Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 11

Capítulo 82: En las Profundidades de las Montañas

Parte 3

 

 

“Ahí vienen. ¡Cuatro golems, justo adelante!”.

Pacto Carmesí había regresado con los niños y les había explicado: “Nos hicimos amigas de los hombres, los emborrachamos, y los mandamos a casa”, a lo cual los niños respondieron con un desconcertado: “¡¿¡¿Qué demonios?!?!”.

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Por supuesto, nada de esto era mentira. Hablaban completamente en serio.

Luego, Pacto Carmesí partió de nuevo.

“Se mueven lento. Mantengan sus báculos en el aire y no sean muy agresivas”.

Era difícil saber cuán consientes estaban los golems locales de su presencia, pero aun así, era mejor asegurarse. Habían considerado dejar sus báculos en el inventario de Mile, pero en caso de una emergencia, donde tener los báculos a la mano podría hacer la diferencia entre la vida y la muerte, todas pensaron que sería mejor que Pauline y Reina se quedaran con ellos en mano. Golpear a un golem con un báculo sería inefectivo, por supuesto, pero si era necesario protegerse de un ataque, o recibir un golpe de tal forma que minimizara el daño de ser mandado a volar, la presencia de un báculo podía hacer toda la diferencia.

Justo entonces, los golems aparecieron desde entre los árboles.

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“¡Mile!”.

“¡Voy!”.

Según instrucción de Reina, Mile sacó unos objetos de metal de su inventario. Como siempre, consistían de espadas oxidadas confiscadas de bandidos, sartenes quemados llenos de agujeros, y demás cosas por el estilo. En serio, ¿cuántas espadas de bandidos y sartenes arruinados tenía ella ahí dentro?

Mile colocó los objetos en el suelo y los empujó hacia los golems.

“Pss pss pss…”.

“¡Ni que fueran gatos callejeros!”. Reina golpeó a Mile detrás de la cabeza. “No tengan miedo, no tengan miedo…”. “¡¿Podrías tomártelo en serio?!”.

Ella la golpeó de nuevo.

Mile sólo podía ser así de casual porque los golems habían dejado de moverse. Nunca habría tenido tiempo para estas bromas si ellos hubieran seguido acercándose.

Un momento después de que los golems se detuvieran, eso apareció—el Señor Veloz, un Carroñero.

El Carroñero recogió los objetos que Mile había ofrecido con cuatro de sus patas, miró a Pacto Carmesí cuidadosamente, se dio media vuelta, y se alejó. Los golems lo siguieron poco después. A diferencia del Carroñero, sin embargo, el cual se había ido en un parpadeo, los golems se tomaron su tiempo.

“¡Sigámoslos!”.

“¡Muy bien!”.

Y así, las miembros de Pacto Carmesí comenzaron a seguir a los golems.

“………”.

Aunque los golems parecían saber que estaban siendo seguidos, no pareció importarles. Sin embargo, esto solo continuó por un corto tiempo. Una vez llegaron a cierto punto, los golems se detuvieron, se giraron, y levantaron sus brazos como señal de amenaza a Pacto Carmesí.

“Supongo que hasta aquí llegamos, ¿eh?”, dijo Pauline preocupada. Mile, sin embargo, estaba completamente tranquila. Y entonces… “¡Aquí tienen!”.

¡Bam!

Más ollas, sartenes, y espadas, apiladas en el suelo.

Ya en serio, ¿cuántas de esas tenía ahí metidas? Las espadas eran una cosa, pero todas esas sartenes y ollas… Y entonces…

(¡Empujar!)

Los golems vieron los objetos que habían sido empujados hacia ellos y dejaron de moverse.

Tras un corto tiempo, vino otra de esas cosas veloces… Un Carroñero. “¡Por favor acepten este regalo!”, dijo Mile, empujando más la pila.

El Carroñero no mostraba expresión mientras veía los objetos. No estaba claro si estaba agradecido de recibir una ofrenda adicional o molesto porque no le habían dado todo la primera vez.

Vio una vez más la pila de metal y luego a Pacto Carmesí. Finalmente, tomó los objetos y se fue, Pacto Carmesí siguiéndolo detrás.

Pronto, sin embargo, los golems bloquearon su camino de nuevo, parados quietos frente al grupo de cazadoras. Por suerte, no parecieron estar en modo de ataque.

“¡Los regalos funcionan! ¡Creo que nos están reconociendo como amigas!”.

Normalmente, cualquiera que tratara de meterse en territorio de golems sería repelido por la fuerza, pero como Mile sugirió, los golems parecían estar tratándolas con algo parecido a un rechazo inofensivo. El Carroñero también se detuvo y volteó a ver, como si se preguntara qué es lo que ocurría.

“¿No podemos ir con ustedes? También puedo ofrecerles esto”, dijo Mile, sacando algo de su inventario. “¡Tomen!”.

El Carroñero se congeló al ver lo que se le estaba ofreciendo.

Ciertamente, era algo que Mile había mantenido en su “inventario” por un largo tiempo, habiéndolo recuperado de un golem de piedra derrotado durante su primera aventura cazando lagartos rocosos: el núcleo central metálico del cuerpo de un golem de piedra.

Tras quedarse quieto un rato, el Carroñero tomó el núcleo en la punta de sus dos patas delanteras y lo acercó a su pecho, como si fuera algo muy valioso. Entonces, recolectó el resto de metal con sus dos brazos inferiores y comenzó a alejarse.

Aparentemente, ese núcleo era algo mucho más importante para el Carroñero que unos pedazos de metal.

Una vez más, Pacto Carmesí comenzó a seguirlos. Sin embargo, los golems todavía estaban frente a ellas, bloqueando su camino.

“¿No funcionó? Ese tal profeta logró meterse a su territorio, así que

pensé que podríamos hacer lo mismo”, dijo Mile, inclinando su cabeza. “Quizás simplemente no piensan dejar a ningún extraño entrar a su

casa”, sugirió Mavis. Era un buen argumento. “¡Eso es!”.

