Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 11

Capítulo 81: Imanes de Problemas

Parte 1

 

 

Watashi Nouryoku Volumen 11 Capitulo 81 Parte 1 Novela Ligera

 

Publicidad M-AR-1

“¿Eh? Esperen. Esto es…”.

Incapaces de dejar la ciudad hasta recibir el pago del gremio, Pacto Carmesí decidió revisar las misiones en el salón gremial, y justo ahí vieron una noticia pegada a un lado de la pizarra.

“Es sobre una subasta… ¿de escamas de dragón antiguo?”,

preguntó Mile, mirando el papel.

“Deben ser las de aquellos otros cazadores, ¿no es así? Los comerciantes que nos compraron las escamas jamás las venderían en un sitio como este”, dijo Pauline. “Hay tres escamas en subasta,


¿no? Parece que pudieron encontrar todas las que quedaban…”.

En realidad, las escamas que habían quedado en el sitio de la batalla eran unas que Pacto Carmesí había dejado a propósito. Tenía sentido, si lo pensabas bien. Incluso alguien tan tacaña como Pauline podía ser flexible de vez en cuando, pero era imposible que dejara tirada una escama de dragón antiguo sin una buena razón— en especial teniendo la magia de búsqueda de Mile.

Las escamas de dragón antiguo eran un tesoro, uno que rara vez aparecía. No venían de dragones terrestres o wyverns, criaturas que no eran más que monstruos enormes, siendo dragones sólo en nombre. Los dragones antiguos reales eran formas de vida superiores que poseían magia de fortalecimiento y un intelecto que superaba el de los humanos.

Como resultado de su inmensa defensa y poco peso, la escama de un dragón antiguo—un ser parecido a un dios—era altamente codiciada, con gran valor simbólico como amuleto protector o de buena suerte.

Además, aunque la caza de un dragón antiguo regular resultaría en una gran entrada de escamas al mercado, era imposible que alguien lograra cazar uno. Estos eran el tipo de objetos que aparecerían en el mercado en muy raras ocasiones, aproximadamente uno cada varias décadas.

Incluso cuando aparecía una escama, esta era normalmente ofrecida como tributo o vendida por una gran suma a un rey o noble de alto rango. Las probabilidades de que siquiera apareciera para su venta eran abismalmente bajas.

Si Mile hubiera hecho una búsqueda profunda con su magia, habría sido una tarea simple localizar hasta cada una de las astillas, sin dejar ni una sola escama atrás. Sin embargo, para que la situación no pareciera demasiado sospechosa, Pacto Carmesí había dejado atrás tres escamas dañadas, en forma relativamente mala, en sitios que cualquiera podría encontrar si cavara un poco, por si algún día se necesitaba una explicación.

Publicidad G-M3



Pauline, obviamente, había mirado con gran odio los sitios donde las escamas se habían escondido—sus ojos inyectados de sangre, y su cara como si estuviera a punto de escupir bilis. Prácticamente estaban tirando monedas de oro a la basura—¡no, monedas de oricalco!—pero, después de todo, debía hacerse. Entendiendo esto, Pauline no se quejó, aunque aún se veía visiblemente deprimida.





“Esto debería ser suficiente para zanjar el asunto de los dragones antiguos. Dudo que los sujetos vayan a decir algo, ya que se les informó que la razón por la que los dragones antiguos vinieron no tenía que ver con los humanos. Estoy segura que dirán que sus informantes desean mantenerse anónimos, para no meterse en cosas raras o peligrosas, y el gremio tampoco debería tener interés especial en unos mensajeros comunes y corrientes”.

Su necesidad de anonimato era algo que firmemente le habían reiterado al grupo de rango B cuando impusieron un ‘secreto de sumario’ a los comerciantes.

Tanto para cazadores como para comerciantes, la reputación lo era todo. Si se enteraban de que alguna parte había roto una promesa o contrato, sería el fin para ellos. Además, rumores sobre dragones antiguos y sus escamas atravesarían el reino en un parpadeo.

