Jimi na Kensei (NL)

Volumen 4

Capítulo 2: El Que Reclama Los Cielos

Parte 2: Advertencia

Saiga se acostó en su cama en la finca de la Casa Batterabbe en la capital real, leyendo una copia traducida del Libro de Técnicas Secretas que le dieron en la Villa Tempera. Si bien no pudo leer los libros originales él mismo, tuvo la suerte de que Eckesachs sí pudiera y los había traducido en el camino de regreso a la capital.

“Hrrm”.

Los cinco libros secretos que contenían los métodos de aprendizaje de las Artes Raras eran elementos por los que el regente babeaba. Sin embargo, aunque Saiga seguía hojeándolos, parecía que no podía conseguir que el contenido se quedara en su memoria.

“Mm…”

Saiga estaba al borde de un gran avance. Con su capacidad para aprender todas las Artes Raras, cuantas más artes raras aprendía, más fuerte se volvía. Combinado con el poder de los Marcados que había aprendido de Ran, eso significaba que estaba a punto de aprender cinco nuevas Artes Raras, además de refinar lo que había sido su limitada comprensión de la adivinación. Esto iba a ampliar enormemente su gama de posibles tácticas.

“… Sabes, esto realmente es una trampa”.

A diferencia de los estudiantes de Sansui, Saiga ya estaba más allá de la norma en términos de fuerza, y estaba garantizado que continuaría su notable crecimiento en los años venideros. Eso se debió a que Dios le había dado la habilidad de hacer trampa, que originalmente era como él la quería.

La razón por la que el ánimo de Saiga estaba bajo a pesar de esa abrumadora ventaja fue porque Saiga se había dado cuenta de lo superficial que había sido. No pudo evitar sentirse avergonzado cuando se comparó con las personas que continuaban su entrenamiento a pesar de saber que había un muro que nunca podrían superar.

“Pero todavía necesito hacerme más fuerte”.

Es cierto que ahora tenía un sentimiento de inferioridad y vergüenza, pero no tenía la opción de simplemente renunciar. Saiga era el heredero de la Casa Batterabbe, y no se le permitió tomar un descanso de su entrenamiento solo porque estaba deprimido. Incluso si era desagradable, incluso si era vergonzoso, necesitaba hacer todo lo posible. No se le permitió consolarse con quién era en ese momento; en cambio, necesitaba seguir apuntando cada vez más alto.

“Soy el as de la Casa Batterabbe. Necesito al menos llegar a donde la gente pueda compararme con Sansui”.

Si se suponía que uno debía continuar con sus esfuerzos incluso cuando era doloroso, también debería continuar con sus esfuerzos incluso cuando no quisiera. Necesitaba volverse lo suficientemente fuerte para derrotar a quienquiera que se le acercara, sin importar su número. Necesitaba ser lo suficientemente fuerte para enfrentarse a todo un ejército por su cuenta. No pensó que aparecerían oponentes del nivel de Sansui o Suiboku en un futuro cercano, pero había una buena posibilidad de que terminara luchando contra varios cientos o varios miles de oponentes a la vez. No era la mejor expresión, pero no tenía sentido que se comparara con los estudiantes de Sansui.

“Veamos… Sangre Celestial, Estilo Testudo…”

No es que estuviera motivado para aprender, exactamente, pero se esforzó por estudiar desde el sentido del deber. Decidió que comenzaría por aprender más sobre la precognición, dado que ya tenía una base básica en ella.

“Este es un arte marcial que solo pueden usar aquellos con la Sangre Celestial… Espera, no hay nada sobre el arte en sí aquí”.

En la Villa Tempera, habían combinado técnicas mágicas y físicas en un solo estilo de artes marciales. Es por eso que el Libro de los secretos que contiene las artes marciales de la Villa Tempera puso mucho énfasis en las técnicas físicas. Había página tras página de maniobras físicas extremadamente avanzadas que fueron posibles por el hecho de que el portador estaba equipado con precognición. También había métodos de entrenamiento para adquirirlos, pero él había visto estas cosas antes. Todas eran técnicas que Sansui había aprendido y usado como parte de su propio estilo de lucha.

“Mirando esto, supongo que el Estilo Testudo es similar a cómo luchan Sansui y Ran”.

Parecía ser un estilo que tenía pocos poderes ofensivos o defensivos directos, sino que estaba enfocado en mantener un cierto nivel de espacio para respirar para lidiar con las acciones de un oponente.

“… Sabes, odio decir esto, pero Eckesachs probablemente perdió su tiempo traduciendo esto”.

