Kuro no Shoukanshi (NL)

Volumen 1

Capitulo 3: Héroes

Parte 1

Había pasado un mes desde que Efil se unió a mi grupo. Como estaba previsto, se había inscrito en el gremio de aventureros y juntos habíamos completado una misión tras otra mientras se acostumbraba a su nueva vida. Hoy, nos encontrábamos felizmente en medio de otra subyugación de monstruos.

—Está bastante lejos, pero ¿puedes verlos? —, le pregunté a Efil desde la base del árbol en el que estaba encaramada.

—No hay problema, maestro. Hay tres ‘Elder Treants’ y dos ‘Blood Mushrooms’.

—La vista de Efil no deja de sorprenderme. No puedo ver nada.

Sí, yo tampoco puedo ver nada. Nuestro grupo se encontraba en la parte más profunda del Bosque Sangriento, una mazmorra de rango B. La zona, cubierta de vegetación, tenía un espeso dosel que bloqueaba casi toda la luz del sol, dando lugar a un lugar sombrío y espeluznante. Gracias a ello, nuestro campo de visión era extremadamente limitado. Efil, los ojos de nuestro grupo, ya había alcanzado el rango C como aventurera. Aunque había muchas cosas que la habían confundido al principio, una vez que le había agarrado confianza al trabajo y las misiones había subido de rango en un abrir y cerrar de ojos.

—Muy bien, Efil, empieza por ese lugar.

—Entendido, Maestro.

***

El arma que Efil había elegido finalmente para ella era el arco. La mañana después de que le dijera que pensara y eligiera sus habilidades, cuando bajó a desayunar había escogido ‘Tiro con arco’ y ‘Vista lejana’ y los subió al máximo con los puntos de habilidad que tenía disponible. Gracias a esas nuevas habilidades, se había sentido cómoda rápidamente con su nueva arma; demasiado cómoda, dirían algunos. Durante su primera sesión de práctica en la sala de tiro del gremio, todas sus flechas habían dado en la diana. Y sí, era la primera vez que disparaba. Me quedé boquiabierto, al igual que el puñado de aventureros que se encontraban allí y que estaban de espectadores por capricho.

***

—Clo-chan, ¿preparado?

Sentado en el hombro de Efil estaba Clotho, que se había hecho más pequeño que la palma de mi mano. A pesar de su tamaño, su fuerza no había cambiado. Era absolutamente perfecto como guardaespaldas.

—Aquí voy.

Efil tensó su arco y luego lo soltó. A pesar de la escasa visibilidad, y aunque estaba a varios cientos de metros, su flecha voló certera, casi como si hubiera sido aspirada directamente por su objetivo.

— ¡Gaack!

El enorme tronco que había sido un ‘Elder Treant’ momentos antes cayó pesadamente, con una flecha incrustada en la mitad de su frente. Los otros treants escudriñaron con cautela sus alrededores, pero no pudieron ver a Efil.

—Y nada más y nada menos que con un uniforme de sirvienta. Los jóvenes de hoy en día…

—No es que no sepas que ella misma diseñó los trajes uno por uno. Ella metió casi todos los encantos que pudo en esas cosas.

—Hecho a medida por una sirvienta, ¿eh?

—Tú lo has dicho, no yo.

Lo que llevaba Efil en ese momento era uno de los muchos trajes que había recibido de Clare-san, aunque con numerosas mejoras para hacerlo mucho más adecuado para luchar. Mi plan original había sido adquirir la habilidad de “costura” y hacerlo yo mismo, pero, para mi sorpresa, Efil se había opuesto con vehemencia.

<<<Maestro, ¡deje que sea yo quien adquiera “Costura”!>>.

Al parecer, la imagen de la “maid ideal” que pretendía Efil también necesitaba dominar la costura. Fiel a su palabra, había utilizado los puntos de crecimiento ganados en sus siguientes subidas de nivel para adquirir la habilidad, hasta poder confeccionar la ropa que llevaba ahora. En realidad, esta era la tercera versión de su traje. Cada vez que conseguíamos materiales de mayor calidad, y cada vez que subía su nivel de habilidad, mejoraba su ropa poco a poco.

Su vestuario actual era el producto final de todos sus esfuerzos hasta ahora.

Confiando en que podía dejarle la costura a ella, había decidido adquirir la habilidad de “herrería” en su lugar. Había empezado a sentir las limitaciones del equipo que se podía comprar en Parth, lo que me había llevado a decidir (de forma bastante simplista): “¡Bueno, entonces haré las armas y armaduras para todos nosotros!”.

Adquirir la habilidad fue fácil, pero inmediatamente me encontré con el problema de dónde conseguir herramientas de herrería y, lo que es más importante, dónde practicar el oficio.

