Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 11

Capítulo 84: Unas Vacaciones.

Parte 3

 

 

“¿Todas listas?”, Telyusia preguntó una última vez, aunque, por supuesto, todas habían terminado sus preparaciones en la capital antes de partir, así que ella ya sabía la respuesta.

Obviamente, se habían preparado detrás de un edificio cerca de las puertas de la ciudad, y no a mitad del salón gremial o algo así. Hacer eso habría sido equivalente a asegurarse que algunos idiotas se interesaran y las siguieran.

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Por supuesto, Mile habría detectado a gente así de inmediato con su magia de búsqueda, pero era mejor ser cuidadosas, ya que sería molesto tratar con invitados no deseados.

Pacto Carmesí asintió, y la batalla estuvo lista para empezar.

No empezaron de inmediato, sino que esperaron a que ambos grupos tomaran algo de distancia, para que pudieran hacer una carrera para ver quién se quedaba con el primer movimiento.

Las condiciones de victoria eran acertar ataques a todos los miembros del equipo contrario, de tal forma que, si fuera una batalla real, no pudieran seguir luchando y fueran obligadas a retirarse de las líneas del frente. Como alternativa, el líder enemigo también podía declarar que la batalla había terminado.

Cuando hubo una considerable distancia entre ambos grupos, Telyusia dio la señal, y empezaron.

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“¡Lanzacohetes de Fuegos Artificiales!”.

Era normal empezar con un ataque de larga distancia. El primer ataque fue un hechizo de fuego de una anormalmente emocionada Reina. Como el nombre sugería, era un ataque amplio, con un gran número de chispas cayendo como fuegos artificiales.

“¡Barrera!”.

No había necesidad de que Mile usara su lattice power barrier; el ataque fue uno simple, así que también era simple protegerse contra él. Una magia tan difusa no podría pasar una pared defensiva.

En todo caso, el hechizo de fuegos artificiales era uno que Mile le había enseñado a Reina. Era imposible que Mile no supiera de su potencia y características. Fue un error de Reina el olvidarse de algo tan fundamental al elegir qué magia usar para causar un cierto efecto.

Debe haber estado nerviosa, tratando de impresionar a Telyusia…

Reina, normalmente una batería de artillería, comenzó a recitar su próximo hechizo en su mente. Ya que no estaba recitando en voz alta, normalmente llamaban a esto silent casting. Sin embargo, a diferencia de los métodos que Mile le había enseñado a Wonder Trio, este método no carecía exactamente de un conjuro, así que se necesitaba algo de tiempo antes de que el hechizo pudiera dispararse. Fue en este intervalo que Mile hizo su ataque.

“¡Ice Spear!”.

La punta de la lanza era redonda y sin filo, y no causaría heridas al entrar en contacto, pero era un ataque con suficiente fuerza para dejar a alguien fuera de combate. Se dirigía a Reina, la fuente de la magia de largo alcance del enemigo. Y ya que ella estaba a mitad de su hechizo ofensivo, no tendría tiempo de desplegar algún hechizo defensivo.

Además, aunque Reina podía repeler proyectiles físicos con la barrera que había aprendido de Mile, Lacelina y Leatoria sólo podían protegerse contra magia. Incluso repeler proyectiles mágicos necesitaba cierta capacidad para dirigir a las nanomáquinas.

Sin embargo…

“¡Ha-humph!”.

De alguna forma, Leatoria alejó la lanza de hielo con su maza con púas.

Al mismo tiempo, atacó con un hechizo ofensivo.

“¡Ice Arrow!”.

Para dejar a alguien fuera de combate, una flecha era más que suficiente. Además, una flecha era más simple que una lanza, así que muchas más podían ser disparadas. Leatoria disparó otras seis, todas dirigidas a Mavis.

Leatoria, quien utilizaba una maza con púas mágica, era la más adecuada para encargarse de Mile, la caballero mágico, así que si la ahora-enemiga Tasha cambiaba su arco por su espada corta, sería seña de que la vanguardia estaba en desventaja, y que sería perfecto aplastarlas ahora.

