Dungeon ni Deai wo Motomeru no wa Machigatteiru Darou ka (NL)

Volumen 17

Capítulo 4: Los Olvidados

Parte 2

 

 

–¡¡Anya!!

Más rápido que lo que su amiga salía volando, Ryuu se puso de pie.

La Elfa que había perseguido a Anya y vigilo el desarrollo hasta ahora mientras tragaba saliva, salió de un saltó ante el peligro para su compañera.

–Saliste, ¿Eh?

Y entonces, como si hubiera estado preestablecido, la Diosa que tenía el rostro de la chica, murmuro con la voz de Syr.

Mientras detenía sin dificultad a Ryuu quien ataco con sus Kodachis, Allen le envió una mirada de reojo.

–Fue lo correcto el poner un <Encanto> a gran escala. Así nos encontraste y viniste después de todo.

–¿¡…!?

Con sus Kodachis que cruzo en un instante siendo empujadas por el mango de la Lanza, Ryuu fácilmente cayo en desventaja, mientras sus ojos se llenaron de agitación.

Reconoció que había caído en la trampa. Como era de esperar, la <Familia Freya> se había dado cuenta rápidamente de la inexistencia de Asfi y Ryuu. Y entonces, hoy usaron el “tratamiento” de Anya a quien habían dejado libre, como “cebo” para tentar a Ryuu.

Uso el <Encanto> para alejar a las personas a una gran escala, y lo hizo destacar antinaturalmente, todo para que fuera notado por Ryuu.

Toda la conversación con Anya fue una “trampa” con el fin de atraerla.

–Allen, baja tu Lanza.

–No es necesario. Derribarla así—

–Bájala.

— —Entiendo.

Sin esperar su consentimiento, la voz del Ama le ordenó al Aventurero de Primera Clase. Ryuu fue liberada de la presión de Allen, pero aun así estaba llena de sudor.

Ryuu tampoco podia aceptar la realidad inamovible frente a sus ojos.

–¿¡Realmente eres Syr…!?

— —Viste nuestra charla hasta hace un rato, ¿No es asi, Ryuu? Soy Syr. Hay una chica que puede convertirse en una existencia igual a mí, pero la que siempre estuvo en contacto con ustedes, fui yo.

Ante la voz desafiante de Ryuu, la atmosfera que cubría a la Diosa cambió nuevamente.

Como si su personalidad estuviera dividida, no, como para respetar la relación de las chicas hasta ahora, el tono de la Diosa regreso al de Syr.

Los ojos azules de Ryuu temblaron.

El vendaval de emociones que atacó a Anya corría salvaje incluso dentro de su pecho.

¿Freya era Syr? Qué clase de broma era esa. Quería creer que era alguna clase de ilusión. Sin embargo, sin importar cuánto rogara, la escena delante de sus ojos no se desvanecía.

Mientras sentía que ella misma perdía su tranquilidad, Ryuu abrió sus labios.

–Lo que le dijiste a Anya… ¿Es verdad?

–……

–El salvarme… ¡Tambien los días en el bar! ¿¡Para ti fue un juego!?

Sin ser presionada, la respuesta de Syr quien se enfrentó a las preguntas de una Ryuu furiosa fue—

–…… Haa.

Un “suspiro” que olvido cualquier apariencia.

–¿Y qué con eso, Ryuu?

–¿¡Que…!?

–¿Todo es un juego? Esto es un “juego de rol”. El rol que elegí es “chica de ciudad” y el escenario es un “bar”. Como la Diosa se aburrió, estuvo jugando con todas. ¿Eso no te gusto?

Ante Syr quien le hablo sobre la “verdad” sin una pizca de falsedad, Ryuu recibió un shock como si su cuerpo fuese desgarrado en pedazos.

–Todos dicen “mentiras”, ¿No es así? Mi “mentira” solo fue esa.

