Kenja no Deshi wo Nanoru Kenja (NL)

Volumen 4

Capitulo 6: Bosque de los Devotos

Después de derrotar al monstruo que los había aterrorizado durante tanto tiempo, los cazadores se dirigieron a casa con mucho ánimo. Estaban fatigados por la larga y dura batalla, pero sus expresiones eran más vivas que nunca. Los cazadores que se encontraban al final de la fila miraron por encima de sus hombros a los cuatro Caballeros Sagrados que llevaban el cadáver del tirano de espalda espinada como trofeo.

Los verdaderos cazadores no habrían abandonado una pieza tan enorme, pero mientras los cazadores más jóvenes se preparaban para levantar el behemoth, Mira les había dicho que ella se encargaría del transporte para el viaje de vuelta.

Ahora, junto con otros tres ejemplares, el mismo Caballero Sagrado que había rechazado todos los ataques del monstruo estaba llevando los restos de su enemigo a casa. Ver a una invocación tan intimidante utilizada como mula de carga… ¿Cómo no iban a reírse los cazadores?

“Eso no era nada de lo que había oído. ¿Quién dice que los invocadores son débiles?” “No tengo ni idea. Yo diría que la gente no ha visto a ninguno a plena potencia.”

Mira sonrió, sabiendo al escuchar las voces de los cazadores que había sembrado más semillas para el renacimiento de la invocación.

“Gracias. Creo que lo van a lograr.” Le dijo Dran en voz baja, viendo cómo volvía la alegría a los jóvenes cazadores, ahora liberados de su miedo a la muerte.

“Ni lo menciones. Esto no podría haber ocurrido sin su fuerza de voluntad. Hay que tener agallas para ser valiente cuando se está maltratado y destrozado.” Respondió Mira, feliz de que los cazadores se hubieran recuperado.

“¿Eso crees? Tal vez tengas razón.”

“Es cierto. Lo han hecho muy bien.” Coincidió uno de los cazadores más veteranos junto a Dran, con la emoción a flor de piel al ver a los jóvenes.

***

A su regreso triunfal a la fortaleza, los cazadores se dividieron en dos grupos. Un grupo se prepararía para la celebración de la matanza del monstruo que Dran había propuesto de camino a casa. El otro comenzaría a procesar el tirano de espalda espinada mientras aún estaba fresco.

Despidiendo a sus caballeros, Mira se dirigió a la sala de carnicería. Apestaba a sangre. Diez cazadores ya estaban trabajando duramente en el despiece de la bestia. Mira se dio cuenta de que los botines eran mucho más complicados que antes. Ahora la gente tenía que cortar a los monstruos para conseguir sus materiales.

En Ark Earth Online, los jugadores almacenaban los monstruos derrotados en una sección especial de la caja de objetos. Después, podían utilizar la habilidad carnicería —una opción seleccionable en el menú de la Caja de Objetos que básicamente cambiaba el cadáver de un monstruo por materiales— para reducir las bestias a materiales, o podían llevar los monstruos a un PNJ para que les hiciera el trabajo.

Después de comprobarlo, Mira descubrió que ya no podía poner cadáveres de monstruos en su caja de objetos. Su hechizo Artes Etéreas: Desglose simplemente no tenía efecto sobre ellos. Por lo tanto, la habilidad carnicería quedó inutilizada.

Una vez que la bestia era debidamente descuartizada por los cazadores, se convertía en objetos materiales como piel, huesos y carne. Si Mira recordaba correctamente, la hipótesis de Solomon era que tal vez se les trataba como seres vivos —en lugar de artículos que se descomponían para la artesanía y demás— mientras sus cadáveres permanecían intactos.

A pesar de tener la habilidad carnicería, Mira no pudo participar.

“Así son los cazadores. Saben lo que hacen.” Reflexionó mientras los observaba trabajar.

Aunque era la primera vez que los cazadores descuartizaban a una criatura como ésta, su trabajo no decayó una vez que se hicieron una idea de la anatomía del tirano de espalda espinada basándose en sus características externas. Eso era parte de ser un buen cazador.