Por suerte, unas breves palabras con el maestro de gremio Rio fueron todo lo que necesité. Utilizando la influencia del gremio, Rio había conseguido ayudarme a conseguir un lugar, y también me había puesto en contacto con un herrero que estaba dispuesto a enseñarme.

Entre su orientación y mi nueva habilidad, llegué al punto de poder considerarme un herrero decente. Después de eso, sólo era cuestión de practicar, practicar y practicar. A estas alturas, era capaz de hacer una gama decente de cosas.

—¡Aaauggh!

Mientras Gerard y yo estábamos ocupados bromeando, el tercer monstruo cayó muerto. La combinación de ‘Tiro con Arco’ con ‘vista lejana’ era tan formidable que muchos de nuestros combates podían resolverse confiando únicamente en Efil.

—Queda un “Elder Treant” y un “Blood Mushroom”.

—Mi rey.

Siguiendo la mirada de Gerard, vi surgir del suelo varias raíces gruesas y de aspecto robusto. Al parecer, el último “Elder Treant” había descubierto dónde nos encontrábamos. Supongo que su estatus de monstruo de Rango B no es sólo para aparentar. Pero no importa…

—Se acabó—, murmuré cuando ambos oponentes se encontraron de repente aplastados contra la tierra. Bajo el abrumador torrente de presión de aire, incluso los monstruos de rango B fueron incapaces de dar un solo paso. Mi hechizo aumentó gradualmente su intensidad, hasta que nuestros enemigos quedaron aplastados en el suelo.

— ¿Qué se supone que debo hacer mientras vosotros dos seguís acaparando el protagonismo?

—No te preocupes, ahora estamos tan cerca que el jefe de este bosque podría estar a la vuelta de la esquina.

Efectivamente, no tuvimos que caminar mucho más antes de descubrir un claro abierto y vacío con un árbol gigantesco que se alzaba en el centro. Su altura superaba con creces la de los arboles a su alrededor, y su corteza de color púrpura intenso era lo suficientemente ominosa como para evocar el miedo y el temor en todos los que lo vieran.

—Así que este es el Árbol Sabio del Mal…

—Dado lo venenoso que parece, preferiría no tocarlo, si es posible…

—Deja de quejarte y ve al frente, Gerard. Efil, permiso para usar la Flecha de Fuego:

“concedido”.

— ¡Sí, Maestro!

El objetivo de nuestra búsqueda era el jefe del Bosque Sangriento, el Árbol Sabio del Mal.

Supuestamente, era un árbol de varios miles de años, que había evolucionado.

— ¡Gugegogogobagogah!

En cuanto nos vio, el Árbol Sabio del Mal empezó a moverse mientras lanzaba un grito espeluznante. Ugh, mira cómo le salen esos brazos asquerosamente gruesos. ¿Por qué se llama “sabio”?

— ¡No entendemos lo que dices! —, gritó Gerard, saltando en el aire y cortando el recién crecido brazo derecho del monstruo con un rápido movimiento de su espada. Para mayor efecto, incluso soltó “Agito” al aterrizar. El árbol rugió en lo que sonó como un dolor, moviendo su brazo izquierdo para atacar.

—Aaugh, está goteando veneno de su corteza. Y también se regenera muy rápido.

El brazo derecho que le habían cortado hacía unos instantes ya casi había vuelto a crecer.

(¡Gerard-san, mi Flecha de Fuego está totalmente cargada!), advirtió Efil a través de Clotho.

(¡Por favor, retrocede!).

Además de ser un gran guardaespaldas, Clotho también era capaz de mantener una simple conexión mental con Efil que, en efecto, le daba acceso a la Red de Seguidores. Clotho, ¡qué niño más aterrador!

— ¡Lo tengo! —. Con el efecto del ‘buff’ “Sonic Boots”, Gerard consiguió retroceder tan rápido que incluso el Árbol Sabio del Mal lo perdió de vista. Tal vez habiendo sentido una inminente sensación de peligro gracias a sus muchos años de experiencia, la criatura levantó innumerables raíces extra gruesas del suelo y las envolvió a su alrededor. La dureza de esas raíces superaba con creces la de Muro de Tierra, y goteaban un veneno mortal por cada centímetro. ¿Qué eres, un sabio en una torre de marfil?

Las llamas brotaron de la flecha de Efil desde cuatro direcciones, convergiendo gradualmente en la punta de la flecha. La Flecha de Fuego era un movimiento original ideado por Efil que combinaba su habilidad en el tiro con arco y la magia roja. Apenas era necesario decirlo, pero la Bendición del Rey Dragón de las Llamas ayudaba enormemente a aumentar el poder de este movimiento especial.