Además, siéndole dicha una realidad imparcial, Ryuu perdió cualquier palabra de negación.

–Anya termino así, pero no quiero que nadie salga lastimado. Es verdad. Así que, hey, ¿No me conoces a “mi”? “Yo” ya no diré mentiras después de todo. No contendré nada, puedes ver a mi verdadera “yo” después de todo. Así que, te lo pido, Ryuu—

Extendió su mano.

Hablándole como si fuera una brillante canción, se acercó y extendió su mano.

Al igual que un día del pasado, como aquel día que termino su venganza y cayo sin fuerzas. La mano de Syr intento tomar la mano de Ryuu.

— ——¡¡…!!

Al instante.

La mano de Ryuu rechazo la mano de Syr.

–…¿¡…!?

Inmediatamente todo el cuerpo de Ryuu tembló y miro con duda su propia palma que había sacudido. Hasta ahora los que había tomado su mano solo habían sido 3 personas.

Primero Alice. Tercero Bell. Y, la segunda fue Syr.

La mano de la chica que antes sin duda había agarrado, ahora su cuerpo la rechazo claramente.

Incluso si su apariencia era la misma, su cuerpo parecía detestar la “oscuridad” que pululaba dentro de ella. Esa era la mayor prueba. La mano del Hada que veía a través de lo correcto e incorrecto.

Incluso si eran la misma persona, esta era una existencia distinta de la chica que Ryuu conocía, su cuerpo de Elfo lo juzgo así.

–Tú… no eres Syr.

La conclusión a la que llego, fue la misma que Anya.

Mirando hacia abajo su mano, y dirigiéndose hacia “eso” que ocultaba sus ojos detrás de su flequillo, Ryuu gritó.

–¡¡No aceptare que tú eres Syr!! Justo después—

Cállate.

Al levantar su rostro, sus ojos color gris brillaron con una “luz plateada”.

Póstrate.

Después de mirar eso directamente, Ryuu siguió sus órdenes.

–¿¡Uhhh!?

Sus rodillas cayeron al suelo.

Contrario a sus intenciones, Ryuu se arrodillo ante ella sin poder hacer nada.

Su cabeza estaba revuelta. Su conciencia se derretía como un caramelo y tanto su cuerpo como su mente deseaban estar al servicio de la Diosa.

Mientras que la mente y el cuerpo de Ryuu eran violados por el Poder Mágico difícil de resistir, Allen quien vigilaba desde un lado abrió ligeramente sus ojos.

Syr estaba irritada. Claramente.

Cuando pensó eso, intercalado con un suspiro, se dirigió hacia la Elfa postrada frente a sus ojos y comenzó a disculparse.

–Lo siento, se está volviendo un mal hábito. Ya se está convirtiéndose en algo muy problemático. La actual yo, cuando algo no va como quiero, de inmediato uso el <Encanto>. Lo odias, ¿No? Fue desagradable, ¿Cierto? Lo siento Ryuu, lo desharé de inmediato.

La “luz plateada” desapareció de sus ojos grises. Al mismo tiempo—

— —¿¡Kuhahh!? Ryuu soltó su aliento.

El torrente ardiente que se revolvía dentro de su pecho se adelgazaba como como una ola en retirada. Syr doblo su cintura y amablemente coloco su mano sobre su hombro.

En ese instante—un escalofrió la recorrio.

–Dime, Ryuu. Antes también lo dije, ¿No es asi? A mí me gustan las personas que pueden vivir hermosamente por el bien de alguien. A mí me gusta Bell, pero también me gustas mucho, ¿Sabes?

Su naturaleza Elfica que estaba enraizada en su cuerpo estaba soltando un grito.

La mano que estaba en su hombro, y su voz que desbordaba afecto hacían que una sensación incomoda se arrastrara debajo de su piel.

A pesar de que quería alejar su mano, con el poder del <Eencanto> aun presente, su cuerpo no escuchaba lo que le decía.

