Last Round Arthurs (NL)

Volumen 4

Capítulo 6: Una Promesa Entre Los Dos

Parte 2

—

Un dolor agudo.

Se disparó hacia su palma derecha. Sintió la sangre tibia goteando de su mano. Solo eso mantuvo la conciencia de Sir Kay en tierra mientras se derretía en la penumbra.

Ella estaba en la oscuridad, profunda y densa.

No tenía nada en qué confiar. Incluso sus cinco sentidos no sirvieron de nada. Ella estaba en un espacio de nada. Sintiendo que su propio cuerpo se volvía constantemente uno con el vacío, Sir Kay solo pudo llorar por sus arrepentimientos.

“… lo siento… lo siento, Luna… yo… no pude protegerte…” Su cuerpo ya se había ido a medias.

El dolor de su herida apenas la mantenía atada a su sentido de sí misma… y estaba cerca de su límite.

Sir Kay ya no pudo hacer nada.

“… ¿Es inútil? No tengo nada… no puedo hacer nada… quiero proteger a las personas que son importantes para mí… quiero ver dónde terminan… pero ¿estaba más allá de mí siquiera desear eso?”

Sus lamentos se desvanecieron en la abrumadora oscuridad.

“No busco nada, así que no pude obtener poder… ¿No es de extrañar que no pueda hacer nada… así que realmente soy un fracaso como caballero…? ¿Para qué demonios… estoy aquí…?”

La existencia de Sir Kay estaba siendo aplastada lentamente.

“¿Es eso cierto? Creo que está bien tener un caballero como tú cerca”.

Una voz había llegado a los oídos de Sir Kay mientras se derretía en la oscuridad.

Era la voz de una chica. Era una voz que recordaba haber escuchado recientemente.

Bueno… también era una voz que había escuchado en el pasado.

Sir Kay miró a su alrededor. Por supuesto, todo era solo el abismo, y no había nadie alrededor.

“Es cierto que los caballeros valoran el prestigio y buscan la gloria. Realizan hazañas por el bien de sus reyes, recompensadas con el amor de las damas. Para esos propósitos, pulen sus habilidades de lucha y arriesgan sus vidas yendo de caza… Nada podría hacer que un caballero se sintiera más orgulloso. Esa era la forma en que todos los caballeros deberían haber sido en la era legendaria”.

Ella solo podía escuchar esa voz. Pareció inundar directamente su mente.

“¿Es esa la única forma en que un caballero puede ser? ¿No puede un caballero proteger a sus seres queridos sin buscar nada…? ¿No es ese otro papel que pueden desempeñar? …Creo que sí.”

Esa  voz…  era  una  con  la  que  se  había  encontrado  muchas  veces.

Pertenecía a la misteriosa chica con capa.

“… ¿Por qué estás aquí ahora…? ¿Quién eres tú…?” Preguntó Sir Kay.

“… Es un placer volver a verla, Sir Kay”, le dijo una voz un poco traviesa. “¿No te acuerdas de mí? … Cuando me uní a la Mesa Redonda, me diste un trato especial”.

“… ¿Eh?”

“Cuando traté de unirme a la Mesa Redonda, viniste directamente a mí, ¿verdad? Dijiste: ‘Probaré si este extraño es apto para la Mesa Redonda…’ Al final, te hice papilla justo en frente de todos… Buenos tiempos…”

“¡¿Qué?!”

“Sabes, te admiro. Cuando todos los demás caballeros no hicieron un movimiento porque tenían demasiado miedo del poder de un recién llegado como yo y de perder su prestigio… tú eras la única que pensaba en proteger al Rey Arturo. Es por eso que ni siquiera temiste hacer el ridículo frente a todos y me desafiaste… ¿verdad?”

“E-Eso fue…”

“Por la forma en que eres… creo que ciertamente es por eso que pude contactar contigo de esta manera en la undécima hora… quiero decir, tú y yo somos pájaros del mismo plumaje”.

“…… ¿No podrías ser…?”

Había una persona que podía pensar que podría ser el dueño de la voz.