Al soltarla, la flecha rugió hacia su objetivo, esparciendo ondas de calor abrasador a su paso. La aparentemente impenetrable defensa levantada por el Árbol del Sabio del Mal prácticamente se derritió ante ella, abriendo un camino claro hacia el propio monstruo. El ataque casi parecía el aliento de un dragón desde un lado.

— ¡Gu, gah!

El Árbol Sabio del Mal fue incapaz de regenerarse lo suficientemente rápido contra la flecha de Fuego que ahora estaba enterrada en su abdomen, carbonizándolo desde dentro. Aun así, no dejó de moverse. Convirtió todas sus ramas en varios miles, no, decenas de miles de cuchillas afiladas, y las lanzó contra nosotros en una ráfaga de muerte.

— Gerard, termínalo.

— ¡Gracias por el apoyo, mi rey!

Con su gran espada encantada con “Vortex Edge”, Gerard se adelantó para hacer frente al ataque que se avecinaba. Un solo golpe de su espada disipó toda la embestida, dándole la oportunidad de llegar al corazón del monstruo.

— ¡¡¡Oowaaagh!!!

Con un último grito de muerte, la antigua criatura cayó finalmente, poniendo fin a la lucha.

***

—Oye, Kelvin. ¿Terminaste con otra misión?

Al pasar por la puerta oeste de Parth, cuando volvíamos del bosque, me saludó el guardia de guardia.

— ¡Claro que sí! También me hice con unos materiales muy buenos.

—Jajaja, mira qué actitud tan objetiva la tuya. Sólo se puede esperar del aventurero número uno de Parth.

Durante el último mes, en parte para el entrenamiento de Efil, habíamos realizado un gran número de misiones de subyugación. Entre ellas había unos cuantos monstruos especialmente poderosos -como el más reciente- de los que Rio había pedido personalmente que nos encargáramos. Después de nosotros, los aventureros más fuertes de Parth eran sólo de rango C, por lo que no tardó en convertirse en un procedimiento habitual el pasarnos las misiones de rango B.

—Bienvenida también, Efil-chan. No te has hecho daño, ¿verdad?

—Ni siquiera un rasguño. Gracias por tu preocupación.

—Me alegro de oírlo. Habría un gran alboroto si te pasara algo.

—Estuve con el Maestro todo el tiempo, así que no hubo motivo de preocupación.

Nos quedamos charlando un rato, y el guardia se esforzó por incluir a Efil en la conversación. Se había adaptado rápidamente a ser residente de la ciudad, y ya había entablado relaciones estrechas con muchos de los residentes.

—Lo siento, pero deberíamos ir al gremio para hacer nuestro informe. Por favor, discúlpennos.

—Por supuesto, por supuesto. Siento haberlos detenido. Buena suerte también en su próxima misión.

Después de separarnos del guardia, nos dirigimos directamente al gremio.

***

—La subyugación del Árbol Sabio del Mal ha sido confirmada. Te agradecemos por tu servicio una vez más—. Después de hacer nuestro informe habitual, Ange-san nos entregó la recompensa de la búsqueda. — ¡Esta es tu novena búsqueda consecutiva de rango B! Estás casi en el rango A, Kelvin-san.

—Felicidades, maestro.

—Gracias, pero el ascenso todavía no está 100 % confirmado—. Vaya, ¿hemos terminado tantas misiones? Estaba tan absorto en las propias misiones que perdí totalmente la cuenta.

—Lo mismo ocurre con Efil-san. Una búsqueda más y podrás hacer el examen para ascender al rango B.

—Ah, sí, el examen.

—Hablando de promociones, todavía me siento un poco mal por tu último oponente…

—La flecha de Efil-san dio un golpe limpio en su cabeza apenas unos segundos después de la señal de salida, ¿no es así?

—Eso fue porque parecía tan abierto en su defensa que pensé que me estaba probando.

Para su ascenso a Rango C, Efil había tenido un combate de práctica uno a uno con un aventurero de Rango C que hacía de examinador. No había necesidad de derrotarlo, ya que el propósito del examen era simplemente demostrar que poseía habilidades a la altura del rango C.

Durante el examen, Efil había activado ‘ocultación’ en cuanto sonó la señal de inicio. Se había colocado en el punto ciego del examinador y había disparado una sola flecha, que había impactado en el examinador, y la prueba había terminado, sin más. “Rápido” no podía ni siquiera empezar a describirlo. Aunque la flecha estaba sin punta, el examinador había quedado inconsciente. Tal vez había recibido el golpe en un mal lugar, o tal vez simplemente había habido tanta fuerza detrás del disparo. La herida en sí había sido motivo de cierta preocupación, pero era su orgullo el que había sufrido el mayor daño.

