Boogiepop And Others (NL)

Volumen 1

Capitulo 4: I Wish You Heaven

“Kamikishiro Naoko está muerta. Deberías olvidarte de ella”, era todo lo que estaba escrito en la carta. Parecía una impresión de computadora.

—¿Qué? —Tomé el sobre y lo estudié por un momento, pero todo lo que había en él era mi nombre, “Kimura Akio” y la dirección de mi casa. No había ninguna dirección de remitente, y a juzgar por el sello, fue enviada desde el pueblo donde asistía a la preparatoria.

Al principio, pensé que debía ser una broma de uno de mis antiguos compañeros. Mi pequeña aventura con Kamikishiro Naoko se hizo pública después de que terminó.

Pero parecía un poco tarde para eso. Habían pasado dos años desde la última vez que la vi, y este tipo de broma parecía un poco irrelevante ahora.

Aun así, ella desapareció abruptamente durante mi segundo año, y todavía no sé por qué desapareció. Dudo que alguien lo sepa. ¿Alguien sabía realmente lo que pasaba por su cabeza?

***

Kamikishiro Naoko y yo nos encontramos por primera vez de una forma bastante extraña.

Todo esto tuvo lugar poco después de que comenzara el trimestre de primavera.

Un día, en el almuerzo, estaba fumando un Caster Mild en la parte de atrás de la escuela, cuando aparecieron un chico y una chica. Por suerte para mí, estaba escondido detrás de un árbol, así que no me vieron.

Hubo un largo y significativo silencio, así que aproveché la oportunidad para esconderme aún mejor, con la esperanza de poder mirar.

Pero apenas se miraban el uno al otro, se quedaron ahí parados, inquietos. (Ah ha )

Justo cuando lo entendí, la chica abrió la boca.

—¿Leíste…. la carta? —dijo ella, juntando las manos.

—Sí —dijo él evasivamente.

Todo era un poco anticuado, y estaba a punto de perder el interés, cuando el chico de repente miró nerviosamente a su alrededor y le preguntó:

—Estás sola…… ¿cierto?

—¿Hunh? —Parpadeó ella.

Y yo también. La mayoría de la gente suele venir sola en momentos como éste. Aunque, por supuesto, siempre hay algunos perdedores que necesitan que sus amigos los animen.

—¿Así que no me vas a pegar ni nada? — preguntó él, aliviado.

¿Qué, este chico le teme a las chicas o algo así? Entonces finalmente me di cuenta.

Sus zapatillas eran azules y las de ella amarillas. Nuestra escuela fue creada para que cada grado tuviera un color diferente. Yo usaba unas verdes. El chico era de primer año, y la chica de tercer año.

—¡No, nada de eso! —exclamó.

En el momento en que supe que ella era mi senpai, empezó a verse extremadamente madura…. y sexy. Soy muy exigente cuando se trata de chicas, pero me di cuenta de que tenía maquillaje que hacía que sus ojos se vieran más grandes. Pero era un maquillaje natural, para que los maestros nunca se dieran cuenta. También era obvio que trabajaba muy duro para hacerse ver siempre alegre.

Pero el otro, este chico de primer año, parecía un niño. Era un chico lindo con cara de bebé, pero un poco ordinario, pero oye, a algunas chicas les gusta eso.

—¿Entonces qué pasa? —le preguntó a la chica mayor vacuamente.

—Ya sabes… —dijo ella, poniéndose roja y mirando sus pies. Su expresión mostraba claramente que no era nada más que lo que era.

(¿Hunh. ?)

Pero sabía cómo se sentía el chico. No podía entender por qué. ¿Por qué esta hermosa estudiante mayor estaba invitando a salir a un chico como él? Era natural dudar en lugar de ser feliz.

Claro que ahora que estoy en la universidad, conozco a muchas chicas que tienen novios más jóvenes que ellas. Pero eso no pasa en la preparatoria. Hasta la preparatoria, estás en una especie de sistema feudal inconfundible. Una chica podía salir con un universitario, un chico de secundaria o con quien quisiera fuera de la escuela, pero en el interior había una regla no escrita de que una chica sólo podía salir con chicos de su edad o mayores.

—Um… ¿Kamikishiro-san? —preguntó, muy preocupado. Aquí es donde supe su nombre.

—¿Qué? —contestó ella, mirándolo con una mezcla de ansiedad y expectación. A los hombres les resulta difícil decir que no.

