Last Round Arthurs (NL)

Volumen 4

Capítulo 6: Una Promesa Entre Los Dos

Parte 1

 

 

En cierto lugar, al amparo de la oscuridad profunda…

“… Finalmente ha comenzado”. La bruja oscura sonrió. “Así, cierto hechicero que servía al rey vuelve su espada contra el rey que amaba…”


Girando sobre sus talones para bailar, continuó sonriendo.

“Gobernando sobre el pueblo, el singular punto de inflexión convierte al pueblo en pueblo, rex quondam, rexque futuras, rey Arturo… Elegido por quien elige al rey y asesinado por quien elige al rey. El maldito por desempeñar ese papel es ese hechicero: la trama del destino. Aunque intenta luchar contra eso, aunque sigue con todas las formas de los eventos, al final de los giros y vueltas, en última instancia, siempre terminará con el mismo final”.

Como un director cuya producción coordinada iba según lo planeado en el escenario, estaba radiante.

“Debido a que ella es asesinada por el hechicero, el mundo se ve privado para siempre de un rey que gobierne al pueblo. Ese es el guion que escribió un viejo dios… Una maldición. Vamos, vamos. Ha pasado una lenta eternidad. La conclusión de la actuación de Grand Guignol finalmente está aquí. Por favor, diviértanse”.


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En la cocina de Logres Manor, Emma alineó las tazas de té sobre la mesa, puliéndolas.

¡CRICK!

“Oh…”

Algunas tazas de té en la mesa se rompieron, aunque no las tocaron.

Eran los favoritos de Rintarou y Luna.

“… ¿Pero por qué…?”

Emma inspeccionó esas tazas rotas aturdida. Con expresión inquieta, miró por la ventana.

“… Maestro… Luna…”

Como para reflejar lo que había dentro de su corazón, las nubes fuera de la ventana se juntaron y parecían que podrían llover en cualquier momento…

“Puede que no lo recuerdes, pero—”

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Las largas piernas de Luna se despegaron del suelo cuando dio un paso adelante. Rápida como una flecha, cargó directamente contra Rintarou.

En un momento, acortó la distancia entre ellos, haciendo una finta a la izquierda dos veces y una vez a la derecha.

Movió su brazo de un lado a otro como la cola de un dragón, atacando la parte superior de la cabeza de Rintarou.

Era como si un rayo arrastrándose por el suelo hubiera saltado hacia los cielos.

¡CLING! El chirrido metálico se encontró con chispas.

“… ¡Demonio!” Rintarou levantó sus espadas y las cruzó por encima de su cabeza para detener su golpe.

Él le devolvió violentamente una patada en el estómago. Debería haberle destruido las entrañas al contacto, pero fue bloqueado instantáneamente por el codo izquierdo de Luna. Ella fue enviada volando por el impacto.

“Esa técnica fue de nuestra séptima batalla. Cuando perdí los estribos porque no pude ganar contra ti, fue mi carta de triunfo”, murmuró Luna después de haber sido arrojada a un lado. “… Eso me lleva de regreso. Lo hiciste de la misma manera en ese entonces, Rintarou”.

La única diferencia era que habían estado jugando de niños en ese entonces. Ahora era una batalla a muerte.

Mientras estaba abrumada por la nostalgia, Luna sonrió incluso en esta situación.

“¡Hyah!” Ella pateó un árbol y torció su cuerpo para obligarse a regresar al suelo.

Luego se puso a patinar con las plantas de los pies y la rodilla izquierda por el suelo, tratando de reprimir el impulso. Rápidamente dio una voltereta hacia atrás, preparó su espada de nuevo y miró a Rintarou.


“¡¿Eh?!”

Él no estaba allí. Rintarou se había ido.

Tan pronto como Luna se dio cuenta de eso…

¡SHF, SHF, SHF, SHF! Escuchó algo que venía de la izquierda donde los árboles de coníferas estaban apiñados. Luna reaccionó de inmediato, volviendo su atención a la izquierda.