Alguien que había estado tan silencioso durante ese tiempo que Sir Kay podía contar el número de veces que había escuchado esta voz. Por eso, ella no había hecho la conexión… pero ahora finalmente lo reconstruyó.

“… Estoy muy feliz de que un caballero como tú haya reconocido mi forma de ser. Pero no es bueno… No tenía el poder para proteger a nadie como tú”.

“… Eso puede ser cierto. Las personas en este mundo nacen con sus propios roles. Estoy seguro de que no naciste para pelear”.

“Lo sabía. Pero yo…” murmuró Sir Kay como si se estuviera lamentando.

“‘Pide y recibirás'”, dijo la voz.

“… ¿Eh?”

“Con eso, no quiero decir que debas ser honesto acerca de tus deseos mundanos. El más noble de los corazones es el que no sucumbe al miedo, el que ignora el destino y el poder innato, todo para llevar a cabo lo que se debe hacer. Dios echa una mano a los que tienen esa fuerza. En ese sentido, eres así de fuerte. No se sintió desanimado por su propia debilidad y siguió caminando por el camino que decidió que debía… Te has ganado ese derecho”.

De repente, algo brilló frente a los ojos de Sir Kay. Era una espada grosera y completamente ordinaria completa con una vaina. La hoja era sorprendentemente normal.

• Pero ella lo había visto en alguna parte antes.

“Esta es la espada que utilicé”.

“No podría ser…”

“La ‘espada del caballero más virtuoso’. Así se llamaba”.

“¡¿Gh?!”

“Génesis 3:24. ‘Así que Dios expulsó al hombre y dejó un querubín y una espada de fuego que trazaban un anillo en el lado este del Jardín del Edén para guardar el camino al árbol de la vida…’ Esta hoja, en última instancia, no es una espada. Es una ‘espada impropia de serlo’ que se hizo para proteger algo. Te doy esto”.

“… ¿Esta es la ‘espada del caballero más virtuoso’…? ¿Esa espada que solo se puede sacar de la vaina y usarla el elegido…?”

En el pasado, Sir Balin se las había arreglado para hacerlo. Debido a que había usado la espada para sus propios fines, había sido maldecido, cayó en la ruina y tuvo un final miserable. Después de eso, nadie en la Mesa Redonda había podido recrear sus acciones. Con la excepción del decimotercer asiento de la Mesa Redonda: la mujer caballero en el peligroso asiento.

“Pero… no puedo usar algo así. Está más allá de mi…”

“No, creo que deberías poder usarlo”. La voz parecía segura. “Sir Kay… por favor proteja al rey… el verdadero rey al que sirves… En este momento, están tratando de encerrar al mundo en la oscuridad. Desde el pasado lejano, han puesto su mirada fija en el mundo humano. Una línea de antiguos dioses malvados creó un destino donde el planeta será destruido… En la actualidad, buscan cumplir sus ambiciones, tratando de absorber este mundo”.

“Pero… ¡¿Qué quiere decir con eso, Sir Galahad?!” Pero la voz no le respondió y se alejó cada vez más.

“Para derrotarlos, necesitas al verdadero rey… y al hijo bastardo del diablo, el hechicero… Aunque es un buen camino, fino como la seda… Nuestra esperanza de salvación no se ha desvanecido. Así que… por favor, Sir Kay… cuide su futuro… y por favor… protéjalos…”

Antes de que pudiera responder, la voz desapareció por completo.

Para ser honesto, Sir Kay no tenía ni idea de lo que decía el dueño de la voz, Sir Galahad. No era posible que pudiera descifrar lo que el caballero le había estado pidiendo.

¡Al menos sé lo que tengo que hacer!

Sir Kay no vaciló cuando extendió la mano hacia la espada envainada que flotaba frente a sus ojos. Si uno usara esta espada sin calificación, la hoja llevaría al portador a una trágica ruina. Eso le había sucedido a sir Balin.

Incluso un héroe no había podido evitar la maldición.

