Shijou Saikyou No Daimaou Murabito A Ni Tensei Suru (NL)

Volumen 4

Capitulo 4: Optimista Hazard

Parte 2

… Nuestro guía, Verda, nos llevó a lugares locales que eran inesperadamente ordinarios.

El primero fue un restaurante.

“Me imagino que todos tienen hambre. Es casi mediodía… ¡Este es mi lugar favorito!”

Según ella, este agujero en la pared era conocido por su pasta de tomate. Ella tenía razón. La comida estuvo muy buena.

“Bienvenida, Lady Verda.”

“¡Oye! ¡Si no es el jefe de cocina! ¡Felicitaciones para ti! La pasta era increíble… um… ¿me recuerdas tu nombre?”

“Welb.”

“¡Ciertooooooooo! ¡Welb!”

Después de que comimos con deleite, Verda nos llevó al siguiente lugar, un teatro más pequeño. Parecía estar dirigido por una compañía menor que presentaba una serie de breves sketches cómicos todos los días.

La recomendación de Verda nos hizo reír a carcajadas y agarrarnos el estómago mientras jadeábamos.

“Amo a estos muchachos. Especialmente ese actor… Aw, diablos. Nunca puedo recordar sus nombres”, murmuró Verda, rompiendo en una sonrisa mientras la comedia hacía su magia.

Podría haber sido un producto de mi imaginación, pero… juré que podía ver la tristeza tocar su joven rostro.

Verda nos guio a otro lugar después de que nuestras mejillas dejaron de doler por la risa. Este lugar no era un secreto local, sino una atracción famosa.

… Intenté a propósito mantener a mi grupo alejado de aquí. El Museo Nacional de Kingsglaive.

Había existido durante quinientos años, y ninguna otra institución en el continente podía superar su reputación… según el letrero en la entrada.

Era cierto que el museo exhibía artefactos antiguos… y una colección decente de objetos relacionados con el Señor Demonio.

… Para esta generación, fueron considerados materiales históricos invaluables. Para mí, eran simplemente vergonzosos.

“¡E-El cepillo de dientes del Señor Demonio…!” Susurró Ireena. “¡Su agua de baño…!” suspiró Ginny.

“Qué maravilla del pasado. Le encantaba esta cuchara”, recordó Sylphy.

… Tenía algo que decirles a los comisarios. ¿Nunca has oído hablar de respetar la privacidad de alguien? Podría interrogarlos fácilmente durante cien días, si no más.

Esto fue una pesadilla. Mis efectos personales usados se alineaban en las paredes.

No me habría importado tanto si estuviera sola, pero estaba con Ireena, Ginny, Sylphy y Verda.

“¡Gweh-heh-heh! ¡Y su erotismo! Supongo que este era su fetiche, ¿eh?

¡Divertidísimo!”

“No me di cuenta de que el Señor Demonio estaba metido en la obscenidad…”, observó Ireena.

“Noche tórrida con una seductora súcubo… Hee-hee. Un hombre de cultura, por lo que veo”, se rio Ginny.

“¡Yo recuerdo esto! ¡Yo fui quien descubrió este libro! ¡Hizo que mi piel se erizara, y me di cuenta de que no debería dejarme engañar por la linda cara de Var! Era un verdadero pervertido”, confió Sylphy.

… Por eso estaba evitando este lugar como una plaga.

Alguien necesitaba derribarme. Mi estómago estaba hecho un nudo.

“¿H-Hey, chicas? ¿Quieres ir a ver los efectos de sus subordinados?” Le pregunté, con la mejilla crispada mientras trataba de apartarlos con fuerza.

… Lejos, muy lejos de este rincón de la exposición a una sala donde se exhibían las cosas de mi subordinado.

“¡Oh, vaya! ¡No he escuchado este nombre en años!” Verda exclamó, mirando dentro de una vitrina.

“¿Un artículo perteneciente al general Locke…? Um… ¿Cómo tu alumno Locke?” Preguntó Sylphy.

“¡Bingo! Locke era interesante, aunque en realidad no tenía nada a su favor”.

Yo también lo recordaba. Las críticas de Verda eran acertadas. El tipo no tenía talento real.

Era astuto en las peores formas, y nadie tenía mejor ojo para las personas que él. Tenía suficiente lengua de plata para imponer su trabajo a otros y luego tomar el mérito… Básicamente, era una basura humana.

“¿Qué? ¿Estamos hablando del mismo Locke?” Preguntó Ireena.

“¿No es conocido como el Padre de la Conveniencia? Fue un gran inventor”.

¿Se le conoce como qué? ¿Quién le puso ese apodo?

