Seiken Gakuin No Maken Tsukai (NL)

Volumen 6

Capitulo 9: El Maestro Espadachin Mas Poderoso

Void Lord Shardark.

La nada, bajo la forma de un espadachín tuerto, hizo caer su gran espada sobre la cabeza de Sakuya. La joven cerró los ojos, preparándose para lo que iba a suceder.

Sin embargo, un momento antes del final, el Void Lord se congeló… debido a algo que vio detrás de Sakuya.

“… Tú. ¿Por qué has aparecido aquí…?”

<He trazado el hilo de la causalidad para vislumbrar este destino> Dijo una voz tan distorsionada por la estática que era difícil discernir si pertenecía a un hombre o a una mujer.

Sakuya se giró y vio una gran masa de sombras que se retorcía sin forma.

(… ¡¿Qué?!)

La voz volvió a hablar, como si hubiera leído el corazón de Sakuya.

<Yo soy el futuro. O tal vez el pasado. O tal vez la causalidad. El vacío. El destino mismo…>

La oscuridad extendió un brazo sin forma, tocó la frente de Sakuya, y entonces…

<… Tú que has sido guiada por la causalidad. Si buscas poder, acepta el vacío>

“… ¡¿?!”

Extrañamente, Sakuya no sintió miedo, sólo odio hacia el Void que había traído la ruina a la Orquídea Sakura, consumido a Fuujinki, y matado a su hermana.

Y por tanto lo aceptó.

“¡Ahhhhh, ahhhhhhhhhhhhhh!”

“¡¿Qué?!”

Le pareció oír el jadeo del Void Lord. La niña de seis años fue engullida por un miasma negro, y una katana crepitante de rayos oscuros se manifestó en su mano.

“… ¡!”

Gritando, Sakuya blandió su recién formada Espada Demoníaca hacia el corazón del Void Lord.

*Crack…*

Un ruido como el de la rotura de un cristal sonó.

*Crack… Crack, crack, crack…*

“… ¡¿?!”

El cuerpo del Void Lord… o más exactamente, el espacio que ocupaba… se fragmentó, y el tuerto se desvaneció en el hueco.

“… Es la hora. Una pena, pero sin duda ya lo habías previsto”. Susurró Shardark con rencor.

Su mirada no estaba fija en Sakuya, quien lo había apuñalado, sino en la masa oscura detrás de ella.

“Escúchame, diosa. Algún día te alcanzaré. Cruzaré todos los destinos y todas las causalidades, para que mi espada reclame finalmente tu cabeza…”

Con eso, el Void Lord Shardark se desvaneció ante los ojos de Sakuya…

hundiéndose en la grieta del espacio.

“…Ugh… ¡Kuh!”

Atrapada en la agonía ardiente, Sakuya despertó. La parte posterior de su ojo izquierdo palpitaba débilmente.

(Un recuerdo… sólo… un recuerdo…)

Tumbada sola en la noche, Sakuya se llevó una mano a su ojo izquierdo. En el momento en que había aceptado el ojo místico, una extraña sensación la había invadido, como si el pasado y el futuro se hubieran torcido para conectarse.

La sensación podría haberla llevado a la locura si no se hubiera desmayado.

(… Lo llamó el ojo místico del Diablo Temporal).

Sentada, Sakuya retiró lentamente la palma de la mano. Su cuerpo se movía sin esfuerzo, y sus heridas se habían curado.

(No, esto es…)

No se habían curado por sí solas; habían sido reparadas. Cuando el ojo místico se unió a ella, cosió a la fuerza todas las heridas de su cuerpo.

(¿Qué me ha pasado?)

Cuando Sakuya intentó ponerse en pie, la asaltó una extraña sensación parecida al vértigo. El mundo parecía duplicarse o triplicarse.

