Kami Tachi ni Hirowareta (NL)

Volumen 9

Capitulo 6: Talento

Episodio 26: Interludio — Amigas De Eliaria

Algún tiempo después de la partida de Ryoma, en un momento en que la vida de todos, independientemente del estado, se volvió un poco más animada a medida que se acercaba el año nuevo, a cinco chicas se les estaba sirviendo té y bocadillos dentro de una mansión del capitolio, pero solo una de ellas las había tocado—la hija del señorío, Eliaria.

“Chicas, no necesitan estar tan nerviosas. Todo saldrá bien. Kanan, siéntete libre de darte un capricho”.

“E-Entonces dices…”

“Kanan, con el debido respeto, tu nerviosismo me está contagiando”.

“¡¿Por qué?! ¡Tu padre es un conde, Michelle! Deberías demostrarnos lo que deberíamos estar haciendo”.

“¡Ha! Por desgracia, nuestro país cayó en nuestro regazo a medida que mi familia avanzaba en nuestros estudios e investigaciones generación tras generación. No soy de los que alardean, pero mis padres y yo siempre daríamos prioridad a nuestra curiosidad sobre la etiqueta. Sabemos lo mínimo que se requiere, pero nada más. Riela debería estar un poco mejor”.

“Entonces no te jactes de eso… Aun así, no soy de los que hablan cuando se trata de etiqueta. ¿Debería haberme puesto al menos un vestido o algo así?”

“Nos dijeron que fuéramos nosotros mismos; esto es suficientemente bueno. Además, verán a través de los aires que intentemos dar ahora”.

“¿En serio? Bueno, tal vez tengas razón… Estás tremendamente tranquila, Miyabi”.

“Al contrario. Es más como si me hubiera… rendido. He estado en una situación como esta antes… ”

“Solo quiero presentarles a mis amigas a mi familia…”

“Elia…” Sus cuatro amigas la miraron, como para insinuar que esa era la fuente misma de su nerviosismo.

En este punto, se escuchó un golpe en la puerta ornamentada.

Una doncella entró y dijo: “Gracias por su paciencia. Ha llegado el duque”.

Las cuatro amigas se pusieron de pie de un salto y Elia se incorporó elegantemente a los de ella un segundo después. Entonces, una pareja joven y un anciano entraron por la puerta.

“Lamento haberte hecho esperar. Soy Reinhart, duque de Jamil. Gracias por pasar tiempo con mi hija”.

“¡Padre! Y madre, abuelo… ¿Por qué tardaste tanto?”

“Lo siento cariño. Tuvimos un invitado inesperado”.

“Te ves bien, Elia.”

“Estoy feliz de verte bien, abuelo. Y tú también, madre, padre”.

Una vez reunidos, la familia centró su atención en sus invitados.

“¿Podrías presentarnos a tus amigas, Elia?”

“¡Sí, por supuesto! La más nerviosa, allá, es Kanan”.

“¡Soy Kanan Schuzer! ¡Mi ambición es convertirme en un artesano de objetos mágicos, mi señor!”

“Ya veo, entonces eres Kanan”, respondió la madre de Elia. “Elia me ha escrito sobre ti. Sé de tu familia”.

“Schuzer. ¿Cómo está Dufall? Solía verlo a menudo en el pasado, y cuando visité la tienda el otro día me dijeron que se había jubilado…”

“Abuelo… Mi abuelo está bien. No se jubiló porque estuviera enfermo, ni nada por el estilo. Era solo su edad; sus ojos y dedos ya no funcionan como solían hacerlo. Simplemente decidió retirarse un día, diciendo que no podía hacerlos como solía hacerlo… Pero todavía está haciendo artículos todos los días ‘como un pasatiempo’, mejor de lo que la mayoría de los fabricantes pueden hacer, y grita a los aprendices que se pongan en forma. …mi señor.”