–Eso es—¿Monopolizarías a Bell junto conmigo?

–…… ¿Ha?

Lo que se reflejó en los ojos de Ryuu quien, dudando de sus oídos levantó apenas su rostro, fue la sonrisa plena de Syr.

–Ah, es así, ¿No? No sería monopolizarlo, sino mantenerlo entre las dos, ¿Cierto?

–…… ¿Que, estás diciendo…?

–Un poco más creo que puedo hacerlo caer10. Me desharé de la maldición del anhelo de Bell. Y cuando lo haga, podre hacerlo mío.

Como un niño inocente que hablaba de un tesoro, Syr sonrió.

–No me gusta que otras toquen a Bell, pero estoy bien si eres solo tú, ¿Sabes? Ya que eres tú, lo permitiré. No podía comprender lo que estaba diciendo.

Repulsivo.

Ella misma lo sabía, la chica de cabello gris ya no está, una parte de su corazón le susurro.

–Amemos juntas a Bell. Solo los tres, tocándonos, besándonos, disfrutando de nuestro aroma, y abrazándonos un montón.

Asqueroso.

–Encerrándonos en la habitación, sobre la cama, amándonos entre nosotros hasta que el límite entre nuestros cuerpos desaparezca, volviéndonos uno.

¡Asqueroso!

–Nuestras almas entrelazadas, tallando nuestro amor mutuamente. Si hacemos eso, aunque yo no pueda hacerlo, probablemente tu puedas hacer un niño con Bell.

¡¡Asqueroso!! ¡¡Asqueroso! ¡¡Asqueroso!!

La propuesta de la bruja. La droga de quien conocía el “amor”. O posiblemente, un deseo destructivo. Lo que sentía frente a la chica que le ofreció el licor del “amor”, era un asco y aversión extraordinario. La existencia que estaba entre sus ojos era un algo vistiendo la piel de “Syr”.

–…… ¡Me niego…!

10 O corromperlo.

Ryuu le arrojo su propia respuesta.

Levantando las esquinas de sus ojos mientras su voz y respiración temblaban junto con su cuerpo, le regreso la mirada con toda su fuerza.

–No juntare mis manos contigo que no eres “Syr”.

En remplazo de su lengua que no funcionaba bien, puso su furia en su mirada y se la transmitió de esa manera.

–… Lo sabía, termino así. En ese momento—

Syr bajo sus cejas, mostrando una sonrisa un poco—realmente solo un poco, solitaria.

¿Eh…?

Solo por ese instante.

Ryuu imagino a la chica de cabello gris igual a la que existía dentro de sus recuerdos.

–Aunque fuera bien o fallara, se rompería la ilusión. No podríamos reconciliarnos. … y fue justo como eso,

¿Eh?

Su campo de visión tembló. Su conciencia comenzó a desvanecerse rápidamente.

Incluso si lo deshizo, el rebote del <Encanto> sacudió su mundo. Mientras respiraba pesadamente, Ryuu se fue volviendo incapaz concentrarse y ya no podía escuchar bien las palabras de Syr.

Pero, por alguna razon.

Sintió como si esas palabras que llegaron hasta su oído, desde muy cerca, las escucho desde la chica. Esa figura que bajaba sus cejas agotando sus palabras, sintió haberla visto en algún lugar.

Eso no era nada, entre la amistad y el anhelo—

–Pero, ya no puedo regresar después de todo.

Con esas palabras finales, la conciencia de Ryuu cayó en la oscuridad.

–Allen.

Tranquilamente volvió a colocarse la capucha.

La chica, no, la Diosa, le dio la espalda a la Elfa tirada en el suelo.

–Llévate a esa chica, para que no entre en contacto con Bell, enciérrala en la habitación subterránea de la sede.

–…… ¿No usaras el <Encanto>?

Es sentimentalismo. No quiero manchar el alma de esta chica. ¿Te desilusione?