—El aventurero que sirvió como tu examinador, Uld-san, es un veterano con años de experiencia a sus espaldas, ¿de acuerdo? Son ustedes dos los que tienen un nivel de poder excesivo.

En aquel momento, Efil ya era lo suficientemente fuerte como para luchar en una mazmorra de rango B. No había forma de que un aventurero de rango C pudiera superarla, pero aparentemente eso era algo fuera de lo común.

—Ah, sí, Ange-san. El otro día encontré una bonita dulcería. ¿Te gustaría que fuéramos juntas un día?

— ¿Ah, sí? ¡Vamos, vamos! Es una promesa, Efil-chan!

Ange-san, tu modo de trabajo se ha apagado de nuevo.

Este último mes, Efil y Ange-san habían hecho extremadamente cercanas. Mientras que en el trabajo, las dos hicieron un esfuerzo para mantener las cosas a un nivel profesional, pero como se pudo ver, ese frente se desmoronó fácilmente con la más mínimo perturbación.

***

En un abrir y cerrar de ojos, llegó el día de mi promesa a Efil y Ange-san. El punto de encuentro que habíamos acordado era junto a la fuente de la plaza central de Parth. Esto casi parece una… sí, a quién quiero engañar. Esto es una cita, ¿no?

— ¿Pero por qué tuvimos que tomarnos la molestia de venir cada uno por separado a pesar de que vivimos en la misma posada?

En un principio había planeado venir con Efil, pero ella se negó indirectamente, diciendo: “Tengo varios preparativos que hacer, así que ¿qué tal si te adelantas tú primero?”. La sonrisa en su rostro no admitía discusión, así que allí estaba yo, esperando solo.

— ¡Heyyy, Kelvin-saaan!

Al girarme hacia la voz, vi a Ange-san acercándose a toda prisa. Hoy, en lugar de su habitual uniforme de personal del gremio, iba con un bonito estilo juvenil, con pantalones cortos de vestir y un ambiente enérgico en general. Le quedaba perfectamente a su delgada complexión.

—Buenas tardes, Ange-san. Esa ropa te ve muy bien.

—Gracias—, ella se rió. —Hm, ¿dónde está Efil-chan?

—Al parecer, tenía algunos preparativos que hacer. Aunque no tengo ni idea de qué son.

— ¡Aww, Efil-chan va a por todas!

Durante los siguientes minutos, Ange-san y yo pasamos el tiempo con alegres bromas hasta que Efil finalmente se unió a nosotros.

—Siento haberlos hecho esperar.

Allí estaba Efil con un vestido de verano blanco puro que complementaba perfectamente su tono de piel, combinado con un sombrero de paja de ala ancha. Una ráfaga de viento sopló en ese momento, abanicando sus cabellos dorados y haciéndola sujetar el sombrero con una mano. ¿Por qué mi corazón late tan rápido? Aunque era una escena que había visto a menudo en manga y en las novelas ligeras, mi corazón no podía evitar dar un brinco al ver a una chica tan guapa haciéndolo en la vida real. Normalmente sólo la veía con su uniforme de sirvienta, que era principalmente negro con un delantal blanco, así que su nuevo aspecto prácticamente la hacía brillar.

—U-Um, ¿cómo… se me ve?

—S-Sí, te queda bien.

Efil miraba hacia abajo, con la cara muy roja. ¡Es un ángel! ¡He tenido una diosa y un ángel a mi lado todo este tiempo!

—Ah, bien, admito la derrota. Efil-chan, ¡eres muy, muy, muy guapa!

— ¡¿Eh?! ¡Eso no puede ser cierto!

Hace un mes, debido a la desnutrición, Efil había estado extremadamente delgada y con un aspecto poco saludable. Todavía no se había recuperado del todo, pero gracias a las maravillosas y nutritivas comidas de Clare-san y al crecimiento de las estadísticas de todas nuestras subidas de nivel, por fin estaba empezando a recuperar masa corporal.

—Bueno, entonces, ¿nos dirigimos a esa dulcería que tanto recomendó Efil?

— ¡Vamos! Pero primero una cosa, si me permite. Kelvin-san, he estado pensando en esto durante un tiempo, pero ¿no es hora de que dejemos el discurso cortés entre nosotros?

— ¿Por qué dices eso tan de repente?

—Nos hemos acercado lo suficiente como para pasar el rato así, ¿verdad? Mantener el discurso cortés hace que parezca que seguimos manteniendo algún tipo de distancia, así que a partir de ahora, ¡dejemos los honoríficos!