Saiga podría aprender otras artes además de la adivinación, lo que podría reforzar directamente su ataque y defensa. Dado que el tiempo era un bien limitado, también necesitaba considerar la eficiencia.

“Cómo mejorar la precisión de la precognición y disminuir la velocidad de combustión de la Sangre Celestial… Sí, esto es lo que quería”.

Leyendo más adelante, la segunda mitad tenía una buena cantidad de información sobre las partes mágicas del Arte Raro. Dado que Saiga, a diferencia de Shouzo, tenía un grupo limitado de poder al que recurrir, esto era lo que Saiga esperaba encontrar.

“‘O cambia algo tú mismo o haz que tu oponente lo haga. Nunca intentes hacer ambas cosas a la vez, ya que agotarán rápidamente tu Sangre Celestial’.”

La diferencia no estaba en cambiar cómo funcionaba la precognición en sí, sino en cómo emplearla. No fue una lección sobre técnicas avanzadas, pero eso fue exactamente lo que la hizo inmediatamente útil para él.

“”Lo que se puede decir de ambos métodos es que es mejor atraer al oponente y simplificar la cantidad de movimientos potenciales que puede hacer. Al dejar tu cabeza expuesta a propósito, el enemigo naturalmente apuntará a tu cabeza. Luego, determinar la distancia entre el oponente y uno mismo le permitirá a uno ajustar si golpeará, pateará, cargará o se acercará lentamente. Es una clave para la batalla que incluso puede emplearse una vez que la Sangre Celestial se agota por completo’.”

El contenido era similar a lo que Sansui le había enseñado. Parecía que leer los movimientos de un oponente se basaba en los mismos principios incluso con el poder de la precognición.

“‘Uno no debe pensar en encontrar la manera de derrotar al enemigo. Primero se debe decidir exactamente cómo derrotarán al enemigo y luego usar su precognición para lograr ese fin’.”

Fue una información extraordinariamente útil para Saiga, dada su habilidad para manejar otros tipos de Artes.

“‘Por ejemplo, al luchar contra un oponente con armadura completa, uno podría intentar agarrarlo y deslizar una hoja entre su armadura. Primero hay que mirar al enemigo y analizar su equipo y movimiento, y luego decidir la forma a emplear. Solo entonces se debe emplear la precognición para encontrar el momento necesario. Uno no debe, durante este tiempo, buscar múltiples métodos para lograr ese objetivo. Con la excepción de situaciones en las que la precognición les informa de un resultado potencial extremadamente peligroso que no habían anticipado, es mejor si uno se enfoca en encontrar el momento para hacer que un solo método funcione’.”

En resumen, era mejor buscar la oportunidad de que un método tuviera éxito en lugar de buscar qué método funcionaría mejor.

“‘La mayor parte de la información que uno recopila con la precognición está en el campo de visión de uno. Uno puede evitar ponerse en peligro si trabaja para mantener todo el cuerpo del oponente en su campo de visión. Es peligroso estar en una situación similar a estar en jaque mate, donde las acciones de uno no hacen ninguna diferencia en el resultado inevitable’.”

Esto le trajo un recuerdo particularmente amargo a Saiga. Cuando luchó contra Sansui después de adquirir Eckesachs, Sansui se había movido fuera de su campo de visión y luego lo volteó. Una vez que Saiga estuvo de espaldas con una cuchilla colocada contra su garganta, no había nada que pudiera hacer para mejorar la situación. Representaba lo que el libro definía como peligro. Sansui había actuado sobre la base de conjeturas en lugar de cierto conocimiento sobre la precognición, pero había entendido perfectamente sus limitaciones y había ejecutado la mejor manera de vencerlas.

Fue lo mismo cuando Sansui luchó contra Ran. Las habilidades de observación de Sansui y su habilidad para diseñar tácticas que se adaptaran mejor a la situación eran tan buenas que un observador casual podría pensar que Sansui era capaz de precognición él mismo.

“Me pregunto si Sansui es capaz de leer a un oponente en un nivel varios pasos más allá del Estilo Testudo…”

Cuanto más leía el Libro de los secretos, más convencido estaba Saiga de que el estilo Testudo básicamente estaba haciendo una versión ligeramente inferior de lo que Sansui hacía normalmente y usaba un arte raro para mejorar su precisión. Por supuesto, eso no es todo, pero esta comprensión fue suficiente para recordarle a Saiga lo hábil que era Sansui.

“Bueno, no puedo dedicar exactamente quinientos años a entrenar, así que supongo que debería hacer lo que pueda”.

