Dungeon ni Deai o Motomeru no wa Machigatteiru Daro ka Familia Chronicle (NL)

Volumen 1

Capítulo 2: Esa es una Taberna de la Abundancia: ~Chicas Conocen Chicas~

Parte 4

El atardecer se puso más allá del muro occidental.

Rodeada por la gigantesca muralla de la ciudad, la oscuridad de Orario llegó temprano. Runoa había aprendido mucho al haber venido a esta Ciudad Laberinto hace casi cuatro años.

—… Ella ha cambiado.

La Calle Principal Oeste estaba teñida de rojo. En medio de una calle llena de aventureros que regresaban del Calabozo y trabajadores cuyos trabajos habían terminado durante el día, ella se había detenido y había mirado a La Señora de la Abundancia. La chica elfo se reflejó en sus ojos.

Fuerte Viento… Su expresión es más suave ahora.

Ella aún lucía incómoda en su trabajo. Ella aún no era muy buena en el servicio al cliente. Pero después de observar la situación hace varios días, Runoa pudo decir que la cara de Fuerte Viento había cambiado un poco. Antes, siempre parecía que se estaba forzando a sí misma y la oscuridad le nublaba la cara.

Su aura había sugerido que había perdido a alguien importante, o tal vez había perdido el camino.

Pero ahora era diferente. Ella sostenía su cabeza en alto, su figura digna exudaba vitalidad como un gran árbol en un bosque. Una chispa de determinación había regresado a sus ojos azul cielo, y algunas veces ella sonreía ligeramente cuando sus colegas la llamaban.

Ahhh… ella encontró un lugar al que pertenece.

Como si sintiera su mirada, Fuerte Viento se volteó hacia ella.

Intercambiando miradas a través de la ventana, Runoa sacó su bufanda sobre su boca y comenzó a moverse con la multitud de nuevo, alejándose de la taberna.

Traicionada es quizás demasiado, pero… tal vez, recientemente, sentí que nos parecíamos.

Caminando por la Calle Principal, Runoa notó que estaba celosa de Fuerte Viento.

—Familia, amigos, familiares… No tengo nada de eso. Mirando hacia el cielo crepuscular, ella se habló a sí misma.

Estar sola en una multitud de personas como esta trajo viejos recuerdos.

—Runoa Faust nació en cierto territorio del imperio, lejos de Orario. Antes de que tuviera la edad suficiente para entender lo que estaba sucediendo, perdió a sus padres en la guerra que llevó al país al servicio del imperio, por lo que se convirtió en un niño pobre callejero, que se defendió sin la protección de nadie. Entre robos, peleas y guerras territoriales con otros niños de la calle, un día no pasó sin algunas nuevas contusiones.

Para Runoa en ese momento, era obvio aprovechar la oportunidad para unirse a una familia tan pronto como se enterara de ellos y del Falna que se le podría otorgar. Era muy importante tener poder. Si pudiera unirse a una, no tendría que preocuparse por las necesidades básicas como comida o refugio. Después de tener un estado, su fuerza física aumentó a un nuevo nivel. La lucha de Runoa por sobrevivir se hizo mucho más fácil.

El dios principal de la familia era un tipo confuso. Más tarde ella se enteró de que él se divertía con los golpes de estado y las revoluciones. Ella nunca había entendido realmente su voluntad y no disfrutaba cómo él usaba a sus seguidores como peones. Tal vez él los había amado, pero ella realmente no lo entendía.

Al final, este colapso por las luchas internas, y la familia fue destruida.

—Después de eso, ella comenzó a ir a la deriva de un lugar a otro como una planta rodadora.

No había un crepúsculo como este en el territorio imperial donde crecí.

Para Runoa, una vida sin restricciones era fascinante y excitante. Ella comenzó a coleccionar recompensas para ganar dinero para viajar. Cada vez que lo recordara, se uniría provisionalmente a una familia apropiada y actualizaría su estado. Ella ya había cambiado de familia tres veces. Nunca se había unido realmente a una familia particular.

