Lord of Mysteries (NW)

Volumen 1

Capitulo 10: La Norma

Al escuchar los golpes repentinos en la puerta, Klein pensó en el misterioso suicidio del dueño original de este cuerpo y el peligro desconocido que podría encontrar. Inconscientemente abrió el cajón, sacó el revólver y preguntó atentamente.

“¿Quién es?”

La otra parte se quedó en silencio durante dos segundos antes de que una voz ligeramente aguda, con el acento de Awwa, respondiera: “Soy yo, Mountbatten, Bitsch Mountbatten”.

La voz hizo una pausa por un momento antes de agregar: “Policía”.

Bitsch Mountbatten…  Cuando Klein escuchó este nombre, inmediatamente pensó en el dueño.

Era el policía a cargo de la calle donde estaba ubicado el apartamento. Era un hombre grosero, brutal y práctico. Solo un hombre así podría disuadir a los alcohólicos, malintencionados, ladrones y vándalos.

Y esa voz única era una de sus marcas registradas.

“¡Está bien, ya voy!” Respondió Klein.

Había planeado volver a guardar el revólver en el cajón, pero pensando en que no tenía idea de por qué la policía golpeaba a su puerta y podría registrar su habitación, corrió con cautela hacia la estufa donde las llamas ya se habían apagado y puso el revólver allí.

Luego recogió la canasta del carbón, sacudió algunas piezas en la estufa para cubrir el arma y finalmente colocó la tetera sobre la estufa para ocultar todo.

Después de hacer esto, arregló su ropa y rápidamente se acercó a la puerta y murmuró: “Lo siento, estaba durmiendo”.

Fuera de la puerta había cuatro policías con uniformes en blanco y negro y gorras estilo  militar. Bitsch Mountbatten, de barba castaña, tosió y le dijo a Klein: “Estos tres inspectores tienen algo que preguntarle”.

¿Inspectores? Klein miró reflexivamente las insignias en los hombros de los otros tres y descubrió que dos de ellos tenían tres hexágonos plateados y uno tenía dos, por lo que eran superiores a Bitsch Mountbatten, que solo tenía tres galones.

Como estudiante de historia, Klein investigó poco o nada sobre los rangos de la policía, solo sabía que Bitsch Mountbatten a menudo se jactaba de ser un sargento mayor.

¿Así que estos tres son inspectores? Influenciado por las conversaciones con Benson, Welch y sus compañeros de clase, Klein tuvo el sentido común de abrirles paso y señalar el interior de la habitación.

“Pasen, por favor. ¿Cómo puedo ayudarles?”.

El líder de los tres inspectores era un hombre de mediana edad con ojos afilados. Parecía capaz de leer la mente de una persona e infundir terror. Tenía marcadas las comisuras de los ojos y el borde de su sombrero revelaba cabello castaño claro. Miró alrededor de la habitación y preguntó con voz profunda: “¿Conoce a Welch McGovern?”

“¿Tiene algún problema? ¿Le pasó algo?” Klein se estremeció y respondió bruscamente.

“Yo soy el que hace las preguntas”. El digno inspector de policía de mediana edad tenía una mirada severa en sus ojos.

El inspector a su lado, que también llevaba tres hexágonos plateados, miró a Klein y sonrió amablemente.

“No se ponga nervioso. Es solo un interrogatorio de rutina”.

Este policía rondaba la treintena, de nariz recta y ojos grises que, como un lago en un bosque milenario, daban una indescriptible sensación de tranquilidad.

Klein tomó aliento y organizó sus palabras.

“Si se refiere a Welch McGovern, el graduado de la Universidad de Khoy de Constant, entonces estoy seguro de que lo conozco. Somos compañeros de clase del mismo mentor, el profesor asociado sénior Quentin Cohen”.

En el Reino Loen, ‘Profesor’ no solo era un título profesional, sino también una posición, al igual que la diferencia entre profesores y decanos de facultades en la Tierra. Eso significaba que solo podía haber un profesor en cada facultad de una universidad. Si un profesor asociado quería convertirse en profesor, tenía que esperar a que un superior se retirara o expulsar a su superior con sus logros.

