Koujo Denka (NL)

Volumen 2

Capitulo 3: Sé Honesto Y Confiesa

Parte 3

“Tenías razón en eso, así que no te preocupes”.

“Gracias, Stella. Te quiero”, dijo Karen, lanzando sus brazos alrededor de la joven noble, quien dejó escapar un grito de sorpresa. Era sorprendente verla actuar así con alguien que no fuera nuestra madre y yo.

“K-Karen”, se quejó Stella-Ojou.

“No tan apretado”

Ya ves cómo es, pero por favor cuídala,le indiqué a Stella-Ojoucon una mirada.No necesitasmolestarte enguiarme; soy unexalumno, así que conozco el camino—

“Allen-sama, ¿Me permite asumir la responsabilidad de guiarlo en nombre de Karen?”

Anunció Stella-Ojou. Era tan parecida a su hermana: una vez que cualquiera de ellos tenía una idea en su cabeza, la seguía sin siquiera mirar atrás.

***

Stella-Ojou me llevó a dar un paseo por los gastados pasillos de la academia. La lección de primer año que había accedido a enseñar aparentemente se llevaría a cabo en un salón de clases separado de un solo piso recién construido. Apenas habíamos dicho una palabra a cada uno desde que salí de la oficina del consejo estudiantil en el último piso del edificio central, y el único paisaje notable fuera de las ventanas era el imponente Gran Árbol.

Stella-Ojou caminaba rígidamente delante de mí, luciendo igual que Tina en la ceremonia de entrada. No pensé que tuviera ninguna razón para estar tan nerviosa, pero… Oh, por supuesto; una adolescente estaría nerviosa escoltando a un hombre que solo había conocido ese día, incluso si había oído hablar de él anteriormente. Y mientras Lydia hubiera sido una cosa, yo debo haber sido una decepción.

“Uhm, Stella-Ojou”, la llamé, incapaz de soportar la incomodidad.

“¿S-Sí?” ella respondió.

“Esa cinta es de un color encantador. Te queda bien”

“Muchísimas gracias.” Después de una breve pausa, añadió:

“Es un recuerdo de mi difunta madre”

Me quedé desconcertado por un momento.

“Mis humildes disculpas”

“Por favor, no dejes que te moleste”, dijo.

“¿Supongo que has oído hablar de mí?”

“Algo”, admití.

“Estoy tan avergonzada. Salí de casa con casi nada más que esta cinta, mi espada, mi varita y la ropa que llevaba puesta… ¡Pero no me arrepiento!”

Stella-Ojou tocó su cinta y luego golpeó su espada y su varita. Sus ojos, que eran tan queridos como los de Tina, estaban llenos de inteligencia, determinación y una pizca de ansiedad. Me pareció recordar que Karen   había  pasado  por   una  fase  similar extralimitándose a sí misma.

“Mi padre se opuso a mi inscripción en la Royal Academy”, insistió la chica, apretando el puño derecho.

“Pero debo heredar el Ducado de Howard. Todavía tengo un largo camino por delante, ¡Hazte digna de mi nombre! Especialmente porque mi hermana también está trabajando tan duro”.

Ella se rio.

“¿Sabía que hemos estado intercambiando cartas todo este tiempo, Allen-sama? Es por eso que me sorprendió tanto ahora; usted es tal como ella lo describió”

“Entonces deben de ser grandes amigas”

“Me abstendré de preguntar qué escribió, algo me dice que es sobre convertir mi tiempo de tutoría este fin de semana en algo más que una lección”

“Ella siempre escribe lo malo que es su tutor, y después de escuchar tu conversación con Karen, me inclino a creerle”.

“¿Incluso usted, Stella-Ojou?” Yo pregunté.

“Soy una persona bastante amable, ¿sabes?”

“¿En serio?” ella chirrió de vuelta juguetonamente.

Parecía haberse relajado, y ese atisbo de ansiedad se había desvanecido, tal vez me lo había imaginado.

“Confío en mi querida hermanita y mi mejor amiga más que en un caballero que acabo de conocer”.

Le devolví la sonrisa y estiré mi mano hacia su cabeza, ese mal hábito mío otra vez, pero logré retirarla justo a tiempo. No puedo corregir este hábito lo suficientemente rápido, pensé cuando Stella-Ojou dejó de caminar y me miró con curiosidad.

“Qué extraño”, dijo ella.

“Mi hermana escribió que siempre le das un suave masaje en la cabeza en momentos como este. Parecía muy feliz por eso. ¿Eso está reservado para ella, Ellie, Karen y Lydia-Ojou?”

“No estoy seguro de que ‘reservado’ sea el término apropiado”, respondí.

“He frotado la cabeza de Tina y Ellie de vez en cuando, casi siempre, y la de Lydia muy rara vez, no estoy desprovisto de sentido común”

Lo siento. Incluso las demandas de Lynne de masajes en la cabeza se habían vuelto más insistentes últimamente, por no hablar de las otros dos chicas. Tendría que tener más cuidado. ¿Y Lydia? Ya era demasiado tarde para ella— Ninguna cantidad de frotamiento podría ahorrarme su ira.

“¿En serio?” preguntó Stella-Ojou.

“Pero estaba tan segura”

“¿Segura de qué?”

“Que frotas y acaricias a muchas chicas en la cabeza, sin importar quién esté mirando”.

“No lo hago”, insistí después de una larga pausa.

“¿En serio?” ella dijo.