Fuera de la ciudad—fuera de Orario—una diferencia en el nivel era absoluta. A diferencia de la Ciudad Laberinto, que se jactaba del Calabozo, las personas que podían subir de nivel eran pocas y distantes. Los únicos lugares que podían reclamar a varias personas de Nivel 3 y superior eran ciudades y países famosos como el Imperio o el Gran País de la Magia, el puñado de potencias mundiales. Con su talento para pelear, Runoa subió de nivel rápidamente y fue reconocida como superior dondequiera que iba, pero quedó aislada.

Su tiempo en su primera familia la había fortalecido a pasos agigantados. Por duro que fuera, provocó animosidad y celos en sus colegas, por lo que no estaba familiarizada con el concepto de camaradas. Ella pensó que estaba bien con eso. Se enorgullecía de su capacidad para sobrevivir con su propia fuerza. Por eso había decidido que hacer amigos era innecesario.

—Pero yo estaba fuera de mi elemento aquí.

Hace tres años, tuvo la oportunidad de venir a Orario. La Ciudad Laberinto era diferente de cualquier otro lugar en el mundo que había visto. Ella no sabía cómo se vería en unos pocos años o unas pocas décadas. Pero Orario en el punto de inflexión de la Era Oscura fue un lugar de miedo. En aquel entonces, el choque de la justicia y el mal, así como los poderes que intentaban usar ese choque, llevaron a innumerables fuerzas formidables en torno a la ciudad conocida como el Centro del Mundo. Muchas personas fuertes luchaban como locos para cumplir sus anhelos y deseos.

Llegando sola a ese lugar, Runoa fue tragada por las furiosas olas de la era.

—La primera vez que pensé que podría morir fue probablemente cuando obtuve el contrato para La Familia Freya.

Una vez, ella había apuntado a un aventurero que pertenecía a la facción de cierta diosa hermosa, pero la mesa se le volteó. Ella corrió por su vida de cuatro hobbits terroríficos, apenas escapando con vida.

Para la chica que se había jactado de su invencibilidad fuera de la ciudad, su primera derrota total fue solo el primer shock.

Sabía que Orario era peligroso, pero aun así salté. No puedo negar que fue principalmente un deseo despreocupado de probar mi fuerza. Nunca pensé que serían tan monstruosos.

Rechazando su humillación, ella comenzó a escoger y elegir sus trabajos. Ella luchó y luchó, y las luchas nunca terminaron. Por naturaleza, odiaba perder, y cada vez que estaba herida, gritaba y lloraba de frustración. Ella subió de nivel por tercera vez. Pero fue interminable. Los aventureros más fuertes que ella seguían apareciendo uno tras otro. Ella los haría su objetivo y obtendría una gran recompensa, pero todavía no se sentía mejor.

Antes de que lo supiera, estar sola se volvió cansador.

Para la guarida de los demonios que era Orario, la soledad era un veneno que se comía tu cuerpo.

Era imperativo no ir sola. Ella había luchado para llegar tan lejos, pero estaba llegando a su límite.

Al igual que el Calabozo que solo podía ser desafiado con un grupo, Orario no tenía piedad con los vagabundos en solitario.

—… Realmente, es agotador…

Mirando hacia atrás en los días previos a ahora, Runoa suspiró, revolcándose en un sentimentalismo que no se parecía a ella.

Algo de eso fue el ligero impacto al ver que Fuerte Viento había encontrado un lugar al que pertenecía, pero la fuente de ello fue el agotamiento. Ella estaba cansada. Cansada de estar sola.

De repente, mientras pensaba en eso, mientras caminaba entre la multitud que iba y venía por la Calle Principal, de repente…

—Oh… ¿Runoa?

Apareció una diosa. Ella tenía el pelo flotante, largo y de color miel. Ella sostenía una bolsa de papel en sus pechos increíblemente grandes, claramente regresando de hacer sus compras. Sus amables y redondeados ojos brillaron con sorpresa. Uno de sus seguidores estaba a su lado como protección. Sorprendida de encontrarse con ella en esta multitud, Runoa susurró su nombre.

—Demeter…

—Que sorpresa, no pensé que te encontraría en un lugar como este.

—Igualmente.

Era una habitación en la casa de La Familia Demeter, en el Wheat Hall, en el norte de Orario. Allí, por invitación de Demeter, Runoa se había quitado la camiseta y estaba desnuda de la cintura para arriba.

