Kami Tachi ni Hirowareta (NL)

Volumen 9

Capitulo 6: Talento

Episodio 25: Interludio — Prueba De Los Dioses Y Las Verdaderas Intenciones De Serelipta

Algún tiempo después de la partida de Ryoma de la aldea de Sikum, nueve dioses se estaban congregando en el reino divino. Ocho de ellos se sentaron en círculo, mientras que Serelipta, el extraño, estaba sentado en un asiento de piedra, confinado a él por cadenas luminosas.

“Mira, no voy a intentar desaparecer cuando estoy rodeado aquí. Solo sácame de estas cadenas, ¿quieres? Además, este asiento es más que incómodo…”

“¡Bueno, aguanta! ¡¿Entiendes siquiera lo que has hecho?!”

“Está bien, rompí una regla o dos. ¿Pero no es esto una exageración? Puede que nos falten dos miembros, pero no es que ocho de ustedes me vayan a dejar escapar de todos modos”.

“Tiene razón”, comentó Kiriluel, la diosa de la guerra.

“Todavía no hay excusa para soltar sus cadenas”, respondió Fernobelia, el dios de la magia y la erudición.

“¿Ya están aquí Meltrise y Manolaioa?”

“Hm… los llamé, pero parece que no van a venir”.

“Manolaioa puede ser bastante temperamental…”

“No solo eso, ¿Meltrise no está dormida alguna vez?”

“Bueno, no tiene sentido seguir balbuceando más. Terminemos con esto”, declaró Tekun.

Gain, el creador, miró de dios en dios. “Hubiera sido ideal tener a todos presentes, pero comenzaremos de todos modos. Estamos aquí, como todos saben, para pronunciar una sentencia sobre Serelipta, que ha tocado el alma de Ryoma. Wilieris y Grimp lo han atrapado, y el propio Serelipta ha admitido haberlo hecho. ¿Tengo los detalles correctos?”

“Sí.”

“Por supuesto.”

“¡Eso es correcto! ¡Lo admito, lo hice!”

“Bien. Debo recordarles a todos que interferir con un alma mortal está estrictamente prohibido. Serelipta enfrentará las medidas oportunas, pero hay espacio para el debate sobre la severidad de su castigo. ¿Alguien tiene alguna sugerencia? ¿O palabras para decir en defensa de Serelipta?”

Kiriluel habló de inmediato. “Bueno, personalmente, creo que deberíamos escucharlo primero. Ya es bastante extraño que Serelipta tomara la iniciativa e interactuara voluntariamente con un mortal. Seguramente debe haber tenido una razón”.

“¿Bien? ¿Qué tienes que decir al respecto?” Gain empujó la conversación en su dirección lógica.

Con todos los ojos fijos en él, Serelipta puso los ojos en blanco y miró a Kiriluel. “Joder, ¿tengo que tener una razón para todo? Todos conocieron a Ryoma antes. Llámalo curiosidad de mi parte. Toqué su alma para echarle un vistazo; se habló de que algo andaba mal. No soy del tipo que siente curiosidad por los viajeros del otro mundo, pero ¿qué pasa con Fernobelia, entonces? ¿Es realmente tan difícil de creer?”

“No voy a negar que tengo un interés en él. ¿Pero no crees que cruzaste la línea cuando tocaste su alma?”

“Bueno, al principio solo estaba planeando hablar con él, leer un poco su mente, ¿sabes? Si quieres mi respuesta honesta, tengo la sensación de que leí algo mal. Así que les puedo asegurar que me siento bastante arrepentido por todo esto”.

“Tu semblante sugiere exactamente lo contrario… sin embargo, ¿qué quieres decir con ‘malinterpretado’ exactamente?”

“Ya te lo he dicho un millón de veces, Wilieris. Y cuando digo ‘un millón’, me refiero a un millón. Como dije, todo lo que iba a hacer al principio era hacerle preguntas y leer su mente. Solo traté de que fuera un poquito más fácil acceder a sus emociones. Sin embargo … Hubo una resistencia que no esperaba, y en realidad negó la mayor parte … Así que descubrió que estaba modificando su mente, y se puso a la defensiva, sin siquiera ser consciente de lo que había hecho… no tuve más remedio que excavar directamente en su alma”.

El espectro de reacciones de los dioses a esto varió desde una suave risa hasta palmas en la cara, pero todos compartían una exasperación común por las acciones de Serelipta; tal como habían esperado, no tuvo una explicación redentora.