“Qué vergüenza, esperaba poder convencerte de que lo hicieras a mí también”

“Siento decepcionarte, pero no soy un masajeador de cabeza profesional”

Lo siento de nuevo; Casi alcanzo tu cabeza justo ahora. Realmente debo hacer algo con este hábito pronto. Stella-Ojoupodría estarriendoahora, peroestoyseguro de quese habría confundido si yo lo hubiera hecho…¡Está bien, lo he decidido! Voy a contenerme y limitar mi frotamiento de cabeza al mínimo absoluto. Sé que puedo hacer eso ¡Mi resolución me ayudará!

Casi pensé que podía escuchar la voz desapasionada de Karen diciendo: “Nii-san, tal vez algunas cosas están más allá de ti, no importa”

“Tú y Lydia-Ojou se graduaron de esta academia en solo un año, ¿no?”

Stella-Ojou  preguntó   emocionada   mientras descendíamos las escaleras.

“Creo que me las arreglaré para graduarme en los tres años estándar, pero no puedo imaginarme saltándome ninguno”

“Lydia merece todo el crédito”, le dije.

“Solo se me permitió graduarme porque necesitaba a alguien que la vigilara. Ella era bastante difícil cuando se inscribió aquí por primera vez, desde el día de nuestros exámenes de ingreso, de hecho. Solía deambular, rebanando lo que sea o a quien le llamara la atención”.

“Escuché rumores, pero ¿fue realmente tan malo, incluso desde tu perspectiva?”

“Lo fue,” le aseguré.

“Ella ya era abrumadora cuando su espada era todo lo que tenía, y rápidamente se volvió aún más incontrolable una vezque agregó magia a su arsenal”

“Conocí a Lydia-Ojou una o dos veces, en los bailes de palacio a los que asistimos mi hermana y yo. Solo dije hola, pero mi hermana tuvo la oportunidad de hablar con ella; estaba encantada en ese momento”.

“En ese caso, ¿quién te habló de mí?” Yo pregunté.

“No me digas que fue el profesor otra vez”

“Siempre esperé esas historias”, confirmó.

“Y después de venir aquí, las obtuve de las cartas de Tina”

¡Maldito sea ese hombre! ¡¿Nunca se cansa de difundir rumores?!

Bueno. No era mi estilo tomarme las cosas con calma, y tenía a Duke Walter, a Walker-san y, lo mejor de todo, a Lisa-san de mi lado. Parecían preocupados porque su viejo amigo, el profesor, todavía estaba soltero, así que podía contar con ellos para tomar medidas. Oh, apenas puedo esperar.

“No debes poner demasiada fe en nada de lo que te diga el profesor o el director”, le dije a Stella-Ojou.

“Tómalo con un grano—No, una cucharada entera de sal. Frecuentemente embellecen sus historias tanto que uno ni siquiera puede adivinar la original”

“Pero tu verdadero yo es mucho más de lo que imaginé”,    murmuró   Stella-Ojou en                 voz   baja, demasiado bajo para que yo la escuchara.

“¿Ocurre algo?” Yo le pregunte a ella.

“¡N-Nada de nada!” ella tartamudeó.

“Oh, es por aquí. ¿Te importa si me siento en tu clase?”

“Si tienes tiempo, no me opongo”

“¡Estupendo!” Ella exclamo.

“Muchas gracias”

Me pregunté si estaba preocupada por Tina; parecían estar juntas, así que pude entender su deseo de ver cómo había crecido su hermana. Solo esperaba que Tina y Lynne no estuvieran peleando. Las dos eran indebidamente sensibles la una a la otra, tal vez porque ninguna de las dos había tenido una amiga de su misma edad fuera de su casa. Eso hizo las cosas difíciles para Ellie. Tendría que complacerla para compensarlo, de alguna manera que no involucrara mi mano en su cabeza.

“Oh, puedo verlo ahora”, dijo Stella-Ojou.

“Aquí es”

Su delgado dedo señaló una gran puerta grabada con la misma plétora de sigilos que la puerta principal. Nunca me habían gustado lugares tan grandiosos: me recordaban a la autoridad. Por supuesto,  había   estado   tan  ocupado    siendo arrastrado a todo tipo de problemas por el albatros que apenas recordaba haber asistido a clases. ¿Podría ser esto un poco de amabilidad del director, entonces? Lo dudaba mucho, un hombre dado a gestos como esos no sería la némesis del profesor.

“Abriré esto por ti”, dijo Stella-Ojou, poniendo una mano en la puerta.

“Apenas puedo esperar”

***

Entré al salón de clases y encontré a más de diez estudiantes de primer año esperándome. Al estar entre   los    mejores   estudiantes  de     su   año, naturalmente estaban sentados lo más cerca posible del frente del salón de clases. El aula en sí estaba diseñada como una pequeña sala de conferencias, con un techo alto y ventanas que dejaban pasar los rayos del sol primaveral. Debería ser seguro para lanzar hechizos siempre que levante una barrera.

La vista de Stella-Ojou y mía trajo miradas dudosas a los rostros de varios estudiantes. Sin embargo, antes de que tuvieran la oportunidad de hablar, dos exclamaciones de sorpresa y un grito de “¡Nii-sama!” surgieron de Tina, Ellie y Lynne, que habían retomado posiciones en la primera fila.

“La clase está por comenzar”, les advirtió Stella-Ojou, impertérrita.

“¡S-Sí, señora!”

Las tres chicas respondieron a coro mientras regresaban apresuradamente a sus asientos.

Stella-Ojou me asintió con la cabeza y luego se retiró a una posición contra la pared del fondo: Era una estudiante de último año modelo.

Ahora, ¿empezamos?