Pensó en cómo Sansui derribaría limpia y completamente a su oponente sin dejar que tuvieran la más mínima posibilidad de igualarlo. Para Saiga, que tuvo que aprender a derrotar a una gran cantidad de enemigos, el estilo de Sansui sería ideal. Pero si le tomó quinientos años alcanzar ese nivel, entonces Saiga no podría ni siquiera intentarlo, y probablemente estuvo mal intentarlo.

“¿Mm? Ha cambiado de tema de nuevo”.

Mientras continuaba leyendo, el libro cambió de rumbo una vez más.

“‘La responsabilidad del practicante del Estilo Testudo incluye determinar las políticas de orientación de la aldea. Uno no debe permitir que la capacidad de ver el futuro empañe su juicio. Esa habilidad no confiere omnisciencia. Es igualmente importante que uno mire hacia el pasado y aprenda lecciones de lo que ha sucedido antes. Si uno imaginara lo que podría suceder basándose en esas lecciones, podría evitar la mayoría de las formas de destrucción sin recurrir al uso de la precognición. En cuanto a desastres completamente inevitables, solo se tiene la opción de huir’.”

El desastre que le sucedió a la aldea en el pasado distante fue, sin duda, Suiboku.

“‘Ten siempre esto en cuenta: si existe la más mínima posibilidad de victoria, el Estilo Testudo puede encontrarla. Sin embargo, lo único que se puede hacer en una batalla sin posibilidad de victoria es huir’.”

Esto probablemente fue un artefacto de la época en que los aldeanos se ganaban la vida sirviendo como mercenarios. La idea de que uno debería correr si no puede ganar es una especie de verdad fundamental.

“‘No te involucres en batallas que no se pueden ganar. Para las batallas que no se pueden evitar, reduzca sus pérdidas tanto como sea posible. No hay razón para descartar la importancia de saber cuándo huir, ya que es una de las fortalezas del Estilo Testudo. Simplemente preocuparse por lo impresionante que parece el estilo de pelea de uno es un acto de tonto’.”

Era una filosofía que estaba lejos de ser descrita como la filosofía de los más fuertes, pero era una advertencia contundente que se había incluido porque se trataba de un Libro de los secretos.

“‘Nunca te asocies con los Inmortales’.”

El libro ofreció luego advertencias simples.

“‘Los Inmortales no ejercen artes marciales, ejercen el poder de los dioses. Ejercen un poder que está mucho más allá de la comprensión de los simples humanos, capaces de dividir la tierra y los cielos y hacer que obedezcan su voluntad. Enfadar a un inmortal no resultará simplemente en la muerte. No quedará nada tras la rabia de un Inmortal’.”

Saiga descubrió que su garganta estaba repentinamente seca.

“‘No descartes los sueños que ves por la noche. Son presagios de destrucción que no se pueden evitar. Los sueños que un portador del Estilo Testudo ve por la noche son los más seguros de todos los mensajes sobre el futuro’.”

El Estilo Testudo, y la precognición en general, gastan más energía cuanto más en el futuro intenta ver su portador. Además, cuanto más en el futuro vaya la precognición, menos precisa será la lectura. Sin embargo, los sueños proféticos que ocurren sin la intención consciente del portador podrían, a veces, mirar hacia el futuro lejano, a veces varios años por delante. Y en la mayoría de los casos, esos sueños mostraron eventos desastrosos.

“‘… No te apartes de la desesperación. Pero no intentes resistirte, no te involucres. Huye, escóndete y aguanta. Incluso si uno puede ver el futuro, no puede detener un verdadero desastre. Es imposible que los humanos lo hagan’.”

Fue después de llegar a este punto en el Libro de los Secretos que Saiga finalmente entendió por qué la precognición, un arte que había comenzado en el territorio ahora ocupado por el Reino Arcana, había desaparecido en un artefacto en los libros de historia cuando él llegó.

“B-Bueno, ¡estará bien! ¡El Maestro Suiboku no volverá a hacer estragos y tenemos los Ocho Tesoros Sagrados! ¡No hay desesperación esperando al Reino de Arcana!”

Trató de convencerse a sí mismo de que todo estaba bien y de que debía irse a la cama, pero no pudo evitar el mal presentimiento que se cernía sobre él. Sintió que, si se quedaba dormido ahora, tendría una pesadilla. No era la sensación de que tuviera una pesadilla, exactamente, sino de que sería testigo de una profecía de desastre. Para Saiga, incluso cerrar los ojos terminó siendo un acto de coraje.

