Jimi na Kensei (NL)

Volumen 3

Capítulo 1: Los Nobles De Un Imperio Caído

Parte 4: Conjeturas

Padre e hija, tristemente privados de la buena suerte de anunciar buenas nuevas al otro, vuelven a reunirse en una de las ciudades de Caputo, cerca del centro del Reino de Arcana. Después de intercambiar actualizaciones sobre sus esfuerzos, ahora deben trazar el camino por delante, incluso si hay poco para iluminar el camino.

“Ya veo. Sansui se negó, como se esperaba… ” “Perdóname padre. ¿Cómo te fue con el Castigo Divino?”

“Un esfuerzo en vano… Él está completamente en manos de la Casa Caputo y les permite encadenarlo con sus maleficios”.

“Ya veo… Entonces es inútil para nosotros”.

Si hubieran conseguido que el padre adoptivo del único miembro superviviente de la Casa Imperial, el Joven Apóstol de la Espada, se uniera a su búsqueda, entonces incluso el pesado Reino de Arcana habría seguido con una oferta de ayuda completa. Si hubieran sido capaces de llevar al Tonto con Cicatrices a su órbita, luego de que él ya había destruido al ejército rebelde una vez, habrían podido reclamar el Imperio de Domino por sí mismos.

Sin embargo, ambos se negaron a prestar oídos a la nobleza imperial, eligiendo en cambio servir a maestros que, lejos de mostrar lealtad a la Corona, la cuestionaron activamente. Ninguno de los dos había entendido el puro honor que se les había ofrecido, no solo al conocer a los nobles imperiales, sino al ofrecerles un lugar a su lado. Un evento tan trascendental fue materia de leyenda familiar en el Imperio. Rechazar una oferta de un noble imperial iba mucho más allá de la mera tontería, dejando a los dos nobles sin saber si los plebeyos en cuestión entendían siquiera lo que se les decía.

“Al enterarse de esas negativas, nuestros compatriotas ya han puesto en marcha sus propios planes”.

“Oh, Dios… Qué impresionante.”

Sí, los nobles capaces tejieron planes dentro de sus planes. Si el primer plan fallaba, había un segundo para ocupar su lugar. La campaña para retomar el Imperio ya estaba en marcha.”

“Primero, ‘aseguraremos’ a Lady Lain. A continuación, asesinamos al jefe rebelde, que llegará a Arcana en breve”.

Ambos son cursos de acción eminentemente razonables. Reconstruir un Imperio requiere un heredero del Imperio, y si ese heredero está en manos de la Casa Sepaeda, entonces necesita ser liberada. Y con el jefe de la rebelión dirigiéndose directamente al suelo enemigo por su propia voluntad, no hay razón para no asesinarlo.

“Y enterraremos el Castigo Divino”.

“…Ya veo. Si todos esos planes se concretan, la guerra entre los arcanianos y los rebeldes será inevitable”.

Luego está deshacerse de Shouzo. La razón probable por la que el Reino de Arcana está dispuesto a llegar a un acuerdo con los rebeldes es porque tienen el lujo de saber que pueden destruir a los rebeldes en el momento que elijan. Ese lujo desaparecería junto con Shouzo y no dejaría al reino más remedio que utilizar sus ejércitos para sofocar a los rebeldes.

“Bastante, bastante… Nosotros, la nobleza imperial, nos uniremos en torno a Lady Lain. Los rebeldes, sin su líder, serán presa fácil, ya que los arcanianos se ven obligados a derribarlos después de perder el Castigo Divino”.

Sobre la cuestión de asegurar a Lain, simplemente dicen que necesitaban proteger al heredero del trono imperial. En cuanto al asesinato del líder rebelde y Shouzo, bueno, se puede culpar a los extremistas entre los rebeldes que estaban descontentos con las negociaciones de paz. Un golpe maestro que arreglará las cosas a la perfección para su restauración.

“Qué tontos son los arcanianos, padre… Si simplemente nos hubieran ayudado para empezar, nada de esto habría sucedido”.

“De hecho, mi querida Hari. En cambio, perderán el honor de apoyar al próximo Emperador y perderán a su mejor mago. Se lo han traído todo a sí mismos”.

Sí, todo procederá como debería. Después de destruir al ejército rebelde, no hay duda de que el Reino de Arcana dependerá de la nobleza imperial para ayudarlos a gobernar las vastas tierras del Imperio de Domino. Sin la invaluable y dominante presencia de la nobleza, cualquier nuevo emperador estaría condenado al fracaso.

