Kuro no Shoukanshi (NL)

Volumen 1

Extra 5: Diario De Gerard

Hace ya varias semanas que mi rey compró una esclava, una joven elfa llamada Efil. Cuando se conocieron, todavía era débil y frágil, pero su crecimiento desde entonces ha sido nada menos que notable. A continuación se muestra el registro que he creado para seguir su crecimiento por el amor familiar que he desarrollado por esta chica, que tiene la edad perfecta para ser mi nieta.

Segundo día después de la compra de Efil

Aunque la limpiaron y le dieron un uniforme de sirvienta, su cuerpo seguía siendo demasiado débil y frágil para realizar cualquier trabajo manual. Realmente no había solución para esto, aparte de seguir comiendo las comidas bien equilibradas de Clare y de ir recuperando poco a poco su cuerpo.

Hoy hemos ido a comprar ropa para Efil. Por lo visto, está planeando confiar en sus propias habilidades para confeccionar lo que realmente quiere llevar en el futuro, así que lo que hemos escogido hoy es sólo para que le sirva de ayuda hasta entonces.

—Maestro, por favor, espéreme…

No importaba a dónde fueran, Efil siempre se quedaba detrás de mí rey como un pequeño cachorro. Cuando se dio cuenta, mi rey la tomó de la mano, lo que hizo que ella se pusiera repentinamente toda roja en una muestra realmente inocente. Ver a los jóvenes disfrutando de su juventud realmente me hace recordar. Podría verlos todo el día.

Tercer día

Mi rey visitó el Gremio de Aventureros junto con Efil. Tal y como se había hablado antes, ella se inscribiría allí como aventurera. Esto puede sonar un poco raro viniendo de mi boca, pero fue después de completar mi búsqueda de subyugación que mi rey había sido visto bajo una nueva luz por todo el mundo. ¿Y por qué no iba a hacerlo? Un aventurero de rango B es, a todos los efectos, el mejor aventurero de Parth. Lo dijo la candidata a concubina que atiende la recepción del gremio.

En poco tiempo, el registro terminó sin contratiempos. Sin embargo, la recepcionista pareció muy sorprendida cuando vio por primera vez a Efil junto a mi rey. ¿Se van a pelear las dos por él? Será interesante verlo.

Después de registrarse, mi rey llevó a Efil al campo de prácticas del gremio para que probara su habilidad con el arco.

—Apunta al centro de esa diana. ¿Crees que puedes hacerlo?

—No estoy segura, pero lo intentaré.

Efil parecía muy nervioso. La noticia de que mi rey estaba formando grupo con una prometedora recién llegada se había extendido por el gremio como un reguero de pólvora, llamando la atención de muchos aventureros. Estaba muy preocupada por ella…

— ¡Lo hice! Lo hice, ¡¡Maestro!!

Bueno, estaba preocupado por ella hasta que dio en la diana no sólo en una, sino en todas las dianas. Mientras sus orejas se movían incesantemente como reacción a las palmaditas que mi rey le daba en la cabeza como recompensa, los demás aventureros zumbaban de asombro.

Jaja, ¿sorprendidos? ¡Así de talentosa es nuestra Efil! Al igual que mi rey, yo había creído en ella desde el principio.

5º día

Hoy, Efil reunió todo su valor para bajar la cabeza. ¿A quién, preguntas? A Clara, la dueña de la posada donde se alojan mi rey y Efil. Ella quería hacer la comida de mi rey con sus propias manos. Hasta ahora, ha estado viendo a Clare cocinar desde lejos, lo que claramente le ha dado ideas. Qué chica tan admirable es.

En cuanto a la reacción de Clara… bueno, sus ojos se abrieron de par en par cuando escuchó la petición de Efil, probablemente tomada por sorpresa por lo decidida que sonaba. Sin embargo, dio su consentimiento de buena gana, e incluso llegó a ofrecerse a enseñarle a cocinar. Después de todo, Clara es una gran mujer. ¿Qué, yo? Mi esposa será siempre la única para mí.

Día 14

Como Efil se ha acostumbrado a las misiones de subyugación, hoy fuimos a por una caza mayor. Nuestro objetivo esta vez era el Tigre Blindado. Según mi rey, se trataba de una misión especial que le había asignado personalmente el jefe del gremio.

—La formación será la habitual: Gerard y Clotho al frente, Efil y yo como apoyo. Esta vez, haremos que Efil pruebe el nuevo movimiento que acaba de idear. Así que Efil, activa acción encubierta y permanece en espera. Siéntete libre de disparar una vez que veas una apertura.

—Sí, Maestro. Me aseguraré de hacerlo volar.

Últimamente, Efil se ha vuelto confiable como camarada de batalla y como sirvienta. Cuando recuerdo cómo era al principio, me hace sentir un poco solo, pero esto es lo que pasa cuando crecen. Supongo que debería alegrarme por ello.

Y, bueno, parece que ella y mi rey se ponen bastante cariñosos el uno con el otro cuando están a solas. Mi rey se toma la molestia de desactivar la Red, así que es realmente obvio. Ni siquiera yo sería tan burdo como para espiar o algo así, así que esperaría que tuvieran más confianza en mí.