(¿Qué está pasando… este ojo es defectuoso…?) Le habría reclamado al Rey Demonio, pero éste ya se había ido. (Supongo que debería estar bastante agradecida por haberme salvado la vida…)

Sakuya miró hacia Old Town. Pilares de fuego se alzaban en todas las calles. Más allá, sobre el cielo de Central Garden, una luz brillante brillaba como el sol.

Sakuya lo reconoció de aquel día de hace nueve años.

(Raijinki ha sido liberado…)

Una vez liberado un dios, sellarlo de nuevo no era fácil. Durante el ataque a la Orquídea Sakura, en las pocas horas que el Void Lord pasó fusionándose con Fuujinki, Sakuya y Setsura tuvieron que trabajar juntas para encerrar a Raijinki. Y dado que esta no era la tierra de la Orquídea Sakura, Sakuya no creía que pudiera conseguir devolver a la deidad al Horno de Mana del Séptimo Assault Garden por su cuenta.

(Si uso el poder de aceleración de Raikirimaru, podré llegar a tiempo…)

Entonces, la joven vio su rostro reflejado en la hoja pulida de la katana. Su ojo izquierdo emitió un brillo ambarino.

“¡Esto es…!”

Una vez más, una sensación de vértigo la invadió. Tres imágenes dispares del mundo se superponían, y un torrente de información entraba en su mente.

“Kuh, aaah… Guh…!”

Sintiendo como si los nervios de su ojo izquierdo fueran a estallar, Sakuya se agarró la cabeza.

(¿Qué fue… eso…?)

Mientras apretaba los dientes por el dolor, Sakuya estabilizó su respiración.

Cuando abrió el ojo, el mundo superpuesto era uno.

(Este es un ojo místico del tiempo… ¿Acabo de contemplar las posibilidades del futuro?)

Un ojo místico que permitía mirar los posibles resultados. Y Sakuya acababa de ser testigo de una rama potencial. En ella, vislumbró la devastación provocada por los Void… y en su centro había una chica de blanco.

“… ¡Nee-sama…!”

*¡Kzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzt!*

Una figura gigantesca arrojó lanzas de rayos que atravesaron los altos edificios de Central Garden. Las luces de la ciudad se apagaron, acompañadas de truenos.

“Así que es un demonio”. Comentó Leonis. Estaba en una azotea, sentado en la espalda de Blackas.

Para que fuera adorado como un dios, debía ser un demonio increíblemente poderoso.

“Debió haber servido a Luminous Powers y fue degradado a un dios local de la tierra cuando perdió a sus amos”. Leonis concluyó.

“¿Lo destruimos?” Preguntó Blackas.

“Hm…” Leonis meditó la pregunta.

Con su sello deshecho, Raijinki se encontraba fuera de control. Y como había sido utilizado para proporcionar energía al Horno de Mana, su divinidad como deidad guardiana probablemente había disminuido. Aun así, si no se le controlaba, su destrucción se extendería más allá de Central Garden y llegaría a la Academia Excalibur.

Leonis se rió bajo su máscara. “Derrotar a un simple demonio será fácil, pero es el corazón del Horno de Mana. Preferiría no destruirlo directamente”.

Tenía planeado construir una fortaleza móvil para los Ejércitos de Reyes Demonio, una que estuviera a la altura de los Assault Gardens de la humanidad. La Death Hold de Necrozoa había sido estacionaria y, francamente, siempre había envidiado la Azure Hold de Veira y el Castillo del Otro Mundo de Azra-Ael.

“Puede que quiera reconsiderarlo, Magnus-sama”. Advirtió Blackas.

“¿Qué?”

El lobo negro levantó la cabeza. “Mira eso”.

*… Crack… Crack… ¡Crack…! *

Fisuras comenzaron a formarse en el cielo alrededor de Raijinki.

“… Así que los Void ya están llegando”.