No puedo imaginar que estaría calificado… ¡pero de todos modos! Agarró la empuñadura de la espada.

“¡No tengo miedo! Si es por Luna… ¡y por el bien de Rintarou! ¡No tengo miedo de la destrucción que eventualmente vendrá sobre mí!”

Sacó esa espada de su vaina con un movimiento limpio.

Realmente era una espada normal, sin refinar, sin nada fuera de lo común. Por supuesto sería. No era adecuado para ser una espada. Obviamente, no habría nada fuera de lo común como arma.

Tan pronto como lo desenvainó, un cierto nombre burbujeó en su mente. Sir Kay se rio inconscientemente. Se había estado preguntando qué tipo de buen nombre podría tener la espada… Se dio cuenta de que el nombre en sí no tenía ingenio detrás.

En la oscuridad que casi podría borrar su existencia, Sir Kay sostuvo la espada con ambas manos y gritó su nombre mientras la balanceaba hacia abajo.

“¡Lahat Chereb, la Espada Llameante!”

—

De repente, la oscuridad concentrada que se había tragado y caído sobre Luna y Rintarou… se abrió, acompañada por un brillo carmesí y un torbellino de llamas.

“¡Gaaaaah!” Dark Nayuki dejó escapar un grito espeluznante.

“¡Luuuuuna!” Un caballero empuñando una espada llameante saltó de la oscuridad carbonizada.

“¡¿Sir Kay?!”

“¡Hyaaaaaah!” Descendiendo en picado desde el cielo, balanceó a Lahat Chereb. La llama carmesí que se arremolinaba desde la espada quemó la oscuridad que ataba a Luna.

“¡¿Gaaaah?! ¡¿E-Esa espada…?! ¡¿Cómo?! ¡¿Cómo podría el caballero más débil de la Mesa Redonda tener la espada del caballero más virtuoso?! ¡Imposible…! ¡Aaaah!”

La llama sagrada que surgió de Lahat Chereb limpió al mundo de la oscuridad.

“¡Luna! ¡Hazlo ahora!” Cuando aterrizó, Sir Kay atravesó a Lahat Chereb en el suelo.

La llama que se arremolinaba irradiaba a lo largo del suelo, rodeando a Luna y Rintarou. La oscuridad que intentó invadirlos fue cortada por las brillantes líneas de fuego.

“¡¿Q-Qué te pasó, Sir Kay?! ¡¿De dónde sacaste esa habilidad…?!”

“¡Luna! Desafortunadamente, ¡Lahat Chereb no tiene la capacidad de atacar! ¡Solo puede mostrar su poder cuando está protegiendo algo! ¡Por eso, esto es todo lo que puedo hacer!”

“¡¿Gh?!” Luna se dio la vuelta.

Rintarou estaba ahí.

“¡¿Guh?!”

Pudo haber sido porque el poder de la oscuridad que había estado desviando a Rintarou se había debilitado temporalmente, pero… él estaba sosteniendo su cabeza y retrocediendo.

Si ella iba a sacarlo del Santo Grial, ahora era el momento.

“¡Rintaroooooooou!”

Desde el interior de la llama sagrada, Luna exprimió su última fuerza y cargó contra él.

En ese momento, una voz se escuchó entre ellos.

—Es inútil… Ahora es el momento de que se cumpla el destino del asesino del Rey Arturo.

—Ha llegado el momento. Mátala.

— ¡Ve por ella! ¡Mátala! ¡Mátala!

— ¡Matalaaaaaaaaaa!

“¡Te matareeeeee!” Aguijoneado por la voluntad de algo, Rintarou corrió hacia ella. “¡Hyaaaaaaaah!”

“¡Gaaaack!”

No había mucha diferencia entre ellos ahora.

“¡Aaaaaaaaah!”

Pero Rintarou fue más rápido. Luna fue un latido demasiado lento.

A este ritmo, su ataque aterrizaría un segundo antes que el de ella.

“¡Aaaaaaaah!” Rintarou desenvainó sus dos espadas detrás de él.