–…… No.

Ante la diosa que lo confeso sin ocultar nada, Allen sacudió su cabeza un poco.

–Justo como prometí, te dejo a Anya a ti.

Diciendo eso, la Diosa de pocas palabras se marchó desde el lugar.

*Patsu, patsu*

Las gotas comenzaron a golpear su hombro.

Allen quien estuvo en silencio por un tiempo se dio la vuelta, y miro a su hermana menor que ya no podía ponerse de pie.

–Si haces algo excesivo, a continuación, aplastare el bar. Si no quieres eso, no le estorbes a la diosa. Guarda silencio y cierra la boca.

Escupio eso y eso fue el final.

Cargando a Ryuu en su hombro, persiguió a la Diosa como su guardaespaldas. En el amplio terreno, solo un Catman quedo.

—               Aah.

Finalmente, la lluvia comenzó a caer.

Su campo visual se humedeció por el agua y su sentido del oído fue cubierto por el sonido de la lluvia.

En la mejilla del pequeña gata que yacía de espaldas sobre las cajas de madera destruidas y esparcidas por doquier, las gotas corrían, ya sea si era la lluvia o sus lágrimas era difícil de juzgar.

–¡¡Uaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa          !!

Su lamento que no llegó a nadie, desapareció dentro del sonido del agua.

La misma lluvia que el día en que ella y su hermano fueron recogidos por la Diosa caía sobre el cuerpo de Anya.

***

 

 

Las gruesas nubes y la lluvia torrencial que difuminaba incluso a la ciudad interrumpieron la luz del atardecer.

Mientras escuchaba el sonido del segundero del reloj de bolsillo en su mano sentada sobre la cama de un cierto escondite, Asfi cerro sus parpados en silencio.

–Lyon… incluso tú…

Su murmullo no muy diferente a la desesperanza, fue recibido por el dial de su reloj de bolsillo que informaba de la hora de la puesta de sol.

Ante su amiga Elfa que no apareció en el lugar de reunión aunque la hora llego, no podía ser optimista ni hacerse ilusiones. Sin importar cuán solitario fuera, no podía permitírselo.

–¿Ya… no tengo, ningún aliado…?

Su débil voz parecía desaparecer incluso ahora. Pero Asfi se levanto tranquilamente.

Suprimiendo sus quejas y resignación, se puso el casco negro.

Volviéndose invisible, sin que nadie lo supiera, desapareció entre las calles lluviosas que temblaban por el frio completamente sola.

***

 

 

La lluvia no se detenía.

La cortina de la noche bajo y el sonido de la lluvia resonaba, justo como si el cielo estuviera llorando. Casi igual que el día en que negué los sentimientos de esa persona.

… Syr-san, ¿Dónde estas…?

Cuando me detuve en medio del largo pasillo y mire por la ventana, el Maestro me miro y dijo “¿Qué estás haciendo?”. Continúe detrás de él y como siempre seguimos la misma ruta de la mansión.

Ya que el “bautizo” continuaba incluso cuando llovía, hoy estaba más agotado que de costumbre. Incluso mientras nos dirigíamos a la habitación de Freya-sama, no podía ocultar mi cansancio.

Y entonces pensé en eso despreocupadamente. En la chica de cabello gris a quien había continuado buscando hasta hoy usando mi valioso tiempo de salida.

Ella no estaba en ninguna parte. No había nadie que la conociera.

¿Su existencia fue un producto de mi imaginación?

Mi cuerpo y mente que habían sido acorralados gradualmente ya no podían negar ese pensamiento del que me habría reído un poco antes. Cuando estaba siendo atado por esos sentimientos oscuros y melancólicos, llegamos hasta la habitación de Freya-sama.

–Bienvenido, Bell.

Dejando al Maestro que me dio el permiso para entrar, ingrese a la habitación, y allí me estaba esperando Freya- sama vistiendo un traje de noche blanco puro. Mis pies fueron atraídos arbitrariamente hacia la Diosa que le añadía paz a mi noche.

