Isekai Wa Smartphone to Tomoni (NL)

Volumen 25

Capítulo 2: El Refugio Escondido De Los Elfos

Parte 1

“Hmm… Supongo que todavía no es lo suficientemente bueno”.

Floté sobre el castillo con [Fly] y amplifiqué mi hechizo [Search] con mi divinidad, pero todavía no podía buscar en todo el mundo. Eso fue porque [Search] funcionó extendiendo mi poder mágico y haciéndolo resonar con la magia ya presenté en la atmósfera, permitiéndome buscar en cualquier lugar que no estuviera protegido por protecciones mágicas u otras medidas preventivas similares.

Sin embargo, dado que estaba utilizando mi poder divino para usar [Search] esta vez, tuve que extender mi propia divinidad para crear el área de superficie requerida. Pero tal como estaba, no tenía suficiente divinidad para cubrir el mundo entero. A medida que mi divinidad aumentara, eventualmente podría hacerlo… pero todavía no podía.

Yakumo me había dicho que los devotos malvados estaban difundiendo algún tipo de droga que destruía o mutaba a las personas, y que probablemente estaban planeando algo grande. Además, para empeorar las cosas, la droga aparentemente se formó a partir de los restos de los mutantes con los que luché.

Pensé que había eliminado a todos los mutantes durante la limpieza después de la pelea final con el dios malvado, pero aparentemente, me perdí algunos… O tal vez algunos me los habían ocultado. Después de todo, era posible usar protecciones para esconderme de mis habilidades de detección. Por eso decidí usar [Search] para tratar de rastrear a estas personas devotas y malvadas, pero no funcionó. Ni siquiera pude localizar el Arca que nos habían robado, y mucho menos a las personas mismas. Una parte de mí se preguntaba si se mantenía en el espacio entre mundos, como donde se escondió el Phrase durante mi batalla contra ellos. Era molesto que estuvieran escabulléndose por el mundo de esta manera. Deseaba que me atacaran de frente. Sin embargo, probablemente sabían que los aplastaría si hacían eso.

Mientras reflexionaba sobre el asunto, miré hacia abajo y vi que se estaba produciendo un choque feroz. Yakumo empuñaba una espada de madera en el campo de entrenamiento. Su enemigo no era otra que su madre, Yae. Fue un enfrentamiento madre-hija, como cuando Frei peleó con Hilde. Linze también había peleado con Linne, ahora que lo pienso… Tanto Lu como Arcia también habían peleado… en la cocina, de todos modos. Me preguntaba si las madres que compiten contra sus hijas eran algo normal en nuestra familia.

“Estilo Secreto de Kokonoe: ¡Relámpago!”

“Estilo Secreto de Kokonoe: ¡Desastre de Colmillo de Dragón!”

Sus armas se balanceaban a velocidades intensas. A pesar de que estaban usando espadas de entrenamiento de madera, las reforcé lo suficiente como para resistir la fuerza monstruosa que poseían los miembros de mi familia.

… ¿Por qué esas espadas se ven más afiladas de lo normal? ¿Cuántas veces han peleado estas dos?

Con aprensión me dirigí al campo de entrenamiento. Había una gran multitud reunida a su alrededor para ver el choque. No solo los caballeros, sino también las sirvientas y el personal civil. Y entre ellos, reconocí una cara familiar.

“Ah, ¿Jutaro? ¿Estás aquí?”

“Ah, Touya-dono… Er, no. Gran Duque Brunhild. Un placer verte.”

El hombre de ojos severos que observaba atentamente el choque no era otro que Jutaro, el hermano de Yae y el tío de Yakumo. Se alojaba en Brunhild como huésped de nuestro castillo para ser entrenado especialmente en el arte del combate. Su prometida, Ayane, también estaba aquí, por supuesto. A veces entrenaba con los caballeros, pero otras veces tenía sesiones de entrenamiento personal con Moroha.

Ya les había contado a los padres de Yae y a Jutaro sobre Yakumo. Se sorprendieron al principio, pero terminaron aceptando la noticia más rápido de lo que esperaba.

“¿Qué piensas de ellas?”

“¿Que pienso? Bueno… es bastante difícil ponerlo en palabras. Se siente como si Yae me hubiera superado, e incluso su hija también… Me hace cuestionar mi propia fuerza”, respondió Jutaro, con los hombros ligeramente caídos. Honestamente, sentí que estaba siendo demasiado duro consigo mismo. Ya era un hombre muy fuerte. Después de entrenar con Moroha, se volvió aún más hábil, por lo que no había un solo caballero en mi orden que pudiera vencerlo en una sesión de entrenamiento. No pensé que sería una exageración decir que estaba entre los mejores guerreros de todo Eashen. Dicho esto, probablemente nunca sería capaz de alcanzar los picos inhumanos que Yae y Hilde habían alcanzado, así que podía entender sus sentimientos.