“Dado lo serio del asunto, es imposible que alguien rompa su promesa. Aunque eso sólo si asumimos que son personas honestas…”, dijo Pauline.

Las otras tres asintieron.

A propósito, Pacto Carmesí tenía la intención de vender una escama en cada lugar donde se detuvieran, confiando en el cuento de que por casualidad se encontraron esa única escama.

De acuerdo a Pauline, esta era la mejor forma de evitar arruinar su valor de venta.

Al final, las miembros de Pacto Carmesí no encontraron misioness particularmente interesantes, así que en su lugar, decidieron salir del salón gremial y pasar el día en los bosques, haciendo trabajo de poca importancia al cazar y reunir todo con lo que se toparan pensando en las misiones diarias del gremio.

“Creo que ya es hora de que nos vayamos”, dijo Reina. “¿Nos

vamos en cuanto recibamos el pago por el dragón terrestre?”. “Puede que sea buena idea”, respondió Pauline. “No hay buenas

misiones aquí, y ya nos ganamos una buena  reputación con el asunto del dragón”.

“Quizás demasiada reputación”, agregó Mavis. Mile hizo una mueca.

Sin duda, habían llamado la atención demasiado.

“¿No crees que te has dejado llevar últimamente, Mavis?”.

Parecía que Reina tenía asuntos pendientes con Mavis.

“Ahora que lo mencionas, yo también lo creo”, agregó Pauline. “También parece que estás usando todas esas Frases Asombrosas para Decir Algún Día sin dejarnos ninguna a nosotras”.

“N-No es mi intención…”, Mavis empezó a ponerse nerviosa. Aparentemente, incluso ella había estado algo consciente de su comportamiento. Por eso, Mile, quien cargaba con gran parte de la responsabilidad por esto, habló para intervenir.

“Entonces, Reina y Pauline, ¿por qué no usan sus Magical Gunner Girl Wands? ¡Si las usan, junto con la secuencia de transformación y técnicas especiales, es seguro que llamarán la atención! Pueden incorporar eslóganes, y usar magia de rayos poderosa—tal vez Greased Lightning como movimiento definitivo, y la invencible forma Pearl Dash para derrotar a cualquier humano…”.

El par se quedó desconcertado por la propuesta de Mile.

“Y Pauline, puedes usar el método de transformación de Borgman, donde cambias tu armadura. Está hecha a la medida para ti. Los pequeños rebotes que causa al equiparla le dan más encanto todavía…”, dijo Mile, sonriendo mientras hacía sus sugerencias.

Hasta que…

“¡¿Quién demonios usaría esas cosas?!”.

…Reina y Pauline la rechazaron de forma abrupta.

Obviamente, durante las pruebas antes hechas, no habían estado de acuerdo ni con el hecho de tener que desnudarse frente a amigos y enemigos al transformarse, ni con los uniformes llenos de volantes que tendrían que usar. Y eso que Mile había desarrollado un método que mantendría sus “partes vitales” justo fuera de la vista por un diminuto margen, al usar luz misteriosa y ángulos de cámara, posicionamiento específico para el staff, estrellas distractoras, y uso obligatorio de cierto tipo de magia.

“Pero son geniales y lindos— ¡y tienen gran defensa!”.

El rechazo fue particularmente duro para algunas nanomáquinas, quienes parecían haberse quedado cerca para el expreso propósito de ser usadas para esas transformaciones, ocupándose con su propia ferviente investigación y desarrollo, sólo para terminar sin ser usadas jamás.

Habiendo alejado con éxito la atención de la sombra siendo lanzada sobre Mavis por las otras dos, Mile acarició su pecho con cansancio. Justo entonces…

“¡Deténganse! ¡¡No, déjenme ir!!”.

¡Ping!

