Sekai Saikou no Ansatsusha (NL)

Volumen 5

Capítulo 19: El Asesino Busca Un Medio De Victoria

Mi primer encuentro con el dragón de tierra fue bastante duro. No pude encontrar nada que me diera una ventaja.

Sin embargo, no fue del todo infructuoso. En primer lugar, descubrí que el enemigo era el dragón de tierra de la leyenda. Sabiendo esto, estaba razonablemente seguro de que poseía otras habilidades que aún tenía que presenciar pero que se describían en las historias.

En segundo lugar, había recogido algunos de sus tentáculos cortados, que actualmente se retorcían dentro de mi botella especial. Más específicamente, eran unos que habían brotado de otros tentáculos.

Esas dos cosas por sí solas difícilmente garantizaban la victoria, pero era un comienzo.

“Um, ¿por qué estás llenando esas Piedras de Fahr con maná? Ya tienes muchos preparados”, dijo Tarte, luciendo confundido.

“Estoy poniendo diferentes combinaciones de elementos en estos. Traje Piedras de Fahr llenas de maná no elemental para usar como baterías recargables y otras llenas de una mezcla de maná de fuego, tierra y viento para bombardear. Estas piedras van a tener un propósito diferente”.

Se podía verter una gran cantidad de poder mágico en una Piedra de Fahr, y cambiar la composición interior alteraba la naturaleza de la Piedra de Fahr.

“Ah, claro. Vas a provocar una tormenta”, observó Dia.

“Así es. Usar el maná de viento y agua de trescientos magos me permitirá provocar una tormenta, que reducirá directamente la fuerza del dragón de tierra. Nunca había probado esto antes, pero la leyenda dice que la lluvia ralentizó a este demonio, así que vale la pena intentarlo”, expliqué, mientras continuaba llenando las Piedras de Fahr con maná.

“Oye, esa es una idea interesante. Pero ni siquiera tú puedes cebar todas esas Piedras de Fahr en tan poco tiempo”, dijo Dia.

Eso habría sido cierto con los métodos normales. Mi habilidad Recuperación Rápida solo multiplicó mi recuperación de maná por un poco más de cien. Si vertí poder mágico en las Piedras de Fahr con toda su fuerza, me agotaría antes de terminar.

“Es por eso que estoy agarrando las Piedras de Fahr llenas de maná no elemental en mi mano derecha para sacarles poder, luego lo convierto dentro de mi cuerpo y lo canalizo en Piedras de Fahr vacías. Eso me permite llenarlos sin agotar mis fuerzas. Quiero al menos cinco Piedras de Fahr capaces de invocar una tormenta.”

“Nunca había pensado en hacer eso antes… pero debería funcionar.

¿Quieres ayuda?” ofreció Dia.

“No, estoy bien. Esto solo funciona porque el maná de estas Piedras de Fahr es mío. Tu control sobre la magia es de élite, pero sería difícil incluso para ti convertir el maná de otra persona”.

“Eso es cierto… Podría hacerlo, pero me costaría mucho. Lo siento.”

No tenía idea de cuán escandaloso era incluso el pensamiento de poder hacer eso.

“Tengo algo más que quiero pedirte. Voy a explicar mi plan, así que escucha. Tú también, Tarte.”

Ambas se acercaron a mí y se sentaron. No había manera de que pudiera lograr esto sola. Los necesitaba a los dos.

Después de ordenar mis pensamientos, comencé a hablar.

“Noté una serie de cosas extrañas cuando me encontré con el dragón de tierra. Ambos vieron los tentáculos con forma de gusano que se extendían desde su cuerpo gigante y su boca, ¿verdad?” Yo pregunté.

“Sí, eran lo suficientemente grandes para que los pudiéramos ver desde aquí”, respondió Dia.

“Corté uno de ellos con un cuchillo WASP, pero se regeneró de inmediato”.

“No hay nada extraño en eso. Los demonios siempre reviven sin cesar a menos que rompas el Corazón Carmesí”, me recordó Dia.

“Sí, por eso ha sido tan difícil derrotarlos”, asintió Tarte.

“Tienes razón, pero se veía diferente. Mientras la parte cortada del tentáculo aún estaba en el aire, la parte restante que aún estaba unida a su cuerpo se hinchó hasta que el tentáculo volvió a su longitud original.

Además, el tentáculo cortado permaneció entero”.

Dia pareció darse cuenta, pero Tarte parecía confundida. “Ah, lo entiendo… Eso no es muy parecido a un demonio”. “Lo siento, no entiendo.”