“Estilo Secreto de Kokonoe: ¡Viento Pródigo!”

“Estilo Secreto de Kokonoe: ¡Desgarro de Golondrina Voladora!”

Sus espadas chocaron una vez más. Yae atacó desde abajo, enviando la espada de Yakumo volando por los aires y desarmando por completo a la chica.

“¡Encuentro terminado! ¡Yae gana!” Moroha, que estaba haciendo el papel de árbitro, llamó al final. Poco después, la multitud estalló en aplausos.

“Hmm… Pareces estar bien entrenada, lo estas”.

“Ugh… No puedo creer que no soy rival para ti, incluso cuando eres más joven…”

“Conozco el sentimiento, hermana…”, murmuró Frei, comprendiendo la difícil situación de Yakumo.

Vuestras madres ya están al nivel de dioses serviles, sobre todo con esas alianzas que llevan puestas. ¡Niños, no es razonable esperar poder derrotarlos! Demonios, creo que el hecho de que ustedes puedan enfrentarlos de frente es algo de lo que estar orgullosos.

“Mi turno a continuación. ¿Estás listo, Yakumo?” “Ooh sí. N-No te esfuerces demasiado…”

Hilde, con su propia espada de madera en la mano, se puso de pie para enfrentar a Yakumo. La pelea entre la chica y Yae realmente debe haberla irritado. Parecía ansiosa por irse.

Hmm… Después de la pelea con Hilde, ella tiene que enfrentarse al verdadero jefe, Moroha. Lo siento, Yakumo… Tu papá no puede sacarte de esta.

Como mínimo, podría usar [Refresh] en ella después. Sin duda, definitivamente lo necesitaría.

Haz lo mejor que puedas, niña… ¡Te estoy apoyando!

***

“Ugh… estoy tan cansada…” gimió Yakumo. Estaba exhausta después de la pelea, por lo que fue una pequeña misericordia tener la oportunidad de dejarse caer en el Café Parent. El grupo con el que estaba era lo suficientemente grande como para juntar dos mesas. En total, eran ocho, y todas eran hermanas aparte de Allis.

Yakumo, que era la mayor y por lo general mantenía una presencia digna, les estaba mostrando un lado muy poco digno de sí misma.

Quun pareció encontrar esto especialmente divertido, por lo que se burló de ella diciendo: “Parece que eres muy popular, querida hermana”.

“Nunca pedí esto…”

Después de que terminó la pelea de Yakumo con Moroha, tantos caballeros que querían batirse en duelo con ella se le acercaron y terminó luchando contra toda la orden a la vez en una pelea final grande y llamativa.

“Considéralo un castigo por tus viajes sin sentido, ¿eh? Tal vez aprendas algo.”

“Ya he aprendido mucho…” gruñó Yakumo, tragándose el comentario sarcástico de Arcia. Ya había sido sermoneada lo suficiente por su madre.

“¡Oye, oye! Yakumo! ¡¿Luchaste contra esas personas devotas y malvadas?!”

“¡Sí! ¡¿Ganaste?!”

Allis y Linne de repente cambiaron el tema a algo más apremiante.

Yakumo sonrió suavemente mientras se llevaba un vaso de agua a los labios. Luego lo dejó y suspiró en silencio antes de responder: “Luché contra dos de ellos. Un hombre con un casco extraño con un hacha azul y una mujer con una máscara de hierro con una maza naranja. El del casco escapó durante mi pelea con él, y yo escapé de la mujer de la máscara durante mi pelea con ella”.

“¿Escapaste?”

“Tenía un compañero conmigo, así que no tenía otra opción. De lo contrario, habría hecho una parada. Se hacía llamar el profesor, tenía muchos Gollems y—”

“¡¿E-El profesor?! ¡¿Y-Y-Yakumo?! ¡¿Conociste al profesor de todas las personas?!” Quun prácticamente saltó de su silla, armando suficiente alboroto para llamar la atención de algunos comensales cercanos.

“¿Hmm? ¿No lo sabías? Pensé que fue a ver a Elluka…”

“¡¿Él lo hizo?! ¡T-Tengo que irme!” Quun exclamó, e inmediatamente salió corriendo por la puerta y salió del café.

Yoshino negó con la cabeza, aparentemente decepcionada de que una de sus hermanas estuviera tan ansiosa por huir de su almuerzo.