Mientras sentía su amable calidez, como si fuera la continuación de las mil y una noche, hoy también estaba escuchando mi historia—

–… ¿…?

Hoy había algo un poco diferente.

–¿Qué ocurre, Bell?

Freya-sama inclino su cabeza pareciendo confundida. Su largo cabello que parecía una clara corriente teñida por la luz plateada se derramo desde su hombro mientras brillaba.

No era que su estado fuera particularmente extraño. Seguramente fue mi malentendido. Pero… una parte de Freya-sama parecía estar en algún otro lugar y no aquí.

Sentia que sus hermosos ojos plateados reflejaban un “color diferente”.

–… ¿Te ocurre, algo?

Al darme cuenta, le pregunte sin querer. Sorprendida, Freya-sama dejo de moverse.

–… ¿Qué te hace pensar eso?

–Err… de alguna manera, parece que no estás animada…

Cuando solte eso vagamente sin poder decirlo bien—Freya-sama que estaba mirando hacia aquí, dejo caer sus hombros sin fuerza y bajando sus cejas, sonrió.

–A pesar de que normalmente no entiendes sobre las sutilezas de una mujer, en momento como estés eres muy agudo, ¿Eh?

–¡Uh…!

Me quede completamente pasmado y junto con la vergüenza mi voz se atoró.

Freya-sama quien sonreía mientras estrechaba sus ojos como un gato justo como siempre, soltó una risa disimulada.

Ante eso me di cuenta que yo mismo me había tranquilizado.

–… Si está bien contigo, podría escucharte.

–Vaya, ¿Tú?

–Si… ya que siempre, estás escuchando mis historias. Ante mi petición, Freya-sama no negó ni asintió.

Pero, con sus ojos como el cielo estrellado que brillaba en un lugar que nadie conocía, vio a través de mí.

Por eso, abrí mi boca.

–¿Te, ocurrió algo?

–… Es un poco de sentimentalismo. Alguien a quien consideraba un amigo, salió lastimado.

–¿Un, Dios?

Algo así, dijo Freya-sama.

–Err, ¿Que hay de reconciliarse…?

–Imposible. Le hice algo malo.

No estaba dejando que escuchara mi historia, en su lugar yo escuche la historia de Freya-sama. Mientras era atacado por un sentimiento extraño, elegí mis palabras mientras vacilaba.

–Si sabes que hiciste algo malo… err, ¿Que hay de disculparte…?

–Es justo como dices, pero, no puedo hacerlo.

–…… ¿Por qué?

–Porque decidí, que hay algo que quiero más.

Sin mirar hacia mí, el perfil de Freya-sama que dirigía su mirada hacia el frente estaba decidido hasta el punto de ser insensible.

–Con ese fin, decidí que descartaría todo.

No parecía la misma Diosa que me daba calidez, ante su voz del cero absoluto, me estremecí. Pero, el yo actual sin duda—pensó cruel y seriamente en esa decisión.

–Aunque tiraras algo importante… ¿No puedes volver a recogerlo?

–¿Eh?

–Si estas a tiempo, mira hacia atras… e incluso si ya ha paso el tiempo, ¿No podrías recogerlo? Por eso, dije algo como eso.

Yo también hasta hoy termine por tirar un montón de cosas.

Quise guardarlas dentro de mi pecho por siempre, pero muchas se fueron desbordando.

Pero, sin importar cuán agónico, doloroso, e incluso cuando parecía que perdería, ahora pienso que lo mejor fue no rendirme y desecharlos.

Y entonces, incluso si se caen una vez… sin duda lo alcanzaré, es lo que pienso.

–Despues de todo, si recoges algo que una vez tiraste … sin duda, eso se volverá algo más valioso de lo que era antes.