“¿Y luego procediste a tener una pesadilla?” “Sí, fue un sueño terrible”.

Cuando Saiga se despertó a la mañana siguiente, estaba atormentado por lo que había visto mientras dormía. El sueño profético que había visto porque había aprendido el arte de la precognición claramente no era solo un sueño. El contenido del sueño era algo que no podía ignorar, por lo que Saiga había decidido explicárselo a Lord Batterabbe.

“Un sueño profético…”

El rasgo más grande del Arte Raro conocido como precognición era que no tenía absolutamente ningún efecto en nadie más que en el propio portador. Como tal, a otras personas les parecía que el portador simplemente estaba preocupado por un sueño extraño. Como mínimo, era imposible para la mayoría de la gente actuar basándose únicamente en el sueño profético de otra persona. Pero la expresión de Saiga era mortalmente seria.

“Sé que puede ser difícil de creer”.

El propio Saiga sabía que sonaba loco. Podía entender por qué Lord Batterabbe no se atrevía a creerle. A pesar de ese conocimiento, todavía era difícil para él enfrentar una mirada tan escéptica.

“No, te creo. Si bien no puedo actuar en mi calidad de noble señor sobre esa base, puedo creerte como tú suegro. Dime lo que viste, con el mayor detalle posible”.

“Gracias. No vi mucho en el sueño, fue más una escena breve…”

Saiga explicó cuidadosamente la información que estaba grabada en su mente.

“En los Territorios de Caputo, donde Shouzo había ‘arado’ la tierra, había un hombre al que nunca había visto antes, bajo una capa de nubes tan espesa que no podía decir si era de día o de noche. En su mano, este hombre sostenía Vajra, la Lanza Divina”.

Era una descripción simple de lo que había visto, pero fue suficiente para poner pálido a lord Batterabbe.

“¿Alguien había tomado Vajra y había venido a Arcana?” “Sí, creo que ese es el caso”.

La tierra que Shouzo había arado era imposible de confundir con cualquier otro lugar del mundo. Además, Saiga había visto a Vajra con sus propios ojos. A partir de eso, era bastante fácil adivinar que la espesa capa de nubes, que había hecho imposible saber si era de día o de noche, debía haber sido causada por el poder de Vajra.

“El dueño actual de Vajra es Ukyo, líder de nuestro aliado, la República de Domino. El hecho de que alguien pudiera quitarle la Lanza Divina es un problema enorme en sí mismo. Bien podría significar que él y quienes lo rodean, como Su Alteza, podrían haber sido víctimas de ese atacante”.

Si bien era difícil pensar que Ukyo, el poseedor de Elixir, realmente moriría, existía la posibilidad de que quienes lo rodeaban no tuvieran tanta suerte. La princesa Setenve tenía guardias reales como escolta, por supuesto, pero existía la posibilidad de que también hubieran sido derrotados.

“Además… si el hombre que posee Vajra le guarda rencor al Reino de Arcana, el daño que podría hacer es incalculable”.

La Lanza Divina de la Rebelión, Vajra, tenía la capacidad de controlar el clima, y era posible usarla para crear desastres naturales como tormentas masivas.

“Ukyo invadió nuestro reino porque necesitaba robar para alimentar a su gente. Si hubiera atacado indiscriminadamente nuestro reino controlando el clima y destruido nuestras defensas con tormentas, habría tenido poco que robar, y habría dificultado el avance y la retirada. Además, no tuvo ira en su corazón contra nuestro reino. Por eso no era una amenaza que enfrentáramos en ese momento, pero…”

“Si es alguien relacionado con la casa imperial del Imperio de Domino o su nobleza…”

“Precisamente. Si se trata de alguien que resiente el nuevo gobierno de Domino o nuestro reino, es muy posible que recurra a la destrucción indiscriminada”.

Lord Batterabbe y Saiga saben que fueron odiados por los miembros del antiguo régimen de Domino. No solo fueron odiados, sino que el odio fue de una escala enorme, del tamaño de un país.

Ukyo había derribado el Imperio de Domino, luego capturó y ejecutó a toda la casa imperial. Además, el Reino de Arcana había entregado a todos los nobles que habían desertado del Imperio de Domino. El reino había adquirido así Domino como estado satélite. Sería absurdo esperar que nadie se resienta por ello.

“Sé que fui yo quien tuvo el sueño, pero ¿hay realmente alguien entre el antiguo régimen que tenga ese tipo de habilidad?”

“No puedo descartarlo por completo. Es una posibilidad terrible, pero también es el peor escenario que podemos imaginar. Por lo menos, es necesario confirmarlo o refutarlo”.