Además, una flecha era más rápida que una lanza. Si podían derrotar a Mavis antes de que las vanguardias chocaran, el enemigo perdería tanto su vanguardia principal como su centro de control al mismo tiempo.

Pauline, maga de apoyo, podría defenderlas, pero eso significaría desperdiciar uno de sus hechizos. Ellas todavía tendrían a Lacelina en reserva, y Reina podría usar ese tiempo para preparar otro hechizo ofensivo para disparar.

Hacer los ataques mágicos espaciados, en lugar de disparar los tres al inicio de la batalla al mismo tiempo, no era sólo para presumir. Lanzar hechizos de forma sincronizada significaba que el enemigo podría protegerse de todos los ataques al mismo tiempo y podría dejar a las magas indefensas e incapaces de usar su próximo hechizo ofensivo o defensivo rápidamente. La retaguardia podría ser aniquilada de una sola vez por un solo ataque mágico enemigo.

Justo cuando las flechas de hielo de Leatoria (con puntas sin filo) deberían haber golpeado a Mavis… “¡Anti-Magic Blade!”.

Las seis flechas cayeron en un instante.

El Anti-Magic Blade de Mavis era para defenderse de proyectiles mágicos, pero no había razón por la que no hubiera podido simplemente desviar las flechas de hielo, hechas de puro hielo sólido, con el cuerpo de su espada. Además, aunque no estuviera usando sus micros, podía utilizar su True Godspeed Blade. No era trampa, ni una especie de dopaje con medicina que hubiera recibido, sino una habilidad construida al reforzar sus propios músculos y pulir sus poderes “espirituales”. Por lo tanto, no sería vergonzoso usarlo. Obviamente, el resto de artes así caían en la misma categoría.

“¡Wind Edge!”.

“¿Eh?”.

Mavis, la espadachina de vanguardia, quien no se suponía que fuera usuaria mágica, disparó un hechizo de viento. Su objetivo fue—

“¡Lacelina!”, gritó Leatoria, en pánico.


Esto no significaba que Lacelina fuera el objetivo. De hecho, el objetivo de Mavis era la vanguardia, encargada de proteger mientras las magas de retaguardia lanzaban ataques mágicos. Específicamente, su objetivo era la vanguardia central y líder de equipo, Telyusia. Ella apuntaba a la persona en la misma posición que ella, por la misma razón que Leatoria había lanzado su ataque contra Mavis. No había nada raro en esto.

Por eso, obviamente, la razón por la que Leatoria había gritado a Lacelina era para que pudiera proteger a Telyusia con la magia que tenía de reserva.

Sin embargo… “¡I-Ice Arrow!”.

Lo que Lacelina había estado preparando fue un ataque—uno que una espada de viento no podría defender.

Para disparar su Wind Edge, Mavis requería su espada como conducto. O eso había asumido Reina, sin notar que el nuevo brazo izquierdo de Mavis también había sido estilizado especialmente como conductor para su magia. Por lo tanto, Reina nunca predijo que Mavis podría usar su Wind Edge con espadas de madera.

Además, un escudo mágico era inútil contra hechizos de viento, los cuales, ya fuera magia o “espíritus” o lo que sea, eran diferentes en propiedades a una masa de magia. El aire era un elemento existente, después de todo. Aunque uno podía protegerse contra magia ofensiva, el aire, algo gaseoso, podía atravesar en su mayor parte.

En otras palabras, sin importar que Lacelina hubiera usado un hechizo ofensivo o defensivo, el Wind Edge habría atravesado de todos modos.

Y por eso… “¡Guh! ¡Barrier!”.

Reina no tuvo elección más que usar la barrera que Mile le había enseñado, una que podía activar como pared física para repeler proyectiles físicos. Aunque debería haber estado concentrada en ataques mágicos como unidad de batería del equipo, su maniobra de cambiar a hechizos defensivos por intuición había sido un éxito. Aun así…

¡Ugh! ¡Mi magia y la de Lacelina se desperdiciaron por un ataque sorpresa de largo alcance por parte de Mavis!

Su ritmo mágico se había arruinado. Esto era algo grave en una batalla mágica donde no tenían tiempo para descansar.

