Kenja no Mago (NL)

Volumen 1

Capítulo 3: ¡Ha Ocurrido una Emergencia!

Parte 2

Mientras Shin y compañía estaban en la academia, cierta persona visitó la residencia de los Ritzburg.

“Maestro, Schtrom, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos.”

“Sí, ha pasado mucho  tiempo. No he estado aquí desde que Kurt aprobó su examen de ingreso al Instituto Superior de Magia.”

Este era el hombre del que Shin y compañía estaban hablando. Oliver Schtrom.

Era profesor en una secundaría para nobles y ricos. Kurt le había rogado para que fuera su tutor durante el examen de ingreso a la academia. No era de extrañar que el portero y los otros empleados en la residencia de los Ritzburg lo conocieran.

Sus dos ojos estaban cubiertos por una venda, tal y como lo había descrito Thor. Su rostro era esbelto y su nariz parecía haber sido cincelada con cuidado; se podría considerar como alguien atractivo.

“Así que… ¿A que ha venido, Maestro Schtrom?”

“Verás, escuché que Kurt había sido castigado. Tenía curiosidad por ver qué había pasado.” En otras palabras, le estaba diciendo que había acudido preocupado por su ex alumno. “Teníamos una buena relación, así que pensé que podría hablar con él…”

“Ya veo… El señor de la mansión no está. Espere un momento en lo que voy a preguntarle a nuestra señora si puede pasar.”

“De acuerdo.”

El portero corrió hacia la residencia y después de unos minutos, volvió acompañado de una mujer de mediana edad.

“¡Ah, Maestro Schtrom! ¡Sea bienvenido!”

“Ha pasado un tiempo, Señora Ritzburg. ¿Cómo está Kurt?”

La madre de Kurt empezó a llorar.

“¡No sé… qué le pasa! Aun no puedo creer que se atreviera a ir en contra de alguien de la familia real…”

Schtrom habló con elocuencia.

“Bueno… déjeme hablar con él para ver qué ha pasado.”

“Maestro… es el único en el que puedo confiar. ¡Mi marido está tratando de castigar a mi pequeño! ¡Haga algo, por favor! ¡Hágalo entrar en razón!”

“De acuerdo, haré lo que pueda.”

Schtrom entró en la mansión y se dirigió a la habitación de Kurt.

“Kurt, soy yo, Schtrom. ¿Puedo pasar?”

No hubo respuesta.

“Señora Ritzburg, ¿Puedo?”

“Sí, por favor.”

Schtrom entró en la habitación e inmediatamente la insonorizó.

Kurt estaba atado de manos y pies.

No existían las herramientas mágicas para contener la magia en este mundo.

El poder mágico era vida, por lo que sellarlo equivaldría a la muerte.

Sin embargo, si comenzara a desatar su magia, los guardias afuera de su recamara entrarían y lo detendrían.

Esa era la razón de su aspecto tan lamentable.

“Maestro Schtrom…”

“Te lo dije, ¿No? Eres alguien especial.”

“Sí…”

“Eres especial en todos los sentidos. Estatus y habilidades incluidas. No hay nada que no puedas tener, ¿Verdad?”

“No conseguí a mi mujer… porque… él se interpuso en mi camino… se interpuso en mi camino…”

“Hmmm, ya veo. Te están molestando, ¿No?”

Schtrom usó su magia para liberarlo. Los guardias del exterior no se dieron cuenta debido a que también había usado un hechizo para evitar ser descubierto.

“Sabes que hacer, ¿Verdad? Ve a recordarle a ese tipo quién eres en verdad…”

Un momento después, Schtrom salió de la habitación.

“¡Maestro! ¿¡Cómo le fue!?”

“Su estado no es bueno… se está volviendo loco. La única solución posible sería esperar a que se recupere con el tiempo…”

“¡Oh, no! ¡Si ese es el caso, mi marido lo castigará!”

“No apruebo ese tipo de métodos. Tenga por seguro que aconsejaré al Conde Ritzburg para que no lo haga. Kurt está en un estado de locura, no sería racional castigarlo por ello.”

“¡Oh…! ¡Gracias, maestro!”

“Ahora, si me disculpa, todavía tengo que ir a dar clases.”

Schtrom salió de la residencia de los Ritzburg.

“Fu, fu, fu. Kurt, has un gran alboroto, ¿Quieres?”

Schtrom sonrió, al mirar con malicia el lugar donde estaba la recamara de su ex alumno, antes de seguir caminando.