Kami Tachi ni Hirowareta (NL)

Volumen 10

Capitulo Extra: Los Dioses En La Tierra

Gain y los otros dioses habían ocupado un espacio del reino divino de la Tierra para observar a sus ocupantes humanos.

“Entonces, ese gerente de Ryoma fue otra víctima de los dioses de la Tierra…”

“Tendría éxito en todo en la vida con un mínimo esfuerzo hasta el momento en que conoció a Ryoma… Así que culpó a Ryoma por sus nuevas dificultades en la vida”.

“El hecho de que dio por sentado su éxito y descuidó sus estudios u otro trabajo duro en la vida, y que culpó de sus fracasos a Ryoma fue culpa suya, así que no tengo simpatía por él allí”.

“Kufo tiene razón. Su situación fue simplemente el resultado de cómo trató a Ryoma cuando estaba vivo. Habría estado en un lugar diferente si se hubiera detenido a considerar sus acciones antes de que Ryoma falleciera, como lo hizo Baba”.

“Eso es cierto. Estaba siendo llevado a hacer sufrir a Ryoma también, pero aprendió la lección a tiempo, para evitar consecuencias catastróficas. De lo contrario, habría muerto en ese accidente automovilístico, o habría vivido el resto de su vida parapléjico”.

“Destiny ha cobrado gran parte de su deuda, parece…”

“Toda esa compañía fue construida como una jaula para mantener y atormentar a Ryoma doblando y torciendo el destino… No tiene razón de existir ahora que Ryoma ha fallecido”.

“Había más personas en esa empresa que trataban a Ryoma injustamente… Pero la empresa no durará mucho más, y parece que perder un trabajo para un ser humano en esta época puede ser muy duro para ellos. La mayoría de ellos romperán con su pareja o se enfermarán cuando pierdan su trabajo para compensar sus acciones… Sin embargo, algunos de ellos realmente no tienen remedio”.

“Pareces enfadada, Lulutia.”

“¿Algo te molesta?”

“Bueno, soy la diosa del amor, después de todo. Hay una chica en el departamento de Ryoma; se aprovechaba de que los hombres notaran su apariencia haciéndoles comprar ropa y joyas caras, haciéndoles pagar excursiones… No es que ella equipare el amor con el dinero, solo lo ve como una herramienta para robarles el dinero a otros”.

“También noté a alguien así. Un chico que tiene una enorme lista de quince novias de larga distancia en diferentes ciudades en las que ha estado en viajes de negocios. Como dios de la vida, podría elogiar su fuerte impulso por la preservación, pero no es saludable ni justo de ninguna manera”.

Gain, Kufo y Lulutia mantuvieron la apariencia de una observación indiferente mientras hablaban en silencio entre ellos sobre un tema completamente diferente.

¿Has notado? preguntó Gain.

Sí. Parece que nos quedamos más de lo debido, con seguridad de mala calidad o no.

Dos de ellos. Sin animosidad, al menos, y no muy poderosa. ¿Simplemente nos están investigando?

No puedo decir Puede que estén ocultando sus poderes… Definitivamente nos han notado. Un intento de comunicación puede resultar mejor que pelear o correr. ¿Pensamientos?

Suena bien para mí. Nosotros somos los que estamos traspasando, de todos modos.

No quiero pelear si no es necesario.

Habiendo llegado a un acuerdo, los tres dioses se volvieron hacia la presencia que sintieron y los llamaron.

“Dioses de la Tierra, nos gustaría hablar con ustedes”.

“Sé que no llamamos, pero no queremos ningún problema”.

“No vamos a pelear. ¿Podrían mostrarse?”

Sus llamadas fueron recibidas con silencio.

“Qué hacer… No quiero que se hagan una idea equivocada de nosotros…”

“¿Deberíamos irnos, o…?”

“Hmm… Si nos atacan, no podemos simplemente acostarnos y tomarlo…”

Justo cuando los tres tomaron una postura defensiva, esperando lo peor…

“¡Wh-Whoa! ¡Esperar! ¡Tampoco queremos pelear! ¡Usted tiene derecho a permanecer en silencio!”

“Deja de divagar como un idiota. Dijeron que no están aquí para pelear…

¿Y qué, los vas a arrestar? Suena más estúpido cuando te estás volviendo loco, listo para salir corriendo”.