Pero luego, Serelipta intervino, “¿Podría alguno de ustedes resistirse a mirar dentro del alma de un humano que puede resistir e incluso negar el poder de un dios?” Los dioses cuestionaron en silencio su juicio. Era impensable que un humano se resistiera al poder de un dios, y mucho menos lo negara.

Serelipta continuó. “Siempre ha habido algún tipo de anomalía en las almas de los viajeros de la Tierra. Y Ryoma es un caso bastante excepcional, incluso entre ellos. Ahora, entiendo de dónde vienes desde aquí y todo, pero, como… ¿No crees que es demasiado peligroso simplemente ignorar a un humano que puede negar nuestros poderes?”

“Hm. ¿Así que recurrió a esta investigación injustificada porque vio una posible amenaza para nosotros?”

“Solo pensé que ayudaría. Mejor prevenir que curar, y toda esa tontería. Además, ¿por qué es un tabú en primer lugar? Porque los dioses como nosotros que interfieren con las almas mortales les impiden experimentar la reencarnación natural que eventualmente ocurre después de su muerte, ¿verdad? Pero el alma de Ryoma ya fue manipulada en su camino a este mundo, por lo que ya es un trato hecho que recibirá un trato especial después de su muerte. Bien, fui un poco enérgico y él sintió algo de dolor e incomodidad. Pero traté de asegurarme de que no hubiera efectos duraderos. Y yo también me hubiera salido con la mía, si no fuera por esa metiche Wilieris de allí”.

“¿Disculpa?” gruñó Wilieris, diosa de la tierra.

“Oye, tómatelo con calma…” Grimp, el dios de la agricultura, intervino para desactivar la situación potencialmente peligrosa.

Gain se aclaró la garganta. “Así que está diciendo que sintió la necesidad de esta investigación y ha tenido en cuenta al menos las precauciones mínimas”.

“Seguro. Debo admitir que no debería haberme vuelto rebelde con todos ustedes. Pero, como, ya estábamos en términos bastante malos antes de que las circunstancias me forzaran y todo”.

“¿Y crees que estaríamos en mejores términos si tuviéramos una pista sobre tu control mental no autorizado?”

“Eh… touché. Bueno, así es como la galleta se desmi—”

“¿Entonces? ¿Qué estás escondiendo?”

“¿Eh?”

Los dioses miraron a Serelipta con tanta fuerza que le hicieron agujeros.

“Habla en serio. ¿Cuánto tiempo crees que nos conocemos?”

“Para mi infinita vergüenza, nos conocemos desde hace un período de tiempo inconmensurable”.

“No tienes pelos en la lengua para nada, ¿verdad?”

“La idea de una disculpa honesta saliendo de tus labios me pone la piel de gallina”.

“Simplemente no está en tu diseño tomar las cosas en la barbilla, ¿verdad?”

“Eres demasiado malditamente rencoroso por eso.”

“Siempre pasas la pelota y no asumes la responsabilidad de tus acciones”.

Grimp, Wilieris, Kiriluel, Fernobelia, Lulutia, Tekun y finalmente Kufo dieron sus evaluaciones mordaces de Serelipta, ya que tenía una expresión amarga a pesar de todo. “Chicos, ¿no es esto un poco…?”

“No si todo es verdad”.

“Vamos, solo derrama tus tripas metafóricas de una vez”.

“Para ser justos, no tengo la sensación de que nos esté mintiendo…”

“Es mejor que escuchemos toda la historia antes de tomar una decisión”.

“Será mejor que haya tenido una buena razón para hacer esto. Si resulta ser una tontería estúpida, entonces…”

“¡Bien, bien! Te lo diré, ¿de acuerdo? ¡Joder!” Serelipta suspiró. “Como si fuera a cambiar mucho para mí de todos modos”.

“Decidiremos eso. Solo responde la pregunta”.

“Fernobelia… ¿De dónde viene esta actitud? Como, somos iguales y todo, pero yo soy mucho mayor que tú. Todo este asunto de ser más santo que tú que tienes no te hará ningún favor sin mostrar algunos modales”.

“Sin embargo, has quebrantado nuestras reglas divinas y estás aquí para ser juzgado por ello. Claramente, la edad no se ha traducido en sabiduría para ti, viejo senil…”

“¡Eso es suficiente!” Gain regañó a los dos dioses en disputa. “Fernobelia, cálmate. Y Serelipta, deja de intentar distraernos del problema que nos ocupa”.