“— ¡Gh!”

Desde la sombra de un árbol de hoja perenne a la derecha de ella, Rintarou se abalanzó sobre Luna. Atacó como un asesino: rápida, rápida y silenciosamente. Había sincronizado perfectamente su distracción y ataque. Luna no pudo hacer nada. Las dos espadas cruzaron su cuello como tijeras.

Pero las hojas cortan el aire.

“¡Uf!” Luna apenas logró evadirlos.

Algunas secciones de sus mechones rubios habían sido cortadas, mechones flotando en el aire. Abandonándolos, cayó hacia adelante.

“¡Hyaaaaah!” Luna saltó del impulso, saltando de nuevo a una posición de pie…

“¡Raaaaaaaaaaah!” Rintarou la persiguió en el mismo momento, cerrando la distancia entre ellos.

¡BAAAM! Cuando se dio la vuelta como un tornado y trató de sujetarla con sus espadas, se estrelló contra su espada, que ella preparó con ambas manos.

El impacto la envió volando. Su espalda chocó contra la base de un árbol.

“Cierto… Siempre fuiste bueno identificando mis debilidades…” Por un momento, Luna sonrió, a pesar de que le faltaba el aliento. “… Tirarías una piedra y distraerías a alguien o… lanzarías un ataque sorpresa desde las sombras de los árboles… Aunque seguía diciéndote que te detuvieras porque era injusto, nunca escuchaste…”

“¡¿De qué estás murmurando?!” Cargó contra Luna mientras ella murmuraba contra el tronco del árbol.

La velocidad de Rintarou ya era mística. Todo su cuerpo estaba cargado con su Aura negra, y se cernió sobre ella mientras cargaba, tratando de aplastarla.

“¡Raaaaaaah!” Moviéndose tan rápido como el viento, blandió sus dos espadas hacia Luna.

En un instante, dejó atrás innumerables imágenes residuales de sus espadas centelleantes, desgarrando el espacio en infinitos pedazos: un feroz ataque. Si hubiera sido una persona normal, se habría desarmado en cuatro partes en su primer aliento y, en el siguiente aliento, en ocho, luego en dieciséis en el siguiente. Habría sido cortada en pedazos exponencialmente más pequeños por las rotaciones sobrenaturales de sus espadas.

En respuesta a esa licuadora del infierno…

“¡Rintarou!” ¡Luna dejó que sus espadas bailaran en el aire como las suyas, cortándolo una y otra y otra y otra y otra vez!

Cada vez que cortaba el aire, el impacto de su espada la hacía retroceder, haciendo que su cuerpo se tambaleara. Cuando recibiría un ataque, Luna fue repelida hacia atrás.

La hoja se encontró con la hoja. Hacían ondas de choque suficientes para hacer que el aire se ondulara.

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Aunque no había sido golpeada directamente, sus órganos internos y su cerebro estaban sufriendo graves daños por los impactos.

“¡Gah!” Vomitó sangre, pero siguió parando una y otra y otra vez.

Levantó la espada, la devolvió y volvió a cortar.

“¡Gaaaaaaaaah!” Perdiendo toda apariencia de cordura, no le dio ni una pizca de piedad o perdón. Intensificando su impacto y velocidad, atacó a Luna, persiguiéndola con sus infinitos aumentos de poder.

Las ondas de choque comenzaron a formar un remolino, buscando una ruta de escape, volando alrededor de los dos para nivelar los árboles.

“¡Guh!” Incluso mientras se sentía confusa, Luna se mantuvo consciente por pura fuerza de voluntad. “E-Eso es correcto… ¡Esto es lo más aterrador de ti! ¡Puedes volverte tan imprudente con tus habilidades absurdas y anular todo! ¡Me has frustrado tantas veces!”

“¡Cállateeeeeeeee!” Usó todas sus fuerzas para derribar su espada, tratando de cortarla en seco.