—De acuerdo entonces, Ange. ¿Así?

— ¡Y yo sólo te llamaré Kelvin! ¡Yay!

Bueno, después de todo, no hay nada malo en establecer relaciones estrechas. Y sin más preámbulos, nos dirigimos a la tienda de dulces.

***

—Bueno, entremos. Hay más variedad de la que esperaba.

—Por lo que he oído, todos tienen un sabor completamente diferente también. Al parecer, es la gran variedad lo que ha hecho tan famosa a la tienda.

Con Efil a la cabeza, los tres entramos en la tienda en cuestión. Resultó ser una cafetería de tamaño normal que, además de vender pasteles, tenía un buffet de postres. Los tres estábamos sentados en una de las mesas del espacio exterior de la tienda, degustando e intercambiando opiniones sobre las diversas delicias que habíamos colocado en los platos que teníamos delante.

—Maestro, ¿quieres un bocado? —, preguntó Efil con un bocado de bizcocho en su tenedor, extendiéndolo hacia mí en la infame pose de “aaahh”.

—Espera, Efil. ¿Qué crees que estás haciendo?

— ¿Qué pasa? Hacemos esto en la posada todo el tiempo, ¿no?

— ¡Espera un momento! Kelvin, ¿tienes a Efil-chan alimentándote todo el tiempo?

Ange, ¿realmente tenías que gritar eso tan fuerte? ¡Ahora todo el mundo nos está mirando!

—N-No, por supuesto que no. Sólo lo hace cuando me hace probar su comida.

—Mhm, nos alimentamos mutuamente todo el tiempo.

¡Eso es sólo cuando estamos solos en nuestra habitación! ¡Por favor, fíjate en todos los susurros que surgen a nuestro alrededor!

— ¡¿Se alimentan el uno al otro?! —. Los hombros de Ange temblaron. — ¡No puedo echarme atrás después de escuchar eso! Kelvin, ¡aquí tienes, aaahh! —, dijo, agarrando una galleta y lanzándola a mi cara.

— ¡¿Con su mano?!

—Oh, Dios, ¿se están peleando por él?

— ¡¿No son Ange-san del gremio y la sirvienta Efil-chan?!

Oh, mierda, estamos empezando a reunir público. Entre ellos hay incluso algunos aventureros que conozco personalmente.

Incapaz de aguantar más, me levanté bruscamente, haciendo sonar mi silla. — ¡Ustedes dos, tengo una gran idea! ¿Qué les parece si nos llevamos todo esto para que podamos disfrutarlo con tranquilidad? —sugerí. Por favor, ¡ustedes dos, fíjense en la situación en la que estamos!

— ¡¿Los van a pedir para llevar?!

— ¡Whoo! La primavera ha llegado para Ange!

Para mi consternación, mi plan sólo consiguió echar más leña al fuego. A juzgar por algunos de los comentarios que escuché, algunos de los propios conocidos de Ange también estaban entre la multitud. Oh Dios, es demasiado tarde…

— ¡Aquí tienes, Maestro!

— ¡Prueba esto, Kelvin!

—De acuerdo, bien, me comeré los dos…

Justo cuando me incliné ante lo inevitable y estaba a punto de abrir la boca para aceptar los dulces que me ofrecían…

—Yo que tenía curiosidad por saber para qué se reunía tanta gente, y resulta que es algo tan estúpido.

Toda nuestra mesa, con dulces y todo, salió volando. Se oyó un fuerte estruendo. Justo a tiempo, me las arreglé para agarrar a Efil y a Ange y saltar fuera del camino. Con la cantidad de gente que había, mi detector de presencia me había avisado en el último momento.

— ¿Qué ocurre, distinguidos señores? —pregunté, manteniendo mis palabras respetuosas pero sin dejar de exudar una vibración amenazante.

Los intrusos resultaron ser un hombre regordete con ropa elegante y tres de sus subordinados.

Fue uno de esos subordinados el que había pateado nuestra mesa.

—Escuchad, Campesinos. Este es el príncipe Tabura del ilustre país de Trycen—, gritó uno de los matones.

Al notar las expresiones agrias en los rostros de todos los que estaban cerca, supe en ese momento que esto iba a ser un gran dolor de cabeza.

***

Como ya he mencionado, mi nuevo mundo estaba dividido en dos grandes continentes: uno en el este y otro en el oeste. Parth se encontraba más o menos en el centro del continente oriental, con cuatro países circundantes que lo compartían frontera. En el pasado, hubo un periodo de varias docenas de años en el que todos los reinos estuvieron en un estado de guerra total, cada uno compitiendo ferozmente por el control. Al final de la guerra, los países restantes, con sus tropas totalmente agotadas, firmaron un tratado de paz y trazaron las fronteras nacionales que siguen vigentes hasta hoy en día. Como símbolo visible de su deseo de paz eterna, se construyó Parth, la Ciudad de la Paz, en el punto exacto donde se encontraban las cuatro fronteras.