Basándose en lo que Sakuya le había dicho a Leonis, la Reunión Kenki quería utilizar a Raijinki para llamar la atención del Void Lord que había destruido su hogar. Leonis esperaba atrapar a la deidad en el Reino de las Sombras antes de que eso ocurriera, pero…

“No tenemos elección. Debemos destruir al dios de la Orquídea Sakura antes de que emerjan los Void”. Declaró Leonis, bajándose de Blackas.

Acto seguido, golpeó la base del Báculo de los Pecados Sellados contra el suelo.

“Perece, sirviente de los dioses… ¡Meld Gaiez!”

El hechizo de destrucción de Décimo-Orden se activó, y una ráfaga de intensa oscuridad se tragó al demonio del rayo.

“… Hmph, patético”.

“¡Magnus-sama!” Blackas llamó bruscamente.

Un rayo salió del humo de la explosión, dirigiéndose hacia Leonis.

“… ¡Rua Meires!” Leonis, por reflejo, extendió la mano hacia delante y entonó otro hechizo.

Un campo de fuerza se manifestó frente a su palma, desviando el rayo.

“Tch. Si tuviera la cantidad adecuada de mana, ese hechizo lo habría matado de inmediato”. Comentó Leonis con amargura.

En este molesto cuerpo humano, su poder era aproximadamente un tercio de lo que había sido.

“¡Muy bien, simplemente te destruiré con mi siguiente ataque…!” Dijo Leonis, y comenzó a entonar un segundo [Meld Gaiez], esta vez utilizando el Báculo de los Pecados Sellados para potenciar el poder mágico. “¡Perece!”

*¡Booooooooooooooom!*

Una explosión ensordecedora resonó mientras un destello oscuro volvía a sacudir el cielo. Ni siquiera un demonio podría haber sobrevivido a eso.

“… Puede que le haya hecho un mal a Sakuya”.

Si bien no tenía otra opción, estaba matando al guardián de la Orquídea Sakura.

*… Crack…*

Una lágrima se formó en el epicentro de la explosión.

*¡Crack, crack, crack…!*

Se comió el espacio que ocupaba Raijinki mientras algo empezaba a salir de ella.

“¿Qué es eso…?” Gruñó Blackas.

Era… un solo brazo. Un miembro humano salió del vacío y agarró a Raijinki por el cuello.

“¡Magnus-sama…!”

“¡Lo sé…!”

Sintiendo el peligro que se avecinaba, Leonis atacó.

“¡Vira Zuo, Sharianos, Al Gu Belzelga!” Disparó una serie de hechizos de Octavo-Orden, cada uno de ellos de una afinidad elemental diferente.

*¡Boooooom…!*

Los hechizos dieron directamente en su objetivo, pero…

“… ¡¿No le hicieron nada…?!” Leonis apretó los dientes.

El brazo que salió del desgarro en el espacio no sufrió ningún daño.

“¡Graaaaaaaaaaaa!”

Raijinki soltó un aullido de dolor cuando la mano se tensó alrededor de su cuello… y entonces su enorme forma cubierta de rayos fue arrastrada hacia el desgarro.

“Magnus-sama… ¡Se acerca…!” Advirtió Blackas.

El dios de la Orquídea Sakura se había desvanecido, y la grieta donde antes estaba se hizo más grande. Y entonces, algo nuevo apareció, emergiendo del desgarro en el espacio.

“… Ooh… ¡Ohhhhhhhh∞∞∞∞∞∞!”

Parecía como si la parte inferior de un animal gigantesco hubiera sido cosida a la parte superior del cuerpo de un humano. El monstruo mitad bestia tenía ocho brazos y ocho piernas, pelo dorado y brillante, y rasgos pálidos, apuestos y cincelados.

“¡No puede ser…!” Leonis respiró con incredulidad, quedándose inmóvil.

Reconoció la mitad superior de la criatura.

“… Así que tú también… Incluso tú has sido reducido a un Void”.