“Quiero decir, mira todos sus inventos en exhibición. Esta piedra mágica revolucionó la vida de la gente y—”

Espera. Podría haber jurado que había visto esta estufa y todos sus otros inventos en alguna parte antes…

Oh, sí… ahora que lo pienso, me había molestado en el pasado…

“¿Qué pasa, Su Majestad? Entonces estaba pensando que me gustaría dejar mi huella en la historia”.

“… Eso es aleatorio”.

“Es todo en lo que he estado pensando últimamente. Como si estuvieras todo genial como una mierda. ¡Quiero que mi nombre también pase a la historia! Ahí es donde entras tú. ¿Puedes ayudarme a idear un plan?

¿Bastante por favor? Como… oh, no sé… ¿tal vez una idea para un invento enfermizo?”

“Eres tan miope. Si no se te ocurre por ti mismo, ¿cuál es el—?”

“¿Mmm? ¿Podría ser que te quedaste sin ideas? ¡Ha-ha! Supongo que nuestro gobernante solo es bueno en el campo de batalla, eh. Solo otro cabeza hueca. ¡Supongo que eso te hace igual que Lady Lydia!”

“…Pausa. ¿Acabas de decir que estoy al mismo nivel que esa varilla de nivel?”

“Sí. Pero podría cambiar de opinión si me da una lista de nuevos inventos”. “…Bien. ¿Qué tal… una estufa mágica?

“¡Oh! ¡Lindo! ¡Otro!”

“Hmm… ¿Una chimenea mágica?”

“¡Nunca me decepcionaste! ¡Eres el inventor más grande del mundo!

¡Sabía que no te pareces en nada a Lady Lydia!”

“Heh. Te lo dije. También podrías inventar una escalera mágica y una impresora mágica”.

“¡Lo tomo!”

“… ¿Tomar qué?”

“Solo hablo conmigo mismo. ¡Otro!”

… ¡Se había llevado todas mis ideas!

Casi pude verlo sonreír… supongo que logró dejar su huella, a pesar de que no aportó nada al mundo.

¿Te pasa algo, Ard? Pareces… frustrado”.

“… Sabes, Ireena, solía desear experimentar la derrota… pero parece que he perdido sin darme cuenta”.

Mis emociones estaban todas mezcladas.

“¡Oh! ¡Esto me trae de vuelta! Pensé que lo había perdido, ¡pero creo que ha estado en exhibición todo el tiempo!” Verda gorjeó, devolviéndome a la tierra.

Todos se dirigieron hacia la vitrina donde ella charlaba emocionada. Había una pintura en exhibición que Verda había encargado en la antigüedad. Había sido pintado por el mejor artista de la nación.

Nuestro primer y último retrato de grupo.

Lydia estaba a mi lado. Los miembros clave nos rodearon.

Los cuatro reyes celestiales. El Consejo de los Siete. Las Campeonas, Sylphy incluida.

Todos mis compañeros insustituibles.

“¡E-E-E-E-Es como retroceder en el tiempo!” Sylphy se las arregló para decir, con lágrimas en los ojos mientras se enfrentaba a las imágenes de los queridos difuntos.

Podía sentir la pequeña semilla de nostalgia floreciendo dentro de mí.

… Lo que más me sorprendió fue ver a Verda contemplando el cuadro con una mirada lejana en los ojos.

“Esos fueron los buenos tiempos. Ya sabes… creo que esos fueron los mejores años de mi vida”.

Ella no tenía su sonrisa espeluznante habitual. Su rostro joven se puso sombrío mientras trataba de reconstruir sus emociones.

“Solía pensar que me quedaba al lado de Var para satisfacer mi propia curiosidad intelectual. Que fui feliz mientras pudiera experimentar. Que no me importaba nada más. Pero…” Verda suspiró un poco y entrecerró los ojos. “Finalmente me di cuenta de la verdad cuando se fue. No me quedé para realizar mis experimentos. Quería… pasar el rato con mis amigos… que también habían sido rechazados por la sociedad”.

Amigos, eh. Nunca pensé que viviría para escuchar a Verda decirlo.

Solo había pensado en ella como una científica loca que veía a todos los demás como ratas de laboratorio. Siempre que nos veíamos, ella intentaba cortarme las entrañas o hacer que me quedara para ver sus extraños experimentos. Pensé que ella me rodeaba simplemente como un medio para lograr un fin.

Pero supongo que fue más profundo que eso.

“Era una solitaria antes de conocer a Var. No es que alguna vez me haya molestado. Todo lo que necesitaba eran experimentos para saciar mi naturaleza inquisitiva. Sin embargo, después de que se fue… de repente me di cuenta. Estaba sola.”