Algo pareció ocurrírsele a Mile.

Oigan, Nanos, estos sujetos son construcciones como ustedes.

¿Podrían hacerle de intermediarias?

¡¿QUÉ…?! ¡¿CÓMO SE ATREVE A PONERNOS AL MISMO NIVEL QUE ESAS CRIATURAS?! ¡SABE QUE LA RESPETAMOS, SEÑORITA MILE, PERO HAY COSAS QUE PUEDE Y NO PUEDE DECIR!

¡Ah, disculpen! ¡No quise ofenderlas ni nada así!

¡¿ESPERA QUE CREAMOS QUE NO HUBO MALICIA EN TAL INSULTO?! Y PENSAR QUE NOS DIRÍA ALGO TAN HORRIBLE SIN PENSARLO DOS VECES, SOLO PARA DECIRNOS DESPUÉS QUE NO QUISO OFENDERNOS, Y CONTINUAR COMO SI NO HUBIERA PASADO NADA…

Rayos, ya entendí.

¿Hablaban en serio? ¿O era una broma? En todo caso, ellas eran las únicas en quien podía confiar Mile justo ahora.

¡Vamos! ¡Se los compensaré luego!

SONREIR…

¡¿Por qué están diciendo sus efectos de sonido en voz alta?! Aunque tampoco es que tengan voces…

Ciertamente, era muy difícil clasificar su comunicación como “voz alta” cuando las palabras eran transmitidas directamente a sus tímpanos. BUENO, TRATAREMOS DE AYUDAR. ESTAS CRIATURAS PARECEN USAR UNA VARIEDAD DE MÉTODOS PARA INTERCAMBIAR INFORMACIÓN, INCLUYNEDO LAS LENGUAS ANTIGUAS DE LOS HUMANOIDES DE LO QUE PODRÍA   LLAMAR “DISTANTE PASADO”,  AL IGUAL QUE LA TRANSFERENCIA DE DATOS DE ALTA VELOCIDAD QUE OCURRE ENTRE TODOS LOS SERES ARTIFICIALES DE ESTE MUNDO.

Entonces, uno o dos segundos después…

SE LES HA CONCEDIDO PERMISO PARA ENTRAR A SUS INSTALACIONES, SEÑORITA MILE.

¡Qué rápidas!

USAMOS EL FORMATO DE TRANSFERENCIA DE ALTA VELOCIDAD.

Ah, una conversación a velocidad de procesamiento computacional— por supuesto que fue rápido.

“Parece que ahora ya podremos seguirlos”, Mile anunció de repente, después de aparentemente quedarse callada un rato.

Y claro está, los golems se habían hecho a un lado.

“………”.

Las demás miembros de Pacto Carmesí miraron a Mile llenas de sospechas… como a menudo lo hacían.

***

 

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“Parece que podemos ir bajo tierra desde ahí…”.

Todas miraron a donde Reina apuntaba y vieron un agujero entre rocas. Obviamente, la entrada no sería algo enorme y obvio. Si lo fuera, sería demasiado fácil de encontrar, sin importar que esta fuera una montaña remota.

Las cazadoras entraron por la abertura siguiendo al Carroñero.

Los golems ya se habían ido, aparentemente habiendo regresado a su sitio de espera establecido. ¿Los golems, que no necesitaban beber ni comer, tenían algo para hacer para matar el rato además de las tareas que se les habían asignado?

Mile tenía la impresión de que las nanomáquinas tenían bastante tiempo libre para hacer lo que quisieran.

Aunque el Carroñero no volteó a ver a las miembros de Pacto Carmesí, parecía perfectamente consciente de su existencia. De no haber sido ese el caso, habría desaparecido rápidamente como siempre. El hecho de que estaba moviéndose a un ritmo tan tranquilo, uno podría asumir, era por consideración a las chicas.

¿Qué rayos le habían explicado las nanomáquinas, y cómo lo había interpretado el Carroñero?

“Parece que entraremos al área principal pronto”.

La entrada por la que habían pasado no parecía haber sido una entrada formal y original. Aunque estaba limpiamente cortada y pulida en las orillas, más al fondo era poco más que un pasillo angosto de piedra. Continuaron bajo tierra, hasta que el pasillo cambió a algún material inusual, quizás metal o resina, y finalmente emergieron en un área con varias puertas a ambos lados del pasillo. Sin embargo, el Carroñero no se detuvo, continuando adelante hasta detenerse en una habitación, entregando el núcleo de golem y los pedazos de metal a otros Carroñeros, y luego continuando su camino.

“¿Hasta dónde vamos a ir?”, Reina comenzó a quejarse, cuando finalmente el Carroñero se detuvo ante cierta puerta.

Aunque estas instalaciones poseían el nivel tecnológico en el que crear puertas automáticas sería una tarea simple, todas las puertas presentes eran manuales, quizás debido a preocupación por la confiabilidad mecánica, economización de energía, o la durabilidad general. Sin duda, eran pocas las habitaciones que siquiera tenían puertas en la entrada. ¿Tal vez era porque sería molesto para los Carroñeros abrir puertas todo el tiempo?

Esta habitación, sin embargo, tenía una puerta… aunque era difícil saber si esto era porque la habitación simplemente era una a la que los Carroñeros no necesitaban acceso a menudo o si había algún otro factor en juego.

El Carroñero bajó la palanca operacional de la puerta y la abrió.

“Vamos”, dijo Mile, siguiendo detrás al Carroñero mientras las demás se detenían. El resto la siguió poco después, ligeramente en guardia.

“Este lugar…”.

Tras dar varios pasos dentro, Mile se detuvo, ojos abriéndose de par en par.

Lo que vio fue…

Cables, enredados, como un laberinto.

Pilas de masas de metal, retorcidas y formadas antinaturalmente.

Y ahí, en el medio de todo, había un dispositivo. Parecía haber sido compuesto a la fuerza de varias partes de repuesto y dispositivos de asistencia. Probablemente fue alguna vez un sofisticado aparato eléctrico, pero ahora carecía de siquiera la más mínima pizca de su antigua gloria.