“Hmph.”

“Sí, señor, lo siento, señor”.

La mera tarea de mantener a los dioses bajo control evidentemente le había pasado factura a Gain, quien dejó escapar un suspiro. “Ojalá pudiera simplemente relajarme y ver un concierto de ídolos en su lugar…”

Su silencio a un lado no fue reconocido por los otros dioses.

Serelipta comenzó de nuevo. “Hay algo que no he mencionado sobre Ryoma, o más bien, el dios de la Tierra que lo envió aquí. En pocas palabras, es una especie de psicópata. Lo descubrí cuando me asomé al alma de Ryoma”.

“¿Psicópata?”

“Teniendo en cuenta lo que Gain nos ha dicho sobre sus acciones, eso no suena sorprendente”.

“Sí, y siento que esto está relacionado con eso… En primer lugar, ¿han oído hablar de los ‘simuladores de vida’? Esos son un tipo de juego en el mundo de Ryoma, donde las personas ingresan información en una máquina para poder cultivar humanos, animales o plantas simulados que en realidad no son reales”.

“Suena similar a lo que estamos haciendo; observar la evolución de la humanidad y la naturaleza”.

“Eh, supongo que nos vemos cara a cara por una vez, Wilieris. Básicamente estás en lo cierto, pero hay una gran diferencia: en estas simulaciones, no hay vidas ni almas involucradas; simplemente existen como bloques de información. No importa cuán reales puedan parecer, ni uno solo de los sujetos está realmente ‘vivo’. Por lo tanto, el jugador puede tratarlos tan atrozmente como desee y luego simplemente presionar el botón de reinicio. Eso básicamente hace que todo nunca haya sucedido. Por supuesto, esa es la diferencia entre los juegos y la realidad… Pero no creo que haya ninguna diferencia para el dios de la Tierra”.

“¿Quieres decir que estaban jugando con vidas humanas?” La voz de Lulutia tembló con rabia reprimida.

Serelipta respondió amablemente: “Bueno, al menos en el caso de Ryoma, sí. Sabes que tiene todo tipo de talentos, Lulutia. Después de todo, fuiste tú quien asumió su reencarnación”.

“Sí… Aunque la mayoría de esos talentos se desperdiciaron en su vida anterior”.

“Los que viste fueron la punta del iceberg. Evidentemente, se le ha dado una gran cantidad de otros talentos, escondidos lo suficientemente profundo como para que nadie lo descubra a menos que toque directamente su alma. Un verdadero lobo con piel de oveja, se podría decir”.

“¡¿Qué?!”

“Para que quede claro, no estoy mintiendo”.

“Correcto. Supongo que no tendrías ningún motivo para mentirnos sobre esto. Si Serelipta mirara en el alma de Ryoma, veríamos por nosotros mismos… el escondite perfecto. Por lo general, no accedemos directamente a un alma humana sin una buena razón”.

“Entiendo lo que quieres decir, Kufo. ¿Qué talentos el dios de la Tierra se tomó tanto trabajo para esconder?”

“Asesinato.”

La respuesta de Serelipta dejó atónitos a los demás dioses.

“Sin mencionar el robo, el hurto o prácticamente cualquier delito mayor que se pueda imaginar, salvo la violencia sexual. Supongo que Dios no encontró esos actos relevantes. Pero sí, la mayoría de los demás estaban en líneas similares: asesinato, genocidio, tortura. Casi como si fuera beneficioso para Ryoma estar especializado en el acto de matar”.

“¡Espera un minuto! ¿Estás diciendo en serio que el dios de la Tierra quería convertir a Ryoma en un asesino en serie?”

“Um, no he terminado… estoy llegando a eso. Si quieres mi presunción, creo que habría sido más fácil convertir a Ryoma en un criminal violento por el bien del objetivo del dios de la Tierra. Querían que tuviera una vida miserable. Solo mantén toda esa frustración reprimida, y luego, un día, ¡chasquea! Tienes un asesino en tus manos. No hay vuelta atrás. Además, el talento de Ryoma para el manejo de armas se limitaba a cosas de antaño, como espadas, arcos y flechas. No podía manejar un arma para salvar su vida, pero se aseguraron de que mostrara al menos algo de interés en ellos. Tal vez querían ver si un maestro en artes marciales y armas primitivas podía enfrentarse a las armas, o ver cuántas personas podía matar. Ryoma habría sido un hombre buscado, y seguiría luchando hasta el punto de que probablemente eventualmente le hubieran enviado un ejército. Pero obviamente, eso no sucedió”.