La presión de la espada parecía suficiente para prácticamente llevarse consigo toda la atmósfera…

“¡HYAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!”

  • Pero echó de menos a Luna cuando usó todas sus fuerzas para saltar en el aire.

El ataque destructivo rozó las suelas de sus zapatos cuando apenas se elevó por encima de él.

Por el rabillo del ojo, Luna vio el impulso extra dividir los árboles por la mitad hasta sus raíces, y pateó las ramas pulverizadas para volar aún más alto en el aire. Agarró una rama de un árbol cerca de ella con una mano y dio una voltereta para aterrizar encima de ella. Miró a Rintarou, sonando como si se estuviera divirtiendo. “Este también es tu estilo. Eso me recuerda… Cuando lo vi por primera vez, pensé que eras un mono o algo así”.

“¡Maldita sea…! ¡Sigues moviéndote…!” Rintarou escupió, enojo, a diferencia de ella. “¡Demonio…! ¡No tengo ni idea de qué has estado balbuceando…! ¡¿Por qué sonríes como si no pasara nada…?!”

Luna comprobó su propia condición. Bueno, ella estaba en una forma terrible. Aunque no había pasado mucho tiempo desde que comenzaron su batalla, ella ya estaba maltratada.

Debido a que sabía cómo Rintarou usaba una espada, no había sufrido ningún daño directo. Sin embargo, todo lo demás ya había llevado a Luna a las puertas de la muerte.

Por el contrario, Rintarou salió ileso. A diferencia de su jadeo irregular, su respiración era prácticamente silenciosa.

Y su estilo de lucha fue abrumadoramente mejor. Era demasiado bueno.

Aunque a primera vista, parecía que ignoraba las técnicas adecuadas de lucha con espadas y actuaba por instinto, su manejo de la espada tenía una base con la que ninguna persona común podría compararse.

Esta era la espada de Merlín. Era la espada del que había sido exaltado como el hechicero más fuerte del mundo y un soldado sin igual.

Ella no pudo ganar. Le había hecho saber a Luna esa amarga verdad.

Sí, su espada me protegió tantas veces hasta ahora. No puedo creer lo aterrador que es ahora que me enfrento a él.

Ella sería abatida por la propia mano de Rintarou. Probablemente moriría.

La comprensión no se le ocurrió a través de la lógica; podía sentirlo en su propia alma. Sus instintos de supervivencia le gritaron que se detuviera.

Pero independientemente de eso…

“… Ha-ha-ha.” Por alguna razón, Luna no pudo contener la risa que se derramó de ella.

Así es. Como estaba ahora…

“¡Oye, demonio! ¡¿Qué se supone que es tan divertido?!”

“Oh, lo siento.” Luna saltó. Aterrizó con un ruido sordo en el suelo y se volvió hacia Rintarou. “… Es solo que, no lo sé… Ha sido divertido”.

“¿Eh?” Rintarou inclinó la cabeza hacia un lado con ojos inexpresivos.

“… Me recordó al pasado. Ha pasado tanto tiempo desde que crucé la espada contigo… Es como si volviéramos a esos tiempos…” Luna se encogió de hombros. “Bueno, en ese entonces, no irradiabas un asesinato frío como lo haces ahora”.

“Como dije, ¡no tengo ni idea de lo que has estado hablando…! ¡No te conozco…!” Rascándose la cabeza, miró a Luna con los ojos embarrados por el odio. “… ¡Detente, demonio…! ¡Deja de sonreír mientras imitas la forma de mi amiga…! ¡No bromees como si me conocieras…! ¡Es enfermizo…!”

Entonces, los ojos de Rintarou brillaron con locura cuando comenzó a caminar hacia Luna.

Era como la marcha de un verdugo a punto de ejecutar una sentencia de muerte.

“¡Lo hare… salvare a Nayuki…! ¡Voy a proteger a todos…! ¡Voy a… convertir a Luna en rey…! ¡Así que…!”