En el norte estaba Gaun. Era el país de los beastkin, una raza que poseía unas capacidades físicas extraordinarias. Durante generaciones, el rey de Gaun siempre había sido elegido -como era de esperar en una raza famosa por sus rápidos puños y su sangre caliente- mediante un torneo, en el que el campeón se hacía con la corona. El rey actual era un macho corpulento que había aplastado a sus oponentes en la batalla real que le había valido la corona. Se rumoreaba que poseía una fuerza equiparable a la de los aventureros de rango S. Básicamente, Gaun era un país en el que se aplicaba realmente la misiva “la fuerza es justicia”. Sinceramente, era un pueblo con el que no quería tener problemas.

Al oeste estaba el Sacro Imperio de Deramis. El jefe del país era el Papa, con los cardenales, arzobispos y obispos en una jerarquía por debajo de él. Todos ellos adoraban a Melfina, la Diosa de la Reencarnación, que era conocida por hablar a través del Oráculo, una sacerdotisa especial que también era responsable de preservar el conocimiento de un ritual de invocación único de generación en generación. Fue a través de este ritual que el Oráculo actual había convocado a los cuatro nuevos Héroes. Otro punto digno de mención sobre Deramis era que la única conexión terrestre que existía entre los Continentes Oriental y Occidental, también conocida como Puente Crux, estaba ubicada dentro de su territorio. Sin embargo, la relación entre Deramis y el imperio que se encontraba al otro lado era extremadamente tensa, y la seguridad a ambos lados del Puente estaba siempre en un estado elevado.

Al sur estaba Toraj, el País del Agua. Limitado por Parth y el Mar de los Dragones, donde se rumoreaba que habitaba el Rey Dragón del Agua, este país era famoso por sus técnicas de construcción naval y sus avances agrícolas. La familia real descendía supuestamente de campesinos, por lo que muchas de sus políticas favorecían al pueblo en general. El hecho de que Parth tuviera mucha comida era en gran parte gracias a Toraj. Y, para mi sorpresa y deleite, me había enterado de que este reino tenía incluso un cultivo similar al del arroz. Muy bien, definitivamente voy a tener que visitarlo algún día. Si tengo suerte, puede que incluso conozca a los afamados habitantes del mar.

Por último, en el este estaba el reino militar de Trycen. Era el lugar que más recursos había invertido en sus fuerzas armadas tras la firma del tratado de paz. Era una nación beligerante que pregonaba descaradamente la supremacía humana. Varias veces habían hecho estallar pequeñas escaramuzas a lo largo de la frontera entre Gaun y Trycen. Trataban horriblemente a sus esclavos, y había rumores de que muchos de ellos eran en realidad ciudadanos normales que habían sido secuestrados de otros países. El actual rey de Trycen tenía cinco hijos, todos ellos asociados a sus propios y desagradables rumores. Entre los cuatro países, Trycen era, sin duda, el más indigno de confianza.

***

Al parecer, era uno de los mencionados príncipes de ese país tan poco fiable el que estaba actualmente ante mí.

— ¿Eres un príncipe?

— ¡En efecto! Soy nada menos que el Tercer Príncipe de Trycen, el Príncipe Tabura! —declaró el hombre regordete como si esperara acobardar a todos los que le escuchaban. —Y me aflige enormemente ver cómo se exhiben en público actos tan indecentes a plena luz del día.

Lamento lo desvergonzada que se ha vuelto la gente común.

—Es como usted dice, mi príncipe. Como alguien que está por encima del hombre común, ¿no sería apropiado darles una lección? —sugirió uno de los lacayos, en lo que sólo pude suponer que era un intento de instigar una pelea. ¿Así que estos tontos que le rodean son sus guardias?

—Hmm, déjame ver… ¡oh, esas dos mujeres tienen rasgos bastante refinados! —. Tabura miró a Efil y a Ange de arriba abajo de forma extremadamente vulgar.

Sentí que ambas mujeres se sacudían ligeramente contra mis brazos, ya fuera porque se les ponía la piel de gallina o como reacción instintiva. Sí, okay, este tipo es una mierda total.

—Espera, ¿ese elfo es un esclavo? Eso simplifica las cosas, entonces. Tú, siervo, si me entregas a esas dos mujeres, pasaré por alto tu delito de haberme hecho perder el tiempo.