“Ni siquiera hemos recibido nuestros pedidos todavía…”

“Está bien. Me comeré la parte de Quun”, respondió Frei rápidamente, con una amplia sonrisa debido a su buena fortuna. Aparentemente, no tuvo ningún problema con que su hermana los abandonara.

“… Entonces, ¿qué puedes decirnos sobre los devotos malvados?”

Una vez superado el arrebato de Quun, Yoshino desvió la conversación de nuevo al tema.

“Realmente no luché contra ninguno de ellos correctamente, pero creo que cualquiera de nosotras es lo suficientemente fuerte como para derrotarlos. Nuestras madres los destruirían. Sin embargo, parecen poseer poderes únicos. La mujer enmascarada tenía una habilidad parecida a la tuya, Linne.”

“¿Como la mía?” preguntó Linne, levantando una ceja confundida.

“Tenía algo similar a [Gravity] imbuido en su arma. Tal vez la habilidad del hombre con casco para teletransportar cosas también sea su propia especialidad. Su hacha y maza eran bastante sospechosas por sí solas, en realidad. Podía sentir una gran parte del poder del dios malvado dentro de ellos”.

“Oh, eso me recuerda. El malvado miembro devoto que robó el Arca también tenía un extraño estoque rojo…” Las palabras de Yakumo le recordaron a Arcia ese pequeño detalle. No había tenido la oportunidad de verlo claramente, pero era una similitud suficiente para señalar.

“¿Entonces podrían ser algún tipo de tesoros sagrados imbuidos de divinidad? Tesoros malvados, ¿tal vez?” Frei murmuró para sí misma cuando la camarera finalmente apareció con una bandeja llena de postres.

“¡Perdón por la espera allí, niños! Aquí está su parfait de frutas y su Mont Blanc.”

“¡Hurra!”

El parfait de frutas se colocó frente a Linne, mientras que Arcia tomó el Mont Blanc. Entonces, la mesera comenzó a servir el resto. Frei pidió un mille-feuille, junto con un delicioso pastel enrollado. El pastel de rollos había sido pedido de Quun, pero ya no era de ella.

“Me alegro de que todos hayamos llegado hasta aquí sin ningún problema hasta ahora”.

“Es posible que hayas regresado con bastante facilidad gracias a tu teletransportación, Yoshino… pero Elna y yo perdimos nuestros teléfonos en un río en el momento en que aparecimos…”

Yoshino casualmente masticó su shortcake mientras hablaba, para disgusto de Linne. Yakumo y Yoshino podían atravesar largas distancias, Quun se materializó no muy lejos de Brunhild y Arcia pudo usar Distortion Blau para llegar más rápido. Los otros, sin embargo, tuvieron más dificultades para llegar a casa.

Frei había terminado materializándose en la lejana isla de Helgaia, pero se las arregló para usar su teléfono para hacer contacto con bastante facilidad.

“Hmm… Kuon y Steph todavía no están aquí, ¿verdad? ¿Crees que podrían haber tenido algún problema? ¿Perdieron sus teléfonos como lo hicimos nosotras, tal vez?” Elna reflexionó en voz baja mientras empujaba su tarta de fresa. Kuon era un chico pragmático, por lo que tenía que haber alguna razón por la que simplemente no llamó de inmediato.

Frei se rio en voz baja mientras comenzaba a pulir su pastel y luego respondió: “Por lo general, tiene la cabeza fría, pero nuestro Kuon podría estar fuera de su alcance esta vez”.

“¡De ninguna manera! ¡Tiene una cabeza muy nivelada! ¡Eso es lo que amo de él!”.

“Ha. Ahí vas de nuevo con tu Kuonmania, Allis…” murmuró Linne, sacudiendo la cabeza con incredulidad. Kuon y Allis habían sido casi inseparables desde que eran bebés, probablemente porque tenían más o menos la misma edad. Nadie sabía exactamente cuándo Allis había comenzado a enamorarse de Kuon, ni siquiera las hermanas en la mesa. Sin embargo, uno probablemente podría considerarlo un resultado natural. Después de todo, Kuon era el único chico de la edad de Allis que era capaz de igualar su ritmo. Y por lo que sabían las hermanas, Kuon también se preocupaba por ella… aunque él no era tan abierto sobre sus sentimientos como ella sobre los de ella.

“Realmente te gusta Kuon, ¿no?”

“¡Por supuesto! ¡Es fuerte, genial y gentil!”. Allis respondió, sonriendo inocentemente ante la pregunta de Elna. Su actitud directa fue suficiente para que las hermanas se rieran nerviosamente, pero era el tipo de cosa que haría rechinar los dientes al pobre Ende si lo hubiera escuchado.