Los increíblemente agudos oídos de Mile, los cuales podían escuchar llantos de niñas desde cualquier cantidad de kilómetros, se levantaron de golpe.

“Bueno, está claro que todas escuchamos eso también…”, murmuró Reina, suponiendo la situación por la expresión de Mile. Mavis y Pauline asintieron también.

“O, mejor dicho, todas lo vimos. ¡Justo ahí!”, agregó Pauline.

Justo la escena se estaba desarrollando unos metros por delante.

“Mile, ¿sabías que ‘niña’ normalmente se refiere a chicas de no más de cinco o seis años, ¿verdad?”, le preguntó repentinamente Pauline.

Su intuición era demasiado buena.

En realidad, esto era lo de siempre, lo cual significaba que uno podía entender lo que Mile pensaba con solo ver su cara.

Sin embargo, frente a ellos estaba una chica de unos siete u ocho años, aparentemente en el proceso de ser secuestrada de brazos de su madre por tres rufianes.

Watashi Nouryoku Volumen 11 Capitulo 81 Parte 1 Novela Ligera

 

“¿Y ustedes qué miran? ¡No deberían meterse en los asuntos de otras personas!”, gritó el hombre que parecía ser el líder de los rufianes, mientras Pacto Carmesí se paraba frente a ellos, bloqueando el camino.

“Oh ho”, se escuchó una risita. “¡Oh ho!”, vino una segunda.

“Oh ho…”, dijeron las cuatro al unísono.

“¡¿Q-Qué?! Miren, y escuchen bien. Esta gente no pudo pagarnos el dinero que nos debe, así que nos llevaremos a la niña como pago. Sus padres son los que no pudieron pagar— ¡nosotros no estamos haciendo nada malo!”.

Aunque las miembros de Pacto Carmesí eran jovencitas, era un tres contra cuatro—y además, Pacto Carmesí era un grupo de cazadoras, dos de las cuales llevaban espadas y dos más que claramente eran magas. Quizás asumiendo su desventaja por su propia falta de entrenamiento con la espada y habilidades mágicas, los hombres trataron de zanjar el conflicto con lógica en lugar de fuerza bruta.

Esta era la decisión correcta. Aparentemente.

“¿Y?”.

“¿Eh?”.

Los rufianes quedaron sorprendidos por la pregunta de Mile.

“Les pregunto: ¿qué tiene que ver un préstamo con la violenta y criminal acción que están perpetrando, es decir, empujar a esa mujer y torcerle el brazo a esa niña? ¿Quieren decir que está bien lastimar o incluso matar a alguien al que le prestaron dinero? Me pregunto si las autoridades aceptarán esa excusa. ¿Quieren descubrirlo?”.

“Guh… Eso no fue lo que nosotros—”.

“Además, justo ahora confesaron que se iban a llevar a la chica en lugar del dinero que les deben. ¡Eso me suena a que admitieron formar parte de un anillo de tráfico humano! Proteger a la niña y evitar que sea secuestrada por traficantes es una acción que se puede defender, así que, si los matamos, no enfrentaremos cargos— ¡de hecho, quizás hasta nos recompensen! Y si los llevamos vivos, ¡nos quedaremos con la mitad de las ganancias cuando los vendan a las minas como castigo!”.

“¡¿Qué—?!”, los tres hombres se quedaron sin palabras.

No había nadie que pudiera hacerles frente a los argumentos de Mile—o mejor dicho, ataques verbales—cuando estaba enojada. Aunque las relaciones humanas estándar eran prácticamente una debilidad suya, no podía decirse lo mismo de sus habilidades para encontrar sutilezas o tecnicidades. Ella era una maestra de poner las palabras de su oponente en su propia contra.

“Han sido atrapados cometiendo una abducción violenta, confesaron su crimen, y ya tienen un rehén. No nos queda más elección que sacar nuestras armas y rescatar al rehén. ¡Aquí vale todo!”.

“¡Déjenmelo a mí!”.