“No se puede gobernar un país con meros ideales. ¿No es así, Hari?”

“En efecto. El papel de un noble es hacer lo que sea necesario para asegurar el poder”.

Seguramente, ni la Corona ni la nobleza del Reino de Arcana podrían comprender un plan tan grandioso. Sin duda, seguirán creyendo que están actuando por su propia voluntad, sin saber que están siguiendo un guion escrito por los nobles imperiales. El precio de subestimar a la nobleza imperial se pagaría con su trabajo sangriento.

Mientras tanto, en la finca de la Casa Batterabbe en la capital real…

Actualmente, el Señor de la Casa Batterabbe, su hija Happine, su prometido Saiga, así como Magyan Sunae y Tahlan, están todos reunidos en una habitación.

“Es probable que los nobles emigrados estén conspirando para asesinar al líder del nuevo régimen, así como a Shouzo, y secuestrar a Lain en el proceso”.

Discuten, con expresiones preocupadas, temas que quitarían el color a los rostros de los conspiradores imperiales. Todos los presentes, excepto Saiga, parecen encontrar la declaración sin complicaciones. Saiga, sin embargo, no pudo evitar fruncir el ceño. Como estaba operando desde el punto de vista de un aficionado, no podía imaginarse que la gente fuera tan estúpida como para probar las cosas que acababan de describir.

“Um… ¿Hablas en serio?” “¿Te sonó en broma?”

“No, no me refiero… Simplemente parece bastante ridículo”. “Sin duda… Pero ya están haciendo los preparativos”. “Pero, uh… ¿Qué están tratando de lograr?”

Honestamente, eso es lo que realmente se le escapa. Saiga no puede entender lo que los nobles creen que obtendrán al hacer cualquiera de estas cosas.

“Para mantener la guerra entre Arcana y Domino y obligarnos a derrocar al nuevo régimen”.

“… ¿Eso realmente sucedería?”

Incluso con la explicación de Lord Batterabbe, Saiga todavía da una inclinación de cabeza burlona. Si se tratara de personajes de manga o anime, seguro, podría verlos intentando ese tipo de villanía caricaturesca. Pero estas son personas. Seguramente incluso ellos lo saben mejor.

“Saiga, solo lo dices porque nunca has conocido a uno de estos emigrados. Todos son bastante inútiles”, agrega Happine ligeramente enojada en apoyo de las palabras de su padre. Como hija de la rama principal de la Casa Batterabbe, la propia Happine probablemente ha recibido numerosos avances no solicitados de los nobles emigrados. Su desdén sugiere que los avances tampoco fueron particularmente agradables.

“Dicen que la desesperación embota el ingenio. Saiga, no asuma que todos los hombres son igualmente sabios. En ese caso, no habría necesidad de leyes”. Sunae, una princesa que posee la Presencia Real, también parece conocer a muchos de esos tontos. Ella ciertamente no muestra sorpresa de que los nobles emigrados estén poniendo en marcha un plan tan descabellado.

“No hay necesidad de salir de su camino para entenderlos. Como alguien que tiene la tarea de proteger la ley, solo necesita concentrarse en hacer lo correcto”. Las palabras de Tahlan son una pura verdad. En lugar de preguntarse por qué van a cometer un delito, es más importante concentrarse en detener ese delito antes de que suceda.

“S-Sí, tienes razón… Tanto el asesinato como el secuestro son malos. Dejar que la guerra continúe es aún peor”.

“Ese es el espíritu. Tienen sus razones para sus acciones, pero debemos actuar para detenerlos, por el bien de ambos países”.

El asesinato de dos hombres y el secuestro de una niña. El éxito en cualquiera de esos esquemas sería un gran golpe para el Reino Arcana. De hecho, los costos serían mucho más graves de lo que los nobles emigrados podrían imaginar.

“Saiga, Princesa Sunae, Príncipe Tahlan. Le agradecería que pudiera dirigirse a Caputo y proteger la cumbre”.

Por eso el fracaso no es una opción. Lord Batterabbe se prepara para desplegar su as en el esfuerzo.

Aunque el joven aún no está listo para manejar esto por su cuenta, Lord Batterabbe espera que, algún día, Saiga se convierta en un as absoluto similar a Sansui en capacidad.

Pero para eso, lo más importante ahora es ganar experiencia.