Fue casi como si un destello de luz surgiera cuando empujó ambas espadas. Las puntas de las espadas apuntaban hacia Luna, volando directo a su corazón desde ambos lados.

Se acabaría.

Las espadas de Rintarou harían pedazos el corazón de Luna y todo terminaría.

“¡Luuuunaaaa!”

Parecía así.

Las espadas de Rintarou, que fueron impulsadas hacia adelante por su deseo de matar, se detuvieron justo antes de atravesar el pecho de Luna.

“… ¿Eso es…?”

Las puntas de las espadas apuntaban a la gastada cruz de espino que colgaba del cuello de Luna. El hechizo brillaba. Esa luz pinchó algo dentro de Rintarou. Como si hubiera recobrado el sentido después de ver el fuego, una luz volvió débilmente a sus ojos.

“He… visto eso… ¿en algún lugar antes…?”

En ese momento, sus recuerdos regresaron.

Sí es cierto. Sucedió cuando era niño.

Finalmente había llegado el día en que me separaría de .

“Oye,  … Toma. Para ti.”

“Sniffle… hic… ¿Qué es eso…?”

“Esta es una cruz celta de espino. Lo hice a mano. Es un amuleto de la buena suerte”.

“¿Un amuleto… hecho a mano…?”

“El espino japonés tiene el poder de conectar a las personas, y una cruz celta representa un poder que nunca se desvanecerá… ¿Qué? ¿No lo sabías?”

“Hiccup… ¿Cómo se supone que voy a saber eso…? ¿Así qué? ¿Qué hay de eso…?”

“B-Bueno… uh, ¡básicamente, es como un amuleto de amistad o algo…! ¡Significa que nos volvamos a encontrar algún día! ¡No puedo creer que me hayas hecho decirlo en voz alta, tonto!”

“…”

Bruscamente empujé ese encantamiento sobre ella.

la tomó y se quedó mirándola tontamente por un rato. Finalmente, a pesar de que su rostro todavía estaba mojado por las lágrimas, puso la sonrisa más linda que había visto. “Está bien, gracias, Rintarou, ¡te veré de nuevo algún día!”

“Nos vemos… Luna.”

—

En ese momento… cierta bruja oscura estaba murmurando maravillada. “… ¿De ninguna manera…? ¿El curso del destino… ha cambiado…?”

En otro lugar…

En sombras oscuras como el fondo del mar, cierto chico murmuró encantado. “Bueno, buen espectáculo, socio… Aunque diré que fue impresionante, fingiré que no vi todas esas partes aburridas… Realmente tengo que dárselo a tu rey a partir de este momento”.

¡MATAAAAAAAAAAAAAAAAA!

“¡¿Eh?!”

Rintarou de repente volvió a sus sentidos.

Luna blandió su espada y levantó las espadas con fuerza sobre su cabeza. El impacto a gran escala hizo que las dos espadas abandonaran las manos de Rintarou y las azotaran por el aire.

Luego, en el siguiente momento… algo golpeó su cuerpo. Luna se había arrojado sobre Rintarou para abrazarlo. “Yo gano, Rintarou… Mi primera victoria”. “Luna…”

Por un momento, Rintarou la miró mientras ella lo apretó firmemente. No había locura en esos ojos. Volvieron a la normalidad, como si se hubiera levantado un peso.

“… Bien, Luna… Eras la chica de entonces… así que así fue…” “… Alguien es lento”.

Las lágrimas calientes comenzaron a brotar de las esquinas de los ojos de Luna cuando lo abrazó.

“… ¡Finalmente lo recuerdas…! ¡Te tomo bastante tiempo…! Tienes la cabeza tan tonta… ¡Idiota…! ¡Gran tonto…!”

El mundo se inundó de luz. El mundo real que se había construido a través del inframundo se derrumbó, de un blanco resplandeciente.

Los dos todavía se abrazaron…

Sir Kay los cuidó, conmovido hasta las lágrimas…

Su visión se volvió brumosa y brillante, hasta que se blanqueó de un blanco puro.

Todo se puso pálido…