Mientras las respectivas retaguardias luchaban una contra la otra, las vanguardias finalmente chocaron.

“¡True Godspeed Blade!”.

Mavis atacó con su espada, anunciando el nombre de su ataque, mientras Telyusia en silencio atacaba también, sin tener tanta energía como para algo tan inútil como declarar el nombre de su ataque. Luego, golpeó una lanza, que había venido volando hacia ella desde detrás de Mavis, mientras que al mismo tiempo Willine se lanzaba al combate.

“¡Guh!”.

Mavis golpeó la espada de Telyusia mientras trataba de corregir su postura por la fuerza, la cual había sido afectada por la repentina ráfaga de viento que sopló. Debería haber sido trabajo de Lacelina asistir con un rápido hechizo de viento, la cosa más rápida y familiar que solía realizar.

Con su propio hechizo, Reina trató de ponerle fin a esto y…

¡Shunk!

“¡Ugh!”.

Recibió una flecha en el pecho. Una flecha sin punta, con un trapo en su lugar.

Había sido disparada por el arco de Tasha.

Quizás había estado distraída, su concentración consumida eligiendo el objetivo más efectivo para su próximo ataque y seleccionando el hechizo correcto, terminando el conjuro más rápido para compensar por el desperdicio de su magia y la de Lacelina. Para Reina, este fue un error fatal.

“I-Imposible…”.

Aunque lo lamentara, era demasiado tarde.

Quizás fue porque estaba nerviosa. O porque había subestimado a Mavis. O porque estaba concentrada en proteger a Telyusia, y perdió la compostura. O quizás, fue porque olvidó prestarle suficiente atención a Tasha, quien además de combate cercano con una espada corta, podía atacar con su arco, el cual tenía un rango mucho más amplio que cualquier hechizo.

El hecho de que Reina había sido golpeada con una flecha con un trapo en a punta, y no una con punta real, fue probablemente una buena pista sobre cómo debería proteger su vida en el futuro.

Sin embargo, por ahora tendría que retirarse. Había caído en batalla. Había fallado de inmediato, sin derrotar a nadie del equipo contrario.

Y frente a Telyusia. Aun así, sin importar cuan profunda su depresión fuera, la competición prosiguió.

No había tiempo para preocuparse por gente que ya había sido “enviada a la morgue”. Sus compañeras de equipo continuaron luchando, ignorando por completo el hecho de que Reina ahora estaba fuera de la batalla. Esto era algo obvio; un cadáver no podía luchar ni podía darles consejos a sus aliados. No había razón para desperdiciar nada de energía en sentir compasión por un cadáver (es decir, Reina).

Ahora eran 5 contra 4—Mavis versus Telyusia y Philly versos Willine, con Tasha, Mile, y Pauline contra Leatoria y Lacelina.

El lado de Telyusia tenía abrumadora desventaja. La pérdida de Reina fue básicamente un golpe fatal. Al menos, si Reina se hubiera llevado consigo a Pauline, podrían haber sido capaces de preservar un mejor balance, pero no tenía caso pensar en eso.

Además, Lacelina no era el tipo de cazadora que sobresalía en magia ofensiva. En su lugar, se sentía más a gusto apoyando a la vanguardia desde atrás—moviendo el equilibrio de la vanguardia ligeramente con su escaso poder mágico. Así es como debería haber luchado, pero dado que el enemigo tenía más magos, tuvo que acercarse y no fue capaz de aprovechar sus fortalezas.

Si Lacelina pudiera actuar libremente, había varias cosas que podría haber hecho, tales como hacer caer a Mavis o bloquear la lanza que Philly lanzó con viento para que Willine pudiera acercarse. Sin embargo, aunque Leatoria estuviera encargándose de Mile, el enemigo todavía tenía a Tasha y a Pauline.

Las cosas iban rápidamente de mal en peor.

“¡¡Graaaah!!”.

Justo entonces, Leatoria llegó agitando su arma. Parecía que podría hacer presión desde donde estaba, pero en su lugar, forzó su camino a la batalla de la vanguardia.