Pero él miró hacia otro lado y no la vio.

—¡Lo siento! No puedo hacer esto —gritó mientras se daba la vuelta y huía.

—¡Ah…! —Kamikishiro casi lo persiguió, pero se detuvo. Sus hombros se desplomaron.

Desde atrás, podía ver su cabeza inclinada hacia abajo y un poco de lado. De alguna manera, este ángulo la hizo aún más hermosa, como una especie de don Quijote femenino, luchando contra las reglas invisibles de la escuela. Tengo que decir que me impresionó muchísimo.

Mientras yo me sentía impresionado, de repente ella giró su cabeza como un anciano saliendo del baño.

—Otra vez no —dijo exhausta, y luego se giró y me miró fijamente.

No tuve tiempo de esconderme. Nuestros ojos se encontraron.

—¿Disfrutaste el espectáculo? Ah, ¡Jajajajaja! —se rió, y se acercó a mí. Ella supo que yo estaba allí todo el tiempo.

—Uh, n-no. No quise mirar —dije, moviéndome.

Alargó la mano y dijo:

—Mis honorarios —mientras sacaba un Caster Mild de mi bolsillo—. Maldita sea, he estado muriendo por un poco de nicotina todo el día.

Puso el cigarrillo entre sus labios y me miró expectante. Lo encendí a toda prisa.

—Bastante bien —dijo con una sonrisa de satisfacción.

Expulsó una gran bocanada de humo. Su manera de actuar era la opuesta a la de un momento antes.

Pero mirando su perfil, pude ver los rastros de lágrimas.

—Hablaste en serio —dije, esperando que lo negara y lo superara.

Pero en vez de eso, asintió con la cabeza y dijo:

—Puedes apostar que sí —Se puso en cuclillas y continuó—: Tan seria como siempre —Se abrazó a su pecho con las rodillas y enterró la cara en la falda—. ¿Por qué no podemos elegir de quién nos enamoramos? Sería mucho más fácil… —dijo desolada.

—Bueno, sí, es cierto, pero francamente, creo que es mejor que te rechace un tipo así —dije en un tono muy honesto.

Ella miró hacia arriba. Sus lágrimas habían hecho que su delineador se corriera un poco. Inesperadamente dijo:

—…No lo hagas.

—¿Qué?

—No seas amable conmigo. No quiero enamorarme de ti también.

—¡¿Qué?! —Grité, completamente desbalanceado ahora.

Se levantó, ya no lloraba, y sonrió.

—Sólo bromeaba. Pero eres un buen tipo. Entonces, ¿cómo te llamas?

—Kimura, Clase 2-B.

—Soy Kamikishiro, Clase 3-F. ¿Piensas ir a clase esta tarde?

—En realidad no.

Me quedaba Japón Moderno y Ciencia Política, pero planeaba saltármelas.

—Entonces te compraré una hamburguesa MOS. Ya sabes, para pagarte por animarme. Vamos, conozco una salida por la parte de atrás —dijo con un guiño travieso.

Y así es básicamente como empezamos.

Así es como éramos todo el tiempo. Nunca estuvimos realmente “enamorados”. Podríamos haber parecido cercanos o algo así, pero nunca se enamoró de mí. Al menos, no creo que lo hiciera. Eso fue hace dos años.

***

Finalmente, Kamikishiro convenció al chico de primer año -su nombre era Tanaka Shiro- de que saliera con ella. Cuando atacaba, nadie podía detenerla.

Una vez, tuve que decirle:

—No sé lo que ves en él —A menudo me llamaba y me pedía que saliera con ella.

Sí, se podría decir que era una cita. Veíamos películas, comíamos fuera, jugábamos al billar y apostábamos dinero en el juego. También hacíamos otras cosas, pero ya sabes cómo es.

—Bueno, verás    es un arquero.

—¿Un arquero? ¿En el equipo de tiro con arco?

Si no mal no recuerdo, estábamos en una de esas lentas ruedas de la fortuna en un parque de atracciones. Era como una postal de esas citas cursi de la preparatoria que se ven en los manga.

—Sí. La primera vez que lo vi, aún estaba en la secundaria y estaba en una competencia. ¿Has visto alguna vez una? Todos se alinean y disparan. El primero en fallar pierde. Fue bastante genial. Lo hizo bastante bien, pero al final perdió. Pero sus ojos…. cuando miraba a ese pequeño blanco tan lejos, había un brillo en ellos. Se me puso la piel de gallina. Y luego, dejaba que la flecha volara. ¡y silbaba!