“¿Segura que estás bien sólo con el núcleo del monstruo? Esta criatura no es nada convencional.” Dijo Latry, haciendo una pausa en la carnicería. Como la salvadora de los cazadores sólo había pedido un único objeto de la matanza, su expresión oscilaba entre la alegría y la preocupación.

“No hay problema. Además, ustedes son los que han hecho el trabajo duro. Yo simplemente ofrecí mi ayuda. Si les dejo el cadáver, también parecerá más real, ¿no?” Mira se rió, su rostro era una imagen de compostura y amabilidad sombría.

“Bueno, es justo. Gracias. Te tomaremos la palabra.”

Mira no había atacado mucho al tirano, sólo había hecho que su Caballero Sagrado lo golpeara con el escudo de torre para mantener su atención. No era mentira que los cazadores fueran los que habían acabado con él, aunque los medios de su victoria no les satisfacían del todo. Sabían que Mira había invertido un tiempo y un esfuerzo considerables y pedía poca recompensa.

Tras aceptar el núcleo del tirano, Mira abandonó la sala de carnicería y salió al frente. A instancias de sus compañeros, Latry salió unos instantes después para ver cómo estaba Melissa.

El cielo se tiñó de un tono dorado, y pronto caería el telón de la noche. Unas hogueras brillantes y alegres iluminaban la celebración. Mira observó a los cazadores regocijarse con una dulce sonrisa en su rostro.

En ese momento, una mujer se acercó tímidamente y se dirigió a ella en tono humilde. “¿Disculpe, señorita Mira? ¿Puedo pedirle un favor?”

Distraída de sus cavilaciones internas, Mira se dio la vuelta para encontrar a una linda muchacha de casi 20 años. “Hrmm, ¿y ahora qué? Oigámoslo.” Respondió.

Sin inmutarse, la chica sonrió y se levantó la camiseta, señalando su piel desnuda. “¿Ves esto? Umm, me he dado cuenta de que no quedaba ninguna cicatriz cuando trataste a Melissa.

¿También puedes quitarme esto?”

Su dedo trazó una cicatriz a lo largo de las costillas, donde parecía que la habían lacerado. No era obra del tirano, sino una vieja herida que se había curado hacía tiempo. Aun así, la cicatriz destacaba audazmente en el costado de la muchacha. Un hombre podría exhibirla como una insignia de honor, pero tal vez esas imperfecciones molestaban incluso a las cazadoras.

“No lo he intentado, así que no puedo decir si se puede quitar. ¿Vemos qué podemos hacer al respecto?” Mira se inclinó hacia delante, disfrutando secretamente de la vista mientras inspeccionaba el lugar de la herida. Aunque la carne expuesta de la chica era… una distracción, Mira estaba bastante interesada en ver cómo funcionaría esta prueba de la habilidad de Asclepio.

Ajena al motivo oculto de Mira, una gran sonrisa se dibujó en el rostro de la cazadora. “¡Sí, por favor! ¡Muchas gracias!”

Después de que Mira la invocara, la serpiente se deslizó desde su círculo mágico por el cuerpo de Mira. Se enroscó en su brazo derecho y esperó órdenes.

“Asclepio, puedes curar las cicatrices de esta mujer, ¿verdad?” Mira extendió su brazo. La serpiente blanca giró la cabeza y asintió inmediatamente. Sus ojos parecían decir que sería un trabajo fácil. “Vaya, entonces por supuesto, ¡adelante!”

Asclepio abrió la boca y mordió la piel junto al pecho de la mujer.

“¡Ack!” El dolor punzante hizo que la cazadora jadeara y se estremeciera, pero pronto el malestar disminuyó y se relajó. Miró hacia abajo y otra sonrisa adornó su rostro cuando el tratamiento hizo efecto.

Unas ondulaciones se extendieron desde el lugar donde Asclepio había mordido a la muchacha, haciendo desaparecer la cicatriz. En su lugar, surgió una piel tan suave como la de un niño.