Un par de dioses aparecieron en la forma de un hombre y una mujer jóvenes vestidos con trajes de negocios.

Parece que podemos hablar con ellos.

Justo cuando Lulutia expresó este pensamiento, la agotada diosa de la Tierra sacó una tarjeta de presentación de su bolsillo.

“Un placer conocerte. Soy Ishigami Yokota”.

“Oh gracias…”

“¿Qué hacemos? ¿No tenemos que devolver nuestra propia ‘tarjeta’?”

“Eso es lo que hacen los empresarios en Japón, de todos modos. ¿Qué podemos hacer?”

“No te preocupes. No siempre tenemos tarjetas tampoco. Viendo que son dioses de otro mundo, estoy seguro de que tienen diferentes culturas”.

“Gracias por entender. Soy Gain, el creador de Seilfall”.

“Dios de la Vida, Kufo”.

“Diosa del Amor, Lulutia”.

Después de esos saludos, los ojos se juntaron en el hombre del traje.

“Qué.”

“¡Disculpe! ¡Nos presentamos!”

“No para estos intrusos, no lo soy. No es como si tuviéramos nombres para dar, de todos modos. Acabemos con esto y salgamos de aquí.”

“¡En serio, detente! ¡Íbamos a hablar de esto pacíficamente!” gritó la diosa, mirando con aire de disculpa a los dioses de Seilfall.

“No hay necesidad de disculparse con nosotros”.

“Estamos invadiendo”.

“Sí, y estoy seguro de que tienes tu propio negocio que atender”.

“Lo siento mucho”, dijo Ishigami. “Si pudiera explicar… Los únicos dioses de la Tierra que tienen nombres son los famosos recordados en los mitos o aún adorados hoy”.

“Como si fueran las celebridades y nosotros nadie. Los débiles como nosotros no son conocidos y no tenemos un nombre.”

“Qué pasa con el nombre que acabas de decirnos… ¿Ishigami Yokota?”

“Lo lamento. Es una especie de alias que preparé ceremoniosamente, más o menos. En Japón, existe la creencia de que un dios habita en cada objeto; Soy un dios que vive en la roca al lado del campo propiedad de [BEEP] en [BEEP], [BEEP], [BEEP] Prefectura”.

“Cierto… Me di cuenta de que tu nombre estaba escrito con los caracteres de ‘granja’, ‘junto a’, ‘roca’ y ‘dios'”.

“Uh, pero qué fue ese ruido extraño cuando estabas diciendo—”

“Censurando. Hoy en día, la privacidad y la protección de la información personal es un asunto serio, incluso en el reino divino. Cuando decimos cualquier información personal, automáticamente somos censurados”.

“Parece que los dioses en la Tierra también tienen cosas difíciles”.

“Ve al grano”, dijo el hombre trajeado, convocando una caja rectangular negra a su lado, rompiendo el aire agradable de la charla.

“¡¿Qué estás haciendo?! ¡No puedes simplemente sacar esa cosa ridículamente insidiosa, como si estuvieras listo para pelear! ¡Tenemos la oportunidad de hablarlo, así que podríamos haberlo hecho con calma!”

“Cállate. No eres tú quien está obligado a sostener esta cosa ridículamente insidiosa. No lo quiero sobre mí ni por un segundo más de lo necesario.”

“Entiendo eso, pero…” Yokota se frotó los ojos antes de volverse hacia los dioses. “Lamento eso. Realmente no tenemos ninguna animosidad hacia ti”.

“Te creo, después de nuestra conversación. ¿Pero qué es eso…?”

El dios abrió la caja para responder a la pregunta. La caja de tono negro contenía un par de espadas que los dioses conocían bien.

“Eso es…”

“¡Las espadas que el padre de Ryoma le dejó!”

“Por qué… ¿Cómo están los que están aquí en el reino divino?”

“Estaré encantado de explicarte. Pero primero, ¿te importaría decirnos por qué estás aquí en nuestro mundo? Seguramente haría que esta conversación progresara sin problemas”.

“Hm… Entendido”. Gain explicó por qué estaban invadiendo el reino divino de la Tierra, animados por la humildad de Yokota.

“Gracias. Eso aclara algunas cosas, y deberíamos poder responder a sus preguntas”.

“Me alegro de oírlo. Tengo muchas preguntas, pero primero, ¿ahora qué?”