ESTE ES EL SISTEMA DE APOYO AUXILIAR NO. 3 DEL SISTEMA AUTÓNOMO DE CONTROL DEFENSIVO ECONÓMICO BÁSICO. NO ES MÁS QUE UNA TERMINAL PARA EL SISTEMA DE CONTROL ACTUAL… Y ES EL ÚNICO SISTEMA QUE QUEDA DE SU CLASE.

Los tímpanos de Mile comenzaron a vibrar con la explicación de las nanomáquinas.

“¿Qué es…?”.

Las otras tres se pararon en seco al entrar a la habitación detrás de Mile. Luego, las nanomáquinas continuar su explicación en la cabeza de Mile.

LE EXPLICAMOS SU ESTATUS A ESTA CRIATURA, SEÑORITA MILE, DE LA SIGUIENTE FORMA:

ESTA PERSONA ES DESCENDENTE DE SUS CREADORES. ELLA TIENE UNA COMPRENSIÓN EXACTA DE CIVILIZACIONES AVANZADAS Y QUIZÁS PUEDE SER LA ÚNICA ASÍ EN ESTE PLANETA ACTUALMENTE. TAMBIÉN SABE HASTA CIERTO PUNTO SOBRE SUS ENEMIGOS, Y TIENE LA INTENCIÓN DE LUCHAR CONTRA ELLOS PARA PROTEGER ESTE MUNDO…

¡¿¡¿Qué demonios fue lo que les contaron?!?!

TODO ESTO ES VERDAD. NADA ES UNA MENTIRA, NI EXAGERACIÓN, O UN TRUCO CON PALABRAS.

Guh… Bueno, supongo que tienen razón.

Incluso Mile debía aceptar esto. No cabía duda de que toda persona que vivía en este mundo era descendiente de la civilización anterior. Y también era correcto que ella sabía lo que significaba la existencia de este sistema, sabía sobre los cortes en el espacio tiempo, y sabía sobre los monstruos que estaban entrando desde ahí. También quería proteger a los demás. Además, no podía imaginar que hubiera otra persona en el mundo que supiera así de bien estas cosas.

Me pregunto si el Carroñero de verdad entendió todo eso.

¿Una computadora, diseñada para cálculos lógicos, creería tal historia, de la nada y sin prueba alguna? Obviamente, esto le preocupaba a Mile. Sin embargo…

PROVEIMOS INFORMACIÓN SOBRE SU GENOMA, SEÑORITA MILE. COMBINANDO ESO CON LOS DATOS QUE ESTE INDIVIDUO YA HABÍA RECOLECTADO DE USTED, FUE CAPAZ DE COMPLETAR UN PERFÍL. ADEMÁS, DADA SU EXISTENCIA, Y EL HECHO DE QUE NOSOTROS LA ESTAMOS APOYANDO, SEÑORITA MILE, NO CABÍA DUDA SOBRE LA INFORMACIÓN QUE USTED POSEE.

Oh, ya veo. Esperen— ¡¿en serio es tan fácil analizar mi genoma completo?!

Esto era algo más allá de incluso la ciencia más avanzada en la Tierra.

“M-Mile, ¡¿qué pasa?!”.

El Carroñero, que las había estado guiando hasta este punto, se había detenido cerca de la pared. Mile, mientras tanto, tenía una conversación muy normal con las nanomáquinas. Sin embargo, para las demás, ella parecía estar parada, en silencio. Ya que ninguna tenía ni idea de lo que estaban mirando, no les quedaba de otra que confiar en Mile.

Sin embargo, incluso ella sólo podía conversar con la criatura a través de las nanomáquinas; la criatura no tenía interés en las demás, y no podrían comunicarse en lo absoluto.

Y por eso, Mile dio unos pasos adelante, estirando su mano al cuerpo principal de lo que las nanomáquinas habían llamado Sistema De Apoyo Auxiliar No. 3 Del Sistema Autónomo De Control Defensivo Económico Básico con su mano derecha, y gentilmente empujó su dedo índice contra este.

“Voy a tratar de llegar a un acuerdo con el líder de los golems, por favor no hablen por un rato”.

“¿Eh? C-Claro, está bien…”.

Parecía haber poco pensamiento tras sus palabras, pero su expresión era tan seria que Reina no pudo hacer más que aceptar. Ahora, sin interrupciones del resto, Mile se concentró en su conversación con las nanomáquinas.

¿Entonces, estas son las ruinas de una civilización antigua, y los golems eran parte de su sistema de defensa? Este sistema de defensa autónomo económico básico…

Las nanomáquinas respondieron de inmediato.

SÍ, EL SISTEMA PRINCIPAL YA NO FUNCIONA, Y LOS SUBSISTEMAS Y SISTEMAS AUXILIARES ESTÁN EN LA MISMA CONDICIÓN. EN ESTE MOMENTO, TALES COPIAS DE SEGURIDAD DE RESERVA DE LAS COPIAS DE SEGURIDAD DE LOS SISTEMAS TERMINALES A CARGO DE FUNCIONES INDIVIDUALES TIENEN SÓLO LA MÁS MÍNIMA CAPACIDAD FUNCIONAL. NO ESTÁ CLARO SI DURARÁN OTROS CUANTOS SIGLOS.

¿Otros cuantos siglos? ¡Eso es bastante tiempo!

Eso era mucho más que su propia esperanza de vida, pensó Mile, pero era porque lo estaba considerando desde la perspectiva de un humano. Según las nanomáquinas inmortales, estas terminales apenas tenían tiempo restante.

Ya que Mile no podía comunicarse directamente con el sistema terminal, decidió que las nanomáquinas extrajeran información para simplificarla y expresársela. Y así…

EXTRACCIÓN COMPLETA.

¡Eso fue rápido!

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No les había tomado ni un segundo a las nanomáquinas terminar la tarea.