“Qué tratamiento tan rápido.” Murmuró Mira para sí misma con admiración. “No tenía ni idea de que pudiera hacer eso.”

Asclepio terminó, y no quedó ni una cicatriz ni marcas de mordiscos.

“¡Muchas gracias! ¡Se lo agradezco mucho!” Dijo la paciente a Mira y Asclepio con una sonrisa.

“Ese es el verdadero poder de la invocación.” Dijo Mira, que no dejaba pasar la oportunidad de promocionar su oficio.

“Vaya. La invocación es increíble, ¿eh?” Respondió la chica, para satisfacción de Mira. “¡Yo también, por favor!” Llegó una segunda voz.

Entonces otra preguntó: “¿Puedes arreglar esto?” “¿Tienes espacio para una más?”

Otras siete jóvenes se acercaron a Mira. Habían visto cómo trataba a Melissa, y ahora este procedimiento. Estaban completamente decididas.

“No me importa en absoluto.” Respondió Mira magnánimamente. Señaló al primer recién llegado que había solicitado la curación y preguntó: “¿Dónde está tu herida?”

La mujer miró con timidez a la gente que la rodeaba preparándose para la celebración. “Erm, ¿podrías hacerlo dentro?” Preguntó disculpándose, con las mejillas ligeramente sonrojadas.

Mira se giró y se dio cuenta de que muchos de los hombres que corrían por allí miraban con curiosidad. Al mismo tiempo, la primera chica a la que había tratado se dio cuenta de que acababa de desnudar su piel en público, ante los curiosos.

“¡¿Por qué no detuvieron?!” Gritó a sus amigas.

“Estábamos demasiado interesadas en ver cómo funcionaba…”

Mira no tardó en ser conducida a la sala subterránea y comenzó a atender a las mujeres. “Aquí está.” La primera mujer se bajó a medias los culottes, los leggings y, finalmente, la

ropa interior, presentando a Mira su trasero —algo incómodo de mostrar al aire libre, por cierto— y solicitando: “Si es tan amable…”

Mira vio una cicatriz circular —probablemente el resultado de algún tipo de cuerno que perforó a la mujer—.

“Hrmm, muy bien.” Mira alargó la mano y apretó el lugar a modo de ‘examen’. Era redondo, firme pero flexible, con toda la suavidad femenina que cabría esperar. Saboreó la sensación y sonrió de puro placer. Su mano se movió rápidamente, y se sintió animada tanto por el consentimiento de la mujer como por el hecho de que su forma menuda y femenina no sería percibida como una amenaza. “¡Esto no debería suponer ningún problema!”

Después de divertirse —o de “confirmar el problema”—, Mira asintió e hizo que Asclepio curara a la mujer. Una vez que la cicatriz desapareció, la mujer chilló de alegría.

Mira curó a una joven tras otra, aprovechando cada oportunidad para palpar el interior de los muslos, el escote y mucho más. Realmente estaba disfrutando de las ventajas de poder invocar a un médico.

***

Una vez terminados los tratamientos, las estrellas del cielo empezaron a centellear y la celebración comenzó por fin en serio. En el exterior, se estaba celebrando un gran festín. Ahora que los cazadores no tenían que permanecer acurrucados en el interior, habían tomado todo lo que podían de las tiendas de la fortaleza para esta feliz ocasión. Sus rostros eran realmente alegres mientras la fiesta se desarrollaba. La confianza se había apoderado de ellos y había disipado sus preocupaciones.

Mira disfrutó alegremente de las bebidas preparadas con la generosidad del bosque y habló largo y tendido sobre el poder de la invocación, saboreando los elogios de los cazadores. Ni siquiera la mitad de ellos escuchó toda su conferencia, pero aun así Mira se emborrachó y disfrutó de la fiesta.

Uno a uno, los cazadores cayeron en la embriaguez y la fatiga, entregándose al sueño tranquilo.

Cuando todo terminó, Tomoki se acercó a Mira y se sentó a su lado. “Muchas gracias por salvarnos.”

