Jimi na Kensei (NL)

Volumen 3

Capítulo 1: Los Nobles De Un Imperio Caído

Parte 3: Simple

Los nobles emigrados tenían una esperanza secreta, o no tan secreta: que una guerra entre el Reino de Arcana y la República de Domino resolvería todos sus problemas. La República de Domino tiene escasez de alimentos, y dado que eso no se puede resolver con los recursos disponibles dentro de sus propias fronteras, existía una alta probabilidad de que terminaran invadiendo este reino.

Además, eran muy conscientes de que sus súbditos los odiaban. Atribuyeron esto a una tendencia generalizada de que los gobernantes no agradaran a sus súbditos. Por supuesto, muchos de ellos creían que sus “súbditos tontos” se habían rebelado contra ellos, sus “gobernantes adecuados”.

“Esto es completamente diferente de lo que esperábamos”.

Nuri, quien recientemente había causado el problema con Tahlan, había creído que una vez que la República de Domino declarara la guerra al Reino de Arcana, el Reino de Arcana invadiría y restauraría el Imperio de Domino. Después de todo, creía, la misma ideología de una república también era una amenaza para el Reino de Arcana, y querrían volver a poner a ese genio en la botella lo más rápido posible.

“El hecho de que no terminó en una guerra real es una cosa, pero también lo es el hecho de que esos débiles en la Casa Caputo tenían tanto poder”.

Y normalmente, aunque podría haber diferencias en la escala, debería haber terminado de esa manera. El as de la Casa Caputo, un individuo enormemente poderoso que con su sola presencia puede garantizar la victoria… A diferencia de Sansui, el inmenso poder del Tonto con Cicatrices es fácil de comprender.

“Si podemos poner a ese mago bajo nuestra influencia, no tenemos nada que temer. ¡No tendremos que doblar la rodilla ante nadie!”

Tiene razón en eso. La personalidad de Shouzo y su habilidad personal son irrelevantes. El simple hecho de tenerlo sería suficiente para evitar que cualquier país los invade y obligue a los rebeldes a arrodillarse ante ellos. Los deseos individuales de cualquier otra persona carecían de sentido al lado de su capacidad destructiva.

“Kyoube Shouzo… ¡Debemos hacerlo nuestro!”

Para restaurar su gloria perdida, Nuri ha estado tramando. Conspirando para poner bajo su control al mago más poderoso del mundo. Encontrarlo fue bastante simple. Shouzo se mantenía lejos de las rutas comerciales y vacío de cualquier recurso valioso, en un territorio vacío notable únicamente por la gran distancia de otras personas que ofrecía. Una sola casa se encuentra sola en un tramo de tierra aislado… ahí es donde está Shouzo.

Al ver que lo habían relegado a alojamientos tan simples, el rostro de Nuri se curva en una sonrisa torcida. ¿Por qué? Porque es obvio para cualquiera que se preocupe por mirar que Shouzo está siendo tratado mal. Es como si solo estuvieran suplicando a los nobles emigrados que lo reclutaran.

Si la Casa Caputo le hubiera ofrecido la mejor hospitalidad que pudieron reunir, incluso los nobles emigrados no habrían podido brindarle nada mejor. Pero como vive en condiciones tan miserables, sin duda le agradará arrojarle hasta el hueso más pequeño. Sin duda, inmediatamente jurará su lealtad a los nobles y felizmente desperdiciará su vida por ellos. Después de todo, está siendo tratado como un esclavo.

“¿Puedo preguntarte quién eres?”

Por supuesto, hay guardias apostados allí. Hay una unidad entera asignada para vigilar a Shouzo que opera desde un cuartel a poca distancia de la casa.

“Soy Nuri, un noble del Imperio. Tengo negocios con el hombre que está adentro”.

“¡No pasarás por aquí! ¡Váyase de inmediato! “

Además de los caballeros capaces de usar magia ordinaria, también había paladines de la Casa Caputo expertos en defensa mística. Nuri tiene su séquito con él, pero probablemente no puedan abrirse camino a través de eso.

“¡No te atrevas a estorbarnos! ¿Los meros paladines se interpondrán en el camino de un noble imperial?”

Para él, lo más importante que tiene es el estatus con el que nació, y no puede perdonar que los caballeros de otro reino no lo obedezcan.