“Me alegra escucharlo. Si tiene la oportunidad, dígale que Reinbach le envía saludos”.

“¡Puedes apostarlo!”

Los ojos de Kanan se agrandaron ante ese paso en falso social, pero los tres adultos se rieron y lo ignoraron. Aunque Kanan no se dio cuenta, sus orejas y cola de perro que se movían constantemente ya habían delatado su nerviosismo y ansiedad.

Sin perder el ritmo, Elia empujó a Miyabi para que se presentara.

“Soy Miyabi Saionji. Como sabrá, mi padre es Pioro, presidente de la empresa Saionji. En nombre mío y de mi padre, gracias por la encantadora invitación, mi señor”.

“¡Así que eres la hija de Pioro!”

“Tu padre ha ayudado mucho a nuestra familia”.

“Me dijo que tiene una hija, pero creo que este es nuestro primer encuentro. El placer de conocerla.”

“Gracias mi Señor.”

“A continuación, tenemos a Riela”.

“Riela Clifford, mi señor. Hija menor del barón Clifford. Es un honor y un privilegio tener una reunión con un miembro tan amable del ducado”.

“Gracias por la cortés presentación. Sin necesidad de trámites; no estamos en público”.

“Me siento más seguro sabiendo que tienes una amiga como ella, Elia”.

“Simplemente me encantaría saber más sobre ti”.

“¡Sí, mi señora! Haré… haré todo lo posible”, dijo Riela débilmente.

Los adultos se resistían en silencio al impulso de sonreír ante su estoicismo.

“Por último, Michelle. Ella es una dama, pero usa ropa de hombre. Por favor, no se haga una mala impresión, padre”.

“Por supuesto. Michelle. La primera hija de Wildan, me han dicho”.

“Un honor que ya me conozca, mi señor. Pero, ¿qué errores se pueden cometer sobre mí?”

“Cierto. Me disculpo por sacar conclusiones precipitadas, pero… leí en una de las cartas de Elia que eres bastante popular entre las estudiantes, así que…”

“La confundiste con un niño y te enojaste con la idea antes de insistir en que Elia explicara el asunto en su siguiente carta. ¿No es así, querida?”

“Es natural para ella interactuar con los chicos a través de la academia”, intervino el abuelo de Elisa. “Incluso si Michelle hubiera sido un niño, no es como si estuvieran saliendo. Con esto hiciste una gran montaña de un grano de arena; es lamentable”.

El duque parecía más pequeño y menos impresionante que cuando entró en la habitación después de estas réplicas de su hija, esposa y padre. Sin embargo, había logrado aliviar los nervios de los niños en la habitación; todos parecían más relajados ahora.

“Dios mío, ¿dónde están mis modales? Por favor, todos tomen asiento”, dijo Reinhart.

“Tráenos un poco más de té, ¿podría ser tan amable?”, Le pidió Elise a la criada.

“He recopilado algunas cosas de las cartas de Elia; están todos en el mismo equipo, ¿no?”

“Correcto, mi señor.”

“Vaya, eso me trae recuerdos”, intervino Elise. “Recuerdo haber recorrido la mazmorra de la academia en mis años de estudiante. Espero que mi pequeña Elia no te esté frenando”.

“De lo contrario. Todos tenemos diferentes habilidades, así que creo que somos un gran equipo. Elia es excelente en sus estudios y es la mejor lanzadora de hechizos de nuestra clase, especialmente cuando se trata de potencia de fuego y velocidad. Sus ataques la convierten en un miembro esencial del partido en el campo”.

“La lucha con espadas es su materia más débil, pero ella siempre se mantiene al día con la clase y obtiene una alta puntuación entre las chicas. Kanan y yo usualmente tomamos la posición delantera, pero ella nos ayuda cuando estamos luchando”.