En cuanto a lo que habían aprendido, envolvía fisuras en el espacio- tiempo. Monstruos invasores. Destrucción y caos. Ruina. Y un éxodo.

Los siete magos restantes, quienes no habían abandonado este mundo.

Planos para súper soldados. El Plan 1/7. Y varios otros planes propuestos.

El descubrimiento de una misteriosa fuente de energía. Un nuevo plan para utilizar esa energía.

…La información contenía sólo los nombres de estos planes, al igual que sobre si habían sido implementados o si habían tenido éxito.

Y además, todas las locaciones defensivas que habían sido construidas.

Muchísimo tiempo había pasado, y en algún punto, los guardianes de estos sistemas desaparecieron. El mantenimiento automático de los sistemas centrales continuó, pero aunque cientos, o incluso miles de años podrían no haber causado mucho daño, el poder destructivo del paso de decenas, o inclusive centenas de milenios fue demasiado.

Sin importar cuantas redundancias fueran implementadas, todas las cosas tenían un límite. Todas las cosas decaían, y ahora, este sistema terminal singular estaba en las últimas…

¿Eh? ¿Pero quiénes fueron los invasores? ¿Y qué pasó con todos esos planes? ¿A dónde fueron los guardianes?

MUCHAS PORCIONES DEL ALMACENAMIENTO DE MEMORIA HAN SIDO DAÑADAS. EN PRIMER LUGAR, ESTE SISTEMA NO FUE DISEÑADO PARA ALMACENAR INFORMACIÓN. NO ES NADA MÁS QUE EL SISTEMA DE APOYO AUXILIAR NO. 3 DEL SISTEMA AUTÓNOMO DE CONTROL DEFENSIVO ECONÓMICO BÁSICO. AUN ASÍ, PROBABLEMENTE LOS SISTEMAS PRIMARIOS TRANSMITIERON LA INFORMACIÓN QUE CONSIDERARON CRUCIAL ANTES DE APAGARSE. DUDAMOS QUE SIQUIERA ESTA INFORMACIÓN FUERA NECESAIA PARA LA FUNCIÓN ORIGINAL DE ESTA MÁQUINA.

Tenía sentido, si uno lo pensaba bien. No era necesario que un guardia de seguridad fuera informado de las políticas gerenciales de una compañía o sobre información confidencial.

PARA MANTENER EL NIVEL MÍNIMO DE FUNCIONALIDAD PARA ESTA TERMINAL, LAS UNIDADES AUTÓNOMAS BÁSICAS DE DEFENSA ECONÓMICAS, ES DECIR, LAS CRIATURAS QUE USTEDES LLAMAN “GOLEMS”, HASTA DONDE PUEDEN SEGUIR ORDENES, PARECEN TENER EL DEBER DE EVITAR ATAQUES CONTRA HUMANOS A MENOS QUE HAYA UNA AMENAZA INTENCIONAL Y DIRECTA CONTRA LAS INSTALACIONES. TAMBIÉN ESTAN PROGRAMADOS PARA ELIMINAR CUALQUIER MONSTRUO DE TAMAÑO CONSIDERABLE QUE PUEDA SER UNA AMENAZA DE NIVEL ALTO.

CUANDO ESTA TERMINAL CESE DE FUNCIONAR, AL IGUAL QUE LAS OTRAS REGIONES HABITADAS POR GOLEMS, TANTO GOLEMS COMO CARROÑEROS CONTINUARÁN UN COMPORTAMIENTO SIMPLISTICO, MANTENIENDO SÓLO SU ÚLTIMA ORDEN RECIBIDA. CONTINUARÁN, HASTA EL DÍA QUE, DEBIDO A FALTA DE SUMINISTROS PARA REPARACIONES Y DEMÁS MATERIALES; O ATAQUES DE HUMANOIDES

,MONSTRUOS, U OTRAS CRIATURAS; O DESTRUCCIÓN A MANOS DE UN DESASTRE NATURAL, EVENTO SÍSMICO, O ALGUNA OTRA CAUSA, FINALMENTE DEJEN DE FUNCIONAR.

¿Ese día sería una tragedia? ¿O sería el tan esperado día de reposo final para estas máquinas sin dueño?

¿Y qué hay de tratar de repararla? Los Carroñeros pueden reparar a los golems y a sí mismos, ¿entonces por qué no restauran la terminal? ¿Y qué hay de los otros sistemas que dejaron de funcionar? Preguntó Mile.

Las nanomáquinas respondieron:

PARECE QUE TIENEN UN NIVEL DE AUTORIZACIÓN DEMASIADO LIMITADO. MAQUINAS AUTONOMAS COMO ESTAS NO PUEDEN ACTUAR POR SOBRE LOS LÍMITES DE SU AUTORIDAD DADA SOBRE VIDA INTELIGENTE, AL IGUAL QUE SOBRE ESTAS INSTALACIONES, SIN QUE EL SISTEMA DE MAYOR NIVEL O SUS GUARDIANES SE LOS INDIQUEN DIRECTAMENTE.

Ah, ya veo… Sería problemático si inteligencias artificiales, mucho más inteligentes que los humanos, comenzaran a actuar por su cuenta, ¿no? Entonces, se les dio bastantes restricciones y sólo reciben otras ordenes de un ser superior cuando sea necesario. Sin embargo, si esos seres superiores o sistemas de alto nivel ya no existen…

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SIN LA AUTORIDAD PARA UTILIZAR LIBREMENTE MATERIALES PARA INSTALACIONES FUERA DE SU PROPIA AUTORIZACIÓN, LAS ACCIONES QUE PUEDEN TOMAR POR INICIATIVA PROPIA Y LOS MATERIALES QUE PUEDEN RECOLECTAR SON LIMITADOS. EVENTUALMENTE, LOS SUMINISTROS PARA REPARACIONES DISMINUYEN, Y LAS MAQUINAS RECURREN A MANTENIMIENTO CANIBALISTICO Y A LA UTILIZACIÓN DE MATERIALES INFERIORES. AHORA, SÓLO LA TERMINAL QUE VE DELANTE DE USTED QUEDA.