Debería haber considerado esa posibilidad. Tanto el Archisabio Arakael Degradios como la Santa Tearis Resurrectia se habían convertido en Void, así que el hecho de que éste fuera igual no debería haber sido una sorpresa.

Era el más fuerte entre los Seis Héroes, el Maestro Espadachín… Shardark Shin Ignis.

“… Esta será la séptima vez que nos encontramos en batalla, sensei”. Leonis susurró, con su mano aún apretada en el Báculo de los Pecados Sellados.

“¡Hahhhhhhhhhh!” Gritó Lyseria mientras cargaba hacia adelante.

Saltó, liberando el mana que había reunido en sus piernas para ir más alto.

La Bloody Sword brilló de color rojo mientras se abalanzaba sobre los Void.

Uno de los brazos del gigante salió volando.

“… ¡!”

El Void soltó un aullido frenético y se agitó, aplastando fácilmente a dos lobos de las sombras que le mordían la pierna. Su ataque proyectó una poderosa oleada de aire hacia Lyseria, y la joven tuvo que dejarse caer para esquivarlo.

“¡Blood Chain!¹¹”

Infundiendo su propia sangre con mana, Lyseria la lanzó alrededor del otro brazo del Void. Tras tomar aliento, atacó con su Espada Sagrada, asestando un tajo horizontal que centelleó en la oscuridad.

Sin embargo, no fue suficiente para matar a la monstruosa criatura. (… Es duro. Incluso más que un Clase-Ogro…)

Normalmente, sólo un pelotón entero trabajando en conjunto podía derrotar de forma fiable a los Void de este nivel. Sólo Sakuya o los estudiantes de último año de la academia podrían vencer a un oponente como éste en solitario.

(Tengo que asegurarme al menos de que nadie salga herido).

Lyseria era la única que estaba cerca para defender a los civiles en el refugio. Esto no era como hace seis años. Ahora tenía el poder suficiente para hacer algo.

El Void bajó su enorme brazo con toda la fuerza que pudo acumular. Dividió el suelo, enviando bloques de hormigón por los aires.

“Atraviesa todo, relámpago oscuro… ¡Ivi Ire!”

Lyseria se apartó de un salto y lanzó un hechizo que había aprendido recientemente. Esta iba a ser una batalla prolongada, así que su mejor opción era desgastar a su oponente con tácticas de golpeo y alejamiento.

(… Tengo que proteger el refugio en solitario hasta que lleguen los pelotones de la academia).

El gigantesco Void levantó un brazo y aulló.

“… ¡¿Huh?!” Los ojos de Lyseria se abrieron de par en par con incredulidad.

Partículas de luz se reunieron en la mano del Void, formando una enorme hacha de batalla.

“¿El Void acaba de crear un arma?”

Un Void capaz de invocar un armamento. La Academia Excalibur no tenía

registros de nada parecido. Y, además, casi parecía…

(¡Como una espada sagrada…!)

No, no podría serlo. Las Espadas Sagradas no desprendían ese vapor aceitoso. Sin embargo, Lyseria recordó haber encontrado algo similar recientemente.

(¡La Espada Demoníaca de Liat…!)

El Void con el hacha se precipitó hacia ella.

(¡Es rápido!)

Acortó la distancia en un abrir y cerrar de ojos y golpeó con su arma. Lyseria

intentó desviarlo con la Bloody Sword, pero…

“… ¡Kuh, aaah…!”

La fuerza del golpe de su oponente la hizo volar hacia atrás. El Void la persiguió, atacando con un barrido horizontal. La hoja del hacha ardía en rojo, arrojando una ola de llamas que se precipitó sobre Lyseria.

Lyseria clavó rápidamente la Bloody Sword en el suelo, y cubrió todo su cuerpo con hojas de sangre que brillaban con un tono carmesí.

Cuando la joven emergió, llevaba puesto el Vestido del Verdadero Ancestro, un objeto de Clase-Leyenda que le había regalado Leonis. El cabello plateado de Lyseria brillaba con mana mientras extendía su mano izquierda. Un círculo mágico se formó en su palma.