Kuon y Allis estaban en muy buenos términos con los padres del otro, por lo que el único que era un palo en el barro era Ende. Realmente, los dos podrían haberse comprometido para casarse en ese momento, pero Touya tenía una política firme de permitir los compromisos solo cuando los niños alcanzaran la mayoría de edad, y en los propios términos de los niños, por lo que no había llegado a ese punto. un nivel oficial todavía.

Por supuesto, esa línea de pensamiento no era únicamente por el bien de sus hijos. Touya no quería que sus hijos tuvieran prometidas políticamente motivadas a una edad temprana, por lo que era más por su propia cordura que por cualquier otra cosa. Por eso ninguno de los hijos de Touya estaba comprometido, a pesar de que todas eran princesas reales.

Había varias personas de otras naciones que habían hecho consultas formales sobre posibles arreglos de compromiso, pero Touya los había negado por completo. Ninguna de las hermanas tenía un interés particular en las relaciones todavía, por lo que a todas les parecía bien.

Dejando a un lado esa digresión, las chicas todavía estaban reflexionando sobre el destino de los dos hermanos restantes.

“¿Entonces crees que tanto Kuon como Steph perdieron sus teléfonos?”

“Definitivamente podría imaginarme a Steph haciéndolo… Perdió su teléfono más de unas pocas veces en nuestro tiempo, ¿no es así?” Dijo Arcia, dejando escapar un suspiro mientras tomaba un sorbo de su té. Su hermana menor, Stephania, era, en el mejor de los casos, ingenua y, en el peor, catastróficamente densa. Cada vez que tenía una idea, por lo general simplemente cargaba sin pensar en absoluto.

Arcia razonó que Steph no tenía motivos para temer nada debido a lo férreas que eran sus defensas gracias a su habilidad [Prison]. Después de todo, no había nada que pudiera hacerle daño cuando lo activaba. Desafortunadamente, cualquier niña pequeña que se percibía a sí misma como físicamente invencible terminaría metiéndose de cabeza en problemas todo el tiempo.

Linne se volvió hacia Arcia, quien parecía tener la mejor comprensión del carácter de Steph, y preguntó: “¿Quién crees que aparecerá después, entonces? ¿Steph o Kuon?”

“Si Steph está más lejos, entonces tendrá que ser Kuon. Definitivamente habrá comenzado a dirigirse directamente hacia nosotros, pero…”

“Por lo general, tiene la cabeza nivelada, pero nuestro Kuon podría estar fuera de su alcance esta vez”, se repitió Frei como para terminar la oración de Arcia.

Nadie estuvo en desacuerdo con esa evaluación. Claro, Kuon era un genio certificado, pero también era un poco inexperto en los caminos del mundo. Por lo tanto, regularmente se metía en problemas sin querer, al igual que su padre.

“Espero que no se haya metido en problemas…” murmuró Yoshino para sí misma, esperando lo mejor. Todas en la mesa oraron por lo mismo.

***

“Esto es un problema…” murmuró Kuon. Se encontró varado en un camino rural camino a Gallaria, la capital del Imperio Regulus.

Había una montaña de cadáveres esparcidos a su alrededor. Goblins, hobgoblins, arqueros goblins, magos goblins, soldados goblins, guardabosques goblins, generales goblins, señores goblins e incluso un rey goblin… todos habían caído debido a su poder.

¿Por qué habían estado allí tantos goblins para empezar? Esa fue una estampida bastante mal sincronizada. El carruaje en el que viajaba Kuon terminó atrapado en dicha estampida.

Los goblins los persiguieron a toda velocidad, y en la confusión de todo… alguien había empujado a Kuon fuera del carruaje. El chico había quedado completamente atónito. Había sentido la mano en su espalda, y luego estaba en el suelo mientras el carruaje se alejaba a toda velocidad.

El hombre que lo había hecho era alguien que había estado molestando a Kuon durante todo el viaje. Se había estado quejando y refunfuñando durante la mayor parte del viaje. Claramente había empujado a Kuon fuera del carro en estado de pánico, para detener a los goblins que lo perseguían.

La idea probablemente era ofrecer un sacrificio, y el objetivo más fácil habría sido el niño que viajaba solo. El hombre era el tipo de cobarde que constantemente se metía con la persona que consideraba más débil.

Kuon solo tuvo unos momentos para orientarse cuando cayó al suelo, pero rápidamente se puso de pie y lanzó uno de los hechizos característicos de su padre.

“[Slip]!”

“¡¿Gwaaakgh?!” un goblin gritó confundido antes de caer de cabeza. Kuon se apresuró, agarró la espada oxidada que el goblin soltó y la mató rápidamente antes de volverse hacia los demás.

