Oukoku wo Tsukuru Koto ni Shimashita

Volumen 2

Capitulo 9: Regreso A La Patria

Ya había pasado el pleno verano.

Regresé a mi ciudad natal y lugar de nacimiento de mi clan, el condado de

Nayvil en la prefectura de Fordoneria. Me sorprendió ver que el castillo de

Nayvil se veía mucho más miserable de lo que había imaginado.

“Oye, Laviala, ¿nuestra antigua sede siempre fue tan pequeña?”

“A mí también me parece lamentable. En ese entonces, pensé que era mucho más grande…”

“Pensé que sentiría al menos algo de nostalgia cuando llegara aquí, pero no es así”.

“Por supuesto que no. Después de todo, no fuiste el señor de este castillo por mucho tiempo. ¿No tendrías más recuerdos en la mansión en la que solías vivir?” Me di cuenta de que tenía razón. “¿Quieres visitar la mansión mientras estamos aquí?”

“No, está bien. Estoy aquí para visitar las tumbas de mi clan”.

“Qué admirable es apreciar tanto su ciudad natal”. El cumplido de Kelara fue genuino, no un intento de burlarse. Incluso parecía feliz.

“Sí, quería hacer algo que realmente complaciera a alguien como tú.

Después de todo, me he alejado un poco de aquí”.

La gente que se fue menospreciada. El clavo que sobresale se clava, como dicen. Debo haber tenido muchos enemigos ahora.

“Así que vine al menos para demostrar que no estoy descuidando mi ciudad natal”.

“Lo sé. Además, parece que te estás divirtiendo”. Kelara parecía haber leído mi mente.

Extrañamente, me encontré derramando algunas lágrimas mientras miraba el castillo donde había sido el señor de unos pocos meros condados.

“Seguro que hice bien en venir de un lugar como este hasta administrar los asuntos del reino. De hecho, supongo que empecé desde una posición aún peor”.

Casi nadie de Nayvil estaba en mi ejército ahora. La mayoría había llegado después de que yo expandiera mi territorio. En otras palabras, no tuve vasallos de mi tiempo en Nayvil. Aunque no es que hubiera mucha gente con este lugar como su ciudad natal…

Escuché a alguien llorar, por alguna razón.

“Kelara, ¿por qué lloras también?” Kelara, que siempre estaba tranquila y serena, tenía lágrimas corriendo por sus mejillas como una dama de la corte.

“Una buena pregunta… ¿Quizás me encontré simpatizando contigo? Debe haber sido una lucha larga y dura”.

Algunos otros también estaban llorando. Fue bastante incómodo ver a otras personas, además de mí, emocionarse.

Me volví hacia mis vasallos y dije: “Todos, gracias desde el fondo de mi corazón por servirme todo este tiempo. Seguro que nunca pensé que llegaría a mi puesto actual desde un lugar como este. Incluso sentí que iba a tener una muerte sin sentido en ese pequeño fuerte que estaba a punto de caer”.

El sol se sentía perfecto cuando brillaba sobre mí. Quizás el clima haya tenido algo que ver con eso, pero esto fue lo más tranquilo que me había sentido en años.

“Después de sobrevivir, luché desesperadamente para hacerme más fuerte. Hice todo lo que pude, incluso ensuciarme las manos. Pero parece que mis esfuerzos finalmente han sido recompensados. Todo esto es gracias a ustedes, a todos los que me apoyaron. No podría haber llegado tan lejos yo solo”. Debe haber sido algo sin precedentes para un regente, pero incliné la cabeza lentamente. “Gracias. Y por favor sigan con el buen trabajo”.

De aparentemente nadie en particular, escuché las palabras, “¡El placer es nuestro!” seguidos de gritos similares uno tras otro.

Sabía que era un hombre egoísta, pero quería luchar junto a mis vasallos todo el tiempo que pudiera.

Al día siguiente, fuimos al cementerio ancestral del clan Nayvil. Las tumbas estaban bien cuidadas, pero ninguna de ellas era muy grande. La posición social de mis antepasados les impidió poder erigir tumbas más lujosas. Eran las lápidas bajas y redondeadas que veías por todas partes. Había pasado por muchas tumbas durante mi expedición, y muchas de ellas tenían este tipo de lápida de pequeños señores.