Mile guardó silencio.

Era una conclusión inevitable. Todos los seres tangibles algún día debían romperse. Todas las cosas mundanas eran transitorias. Pasaba lo mismo con las vidas humanas. Incluso las formas de vida mecánicas, con esperanza de vida prácticamente eterna, no eran más que chispas, una pequeña explosión en el flujo implacable del infinito.

Un viejo proverbio apareció en la mente de Mile.

Cincuenta años para el hombre no es sino una corta siesta para los Cielos.

Los cincuenta años en este proverbio no se referían a la esperanza de vida humana, sino al mundo de los hombres en sí. En otras palabras, incluso si cincuenta años pasaran en el reino mortal, en los puntos más bajos del Cielo, esto no sería más que una sola noche. Una sola y efímera ensoñación.

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No había nada que ella pudiera hacer.

Incluso aquellos huérfanos probablemente crecerían y se irían de este lugar antes de que la terminal dejara de funcionar.

No había problemas en ese aspecto.

Todo lo que podían hacer ellas ahora era retirarse tranquilamente. Nada más, nada menos. Con esto en mente, Mile gentilmente quitó la mano de la máquina, justo cuando…

ESTA MÁQUINA TIENE UNA SOLICITUD PARA USTED, SEÑORITA MILE.

“¿Eh?”.

Mile estaba tan sorprendida por esto que sin querer dejó salir un sonido.

¿Q-Qué tipo de solicitud?

BUENO, QUIEREN DELEGAR EL ROL DE “GUARDIAN” A USTED, LA DESCENDIENTE DE SUS CREADORES, PARA QUE PUEDA DARLES INSTRUCCIONES…

Qué… ¿Q-Q-Qué…?

“¡¿¡¿Quééé?!?!”.

Percatándose de que de nuevo estaba haciendo ruido, Mile sacudió sus manos a sus desconcertadas compañeras para indicar que no era nada y continuó su conversación con las nanos.

¿Q-Qué fue lo que ustedes…?

PUEDE CUESTIONARLO TODO LO QUE QUIERA, SEÑORITA MILE, PERO USTED ES DESCENDIENTE DE SUS GUARDIANES, Y QUIZÁS LA ÚNICA QUE ENTIENDE EL PROPOSITO DE ESTAS INSTALACIONES Y QUE PUEDE DAR ORDENES ADECUADAS A SUS FUNCIONES ORIGINALES. PROBABLEMENTE CREEN QUE NOSOTRAS TAMBIEN SOMOS OTRO SISTEMA QUE DEJARON ESTOS GUARDIANES. BUENO, POR SUPUESTO QUE LLEGARÍAN A ESA CONCLUSIÓN. ENTONCES, ES OBVIO QUE QUERRÍAN SEGUIR SUS INSTRUCCIONES, SEÑORITA MILE, YA QUE USTED LE PUEDE DAR ÓRDENES A LAS NANOMAQUINAS.

Por un momento, Mile guardó silencio, confundida, pero ya había comenzado a sentir simpatía por estas formas de vida artificiales, y quizás podría hacer un bien para su interminable moral, al menos un poco.

No deberé quedarme sentada en este cuarto de control para siempre,¿verdad?

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POR SUPUESTO QUE NO. SIMPLEMENTE DEBE DARLES DOS O TRES ORDENES, Y LUEGO PUEDE IRSE SIN PROBLEMAS.

Bueno, está bien. Acepto. ¿Qué tipo de órdenes debo darles?

Las nanomáquinas pausaron un momento, y luego dijeron: RESCINDA LAS RESTRICCIONES DEL ÁREA DE OPERACIONES DE LOS

GOLEMS. RESCINDA LAS RESTRICCIONES DE SUS OPERACIONES DE REPARACIÓN. RESCINDA LAS RESTRICCIONES DE SU POBLACIÓN. ESAS TRES COSAS. DE ESA FORMA, PUEDEN LLEGAR MÁS LEJOS PARA RECOLECTAR MATERIALES PARA REPARACIONES Y MANTENER ESTAS INSTALACIONES POR MÁS TIEMPO.

ADEMÁS, A LOS GOLEMS LES GUSTARÍA SER CAPACES DE REALIZAR MANTENIMIENTO NO SOLO EN SU PROPIO DEPARTAMENTO, SINO EN OTROS TAMBIÉN, Y HACER USO DEL EQUIPAMIENTO Y MATERIALES DE ESOS OTROS DEPARTAMENTOS. FINALMENTE, LES GUSTARÍA HACER USO DE CUALQUIER MATERIAL USABLE PARA INCREMENTAR EL NÚMERO DE CARROÑEROS.

Me parecen algo razonable. ¡Muy bien, aceptado!

Tras esto, con la ayuda de las nanomáquinas, Mile entró un número de comandos en la terminal:

Primero, excepto en casos donde fueran atacados primero, los golems no debían causar daño a formas de vida sapientes. Esto, por supuesto, incluía a los humanos, elfos, y enanos, pero ella agregó a esta lista a la gente bestia y a los demonios, a las hadas y a los dragones, al igual que espíritus y cosas por el estilo, incluyendo incluso aquellos que podrían o no existir.

Si les ordenaba no luchar en lo absoluto, era probable que fueran eliminados por los humanos. Sin embargo, no había necesidad de preocuparse por alguien que vendría a propósito hasta aquí sólo para atacarlos. Si alguien los atacaba, pero no deseaba morir, podían retirarse sin problemas.

Este lugar había sido dejado atrás por personas de un pasado distante para proteger el mundo. Aunque hubiera perdido casi toda funcionalidad y ahora era casi chatarra, era un lugar que debería tener permitido prosperar.

Además, existía el asunto sobre proteger y apoyar a los niños.

Cuando los hombres con túnica vinieran, debían mandar a varios golems, suficientes para que los hombres no pudieran derrotarlos, para así hacerlos retirarse. Si los hombres se rehusaban a irse, tenían permitido encargarse de ellos por cualquier medio necesario.