Serelipta recitó con ligereza su teoría, pero una vez que terminó, su expresión se volvió seria. “Pero quiero dejar claro una cosa: Ryoma no es una mala persona”.

“Somos muy conscientes de ese hecho”.

“En efecto. De lo contrario, nunca lo hubiéramos traído a este mundo”.

“Estoy de acuerdo, pero lo que he visto me da la idea de que al dios de la Tierra realmente no le importa un comino, por así decirlo, cosas como esa… ¿Cuál es tu opinión, Fernobelia?”

“Estoy de acuerdo. No debería ser demasiado difícil establecer un destino para él y hacer que viva la vida que ellos quieren”.

“Pero eso no es divertido, ¿verdad? Si ese dios ejerciera su poder sin límites, entonces el resultado ya estaría hecho. Creo que estaban tratando de andar por las ramas y brindar oportunidades de azar, como solo darle talentos a Ryoma y un entorno difícil, para que no pudieran predecir el resultado. Mantener la humanidad de Ryoma era parte de eso”.

“Uno podría verlo en esa luz…”

“Eso es repugnante…”

“Al final del día, gracias a ese juego, Ryoma pudo vivir su vida con su libre albedrío intacto. Tiene esa ridículamente fuerte resistencia al control mental porque luchó contra las tentaciones plantadas por el dios de la Tierra. Tanto es así que la simulación falló. Había rastros de ‘guiar’ a Ryoma, por así decirlo, agregando diferentes talentos criminales repetidamente, y también hubo una manipulación enérgica del destino. Su alma ha sido alterada más de unas pocas veces”.

“Eso explica cómo desarrolló resistencia a eso…”

“Por supuesto, el querido sujeto de prueba no tiene idea de lo que estaba haciendo el dios. Permaneció completamente inconsciente de su fuerza, pero de todos modos es impresionante”.

Entonces, Grimp habló. “Entonces, es por eso que fuiste y dijiste eso”.

“Uh… ¿En serio, Grimp?” Serelipta frunció el ceño. “¿Estás mencionando eso ahora?”

Su aversión a cualquier cosa que Grimp tuviera que decir despertó aún más la curiosidad de los dioses.

“Cita, ‘Espero que seas realmente feliz, algún día. La vida está a punto de ponerse realmente agitada para ti, así que prepárate, pero disfruta de tus días tranquilos en el pequeño pueblo hasta entonces. Y si de verdad sientes que ya no puedes seguir con tu vida… Sabes dónde encontrarme’, dice. Nunca te había escuchado hablar así antes, así que ha estado en mi mente por un tiempo”.

Serelipta suspiró. “Creo que hubo muchas ocasiones en su vida anterior en las que se sintió lo suficientemente frustrado con alguien que solo quería matarlo, sin mencionar la tentación general del crimen. Aun así, no actuó de acuerdo con esos pensamientos… Ya sea por razones egoístas o simplemente inconsciente, simplemente aguantó su suerte en la vida hasta que se deshizo de la espiral mortal. Una cosa hubiera sido para él vivir una vida ordinaria, pero considerando lo duro que luchó contra las tentaciones divinas dirigidas hacia él, tengo que admirarlo por eso”.

“Eso ciertamente suena impresionante”.

“Entiendo que este era un juego para el dios de la Tierra, pero tu fortaleza mental promedio no aguantaría esto. Se necesitaría algo más fuerte”.

“Por frustrante que sea, me imagino que el dios de la Tierra es significativamente más OP que nosotros…”

“Afortunadamente para nosotros, el dios de la Tierra no pudo hacer nada con Ryoma una vez que su alma llegó a nuestro mundo… Pero sus experiencias se grabaron en su alma, y su personalidad se forjó a partir de esas experiencias. Así que todavía estoy preocupado por algo”.