“La regeneración de un demonio se parece a volver atrás en el tiempo. Todo vuelve a su estado original. Así no fue como se recuperó el dragón de tierra. Su carne se abultó y volvió a crecer para crear una nueva extremidad, mientras que la carne cortada permaneció separada de su cuerpo”.

El absurdo poder curativo de los demonios era su mejor arma. Todos los demonios que había derrotado anteriormente (el orco, el escarabajo y el león) habían vuelto a su estado original cuando resultaron heridos, y las extremidades amputadas desaparecieron casi de inmediato. La regeneración del dragón de tierra funcionó de manera diferente, asemejándose a algo que se encuentra en las criaturas naturales.

“Entonces, ¿estás diciendo que no es un demonio?” preguntó Dia.

“No, estaba haciendo un Fruto de la Vida. Solo un demonio puede profanar almas así. Eso significa que es un demonio. Pero puede que no todo sea un demonio.”

“… Ah, crees que el exterior y el interior son seres diferentes”.

“Sí, esa es la única manera de explicarlo. El demonio probablemente esté en el vientre de esa bestia. Eso sigue con la leyenda. La noción de que el héroe mató al demonio desde adentro es solo correcta a medias. Es probable que el héroe se haya encontrado con el demonio real mientras estaba dentro del dragón de tierra… Aquí, tengo pruebas. No me di cuenta de esto durante la pelea, pero embotellar una parte del cuerpo de un demonio de esta manera y llevártelo contigo debería ser imposible.”

Señalé los tentáculos en la botella, todos los cuales todavía estaban saltando enérgicamente. Si el dragón de tierra fuera un demonio, los tentáculos cortados habrían desaparecido.

Las cosas se movían rápido cuando corté el tentáculo con el cuchillo WASP, y era posible que pasara por alto algo. Esto, sin embargo, fue una prueba definitiva de que la criatura gigante no era un demonio.

Todavía no podía decidir con seguridad que el interior y el exterior eran entidades separadas, pero si mi teoría era correcta, teníamos posibilidades de ganar.

“Dijiste que tenías algo que pedirnos”, dijo Dia.

“Así es. Si el exterior no es un demonio, no debería poder seguir el ritmo si le infligimos suficiente daño. A diferencia del héroe, no puedo desafiar el moco y buscar dentro del dragón de la tierra de manera segura. Por eso vamos a matar a la bestia externa para sacar al demonio. Entonces deberíamos poder matar al demonio. Esto es lo que quiero de ustedes dos. Cuando obligue al dragón de tierra a salir de su madriguera, abrumarlo con potencia de fuego y matarlo para siempre. Úsalos para hacerlo.”

Le di a Tarte y Dia casi todas las Piedras de Fahr que había llenado con maná de tierra, fuego y viento para usarlas como bombas.

Eso me dejó dos grandes cartas para jugar.

“Mi trabajo será sacar al dragón de tierra de su madriguera. Ninguna cantidad de fuerza bruta lo matará si simplemente se sumerge bajo tierra. Una vez que emerja del agujero, usa todo esto para golpearlo con la mayor explosión que puedas”, instruí.

Dia frunció el ceño. “Hmm, ¿cómo vas a sacar esa cosa gigante del agujero?”

“Voy a usar las Piedras de Fahr que estoy llenando ahora para eso”.

Esta estrategia me pondría en peligro mortal, pero ya me había enfrentado al dragón de tierra una vez, y mi instinto me decía que podía lograrlo.

“Así que Lady Dia y yo lo haremos… Ah, entiendo”, dijo Tarte.

“Yo también. Llenaré las Piedras de Fahr más allá de su capacidad y calcularé cómo colocarlas para el bombardeo más efectivo, y Tarte usará el viento para colocar las piedras como se lo ordene”, razonó Dia.

“Exactamente.”

Las explosiones de la Piedra de Fahr eran fuertes, pero la forma de sacarles el mayor efecto era inundar y aplastar al objetivo.

La fuerza de las explosiones viajó hacia afuera radialmente. Si usáramos las Piedras de Fahr sin pensar en su ubicación, la mayor parte de la energía se alejaría del objetivo. Podríamos evitarlo si rodeamos al objetivo con Piedras de Fahr y activamos varias ráfagas a la vez. Toda la fuerza viajaría hacia adentro, sin dejar espacio para escapar.

Determinar el despliegue más efectivo de las Piedras de Fahr, llenarlas rápidamente más allá de su capacidad y sincronizar las explosiones al mismo tiempo no debería ser humanamente posible. Sin embargo, dada la inteligencia y el sentido de la magia de Dia, sabía que estaba preparada para la tarea. El problema era que Dia no podría arrojar las piedras donde tenían que ir.