Y finalmente, tenían prohibido proveer información que revelara métodos para abrir una ruptura espacio-temporal a cualquier otro ser.

Cuando las nanomáquinas preguntaron si alguna vez habían provisto tal información a los humanos en el pasado, fueron incapaces de determinarlo. No estaba claro si esto era debido a degradación de memoria o a registros perdidos, o simplemente porque jamás pasó. Dadas las circunstancias, lo último era lo más probable.

Las criaturas aquí no podían conversar con razas humanoides, y era poco probable que el profeta o quienquiera que haya fundado la religión de los hombres con túnica pudiera hablar lenguaje ensamblador. También era poco probable que temas relacionados a dimensiones alternas salieran a flote en primer lugar o que hubiera habido algún tipo de imagen sugestiva o círculos de invocación.

Entonces, ¿de dónde había sacado la información aquel hombre, y cómo? ¿Había pasado aquí? ¿O aquellos hombres simplemente se habían equivocado de montaña? No había forma de determinar eso ahora.

Al menos, Mile había recolectado de manera efectiva información importante aquí y sabía que esos hombres jamás llegarían a un entendimiento correcto. Jamás sabrían el significado de este lugar.

Con el mantenimiento incrementado, el número de golems crecería, y con el crecimiento de su área autorizada para el sistema de seguridad, los hombres jamás serán capaces de lograr algo con sus números actuales.

“¡Muy bien, hora de irnos!”.

“¡¿Q-Qué fue todo eso?!”, dijo Reina, enervada por este grito de Mile luego de haberse quedado en silencio con su dedo presionado contra el extraño aparato por tanto tiempo.

“Terminé de recolectar información. Al menos, los golems y carroñeros no atacaran a nadie que no los ataque. Además, aprendí que este lugar no tiene nada qué ver con los hombres con túnicas. Aparentemente, se confundieron de sitio.

“Esos hombres no lastimarán a los huérfanos, y los golems tampoco. Cabe la posibilidad de que los hombres traten de lanzar un contraataque a los golems, pero ese no es nuestro problema. En otras palabras,

¡trabajo terminado! Uh… ¿qué pasa?”.

Las otras tres estaban en silencio.

“¿Cómo es que sabes todo eso?”.

En un raro giro de los acontecimientos, no fue Reina, sino Mavis, quien preguntó esto, llena de dudas.

La respuesta de Mile, por supuesto, fue la misma de siempre:

“¡E-Es un secreto familiar!”.

Justo cuando Mile decidió dejar la instalación, dejando a sus compañeras sin saber nada…

SEÑORITA MILE, AL PASO ACTUAL, ESTA TERMINAL DEJARÁ DE FUNCINAR EN UNOS CUANTOS SIGLOS.

S-Sí, ya me lo dijeron. Pero si pueden recolectar más partes, eso debería prolongar su vida un poco…

SEÑORITA MILE, AL PASO ACTUAL, ESTA TERMINAL DEJARÁ DE FUNCIONAR EN UNOS CUANTOS SIGLOS.

Sí, lo sé, ya me lo dijeron…

SEÑORITA MILE, AL PASO ACTUAL, ESTA TERMINAL DEJARÁ DE FUNCIONAR EN UNOS CUANTOS SIGLOS.

¡Oh, rayos! ¿Qué intentan decirme? ¡¡Ya escúpanlo!!

SEÑORITA MILE, AL PASO ACTUAL, ESTA TERMINAL DEJARÁ DE FUNCIONAR EN UNOS CUANTOS SIGLOS.

¡Me están enojando! Quieren callarse por fa—Oh.

Finalmente, se dio cuenta de algo. Las nanomáquinas no estaban jugando ni molestándola.

No podían decir lo que deseaban decir. Estaban tratando con una solicitud prohibida.

Por eso, desesperadamente trataban de implorarle: Por favor, dese cuenta, por favor.

Nanos, ¿pueden reparar estas máquinas?

ESA ES UNA SOLICITUD PROHIBIDA.

No funcionó, ¿eh? Oh, bueno, en ese caso…

Mile se giró a la terminal y recitó un hechizo.

“¡Reparen la memoria, actualicen la placa madre, limpien la fibra óptica y todos los circuitos! ¡Reparar!”.

La terminal fue envuelta en luz zumbadora y giratoria. Tras unos cuantos segundos, la zumbadora luz desapareció, y ahí se encontraba… la terminal, como si nada hubiera cambiado.

Sin embargo, Mile lo sabía. Sabía que había llegado a la conclusión correcta y que, aunque nada había cambiado en el exterior, las nanomáquinas habían restaurado la terminal internamente.

Watashi Nouryoku Volumen 11 Capitulo 82 Parte 3 Novela Ligera

 

Aunque ellas no pudieran tomar la decisión por su cuenta, si se hacía con magia, a través de una orden dada en forma de pulsos mentales, sin importar su moralidad o voluntad, podía lograrse. Así fueron las ordenes que las nanomáquinas habían recibido de sus creadores.

Como otra señal de que había llegado a la conclusión correcta, la repetición de las nanomáquinas, que parecía la de un disco roto, finalmente paró.

No dijeron nada más. No habían pedido nada en específico; nada de lo que habían hecho entraba en conflicto con sus restricciones. Al mismo tiempo, no le habían pedido nada a Mile; nada que entrara en conflicto con sus restricciones. Por lo tanto, las nanomáquinas no le dijeron nada, no ofrecieron elogios ni agradecimientos—ya que no había razón.

Sin embargo, nunca existió la necesidad de elogios o agradecimientos en primer lugar.

En su vida pasada, Mile había sido ignorante cuando se trataba de entender la naturaleza humana. Sin embargo, por alguna razón, ella parecía ser capaz de entender esto.

Por supuesto, las nanomáquinas lo sabían.

Por eso no se necesitaban palabras. Eso era todo.