Rintarou levantó sus espadas, pateó el suelo y corrió.

“¡Cállate! ¡Idiota!”

Luna levantó su espada y corrió.

La distancia entre ellos se hizo peligrosamente corta.

“¿Sabes qué? ¡Quizás Luna en realidad no quiere eso!” ella ladró.

Sus espadas se mordieron ferozmente de cerca.

Por encima de sus espadas cruzadas, se miraron el uno al otro.

“¡La razón por la que quiero convertirme en rey…! ¡Por qué quería convertirme en rey…! Fue sólo—”

“¡¿Gh?!”

“¡Rintarou! ¡No puedes salvar a Nayuki como estás ahora! ¡Pero estoy seguro de que puedo salvarla! ¡Así que cree! ¡Ten fe en mí! ¡No, te haré creer en mí!” Luna gritó con seriedad.

“¡¿Eh?!”

Entonces, los dos dejaron de bloquear las cuchillas y se alejaron de un salto.

“¡Cállate, demonio!”

“¡HYAAAAAAAAAAAAAAAAAH!”

Una vez más se enfrentaron, espada contra espada.

“¡¡Ah-ha-ha-ha-ha-ha-ha-ha-ha-ha-ha-ha-ha-ha-ha-ha-ha-ha-ha-ha-ha !!”

El loco cacareo de una chica sonó a través del bosque.

“¡Guuuuh!” Una mujer gimió de agonía.

Ambos desaparecieron con el sonido de una tormenta de nieve furiosa.

“¡Ah-ha-ha-ha-ha-ha-ha! ¡Muere! ¡Perece!”

Cuando Dark Nayuki levantó ambas manos… lanzas de hielo se precipitaron hacia Sir Kay como una lluvia de meteoritos, cayendo sobre su cabeza. Fue un ataque total a la superficie.

Ella no pudo evadirlos. Ella solo podía derribarlos.

“¡Ngaaaaaah!”

Sir Kay balanceó su espada una y otra y otra vez, rompiendo, bloqueando, golpeando las lanzas de hielo que se acercaban, lista para ensartarla.

Se rompieron como vidrio, rasgando a través de su piel para robarle calor. Sin embargo, ella había evadido a los fatales. Todo lo que Sir Kay podía hacer era seguir golpeándolos.

“¡¿Ahhhhhhhhhh?!”

Finalmente…

“¡¿Haaah…?! ¡¿Haaaah…?! ¡Wheeze!”

Sir Kay estaba congelado, un lío de heridas. Su respiración era irregular cuando usó su espada en lugar de un bastón.

“¡Ha-ha-ha-ha-ha! ¡Eres tan patético, Sir Kay! ¿Y te llamas a ti mismo un caballero de la Mesa Redonda?” Dark Nayuki parecía divertirse, paseando por el bosque cargado de nieve. “Es inesperado que puedas superar a tantos caballeros de la Mesa Redonda y abrirte camino hasta este punto”.

“…”

“Realmente no buscas nada del Santo Grial, ¿eh? Es por eso que puedes recibir su bendición y luchar sin sentirte abrumado por ello… Eso es asombroso por derecho propio”.

“…”

“¿Pero qué significa eso para ti como caballero?”

Dark Nayuki sonrió con desdén a Sir Kay, quien se concentró desesperadamente en calmar su respiración.

“Quiero decir, se supone que un caballero busca prestigio y premia la gloria, ¿verdad?”

“…”

“No hay forma de que no quieras nada. Estoy seguro de que incluso tú tienes algo que quieres… Me imagino que te has rendido, ¿verdad? Ya que eres tan débil”.

Eso tenía que ser una trampa.

“Mira, Sir Kay… En la era legendaria, cuando el Rey Arturo sacó a Excalibur del yunque de piedra… cuando su padre, Sir Ector, preguntó: ‘¿Quién sacó la espada de la piedra?’, ¿Cómo respondió? ‘Padre, lo tiré. Así que no hay duda de que soy el rey de esta tierra’.”