A diferencia de una batalla mágica, una batalla cuerpo a cuerpo podía decidirse en segundos. Por esto, estaba bien que ella, con su set de habilidades variadas, recitara un hechizo mientras agitaba su maza con púas. Al lanzar un hechizo junto con el ataque de su maza con púas, ¿podría acabar con esto ella sola? O, ¿se coordinaría con Telyusia o Willine para acabar con una enemiga de la vanguardia, derrotando a la otra con su magia y ganando en un rápido movimiento? ¿O quizás golpearía la retaguardia enemiga con magia?

Lo que todas veían ahora no era la Leatoria de antes, quien pensaba de su maza con púas como nada más que una forma de autodefensa— una maga de retaguardia común. Ella era ahora una cazadora profesional, quien pensaba usar cada onza de su fuerza para proteger a sus aliados.

“¡Tomen esto!”.

“¡Gwah!”.

Philly, la lancera, no era débil, pero no era tan fuerte como para defenderse de un ataque simultaneo de la espada de Willine y la maza con púas de Leatoria. Aunque sabía que el ataque de Leatoria iba hacia ella, tuvo que concentrarse para detener sólo el ataque de Willine, y no hubo nada más que pudiera hacer. Fue mandada a volar.

Además de enrollar su maza con púas con varias capas de trapos, Leatoria también se estaba conteniendo de tal forma que, aunque en este caso Philly fue mandad a volar sin recibir casi nada de daño real, de haber sido una batalla real, habría sufrido varias costillas rotas por lo menos. Además, Leatoria probablemente habría atacado desde arriba hacia la cabeza, así que obviamente, hasta aquí llegaba la participación de Philly en la batalla. Ella fue mandada también a la morgue.

Sin detenerse a descansar, Leatoria pasó a atacar a Mavis, cuando—

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¡Kchack!

Mile llegó corriendo a toda velocidad y detuvo el ataque. Ella lo había detenido antes de que la maza con púas ganara suficiente velocidad, así que fue capaz de evitar astillar su espada de madera.

Normalmente, Mile habría gritado algo como: “¡Oh, ni lo pienses!”, pero no tenía tanta libertad ahora. En realidad, se veía ligeramente nerviosa, creyendo que había sido su culpa que Philly fuera derrotada, porque había actuado un momento muy tarde para detener a Leatoria y cambiar de magia a ataques cuerpo a cuerpo. Detener a Leatoria debería haber sido la responsabilidad de Mile.

Willine, ahora sin un objetivo, se giró hacia Mavis, quien luchaba contra Telyusia, pero Tasha, que había cambiado su arco por su espada corta, pasó a intervenir, deteniéndola.


Normalmente, aquí es donde Lacelina atacaría con un hechizo de apoyo, pero de momento tenía preparado un hechizo defensivo como preparativo para cualquier ataque mágico que pudiera llegar desde Pauline y no podía moverse. En esta batalla, había sido apenas de ayuda a sus amigas, no tomando parte en su estilo de batalla usual en lo absoluto.

Pauline, por otro lado, evitó usar su magia ardiente, porque pensó que sería juego sucio para una batalla así, y porque prefería mantenerla en secreto—una gran demostración de autocontención de su parte. Aparentemente, las personas con quienes había usado su magia antes eran unas con las que no podía contenerse, y ella ahora trataba de volverse un poco más flexible en ese aspecto.

“¡Fireball!”.

Leatoria lanzó un hechizo que había estado guardando a quemarropa, dirigido a la persona que obviamente era su enemiga más adecuada: Mile.

Mile, obviamente, debería haber estado guardando un hechizo similar, así que Leatoria no podía permitir que lo usara. Además, sacar a Mile de la batalla sería una gran ventaja.

Sin embargo, Mile lo vio venir y se defendió con una barrera.

Lo que tenía preparado era un hechizo defensivo, para que sin importar a quién atacara Leatoria, pudieran defenderse. Dada la corta distancia entre ellas, ella parecía haber considerado que su espada sería suficiente para atacar. Sin embargo, Leatoria también había considerado esto—más o menos. Obligar a que Mile usara su hechizo había sido meramente una forma de remover un factor desconocido de la mezcla.

¡Ganamos!, estaba confiada Leatoria.