“…Regresemos con los niños”, dijo Mile. Las otras tres asintieron. Luego, salieron de la habitación, el Carroñero como guía.

Justo antes de que la puerta se cerrara, las nanomáquinas transmitieron un mensaje en un formato que las miembros de Pacto Carmesí jamás escucharían o conocerían. Aunque habían sido creadas por otros medios, eran iguales a estas máquinas—creaciones, simplemente cargando los edictos que se les habían dado en el distante pasado.

PRONTO LLEGARÁ SU MOMENTO. LOGRARAN SU MISIÓN Y CUMPLIRAN LAS ESPECTATIVAS DE SUS CREADORES.

La terminal   encendió lo que constituía sus luces indicadoras—las luces que habían sido reparadas por Mile.

Era como si estuviera dando las gracias, o gritando: ¡Nosotros nos haremos cargo!

***

 

 

Unos días después, cosas comenzaron a arrastrarse fuera de la entrada disfrazada de una fisura en una roca. Salieron y se dispersaron en toda dirección.

En busca de recursos subterráneos.

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En busca de meterse en territorios humanoides y de otras criaturas sapientes para recolectar recursos más rápido.

Y en busca de realizar reparaciones.

Se dispersaron hasta destinos lejanos…

Hasta ahora, incluso cuando se dañaban y reparaban, o cuando eran completamente destruidas, sus partes y materiales eran recuperados por sus compatriotas y rehusados; no había muertes sin sentido. No era más que el gran circulo de la vida, de acuerdo a la voluntad de sus creadores. Sin embargo, si eran destruidas en tierras distantes, morirían sin sentido, sin nadie que recuperara sus cuerpos para partes a rehusar. Esa sería una  muerte sin sentido,  separada de  la rueda del  samsara, la verdadera nada.

Esto era lo más cerca que estas creaciones llegaban al concepto de muerte.

Y sin embargo, estas unidades se habían preparado para esa muerte, formando un verdadero escuadrón suicida.

Avanzaron.

En busca de sus camaradas, quienes seguramente estaban allá afuera, esperando ser reparados.

Mile, sin embargo, no tenía ni idea.

No tenía ni idea de lo que acababa de empezar ella misma…

***

 

 

Después de aquello, Pacto Carmesí regresó con los niños e informó que ya se iban, aunque no les dijeron que ya no había peligro de que los golems los lastimaran. Si les decían, era probable que los niños pudieran hacer algo que los golems consideraran un ataque, o que ellos mismos se metieran en situaciones peligrosas pensando que los golems los protegerían. Además, los golems de otras regiones no estaban bajo este mismo sistema de control. Esos otros automáticamente se encargarían de cualquier intruso.

Simplemente era imposible comunicar a estos niños lo real de este peligro.

En todo caso, los niños intentaron desesperadamente evitar que Pacto Carmesí se fuera. ¿Y por qué no habrían de intentarlo…?

Su increíble arrocera automática.

Su equipo de espadas automatizadas.

Sus dispositivos de entrenamiento mágicos. Sus herramientas de construcción.

La creadora de agujeros en sartenes quemados.

…Iban a perder todos estos útiles dispositivos a la vez.

Una vez los humanos probaban los lujos, dudaban mucho en dejarlos ir. (Aunque en serio, eso último probablemente era algo que podían permitirse dejar ir…).

“¡Lo entendemos, pero todos saben que no podemos vivir aquí por siempre, ¿verdad?!”, gritó Reina, contestando antes de que las amables Mavis y Mile pudieran intervenir.

“Pero… pero…”. “Ngh”.

Incluso Reina era débil contra niños llorando.

Sin embargo…

“¡Bien, de regreso al pueblo!”.

Pauline no sentía absolutamente nada.

“¿Eh? Si se van, entonces nuestro sustento…”, uno de los niños presionó, a lo cual Pauline apuntó hacia detrás de ellos.

Ahí, detrás, había una casa del árbol, asegurada en las copas de los árboles.

Un bebedero, con un área de baño y de lavado. Además, tres estufas, y a un lado, varias ollas y sartenes.

Una armería, con no solo lanzas de bambú y espadas de madera, sino espadas de hierro y arcos y flechas caseros.

Un azadón de metal y varias herramientas de campo de madera.

Y muchas otras cosas… “¡¿Cómo que les faltan lujos?!”. “¡¡¡Eeeek!!!”, los niños gritaron. Ahora, tenían demasiados lujos.

Como era su costumbre, Mile había pasado los pocos días que estuvieron aquí con los niños creando varias cosas para matar el tiempo. Por supuesto…

Se le había ido la mano.

Este era un estilo de vida apenas diferente del de los pueblerinos locales, sin mencionar a los niños de la calle normales. Ni siquiera había monstruos cerca, y los humanos casi nunca venían, significando que había animales pequeños para cazar en abundancia. Una vez los niños comenzaran a cosechar los cultivos de sus recientemente expandidos campos, su calidad de vida probablemente superaría por mucho a la de los pobres de cualquier ciudad—no, seguramente la superaría.

***

 

 

“Muy bien, entonces, de aquí en adelante…”.

Habiendo regresado al pueblo y reportado sus descubrimientos— sobre que los golems no eran una amenaza real siempre y cuando no se metieran a su territorio y que los hombres extraños sólo habían ido para luchar contra los golems y eran completamente amables con los niños— sus deberes terminaron sin peligro alguno. (Por supuesto, omitieron la parte de las ruinas).

Las miembros de Pacto Carmesí recolectaron su paga y partieron a la siguiente ciudad, su destino original, donde reservaron una habitación en una posada y pronto empezaron esta discusión:

“¿Qué tal si regresamos desde aquí?”. “Me parece bien. ¡Sin objeción!”. “Igual me parece bien”.

A diferencia de Mile y Reina, para quienes sus siguientes destinos no importaban, Mavis y Pauline tenían casas y familia en Tils. Sin importar qué, jamás dejarían de sentir que Tils era su tierra y lugar donde más se sentían a gusto.