Ireena y Ginny no estaban seguras de cómo responder. Simplemente intercambiaron una mirada confusa.

Mientras tanto, Sylphy y yo quedamos impactados por esta revelación… Nuestros ojos eran tan redondos como platos.

“Con Var desaparecido, básicamente nos disolvimos. Livvy se culpó a sí misma y se alejó… Incluso Lizer afirmó haber perdido la fe en Var y se fue solo. Al… se lo tomó muy mal. Quiero decir, Var fue toda su vida. Sin él… Al tuvo un colapso. A todos nos pasó lo mismo. Incluso yo era una cáscara vacía”.

“¿Tú…?” Pregunté sin pensar.

Verda me ofreció una sonrisa forzada. “Si. Y sabes, finalmente me di cuenta de algo. Que amaba a Var desde el fondo de mi corazón. Después de todo, él era mi mejor rata de laboratorio… y mi mejor amigo”.

Mejores amigos, eh. No pude evitar mirarla con asombro. Nunca esperé que ella dijera eso… Me resultaba difícil de creer, pero su expresión era muy seria.

“Var me dio algunos de mis mejores años. Nunca en mi vida me había sentido tan viva. Pude salir con mis extraños amigos. Pero… ese ya no es el caso. Ni siquiera puedo recordar nombres ahora. No consigo encontrar a nadie interesante. Por eso… me he vuelto una solitaria de nuevo”.

La desolación se instaló en los ojos de Verda. Casi se parecía… a mí cuando fui aplastado por el peso de mi soledad como el Señor Demonio.

Ella suspiró y me miró. “Oye, Ard. ¿Estás disfrutando de tu vida ahora?” Verda esbozó una sonrisa triste.

Asentí. “Si. Me lo estoy pasando bien, gracias a Ireena y Ginny, Sylphy y Lady Olivia… y todos los demás”.

“Magnifico. Estoy celosa. No me estoy divirtiendo en absoluto. No me di cuenta de que la vida sin amigos podía ser tan aburrida… Las cosas podrían haber sido diferentes si me hubiera dado cuenta de eso cuando Var todavía estaba aquí”.

“Lady Verda. Si ese es el caso—”

Fue una decisión que incluso yo encontré difícil de creer. Mi yo pasado nunca me habría dejado decir tal cosa, pero esto era algo que necesitaba decirle a Verda ahora mismo.

Necesitaba pedirle que fuera mi amiga. Justo antes de que pudiera…

“Bueno…” comenzó Verda, dejando que la sonrisa perturbadora volviera a aparecer en su rostro. “Me imagino que mi vida está a punto de volverse más interesante”.

Sus labios torcidos dejaron escapar una pequeña risita… No hubo advertencia de lo que vendría.

Nuestros tímpanos sonaron cuando algo explotó.

“¡¿… ?! ¡¿Q-Qué fue eso?!” Gritó Ireena. “Sonaba muy lejos del museo”, observó Ginny. “¡Vamos afuera!” gritó Sylphy.

Corrimos detrás de Sylphy hacia la salida, separándonos de los confusos visitantes. Cuando volvimos a salir a la carretera principal… la situación se desarrolló ante nuestros ojos.

“¡¿Eeek?!”

“¡D-Demonios! ¡Vienen los demonios!”

El público estaba invadido por el pánico masivo. Sus gritos fueron cancelados por las explosiones.

Las entidades dirigieron su magia al suelo y los edificios, desencadenando una cadena de aniquilación. Eran mitad humanos, mitad bestias y terriblemente repulsivos.

“¿Una bandada de demonios transformados? Eso fue de la nada”.

Podía sentir la duda y la sospecha echando raíces en mi corazón. Era una situación imposible.

Desde el comienzo del viaje escolar, había estado lanzando un hechizo de detección para vigilar toda la ciudad, pero no había detectado nada que pudiera indicar demonios.

Además, era extraño que los demonios estuvieran arrasando. Escuché que su población había caído a un mínimo histórico. Habría sido imprudente por su parte llevar a cabo un ataque aleatorio.

Por eso siempre tuvieron un motivo para sus redadas.

No había habido ninguna actividad sospechosa antes de esto. Eso era un hecho.

“Eh. Algo huele mal… pero centrémonos en reducir el caos”, murmuré, lanzando hechizos de ataque, cinco por enemigo para cubrir los cinco elementos.

En total, sesenta y ocho conjuntos de hechizos, cada uno con cinco círculos mágicos, manifestados en el cielo vacío y debajo de sus pies…

Relámpago. Fuego. Hielo. Espadas de viento. Rocas. Aplastaron a los demonios, aunque me contuve de matarlos.