—Quería pedirte que verificas mi Estado, así que fue el momento perfecto.

—Solo vienes a verme cuando necesitas que tu bendición sea renovada. Puedes venir en cualquier momento ¿Sabes?

Runoa forzó una carcajada mientras Demeter examinaba su espalda con un puchero.

Demeter se pinchó la punta del dedo con una aguja, goteando ichor en la espalda de Runoa mientras ella se sentaba en una silla. En un abrir y cerrar de ojos, apareció una lista de jeroglíficos y se agregó una nueva inscripción.

Runoa había sido contratada por Demeter. En otras palabras, era la quinta miembro de la Familia Demeter.

—El pasillo está tranquilo. ¿Cómo están Perséfone y el resto?

—Es tiempo de cosecha, por lo que casi todos los niños están en los campos fuera de la ciudad. Se ha puesto el sol, así que volverán pronto, creo.

Era una posibilidad aleatoria que Runoa hubiera hecho un contrato con Demeter. Cuando llegó a Orario para la cacería de recompensa, su estado finalmente quedó fuera de fecha. Mientras buscaba un grupo adecuado, ella se había topado con Demeter como lo había hecho hoy y pidió ayuda. Desde la perspectiva de Runoa, la despreocupada y amable Demeter parecía una diosa de buen carácter y había sido fácil negociar con ella.

En particular, La Familia Demeter era una facción orientada al comercio, que dirigía las granjas productoras de trigo, verduras, frutas y similares. Ella pensó que no terminaría en una pelea si estuviera en una facción no marcial, incluso si se equivocaba.

—Muy bien, ya estás actualizada.

—Gracias, Demeter.

Tomando el informe actualizado que había sido traducido a Koine, Runoa comenzó a leerlo sin molestarse en cubrir su pecho.

Runoa Faust

Nivel 4

Fuerza: B 704 -> 780 Defensa: C 660 -> B 722 Destreza: D 545 -> 577 Agilidad: D 559 -> 599 Magia: I 0 Puñetazo: H Aplastar: I Alborotador: I

Lo he estado descuidando por un tiempo, pero aun así… se elevó bastante bien…

Ella debería haber estado satisfecha con lo que era una buena cantidad de crecimiento para un Nivel 4, pero Runoa estaba cansada. Entendía perfectamente lo monstruoso que podía ser Orario, por lo que todo lo que podía hacer era dar un suspiro. Tomando prestada una vela, inmediatamente quemó el papel con su estado secreto y se arregló la ropa.

—Runoa. Vas a cenar ¿Verdad?

—Ah, no, yo…

—Planeé una fiesta hoy. Estoy segura de que he hecho demasiado, por lo que habrá comida de sobra. ¿Me ayudarás? Perséfone también quería conocerte.

Con la intención de rechazar la amabilidad de Demeter, Runoa fue superada por la suave sonrisa de la diosa. Ella se rascó la mejilla cuando Demeter comenzó los preparativos para el té.

Estrictamente hablando, Runoa era una seguidora de Demeter, pero no un miembro de su familia. Era solo para actualizar su estado— Runoa podía irse de la familia en cualquier momento. Runoa había tenido la intención de escuchar cualquier petición que Demeter recibiera a cambio, pero la diosa que gobernaba sobre la fertilidad solo sonrió alegremente sin pedir nada.

Hablando sin rodeos, era un lugar conveniente para que Runoa actualizara su estado. Eso la había hecho sentirse un poco culpable, y todavía se sentía bastante mal por eso.

—Antes de comer—ten, pastel y galletas. Sin embargo, son solo las sobras de ayer.

Postre antes de la cena ¿Eh? Debe ser bueno ser una diosa que no puede engordar. Runoa miró con suspicacia la siempre delgada cintura de Demeter, y su enorme y agitado pecho mientras se estiraba para tomar las golosinas hechas a mano—un pastel de tomate, que reemplazaba a las manzanas con verduras y galletas de trigo. Los tomates en el pastel eran tan dulces como las fresas, y el trigo en las galletas se mezclaba con hierbas para extraer la dulzura.