Mavis sacó su espada hábilmente.

“¡Déjenmelos a mí!”. “¡Vamos!”.

Reina y Pauline blandieron sus báculos. Finalmente, Mile sonrió: “¡Lo lamentarán!”.

Los rufianes soltaron a la niña, gritaron una línea estereotípica de derrota, y escaparon como liebres.

Publicidad M-M2

Pacto Carmesí se topó con estruendosos aplausos, vitoreo y admiración de la multitud de espectadores, que parecían haberse reunido en algún punto de la confrontación. Aunque ahora podrían verse como buenos samaritanos, estas personas se habían mantenido alejados mientras madre e hija estaban en peligro, con miedo de verse involucrados, sólo acercándose cuando las circunstancias cambiaron y ya no había peligro de quedar atrapado en el fuego cruzado.

Una mirada amarga apareció en Reina y Pauline al pensar esto, lo cual no parecía habérsele ocurrido ni a Mile ni a Mavis.

Bueno, los asustamos por ahora, pero eso no significa que esto haya terminado…

A diferencia de Mile y Mavis, quienes sonreían mientras levantaban a la niña y a su madre en brazos, no había alegría en los ojos de Pauline y Reina. Como hijas de comerciantes, ellas comprendían mejor el asunto.

***

 

 

“Y por eso, ese dinero…”. “Ya veo…”.

Obviamente, fue imposible que Mile y Mavis, fuertes en batalla, pero débiles con las niñas, pudieran dejar solas a madre e hija. Tras curar el brazo de la chica, escoltaron al par a casa, preguntándoles más sobre su situación. Y mientras tanto, Pauline y Reina las miraban por el rabillo del ojo.

“Entonces, ¿lo que quisiste decir es que no puedes pagar el dinero que prestaste?”, preguntó Pauline de forma tajante.

Publicidad G-M2



“S-Sí…”, dijo la madre, asintiendo. “Una historia que ya todos se saben”.

Sin duda, era algo común—quizás incluso demasiado común.

“¡Pauline! ¡No seas así!”.

Sin importar lo típico de su historia, no cambiaba el hecho de que era un gran problema para la familia. Aunque Mile fue igual de franca al reprender a Pauline por sus palabras…

“Pero, la tasa de interés es más alta de lo normal… Aun así, aceptaste esos términos cuando prestaron el dinero. No es como si hubieran reescrito el contrato o hubieran cambiado lo que les dieron. No tenían suficiente aval para un préstamo en otro lado, así que le prestaron a alguien con una tasa de interés alta. En el momento, estuvieron encantados y le agradecieron al prestamista por ayudar a alguien en tan malas circunstancias como ustedes. ¿Me equivoco?”, preguntó Pauline.

“S-Sí, bueno…”, respondió la madre, un poco a regañadientes.

Sin embargo, el interrogatorio no acabó ahí.

“Cuando te prestan dinero, tratas a los prestamistas como dioses, pero cuando te lo cobran, los llamas demonios, ¿no? Aunque simplemente estén siguiendo los términos del contrato. En primer lugar, ¿por qué crees que la tasa de interés era tan alta? Porque le prestan a gente con alto riesgo de no pagar. Hay muchísimas personas, igual que tú, que nunca pueden pagar el dinero. Pero si no son contundentes al cobrar, y sólo actúan como buenos samaritanos, la gente creerá que puede quedarse el dinero e ignorarlos”.


“Por eso, están obligados a mantener su tasa de interés alta para no irse a bancarrota. Si bajan sus intereses, no podrán permitirse prestarles dinero a gente riesgosa como ustedes. Simplemente se negarían, justo como todos los demás prestamistas. Entonces, ¿me estás diciendo que querías engañar a estos amables prestamistas, quienes le prestarían dinero incluso a una cliente peligrosa como tú, y escapar?”.

