Lord of Mysteries (NW)

Volumen 1

Capitulo 11: Verdaderas Habilidades Culinarias

¿La norma es que mueran todos? ¿Se alegran de que todavía estoy vivo? ¿Soy afortunado de seguir vivo?

Klein se estremeció y rápidamente corrió hacia la puerta, tratando de alcanzar a los policías y pedir protección.

Pero tan pronto como llegó a la manija, se detuvo de golpe.

Ese oficial dijo cosas tan horribles, ¿por qué no me protegieron a mí, un testigo importante o una pista clave del caso?

¿No es demasiado descuidado?

¿Me estaban sondeando? ¿O tal vez es un cebo?

Todo tipo de pensamientos se precipitaron en la mente de Klein; sospechaba que la policía todavía lo observaba en secreto, esperando su reacción.

Se sintió mucho más tranquilo después de pensar en esto y ya no estaba tan asustado. Lentamente abrió la puerta, gritando deliberadamente con voz temblorosa en la escalera: “¡Ustedes me protegerán, ¿verdad?!”

Tap, tap, tap…  No hubo respuesta de los policías y no hubo cambio en el ritmo del contacto entre los zapatos de cuero y las escaleras de madera.

“¡Lo sé! ¡Ustedes lo harán!” Klein volvió a gritar en un tono de fingida convicción, tratando de actuar como una persona normal que estaba en peligro.

El sonido de los pasos se debilitó gradualmente y desapareció en el piso inferior.

Klein resopló y se rió, “¿No es esa advertencia un poco falsa? ¡Sus habilidades de actuación no están a la altura!”.

No corrió tras ellos. En cambio, se volvió hacia la habitación y cerró la puerta tras él.

En las siguientes horas, Klein actuó y experimentó completamente: inquietud, nerviosismo, agitación, temblores y murmullos de palabras que no entendía. No se relajó solo porque no veía nadie alrededor.

¡Esto es el autocultivo de un actor! Se rió de sí mismo en su corazón.

Cuando el sol estaba por ocultarse en el oeste, las nubes en el horizonte parecían ser de color naranja rojizo y los inquilinos del edificio llegaban a casa uno tras otro; Klein cambió su enfoque a otra parte.

“Melissa ya casi sale de la escuela…” Miró la estufa, levantó la tetera, quitó el carbón y sacó el revólver.

Sin pausa ni demora, alcanzó la parte posterior de una tabla debajo del camarote.

después de sujetar el revólver allí, Klein se enderezó y esperó con inquietud, temiendo que la policía abriera la puerta y entrara corriendo en la habitación con armas en las manos.

Siendo que la tecnología parecía basarse en el vapor, estaba seguro de que nadie lo vería cuando hiciera eso. Sin embargo, había poderes extraordinarios aquí, unos que había probado a través de sus propias experiencias.

Después de esperar unos minutos, no hubo movimiento en la puerta. Solo estaba la charla entre dos inquilinos que se dirigían al bar Corazón Salvaje en la calle del Cruce de Hierro.

“Uf.” Klein exhaló, sintiéndose seguro.

¡Todo lo que tenía que hacer era esperar el regreso de Melissa y cocinar un tierno cordero estofado con guisantes!

Cuando la idea vino a la mente de Klein, su boca pareció saborear el rico sabor de la salsa; recordó cómo Melissa cocinaba estofado de cordero con guisantes.

Primero, hirvió el agua y salteó la carne. Luego, agregó cebollas, sal, un poco de pimienta y agua. Después de un período de tiempo específico, se añadían los guisantes y las patatas y el guiso se cocinaba durante cuarenta o cincuenta minutos más con la tapa puesta.

De hecho, es una forma simple y cruda de hacerlo… Con el apoyo puro de los sabores de la carne. Klein negó con la cabeza.

No es que tuvieran muchas oportunidades de variar. Era difícil para los plebeyos tener muchos condimentos y recetas. Solo podían buscar métodos simples, prácticos y económicos. Mientras la carne no se quemara o se echara a perder, cualquier cosa era buena para ellos, que solo podían comer carne una o dos veces a la semana.