“Ella siempre es voluntaria también para las pequeñas cosas. Los estudiantes nacidos en la nobleza en los otros equipos tienden a dejar trabajos serviles como montar la carpa o cocinar para los estudiantes plebeyos o sus propios sirvientes. Y si tienen que hacer ese tipo de trabajo duro ellos mismos, a menudo tienen un sinfín de quejas al respecto. Para ser honesto, ni siquiera sabíamos si deberíamos dejar que Elia hiciera ese tipo de trabajo antes de verla hacerlo”.

Después de que Michelle, Riela y Kanan dieron su propio testimonio, los adultos parecieron aliviados.

“No es tan malo con la espada, y es el mejor de la clase en magia. Eso no es todo por el entrenamiento que te dimos antes de que comenzaras la academia. Estoy orgulloso de ti, Elia”.

Reinbach agregó: “Parece que te has ganado todos estos grandes elogios, Elia. Y no te preocupes cuando se trata de hacer que Elia haga un ‘trabajo duro’, como lo llamaste. En la academia, todos los estudiantes son tratados de manera justa, independientemente de su posición… Bueno, para ser justos, esa regla fue una pura formalidad cuando asistí a la academia, pero no queremos criarla de tal manera que ella no puedo funcionar sin un sirviente”.

“Dejando a un lado las preguntas de la clase después de la graduación, es una experiencia de aprendizaje para ella. Me alegra que estés bien, Elia, y que hayas hecho tan buenos amigos”.

“¿Madre?”

“Yo estaba preocupada, aunque tal vez no tanto como mi esposo aquí. Estoy orgulloso de mi parte en su disciplina y educación, y de la joven en la que se ha convertido. Pero cuando se trata de su futuro en la alta sociedad, bueno…”

“Oh…” Sus amigas intervinieron.

“¡Madre! ¡¿Qué les estás diciendo?! ”

“Ella no lo dice de mala manera”.

“Elia es agradable y fácil de llevarse bien… Y trata a todos por igual…”

“Pero ella es demasiado heterosexual, o genuina, para jugar esos juegos como lo hacen todos los niños nobles”.

“Sí, sé que a veces tengo que entretener a la gente así… Pero todo lo que hacen es jactarse de sí mismos. Miran con desprecio a cualquier persona de estatus inferior, insultando su etiqueta o diciéndoles que ‘conozcan su lugar’. No hacen más que presumir ante otras familias de igual estatus y tratan de engañar a cualquiera que consideren superior a ellos. Soplar las cosas más pequeñas fuera de proporción, saltar en cada oportunidad para derribarse… Casi como si estuvieran jugando un juego para ver quién puede imitar más a sus padres”.

“No dejes que esos niños te escuchen decir cosas así, Elia. Podría llegar demasiado cerca de casa”.

“Por supuesto. Nunca diría esas cosas públicamente”.

“Sin embargo, yo tampoco me pondría exactamente de su lado”.

“Por mucho que no me guste juzgar a la gente, conversaciones como esa son ineludibles en el campus. Solo desearía que no me metieran en sus asuntos”.

“Más de lo mismo… También tuvimos esos círculos en mi época. Los concursos de jactancia y comentarios sarcásticos pronto se convirtieron en una andanada de insultos. Simplemente desarrollarán diferentes tácticas con la edad”.

“¿Oh? Conozco a muchos adultos que actúan sobre la talla de sus zapatos con respecto a su edad. Muchos de ellos no aportan nada por sí mismos, pero critican constantemente las acciones de los demás”.

“Usted parece tener bastantes opiniones agudas, mi señora.”

“Puedo decir de dónde sacó Elia eso…”

“Estoy feliz de ver que mi nieta no es parte de ese tipo de círculo”.

“Por supuesto no. Es simplemente vergonzoso e inmaduro, a pesar de lo que puedan creer esos niños. Ryoma se parece más a un noble en su madurez”.

Michelle se dio cuenta de este comentario. “Ryoma… he escuchado ese nombre antes. ¿Quién es él? Él es un ‘él’, ¿verdad?”