“¡Graaaakh!” un soldado goblin rugió mientras balanceaba su arma hacia Kuon.

“¡Whoops!”

Afortunadamente, el chico se agachó rápidamente, su ojo brillando con un tono dorado anaranjado todo el tiempo. Ese era el poder de la precognición. Era uno de los siete ojos místicos de Kuon; a saber, el que le permitía predecir los movimientos de su enemigo. Funcionó de manera similar a la capacidad de previsión de su madre, pero solo se activó en ráfagas muy cortas. Sin embargo, eso todavía lo convirtió en una herramienta efectiva para evitar los ataques enemigos.

Kuon se dedicó a esquivar ataques, robar armas y usar dichas armas para masacrar a la horda de goblins que se acercaba. Después de diez minutos más o menos, él era el único que quedaba en pie.

Cuando Kuon fue arrojado del carruaje, perdió el arco y la flecha que había traído consigo. Afortunadamente, tenía todo lo demás que poseía en la mochila que llevaba puesta. Por lo tanto, la única pregunta que quedaba era cómo proceder.

“¿Debería caminar desde aquí?” Kuon murmuró, reflexionando sobre el asunto.

Esperó allí durante unas dos horas, pero no había señales de su carruaje original ni de ninguno nuevo. No tenía más remedio que partir por su cuenta. Solo tenía que esperar que el hombre que lo había empujado fuera del carro fuera acusado por las autoridades pertinentes al final de su viaje.

“Probablemente piensen que estoy muerto…”

Había un pueblo que no estaba muy lejos, pero a la luz de la estampida, habría sido evacuado o fortificado, por lo que no tenía sentido investigar.

El chico dejó escapar un pequeño suspiro y sacó un mapa de su bolsillo. Había comprado el sencillo mapa de tela en una tienda antes de subirse al carruaje. El padre de Kuon, Touya, había mapeado varias regiones usando su teléfono. Luego vendió la información cartográfica a varias naciones, creando mapas aún más complejos para el consumo público. No eran baratos, pero eran útiles en momentos como este, especialmente porque había perdido su teléfono inteligente.

“Hmm… Partí de Betan, y habríamos pasado por Lybub pronto… así que si atravieso este bosque aquí, debería llegar a Gallaria en breve. En el peor de los casos, llegaré a un pueblo más cercano”.

Kuon miró su mapa, luego miró el denso bosque a su izquierda. Sería más rápido para él atravesar el bosque que seguir el camino. El mapa mostraba un área bastante densa, pero al chico no le importaba un desafío. Claro, podría haber monstruos o bestias allí, pero eso no representaría una gran amenaza para él.

Kuon comenzó a buscar entre la pila de goblins muertos un arma adecuada. El que manejaba el rey goblin parecía más limpio, pero era demasiado grande para que Kuon lo manejara con eficacia.

“Este debería servir…” murmuró mientras tomaba un cuchillo que había sido empuñado por uno de los soldados goblins. Probablemente había sido saqueado de un aventurero recientemente, ya que no estaba tan gastado o astillado como la mayoría de las otras armas que la horda había manejado.

Kuon hubiera preferido tener una vaina, pero los goblins no eran lo suficientemente civilizados para esas cosas, así que, en cambio, sacó un paño de su mochila y lo envolvió alrededor del cuchillo. Luego, lo deslizó en el bolsillo de su abrigo para facilitar el acceso.

“Tal vez encuentre una bestia que pueda llevarme…”

Uno de los ojos místicos de Kuon tenía el poder de la subordinación, una fuerza que podía obligar a animales y monstruos por igual a servirlo. Desafortunadamente, tenía condiciones de trabajo específicas y no siempre era confiable, por lo que básicamente fue cuestión de suerte.

“Vámonos. No tiene sentido quedarse parado”, murmuró para sí mismo en busca de un poco de inspiración, luego se dirigió hacia el denso bosque frente a él.

El bosque estaba tan cubierto que casi se sentía como si el lugar estuviera intentando negar activamente la entrada a todos los forasteros. La mayoría de las personas que se encontraron con estos bosques los habrían encontrado desagradables. Había una especie de presión silenciosa que emanaba de los árboles.

Peligro. Huir. Este bosque es peligroso. Huir. Peligro. Abandonar. Miedo. Miedo. Miedo.

Cualquier persona normal habría prestado atención a la creciente ansiedad inducida por las olas silenciosas, pero Kuon simplemente avanzó sin preocuparse por nada.

No era que Kuon no pudiera sentirlo. En todo caso, la intimidación palpitante lo estaba mordiendo directamente. Simplemente no tenía tiempo de sobra.