“No los atacaremos ni los detendremos. Siéntase libre de examinar las circunstancias que rodean al difunto Takebayashi Ryoma todo lo que quiera. Y tal vez haga algo de turismo por todo el país mientras lo hace”.

“Espera, ¿en serio?”

“Somos de otro mundo, ¿estás seguro de que puedes confiar en nosotros?”

“Japón está relativamente abierto a estudiantes y turistas extranjeros, y el reino divino comparte esa filosofía. No tenemos necesidad de dejar entrar a la gente con animosidad hacia nosotros, pero mientras vengas con un interés sincero en la investigación o la cultura, que parece ser el caso aquí, no veo ningún problema con eso. Tus acciones en este momento te hacen al menos algo confiable.”

“A decir verdad, nuestros jefes sabían de ustedes por un tiempo. Aparentemente te dejaron en paz porque no estabas haciendo ningún daño”.

“¡¿En serio?!”

“En realidad te ayudaron, creo. ¿No fue fácil obtener información desde abajo?”

“Oh vaya…”

“Y aquí pensé que faltaba la seguridad… Nos dejaron entrar”.

“No, todos ustedes eran muy buenos para infiltrarse. Solo te descubrimos debido a la disparidad en el desarrollo de nuestros mundos, y porque desconocías las reglas en nuestro reino divino. Dejaste un registro de acceso después de tu investigación.”

“Un registro de acceso… Como un archivo. ¿No es ese un término informático usado por los humanos?”

“No es solo una cosa de la computadora, pero sí, algo así”.

Los dioses estaban un poco abatidos al descubrir que naturalmente se habrían encontrado con un registro de sus acciones del lado de los dioses de la Tierra, pero pronto encontraron su siguiente pregunta.

“¿Podría decirnos por qué estas espadas están aquí?”

“Un dios superior usó su poder para obtenerlos. Desaparecido, se podría decir.”

“Eso nos lleva a otra pregunta. ¿Por qué nos presentas las espadas?” preguntó Kufo.

Con una expresión de dolor, Yokota dijo: “Queremos que te lleves esto”. “¿A nuestro mundo, quieres decir?”

“Sí. Hay algunas razones para nuestra solicitud. La primera, como puedes ver, es porque estas no son espadas ordinarias. Su creador, Takebayashi Musashi, los hizo, literalmente, vertiendo su alma en ellos. Una hazaña milagrosa, lograda a través de su talento dado por los dioses, años de entrenamiento y una determinación increíble. Las espadas se han vuelto malditas, seduciendo a quienes las contemplan, corroyendo sus mentes y llevándolos a la locura. Los humanos en nuestro mundo no tienen medios para luchar contra su encanto. Si estas espadas hubieran permanecido en el reino humano, habrían cambiado de manos de humano a humano, provocando la muerte de sus portadores y de quienes los rodeaban”.

“En pocas palabras, no los queremos. Nunca saldrá nada bueno de ellos, así que los queremos fuera de nuestro mundo”.

Yokota miró al hombre. “¿Era realmente necesaria esa frivolidad tuya?”

“Cierra tu boca. Anda con sigilo todo lo que quieras; no cambia el hecho de que estamos tratando de imponerles nuestros problemas”.

“¡¿No tienes respeto por nuestro trabajo?! ¡¿O estos dioses?!”

“Respeto, ¿eh? Independientemente del daño que no hayan causado aquí, todavía están entrando sin autorización. Ellos toman esta cosa, y estaremos a mano.”

“Uh, ¿podríamos interrumpir?” dijo Ganancia. “No nos importa un enfoque directo. Sigamos.”

“¡Disculpe!” Yokota dijo. “Como decía… El favor que te pedimos es, en parte, una pequeña muestra de nuestra disculpa por Takebayashi Ryoma. Si bien estas espadas solo podrían causarnos daño a nosotros y a nuestros humanos, son un recuerdo de su padre. Y, para nuestra sorpresa, Takebayashi Ryoma nunca usó estas espadas a pesar de mantenerlas hasta su muerte. Si bien debe haber creado cierta resistencia a ellos en su vida, ahora debería poder manejarlos sin caer en la locura de las espadas. Y las espadas en sí mismas son excepcionales y deberían resultar útiles en el combate en su mundo.”

“Estoy seguro de que lo harán”, admitió Gain. “Pero, ¿por qué mostrar tanta consideración ahora?”