“Oh, por favor. Con mis poderes de invocación, fue fácil.” Incluso en estado de embriaguez, Mira seguía siendo una chica llena de energía comprometida con su disciplina.

“Por supuesto. Soy especialista en producción, así que siempre envidio a los luchadores como tú.” Dijo Tomoki, pasando educadamente por encima de su fanfarronería mientras empezaba a contar su propia historia.

Tomoki se había especializado en el trabajo de la madera, concretamente en duelas y arcos. Entonces, un día, probó a esculpir y se enamoró. Pronto, sus esculturas se vendían a precios equivalentes a los de sus armas minuciosamente fabricadas, y la demanda de éstas superaba la de sus otros artículos.

Tomoki explicó que había modelado estatuas a partir de los tres dioses, lo que le convertía en algo así como un escultor de Buda japonés. Añadió con una sonrisa irónica que había tenido el honor de esculpir para los Tres Grandes Reinos. Algo que había empezado por diversión había cobrado vida propia.

Por esa razón, había resuelto venir al Bosque de los Devotos en busca de la madera perfecta para tallar. De hecho, si algún bosque tenía el material adecuado, sería el que contenía el Árbol Anciano.

“A partir de ahí, me las arreglé para conseguir la ayuda de los cazadores. Tengo una idea de dónde puedo encontrar la madera adecuada, pero… bueno, todo esto pasó.” Dijo Tomoki con un suspiro.

Expresado como rango de aventurero, la fuerza de Tomoki estaría en algún lugar entre C y D. No habría tenido ninguna oportunidad contra el tirano, pero si lo hubiera intentado de verdad, debería haber sido capaz de huir. Cuando Mira le preguntó por qué se había quedado, Tomoki respondió que al menos quería estar con los cazadores hasta el final.

Ella asintió en señal de comprensión, y luego le preguntó sobre lo que más le pesaba. “Por cierto, tengo una pregunta. Hace tiempo, los monstruos no aparecían en lugares que no eran su hábitat. ¿Es algo común ahora?” Tal vez Tomoki supiera más sobre lo que ocurría, ahora que el juego era una realidad.

Después de pensarlo un momento, Tomoki finalmente respondió: “Los monstruos sólo habitan zonas que no son su hábitat cuando se ven obligados a hacerlo. Normalmente, eso tiene que ver con el impacto de los humanos en los ecosistemas… pero esta vez, estoy totalmente perplejo. Con estos ataques, los tipos de monstruos y los hábitats de los que provienen son demasiado diversos.”

“Yo también lo diría. ¿Cuál podría ser la causa?” “Tu suposición es tan buena como la mía.”

Los dos se pusieron a pensar, mirando el oscuro bosque más allá de la hoguera.

Una vez que la borrachera de Tomoki lo alejó, Mira dio un sorbo a su propia bebida y se fijó en Melissa, sentada junto a Latry. Melissa no se había recuperado del todo, pero el color había vuelto a su cara y el hambre había vuelto a su vientre.

Al notar la mirada de Mira, Latry y Melissa se acercaron a ella.

“¡Melissa ya puede andar sola! Todo gracias a ti, Mira. Muchas gracias.” Dijo Latry. “Um, Latry me lo contó todo. Gracias por salvarme la vida.” Añadió Melissa.

La pareja se inclinó profundamente. El rostro de Melissa no revelaba más que gratitud; el de Latry era una mezcla de gratitud, alegría y confianza.

“Ni lo menciones. Es bueno ver que estás mejor.” Respondió Mira antes de entrar en una conferencia sobre la utilidad, las habilidades y las aplicaciones de la invocación. Una persona ajena a la situación podría haberla interpretado como un galimatías, pero para los entendidos era como si estuvieran escuchando al gran Danblf en persona.

O, al menos, lo habría hecho si alguien hubiera escuchado realmente. Las palabras de Mira simplemente se fundieron en la conmoción continua, el viento fresco de la noche y el cielo nocturno centelleante.