Dark Nayuki la atrajo, inteligentemente.

“Debes tener algo. Buscas prestigio y gloria… Solo recuérdalo… No necesitas fingir… No necesitas engañarte a ti misma…”

Así como astutamente había atrapado a Rintarou.

“’Pide y recibirás’… El Santo Grial lo hará realidad… Vamos, Sir Kay… toma mi mano… y entonces la gloria será tuya… Es algo que nunca dejaste de desear, pero que hace mucho que te diste por vencido. … ¿No es encantador…?”

Su voz era increíblemente aterradora.

Sir Kay sabía que tenía que ser cautelosa. Sabía que era peligroso.

El tono de Dark Nayuki era dulce, melancólico y suave. Si uno se descuida, podría derretir lentamente la vigilancia de uno, y la voz se deslizaría a través de los huecos en el corazón de uno…

En esa época, esta era la razón por la que Sir Lancelot, Sir Gawain, Sir Palamedes, Sir Ywain, Sir Lionel, Sir Agravain, Sir Gaheris, Sir Tristan, Sir Brunor, Sir Mordred, Sir Gareth, Sir Hector de Maris, Sir Ironside, y Sir Pelleas —por qué todos esos orgullosos e importantes caballeros— no habían podido obtener el Santo Grial.

“… Eso es extraño”, respondió Sir Kay, sintiéndose más tranquila de lo que esperaba. “Hay cierto encanto en tus palabras. Pero no resuenan conmigo, hasta el punto que es extraño incluso para mí”.

“… ¡¿Eh?!” Dark Nayuki la miró parpadeando.

“… Incluso cuando mi cuñado sacó la espada elegida… todo lo que podía pensar era ‘No quiero cargar a mi hermano con la responsabilidad de ser rey’. Sabes, tenía dudas sobre mis motivaciones y Pensé que me estaba dando aires, pero… qué alivio. Lo confirmé por tus palabras. No hubo falsedad en mis palabras. Siempre he sido quien soy desde el principio”.

“… ¿Qué? ¿Qué estas…?” El rostro de Dark Nayuki se agrió de inmediato cuando Sir Kay se veía tan orgulloso. “Eres como esa persona…”

“¿Cómo quién?”

“Eso no te concierne. Ni siquiera quiero recordarlo. ¡Ese moco irritante! Los he atraído muchas veces en el pasado, pero era como si nunca pudiera llegar a ese caballero que era tan perfecto que eran como ficción”. Dark Nayuki chasqueó la lengua con molestia. “Me tienes… Parece que tomaría tiempo… justo cuando el niño bastardo nos ha honrado con su apariencia, pero… necesito atraerlo para que mate al rey… no debería permitir que un caballero tan insignificante interponerse en mi camino…”

“… ¡Oh! ¿Que acabas de decir?” Sir Kay puso su mirada en Dark Nayuki. “Ciertamente es cierto que el Santo Grial es algo que sería difícil de obtener para una persona común. Pero… dudo que el vaso sagrado que recogió la sangre de Cristo pueda ser tan vil como para atrapar a la gente de esta manera… ¡¿Qué demonios eres tú?!”

Dark Nayuki respondió con una sonrisa cautivadora. “¿Conoces los cuatro tesoros de Érenn?”

“Según la mitología irlandesa Lebor Gabála Érenn, estaban poseídos por el clan de los dioses, los Danann… Estaba la espada de Nuada, la lanza de Lugh, la piedra del destino, Lia Fáil y el caldero de Dagda…”

“Sí, y cuando los Danann decidieron dejar el mundo a los humanos, hicieron que la Dama du Lac entregara esos tesoros en tu reino. Cambiaron de nombre y forma para convertirse en Excalibur, la Lanza de Longinus, la piedra sagrada, o más bien la Mesa Redonda, y el Santo Grial”.

“…?”