Era imposible que Telyusia, su confiable líder, perdiera contra una novata que sólo había sido cazadora por poco más de un año. Y Philly, principalmente una arquera, y que tenía una espada más parecida a una daga, con alcance inferior, no era rival para Willine, quien se especializaba en espadas cortas normales.

Además, encargarse de Pauline, la especialista en magia curativa, debería ser un trabajo fácil para Lacelina, quien podía hacer básicamente de todo. Si Leatoria podía mantener a raya a Mile, cuando el resto hubiera terminado con sus respectivos oponentes, podrían unírsele para ayudar, y con varias contra una sola, la batalla habría acabado.

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Leatoria estaba segura de todo esto. Sin embargo…

Aunque Mavis no era el tipo de chica que dejaría que las cosas se le salieran de entre manos, estaba enfrentándose a Telyusia con su propia fuerza, no con su poder “espiritual”. Sin importar cuántos años más de experiencia tuviera Telyusia, Mavis había sido entrenada desde pequeña por su padre y hermanos, todos espadachines de primera. Ella tenía más que suficiente fuerza para luchar contra un cazador joven de rango C.

En resumen, luchar contra Telyusia, quien había pensado en todo tipo de técnicas para tratar con el hecho de que las espadachinas no tenían tanto poder bruto como sus contrapartes masculinas, era buena práctica para Mavis, quien hasta ahora sólo había recibido instrucciones de su familia y de Mile, todos absurdamente poderosos, junto con Ladimarl, quien era más o menos igual.

Tasha, por otro lado, se especializaba en un arma de corto alcance, pero como arquera y usuaria de espada corta, había pasado su tiempo proveyendo apoyo a las tres miembros de la vanguardia, y sabía muy bien las características de sus estilos de batalla. De no ser así, habría peligro de fuego amigo, y nunca podría juzgar cuándo era hora de cambiar su arco por su espada a mitad de una batalla. Por lo tanto, dio aún más batalla de lo que Leatoria había asumido.

Lacelina, por otro lado, estaba completamente absorbida en defenderse de Pauline y no podía proveer hechizos de apoyo a sus aliadas. No sabiendo cuándo Pauline podría lanzar un hechizo ofensivo, no podía permitirse liberar su hechizo defensivo que tenía preparado. Si un hechizo llegaba a la vanguardia ahora, y no estaba ahí para defender, seguramente perderían. Aunque disparara un hechizo a Pauline luego de que esta hubiera lanzado el suyo, no sería algo seguro el que pudiera derrotarla así. Y si no ponía una barrera defensiva a tiempo, los hechizos ofensivos no eran algo que pudiera evitarse… No podía simplemente ocultarse tras una roca.

En todo caso, Leatoria continuó su asalto contra Mile, segura todavía de que el destino estaba de su lado. Leatoria sentía que Mile era la mayor amenaza, y sentía que, como compañera usuaria de tanto armas cuerpo a cuerpo como magia, era su deber encargarse de ella. Por lo tanto, estaba decidida a luchar contra ella. Sin embargo…

Ahora estaba a mitad de una escaramuza cuerpo a cuerpo, demasiado cerca para lanzar hechizos. Sus esperanzas descansaban en su maza con púas.

“¡¡¡Rrraaaaaaah!!!”.

Cuando Leatoria blandió su maza con púas con todas sus fuerzas, Mile atrapó el golpe sin esfuerzo con su espada.

Watashi Nouryoku Volumen 11 Capitulo 84 Parte 3 Novela Ligera

 

Sin importar cuán fuerte fuera Leatoria físicamente, se estaba enfrentando a Mile…

Snap

“¿Eh?”.

¡Ka-boom!

“¡¿Quéééé?!”.

Mile salió volando hacia atrás.

Ciertamente, una espada era una espada, pero lo que Mile estaba usando era una de madera, usada para entrenar. No era su espada de siempre. Por otro lado, aunque enrollada en trapos, lo que Leatoria estaba usando era su maza con púas de siempre. Era más que suficiente para atravesar una espada de madera.