Ah, claro, hablando de eso, casualmente vi a mi rey y a Efil debajo de un árbol, espera, mi rey, ¡¿cuánto tiempo llevas ahí?! No, espera, ¡no lo leas! Ese es mi secreto…

La resaca de Sera

—Ughh, me late la cabeza… qué es esto…— Gemí al despertarme con un dolor de cabeza que parecía estar enterrado en lo más profundo de mi cráneo. — ¿Qué… estuve haciendo ayer?

Mi cuerpo se sentía extremadamente letárgico. Además, mi memoria era borrosa y, por alguna razón, estaba durmiendo en una cama desconocida. Creía recordar débilmente que alguien me llevaba en brazos, pero no podía asegurarlo.

En cualquier caso, no quería moverme. En momentos como éste, lo mejor era volver a dormir.

Sin embargo, justo cuando volví a esconderme bajo las sábanas, llamaron a mi puerta.

—Sera, ya es mediodía. ¿No es hora de levantarse?

La voz pertenecía a Kelvin, la persona que me había rescatado de la oscuridad justo el día anterior. Era el primer varón humanoide que conocía, aparte de Padre, pero no parecía tan bárbaro como esperaba, por aquello de que Padre me decía que “todos los machos son lobos hambrientos”.

— ¿Puedo entrar?

—Eh… claro.

—Muy bien, discúlpeme. Ahhh, parece que tienes resaca.

— ¿Resaca?

Si no recordaba mal, la “resaca” era la única enfermedad causada por beber demasiado alcohol, la que siempre veía sufrir a papá… Me dijo que nunca bebiera, pero… oh.

—Yo… ¿bebí alcohol y me desmayé?

—Así que lo recuerdas. Lo siento, me precipité al ofrecerte un poco.

—No, sólo lo adiviné. Padre era así.

Padre también se emborrachaba con extrema facilidad, a pesar de que le encantaba beber. Recordé con nostalgia la visión de los Cuatro Generales Demoníacos tratando frenéticamente de lidiar con él.

—Oh, ¿los demonios son generalmente débiles al alcohol? No me lo esperaba.

—Mmm… no sé sobre otros demonios, pero de entre mis padres y los Cuatro Generales Demoníacos, sólo Padre era así. Madre era en realidad bastante fuerte, en todo caso.

—Así que te pareces a tu padre, entonces. En cualquier caso, por favor, no vuelvas a beber alcohol.

— ¿Eh? ¿Seguro?

Kelvin parecía mortalmente serio mientras bajaba la cabeza hacia mí. Había visto esto antes. Así era la mirada de Viktor cuando intentaba sugerirle algo a Padre en nombre de los otros sirvientes. ¿Le hice algo a Kelvin ayer?

—Gracias. Si eso sucediera una y otra vez, no estoy seguro de que mi cuerpo pudiera soportarlo…

— ¿Qué?

—Ah, nada, sólo estaba hablando conmigo mismo. Más importante, ¿cómo te sientes?

—Me duele la cabeza y tengo ganas de vomitar. Para ser sincera, es lo peor.

No recordaba nada de aquello, pero tenía la sensación de que me había divertido mucho durante la borrachera. Sin embargo, si iba a tener que sufrir esto cada vez que bebiera, probablemente debería seguir el consejo de Kelvin y no volver a hacerlo. Ohhh, así que Kelvin dijo lo que dijo porque estaba preocupado por mí.

—En ese caso, recuéstate. Te curaré ahora.

— ¿Curarme? Entonces… ¿así?

Tal y como me pidió, me tumbé de espaldas. Kelvin puso la palma de su mano en mi frente. Se sentía fresco y agradable. Cuando cerré los ojos, cantó algo. Extrañamente, mi estado de ánimo se calmó y…

— ¿Hmm? Ya no me siento mal. Y mi dolor de cabeza también ha desaparecido.

—He aliviado tus síntomas con Magia Blanca. Vamos, comer… bueno, ahora es el almuerzo, supongo. De todos modos, Efil ya ha preparado todo, así que bajemos a comer.

—Está bien…

—Tu cara todavía parece un poco roja. ¿Estás bien?

—Yo… ¡estoy bien! ¡De verdad!

Acababa de recordar que Kelvin era el primer chico de mi edad con el que había hablado. Ayer no estaba en condiciones de pensar en ello, pero darme cuenta ahora me hacía sentir bastante avergonzada. Sin embargo, no me disgustó… no creo.

— ¿Seguro? No te presiones, ¿de acuerdo?

— ¡Estoy totalmente bien! Vamos, pongámonos en marcha.

Tomé la mano de Kelvin y bajé corriendo a la planta baja, donde me esperaba la comida. Todavía no estaba segura de lo que sentía exactamente, pero no era propio de mí preocuparme por ello. Podía preocuparme cuando quisiera. Viktor me dijo que fuera a ver el mundo exterior. Así que por ahora, simplemente voy a disfrutar todo lo que pueda.