“Pero hubo quienes se opusieron al Danann. Modificaron el caldero del Dagda, el Santo Grial, para lograr un objetivo determinado. Ese trabajo manual fui… yo, ¿supongo? Gracias a la influencia de Rintarou, he ganado esta forma”.

“… ¿Qué… en el mundo estás diciendo…?”

“Supongo que eso es suficiente burla antes de que te envíe a tu perdición”.

De repente, la figura de Dark Nayuki aumentó de tamaño y se oscureció. Una densa aura negra se elevó de su delgada figura. Su cuerpo se transformó. Ya no tenía la forma de una niña dulce. Ella era la encarnación de la oscuridad misma.

Sir Kay ya estaba familiarizado con la identidad de ese poder oscuro…

“?! ¡¿E-Eso es Transformación Fomoriana?! ¡¿Por qué puedes usar eso?!” Sir Kay no pudo ocultar su miedo y agitación. “¡¿Por-por qué tienes el poder de Rintarou?!”

“No estoy seguro de que lo llamarías su poder. Para ser exactos, es la habilidad de mi verdadera forma… Todo lo que estoy haciendo es prestarle una parte de ella…”

Mientras esa oscura Aura se enroscaba alrededor de todo su cuerpo, Dark Nayuki levantó la mano. Llamas negras ardieron en los cielos y encerraron el área circundante en la oscuridad, borrando su entorno. Un globo ocular gigante se abrió en el cielo.

Miró a Sir Kay mientras tragaba saliva.

“Eep.”

“Hee-hee-hee, ¿no tienes suerte? Si tuviera mi verdadera forma… eso te habría matado…”

Sir Kay se estremeció cuando Dark Nayuki, la malvada presencia que se había convertido en otra cosa, comenzó a sonreír, caminando lentamente hacia ella.

“Ahora… esto es todo. Adiós al caballero más débil de la Mesa Redonda… el caballero que no sirvió de nada… Hee-hee-hee… ”

Las sombras, la oscuridad, la enorme umbra se enroscó y se convirtió en un tsunami.


Sir Kay blandió su espada en resistencia, pero fue fácilmente tragada por ella.

“¡Aaaaaaaaah!” Rintarou rugió, balanceando su espada.

“¡Guh!”

Luna apenas lo recibió con su espada preparada, pero… su rodilla estaba comenzando a doblarse bajo la presión trascendental de las armas de Rintarou.

“¡Gwah!” Ni siquiera tuvo tiempo de escupir la sangre que se acumulaba lentamente en su boca.

“¡Toma estooooooooooooo!”

Como una tormenta repentina, las espadas de Rintarou cayeron sobre ella.

“¡¿Guh?!” Luna saltó a un lado y los esquivó.

Varios de los ataques rozaron a Luna y cortaron su piel clara.

¡FLSHT! La sangre surcó el aire.

¡BAM! Luna se echó hacia atrás, dejando que el gran árbol detrás de ella la sostuviera.

“¿Cómo pudiste desfigurar a una damisela…? Será mejor que asumas la responsabilidad de esto”.

Rintarou no escuchó su respuesta y cargó contra el rayo negro que atravesó el cielo con la punta de su espada levantada. Desató su energía en Luna.

“Disculpa… no soy tan bueno en la magia…”, se quejó, soltando palabras mágicas y desarrollando una barrera frente a sus ojos con su Aura.

Bloqueó el rayo que se acercaba, haciendo trizas la atmósfera.

Trueno aplaudió. Escuchó un impacto y una explosión.

El gran árbol detrás de ella se convirtió en carbón, volado en pedazos. En el centro de la explosión, donde la luz negra parpadeante y los vapores persistieron…

“Guh”.

  • Era Luna, que había cruzado el brazo y la espada en forma de X y la atravesó por poco.

Sin embargo, su cuerpo ya estaba maltratado, lo que significaba que efectivamente era un cadáver. Incluso ahora, las pequeñas cantidades de relámpagos negros que se arrastraban alrededor de su cuerpo la estaban carcomiendo.