¿Por qué hay guardias aquí?

Su rabia pone pensamientos tan ridículos en su cabeza. “Eh ¿qué? ¿Por qué?”

Shouzo asoma la cabeza por la puerta de la casa sin mucha precaución. Podría haber sido cauteloso si se hubiera convertido en combate, pero el argumento solo parece haber despertado su curiosidad.

“¡Por favor, no hagas nada!”

Los guardias rápidamente empujan a Shouzo de regreso a la casa. Incluso si los visitantes no planean asesinarlo, no hay nada bueno que pueda resultar de permitirles interactuar con él.

“Quiero decir, no parece que haya una batalla…” “¡Ese no es el problema!”

“Parece que también están aquí para verme”. “Solo… por favor, no hagas nada”.

“…Bien entonces. Solo esperaré aquí”.

Debido a la urgencia en la voz del guardia, retrocede. Parece que es lo suficientemente inteligente como para hacer eso, al menos.

Sin embargo, él es el único que retrocede. “¡Por favor, vete!”

“¡No podemos irnos después de haber recorrido todo este camino!”

No hay forma de que Nuri se eche atrás, y los guardias están aún más motivados para mantenerse firmes. Después de todo, están peleando por una bomba capaz de acabar con países enteros. El mero valor hace imposible que ninguna de las partes ceda.

“¡No podemos dejarte pasar!” “¡¿Por qué no?!”

“¡Tenemos órdenes del Lord de la Casa Caputo y del Lord Mariscal de los Paladines!”

“¡Bien! ¿Cuánto quieres?”

“No importa cuánto ofrezca, ¡no lo lograras!”

Nadie puede decir con certeza que todos los caballeros, incluidos los paladines, son uniformemente honorables. La verdad es que la mayoría no querría proteger al Tonto con Cicatrices. Si tuvieran que proteger a alguien, preferirían proteger a Paulette.

Sin embargo, habiendo presenciado el poder de Shouzo, todos estaban muy conscientes de qué era exactamente lo que estaban protegiendo. En el peor de los casos, si aflojaban su protección, el reino podría terminar en un páramo quemado. Entregarlo ahora significa entregar el poder para destruir el reino.

“¡Nos han dado permiso para matar a los intrusos que se acercan sin permiso!”

“¡¿Cómo te atreves a amenazarme?!” “¡Ahora, por favor vete!”

El permiso para matar fue decisivo.

“Muy bien… ¡Pero te arrepentirás de esto!”

Hubiera preferido convencerlo sin interactuar con la Casa Caputo, pero eso había fallado. En cuyo caso, decidió esperar otro día. Y entonces…

En el extremo oriental de los reinos de Caputo, a una distancia de la ciudad fortaleza, Nuri espera a Shouzo.

“¿Hm?”

“Un placer conocerte. Mi nombre es Nuri. Soy un noble imperial”.

Shouzo aparece en el mismo sitio para su práctica de magia casi todos los días. Después de enterarse de esa información, Nuri llegó primero para esperarlo. Por supuesto, ambos tienen sus acompañantes, pero la situación permite conversar. En consecuencia, las negociaciones comenzaron casi de inmediato. La realidad hacía imposible retrasar las bromas.

“Deseo hablar contigo”. “¿Si?”

“¿Sin duda tiene sus quejas con la Casa Caputo?” “De ningún modo.”

“Entiendo que no puede decirlas frente a sus escoltas o, más bien, sus carceleros, pero no puede decir honestamente que no tiene quejas”.

“No, no tengo ninguno”.

“No hay forma de que estés satisfecho con estar atrapado en esa miserable choza y ser tratado tan mal”.

“No estoy bien.”

“Estoy seguro de que cree que tiene derecho a algo mejor como el mago más poderoso del mundo”.

“… ¿Qué tengo que hacer? Este tipo no me está escuchando”.

Ante la completa falta de comprensión de Nuri ante las tres respuestas negativas de Shouzo, tanto Shouzo como sus acompañantes están perdidos.

“Tienes un valor enorme. Con tu poder absoluto, no hay nada en el mundo que no puedas hacer”.

El poder es autoridad, cierto. Si hubieran tenido poder, Nuri y los demás no habrían necesitado huir al Reino de Arcana. Y frente a él hay un poder al que nadie puede hacer nada para oponerse. Era natural que lo buscara.

