Nishino (NL)

Volumen 8

Extra: Un Día En El Bar Nishino Y Su Maestro De Clase

Son un poco más de las diez de la tarde. En un pequeño bar en el sótano de un edificio en las afueras del centro de Roppongi, en un espacio de unos 20 tsubos. A la hora en que el bar está abierto para los negocios, Nishino sigue siendo el único que se ve en el mostrador.

—¿Está este lugar perdiendo finalmente clientes?

—Algunos días es así.

El futsumen, inclina su vaso y hace un comentario desenfadado. A lo que Marquis, el camarero, respondió despreocupadamente mientras sacaba brillo a su vaso. Según su conversación, hoy no ha entrado ni un solo cliente, desde la apertura hasta ahora.

—¿Y cuanto más tranquilo, mejor? Ya lo has dicho antes.

—No niego ese punto, pero como gerente, ¿te parece bien?

Poco después de que se produjera este intercambio, sonó una campana en el piso, indicando la llegada de clientes. Su atención se dirigió naturalmente a la puerta del restaurante. Entonces, apareció un grupo de varias personas con traje.

Y entre ellos, Nishino reconoció la figura familiar de la otra parte.

—Lo siento, tengo que ir al baño un rato.

El futsumen, que se levantó de su asiento tan rápido como pudo decirlo, caminó rápidamente hacia el fondo del piso.

Marquis le miró interrogativamente ante su inusual reacción.

Pero antes de que pudiera hablarle, Nishino se había acomodado en el baño. El barman pensó en enviar un breve texto desde el dispositivo que tenía en la mano, pero el de la otra persona quedó sobre el mostrador, junto con el vaso.

Durante la siguiente hora, más o menos, Nishino permaneció encerrado en el baño durante el resto del día.

Sólo después de que los nuevos invitados se hubieran marchado, volvió al lugar.

—Has estado encerrado un buen rato, ¿dolor de estómago?

—El grupo de antes, el maestro de la clase estaba allí.

—… Ya veo.

El rostro tenso de Marquis se relaja. El camarero, que había estado nervioso todo el tiempo que atendía a los clientes, pensó que incluso Nishino había sido visitado por alguien difícil de tratar. Incluso tenía un arma preparada bajo el mostrador.

Gracias a esto, se filtró naturalmente una palabra de sarcasmo.

—A la otra parte parecía gustarle mucho el lugar.

—Lo siento, pero la próxima vez que lo veas, quiero que seas bueno y lo mantengas alejado de la tienda.

—Aun así, deben ser clientes de la tienda, ¿no?

—Al fin y al cabo, me gusta beber mis tragos en paz.

Nishino toma el vaso en la mano, con el hielo ya derretido, y habla con buen talante.

Así, su maestro de clase, Otake-sensei, perdió uno de sus bares favoritos.

-FIN DEL VOLUMEN 8-