La mitad de su cuerpo estaba paralizado. Ya no tenía sensación en esas partes.

“¡¿Todavía estás aguantando, demonio…?! ¡Estaba tratando de borrarte de la existencia!”

Frente a ella estaba Rintarou, mirando a Luna con ojos enloquecidos mientras se acercaba a ella… un paso a la vez.

El resultado de la pelea ya estaba decidido. Luna ya estaba arrinconada.

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…Él es fuerte. Rintarou es demasiado fuerte… No es alguien contra quien pueda ganar… Lo sabía… ya que siempre ha sido increíble.

Con dificultad para respirar, trató de calmar un poco su corazón palpitante mientras dejaba que su mente recorriera sus recuerdos.

Pero…

“¡Pfft! ¡Cállate! ¡¿Quién seguiría a alguien tan débil como tú?!”

“¡Si quieres convertirme en tu vasallo, tienes que hacerlo después de ganarme!”

“¡Tengo que ganar al menos una vez…! ¡O no tendré ninguna calificación para hacerte mi vasallo!” Usó el dorso de la mano para limpiar la sangre de la comisura de la boca.

Aclaró su parálisis con su espíritu y preparó su espada una vez más. “¡¿Eh?!”

¿Estaba pensando seriamente en desafiarlo de nuevo? La expresión de Rintarou lo decía todo. Dejó de caminar.

“… ¿Por qué? ¿Por qué estás aguantando hasta este punto? Eres solo un demonio…”

“Yo…” Luna de repente dejó que sus labios se curvaran. “…Ya te dije. ¡Es porque quiero demostrártelo! ¡Duh! … Necesito que sepas que estoy en condiciones de ser tu rey”.

“… ¿Qué significa eso…? No lo entiendo…”

Luna siguió hablando. “Oye, Rintarou. No sirvas al Santo Grial. A la que deberías estar sirviendo está aquí. Te lo demostraré ahora mismo. También puedo salvar a las personas que son importantes para ti. Los protegeré por ti… Así que no creas en el Santo Grial… Cree en mí”.

Luna agarró la cruz de espino que colgaba de su cuello y lo llamó desesperadamente. “Hasta que me reconozcas como tú rey… te enfrentaré, ¡incluso si es un millón de veces…! ¡Seguiré hasta que gane! ¡Así que…!

“¡La próxima vez, ganaré! ¡Seguro que lo haré! ¡Incluso si no lo hago, pelearé contigo sin importar cuántas veces lo necesite hasta que gane! ¡Lo haré hasta que me reconozcas! Así que—”

“… ¡¿Eh?!” Rintarou se agarró la cabeza palpitante.

Frente a sus ojos, Luna había sido superpuesta con alguien de un recuerdo nostálgico que acechaba en los profundos recovecos de su mente. Por un momento, el destello de locura y odio en los ojos de Rintarou se apagó.

“… ¿Rintarou?”

“… Wow… Solía haber alguien que me decía lo mismo y seguía atacándome a pesar de que nunca ganó… creo…”

“!”

“No sé… ¿cuándo… o dónde… o quién era…?” Se retorció de dolor. “…Eso es estúpido. ¿Por qué lo estoy pensando ahora? ¡Necesito vencer a este demonio…! ¡No es el momento adecuado para pensar en otras cosas…! Pero… siento que… ¿fue algo… importante…?”

Luna vio esperanza en la reacción de Rintarou.

Esto podría funcionar… ¡Simplemente podría funcionar! ¡Rintarou no ha sido completamente absorbido por el Santo Grial! ¡Puedo devolverlo a la realidad! ¡Si sigo así…!

Luna exprimió lo último que le quedaba de fuerza y trató de concentrar su energía en la mano que sujetaba su espada.

“No puedes hacer eso, Rintarou”.

La oscuridad concentrada y la escarcha se acercaron desde la parte trasera del bosque quemada.