Sería ideal si hubiera algún método para comunicarse rápidamente a largas distancias, pero tales métodos no existen en este mundo, por lo que no había otra forma de verificar la situación sin enviar a alguien a verificar en persona a la máxima velocidad. .

“Quiero que vayas a Domino a través de los territorios de Caputo. Por supuesto, el mejor resultado sería si no hubiera pasado nada, pero al menos puedes confirmar dónde está Vajra actualmente”.

“Entendido… Um, ¿debería ir solo?”

… No puedo dejarlo ir solo.

Quizás sea un poco tarde para mencionar esto, pero Saiga nunca había viajado solo en este mundo. Viajar en este mundo requería cierta cantidad de conocimientos, experiencia, equipo y técnica. No era como Japón, donde un niño podía llegar a su destino siempre que siguiera usando el transporte público correcto. No era como si hubiera mapas precisos del mundo, y tampoco había ninguna señalización conveniente.

Tampoco había forma de pedir direcciones si el viajero se perdía. Esto se debió a que la población del Reino Arcana no estaba distribuida de manera uniforme por todo el reino y, en consecuencia, había grandes extensiones de tierra deshabitada. Existía la posibilidad no solo de llegar demasiado tarde, sino de desaparecer por completo.

Si todo lo que necesita hacer es llegar a donde se dirige, todo lo que tengo que hacer es colocar algunas escoltas con él, pero…

Lord Batterabbe tenía una comprensión decente de la personalidad de Saiga. Si bien el joven que tenía ante él era bastante poderoso, también era emocionalmente inmaduro. Aquellos a su alrededor se preocuparían si pudiera manejar la misión por sí mismo, y él mismo estaría incluso más preocupado que ellos.

Más que nada, Saiga era el heredero de la Casa Batterabbe. Tenía un rango mucho más alto que un criado como Sansui y, como tal, cualquier ofensa que pudiera causar tendría consecuencias sustancialmente mayores.

Quiero enviar a Happine con él, pero… podría haber un combate en camino. Teniendo en cuenta que el oponente podría ser alguien con más habilidad que la Guardia Real, Saiga solo podría ser atrapado desprevenido.

También existía la posibilidad de fracaso. Mientras Lord Batterabbe consideraba los posibles peores escenarios, no pudo evitar recordar a cierto hombre.

Si el Apóstol de la Espada estuviera aquí, sería una elección fácil.

El Apóstol de la Espada fue, con mucho, el más confiable de los cuatro poderosos ases. Si Lord Batterabbe pudiera enviar a Sansui y su pulida y perfeccionada habilidad con Saiga, no habría posibilidad de fracaso. Pero Sansui estaba actualmente de vacaciones. No estaba disponible.

No, eso también sería una falta de respeto para Saiga. Especialmente porque le acababa de decir que creería en él. Está haciendo todo lo posible.

Lord Batterabbe dejó a un lado la ligera tentación de tomar el camino fácil y dio instrucciones a su heredero y sucesor.

“No puedo enviarte solo. Está el asunto de Ran, para empezar”.

“T-Tienes razón… Mantener a Ran a raya es mi papel, después de todo”. “Entonces sería mejor que Ran y tú se movieran juntos”.

Como berserker, había muchas preocupaciones sobre Ran en el día a día, pero en una pelea con solo un puñado de personas involucradas, probablemente podría manejarse sola.

“Sin embargo, solo contigo y con Ran, aunque probablemente no haya ningún problema en términos de combate, todavía existe la posibilidad de un incidente político. Por lo menos, llévate a Happine contigo. Y… llévate también a Tahlan y a los estudiantes del Apóstol de la Espada. Hablaré con la Casa Sepaeda y resolveré el asunto con ellos”.

“E-Entendido.”

“Si te encuentras con el oponente que ha robado a Vajra y decides que está más allá de tus capacidades, tienes todo mi permiso para correr. Me prepararé para lo peor y recomendaré desplegar el as final”.

Afortunadamente para ellos, quizás, el Reino de Arcana tenía más ases bajo la manga colectiva que solo el Apóstol de la Espada Joven.

La expresión de Lord Batterabbe era tensa, pero no había indicio de desesperación en esa tensión.

“… El as final”.

“Sí… aunque prefiero no tener que usarlo”.

Más que desesperación, la expresión de Lord Batterabbe sugería vacilación. Era una emoción oscura que se parecía al miedo, la vacilación de tener que depender de algo que preferiría no usar, si es que era posible.