No coseché vidas que no valieran la pena. Mi orgullo significaba que limitaría mis poderes para satisfacer esta necesidad.

Sin embargo, cuando la magia tocó a mis objetivos, sus cuerpos prácticamente se desintegraron en polvo brillante.

“… ¿Qué?”

“… ¿Oh?”

“Um, ¿qu-qué está pasando?”

“T-Todo lo que sé es que los demonios desaparecieron”.

“¡Fue como, shling! Y luego ¡bam! ¡Desaparecido!” Sylphy explicó.

Puse mi mano en mi barbilla, pensando en este fenómeno inesperado. Incluso los demonios dejaron cadáveres. No se disolvieron en nada.

Tenían que ser…

“¡Homúnculos! ¡Definitivamente son homúnculos! ¡No demonios!” Verda exclamó, brincando arriba y abajo mientras expresaba mi teoría.

“¿H-Homúnculos…?”

“Entonces este incidente…”

“… fue orquestado por ese tipo calvo… ¡¿Norman?!”

El recuerdo de Norman explicando su investigación todavía estaba fresco en nuestras mentes.

Pero el delincuente no pudo haber sido Norman.

“Sus hallazgos se basaron en la teoría del caos, pero estas entidades debieron haber sido creadas por otra teoría. Odio decir esto… pero Norman no tiene el conocimiento para producir esos homúnculos. Me cuesta creer que él esté detrás de esto”, le expliqué.

Entonces, ¿Quién podría ser?

Eché mi mirada sobre cierto individuo.

En ese momento, mis oídos empezaron a zumbar por la explosión.

… Derrumbándose en el caos, la ciudad entera parecía estar invadida por demonios.

“Supongo que no hay forma de evitarlo. Tenemos que centrarnos en salvar la ciudad primero. Entonces podemos buscar al delincuente”.

Todos estábamos en la misma página. Nadie planteó objeciones. “Okay, vamos—”

Estábamos a punto de correr para reprimir a los demonios devastadores cuando…

AWOOOOOO…

Resonando por las calles se escuchó el siniestro aullido de un monstruo. Mi cuerpo instantáneamente comenzó a sudar frío.

“No puede ser…”

Por favor, esté equivocado, me rogué, volviéndome hacia el sur. Mi visión se vio inundada por la peor escena imaginable. “¡¿Ngh?!” Ireena jadeó.

“¿Q-Qué es eso…?”

“… Estamos acabados”, suspiró Sylphy.

Ireena y Ginny se quedaron boquiabiertas, los ojos muy abiertos por el terror. Sylphy empezó a sudar cuando la realidad de la situación se dio cuenta.

Algo se elevaba en la distancia lejana, separándose del suelo y flotando hacia el cielo…

… Mi amado castillo. Castillo Millennion.

“¡Gweh-heh-heh! ¡Oh chico! ¡Malas noticias! ¡Nos espera ahora! ¡Castillo Millennion está en modo batalla!”

“¿Modo B-Batalla?”

“¿Q-Qué significa eso, Lady Verda?”

“¿Hm? El castillo de Var es la mayor obra arquitectónica… ¡y el arma mágica más poderosa del mundo! Por lo general, funciona como un castillo normal, pero cuando sus alrededores están bajo ataque, ¡ingresa al modo de batalla! Es absurdamente dominado. ¡Tiene suficiente magia para aniquilar a un Dios Maligno!”

“¡¿D-De verdad…?!”

“¡S-Si los demonios alguna vez lo controlan…!”

“¡Entonces la humanidad se extinguirá en un abrir y cerrar de ojos! ¡Gweh- heh-heh!”

“¡No es momento de bromear!” Sylphy espetó. Ella tenía razón. Esto no era motivo de risa…

Pero tampoco era momento de gritar de desesperación.

“Si los registros son correctos, hay dos etapas del Modo Batalla”.

“Uh-huh. ¡El modo batalla sirve como red de seguridad del castillo para evitar que el enemigo se apodere de él! ¡Estamos viendo la primera fase!

Muestra al enemigo que está a punto de tomar la ofensiva lanzándose por el aire. Después de un período determinado, comenzará a transformarse.

¡Esa es la segunda fase!” Verda explicó.

“En otras palabras, todavía tenemos algo de tiempo antes de que entre por completo en el modo de batalla completo”, dijo Ireena.

“Deberíamos infiltrarnos en el castillo para detenerlo”, continuó Ginny.