La expresión de Serelipta se volvió aún más dolorosa. “Si los demás le dicen constantemente que es inútil, acabará creyéndolo; no es diferente a que a un niño le digan lo mismo los padres u otras figuras de autoridad. El pequeño juego del dios ha deformado enormemente la formación del personaje de Ryoma. Por supuesto, algunos niños pueden mantenerse fuertes incluso cuando todos a su alrededor intentan derrotarlos, y Ryoma probablemente encajaría mejor en esa categoría… Probablemente porque su autocontrol era demasiado fuerte, supongo. Debe haber sido un mecanismo de autodefensa para protegerse de la necesidad visceral de matar, porque siempre se va por la borda cuando se trata de reprimirse o controlarse”.

“Espera… todavía estás hablando de Ryoma, ¿verdad? Lo hemos visto encargarse de bandidos como si nada”.

“Sí, y ahí es donde se vuelve más complicado… Simplemente se adaptó a la ley de la tierra allí. No matará sin una buena razón, pero si la defensa propia o la comida están en juego, no dudará mucho. Sin embargo, eso nos dice algo. ¿Sabes cómo se deja llevar en el combate? No se da cuenta, pero está empezando a sentir instintivamente sus talentos ocultos y el peligro que representan, y se culpa a sí mismo por eso”.

“¡Espera!”

“¿Qué pasa, Kufo?”

“Me acabo de acordar. ¿No comenzó Ryoma a entrenar después de separarse de la familia del duque porque se volvió loco en las minas?”

“Ahora que lo mencionas, sí”.

“Yo también recuerdo eso. Pero todo se debió a ese ruin aventurero que intentó amenazar a un niño por dinero. Luego trató de amenazar a Ryoma…”

“Eso es cierto… ¿Pero sabes cómo se ha vuelto más joven en este mundo? Su edad mental también retrocedió un poco, por lo que evidentemente suavizó un poco su autocontrol. Casi cae presa de sus impulsos, y ahora está tratando de mantenerlos bajo control. Matar por comida cuando vivía en el bosque y luchar contra bandidos habría hecho eso con seguridad. Para ser honesto, creo que es bastante normal que cualquier humano contemple el asesinato por ira o algún tipo de rencor. Es una historia diferente actuar en base a ese pensamiento, y mucho menos no sentir ninguna emoción al cumplirlo”.

“Básicamente, Ryoma acepta que matar a veces es necesario para sobrevivir, pero también ve ese pensamiento como anormal y se considera peligroso. ¿Tenemos eso claro? Parece bastante contradictorio”.

“Estás bastante cerca de eso, Fernobelia. Ryoma se ve a sí mismo como un peligro. Quizás por eso quiera unirse a los círculos sociales, pero nunca logra encajar cuando lo hace. Se siente como un paria que no pertenece y no merece pertenecer. Es más, siente que tiene que perdonar a los demás y no perdonarse a sí mismo, que siempre tiene que ser altruista y no pedir nada. Se podría decir que, de lo contrario, cree que no sería digno de seguir viviendo, supongo. Un sentimiento bastante fuerte por los humanos, tal vez, pero Ryoma sigue este código demasiado estrictamente; su autoestima es así de baja. Por eso aceptó ser tratado injustamente en su vida anterior, y cada vez que alguien le muestra amabilidad, intentará devolverle el favor a cualquier precio. Una vez más, todo esto es inconsciente”.

Serelipta dejó escapar un largo suspiro en este punto y luego comenzó a finalizar sus pensamientos.

“Está muy bien ser ese tipo de persona, pero hacer favores gratis lo convierte en un objetivo principal en una sociedad humana plagada de codicia. Algunos podrían tomarlo como una devaluación de su trabajo. ¿Qué sucede cuando su filosofía le hace chocar con los demás? Podría simplemente redoblar la situación, o reducir sus pérdidas y huir, pero no es el tipo de persona que hace eso. Es más probable que se tome muy en serio las críticas de los demás y trate de satisfacer sus demandas. No cambiará la forma en que actúa hasta que esa grieta inconsciente en la armadura de su corazón se cure. A su debido tiempo, terminará tratando con mucha más gente de lo habitual, y si sigue dando un pase a todo este daño psíquico autoinfligido, muy bien podría llevarlo a la locura. Ahí es donde entro yo. Estoy pensando que puedo llevarlo a una isla desierta, o incluso darle una bendición más poderosa que le permita vivir bajo el agua, como los antepasados de las sirenas. Cuanto más se aleje de la civilización, más fácil será su vida, e incluso en el peor de los casos, todavía sufriría un daño mínimo. El mundo humano cambia naturalmente con el tiempo, después de todo. Pero tampoco tenemos que apresurar las cosas con Ryoma. Me imagino que sería mejor ponerlo en un área más relajada donde gradualmente pueda llegar a un acuerdo consigo mismo”.

