando la pieza que faltaba: los recuerdos que había perdido seis años antes.

Había creído que la habilidad de Dazai era la clave para resolver el misterio, y sabía que si liberaba una cantidad tan grandiosa de niebla dentro de Yokohama, podría atraparlo. Tal como esperaba, Dazai se acercó a él, fingiendo estar de su lado para poder deshacerse de la niebla. Shibusawa vio a través del plan de Dazai, pero lo recibió con los brazos abiertos y fingió ignorancia, luego esperó su oportunidad de atacar. Dazai bailó en la palma de su mano, tal como esperaba. Poco sabía Dazai que Fyodor realmente estaba trabajando con Shibusawa, y bajó la guardia. Ese fue el momento que Shibusawa había estado esperando.

Y entonces Shibusawa lo mató.

Pero estaba equivocado.

La habilidad de Dazai no era lo que buscaba Shibusawa. La clave para llenar los vacíos en sus recuerdos no fue la habilidad de Dazai, sino la de Atsushi. Y más importante…

—Después de todo este tiempo lo que realmente buscaba no eran habilidades, sino la chispa de la vida que resiste la propia habilidad y prevalece sobre el propio destino… Como la chispa que me mostraste.

Una chispa con sed de vida. Eso era lo que Shibusawa había estado buscando, y nada le producía mayor alegría que experimentar esa chispa. Incluso hace seis años, probó innumerables hipótesis para lograrlo.

Shibusawa se sintió abrumado por la dicha. Fue su primera prueba de felicidad. Y ahora, el dueño de la chispa había aparecido una vez más ante él. Atsushi era el único que podía concederle luz.

Shibusawa fijó su fiera mirada en Atsushi. Quería experimentar esa alegría una vez más y dejó en claro su deseo.

—Tu alma demostró esa voluntad de vivir cuando me mataste… ¡Así que muéstrame tu alma: tu chispa!

Los pálidos dedos de Shibusawa se desmoronaron y su cabello blanco comenzó a desvanecerse.

***

Mientras Shibusawa desaparecía lentamente de la habitación de los recuerdos del pasado, su cuerpo tomó forma simultáneamente alrededor de su cráneo en [Draconia]. Las bandas rojas de luz se formaron en su carne como un lagarto regenerando su cola. Un nuevo dragón nació de la singularidad utilizando el cráneo y el cristal rojo como recipiente. El abrigo blanco del joven cubría su suave y pálida piel, y su largo cabello blanco ondeaba al viento. Solo podría ser descrito como hermoso si no fuera por las grandes cicatrices en forma de garras que estropean su rostro. En su frente había un cristal rojo que recordaba al cuerno de un dragón. Sus ojos carmesí se arrugaron con una sonrisa sádica y vacía. Tatsuhiko Shibusawa había renacido como una forma de vida similar a una habilidad, un ser divino que ejercía el poder del dragón.

Pero su deseo seguía siendo el mismo. Quería llevar a Atsushi a una esquina para poder experimentar esa chispa una vez más. Quería que Atsushi experimentara aún más dolor y tortura que hace seis años. Esta fue una conclusión natural a la que llegó Shibusawa, porque creía que la vida era más fuerte y hermosa cuando estaba siendo empujada al límite. Por lo tanto, iba a reunir toda la fuerza que poseía. Iba a cubrir el mundo con la niebla roja que acababa de adquirir.

La niebla roja comenzó a tragarse la tierra.

Nadie vería jamás la sonrisa en el rostro de Fyodor.