“No, yo tampoco creo que sea cierto”.

Shouzo responde sin artificios. Si la “magia” en este mundo fuera tan poderosa, no tendría los problemas que tiene actualmente.

“Lo único que puedo hacer es destruir. No puedo hacer nada más”.

“Pero eso es algo que solo tú puedes hacer. En cuyo caso, no debería ser tratado como es ahora. Deberías ser un héroe. ¿Por qué estás satisfecho con vivir atrapado en una casa así?”

“Porque si viviera en una gran mansión, podría volarla”.

Incluso Nuri no pudo evitar detenerse ante esta respuesta. La prueba que respalda esas palabras está, después de todo, junto a él.

“Mira, he destruido esa casa cinco, seis veces ya. Como, estaba dormitando una vez y pensé ‘oye, hace frío’, y solo unos segundos después todo estaba en llamas. En otra ocasión, pensé que estaba un poco congestionado por dentro, así que probé un poco de magia del viento y lo lancé por el horizonte”.

Los acompañantes se estremecen, porque todo es verdad. Si bien es posible que sea capaz de producir el efecto general que desea, tiene algunas dificultades reales con las cuestiones de proporción. De hecho, cada hechizo que usa es, por definición, desproporcionado.

“Si estuviera en una gran mansión, tendría que vivir mi vida con alfileres y agujas. Y si viviera en una ciudad, me imagino que podría destruir todo lo que me rodea por error”.

“Yo, ya veo…”

Si no hubiera presenciado este paisaje, sin duda se habría ofrecido a proporcionar viviendas o castillos particularmente difíciles. Pero Nuri no tiene el corazón para hacer esa oferta después de ver este páramo, porque no hay ladrillo o cemento que pueda detener la magia de este hombre.

“De todos modos, es por eso que no me siento cómodo viviendo en ningún otro lugar que no sea esa casa”.

La enorme suposición que sirvió como fundamento del caso de Nuri se derrumba inmediatamente. Simplemente había asumido alegremente que Shouzo había sido mal tratado y, como resultado, una simple promesa de un mejor tratamiento lo inclinaría fácilmente hacia el lado de Nuri. Todas las dulces palabras que Nuri había preparado se han vuelto inútiles. Sin embargo, no se disuadió tan fácilmente de que esto sería suficiente para hacer que se rindiera.

“Entiendo. Sin embargo… ¿No deseas usar tu poder para un buen propósito?”

“¿Huh?”

Evidentemente, eso le llamó la atención, y ahora está claramente interesado.

“Actualmente, este reino está tratando de poner fin a la guerra.  Está tomando medidas a tal efecto”.

“Sí, lo he escuchado”. “¿Y estás bien con eso?”

Todos los que tienen poder tienen el deseo de ejercerlo. Ya sea que se trate de poder en forma de fuerza física, autoridad o magia abrumadora, no hay ninguna diferencia.

“Nosotros, la nobleza imperial, nos estamos moviendo para recuperar nuestra patria. Si se une a nosotros, le daremos todas las oportunidades que pueda desear para usar su poder”.

“Lo que significa…”

“Si. ¡Usa tu magia, tu castigo divino, para hacer justicia a los rebeldes!”

Así como Sansui tiene el apodo de “Lightning Slasher”, Shouzo ha sido etiquetado con “Castigo divino”.

Como sugiere el nombre, es un poder casi divino que llueve del cielo. Sin embargo, también tiene la connotación de castigar a los rebeldes o invasores.

“¿Entonces quieres decir que quieres que destruya tu tierra natal?”

“Sí, pero no hay problema. No es como si mancharas la tierra cuando usas tu magia, ¿verdad? Las ciudades y los castillos, todos fueron construidos por nuestros antepasados. Simplemente los reconstruimos después de reclamar nuestra primogenitura. ¿No es así el camino del mundo?”

Originalmente, la infraestructura en ese país fue construida para la Casa Imperial y la nobleza. Los rebeldes están haciendo uso de esa infraestructura y eso es motivo suficiente para destruirla.

“De ninguna manera.”

Shouzo rechaza a Nuri, claramente disgustado.

“No puedo confiar en ti. Así que no te ayudaré a recuperar tu país”.