Zhou Mingrui no era muy buen cocinero y pedía comida a domicilio la mayor parte del tiempo. Pero al cocinar tres o cuatro veces a la semana, después de muchas semanas de práctica acumulada, tenía un estándar y sintió que no desperdiciaría la libra de carne de cordero.

Cuando Melissa regrese para cocinarlo, estará listo después de las 7:30 pm. Nos estaremos muriendo de hambre para entonces… ¡Es hora de que vea lo que es la verdadera cocina! Se excusó Klein. Primero, volvió a encender el fuego, fue al baño a buscar agua y lavó el cordero. Luego sacó las tablas de cocina y los cuchillos antes de cortar el cordero en trozos pequeños.

En cuanto a la explicación de sus repentinas habilidades culinarias, decidió aprovecharse del difunto Welch McGovern, quien no solo tenía un chef privado bueno en los sabores del Mar Medio, sino que a menudo creaba sus propias recetas e invitaba a la gente a probarlas.

Bueno, ¡los muertos no pueden refutarme!

Sin embargo, tsk, este es un mundo con Beyonders; los muertos no son necesariamente incapaces de hablar. Con eso en mente, Klein se sentía un poco culpable.

Dejó a un lado sus pensamientos confusos y puso la carne en el tazón de sopa. Luego sacó la caja de condimentos y añadió una cucharada de sal cruda, la mitad de la cual estaba algo amarillenta. Además, tomó algunos granos de pimienta negra de una botella pequeña, los mezcló y los marinó juntos.

Puso la cacerola en la estufa y, mientras esperaba que se calentara, Klein rebuscó las zanahorias del día anterior y las cortó en pedazos con las cebollas que compró ese mismo día.

Cuando terminó con sus preparaciones, sacó una pequeña lata del armario y la abrió. No quedaba mucha manteca en ella.

Klein tomó una cucharada, la puso en la sartén para que se derritiera. Agregó las zanahorias y las cebollas y lo revolvió por un rato.

Cuando la fragancia comenzó a esparcirse, Klein puso todo el cordero en la olla y lo selló con cuidado durante un rato.

Debería haber agregado vino de cocina en el proceso, o al menos vino tinto. Sin embargo, la familia Moretti no contaba con esos lujos y solo podía beber un vaso de cerveza de vez en cuando. Klein tuvo que arreglárselas con lo que tenía disponible y vertió un poco de agua hervida.

Después de cocer durante unos veinte minutos, abrió la tapa, echó en ella los guisantes y las patatas cortadas, añadió una taza de agua caliente y dos cucharadas de sal.

Cerró la tapa, bajó el fuego y exhaló con satisfacción, esperando a que su hermana llegara a casa.

A medida que el tiempo pasó, la fragancia en la habitación se intensificó. Se olfateaba el encanto de la carne, el rico olor de las papas y el refrescante aroma de las cebollas.

Los olores se mezclaron gradualmente y Klein tragabó saliva de vez en cuando, mientras llevaba la cuenta de la hora con su reloj de bolsillo.

Después de uno cuarenta minutos, unos pasos rítmicos se acercaron. Se insertó una llave, se giró la manija y se abrió la puerta.

Antes de que Melissa entrara, dijo dudosa: “Huele bien…”.

Con su bolso todavía en la mano, entró y miró hacia la estufa.

“¿Tú hiciste esto?” Melissa se quitó el sombrero de velo y su mano se detuvo en el aire, mirando a Klein con asombro.

Ella movió la nariz e inhaló más de la fragancia. Sus ojos se suavizaron rápidamente y pareció encontrar algo de confianza.

“¿Tú hiciste esto?” preguntó de nuevo.

“¿Tienes miedo de que desperdicie el cordero?” Klein sonrió y contestó con una pregunta. Sin esperar respuesta, dijo: “No te preocupes, le pedí específicamente a Welch que me enseñara a cocinar este plato. Ya sabes, tiene un buen cocinero.”

“¿Primera vez?” Melizza frunció el ceño inconscientemente, pero la fragancia la tranquilizó.