Como era necesario retener talentos, la Comisión de Educación Superior del reino había agregado profesores asociados senior en un sistema de tres niveles, profesores de cátedra, profesores asociados y profesores. Este título se otorgaba a cualquier persona con altos logros académicos o con suficiente antigüedad pero que no llegaba al puesto de profesor.

En este punto, Klein miró a los ojos al inspector de policía de mediana edad y pensó por un segundo.

“Para ser honesto, nuestra relación es bastante buena. Durante este periodo me reuní con Naya y él frecuentemente para interpretar y discutir sobre un cuaderno de la Cuarta Época que le pertenecía. Inspectores, ¿le pasó algo?”

En lugar de responder, el inspector de policía de mediana edad miró de soslayo a su colega de ojos grises.

El otro inspector con gorra estilo militar, un hombre bien parecido, respondió suavemente: “Lo siento, el Sr. Welch ha fallecido”.

“¡¿Qué?!” A pesar de tener algunas corazonadas, Klein no pudo evitar gritar de asombro.

¿Welch murió como el dueño original de este cuerpo?

¡Eso da un poco de miedo!

“¿Qué pasa con Naya?” Klein cuestionó apresuradamente.

“La Señorita Naya también falleció”, dijo el inspector de policía de ojos grises con calma. Ambos murieron en la casa del señor Welch.

“¿Asesinados?” Klein tuvo una vaga suposición.

Tal vez fue un suicidio…

El inspector de ojos grises negó con la cabeza.

“No, la escena sugiere que se suicidaron. El Sr. Welch golpeó su cabeza contra la pared en repetidas ocasiones, hasta morir. La Srta. Naya se ahogó en una palangana. Sí, del tipo que se usa para lavarse la cara”.

“Eso es imposible…” Los cabellos de Klein se erizaron mientras parecía capaz de imaginar la extraña escena.

Una muchacha arrodillada y enterrando su rostro en un recipiente lleno de agua. Su suave cabello castaño se mecía con el viento, pero toda su persona permanecía inmóvil. Welch cayendo al suelo y mirando fijamente al techo. Su rostro en un completo desastre de sangre y huesos, mientras que las huellas de los impactos en la pared eran evidentes, con sangre escurriendo hacia el suelo…

El inspector de ojos grises continuó: “Nosotros también lo creemos, pero los resultados de la autopsia y la situación en la escena excluyen drogas y fuerzas externas. Ni el Sr. Welch ni la Sra. Naya mostraron signos de lucha”.

Antes de que Klein pudiera volver a hablar, el inspector de mediana edad entró en la habitación y preguntó, fingiendo ser casual: “¿Cuándo fue la última vez que vio al Sr. Welch o a la Sra. Naya?”

Mientras hablaba, hizo un gesto con los ojos a su colega con dos hexágonos plateados.

Era un joven inspector de policía y parecía de la misma edad que Klein. Con patillas negras y pupilas verdes, era bien parecido y tenía el porte romántico de un poeta.

Cuando escuchó la pregunta, Klein lo pensó y respondió pensativamente: “Debió ser el 26 de junio, estábamos leyendo un nuevo capítulo en el cuaderno. Luego, fui a casa a prepararme para mi entrevista del 30 de junio. Uh, la entrevista es para el Departamento de Historia de la Universidad de Tingen”.

Tingen era conocida como la ciudad de las universidades. Había dos universidades, Tingen y Khoy, así como escuelas técnicas, facultades de derecho y facultades de negocios. Solo era superada por Backlund, la capital.

Tan pronto como terminó de hablar, vio al joven inspector de policía caminar hacia su escritorio y recoger las notas que parecían más un diario.

¡Maldita sea! ¡Olvidé ocultarlo!

“¡Oye!” Klein gritó.

El joven inspector lo miró con una sonrisa, sin dejar de hojear sus notas, mientras que el inspector de ojos grises explicó: “Este es un procedimiento necesario”.

En ese momento, Bitsch Mountbatten y los dignos inspectores de policía de mediana edad solo observaban sin interrumpir ni ayudar en la búsqueda.