“Sí. En realidad, nunca has hablado de él, Elia”.

“Tampoco he oído hablar mucho de él. Solo que es amigo de Elia”.

“He sentido curiosidad por eso. Creo que le ha dicho a Miyabi un poco más que a nosotras. Simplemente parecía que era algo de lo que estaba entusiasmada de contarnos, así que no preguntamos… ”

“Oh, ¿no les has hablado de Ryoma?” Preguntó Elisa.

“No, yo… no creo haberlo explicado correctamente. No era mi intención ocultarlo… simplemente no sabría por dónde empezar”, dijo Elia, con el acuerdo de los adultos y Miyabi, que ya estaban familiarizados con él. “No pensé mucho en eso ya que no tenía amigos hasta que comencé en la academia. Después de conocer a mis compañeros de clase y otros estudiantes en los grados superiores a mí, comencé a darme cuenta de que Ryoma era bastante diferente de la mayoría de las personas de su edad, en términos de sus facultades mentales. Pero no es una mala persona… Es muy agradable, de hecho. ¿No es así?”

“Sí. Fui el primero en mi familia en conocerlo. Uno de mis hombres resultó herido y Ryoma le salvó la vida”.

“Nos dijo que fue criado por sus abuelos, que eran ambos aventureros. Es un año menor que Elia, pero tiene mucho conocimiento y es un buen cazador”.

“Y también decente en la magia, aunque sus hechizos se centraban en mejorar la calidad de vida”.

“Debe ser un chico muy talentoso. Por supuesto, es solo un año más joven que cualquiera de nosotros”.

“Talentoso… Sí, de hecho.”

“También puede ser un poco raro a veces”.

“¿Raro?”

“Ryoma estudia los limos como pasatiempo. Habla de ellos como tú hablas de los círculos mágicos, Michelle”.

“Ah…” Eso fue todo lo que hicieron falta para que Riela y Kanan entendieran el carácter de Ryoma.

“¿Por qué me estás metiendo en esto?”

“La comparación fue acertada”.

“En efecto. Es fácil ver que él también es el tipo de persona que tiene anteojeras todo excepto su interés particular”.

Michelle refunfuñó para sí misma.

“También va para los dos que están muy bien informados sobre sus intereses y muchas otras cosas. Así como Ryoma me ayudó a atrapar un limo para mi primer familiar, tú me enseñaste todo lo que sé sobre los círculos mágicos, Michelle”.

“Bien… no me siento exactamente halagado, pero puedo vivir con eso. Eso explica por qué tienes tres limos raros contigo, Elia”.

“Limpiador, sanador y carroñero respectivamente, ¿no? Son tremendamente convenientes. Recibimos algunas miradas de celos durante los simulacros de campamento en el calabozo de la academia”.

“Teníamos un baño sencillo y un baño de verdad, gracias al limo de Elia y la magia de la tierra de Michelle. Ni siquiera los profesores lo tenían tan bien”.

“Lo que me puso a mí, el negociador del equipo, en una situación difícil una vez que los nobles exigieron que se lo entregáramos, o que les hiciéramos sus propias instalaciones…”

“Eso fue todo un fiasco…”

“El primer ejercicio siempre es duro, todos los años. Estoy seguro de que la mayoría de los estudiantes cubren los conceptos básicos antes de ingresar a la academia, pero solo adquieres habilidades practicándolas una y otra vez”.

“Uno solo puede esperar aliados que puedan compartir la carga de trabajo y cubrir las debilidades de los demás… Hoy en día, demasiados adultos, y mucho menos niños, combinan el mero egoísmo con vivir honorablemente como un noble…”

“Ahora que lo pienso…” Elia continuó contando historias de cosas que habían sucedido en la academia, y sus amigos gradualmente se animaron con sus historias. Finalmente, el sol comenzó a hundirse en el horizonte.

“Perdóneme. Mi señor, su cita es debida”.