En una batalla real, la espada misteriosa de Mile habría sido suficiente para detenerla. Y por supuesto, aunque fuese mandada a volar con un solo golpe, Mile era Mile, así que no era mayor problema. Justo como en las batallas contra los lagartos rocosos y dragones antiguos.

Sin embargo, no tenía caso argumentar eso ahora.

Ella había dejado la zona de batalla. Sería imposible juzgar esto de ninguna otra forma, según consideraban las Sirvientas de la Diosa.

“I-Imposibleeee…”, murmuró Mile sorprendida, sentándose en el suelo del sitio donde había caído. No había nada más que pudiera hacer en este punto.

La corriente de la batalla cambió en un instante.

Tasha usó una abertura para derrotar a Willine, y Pauline, preocupada por el giro repentino de la derrota de Mile, dejó que el hechizo que había estado guardando volara hacia Leatoria. Sin embargo, fue detenido por Lacelina, quien al mismo tiempo liberó su hechizo defensivo. En ese momento, por la abertura dejada por la derrota de Willine, la maza con púas de Leatoria—aun blandida con menos de su poder normal—dio un golpe “asesino” a Tasha Pauline, Lacelina, y la ahora libre Leatoria comenzaron a preparar sus próximos hechizos, pero Pauline, quien no solo había empezado primero, sino que también era la más rápida para recitar, fue la primera en disparar.

“¡Fireball!”.

“¡Fireball!”.

“¡Fireball!”.

Tres decentemente debilitadas fireballs volaron una tras otra.

Quien golpeara primero ganaría. Era natural que escogieran el mismo hechizo, el que era más rápido de recitar, pero el más decisivo en poder.

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Fue entonces que… “¡Aah!”.

“¡Eek!”.

Leatoria recibió la fireball de Pauline, y aunque Pauline había evitado la de Lacelina, recibió la de Leatoria.

Obviamente, Pauline no tuvo tiempo para golpear a ambas, así que Lacelina salió ilesa.

Y, por otro lado…

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“¡¡Guh!!”.

Hubo quejidos de ambos lados cuando Mavis y Telyusia recibieron golpes simultáneos de cada una.

De momento, la única de pie en el campo de batalla, completamente ilesa, era…

“¿S-Sólo yo…?”.

Sí, la maga mediocre, Lacelina, fue la sobreviviente final…

***

 

 

“¡Buena batalla, chicas!”, anunció Mile, levantando su vaso en señal de brindis.

“¡¡¡Por supuesto!!!”, las diez miembros de los grupos combinados gritaron vaciando sus vasos al unísono.

Obviamente, las cuatro miembros de Pacto Carmesí y las miembros menores de edad de las Sirvientas—Lacelina y Leatoria—estaban bebiendo jugo en lugar de licor… Bueno, no era exactamente “obvio”, ya que no existía prohibición en contra de que los menores bebieran en este país. Aun así, Pacto Carmesí rara vez bebía fuera de ocasiones especiales, y Lacelina y Leatoria simplemente no disfrutaban beber, excepto por un poco de vino en cenas formales.

Ya habían tomado un descanso en los “baños portables” que Mile había sacado de su inventario, la tienda para la pijamada ya estaba armada (o mejor dicho, sacada completamente armada del inventario) y el inodoro portable (hecho de piedra, con defensas perfectas, y también sacado del inventario así sin más) ya estaba en su lugar.

La mayoría de comida había sido cocinada de antemano, y guardada por Mile. Sólo la barbacoa había sido hecha con el fuego, para poder disfrutarla recién salida.

Una vez todas estaban llenas, comenzó la retrospectiva de la batalla del día.

La batalla no había sido una para determinar quién era superior entre Pacto y las Sirvientas, sino una especie de entrenamiento amigable, o algo así—una batalla para estudiar unas a las otras. Así que los resultados no importaban realmente.