“Ya veo… Ciertamente has pensado en esto”.

Los otros dioses parecían compartir el sentimiento de Gain mientras el silencio llenaba el aire.

“Ciertamente es sorprendente escuchar a alguien que constantemente le dice a Ryoma lo poco interesante que es…”

“Quise decir que no es interesante verlo en sus circunstancias actuales. Nunca dije que lo odiaba, o que no estaba interesado en él en absoluto. Además, trato de tratar a todas las vidas por igual; Haría lo mismo por cualquiera, esté interesado en ellos o no”.

Wilieris ahora se sentía bastante culpable por lo dura que había sido con Serelipta. Estaba a punto de disculparse con él, pero luego…

“Y además… amo a los humanos que soportan todo tipo de locura y logran salir del otro lado de una pieza”.

El comentario de Serelipta atrajo miradas asombradas de los otros dioses, pero continuó hablando emocionado sin darse cuenta.

“Como, sabes a lo que me refiero, ¿verdad? Algo así como el pez que se escapa cuando el resto de su banco de peces termina en un plato, o la única hormiga que se escapa ilesa de un oso hormiguero. Me encanta ver una vida brillar intensamente cuando se enfrenta a la muerte y logra salir… ¿viva?”

Serelipta finalmente se dio cuenta de cómo su tema de discusión no estaba siendo particularmente bien recibido por su audiencia.

“Serelipta… lo juro, eres…”

“Quién es el psicópata ahora, ¿eh?”

“Preferiría no tener que criticar la cosmovisión de alguien, pero vamos ahora”.

“¿Quizás podrías haber dicho algo más como cómo te recuerda el valor de la vida, o cómo disfrutas viendo su valentía para sobrevivir, o incluso que simplemente disfrutas apoyándolos?”

“Y aquí me dejaste impresionado por un momento”.

“Seguro que no querría llamar tu atención”.

“Pero te equivocaste. Explicar esa mierda no te hará ningún favor”.

“Espera, ¿qué está pasando?”

“Serelipta”. Wilieris habló con una expresión completamente diferente a la del momento anterior.

“Que— ¡Me estás volviendo loco! ¿Por qué tan molesto? ¡¿A dónde se fue tu triste introspección?! ”

“Sí, por supuesto… Qué tonto fui al pensar por un segundo que eras digno de una reevaluación… Heh, heh heh heh…”

“Pensé que iba a ser absuelto de todos los cargos con seguridad…”

“Esa era nuestra intención, hasta hace un minuto. ¡Solo querías nublar el tema de tu sentencia hablando de Ryoma para poder escapar!”

“¡Oye, no soy tan insidioso! ¡Solo esperaba poder reducir mi sentencia contándote todo sobre por qué traté a Ryoma de la manera en que lo hice y cuáles eran las intenciones del dios de la Tierra!”

“¡Así que tenías un motivo oculto!”

“Genial, ahora ella va por completo Karen… ¡Chicos, ayúdenme aquí!” Serelipta llamó a la habitación. “Se supone que esto es un juicio formal, una reunión o lo que sea, ¿verdad? ¡No dejes que ella convierta esto en un juicio amañado!”

“Él tiene un punto… sugiero que discutamos esto nuevamente en otro lugar antes de tomar nuestra decisión. Wilieris, dejaré que te ocupes de Serelipta. Ahora, nos despediremos”.

“¡¿Qué?! ¡Oye, Gain! ¡¿Chicos?!”

Los dioses ignoraron la llamada de Serelipta y se fueron uno por uno, dejando solo a Serelipta, todavía atado a su silla, y a Wilieris, que ahora estaba de pie directamente frente a él.

“Ahora solo somos tú y yo”, dijo.

“Oh, sí…”

“Ellos decidirán tu castigo, pero antes de eso, me escucharás. Tengo mucho que decirte, ¡y vas a ser un buen chico y aceptarás todo! ¡Cada! ¡Palabra!”

“Ugh… Ryoma, serás mi muerte todavía…”

Después de una sesión de lucha muy larga con Wilieris, los dioses finalmente regresaron y encontraron a Serelipta desplomado en su silla, completamente desprovisto de energía…