“Esta es una especie de protección mágica… y poderosa también.

¿Significa eso que hay algo especial en este bosque?”

Kuon usó el cuchillo que le había robado al duende para cortar las ramas y los arbustos mientras pasaba. No pudo evitar encontrar el lugar más extraño a medida que se movía más profundo. Se sentía como si algo estuviera cerca, observándolo, pero no podía decir si eso era solo un efecto de la protección intimidatoria.

Después de un tiempo, una densa niebla los atravesó y se volvió más difícil de ver. Kuon apenas podía distinguir sus manos frente a él en ese punto, lo que le pareció extraño, ya que la niebla normalmente se formaba cuando la temperatura era baja y había mucha humedad. Después de todo, esa era la razón típica por la que la niebla llegaba después de la lluvia. Y, sin embargo, el bosque no era ni frío ni húmedo… También había sentido un pulso de poder mágico cerca.

Al sumar todos esos factores, quedó claro que esta niebla probablemente fue hecha por el hombre, probablemente por las mismas personas que habían colocado la protección alrededor del bosque. Si esto fue un intento de perder a Kuon o sacarlo del bosque, entonces…

“Detente ahí”, sonó una voz desde la niebla, deteniendo los movimientos de Kuon. Era una voz ronca que parecía pertenecer a un anciano. El instinto de Kuon de ser observado aparentemente era correcto, y ahora esta persona estaba usando la niebla para ofuscarse.

“Joven. Regresa de inmediato, no sea que incurras en la maldición de la calamidad… Abandona este lugar…”

“No, estoy bien, gracias. Solo quiero atravesar el bosque lo más rápido que pueda. ¿Quieres una ofrenda o algo? Puedo pagar.”

“¿Q-Qué?” la vieja voz ronca respondió confundida, vacilando ligeramente. Claramente, quienquiera que estuviera hablando esperaba que Kuon reaccionara con miedo… no así.

“No necesitamos tu dinero, niño. Abandona este lugar de inmediato a menos que desees que los monstruos te muerdan los huesos.”

“Mira, realmente no me importa lo que digas aquí. Necesito atravesar este bosque para llegar al otro lado. No voy a dar la vuelta, ¿de acuerdo? No pretendo hacerte daño, así que déjame pasar.”

“¡No! ¡Vuelve!”

“No está pasando.” “¡No es justo! ¡Vamos!”

Kuon comenzó a moverse de nuevo, y la voz se hizo un poco más tensa. El chico captó el sonido de las hojas susurrando sobre él. Parecía que quienquiera que le estuviera hablando se escondía entre los árboles.

“… ¡¿Qué estás haciendo?! ¡Haz que se dé la vuelta!

“Ugh, supongo que no tengo otra opción aquí… Lo asustaremos un poco más, no te preocupes”.

“¿Hm?”

Los oídos de Kuon captaron dos voces en voz baja esta vez. El sonido de un hombre joven y una mujer joven. La voz ronca probablemente era un acto que habían estado haciendo. Y así, decidió mantener los oídos abiertos mientras continuaba moviéndose por el bosque.

De repente, una sombra apareció ante él. Era una criatura descomunal que medía unos cuatro metros de altura. Su cuerpo estaba hecho de madera, pero tenía una forma generalmente humanoide. Con cada paso que daba, la corteza revoloteaba de su forma.

Era un Golem de Madera… y juvenil, además. Los completamente desarrollados tenían seis metros de altura como mínimo. Aun así, era enorme en comparación con el niño de seis años hacia el que pisoteaba.

“¡Graaargh!”

Kuon lanzó una mirada silenciosa hacia la criatura. Quienquiera que haya estado hablando con él claramente interpretó eso como una señal de miedo, y hablaron una vez más con confianza recuperada.

“¡Fuera, intruso! Para que el Golem de los bosques no te derribe…”

Se escuchó un fuerte estruendo cuando la diminuta cabeza del Golem de Madera se abrió y cayó al suelo, separada de sus anchos hombros. Al mismo tiempo, un rugido profundo retumbó de su cuerpo. Cayó hacia atrás y se hizo añicos en un instante.

Kuon escuchó dos jadeos horrorizados resonar desde arriba.

“Eh. Así que los golems no cuentan como criaturas vivientes, ¿eh?” El ojo de Kuon brilló con un dorado rojizo mientras murmuraba en voz baja. Era uno de los siete ojos místicos de Kuon, que tenía el poder de la compresión. Era un ojo que podía comprimir la materia con solo mirar. Sin embargo, había algunos límites. No podía aplastar objetos que fueran demasiado resistentes, no podía usarlo en criaturas vivas, y tenían que ser cosas que pudiera ver claramente. El ojo funcionaba en cosas como esqueletos y zombis, por lo que Kuon pensó en usarlo para apuntar al núcleo de la garganta del Golem de Madera. Para su sorpresa, en realidad funcionó.