—Suena un poco superficial       Dije, algo disgustado.

Todo eso no tenía nada que ver con el propio Tanaka, ni con su personalidad. Por supuesto que estaría reacio.

—Prefiero divertirme con alguien como tú, Kimu-kun. Eres más divertido. Y no tengo planes de empezar a hacer tiro con arco yo misma. Pero no puedo quitarme de encima la sensación de que ese chico está hecho para cosas más grandes.

—Y yo no lo estoy, ¿eso quieres decir? Ay —hice una mueca de dolor.

Las palabras ‘alguien como tú’ dejaron las cosas muy claras. No podía hacer nada si ella lo decía así.

—Sí. Eres como yo en ese sentido. Soy un desastre. Y, francamente, tú también, Kimu-kun.

—No puedo negar eso —dije riendo.

Era verdad. Si no lo fuera, ¿por qué estaría saliendo con una chica que conocía muy bien y que tenía a otro chico a su lado? Aun así, a estas alturas ya me estaba enamorando de ella. Sin embargo, nunca pensé en intentar que rompiera con Tanaka. No era sólo un lío, era un maldito accidente de tren a punto de ocurrir. Y además de eso, no era la única chica con la que salía. Sí, éramos exactamente iguales.

—Seré honesta. Shiro-kun no me entiende en absoluto —dijo, suspirando amargamente—. Trata de no hacerme daño, pero siempre habla un poco distante, y eso me duele más. No lo entiende en absoluto.

—Hunh. No puedo decir que yo sí.

—Sólo me interpongo en su camino. No creo que él necesite estar enamorado todavía.

A veces, me parecía casi imposible de entender.

Es fácil hacer lo típico de los hombres y decir que las chicas son complicadas y todo eso, pero su nivel de complejidad estaba claramente por encima de las otras chicas de su edad. Estoy bastante seguro de que la mayoría de ellas tampoco podían entenderla. En realidad, los únicos amigos que sabía que tenía éramos yo y una chica de su clase llamada Kirima Nagi. Esa chica era aún más rara que Kamikishiro, así que supongo que por eso se llevaban bien. La verdad es que Kirima era más guapa que Kamikishiro, pero siempre me gustó más Kamikishiro. Incluso ahora.

—Pero, ¿lo necesitamos nosotros dos? Supongo que sí. Parece que estoy un poco incompleto yo solo, ¿sabes?

—¡Eso es exactamente! Ves, somos iguales —dijo, me dio una pequeña sonrisa, se inclinó hacia adelante y puso sus labios en los míos.

No fue gran cosa. No fue exactamente la primera vez que nos besamos.

—¿…Haces eso con Tanaka? —le pregunté secamente.

—¡Claro que no! —sonrió, negándolo al instante.

Siempre estaba en su punto más atractivo cuando no estaba tratando de ser sexy o de actuar de forma linda. Nunca supe por qué.

***

Estaba bastante seguro de que la carta era una broma, pero algo en ella no dejaba de molestarme. Decidí faltar a clase e ir al pueblo donde fui a la preparatoria. Llámalo una corazonada, pero quienquiera que haya enviado la carta probablemente vivía allí.

Mi familia aún vive allí, pero no me pasé por allí; me dirigí directamente a la Academia Shinyo. No creí que ninguno de los estudiantes actuales estuviera detrás de la carta, pero mis piernas me llevaron en esa dirección de todos modos.

—¡Ah! ¡Akio! Por aquí —me llamó alguien mientras esperaba que llegara el autobús.

Me di la vuelta y me encontré con una chica que había estado en mi misma clase durante mi primer y tercer año -Miyashita Touka. Lo primero que noté fue la enorme mochila Spalding sobre su hombro.

—Hola, ¿qué pasa? —Le contesté.

—¿Qué haces de vuelta aquí? ¡Ni siquiera es Año Nuevo todavía! — Miyashita es una chica linda, pero nunca me metí con ella, lo cual probablemente es la razón por la que seguimos siendo amigos.

—Sí, ninguna razón en particular. ¿Tú?

—¿No te enteraste? Reprobé los exámenes. Soy una ronin. De camino a la escuela mientras hablamos.

—Oh, cierto.

—Sí. Supongo que te olvidaste de nosotros cuando te mudaste, ¿eh?