—Eh… ¿A dónde vas con eso? — ¿Qué demonios cree este príncipe regordete que está hablando? Tenía tan poco sentido que mi cerebro se congeló por un momento.

— ¿Estás sordo? Tabura-sama, en su infinita gracia y misericordia, se ofrece a concederte el perdón. Entregad a esas dos mujeres ahora mismo—, ladró uno de los matones mientras se acercaba a nosotros.

—K-Kelvin, ¿qué debemos hacer? —, preguntó Ange alterada. Como aparentemente estaba a punto de ser secuestrada, su reacción era comprensible.

En cambio, lo que recibí de Efil a través de la Red de Seguidores fue simplemente: (Maestro, ¿permiso para atacar?). Sí que se has puesto difícil, Efil… pero espera. Nuestro oponente es el príncipe de un país, así que no podemos ponerle las manos encima sin cuidado. Tenemos que mantener la calma y pensar en una forma de resolver esta situación de forma pacífica…

—Heh, me aseguraré de cuidar muy bien de las dos, ¿de acuerdo? No puedo esperar a que llegue la noche.

Lo eliminaré yo mismo, Efil. Retrocede.

(Entendido, Maestro).

Solté a Efil y la hice retroceder detrás de mí con Ange.

— ¿Ja? ¿Qué crees que estás haciendo, campesino? —, preguntó el lacayo más cercano en tono molesto.

—No mucho, en realidad. Estaba pensando en cómo darte una paliza, eso es todo—. Dirigí una mirada a los aventureros entre la multitud de espectadores.

— ¿De qué mierda estás hablando?

Antes de que el hombre pudiera terminar su frase, solté ‘Impacto’ contra él. Fue tan rápido que el hombre ya había salido volando varios metros y se había estrellado contra una pared antes de que nadie pudiera siquiera registrar lo que había ocurrido. No me importaba lo que le ocurriera al tipo, pero era importante que ninguno de los espectadores se viera envuelto en esto. Por suerte, parecía que los otros aventureros presentes habían captado mis intenciones y estaban ayudando a proteger al público en general.

—Qué…

Tabura y sus lacayos se quedaron sin palabras, claramente nunca habían imaginado que me enfrentaría a ellos.

—Estos dos cabezas de chorlito restantes son de rango D, según parece. Entonces, ‘príncipe’, viendo que has elegido una pelea conmigo, puedo asumir que estás preparado para las consecuencias, ¿verdad?

***

El tiempo es estupendo hoy. El lugar es prácticamente el sitio perfecto para una cita. A pesar de mi reticencia inicial, confieso que, como joven sano en la cúspide de mi juventud, me apetecía bastante. Cualquiera odiaría ser interrumpido en medio de una salida tan agradable, ¿no es así? Para colmo de males, ¿este estúpido y retrasado príncipe quiere ponerle las manos encima a Efil y a Ange? Ahora sí que no puedo dejar que se vaya de una pieza, ¿no?

— ¡Tú, bribón! ¡¿No sabes a quién estás insultando tan descaradamente?! ¡Soy el Tercer Príncipe de Trycen!

—Oh, sé quién eres, gracias a que has repetido tu nombre varias veces. Y fue tu gente la que… cómo lo llamaste, ‘escandalosamente nos insultó’ primero, ¿no es así?

— ¡¡¡Lo único que nos estamos preparando es para hacer algo de violencia seria contra vosotros!!!”

Suspiré. —Si lo único que sabes hacer es soltar esas frases de villano de segunda categoría, te recomiendo que te muevas y saquen sus armas.

Tabura y sus guardias obedecieron, desenfundando finalmente sus espadas y preparándose para el combate. Realmente han estado flojeando en el entrenamiento.

— ¡Cuenta tus arrepentimientos en el otro mundo, campesino!

Dos de los guardaespaldas levantaron sus espadas y cargaron contra mí. Sin embargo, los esquivé con facilidad, dejando que sus espadas cortaran el aire. Las miradas de sus rostros dejaban claro que no tenían ni idea de lo que acababa de ocurrir.

¿Los guardaespaldas personales del príncipe son de tan bajo nivel? ¿De verdad? Volví a suspirar. No había hecho nada más que evadirlos con una Agilidad superior, sin usar ningún hechizo o truco. Los guardias no habían podido ni siquiera seguirme con la mirada.

— ¿Qué, ha desaparecido?

Entonces, son demasiado lentos. —Oigan, ¿ustedes, idiotas, están seguros de que no necesitan proteger a este gordito de aquí?

Los guardias se volvieron para encontrarme de pie detrás de Tabura, que era incapaz de moverse gracias al cuchillo que tenía presionado contra su cuello.