“No pude luchar como siempre hoy”, dijo Lacelina, su cabeza agachada, aunque había sido la última de pie. Sonaba bien decir que fue la última en pie, pero el hecho era que no había sido un objetivo prioritario y simplemente había evitado ser golpeada hasta el final. Obviamente, sabía muy bien esto. “No puedo usar hechizos ofensivos poderosos, así que sólo apoyo a la vanguardia con el poco de magia que tengo. Sólo soy buena para inclinar la balanza de forma minúscula, cuando la batalla está balanceada—pero cuando el enemigo tiene magos también, y se convierte en una batalla de largo alcance, no soy útil en lo absoluto. Y cuando se trata de una batalla con magia, simplemente no soy fuerte… Hasta ahora, apenas habíamos luchado contra oponentes que tuvieran magos normales entre ellos…”.

Ciertamente, si uno era un mago decente, había varias profesiones para ti: cazador, guardia personal de algún noble o comerciante, unidad especial del ejército, y demás. Incluso viviendo entre los plebeyos, al poder reunir agua, prender fogatas, y curar, seguramente nunca te faltarían cosas para llevarte a la boca.

Por lo tanto, los bandidos casi nunca tenían magos entre ellos, y aunque los tuvieran, normalmente eran incompetentes que no podían llegar a ser magos decentes o eran aquellos que no podían lograr más que el equivalente a tareas hogareñas comunes.

Además, poco tiempo había pasado desde que las Sirvientas de la Diosa habían llegado a rango C, así que no habían tomado muchas misiones como escolta, e incluso tomar misiones así no aseguraba luchar realmente contra bandidos.

Por lo tanto, las Sirvientas no tenían prácticamente nada de experiencia luchando contra enemigos que tuvieran magos decentes entre ellos.

Por supuesto, las otras habían notado esta debilidad suya. Por eso, habían estado más que felices de incluir a Leatoria entre sus números. Pensaron que esto habría eliminado ese problema, pero la batalla de hoy comprobó lo contrario.

En la batalla de hoy, se enfrentaron a dos magas, al igual que alguien que poseía poder “espiritual”.

Ellas también habían tenido tres magas de su lado, pero cuando perdieron a Reina, la más poderosa entre ellas, no les quedó espacio para ignorar al lado mágico opuesto y apoyar a la vanguardia aliada.

Sin embargo, las Sirvientas de la Diosa ya tenían seis miembros. Agregar más comenzaría a causar problemas, y con otro mago, eso haría que hubiera tres como vanguardia, una luchadora versátil (Tasha), y tres magas en la retaguardia. Estaría horriblemente desbalanceado…

Además, no era fácil encontrar magas en primer lugar.

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“Lacelina, simplemente tendremos que aumentar tu poder mágico y enseñarte como luchar cuerpo a cuerpo”, dijo Telyusia. “Guh…”.

Esta era la conclusión más lógica. Sin embargo, aun así, le dolió escucharlo a Lacelina. Ciertamente, si fuera un problema tan simple, lo habrían arreglado desde un principio.

“Bueno, ahora ya tenemos algo en lo que concentrarnos. Ahora que tenemos a Leatoria, está bien que tengamos sólo una maga, y la probabilidad de que el enemigo tenga más de dos es baja. Aun así, Lacelina, si quieres subir a algo mayor que rango C, no puedes quedarte como ahora. Y no puedes holgazanear, asumiendo que Leatoria siempre estará ahí”.

Ciertamente, Leatoria era la hija de un hogar noble. Era poco probable que se le permitiera vivir como cazadora por siempre sin casarse.

“Ngh…”.

Lacelina estaba desesperada. Sin embargo, así eran las cosas. Todo el punto de esta batalla había sido hacer notar esas debilidades para que todas las tomaran en consideración.

Hablando de magas deprimidas, había otra así presente.

“¡No te preocupes, Reina! En cada batalla alguien es siempre el que debe caer primero. Simplemente se dio la casualidad de que hoy fuiste tú. Qué bueno que no haya ocurrido en una batalla real, ¿verdad?”, preguntó Mile, tratando de consolarla, pero no hubo respuesta.

Aparentemente, estaba demasiado ocupada batallando con el hecho de haberse avergonzado justo frente a Telyusia, debido a ser eliminada casi de inmediato, sin lograr derrotar a ningún enemigo o ser siquiera de ayuda. Las otras tres miembros de Pacto trataron de animarla, recordándole como su primer ataque amplio había ralentizado sus movimientos y recordándole que había protegido a Telyusia con una barrera, pero todavía así parecía segura de no haber logrado nada— excepto por decepcionar a Telyusia.