“Correcto. ¿Por qué no le diste una mano mientras aún estaba vivo?”

“Por lo que dices, parece que sabías cómo el dios de la Tierra había interferido con su destino mientras estaba vivo”.

“Eso es cierto”, admitió Yokota. “El que llamas el ‘dios de la Tierra’ es el que llamamos el Dios Antiguo, el Dios Sin Nombre o el Anciano. Se ha dicho que existía antes de que naciera el mundo y que posee un poder inmenso. Cuando se creó este mundo, el Dios Antiguo dejó de administrar el mundo. En consecuencia, él y los diversos dioses que gobiernan el mundo ahora acordaron no interferir entre sí de ninguna manera. Por supuesto, cualquier acción que afectaría el destino del mundo en sí sería otro asunto, pero en su mayor parte se dejan en paz. Es por eso que dioses como nosotros han venido a hablarte.”

“¿Supongo que jugar con el destino de un humano no viola ese acuerdo?”

“Esta es una excusa, pero los humanos que adoran a un dios en particular están protegidos. Los dioses adorados por los humanos existen, y ellos miran por encima de sus creyentes. Interferir con cualquier creyente infringiría el acuerdo de larga data. Sin embargo, hay humanos que abandonan su fe por la tragedia, o nunca creen en ninguna religión o dios para empezar. La población de infieles parece estar en aumento, especialmente en el Japón reciente…”

“Esos humanos no están cubiertos por el acuerdo”.

“Desafortunadamente… Los del clan Takebayashi se vieron más afectados que otros, después de que uno de sus antepasados hiciera un trato con el Dios Antiguo hace mucho tiempo”.

“¿Qué hay de estas espadas? ¿Traerlos aquí no violaría ese contrato?”

“Aparentemente, el Dios Antiguo pierde interés en sus proyectos una vez que mueren”.

“Solo por curiosidad… ¿Por qué el Dios Antiguo haría tal cosa?”

“En el pasado, solo observaba cómo se desarrollaban los eventos del mundo. Ahora, simplemente repite jugar con un humano y verlo morir. No sabemos si tiene algún significado”.

Los dioses de Seilfall compartieron una mirada, confirmando su acuerdo.

“El dios de la Tierra: este ‘Dios antiguo’ es imperdonable, pero entiendo que hay dioses aquí que no están contentos con el estado actual de las cosas. Tomaremos estas espadas. ¿Podemos decidir cuándo dárselos a Ryoma?”

“Por supuesto.”

“Entonces creo que nos iremos. Ahora tenemos algunas consideraciones”.

“Es posible que queramos volver si tenemos alguna pregunta, o algo así. ¿Qué debemos hacer entonces? Podemos contactar al Dios Antiguo, pero no queremos hacerlo a menos que tengamos que hacerlo, obviamente”.

“Por favor, continúa traspasando. Algunos dioses minúsculos como nosotros serán enviados a tu camino.”

“¿Puede ser usted quien nos vuelva a ver, señorita Yokota?”

“Me encantaría servir como su corresponsal, pero los trabajos son difíciles de conseguir en el reino divino de Japón… Después de todo, la gente aquí cree que una deidad habita en cada objeto, ¿no es así?”

“¿Eh? Sí, todas las vacantes se llenan de inmediato, ya sean nuevos reclutas o alguien que los grandes de arriba consideren digno de ser reclutado. Fui designado para llevar esas espadas, y una vez que terminemos aquí, seré efectivamente redundante.”

“Las cosas se han vuelto más eficientes a medida que nos mantenemos al paso con el mundo humano. Escuché que los sellos oficiales se están eliminando gradualmente. Eventualmente, todos los oficiales de confirmación de sellos en el reino divino serán despedidos”.

“¿A quién le importan una mierda? Todo lo que hacen es verificar si se usó el sello correcto en el documento correcto. Trabajo inútil, honestamente.”

“Pero sigue siendo un trabajo bueno y honesto. Cuantos menos trabajos hay, más competencia acaba habiendo”.

“A mí, por mi parte, me gusta no tener trabajo. No necesito esa basura en mi vida. No es que necesitemos comer como lo hacen los humanos”.

“Incluso en el reino divino, la Tierra es bastante salvaje…” murmuró Gain, y Kufo y Lulutia se rieron.

Después de agradecer a Yokota, los tres dioses regresaron a Seilfall.