“¡Entonces será mejor que nos demos prisa! A este paso, toda la ciudad… no… ¡El mundo entero estará en peligro!” Sylphy gritó.

“Me imagino que Lady Olivia y los caballeros pueden manejar a los civiles. Haremos una visita al castillo”, declaré.

Nos miramos y asentimos al unísono. Corriendo tan rápido como nuestras piernas nos permitieron, nos dirigimos hacia el castillo del Señor Demonio.

Quería teletransportarme allí, pero… los homúnculos habían establecido contramedidas. Toda la ciudad estaba bajo un hechizo de sellado que impedía cualquier tipo de magia de movilización, incluida la teletransportación. Me volví inútil.

Probablemente podría lograr encontrar una excepción a la regla si me tomara el tiempo para analizar su hechizo… pero el reloj no se detiene. Tenía más sentido partir hacia nuestro destino con nuestros propios pies.

De camino allí, nos ocupamos de los demonios y aseguramos la seguridad de los ciudadanos.

Pero… la gente técnicamente no se salvó. Después de todo, el enemigo ni siquiera había dejado un solo rasguño en la población.

Fue tan peculiar. Los homúnculos destruyeron solo los edificios, sin mostrar agresión hacia los humanos. De vez en cuando desataban hechizos sobre multitudes que huían… pero solo para crear cráteres en el suelo.

Era como si estuvieran jugando con nosotros.

… Estaba empezando a pensar que mi teoría era correcta mientras seguía corriendo hacia adelante con todos los demás.

Me detuve cuando vi un grupo de sombras con forma humana zumbando hacia nosotros.

Homúnculos.

“Bien, bien, bien. ¿No es esta una alineación nostálgica?” Dijo Verda.

Fueron mis últimos subordinados. Nuestros formidables enemigos eran los que yo mismo había despachado. No había duda de ellos.

De pie ante nosotros estaban los héroes del pasado antiguo.

“Yo-yo recuerdo algunas de estas caras del mundo antiguo”, observó Ireena.

“¡Ese es el antiguo esclavo de Lady Lydia…!” Ireena y Ginny comenzaron a sudar, petrificadas.

“¡Hah!” Sylphy se rio en cambio. “¡Las falsificaciones siempre serán falsas!

¡Eres un trabajo fácil en comparación con el negocio real!” Su pecho se hinchó de orgullo.

Ella tenía razón. A pesar de que sus apariencias sugirieron lo contrario, parecía poco probable que su poder pudiera replicar los originales.

Pero en cualquier caso… había suficientes para mantenernos preocupados. Se nos acabaría el tiempo si nos detuviéramos aquí.

Que significa…

“¡Ard! ¡Y Verda! ¡Déjanos esto a nosotros! ¡Nos ocuparemos de estos muchachos!”

… Esta era nuestra única opción. “Ireena. Ginny… ¿Estarán bien?” Enderezaron los hombros y me miraron.

“¡Duh! ¡Tres de nosotras serán más que suficiente!” Gritó Ireena.

“La señorita Sylphy tiene razón. Deberías seguir adelante. Si hay otra oleada de homúnculos, confío en que vendrás a salvarnos”.

… Realmente habían madurado durante nuestro viaje al pasado. Tenía plena fe en ellos.

“Entiendo. Vamos, Lady Verda”. “¡Lo tienes, tío!”

Nos lanzamos al mismo tiempo, saltando sobre las cabezas de la multitud. Los homúnculos estaban listos para derribarnos, pero…

“¡Ni siquiera lo pienses! ¡Demise-Argis!” Sylphy convocó la Espada Sagrada, apretándola con fuerza y entrando furiosamente.

“¡No dejaré que te robes el centro de atención!” Ireena chilló. “¡Le cubro la espalda, señorita Sylphy!”

Las otras dos chicas desataron Mega Flare en la horda, y Verda y yo pudimos aterrizar con seguridad en el otro lado.

“¡Que la victoria te sonría…!”

Aunque estaba preocupado por su bienestar, elegí confiar en ellas, corriendo hacia adelante sin mirar atrás ni una sola vez.

El camino por delante estaba relativamente tranquilo. Ningún oponente formidable nos cerró el paso…

“Saltemos, Lady Verda.”

“¡Sí, capitán! ¡Es hora de una pequeña infiltración!”

Todavía no pudimos lanzar ningún hechizo de vuelo debido a sus contramedidas. Armamos nuestra magia fortalecedora para mejorar nuestras habilidades físicas y saltamos hacia adelante.

Saltamos por el cielo azul hasta llegar al castillo. “Perdónanos”.

En ese instante, golpeé la puerta con un hechizo de relámpago y la hice añicos.