“Parece que tengo talento”. Klein se rió. “Está casi terminado. Deja tus libros y tu velo en alguna parte. Ve al baño a lavarte las manos y prepárate para probarlo. Tengo mucha confianza en este plato”.

Al escuchar las órdenes de su hermano y ver su sonrisa gentil, Melissa se quedó plantada en la puerta y no respondió en su aturdimiento.

“¿Prefieres esperar?” Klein instó con una risa.

“¡Ah, está bien, ya voy!” Melissa volvió a sus sentidos. Con el bolso y el velo una mano, entró rápidamente en la habitación.

Cuando se destapó la tapa de la cacerola, una repentina ráfaga de vapor apareció ante los ojos de Klein. Colocó dos piezas de pan de centeno al lado del cordero y los guisantes tiernos, lo que les permitió ablandarse y  absorber la fragancia y el calor.

Cuando Melissa terminó de empacar sus cosas, se lavó las manos y la cara y regresó, ya estaba puesto sobre la mesa un plato de estofado de cordero con guisantes tiernos, papas, zanahorias y cebollas. En sus platos había dos piezas de pan de centeno, coloreados por la salsa.

“Vamos, pruébalo”. Klein señaló el tenedor y la cuchara de madera junto al plato.

Melissa todavía estaba un poco confundida. Ella no se negó; cogió una papa con el tenedor, se la metió en la boca y la mordió ligeramente.

El sabor de la fragancia de papa y salsa inundó su boca. engullíó la papa en unos cuantos bocados.

Prueba el cordero. Klein señaló el plato con la barbilla.

Lo había probado hace un momento y pensó que apenas estaba a un nivel aceptable, pero era suficiente para una chica que no tenía experiencia con lo que el mundo tenía para ofrecer. Después de todo, solo comía carne de vez en cuando.

Los ojos de Melissa estaban llenos de anticipación mientras con cuidado cortaba un poco de cordero.

Era muy tierno y, tan pronto como entró en la boca, casi se derretía. La fragancia de la carne explotó en su boca, llenándola de deliciosos jugos de carne.

Fue una sensación sin precedentes, Melissa no podía dejar de comer.

Cuando se dio cuenta, ya se había comido varios trozos de cordero.

“Yo… yo… Klein, se suponía que esto era para ti…” Melissa se sonrojó y tartamudeó.

“Ya comí un poco antes, Es el privilegio de ser el cocinero”. Klein sonrió y tranquilizó a su hermana. Cogió su tenedor y cuchara. A veces comía un trozo de carne y a veces se llenaba la boca de guisantes. En otras ocasiones, dejaba los utensilios, partía un trozo de pan de centeno y lo mojaba en salsa.

Melissa se relajó y se concentró nuevamente en el plato.

“Es realmente delicioso. No parece que lo estuvieras haciendo por primera vez”. Melissa miró el plato vacío y lo elogió con todo su corazón. Incluso la salsa estaba terminada.

“Está muy lejos del chef de Welch. ¡Cuando sea rico, los llevaré a ti y a Benson a un restaurante y disfrutarán de una mejor comida!” Dijo Klein. Él mismo estaba empezando a desearlo.

“Tu entrevista… Burrb…” Melissa no terminó sus palabras porque de repente dejó escapar un eructo involuntario.

Se puso la mano sobre la boca a toda prisa y parecía avergonzada.

“¡La culpa la tiene el cordero estofado de ahora! Era demasiado delicioso”.

Klein se rió en secreto y decidió no burlarse de su hermana. Señaló los platos sucios y dijo: “Esta es tu misión”.

“¡Está bien!” Melissa se puso de pie de inmediato, tomó la palangana y salió por la puerta.

Cuando regresó, abrió el armario para revisar la caja de condimentos y otros artículos como de costumbre.

“¿Los usaste?” Melissa se sorprendió y se volvió hacia Klein, sosteniendo la botella de pimienta negra y la lata de manteca.

Klein se encogió de hombros.

“Solo un poco. Es el precio de un manjar”.

La expresión de Melissa cambió por un momento, antes de finalmente decir: “Déjame cocinar en el futuro”.

“Um…Tienes que darte prisa y prepararte para la entrevista. Tienes que pensar en tu trabajo”.