—Mmm…delicioso. Tu comida es increíble como siempre. ¿Has pensado en abrir un restaurante?

—¡De ninguna manera! Si me elogias demasiado, se ira a mi cabeza.

Riendo, Demeter hizo té negro. Runoa sonrió inconscientemente a su calor. Ella lo disfrutó esta vez. El único lugar en Orario donde Runoa podía sentirse así era aquí.

—¿Tu “trabajo” todavía está ocupado?

—… Sí, me queda un gran trabajo. Pero estaba pensando que este debería ser el último. Me estoy cansando un poco…

Demeter nunca había preguntado qué hacía Runoa. No había manera de que ella lo hubiera descubierto. Pero a veces la dejaba tener estos momentos de calma, con esos ojos amables como si estuviera consolando a una niña.

Si no fuera por Demeter, Runoa podría haberse derrumbado hace mucho tiempo.

—Después de que te detengas ¿Qué vas a hacer?

—…

—¿Oye, Runoa? Si estás interesada… ¿por qué no cultivas trigo, verduras y frutas con nosotros? Es un trabajo bastante duro, pero realmente vale la pena ¿Sabes?

Runoa se quedó mirando aturdida mientras Demeter sonreía a través de la mesa. Ella en realidad había considerado en tal vez unirse a La Familia Demeter. Entre todos los dioses con los que había tratado hasta ahora, Demeter era la mejor para trabajar, y los miembros del grupo que la seguían eran amigos. Y ella lo sentía como un lugar al cual volver, así se sentiría bastante bien.

Pero Runoa no lo hizo…

—Gracias, Demeter… pero no puedo.

—Runoa…

—Simplemente no creo que pueda hacer algo así.

Runoa levantó la mano y miró la parte de atrás.

—Has visto mi estado, así que probablemente lo hayas descubierto, creo, pero… hago un trabajo duro. Golpeé a mucha gente, derramé mucha sangre…

—…

—Mis manos… están muy sucias.

El alias de Runoa era Puño Negro. El origen del nombre no eran los guanteletes que usaba. Era otro nombre usado por la gente en el inframundo con miedo a las manchas rojas negruzcas en sus puños por desgarrar la carne, romper huesos y derramar sangre por galones. Runoa podía ver sus nudillos manchados de sangre, sus manos coloreadas de negro golpeando a tanta gente.

—Trigo, verduras y frutas… trabajas duro para nutrirlos para que la gente pueda comerlos

¿Verdad? También traen alegría a muchos… Si mis manos se involucraran… Sí, probablemente sabrían mal.

Esa era la razón por la que ella había mantenido distancia de La Familia Demeter. Si otras personas descubrieran que Puño Negro estaba conectado con Demeter y la familia, su reputación podría empañar la de ellos.

Después de conocer a Demeter, ella no había aceptado ningún contrato dirigido a la facción que la diosa apoyaba, las familias afiliadas al Gremio. Aunque nadie más lo sabía.

Los cazarrecompensas eran similares a los mercenarios que contribuían a la agitación de la ciudad, por lo que era natural que fueran los objetivos de la animosidad.

—Lo siento, Demeter. Debería irme. Gracias por el pastel y las galletas.

—Runoa, nosotros…

—Está bien. De verdad. Voy a lavarme las manos después de este trabajo.

Levantándose de su silla, ella puso una sonrisa llena de espíritu para una Demeter de aspecto triste. Le dolió a Runoa hacer que se preocupara. Probablemente sería mejor abandonar este último trabajo.

Pero ella no lo haría.

Probablemente, esto sería una ceremonia que le permitiría romper con su pasado de cazarrecompensas, su nuevo comienzo y también un medio para descargar su ira.

Sintió un resentimiento infantil hacia Fuerte Viento, que se había bañado con tanta sangre como ella, pero seguía encontrando un lugar al que pertenecer, mientras que Runoa no.

Una sonrisa de autocrítica cruzó su rostro por un instante antes de mostrar una sonrisa valiente para Demeter y abandonar la habitación.

—Y si solo voy a matar el rato, probablemente debería hacerlo con idiotas como yo, en lugar de ustedes.