“¡¿Qué es este niño ?!” “¡Él no es normal!”

Las voces se habían vuelto tan nerviosas que ya ni siquiera estaban en silencio.

Kuon había escuchado las palabras “no normal” varias veces en su juventud. Todos sus hermanos habían escuchado esas palabras, de verdad. Estaba acostumbrado a que lo vieran como algo no del todo humano. No era exactamente el sentimiento más agradable, pero eso no significaba que se alejaría de sus poderes. Sus poderes eran parte de quién era él; eran preciosos regalos de sus padres.

Kuon pasó junto a los restos del Golem de Madera y se adentró en el bosque.

“¡A-Aaah! ¡Espera! ¡Espera!” “¡Oh, no! ¡Haz que se detenga!”

Un crujido resonó en el bosque cuando el hombre y la mujer finalmente saltaron de los árboles frente a Kuon.

Ambos tenían orejas largas y vestían ropa verde. Este último era probablemente para camuflarse en el bosque, pero el primero…

“Oh, ustedes son elfos”.

“¡No puedes ir más lejos! ¡Por favor, regresa!” el elfo le gritó. Ya había sacado un arco, apuntando una flecha constantemente a Kuon.

La elfa tenía un bastón mágico apuntando al niño de manera similar.

“Como te dije, solo quiero pasar. ¿No puedes simplemente mirar hacia otro lado?”

“¡Suficiente! ¡Te lo hemos advertido varias veces!” el elfo ladró mientras soltaba una de sus flechas, y su compañera conjuró una esfera de agua del tamaño de la cabeza de un hombre.

Kuon rápidamente usó su cuchillo para alejar la flecha, y simplemente miró hacia la esfera de agua mientras su ojo brillaba azul dorado. La esfera se evaporó en la nada justo antes de golpearlo. Ambos elfos quedaron atónitos por ese giro de los acontecimientos.

“¡¿Qué?!”

“¡¿Cómo?!”

“La magia no funciona conmigo. Bueno, no es exactamente eso. Puedo simplemente cancelar sus efectos usando mi ojo místico de negación.”

Había algunos límites para este poder en particular, ya que tenía que poder ver todo el rango del efecto mágico. Por eso no podía usarlo para cancelar la niebla, ya que no podía ver todo. Era una limitación similar a su ojo de compresión, pero al menos podía activarlo desde la distancia.

“¡¿Eh?! ¡¿Qué?!” la mujer maga farfulló mientras trataba de conjurar otra esfera, pero se esfumó en el segundo que se formó en la punta de su bastón.

“¡¿Q-Qué eres?!”

“Soy Mochizuki Kuon. Kuon es mi nombre de pila. ¿Puedo pasar ahora?”

“Ya es suficiente, los tres”, gritó de repente una nueva voz, interrumpiendo la presentación de Kuon.

Tres elfos aparecieron de la maleza. Uno de ellos vestía una túnica verde hierba, y por sus adornos estaba claro que era diferente de los demás.

“¡Anciano!”

A pesar de su título, el hombre no parecía mayor que cualquiera de los otros elfos que lo rodeaban. Parecía tener veintitantos años como máximo, y sus largos mechones dorados no tenían el más mínimo indicio de canas.

“Niño humano, hemos molestado tu paso. Por eso, me disculparía y te invitaría a nuestro refugio élfico. Puedes descansar allí, lavarte y seguir tu camino.”

“¿Un refugio élfico? Agradezco el gesto, pero tengo un poco de prisa…”

“La puesta de sol llega pronto, chico. Intenta deambular por el bosque en la oscuridad y te perderás toda la noche. Pasa la noche con nosotros y luego vete cuando vuelva la luz.”

Kuon miró hacia arriba y vio rastros del cielo del atardecer asomándose a través de las ramas de arriba. Estaba solo, y acampar en el bosque no sonaba tan divertido. Probablemente tendría que dormir en la rama de un árbol solo para evitar a los animales salvajes. No tenía mucha comida, así que comenzó a considerar sus opciones, pero había algo que tenía que verificar primero.

Por solo un momento, el ojo de Kuon brilló con un impresionante platino. Había activado una habilidad especial que le permitía determinar las intenciones y sentimientos de una persona. Era el mismo poder que tenía su madre. No percibió malicia en los elfos, solo una abundante sensación de cautela. También había rastros de miedo dentro, aunque no podía decir si eso estaba relacionado con su presencia o con la presencia de algo más…

“Me quedaré contigo esta noche, entonces. Disculpe las molestias, Mochizuki Kuon a su servicio.”