Cuando le sonreí así, Freya-sama abrió ampliamente sus ojos. Sus labios que estaban ligeramente abiertos temblaron un poco.

Sabía poco. Pero, una persona o incluso un Dios, siempre continuara lamentándose sobre lo que tiro en algún lugar de su corazón, solo eso lo sé bien.

Freya-sama no respondió nada.

Pero sus mejillas se tiñeron ligeramente y me dirigió una sonrisa.

–Bell, me gustas.

–¿Eh?

–Me gustas. Un instante.

El tiempo se volvió transparente.

–… ¿¡Heah!?

Y entonces, cuando repentinamente se me dijo eso, deje escapar una voz histérica.

¡Mientras me inclinaba hacia atrás intente retroceder, pero al ser obstruido por el apoyabrazos del sofá, no puede retroceder más!

Freya-sama por su parte, mostro una sonrisa maliciosa.

–Dime, Bell. ¿Conoces la manera de consolar a una mujer?

–¿E-Eh…?

–Si la conoces te volverás popular, ¿Sabes? A las mujeres les gustan los hombres que les dan una sensación de tranquilidad.

–¡N-N-N-No es que quisiera ser popular ni nada como eso…!

–Pero querías un encuentro predestinado, ¿No es así?

–¿¡Gyaoo!?

¿¡Incluso sabe sobre eso!?

¡Según mis recuerdos, lo de tener encuentros y todo eso solo deberían saberlo Kami-sama y las personas que estaban en la “puerta” el día que llegue por primera vez a la ciudad!

–Muy bien, te enseñare. Escucha lo que digo.

Sus órdenes como las de un diablillo no se detuvieron y termine siguiendo las palabras de la Diosa poco a poco.

–Primero, rodea tu brazo por mi hombro.

–E-Err…

–Rápido.

Como se me dijo, nerviosamente rodé mi brazo derecho por el hombro de Freya-sama que estaba sentada a mi lado.

Nuestros hombros se pegaron. Y su esencia hacia cosquillas en mi nariz.

Y entonces me di cuenta. Incluso un vestido de noche sin ningún adorno, si lo llevaba esta persona, se transformaba en un vestido que haría preocupar al sexo opuesto.

–Si la mujer se acerca a tu hombro, tú también te acercas.

–……

–Si hay señales de que levantará su rostro, la miras a los ojos.

–………

–Después de mirar sus ojos fijamente, colocas tu mano en su barbilla.

–………………

–Y entonces, juntan sus labios—

–¡¡No, no, no, no!! ¡¡Eso es imposible!! Superando mi limite, me eche hacia atrás.

Cayéndome desde el sofá, mi espalda golpeo contra el piso.

–¡Ufufu, ahahahahaha! Bell, ¿¡Que estás haciendo!?

Hacia mi quien estaba completamente rojo y exponiendo una figura indigna, Freya-sama se rio mientras abrazaba su estómago.

–En serio, realmente eres inocente y sin agallas, ¿No es asi?

–L-Lo siento… ¡Pero, lo de ahora es diferente quiero decir…!

–A pesar de que yo te amo tanto, ¿No lo aceptaras?

–¡Eeh, no, no es eso…! ¡No podría tratar tan descuidadamente a una Diosa…!

–A pesar de que una Diosa del Amor está susurrándote su amor, el huir después de eso es lo más descortés.

Mientras extendía la mano y me levantaba desde esta posición vergonzosa estando nervioso y actuando de manera sospechosa, Freya-sama me miraba pareciendo divertirse. En su figura limpiando las lágrimas desde las esquinas de sus ojos ya no estaba la sensación de tristeza.

Era una apariencia que veía por primera vez, pero… está más animada, sí, eso es bueno. Mientras mostraba una sonrisa irónica, pensé sobre eso.

— —Si, como esperaba, me gustas. En ese momento—

La voz que dejo escapar y su expresión, se superpusieron con uno de mis recuerdos.