—Suenas amargada. ¿Peleando con ese novio diseñador tuyo? —Le pregunté, sabiendo que había estado saliendo con un chico mayor en esa línea de trabajo desde su segundo año.

—Ni siquiera me hables de él. Ni siquiera llama —dijo ella, haciendo pucheros.

—Probablemente está tratando de no interrumpir tus estudios.

—No, él estudia más que yo. Está intentando conseguir algún tipo de premio. Me pone enferma.

—Hmmm….

—¿Qué hay de ti? ¿Ya conseguiste una universitaria?

Hice una mueca.

—No.

—Aw, ¿esa chica de tercer año todavía te retiene?

—Ella era de tercer año entonces. Ahora tendría 20 años.

—¿Estás…. estás contando sus cumpleaños? ¡Te dejó y desapareció!

¡Renuncia ya a ella!

—No es asunto tuyo —escupí.

Parecía enojada, pero me agarró la mano.

—¿Qué?

—Ven conmigo. Vamos a tomar un té.

Todavía enojada, me arrastró a un café cercano llamado Tristán.

—¿Qué hay de la escuela intensiva?

—Al diablo. De todos modos, este año voy a reprobar de nuevo —dijo temerariamente.

Se desplomó en una mesa y le gritó al mostrador:

—¡Dos cafés americanos! —Luego se giró hacia mí para decirme exactamente lo que ya sabía—: Eres un idiota.

—Lo sé —respondí petulantemente.

—¡No, no lo sabes! Crees que eres una especie de héroe, ¿no? Con ese lío de hace dos años —anunció Miyashita. Siempre ha sido así, un poco santurrona e inclinada a meter las narices en todo.

—No lo sé. Eso fue sólo…

—No fuiste tú, ¿verdad? Su novio. Ni siquiera sabías por quién estabas tomando la culpa, ¿verdad?

—………

Hace dos años, después de que Kamikishiro desapareciera, encontraron una manta, una almohada y un calentador eléctrico en un depósito cerca del gimnasio, a donde nadie había ido. Era obvio que alguien se había colado en la escuela y había estado viviendo allí. Al principio, pensaron que era un vagabundo, pero luego encontraron un accesorio que había pertenecido a Kamikishiro (según una de las chicas de su clase), y se convirtió en un escándalo para el cuerpo estudiantil.

No sé qué clase de personas eran los padres de Kamikishiro, pero su hija había desaparecido y la escuela sospechaba que estaba involucrada en actividades ilícitas, pero los padres no protestaron en absoluto contra las acusaciones. Como su ausencia continuaba, la escuela se preparó para expulsarla por la fuerza. En ese momento, cierto estudiante masculino anunció que había sido su novio, y después de eso se desató el infierno.

—Ella no trajo a ningún extraño a la escuela. No la expulsen —dijo.

Los profesores ni siquiera fingieron creerle. Pero los estudiantes hicieron un gran escándalo y para calmar las cosas, la escuela suspendió al chico y renunció al castigo de Kamikishiro.

Pero Kamikishiro nunca volvió a aparecer. Su nombre incluso fue eliminado de las listas en la graduación, debido a la falta de créditos.

Al final, todo esto no sirvió para nada. En realidad nunca hubo nada en la historia. Como resultado de la conmoción, el chico recibió su merecido. Recibió una serie de cartas de todas sus muchas novias, diciéndole que era un perdedor y que estaban dejando su lamentable trasero.

—…No, sabía a quién estaba viendo Kamikishiro —le dije a Miyashita con una leve sonrisa.

—Mentiroso.

—No, en serio.

—Entonces, ¿quién? ¿Por quién te dejó?

—Un alienígena. Se la llevó con él al espacio.

Tan pronto como las palabras salieron de mi boca, una bofetada resonó en el café.

Miyashita me había pegado en la cara.

—¡Contrólate! Sé un hombre y sigue adelante —dijo furiosa.

No era como si ella sintiera algo especial por mí. Era justo ese tipo de chica.

—Lo siento —dije, frotándome la mejilla con timidez.

Pero no bromeaba. Eso es exactamente lo que Kamikishiro me dijo.

***

—Kimu-kun, ¿crees que la existencia humana está justificada? —Preguntó Kamikishiro, de repente un día.

—No —dije, instantáneamente. Me estaba acostumbrando a sus “non sequiturs”.

—Maldición, yo tampoco —suspiró.

