Lord of Mysteries (NW)

Volumen 1

Capitulo 25: Catedral

Mientras Azik murmuraba, inconscientemente le lanzó una mirada a Quentin Cohen, aparentemente esperando pistas para sacudir sus recuerdos.

Cohen, de profundos ojos azules, sacudió la cabeza sin dudarlo. “No tengo ninguna impresión de ello”.

“…Bien entonces. Tal vez, solo comparte una palabra raíz”. Azik bajó su mano izquierda y soltó una risa de autocrítica.

Klein estaba bastante decepcionado con el resultado, y no pudo evitar agregar. “Mentor, Sr. Azik, como ambos saben, estoy muy interesado en explorar y restaurar la historia de la Cuarta Era. Si alguna vez recuerda algo u obtiene información relevante, ¿podrían escribirme?”

“No hay problema.” Como resultado de las acciones de Klein hoy, el profesor asociado principal de cabello gris estaba bastante satisfecho con él.

Azik también asintió y dijo: “¿Tu dirección sigue siendo la misma que antes?”

“Por ahora, pero me mudaré pronto. Le escribiré una carta para informarle cuando llegue el momento”, respondió Klein de manera respetuosa.

Cohen agitó su bastón negro y dijo: “De hecho, ya es hora de que te mudes a un lugar con un mejor ambiente”.

En ese momento, Klein vio el periódico en la mano de Azik. Deliberó sobre sus palabras antes de decir: “Mentor, Sr. Azik, ¿qué dijeron los periódicos sobre Welch y Naya? Solo super lo que me contó la policía que estaba a cargo de las investigaciones”.

Azik estaba a punto de responder cuando Cohen sacó el reloj de bolsillo que estaba unido a su esmoquin negro por una cadena dorada.

¡Clic! Abrió el reloj de bolsillo y golpeó su bastón.

“La reunión está por comenzar. Azik, no podemos retrasarnos más. Dale el periódico a Moretti.”

“Bien.” Azik le entregó el periódico que había leído a Klein. “Iremos arriba. Recuerda escribir una carta. Nuestra dirección aún no ha cambiado; sigue siendo la Oficina del Departamento de Historia de la Universidad de Khoy, Ja ja ja.”

Se rió mientras se daba la vuelta y salía de la habitación con Cohen.

Klein se quitó el sombrero e hizo una reverencia. Después de ver partir a los dos caballeros, se despidió del dueño de la oficina, Harvin Stone. Atravesó el pasillo y salió lentamente del edificio gris de tres pisos.

Con la espalda contra el sol, levantó su bastón, desdobló el periódico y vio el título: ” Noticiero Matutino de Tingen”.

Tingen seguro tiene todo tipo de periódicos y revistas… Está el El Noticiero Matutino, el Diario de la Jornada, La Nota Honesta, El Tiempo de Backlund, El Clarín de Tussock, revistas familiares y reseñas de libros…  Klein recordó casualmente los varios nombres que surgieron en su mente. Por supuesto, varios de ellos no eran locales. Se distribuyeron a través de locomotoras de vapor.

Ahora que las industrias de fabricación de papel y de imprenta estaban cada vez más avanzadas, el costo de un periódico ya se había reducido al costo de un centavo. La audiencia a la que llegó también creció más y más.

Klein no escudriñó los detalles del periódico, sino que pasó rápidamente a la sección de Noticias con el informe “Asesinato con robo a mano armada”.

“…Según el departamento de policía, la escena en la casa del Sr. Welch fue una vista horrible. Faltaba oro, joyas y dinero, así como cualquier objeto de valor que pudiera ser fácilmente sustraído. No quedó ni un centavo. Hay razones para creer que esto fue hecho por un grupo despiadado de criminales que no dudarían en matar a inocentes como el señor Welch y la señora Naya, si se les encuentra”.

“¡Esto es un desprecio absoluto por las leyes de nuestro reino! ¡Este es un desafío a la seguridad pública! ¡Nadie desea tener un encuentro así! Por supuesto, una buena noticia es que la policía localizó al asesino y capturó al principal culpable. Haremos todo lo posible para proporcionar noticias sobre avance en el caso”.

“Reportero: John Browning”.

El asunto ha sido manejado y encubierto…  Mientras Klein caminaba por el bulevar, asintió de una manera apenas perceptible.

Hojeó el periódico mientras caminaba, leyendo los otros artículos de noticias y publicaciones seriadas en el proceso.

De repente, sintió que se le erizaban los pelos de la nuca, como si le clavaran agujas.