“No puedes escuchar las halagos de ese demonio… Todo lo que necesitas pensar es en conseguir el Santo Grial… Con él, puedes conseguir todo lo que desees”.

Dark Nayuki había aparecido frente a ellos dos.

P-Pero… ¡¿Por qué está ella aquí?!

Esto estuvo mal. Las cosas no pintaban bien.

Las palabras de Dark Nayuki eran como narcóticos para Rintarou cuando no estaba en sus cabales.

Si esa cosa estuviera cerca, Luna no podría hacer que Rintarou volviera a sus sentidos.

¿Qué es eso de todos modos? ¡¿Qué es esa cosa repulsiva…?!

Las sombras se extendían detrás de la figura críptica. Nada existía más allá de ella. Dark Nayuki erosionó el mundo como si fuera la oscuridad misma.

Entonces, Luna se dio cuenta de algo.

“Espera… ¿Dónde está Sir Kay…? ¡¿A dónde fue Sir Kay…?!” Luna chilló, sin disimular su pánico.

Dark Nayuki le dijo a Luna cruelmente, sonriendo levemente, “… ¿Ella? Hee-hee. Ella fue absorbida. Ella no está en ninguna parte ahora”.

“… ¡¿Ngh?!”


“Para empezar, ¿por qué asignarías a ese caballero irredimible para que se ocupara de mí? Puedes ser tan cruel con tus órdenes…”

Luego, sin ningún paso, la oscuridad concentrada se acercó sigilosamente a Rintarou…

“Ahora, Rintarou, todo lo que tienes que hacer es acabar con ese demonio… El Santo Grial está ahí… Está tan cerca… Todo lo que deseabas está a tu alcance…”

“… Ugh… Nayuki… yo… yo…”

Los ojos de Rintarou, que habían estado en el proceso de recuperar algo de su cordura, una vez más se volvieron opacos. Estaban empapados con el color contaminado de la oscuridad y el caos…

“Bien… yo… yo…”

“¡¿Rintarou…?! ¡No dejes que te engañe! ¡Aguanta!”

“Ya no… quiero… estar solo… así que… tomaré el Santo Grial… voy a…”

Las súplicas de Luna fueron en vano.

“¡¿Yo — yo — yo — yo — yo?!” Rintarou comenzó su carga final hacia Luna.

… ¡¿Guh…?! ¡Yo… no puedo moverme…!

Cuando se dio cuenta, la oscuridad se había extendido por el mundo. En algún momento, invadió su cuerpo. Sus extremidades habían sido atrapadas por las sombras. No podía moverlos en absoluto.

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Luna estaba en su límite. Debido a que estaban en lo profundo de un inframundo, su espíritu sobrepasó su cuerpo físico. Mientras su corazón no vacilara, su cuerpo era inmortal. Sin embargo, incluso teniendo en cuenta todo eso, Luna estaba más allá de su límite.

El tiempo se prolongó infinitamente después de haber sido empujada a sus extremos espirituales.

Luna apenas podía sostenerse usando su espada en lugar de un bastón. Incluso cuando se enfrentó al acercamiento gateando de Rintarou, no pudo moverse ni un centímetro.

…Voy a morir.

…… Me van a matar.

No puedo ganar. ¿Me va a matar Rintarou?

¿No fui suficiente?

Se había vuelto abatida, nihilista.

¿No estaba en condiciones de ser el rey de Rintarou? ¿O no tenía la capacidad de ser rey… para empezar…?

Rintarou se acercó.

¡Eso no es cierto…! ¡Eso es imposible! ¡Todavía no he perdido! ¡No he perdido! ¡Pero…!

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Luna no se podía mover.

Incluso si su corazón no se doblaba, su cuerpo estaba inmóvil, no podía mover un dedo.

“¡RAAAAAAAAH!”

“¡Rin… tarou!”

Sus espadas cayeron sin piedad sobre su cabeza.

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