Estábamos acostados uno al lado del otro en la orilla del río que corría a lo largo del camino que conducía a la escuela. Como la mayoría de los estudiantes tomaban el autobús, la gente casi nunca caminaba por este camino. Ya estaba oscuro y podíamos ver estrellas sobre nosotros.

—Los humanos no son tan buenos. Por mucho que avance nuestra civilización, parece que no podemos hacer nada para ser más felices — dije, obviamente, tratando de impresionarla con algo profundo.

—Sí… tal vez —contestó ella. Parecía un poco seria.

—¿Por qué lo preguntas?

—Acabo de conocer a este tipo, pero…

—¿Estás enamorada otra vez? ¿Qué hay de Tanaka? —Pregunté sorprendido.

—Sí. Sí, lo estoy, pero dejemos eso a un lado por un momento —dijo, sentándose. Miró el vacilante reflejo de las luces de la ciudad sobre el agua en movimiento del río—. Es del espacio exterior.

Parecía seria. Tenía que estar bromeando, pero no parecía estar esperando a que me riera, así que lo tomé como una especie de metáfora y asentí con la cabeza.

—Mm-hmm.

—Pero no creo que sea de otro planeta. Es como si en el espacio hubiera una gran conciencia, y lo envió aquí para, ya sabes, “probar a la humanidad” o algo así. ¿Como los robots de inspección que siempre aparecen en los cuentos de Hoshi Shinichi? Pero no es una máquina ni nada. Es sólo que su cuerpo no es algo que existe en la Tierra. Puede, como, convertirse en cualquier cosa. Así que, cuando aterrizó en la tierra, se disfrazó de humano y trató de examinar el mundo, pero hubo algunos errores, y no logró ser humano del todo.

—…………

—Ha evolucionado demasiado. Tiene más poder dentro de sí mismo del que cualquier ser humano tendrá jamás en mil años: ¡no, en diez mil años!

Aparentemente, el espacio es tan grande que no pudieron emparejarlo con el tiempo de la Tierra, así que su verdadera naturaleza salió antes de tiempo, y el gobierno o alguna clase de corporación grande se apoderó de él. Pero los idiotas pensaron que era un mutante, y le hicieron todo tipo de experimentos y lo clonaron. Pero, a diferencia de él, esa copia clonada se convirtió en una brutal devoradora de hombres.

Ya no tenía la menor idea de lo que estaba hablando. Decidí quedarme callado hasta que pudiera retomar el hilo de nuevo.

—Quería comunicar todo esto, pero no pudo. Estaba programado de tal manera que no podía hablar con los humanos directamente. Fue para que no revelara su verdadera identidad a nadie. Lo cual estuvo bien. Quiero decir, después de todo, fue enviado aquí para probar a los humanos y ver si serían amables con él. No estaba aquí para negociar ni para dar discursos ni nada. Sólo estaba aquí para observar, así que lo llamaron Echoes, ya que todo lo que puede hacer es reflejar las palabras que la gente le dice.

—…………

—Pero la devoradora de hombres mató a todos en el centro de investigación y escapó. Ahora, está escondida dentro de la sociedad humana en alguna parte. Pero Echoes fue tras ella, y él. y me conoció.

—¿Qué va a hacer si la atrapa?

—Pelear, supongo. Si no lo hace, se apoderará del mundo o algo así.

—Pero es un alienígena. ¿Por qué le importa lo que pase aquí?

—Sí, tienes razón, pero… básicamente, es amable.

—¿Eso es todo?

—¿No es suficiente? No es la amabilidad la mejor motivación que alguien puede tener —preguntó, mirándome solemnemente. Luego suspiró—. La mitad de esto soy yo leyendo entre líneas. Creo que también tiene otra razón complicada. Ya sabes, algo sobre mantener el equilibrio del planeta. Pero si eso fuera todo… es un poco triste, ¿no crees? —Susurró muy deprimida. Se veía al borde de las lágrimas, lo que me hizo sentir incómodo.

Sentí el tipo de opresión en mi pecho que pensé que había dejado atrás en la secundaria.

Me aclaré la garganta para  ocultar este sentimiento, y dije  deliberadamente áspero:

—Entonces, ¿cómo demonios te explicó todo esto este tipo Echoes? Pensé que no podía hablar —Era un estúpido quisquilloso.

Y ella dijo:

—¡Ah, ja, ja, ja! ¡Eres demasiado listo! No puedo engañarte —y se rió.