¿Alguien me está mirando? ¿Observándome? ¿Vigilándome? Varios pensamientos brotaron en él cuando Klein se dio cuenta de algo.

De vuelta en la Tierra, una vez sintió una mirada invisible antes de descubrir finalmente la fuente de la mirada. Sin embargo, ¡nunca se había sentido tan claro como lo que estaba experimentando ahora!

¿Fue la transmigración o el misterioso ritual de mejora de la suerte, que mejoró mi sentido del peligro? Klein reprimió el impulso de buscar al observador. Usando su conocimiento de leer novelas y ver películas, disminuyó el ritmo y guardó el periódico antes de mirar hacia el río Khoy.

Después de eso, actuó como si estuviera admirando el paisaje, girando lentamente la cabeza en diferentes direcciones. Actuó con naturalidad mientras se daba la vuelta, observando todo lentamente.

Aparte de los árboles, las llanuras cubiertas de hierba y los estudiantes que pasaban a lo lejos, no había otra persona allí.

¡Pero Klein estaba seguro de que alguien lo estaba observando!

Esto…  El corazón de Klein se aceleró mientras la sangre corría por su cuerpo con el latido intenso.

Desdobló el periódico y se cubrió la mitad de la cara, temeroso de que alguien descubriera algo malo en su expresión.

Mientras tanto, apretó su bastón y se preparó para sacar su revólver.

Un paso. Dos pasos. Tres pasos. Klein avanzó lentamente.

Permaneció la sensación de estar siendo espiado, pero no hubo un estallido repentino de peligro.

Caminó por el bulevar de una manera algo rígida y llegó al punto de espera para los carruajes públicos cuando un carruaje se detuvo coincidentemente.

“Hierro… Zoute… No, Calle Champagne”. Klein descartó continuamente sus pensamientos.

Originalmente planeó regresar a casa de inmediato, pero tenía miedo de llevar a un observador con motivos desconocidos a su apartamento. Después de eso, pensó en dirigirse a  la calle Zouteland para buscar ayuda de los Halcones Nocturnos o sus colegas. Sin embargo, pensó más claro, terminaría alertando a su enemigo y exponiendo a los Halcones Nocturnos. Así, eligió casualmente otro lugar.

“Seis peniques”, respondió rutinariamente el oficial de boletos.

Klein no trajo ninguna libra de oro con él hoy. Había escondido el dinero en el lugar de costumbre y sólo se había llevado dos billetes de un solo centavo. Antes de venir, había gastado dinero, dejándolo con solo seis peniques. Por lo tanto, sacó todas sus monedas y se las entregó al oficial de boletos.

Encontró un asiento después de abordar el carruaje y, finalmente, con el cierre de las puertas del carruaje, Klein sintió que la inquietud de ser observado se desvanecía.

Exhaló lentamente mientras sentía un ligero hormigueo en sus extremidades.

¿Qué debo hacer?

¿Qué debería hacer ahora? Klein miró por el vagón mientras se devanaba los sesos en busca de una solución.

Hasta que no tuviera claras las intenciones de la persona que lo observaba, ¡Klein asumiría que tenía malas intenciones!

Muchos pensamientos surgieron en su mente, pero los descartó. Nunca había experimentado un evento así y tuvo que usar unos minutos para organizar sus ideas.

Tenía que avisar a los Halcones Nocturnos; Solo ellos podrían realmente deshacerse de esta amenaza.

Pero no puedo dirigirme allí directamente o podría exponerlos. Tal vez, ese podría ser su objetivo…

Siguiendo este hilo de pensamiento, Klein conjeturó varias posibilidades a medida que sus pensamientos se aclaraban.

Exhaló, mientras recuperaba cierta apariencia de compostura. Miró seriamente el paisaje exterior que pasaba volando junto a él.

No hubo accidentes en el camino a  calle Champagne, pero cuando Klein abrió la puerta y salió del auto, ¡nuevamente tuvo la inquietante sensación de que lo observaban!

Actuó como si nadanada., cogió el periódico y el bastón y se dirigió lentamente en dirección a la calle Zouteland.

Pero él no entró en esa calle. En cambio, tomó otra ruta hacia la calle de la Luna Roja detrás. Había una hermosa plaza blanca allí, así como una gran catedral de estilo gótico.

La Catedral de Santa Selena

La sede de Tingen de la Iglesia de la Diosa de la Noche Eterna

Como creyente, no tenía nada de extraño ir a misa o rezar en su día libre.