La mañana de Efil

Como todas las mañanas, me desperté cuando el sol estaba a punto de salir. En cuanto abrí los ojos, tenía ante mí el rostro de mi Maestro, la persona a la que amaba con todo mí ser. Volví a recordar lo afortunada que era. El yo de hace apenas un mes no habría podido ni soñar con tales circunstancias.

—Buenos días, Maestro.

Anoche nos habíamos acostado bastante tarde. Y así, para no despertar al Maestro, le saludé en un suave susurro. Tenía muchas ganas de seguir contemplando su rostro dormido, pero tenía que preparar el desayuno. Me recompuse, me puse el uniforme de sirvienta y bajé a la cocina de la posada.

—Buenos días, Clare-san.

— ¿Tú también te acabas de levantar, Efil-chan? Buenos días a ti también.

Al entrar en la cocina, me encontré con que Clare-san ya había empezado a preparar los desayunos de los huéspedes. A pesar de las molestias, fue tan generosa que me permitió utilizar el espacio para preparar el desayuno del Maestro y del resto de mi grupo. Sólo tuve que pedírselo una vez, y ella accedió de inmediato, llegando incluso a enseñarme a cocinar. Le debía tanto que no creía que pudiera pagarle del todo. Como una forma simbólica de expresar mi gratitud, siempre que podía intentaba ayudar en la taberna. Espero que mi pequeña contribución le sea útil de alguna manera.

—Mm, parece que llego un poco temprano.

—Buenos días, Gerard-san.

—Lo siento, cliente. Todavía estamos en medio de la preparación.

Mientras Clare-san y yo seguíamos ocupándonos, Gerard-san había bajado de su habitación. Tras haber sido capaz de materializar su cuerpo el otro día, había empezado a alojarse en una habitación propia en la posada “Fairy’s Song”, y se decidió que desayunaría con nosotros en adelante. Tenía más apetito que el Maestro, así que le preparé una ración más grande.

—No hay problema. Saldré a dar mi paseo matutino diario.

— ¿No te vas a quitar la armadura?

A pesar de que se había materializado, Gerard-san seguía siendo inflexible a la hora de dejarse la armadura puesta. Con toda probabilidad, probablemente haya dormido con ella. ¿No le parece sofocante?

—Para mí, éste es mi estado natural. Efil, nunca, nunca intentes asomarte a mi cuerpo, ¿de acuerdo?

—Por supuesto. No lo haré.

El habitualmente despreocupado Gerard-san insistió en su advertencia con lo que me pareció una cara seria. Gerard-san, ¿qué secreto esconde exactamente tu cuerpo?

— ¡Si alguien me ve, me moriré de vergüenza! Dios mío, eres una pervertida.

O eso había pensado, pero resultó que era el Gerard-san de siempre después de todo. Clare-san estaba mirando a la pared, aparentemente conteniendo la risa. Aunque su explicación era indirecta, aparentemente Gerard-san estaba simplemente avergonzado. Después de decir lo que quería decir, se puso a caminar enérgicamente. Qué persona tan despreocupada es realmente.

—Efil, buenos díaaaaassss.

—Buenos días, Sera-san.

Varios minutos después de que Gerard-san se fuera, le tocó a Sera-san despertarse. Ayer, había dormido hasta el mediodía porque estaba sufriendo una resaca, pero hoy, se levantó muy temprano.

—Todavía no estoy en plena forma. Como he dormido tanto tiempo, ahora mi cuerpo no se mueve como yo le ordeno. ¿Sabes lo que quiero decir?

Sera-san era nuestra última camarada, ya que se había convertido en seguidora del Maestro hace sólo dos días. Todavía desconocía sus preferencias por la comida y su ritmo diario, así que iba a tener que confirmarlo todo cuanto antes. Al fin y al cabo, asegurarse de que todo el mundo disfrutaba de sus días con comodidad era uno de los fundamentos de ser una sirvineta.

—Sera-san, ¿hay algo en particular que quieras comer?

— ¡Puedo comer de todo y me gusta todo! Mi padre me enseñó que no era bueno ser exigente con la comida. También me aseguro de masticar bien antes de tragar.

Sera-san es una persona maravillosa. Ahora, ¿dónde está mi memorándum? Dejando eso de lado, parece que hoy está de muy buen humor. ¿Ha pasado algo bueno? Me pareció que estaba más animada que ayer.

—Efil-chan, ¿no es ya hora?

El recordatorio de Clare-san llegó en el momento perfecto. Oh no, esto no servirá. Es casi la hora de despertar al Maestro. Me apresuré a poner el desayuno de todos en nuestra mesa habitual y me di la vuelta para subir a nuestra habitación.

— ¿Eh? ¿Qué pasa?

—Tengo que despertar al Maestro. No debo llegar tarde ni un segundo.

— ¿Despertar a Kelvin? ¡Yo también iré!

Después de ser despertado con un fuerte golpe en la cabeza, el Maestro procedió a castigar a Sera-san quitándole el desayuno. Aunque esto era algo habitual, tenía la sensación de que hoy también iba a estar lleno de sorpresas y emociones.