— ¡Ustedes, no hagan nada descuidado!

— Ya escucharon al hombre. No hagan nada descuidado, ¿okay?

Tabura parecía muy nervioso por lo que probablemente era la primera vez que se sentía tan cerca de la muerte. Intentemos investigar un poco antes de acabar con él.

—Bien entonces, ‘príncipe’. ¿Qué asuntos tienes en nuestra encantadora ciudad de Parth? —, pregunté, golpeando suavemente la punta de mi daga contra el cuello de Tabura y sonriendo maquiavélicamente. Los dos guardias que estaban frente a nosotros sólo pudieron mirar con impotencia.

—No necesitas saber eso, bribón. Vamos, retira esa cosa que tienes en la mano. Si lo haces, haré como si esto no hubiera ocurrido.

—Shhhh. Yo soy el que hace preguntas aquí.

Sin palabras, lancé “Presión de Aire” a los dos guardias, presionándolos contra el suelo. De alguna manera, este hechizo se había convertido en mi movimiento habitual últimamente. Con toda su fuerza, era lo suficientemente potente como para aplastar a los monstruos de rango B, pero no podía hacerlo aquí, en medio de la ciudad. Como estaba previsto, los guardias cayeron de rodillas.

—Q-Qué es esto…

—Yo-yo no puedo s-soportar…

—Jean! ¡Alba! ¡¿Qué pasa?!

A juzgar por sus reacciones, supuse que estos chicos no tenían ni idea de que el hechizo “Presión de Aire” existía. No estaba segura de si eso era una indicación de su propia ignorancia o del subdesarrollo general de la magia en Trycen.

—Si no quieres que use esto contigo la próxima vez, ‘príncipe’, te recomiendo que me respondas con sinceridad.

— ¡Tú… bribón!

—Para que sepas, también poseo una habilidad que me permite saber si estás mintiendo. Y si mientes, te aplastaré. Así que tenlo en cuenta y elige tus respuestas con cuidado.

— ¡Maldición!

En realidad, la idea de que podía ver a través de las mentiras era simplemente una farsa. En realidad no poseía tal habilidad, pero Tabura parecía haber caído en esta mentira con tanta facilidad. Con los dientes apretados, murmuró una respuesta. —He venido a reunirme con el jefe del gremio local, Rio.

— ¿Para qué?

—He oído que un aventurero muy hábil ha aparecido recientemente en Parth y lo ha convertido en su base. He venido desde Trycen para evaluar personalmente a este hombre.

—La calidad de sus guardias parece un poco escasa para un príncipe en semejante viaje. ¿No se supone que Trycen es un país militar?

—En Trycen, la habilidad lo es todo. Son los talentosos los que están en la cima. Mi posición en casa no es nada. Podría ser considerado como si fuera basura.

— ¿Así que querías tomar un aventurero fuerte y acumular logros a través de él?

— ¡Eso es!

Eh… sí, bien, este tipo es un idiota. Su forma de pensar es demasiado simplista. ¿Quizá por eso la gente de su país lo trata con tanto desprecio?

Suspiré de nuevo. —Estoy bastante seguro de que ese aventurero soy yo.

No había nada malo en la idea de reunir subordinados con talento, pero era difícil imaginar que alguien con talento real estuviera dispuesto a unirse a este tipo. Incluso teniendo en cuenta el atractivo de estar asociado a la realeza, los que alguien como Tabura consiguiera reunir probablemente tendrían una capacidad limitada.

— ¡¿Es eso cierto?! Entonces, por supuesto, ¡ven a trabajar para mí!

—Ni hablar—, resoplé.

Al mismo tiempo que mi réplica, aumenté la fuerza de Presión de Aire. Tabura y su tripulación se hundieron en el suelo como si se tratara de un manga de comedia.

—Te reto a que vuelvas a meterte con nosotros. La próxima vez, te aplastaré la cabeza, ¿entendido?

No estaba seguro de si alguno de ellos seguía consciente, pero tenía que dejarles una última advertencia a pesar de todo. Bueno, entonces, con eso nos encargamos de la basura.

La multitud que los rodeaba había estallado en vítores en el momento en que la pelea (si es que se podía llamar “pelea” a ese encuentro tristemente desigual) había terminado. Efil y Ange se precipitaron hacia mí.

—Gracias por ocuparte de ellos, maestro.

— ¡Has estado impresionante, Kelvin!

—Siento que nos hayan interrumpido tan bruscamente, pero ese estúpido simio ya se ha ido. ¿Quieren ir a elegir platillos nuevos?

Las dos chicas asintieron encantadas, y en medio de las simpáticas burlas y ofensas de los demás clientes, los tres reanudamos nuestra cita.