La catedral de estilo gótico tenía una torre de reloj alta, negra e imponente, situada entre ventanales a colores.

Klein entró en la catedral y siguió un pasillo hasta la sala de oración. En el camino, las vidrieras se componían de patrones de vidrio rojo y azul que permitían que luz de colores brillara en el pasillo. El azul era casi negro y el rojo era del mismo color que la luna carmesí. Hizo que el entorno pareciera inusualmente oscuro y misterioso.

La sensación de ser observado se desvaneció. Klein actuó imperturbable mientras caminaba hacia la sala de oración.

Aquí no había ventanas altas. Se enfatizó la profunda oscuridad, pero detrás del altar sagrado en forma de arco, en la pared directamente opuesta a la puerta, había unos veinte agujeros circulares del tamaño de un puño que permitían que la luz del sol entrara en la sala.

Era similar a ver el cielo estrellado, un ambiente lleno de pureza y santidad.

Aunque Klein siempre había creído que los dioses podían ser analizados y entendidos, no pudo evitar bajar la cabeza aquí.

El obispo estaba predicando en un tono suave mientras Klein avanzaba en silencio por el pasillo que dividía los bancos en dos columnas. Buscó un área vacía cerca del pasillo antes de tomar asiento lentamente.

Apoyando su bastón en el respaldo del banco frente a él, Klein se quitó el sombrero y lo colocó en su regazo junto con el periódico. Luego juntó las manos y bajó la cabeza.

Todo el proceso se hizo lenta y rutinariamente como si realmente estuviera allí para orar.

Klein cerró los ojos mientras escuchaba en silencio la voz del obispo en la oscuridad.

“Al carecer de ropa y comida, no tienen protección contra el frío. Están empapados por las lluvias y se acurrucan alrededor de las rocas por falta de refugio. Son huérfanos arrebatados del pecho de su madre, la esperanza está perdida en ellos; son los pobres que han sido forzados fuera del camino correcto. La Noche Eterna no los abandona, sino que les otorga amor y cariño.. .”

…

Los ecos se amplificaron cuando entraron en su oído. Klein vio una franja de oscuridad frente a él cuando sintió que mente y cuerpo se tranquilizaba.

Esperó con calma hasta que el obispo terminó sus sermones y terminó la Misa.

Después de lo cual, el obispo abrió la puerta de un confesionario a su lado. Hombres y mujeres comenzaron a hacer fila.

Klein abrió los ojos y se puso el sombrero una vez más. Con su bastón y periódico, se puso de pie y encontró su lugar en la fila.

Era su turno después de más de veinte minutos.

Entró y cerró la puerta detrás de él. Estaba Oscuro.

“Hijo mío, ¿qué quieres decir?” La voz del obispo sonó desde detrás de la mampara de madera.

Klein sacó la insignia de ‘Séptima Unidad, Departamento de Operaciones Especiales’ de su bolsillo y se la entregó al obispo a través de una abertura.

“Alguien me está siguiendo. Deseo encontrar a Dunn Smith”. Como infectado por la oscuridad silenciosa, su tono se convirtió en un susurro.

El obispo tomó la placa y después de unos segundos de silencio, dijo: “Gire a la derecha desde el confesionario y camine hasta el final. Habrá una puerta secreta a un lado. Alguien lo guiará después de que entre.”

Mientras hablaba, tiró de una cuerda dentro de la habitación, lo que provocó que un sacerdote en particular escuchara un timbre.

Klein recuperó su placa, se quitó el sombrero y lo presionó contra su pecho. Hizo una ligera reverencia antes de darse la vuelta y salir.

Después de confirmar que la sensación de ser observado continuaba sin sentirse, se puso su sombrero de copa partido por la mitad. Sin emociones excesivas, tomó su bastón y giró a la derecha, hasta llegar a un altar abovedado.

Encontró la puerta secreta en la pared que daba a su lado. Lo abrió en silencio antes de colarse rápidamente.

La puerta secreta se cerró en silencio y un sacerdote de mediana edad, vestido de negro, apareció bajo la iluminación de lámparas de gas.

“¿Qué sucede?” el sacerdote preguntó.

Klein mostró su placa y repitió lo que le dijo al obispo.

El sacerdote de mediana edad no hizo más preguntas. Se dio la vuelta y siguió adelante en silencio.

Klein asintió y se quitó el sombrero. Con su bastón negro, lo siguió en silencio.

Rozanne había mencionado una vez que si se dirigía a la izquierda desde el cruce hacia la Puerta de Chanis se llegaba a la catedral de Santa Selena.