¿Dónde están sus órdenes de allanamiento? Klein tenía la intención de interrogarlos, pero pensándolo bien, el sistema judicial del Reino de Loen no parecía tener órdenes de registro. Después de todo, la fuerza policial sólo se había establecido hace quince o dieciséis años.

Cuando el dueño original de este cuerpo era niño, todavía se les llamaba Oficiales de Seguridad Pública.

Klein no pudo detenerlo. Observó al joven inspector hojear sus notas, pero el inspector de ojos grises no hizo ninguna pregunta.

El joven inspector de policía se volvió hacia el final de las notas y de repente preguntó: “¿Qué es esta anotación tan extraña?”  “¿Y qué significa ‘Todos morirán, incluyéndome a mí’?…”

¿No es de sentido común que todos mueran excepto las deidades? Klein estaba preparado para objetar, pero de repente se le ocurrió que había planeado ‘hacer conexiones’ con la policía en caso de peligro, pero no tenía motivos ni excusas.

Tomó una decisión rápidamente. Poniendo la mano sobre su frente, respondió dolorosamente: “No tengo idea. Realmente no tengo idea… Cuando me desperté esta mañana, sentí que no estaba del todo bien, como si hubiera olvidado algo. Especialmente para lo que ha sucedido recientemente. Ni siquiera sé por qué escribí esa oración”.

A veces, ser franco era la mejor manera de resolver un problema. Por supuesto, requería habilidades. Había cosas que se podían decir y cosas que no se podían decir y el orden de lo que se decía primero importaba.

Como internauta experto, Klein también era bueno en los sofismas.

“¡Eso es ridículo! ¿Cree que somos tontos?” Bitsch Mountbatten no pudo evitar interponerse enojado. “¡Esta es una mentira tan mala que insulta nuestra inteligencia! ¡Es mejor para ti fingir que tienes una enfermedad mental que fingir que tienes amnesia!”

“Estoy diciendo la verdad”, respondió Klein con franqueza, mirando a los ojos a Mountbatten y a los inspectores de policía.

Realmente no podría ser más cierto.

“Tal vez lo sea”, dijo lentamente el inspector de policía de ojos grises.

¿Qué? ¿Realmente lo cree? El propio Klein se sorprendió.

El inspector de ojos grises le sonrió y dijo: “Un experto vendrá en dos días y, créame, debería poder ayudarlo a recuperar sus recuerdos perdidos”.

¿Experto? ¿Ayudarme a recordar? ¿Un psicólogo? Klein frunció el ceño.

¿Eh?, ¿y si mis recuerdos de la Tierra son expuestos? De repente sintió ganas de darse palmadas en la cara.

El joven inspector de policía dejó sus notas y registró su escritorio y habitación. Afortunadamente, se concentró en los libros en lugar de levantar la tetera.

“Bueno, Sr. Klein, gracias por su cooperación. Le aconsejamos no abandonar Tingen durante los próximos días. Si tiene que hacerlo, notifique al inspector Mountbatten o se convertirá en un fugitivo”, advirtió el inspector de policía de ojos grises.

¿Eso es todo? ¿Es todo por hoy? ¿No hay otras preguntas más profundas? ¿O llevarme de vuelta a la comisaría para torturarme y obtener información? Klein estaba perdido.

Sin embargo, también quería resolver el extraño giro de los acontecimientos provocado por Welch. Así que asintió.

“Eso no será un problema”.

Los inspectores salieron de la habitación uno por uno y el joven al final de repente le dio una palmadita en el hombro a Klein.

“Esto es realmente bueno, es muy afortunado.”

“¿Qué?” El rostro de Klein estaba desconcertado.

El inspector de policía de ojos verdes con aires de poeta sonrió y dijo: “En términos generales, la norma es que todas las partes involucradas mueran en tal evento. Estamos muy contentos de verle todavía con vida”.

Después de eso, salió de la habitación y cerró la puerta detrás de él con buenos modales.

¿La norma es que todos mueran? ¿Están muy contentos de que todavía esté vivo? ¿Soy afortunado?

En esa tarde de junio, Klein sintió escalofríos por todo su cuerpo.