Leatoria, por otro lado, parecía muy feliz. Ella había asumido que Mile era inmensamente poderosa y, sin embargo, ella la había derrotado fácilmente. Bueno, tan fácilmente como cualquiera esperaría.

“Oigan, ¿qué son estos platillos?”. “¡Son ridículamente buenos!”.

¡Chomp! ¡Grmnomnomnom!”.

Pensándolo bien, esta era la primera vez que las Sirvientas veían el “inventario” de Mile en acción o experimentaban su cocina. Aun así, cuando sacó la tienda y los baños y demás antes, lo aceptaron sin rechistar. Quizás sentían profundo respeto por la discreción tradicional de los cazadores…

Sin embargo, ni siquiera la discreción de las Sirvientas era rival para su fascinación por esta comida.

“M-Mile, segura que no puedes unirt—“, empezó a decir Telyusia sin pensarlo, antes de que Philly y Willine cubrieran su boca frenéticamente, interrumpiéndola.

Tratar de reclutar a alguien de otro grupo justo frente a sus miembros de grupo era una horrenda violación de etiqueta. Para poner en perspectiva cuán grosero era, no sería de sorprenderse si las cosas resultaran en una pelea a golpes.

Sabiendo que era imposible que Mile no hubiera entendido las palabras, Reina miró a Mile llena de celos.

Simplemente no podía soportar que Telyusia hubiera extendido una invitación a Mile y no a ella. Obviando el hecho de que Reina seguramente se habría negado, aunque la invitación le hubiera llegado.

Reina en serio era una chica complicada…

Cuando la pijamada comenzó en la tienda, Reina se aseguró de colocarse a un lado de Telyusia. Ella estaba metida en una discusión sobre espadachines con Mavis, contra quien ella había tenido una espléndida batalla, y Reina no podía ofrecer palabra alguna, pero aun así parecía feliz simplemente de ver la cara de Telyusia.

R-Realmente la quiere mucho… pensaron Mile y Pauline, atónitas por cuán enamorada estaba su compañera de grupo.

***

 

 

“Realmente se fueron…”.

Una semana pasó en un parpadeo.

“Cuando le dijimos que íbamos a ir en un viaje de entrenamiento, el Barón Aura dijo: ‘¡Eso no fue lo que dijeron antes!’ y empezó a agitarse, así que debemos apresurarnos a regresar”, explicó Telyusia, y así, las Sirvientas regresaron a casa luego de apenas una semana.

Por raro que pareciera, Reina no parecía especialmente molesta—o al menos no parecía demasiado preocupada. Aunque ellas partieran, Reina sabía que ellas estaban bien. Eso parecía ser suficiente.

Siempre y cuando ambas estuvieran vivas, se encontrarían de nuevo algún día. Siempre y cuando ninguna pereciera.

Así es como se sentía Reina.

Luego de una semana, la cual fue en esencia una extensión más a su vacación de una semana, Pacto Carmesí decidió regresar realmente a su trabajo normal. Sin embargo, como si justo hubiera estado esperando esta oportunidad—y de hecho, probablemente así había sido—el maestro gremial las llamó a su oficina.

“Me gustaría hacerle una solicitud especial a Pacto Carmesí. La misión sería proteger una pequeña caravana de comerciantes, y el destino sería… el Imperio Albarn”.

Imperio Albarn.

La misma nación que había enviado aquel pelotón para interrumpir las rutas de comercio.

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La misma nación que había tratado de invadir el país natal de Mile, o mejor dicho, de Adele, Brandel.

Por supuesto, incluso esa nación probablemente hacía negocios con otros países—tanto en capacidad comercial como oficial. Así que, no había nada raro en esta solicitud en sí, ni tampoco en que un comerciante necesitara protección contra bandidos y monstruos.

Sin embargo, claramente había algo raro en el hecho de que el maestro gremial mismo las había llamado a su oficina y hecho la petición directamente, y más porque lo había llamado “solicitud especial”.

Esta no era una misión normal.

Al menos, eso estaba claro para Pacto Carmesí…

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