“¡¿C-Cómo te atreves a hablarme de esa manera?! ¡Soy un miembro glorioso de la nobleza imperial! ¡Y aquí te ofrezco a contratarte!”

“Como estoy tratando de decirte, no quiero”.

Es cierto que puedes reconstruir lo que destruyes. E incluso si matas personas, la población eventualmente se recuperará. Siendo de Japón, Shouzo es muy consciente de lo resistentes que son las personas.

“C-Cómo… ¡Cómo te atreves a rechazarme! ¡¿Qué problema podrías tener?!”

“Tengo problemas con todo eso. No me gusta el hecho de que estés tratando de hacer que ataque a tu propio país, y particularmente no me gusta el hecho de que seas tan simplista en cuanto a reconstruir todo lo que destruyo”.

Incluso las cosas destruidas sin posibilidad de reparación se pueden reemplazar. Los trabajadores que mueren también pueden ser reemplazados por nuevos trabajadores. Sin embargo, construir cosas nuevas y superar el dolor de perder a un ser querido no son cosas simples de hacer.

Shouzo mira con desdén a Nuri, un hombre que está tratando de resumir estos temas complejos en algo ridículamente simple. No tenía intención de prestar su poder a un hombre que, como él, no podía hacer nada más que destruir.

“La razón por la que dejo mi magia en manos de la Casa Caputo es porque entienden la dificultad de proteger a las personas y la dificultad de arreglar las cosas. No creo necesariamente que todos sean buenas personas, pero creo que todos están haciendo todo lo posible por la gente de Caputo. ¿No le importa en absoluto la gente de su país?”

Si fueran personas verdaderamente santas, nunca le habrían ordenado a Shouzo que matara a nadie. Pero la razón por la que le habían ordenado a Shouzo que matara no era porque fueran malvados o egoístas. Se lo preguntaron después de luchar con sus conciencias y llegar a la conclusión de que era la única forma de proteger su territorio y su gente. No importa cuán estúpido sea, Shouzo comprende esa realidad.

“¡Cómo te atreves!”

“Mira este. Lo que ‘creé’. Tiene la intención de dejar todo su país de esta manera, ¿verdad?”

El paisaje creado por un mago con un poder increíble, con magia del más allá de este mundo, era un infierno que no se parecía a nada que la naturaleza pudiera producir.

“Si alguien de la Casa Caputo, como Lady Paulette, me dice que vuelva a hacer esto, lo haré. Porque eso es lo mejor para la gente de los reinos de Caputo. Pero eres diferente. Me quieres porque esa es la forma más fácil y la mejor ruta para ti, ¿verdad? No estoy ayudando con eso”.

“… ¡¿Entonces cuál es el punto de tu poder?!”

Al ver este paisaje, Nuri se lo creyó todo. Creía que podía usar este poder para incinerar unilateralmente a los rebeldes. Creía que este poder estaba allí para su uso.

Los rebeldes que habían sido destruidos en esta llanura no dejaron nada atrás, ni siquiera sus restos. Pero para él, eso no fue suficiente. Tuvo que enterrarlos a todos en un páramo como este.

“¡Eres un castigo divino! ¡Tú poder está ahí para destruir a los que hacen el mal! ¡Países que hacen el mal! “

Los cuatro ases del Reino Arcana nunca traicionarán a sus amos. Es imposible saber si ese es el carácter de su pueblo o la habilidad de los nobles para controlar a los demás. Sin embargo, lo que era innegablemente cierto era que existía un entendimiento mutuo entre sirviente y amo.

“¡Eso es lo que debes destruir! ¡Hay pecadores, malhechores, que deben ser castigados! ¡Destruirlos debería ser sencillo para ti!”

El arma de destrucción masiva con libre albedrío no lo niega. Pero había aprendido a través de su amplia experiencia que las acciones de barrido que parecen simples a menudo son difíciles de limpiar después.

Y que obligar a otra persona a hacer las cosas difíciles que él no puede hacer es algo agotador y deprimente.

“El único que decide quién merece el castigo divino es Dios. ¿Te consideras un Dios?”

Si Shouzo es un castigo divino, entonces el que puede derribar ese castigo divino es Dios. Y actualmente, el único al que llama Dios es la Casa Caputo.

“Si eres Dios, entonces debes lidiar con eso tú mismo. Es ‘simple’, ¿Verdad?”