Pauline estaba de malas… No solo de malas, sino de muy malas. Aparentemente, la fea reputación asociada al negocio de los prestamos era algo en lo que pensaba a diario.

Por supuesto, lo que dijo no fue incorrecto.

Si todos los que prestaran dinero les dijeran a sus prestamistas, el día del pago, que no podían pagar porque no tenían dinero, significaría que ellos salían ganando, mientras que los prestamistas caían en bancarrota. Tales cosas no deberían permitirse ocurrir.

Los malos eran aquellos que no podían pagar lo que prestaron.

Era obvio que las autoridades debían ponerse de lado de los prestamistas, quienes se apegaban a la ley—y no con los irresponsables… Aunque por supuesto, esto no era excusa para la violencia o el tráfico de personas.

Publicidad M-M3

“Los prestamistas siempre son tratados como villanos. Lo mismo con los amables comerciantes que les prestan a clientes riesgosos sin casi nada de respaldo. Es obvio que serán severos al recolectar el dinero de aquellos que violan el contrato, ¿no lo crees? ¡De no ser así, no sería un negocio!”, exclamó Pauline.

“Bueno, supongo que es verdad”, agregó Mavis. “Sería raro que nosotras nos quedáramos la deuda solo por ayudar a los prestamistas, y no tiene mucho sentido castigar a los prestamistas tampoco. Si el prestamista se va a bancarrota, no habría nadie que le preste dinero a gente sin aval. Y si además de toda la gente que no puede pagarles, son tratados como monstruos y asesinados o linchados por personas que se creen héroes, entonces…”.

“¿Quééé?!”.

Madre e hija, asumiendo que estaban en presencia de personas que serían solidarias con su causa, estaban sin palabras.

Incluso Mile y Reina asintieron por lo acertadas que fueron las palabras de Pauline.

“Por supuesto, esto solo se aplica a casos donde los prestamistas no han intentado reclamar sus fondos por métodos ilegales”.

El disgusto de Pauline con la situación era aparente, pero no parecía que nada de esto estuviera dirigido a madre e hija.

“Entonces. ¿Por qué prestarías una ridícula cantidad de dinero si no la ibas a poder pagar?”, preguntó, dando la impresión de que la conversación no proseguiría a menos que recibiera una respuesta.

“Bueno”, comenzó la mujer, “mi esposo enfermó en sus viajes y no pudo realizar los negocios que pretendía. Fue obligado a desperdiciar todo su capital de inversión en medicinas y posadas, así que necesitábamos el préstamo como un recurso temporal para cubrir nuestro capital de trabajo y gastos diarios. Aun así, deberíamos haber sido capaces de pagar de inmediato. La tasa de interés era bastante alta, de 20% al mes, pero esperábamos lograr hacer suficientes ventas por adelantado para pagar. Sin embargo…”.

“¿Sin embargo?”.

“Cuando tratamos de llevarles la suma completa de dinero tres días antes del día de pago, la tienda del prestamista estaba cerrada, con un cartel en la puerta que decía que estarían fuera por varios días. El día después de la fecha límite, cuando abrieron de nuevo, nos dijeron: ‘Como no pudieron pagar en la fecha acordada, deberán pagar una cuota por romper el contrato además de la cantidad original’. Esta cuota era el doble de la suma original, significando que nuestra deuda se triplicó…”.

“Ah…”, las miembros de Pacto Carmesí suspiraron con comprensión.

Esta era una de las estafas más básicas. Tan básica que, si existiera un manual para estafadores, esta aparecería entre las primeras tres páginas.

Es ridículo pensar que una estafa tan simple pueda ganar terreno… Supongo que no tienen TV o periódicos, así que es imposible que estas cosas se vuelvan de conocimiento común. Esperen, entonces, si yo tratara de realizar una estafa piramidal o cualquier otro tipo de estafa que sea ilegal sólo por áreas grises en la ley japonesa, ¿podría atrapar un montón de crédulos? ¡¡¡Es como un paraíso para los estafadores!!!