“¿Ya es hora?”

“Padre, ¿quiere decir que tenía otros planes cuando sabía que iba a traer amigos?”

“Lo siento, Elia. Me reuniré con un compañero de escuela para cenar, uno a quien no he visto en algún tiempo”.

“¿Padre…?”

“¿Qué pasa? Te ves positivamente asombrada”.

“¿Tenías… amigos en la escuela?” La pregunta congeló el aire de la acogedora habitación, reemplazándolo con una tensión palpable.

El rostro de Reinhart se crispó ante el comentario. “¿Por qué dirías eso?”

“Bueno… Nunca antes has ido a visitar a un amigo, y siempre pareces tan infeliz cuando hablas de tu tiempo en la academia”.

“Bien, bueno…” Perplejo, Reinhart se volvió hacia su esposa y su padre, pero solo se encontró con una risa ahogada. Reinhart suspiró, sabiendo que tenía que soportar esta carga él mismo. “No disfruto admitirlo, pero mis días de escuela no fueron muy divertidos para mí. Aun así, tenía un amigo o dos en quienes podía confiar. Tomemos a Elise, por ejemplo. Éramos buenos amigos mucho antes de que decidiéramos casarnos”.

Elise rio. “Ahora que ciertamente trae recuerdos”.

“No lo sabía… lo siento, padre”.

“No te disculpes. Haces que parezca que te compadeces de mí… No te preocupes por eso. Visito a mis amigos de vez en cuando; Simplemente no he visto al amigo con el que estoy saliendo esta noche en mucho tiempo”.

“Entonces, ¿por qué ahora…?”

“Escuché que Ryoma visitó su tierra hace algún tiempo y descubrí que, a pesar de nuestro estatus como nobles y nuestras diferencias profesionales, mi amigo todavía se preocupaba por mí. Pensé que hoy sería un buen día para hacerle una visita”.

“Ya veo…”

Al parecer, se sorprendió bastante al saber de mí. Es una suerte tener un amigo que todavía está tratando de ayudarte después de tantos años. Espero que hagas una amiga así, Elia. No necesita demasiados; sólo uno servirá”.

“Si padre. ¡Pero no te preocupes por eso!” Elia declaró y miró a sus cuatro amigas. “¡Tengo cuatro amigos así aquí mismo, y cinco si incluyo a Ryoma!”

“Elia…”

“Ese es el espíritu”.

“Directo al grano…”

“Joder, ahora me estoy poniendo tímida”.

“Oh… ¿Quizás, en realidad no querían ser mis amigas?” Preguntó Elia, y las cuatro la tranquilizaron riendo.

Los adultos sonrieron cálidamente a las niñas.

“Estoy muy feliz de ver esto. Ya tuviste la suerte de conocer a estas amigas, Elia. Lamento mucho no poder quedarme a escuchar más historias, pero debo irme. Por favor, quédese todo el tiempo que quiera”.

“Sí, me encantaría escuchar más historias”, dijo Elise. “¿Por qué no se quedan todos a pasar la noche? De todos modos, quería hablar sobre el vestido para la próxima fiesta de Elia. Y no solo eso, acabamos de recibir nuevas muestras de los productos de belleza de Ryoma. Se mostró bastante inflexible en cuanto a que proporcionamos comentarios muy detallados. ¿Te importaría darte un capricho?”

“¿Ryoma te envió productos de belleza?”

“Hicimos un pequeño trato hace un tiempo. No negaré mi propio interés en ellos, pero dijo algo sobre lo relevante que era para sus estudios de medicina, algo que ya había aprendido de su abuela. Siempre ha sido muy estudioso. Confidencialmente, estos productos de belleza suyos no solo son fáciles de usar, sino que también son de muy alta calidad”.

“Interesante… Mi madre también estudia medicina, en realidad…”

Con la atmósfera en la habitación aparentemente reavivada, las chicas siguieron charlando alegremente en la noche.