“Mmm… Soy Wolfram, líder de la aldea élfica en estos lugares. No puedo ofrecerle muchos lujos, pero al menos puedo proporcionarle una cama caliente y una comida caliente. Colette, muéstrale el camino.”

“¡¿Yo?! B-Bien… Por aquí, por favor…”

El mago elfo que había intentado arrojarle una esfera de agua antes dejó escapar un pequeño grito antes de recomponerse y alejar a Kuon. Mientras ella y el niño se adentraban en las profundidades del bosque cercano, el elfo con el arco y la flecha habló en contra de su mayor.

“¡¿Qué está pensando, señor?! ¡No podemos permitir que un niño tan peligroso entre en nuestro santuario!”

“Hay algo en él. Es poderoso para su edad. Muy, muy poderoso… Es posible que pueda ayudarnos.”

El jefe había observado en silencio a Kuon despachar al Golem de Madera. Había observado en silencio cómo el chico había dejado a los otros dos elfos impotentes. Después de ver todo eso, se preguntó si los ojos místicos del chico serían la razón de tanta fuerza. Se preguntó si esa fuerza sería suficiente para lo que necesitaba.

El jefe regresó en silencio a la aldea, aferrándose a la tranquila esperanza de que la salvación finalmente hubiera llegado.

***

El refugio élfico existía en armonía con la naturaleza. Había un solo roble grande en medio del pueblo, y varios puentes colgantes sobresalían de su dosel, que conducían a otros edificios en las ramas superiores de los árboles circundantes. Todo el pueblo estaba suspendido del suelo.

Había algunas luces dispersas aquí y allá, iluminando la oscuridad. Tras una inspección más cercana, Kuon descubrió que en realidad eran luciérnagas en pequeñas botellas de vidrio. Sin embargo, no eran luciérnagas ordinarias. Eran flashflies, un tipo de luciérnaga mágica que absorbía el maná ambiental y lo descargaba en forma de luz poderosa. En resumen, eran animales que naturalmente podían lanzar el hechizo [Light Orb] desde el interior de sus cuerpos.

Kuon se dio cuenta de que la razón por la que se usaban como fuente de luz era porque no sería prudente usar antorchas, ya que llevar una llama abierta cerca de las ramas y hojas de los árboles era un movimiento peligroso.

La cabaña a la que lo habían llevado pertenecía al padre de Colette, el jefe del pueblo. A los ojos de Kuon, parecían hermanos, pero eso era la inmortalidad élfica para ti. Las especies longevas apenas experimentaron cambios físicos una vez que terminaron de madurar. Dos de las madres de Kuon, Leen y Sakura, ya habían terminado de madurar cuando nació Kuon. Sin embargo, todas sus madres fueron bendecidas con diversas formas de divinidad, por lo que sus procesos de envejecimiento serían anormales sin importar qué.

Kuon fue llevado a su habitación, luego se le pidió que viniera a comer. El Jefe Wolfram, junto con su esposa, Ursula, y su hija, Colette, se sentaron a la mesa.

“Mis disculpas. No puedo ofrecerte más que esto.”

“No, está bien, de verdad. En todo caso, estoy increíblemente agradecido”.

Kuon miró la comida esparcida sobre la mesa. Había pan, una ensalada de hojas con frijoles y una sopa con vegetales hervidos y carne asada adentro.

Un estereotipo común sobre los elfos era que eran vegetarianos, pero eso no era cierto en todos los ámbitos. La carne era bastante simple, solo una especie de ave ligeramente salada, pero Kuon se encontró disfrutándola bastante.

Mientras Kuon comía, que era mucho más abundante de lo que había supuesto inicialmente, el jefe Wolfram habló y preguntó: “Ahora bien, Kuon,

¿a dónde vas?”

“Brunhild. Me dirijo allí para ver a mi familia. Estaba planeando pasar por Gallaria primero, pero me perdí y decidí atravesar el bosque en su lugar”.

“Gallaria, la capital… No te equivocas en que es más rápido atravesar el bosque, pero teníamos protecciones diseñadas específicamente para evitar la entrada sin autorización…”

“Lo hiciste, pero no funcionarían conmigo”.

Wolfram no pudo evitar sentirse desconcertado por la respuesta casual de Kuon. No podía entender cómo el chico había sorteado tan fácilmente la protección que le quedaba a la gente de Wolfram, el último remanente mágico de una poderosa civilización antigua. Su esposa e hija tampoco podían creerlo.