Aunque estos pensamientos atravesaron la mente de Mile, obviamente, no pensaba hacer tal cosa en realidad. Sin embargo, si Pauline supiera sobre tales métodos…

Mile había llegado a una conclusión terrorífica. Cuando se giró a ver a Pauline, sin embargo, vio a su amiga deprimida.

La chica se había emocionado protegiendo a los prestamistas, sólo para escuchar de ese comportamiento tan poco ético. Debía ser deprimente.

“Aplastémoslos”.

Toda la dulzura de Pauline había desaparecido; ahora era pura ferocidad.

Publicidad G-M2



Aunque había defendido a los prestamistas, pensando que eran culpables de un ligero caso de usura, resultó que su ofensa era más atroz, y no fue culpa del prestatario en lo absoluto. Dada su vergüenza por su pérdida de credibilidad, era quizás obvio que Pauline explotaría, ignorando que ella misma se había ganado toda esa vergüenza por mano propia.

“Debiste haber escuchado bien desde un principio”, dijo Reina, con cansancio.

Pauline se veía ahora aún más deprimida.

“Está bien ser un poco estricto al cobrar dinero, incluso está bien amenazar a esa basura que no regresa el dinero que presta o a los herejes que rompen los contratos… ¡No, de hecho, es natural! ¡Pero es igual de natural que un sucio estafador que rompe sus propios contratos sea eliminado de este mundo!”, declaró Pauline.

“Ya veo”, dijo Mile con franqueza, “¿eso también es parte de la ley de los comerciantes? ¿Eliminar a todos los malos comerciantes?”.

Reina le dio un golpe detrás de la cabeza.

“¡No te lo tomes todo literal!”.

“¿No iremos a hacerles un ataque sorpresa?”.

“¡¡¡Por supuesto que no!!!”, gritó Pauline, venas en su frente resaltándose con enojo por esta simple pregunta. Todo este incidente parecía tenerla bastante alterada.

“Si ellos van a usar la fuerza, entonces está bien que nosotras respondamos igual. En nombre de la defensa propia, les responderemos por diez, no, cien veces…”.


“Uh, creo que eso ya no cuenta como defensa propia”. “¡¡Cállate!!”.

“¡S-Sí! ¡¡Disculpa!!”, Mile se disculpó de golpe.

En momentos así, era mejor no discutir con Pauline. Las otras tres miembros de Pacto Carmesí ya tenían esta lección tallada en ellas.

“Si esos sujetos van a estafar a la gente, está bien que también sean estafados. Dicen que ‘si miras al abismo, el abismo te mira de regreso’, ¿no?”.

“Oh, ¿eso es lo que significa esa frase?”, preguntó Mile. “¡No seas tan crédula!”.

Mantente Enterado
Notificarme
guest
This site uses User Verification plugin to reduce spam. See how your comment data is processed.

INSTRUCCIONES PARA LA ZONA DE COMENTARIOS

1- No Puedo Comentar: Toca los botones que estan debajo del recuadro de comentarios, aquellos que le cambian el estilo a Negrita, Cursiva, etc. (B, I, U, S)

2- No Aparece Mi Comentario: Es por nuestro sistema de moderación, luego de revisar y aprobar tu comentario, este aparecera. NOTA: Usa un correo real o no se aprobara tu comentario.

3- ¿Como Escribo un Spoiler?: Toca [ + ] (es el botón spoiler) y aparecera una ventana, ahí debes poner el TITULO de tu spoiler (recomendamos poner simplemente SPOILER), luego en el codigo que aparecera en el recuadro del comentario debes escribir dentro de los simbolos ] [

[spoiler title="Titulo de tu spoiler"]Aqui va tu spoiler[/spoiler]

Nota: Todo el texto que coloques antes o despues del codigo del spoiler sera visible para todos.

0 Comentarios
Respuestas en el Interior del Texto
Ver todos los comentarios