–¿Syr-san—?

No sabía por qué dije eso.

Pero ese murmullo se escapó de mis labios.

“Si, me gustas, ¿Sabes?”

¿Esas palabras, ese momento, ella, no fue algo que dijo en la gran catedral?

¿Esa sonrisa que estaba frente a mis ojos no se parecía a la que ella tenía—? Estaba atónito, y Freya-sama también estaba estupefacta.

Los alrededores se volvieron tranquilos hasta el punto de que el sonido de la lluvia se volvió inaudible, nuestras miradas se enredaron.

¿Cuántos minutos pasaron? ¿O fueron segundos? Dentro de este tiempo que no sabía si fue largo o corto nos miramos el uno al otro y entonces ella extendió su mano suavemente.

Colocando su mano en mi mejilla cuando era incapaz de moverme—

— —A pesar de estar frente a la Diosa del Amor, dices el nombre de otra mujer, ¿En qué diablos estás pensando?

–¡¡Duele, duele, duele!!

¡Tiro de mi mejilla con todas sus fuerzas!

Desde Freya-sama quien estrecho sus ojos, la “sombra” que sentí ya había desaparecido completamente. Por el contrario, me miraba con un aspecto extremadamente irritado.

–Es la primera vez que recibo una humillación como esta.

–¡¡L-Lo siento!!

Me disculpe desesperadamente con lágrimas en mis ojos y Freya-sama giro su rostro hacia un lado.

–Estoy de mal humor, Bell. Vete. La hice enojar sin querer…

No tenia excusas. Ordenándoseme retirarme imperiosamente, bajé mi cabeza y mientras reflexionaba realmente, me dirigí hacia la puerta. Cuando me di la vuelta justo antes de salir, Freya-sama aun me estaba dando la espalda. Probablemente no me perdone por un tiempo.

Pero… ¿Qué fue todo eso?

¿Fue mi imaginación…?

Mientras me obsesionaba con ese misterioso pensamiento, mientras era echado por su espalda silenciosa, salí de la habitación de la Diosa.

***

 

 

–……

Freya empujo su pecho.

Ese gesto que no era acorde con una reina orgullosa claramente se parecía al de una chica que no sabía nada.

Después de que paso un largo tiempo, comenzó a caminar casi inconscientemente, llegando hasta la esquina de la habitación, abrió la gaveta de su vestidor.

Lo que sus delicados dedos tomaron fue un broche azul. Era un accesorio de un par que un chico le regalo a alguien.

La Diosa sin decir nada, abrazo ese broche y se quedó de pie sin moverse.

–……

Y entonces—

Como si fuera el espejo de esa Diosa, una sola persona estaba de pie.

En la puerta ubicada en el lado contrario con las grandes puertas de roble por donde el chico salió.

Mientras que nadie podía entrar a la habitación sin el permiso de la Diosa, ella, quien llevaba una débil luz de Poder Mágico, estaba mirando hacia abajo de espaldas a la puerta.

Estaba torciendo su rostro más que nadie.

–¿Qué estás haciendo?

En el instante en que esa voz la llamo, la luz de Poder Mágico se desvaneció.

Cuando la luz que estaba volviéndose borrosa se extinguió, la silueta de la chica se tornó clara y Hörn, quien estaba mirando el piso, levanto su rostro.

–… Hedin-sama.

El Elfo blanco no cambio su expresión. Hörn sin decir nada, paso por un lado.

El Elfo miro en silencio a la chica que se marchaba con un rostro pálido. Sin retraso cambió su mirada hacia la puerta.

Y casi como si dejara correr sus sentimientos hacia la Diosa a través de la puerta, cerró sus ojos una vez y a continuación los abrió ampliamente.

–Yo mismo, lo convertiré en un ciervo leal. Murmuro eso, como el juramento de un caballero.

Danmachi Volumen 17 Capitulo 4 Parte 2 Novela Ligera

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