“Te haré volar… Di Farga”.

Este era el hechizo de Segundo-Orden más potente que Lyseria podía utilizar actualmente. Un destello escarlata surgió, anulando la ola de llamas. Sin embargo, el Void no detuvo su avance.

“¡Ahhhhhhhhhhhhh!” Todo el cuerpo de Lyseria brillaba con mana.

Sujetando la Bloody Sword con ambas manos, bloqueó el hacha que se aproximaba.

“… ¡Re… trocede…!”

Sus brazos se entumecieron. El Vestido del Verdadero Ancestro tenía un precio. Aunque reforzaba significativamente la destreza física del portador, a cambio consumía una gran cantidad de mana. En otras palabras, tenía que derrotar a este Void rápidamente, o sin duda perdería.

(¡Este no es un Void normal…!) Lyseria se mordió el labio, esquivando a duras penas su ráfaga de golpes.

El gigantesco Void se movía como un magistral guerrero.

“¡Hyahhhhhhh!” Tras esquivar los numerosos ataques del Void, Lyseria se lanzó a su flanco.

“Florece como una flor brillante… ¡Blood Vein!¹²”

El  mana  llenó  la  Bloody  Sword,  cuyo  filo  emanaba  una  luz  carmesí.

Incontables cuchillas de sangre se manifestaron para destrozar al Void.

(… ¡Lo aplastaré de esta manera!)

Con el vestido del Verdadero Ancestro revoloteando, Lyseria dio otro golpe

en el núcleo del Void. Sin embargo…

“… ¡∞∞∞∞∞∞!”

El Void aulló y bajó su hacha de nuevo. Intensas llamas emergieron hacia Lyseria. Como miembro de los no muertos, Lyseria era extremadamente débil al fuego. Ni siquiera su estatus de Reina Vampiro la libraba de esa debilidad.

“… ¡!”

Evitó forzosamente el ataque impulsándose con mana. En su camino, unas lenguas abrasadoras lamieron el aire. Si el fuego se extendía, no tendría a dónde huir.

(¡No es bueno!)

Justo cuando parecía que las llamas estaban a punto de consumir a Lyseria…

Un haz de luz atravesó el campo de batalla.

*¡Boooooooom!*

Una explosión hizo volar sedimentos y escombros en el aire, deteniendo el fuego.

“… ¡!”

Mirando hacia arriba, Lyseria vio un orbe del Eye of the Witch que brillaba intensamente y flotaba en el aire.

“¡Fine-senpai!”

<<¡Te cubriré, Seria!>>

El orbe giró y disparó otro haz de luz hacia el Void. El rayo abrasador golpeó al monstruo en el brazo que sujetaba el hacha.

(¡Ahora es mi oportunidad!)

Lyseria se apresuró a atravesar el humo ascendente. Canalizó su mana de

Reina Vampiro en la Bloody Sword y…

“¡Blood Blade!¹³”

Todo su poder se liberó a la vez. Una tormenta de espadas rojas se arremolinó alrededor del cuerpo del Void gigante. Su descomunal forma finalmente se derrumbó con un fuerte golpe.

“Haah, haah, haah… Me has salvado allí, Fine-senpai”. Lyseria le dio las gracias, recuperando el aliento.

<<Nunca pensé que vería a los Void usando Espadas Demoníacas…>> Comentó Elfine.

*¡Crack…!*

El sonido del cristal rompiéndose llenó la zona.

“… ¡¿?!” Lyseria miró hacia arriba.

Una enorme fisura recorría el cielo sobre el Séptimo Assault Garden.

“¡Una fractura tan inmensa en la realidad!”

Lyseria sólo había visto una así de grande una vez. Había sido hace seis años,

justo antes de la Estampida que destruyó el Tercer Assault Garden…

“… ¡∞∞∞∞∞∞∞!”