—¿Eso es todo? —Le pregunté.

La historia era demasiado detallada para ser descartada de esta manera.

—Sí, sólo estaba bromeando. ¡Sólo un estúpido cuento de hadas! —Dijo Kamikishiro con una sonrisa pícara saltando por las comisuras de sus labios.

Nos sentamos en silencio durante un rato. Ella fue la primera en romperlo.

—Pero si Echoes gana, probablemente volverá a su casa en las estrellas.

—Suena romántico para mí. Como el festival tanabata.

—Me pregunto qué les dirá sobre nosotros los humanos. Supongo que no hay muchas posibilidades de que diga: “No te preocupes, son una buena especie”, ¿verdad?

—¿Dónde está ahora?

—Escondiéndose en la escuela. No se lo digas a nadie.

Me reí.

—No te preocupes, no lo haré.

Estúpida promesa.

Debido a esa promesa, me suspendieron y tuve que bajar mis ambiciones para la universidad. Pero como convertí a todos mis amigos en enemigos y pasé el resto de mi vida escolar aislado, no tenía otra cosa que hacer que estudiar, y eventualmente, usé mis calificaciones para compensar el informe de mala conducta.

—Las estrellas están tan lejos —dijo Kamikishiro, mirando al cielo nocturno.

—Están más lejos que nuestras vidas —dije. No estoy seguro de lo que significaba su historia, pero consiguió la respuesta que quería de mí, cuando le dije—: Pero si abres tu corazón a Echoes, estoy seguro de que aprenderá a querer a la humanidad.

—¿Eso crees?

—Quiero pensar que sí. Porque la historia que me contaste no nos deja salvación.

—Sí. Espero que tengas razón —dijo ella, volteándose hacia mí y sonriendo.

Pero en ese momento, no quería que sonriera. Quería que se enfadara conmigo por decir algo tan estúpido. Intenté pensar en algo más estúpido que decir, pero en vez de eso nos fuimos a casa. Caminé por la carretera hasta la estación, y ella regresó hacia la escuela, diciendo que tomaría el autobús.

Esa fue la última vez que la vi.

No vino a la escuela al día siguiente. O al día siguiente. Nunca volvió a venir.

***

Dos tazas de café americano aparecieron frente a Miyashita Touka y a mí. Miyashita se dio cuenta de que la camarera tenía un aspecto de gran interés y se calmó un poco.

—Lo siento, no debí abofetearte. Aun así… —dijo en voz baja.

—No te preocupes. Lo sé. Soy un idiota.

—Realmente creo que necesitas dejarla ir. Ella… ¿cómo se llamaba?

—Kamikishiro Naoko.

—Oh, claro. No la conocía muy bien, pero creo que si realmente le gustabas, Akio, querría que siguieras adelante. Por eso no dijo nada cuando se fue. ¿Tiene sentido?

—Eso Eso estaría bien.

La verdad es que estoy bastante seguro de que nunca pensó otra vez en mí.

Finalmente, Miyashita Touka me dejó ir, exhortándome por la fuerza a que me animara.

Nos separamos en la puerta de la cafetería.

—Cuídate. Deberías hacer algo con tu complejo de heroína. Algún día te meterás en problemas. Tienes exámenes para los que estudiar.

—Supongo —dijo con la cabeza a un lado—. Pero aun así…

—Como quieras —dije, girándome para irme. Fue entonces cuando me llamó.

—¡Kimura-kun!

Miré hacia atrás y casi tropecé con mis propios pies.

Ciertamente era Miyashita Touka quien estaba allí de pie, pero por alguna razón, sentí como si estuviera viendo a una persona completamente diferente: un chico. Era como si se hubiera transformado o algo así.

—¿Qu-qué?

—Kamikishiro Naoko cumplió su deber admirablemente. Deberías cumplir con tu deber, y hacer que se sienta orgullosa. Eso es lo único que puedes hacer por ella —proclamó como si estuviera dando un discurso en el escenario.

Luego se dio la vuelta y se perdió entre la multitud.

—………

Me quedé mirándola fijamente, observando el flujo de la muchedumbre.

***

Cuando mi autobús llegó a la parada frente a la Academia Shinyo, ya había pasado el atardecer, y no había estudiantes a la vista. Al parecer, hasta los equipos deportivos renunciaron a la práctica y lo dejaron por hoy, una vez que oscureció. Esta debe ser la razón por la que ninguno de nuestros equipos se ha clasificado para los torneos nacionales. No había cambiado nada desde la última vez que estuve aquí.