Por supuesto, esto tenía sentido. Reina no sabía sobre ningún conocido vivo y ni siquiera sabía de dónde habían venido sus padres, volviéndola lo mismo que una vagabunda, mientras que Mile no tenía lazos con ninguna tierra más allá que aquella donde nació, y deseaba tener la libertad de una vagabunda. Eran casos especiales. Incluso este par, sin embargo, no tenían otro sitio más que Tils donde deseasen asentarse. Tenían bastantes conocidos ahí y no tenían objeciones sobre echar raíces en la tierra natal de sus demás compañeras de viaje.

“Es obvio que ahí es de donde vino ese culto religioso. Aun así, la fuente de su información se perdió junto con su fundador, y los miembros restantes son… Bueno, no son una amenaza, así que…

¡Regresemos a Tils!”. “¡¡¡Sí!!!”.

Y así, el camino de Pacto Carmesí cambió al oeste, y comenzaron su camino a casa.

“Entonces, el primer lugar al que llegaríamos sería aquí…”.

Obviamente, el primer lugar por el que pasarían sería el reino de Trist, a donde la doncella y su grupo habían escapado y donde el incidente de las escamas y los dragones antiguos ocurrió.

“No ha pasado mucho tiempo, así que dudo que mucho haya cambiado para la Princesa. Si nos topamos con aquellos prestamistas, no creo que vaya a ser algo particularmente interesante, y estoy segura que aquellos mercantes todavía estarán alocados por las escamas…”.

“¡Pasemos de largo!”.

El grupo tomó la decisión colectiva de no detenerse, pasando directamente a la siguiente ciudad. Esto, por supuesto, significaría acampar durante la noche. Acampar, lo cual, ahora que lo pensaban, sería mucho mejor que quedarse en una posada. Gracias a Mile, tendrían bañeras y duchas, un escusado portable (del tipo que tiene una cabina entera privada; sólo era “portable” porque se encontraba dentro del inventario de Mile), y comida mucho más deliciosa que la que podrían conseguir en un restaurante.

“¿Por qué será que siempre nos quedamos en posadas?”, se preguntó Mavis.

Las otras tres guardaron silencio.

“Mavis…”.

“Digo, todas lo hemos pensado, pero nadie lo había dicho”. “¡Por qué tuviste que decirlo, Mavis!”.

“¿Eh? ¿Por qué sería malo que lo dijera? ¿No debería haberlo dicho? ¿Eh? ¿Eehh?”.

Gracias a Mavis, quien descaradamente había dicho algo de lo que todas estaban consientes pero que no decían a propósito, las miembros de Pacto Carmesí se encontraron en una posición incómoda. Mavis estaba sudando.

“Bueno, debemos ir al gremio, y no podemos evitar pasar por la ciudad. Después de todo, este es un viaje de entrenamiento. Y obviamente, no podemos acampar a media ciudad. Será igual cuando regresemos a la capital de Tils”, dijo Reina.

“Desafortunadamente, así son las cosas”, dijo Pauline sin energía. “Entonces, ¿qué tal una casa?”.

“Ah…”.

La “casa” a la que Mile se refería era una casa para grupos. El tipo de sitio individual que los grupos que tenían suficiente dinero podían rentar. Era marca de un grupo de cazadores exitosos y el tipo de lugar que la pequeña Lenny, hija de un dueño de posada, miraba con desdén. Incluso durante sus conversaciones con Lenny durante su estadía en la capital, cuando el tema salía, ella parecía un poco alterada.

“Si rentamos una casa, podemos tener un baño real y un escusado en el patio trasero, podemos cocinar en una cocina real, ¡y hacer lo que sea que queramos siempre que queramos!”, gritó Mile.

“¡¡¡Sí!!!”, las otras tres gritaron con alegría.

“Por supuesto, no sería justo dejarte toda la cocina a ti, Mile, así que obviamente comeríamos afuera a veces y nos turnaríamos. ¡Yo también participaré!”.

Para variar, Reina parecía hablar en serio. Sin embargo… “Creo que es demasiado pronto para que rentemos una casa”. “¡Cierto! Necesitamos más dinero primero…”.


“Sí, todavía somos novatas— ¡no necesitamos apresurarnos tanto!”.

Aunque desconcertada por el repentino cambio de opinión de sus compañeras, Reina tuvo que aceptar la decisión de la mayoría y asintió humildemente.

“¿En serio? Bueno, si ustedes lo dicen…”.

¡Uf! ¡¡¡Eso estuvo DEMASIADO CERCA!!! Pensaron las otras tres.

Parecía que las cuatro estarían pagando alojamiento y baños en la posada de Lenny por un poco más de tiempo. Todo gracias a las capacidades culinarias de Reina…

***

 

 

“Ha pasado un tiempo, espero que esos niños no estén mal… Pueden recolectar todos los vegetales salvajes que quieran, pero sin formas de cocinarlos bien, van a causarles malestares. Probablemente tengan suerte de atrapar unos cuantos animales pequeños de vez en cuando. Debo asegurarme que tengan pan y sopa para comer a veces…”. Cierto pueblerino amable murmuraba para sí mismo mientras hacía el viaje usual de varias horas hasta la montaña para “deshacerse” de todo su “pan quemado” y “exceso” de sopa que tenía.

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Obviamente, este hombre no había preparado todo esto él solo. Su carga también incluía cosas que los demás pueblerinos consideraban que “era lo que sobró” y se las habían dado para que se deshiciera de ellas “ya que en eso estaba”.

Un pueblo pobre no tenía comida de más para desconocidos. De tenerlas, se asumiría que sería algo en exceso, lo cual causaría que el lord local aumentara sus impuestos. Sin embargo, si esta caridad se hacía bajo el pretexto de deshacerse de suministros inútiles, estaba bien.

“Parece que estoy… ¿Q-Qué? ¡¿¡¿Qué demonios?!?!”.

Los ojos del Pueblerino A se abrieron de par en par al ver el nuevo

estado del asentamiento de los niños…

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