Y de repente, el Void que acababan de derribar abrió los ojos y gritó.

“… ¡¿Aún está vivo?!”

Lyseria alzó inmediatamente su Espada Sagrada, pero el Void simplemente saltó y aterrizó en un edificio cercano. Luego comenzó a correr hacia Central Garden.

“Seria, todos los Void en Old Town han comenzado a dirigirse hacia el mismo lugar”. Dijo Elfine.

“¿Qué? ¿Por qué?”

<<Yo tampoco lo sé. Pero definitivamente algo está sucediendo en Central Garden…>>

Lyseria sintió de repente que su corazón latía siniestramente. Tenía un mal presentimiento.

“¡Fine-senpai, iré a Central Garden!”

<<¿Huh? ¡Seria, espera…!>>

Pero Lyseria ya se había ido.

El Void Lord Shardark, el Maestro Espadachín de los Seis Héroes, había emergido del desgarro en la realidad. Había devorado a la deidad de la Orquídea Sakura, Fuujinki, y se había fusionado con uno de los Reyes Demonio, Dizolf Zoa, el Rey Demonio de la Ira. Después de transformarse tantas veces, su aspecto era completamente diferente al de hace nueve años. Todo lo que quedaba de su cuerpo original era su rostro, e incluso eso estaba incompleto. Uno de sus ojos había sido aplastado y ya no estaba.

Y ahora este monstruo había absorbido a la otra deidad de la Orquídea Sakura en su interior. De pie en lo alto de un edificio laminado cercano estaba Setsura, esperando pacientemente a que el Void Lord emergiera por completo.

Sacó un cristal negro triangular de la manga de su traje blanco. Se trataba de un Trapezoedro… un fragmento de la diosa que había perecido hace mil años. Por sí mismo, no era más que una piedra sin mana.

Pero si se colocaba en un recipiente compatible, podía convertirse en un receptáculo para el alma de la diosa.

El papel de Setsura era llamar a Shardark de los Seis Héroes y convertirlo en un receptáculo para la diosa. La Reunión Kenki… o más bien, sus Espadas Demoníacas… debían ser el sacrificio para ella.

Sin embargo, el plan se había desviado. Shardark estaba enzarzado en un combate con alguien, ese hombre enmascarado con el que había luchado antes.

(Un maestro de la hechicería, un arte antiguo que se dice que se extinguió hace siglos).

Durante su enfrentamiento, había descargado un poderoso hechizo tras otro. Nefakess había advertido a Setsura de que en el Séptimo Assault Garden se escondía alguien capaz de destruir al Archi-Sabio Arakael…

En cualquier caso, ahora que esos dos monstruos estaban enzarzados en una batalla, no podía ni acercarse a ellos. Por lo tanto, su única opción era esperar con el fragmento de la diosa en la mano.

Sin embargo, pronto detectó que alguien se acercaba por detrás.

“Nee-sama…”

Setsura se giró. Una chica vestida de sacerdotisa estaba ante ella, con su Espada Sagrada en guardia. Era Sakuya Sieglinde, su hermana menor. Aunque ambas habían cambiado, cada una tenía un sorprendente parecido con la otra.

“… Tenía la impresión de que estabas demasiado herida para moverte”.

Comentó Setsura.

“Hice un trato”. Contestó Sakuya.

“¿Un trato?”

Sea cual sea la respuesta, Sakuya se conformó con no darla. Se limitó a levantar su Espada Sagrada.

Setsura decidió preguntar otra cosa. “¿Cómo supiste dónde estaba?”

“Lo vi”. Contestó Sakuya.

“… ¿?”

Sakuya se levantó el flequillo, revelando su ojo izquierdo, que ahora era de un tono ámbar.

“Ese ojo…” Dijo Setsura.

Sin embargo, antes de que pudiera terminar, Sakuya desapareció en un relámpago.