Las puertas estaban cerradas. Los extraños tenían que identificarse a través de un intercomunicador para entrar, así que pasé al lado de ellos.

Entré en la escuela a través de un hueco entre las vallas que Kamikishiro me había mostrado.

Los oscuros terrenos de la escuela estaban en silencio como un edificio abandonado. El imponente edificio parecía una lápida gigante y amenazante.

Hasta un año antes, yo había venido aquí todos los días. Pero ahora, era un extraño.

No hay mucho bueno que tenga que decir sobre mis años en la preparatoria, pero sentí un dolor en mi pecho cuando pensé en la poca conexión que tenía ahora con mi pasado. Recuerdo a Kamikishiro, y el abuso que sufrí después del incidente como si fuera ayer, pero el resto fue hace demasiado tiempo.

—…………

¿Por qué vine aquí? Si estaba buscando la fuente de la carta, este lugar no iba a ser de ninguna utilidad.

Pero esta preparatoria era la única conexión que me quedaba con Kamikishiro. Alguien más se había mudado a su apartamento. No había rastros de su partida.

No tenía adónde ir. Simplemente no estaba aquí.

Sí. En algún lugar de mi interior, me había preguntado si Kamikishiro misma había enviado la carta.

Pero eso seguramente estaba mal. Incluso aquí en la escuela, ella no estaba. La carta no era más que una broma.

Todo había terminado. Todo estaba en el pasado.

—………

Miré hacia el cielo. Estaba nublado y no podía ver las estrellas. Y sin embargo, sentí que podía verlas como cuando me tumbé con ella en la orilla del río.

Me había contado todos sus secretos, metafóricamente. Me lo dijo; no a Tanaka Shiro, ni a nadie más. Y nunca entendí a qué se refería.

¿No era eso suficiente? Esa es toda la razón por la que necesitaba amarla por el resto de mi vida. No importa cuánto me enamore de otra chica, ella siempre vivirá dentro de mí de la manera en que era entonces -imposible de entender, y más que un poco loca.

“La vida es corta, joven doncella, enamórate.”

Le susurré un fragmento de la canción de la góndola que ella siempre solía cantar mientras yo vagaba por la escuela.

Me encontré frente al gimnasio. De repente, quise ver el almacén donde se había escondido el intruso. Su relación exacta seguía siendo un misterio, pero era el último rastro conocido de ella.

Tomé una linterna de los suministros de emergencia y la encendí en el gimnasio. Había olvidado la mitad de las características del lugar. Supongo que realmente quería borrar de mi mente todo recuerdo de la preparatoria.

Encontré algún tipo de puerta o cubierta o algo en el piso, cerca de la entrada principal. Me imaginé que debía ser eso. Así que me agaché y lo abrí.

Era sólo un espacio vacío. Pilares de hierro, suelo de hormigón, techo desnudo. Los cimientos del gimnasio, supongo. Diseñado para absorber el impacto de un terremoto.

Había estado aquí tres años y nunca supe que estaba allí. (Supongo que no es este…)

Me di la vuelta para irme.

Pero algo se movió cerca de mi pie. Hubo un crujido seco.

—¿Mm…. ?

Iluminé con la luz mis pies.

Había algo negro y seco. Al principio pensé que era un guante, tal vez olvidado por un obrero, pero era demasiado delgado para eso.

No fue hecho para ser puesto en una mano. Era una mano.

—………

La miré fijamente con asombro durante un momento…. y luego grité.

Era una mano humana momificada.

¡¿Qué demonios es esto?!

Mis rodillas cedieron y me caí de culo.

Cuando Kamikishiro desapareció, no había sido la única. Algunas otras estudiantes desaparecieron antes y después de ella.

Nunca las había conectado antes… pero no se me ocurría ninguna otra razón por la que una mano estuviera tendida en el suelo de la escuela.

Tal vez fue porque la había pateado o porque estaba expuesta al aire exterior, pero cualquiera que fuera el caso, la mano se desmoronó y se convirtió en polvo ante mis propios ojos. Y en cuestión de segundos, no quedó nada de ella.

¿Qué significa? ¿Qué demonios pasó aquí hace dos años?

Pero no había nada que encontrara esas respuestas. No había nada más que hacer que sentarme en la oscuridad, temblando de miedo….