Ahí fue donde entró Tarte. Había entrenado muy duro con su magia de viento, y su control era extremadamente preciso. Estaba seguro de que sería capaz de entregar las Piedras de Fahr en las posiciones exactas que Dia indicó.

“Eso va a ser muy difícil. Tendré que hacer cálculos tridimensionales en el momento en que salga del agujero”, dijo Dia.

Tarte asintió. “Eso suena realmente difícil”.

“Tendrás solo unos segundos, y luego Tarte tendrá que colocar esas piedras de inmediato… Esto es lo más difícil que les he pedido a ninguna de ustedes”.

Tarte y Dia intercambiaron una mirada. Entendí que lo que estaba pidiendo no era razonable. Tampoco sería capaz de apoyarlos, ya que enviar al dragón de tierra volando tomaría toda mi atención.

“Lo haré”, dijo Dia.

“…Yo también. Um, Lord Lugh, ¿crees que podemos hacerlo?” preguntó Tarte.

“Sí, por supuesto. Decidí que tus capacidades actuales son suficientes”, respondí afirmativamente.

“¡Entonces definitivamente tendré éxito!”

Esa respuesta fue muy propia de Tarte.

Todavía no estaba listo. Necesitaba prepararme para esta operación y pensar en una estrategia de respaldo en caso de que fallara.

Mi plan se basó en una serie de suposiciones. Necesitaba tener en cuenta la posibilidad de que no funcionara.

***

Unas horas más tarde, tenía todas las Piedras de Fahr que había preparado para esta misión listas para usar. Los agarré, salté al agujero y usé magia de viento para mantener mi altitud hasta cierto punto.

Antes del descenso, realicé una prueba en los tentáculos cortados para determinar por qué las tormentas molestaban al dragón de tierra en las leyendas. El resultado resultó ser muy simple: la criatura simplemente era mala con el agua. Su piel de color marrón rojizo repelía el líquido, pero la mucosidad del tentáculo se lavó cuando se limpió.

La mucosidad era muy importante para el dragón de tierra. Todo lo que tocaban las secreciones se derretía y luego se evaporaba en la niebla rosa, y también servía para fines defensivos, ya que era lo suficientemente resbaladizo como para que las cuchillas se deslizaran sin cortar su carne.

La criatura también tenía la costumbre de expulsar mucosidad de sus entrañas cuando se enjuagaba su capa externa, lo que sugiere que inundar al dragón de tierra con agua haría que se secara y se debilitara.

Comprender eso me dejó con un curso de acción.

Las Piedras de Fahr que sostenía no estaban llenas de maná de viento y agua; en cambio, contenían 100 por ciento de maná de agua. Llené dos de las peligrosas pequeñas esferas más allá de su capacidad y las arrojé al agujero.

¿Qué pasaría si explotara una Piedra de Fahr llena con el maná de agua de trescientos magos? La respuesta resultó ser bastante simple.

Observé el resultado frente a mí. Una cascada increíble surgió en el agujero, llenándolo con agua violentamente turbulenta.

El drenaje en el cráter debe haber sido pobre; el nivel del agua subió rápidamente. Era como si el líquido hubiera chocado contra una presa.

Si mi hipótesis era incorrecta y todo el dragón terrestre era el demonio, debería haberse contentado con quedarse abajo. Si muriera, simplemente reviviría inmediatamente. Nada le impedía esperar a que el agua disminuyera lentamente.

Sin embargo, si el exterior no fuera un demonio sino un monstruo nacido de un demonio, tendría que salir a la superficie. Una criatura normal no podría regresar de la muerte. No sabía si moriría por perder toda su mucosidad o por asfixia, pero eventualmente perecería.

El dragón de tierra no pudo tomar la tercera opción de irse. Según Mina, una vez que un demonio comenzaba a hacer una Fruta de la Vida, se rompería si se dejaba demasiado tiempo.

Seguramente el demonio no querría que todo su arduo trabajo se desperdiciara. Eso significaba que solo tenía una única opción.

“¡Te odio, te odio, te odio! ¡Me estás volviendo tan enojado, tan enojado!”

La figura gigante del dragón de tierra saltó del agujero, que se había convertido en un estanque en toda regla.

A diferencia de la última vez, fue para matar, no para jugar. Podía sentir su sed de sangre. Inundar su guarida debe haberlo alterado.

Mi hipótesis era correcta. Ahora teníamos la oportunidad de ganar.

Era hora de quitarse su armadura ridículamente grande y echar un vistazo al verdadero demonio.