Esto fue solo una visita, así que no solo mis vasallos estaban conmigo, sino también mis esposas. Lumie era mi esposa legal, así que la tenía a mi lado. A mi otro lado esperaban Seraphina y Fleur.

“He alcanzado el rango de regente, los miembros de mi clan. ¿Cuál soy yo de nuevo, el dieciséis? Haré todo lo posible para que mi línea prospere, comenzando por mí”.

Las personas a mi alrededor estaban ofreciendo una oración junto a mí.

Un silencio se prolongó durante algún tiempo.

“Sabes, estas tumbas podrían renovarse para convertirlas en algo mucho más impresionante. ¿Qué piensas?” Preguntó Lumie. Para alguien de la familia real, este cementerio debe haber sido un verdadero shock. “¿No harías al menos más grandes las lápidas para tener más palabras? Entonces la gente puede celebrar los Nayvil durante muchos años”.

“No, están bien como están, Lumie. Escuché que es desafortunado hacer tumbas demasiado elegantes de todos modos”. Negué con la cabeza y rechacé su sugerencia. “Además, tengo ciertos planes para el futuro. También hay noticias de una hambruna en el oeste, por lo que sería desagradable hacer algo demasiado extravagante”.

El período anterior a la cosecha fue el momento en que los alimentos eran más escasos. Recientemente, las hambrunas han sido especialmente frecuentes.

“Pero eso está fuera del territorio de Su Excelencia. Me refiero al interior de tu territorio, donde están los amigos del antiguo rey”.

“Como regente, tengo que pensar en el reino en su totalidad. Eso es lo que hace un regente”.

Lumie soltó un “Ah…”

“Realmente entiendes tus deberes, cariño”. Seraphina se acercó a mí. “Así es. Aún no has terminado. Tienes que apuntar aún más arriba. Por favor, conviértete en rey pronto”.

“Bueno, eso es lo que quise decir, pero realmente no necesitas decir eso en voz alta…” Haría algo con las tumbas de mis antepasados después de convertirme en rey.

Después de visitar las tumbas, hicimos un recorrido por el dominio en carruaje y, mientras lo hacíamos, la gente me recibió desde el borde del camino.

“Seraphina, tuviste algo que ver con esto, ¿no es así?”

“No fui yo. Este es el trabajo de Fleur”.

Fleur asintió suavemente. “No pude llegar a la capital real por un tiempo, así que quería echar un vistazo a Maust y Nayvil”.

“Eso es muy considerado de tu parte. Muchas gracias.”

El parto había impedido que Fleur llegara a la capital de inmediato, pero parecía que había aprovechado bien el tiempo.

“Además, no lo planeé del todo. Como ciudad natal de Su Excelencia, el condado de Nayvil también ha tenido impuestos más bajos, así que, por supuesto, todos lo aman”.

Me reí de mi gratitud desperdiciada.

“Supongo que sí. No hay mejor señor que uno que baja impuestos”.

“Por supuesto, también eras bastante popular para empezar. No hay forma de que alguien tan joven y hábil en la guerra no tenga la confianza de su gente”.

“Tienes que agradecerle por vigilar bien las cosas mientras estaba fuera”.

Mientras estaba fuera del castillo de Maust, le dejé parte del gobierno a Fleur. Por supuesto, como yo era el señor, la mayoría de los documentos oficiales se habían emitido a mi nombre, pero le dejé parte de la toma de decisiones a Fleur. Así de inteligente era ella. Si ella no hubiera sido mi esposa, me hubiera gustado utilizarla como funcionaria.

“Hice todo lo que estaba en mi poder para cumplir con lo que me pediste, pero creo que muchas personas no estaban contentas con eso. Debe haber muchas personas que piensan que una mujer no debería gobernar”.

Fleur no sonreía mientras hablaba. Hablaba puramente desde un punto de vista burocrático, sin quejarse de la falta de popularidad.

“La gente así encontraría otra razón para quejarse incluso si yo mismo hiciera las cosas. No se preocupe por eso. De todos modos, es normal que la esposa de un jefe de clan haga cosas en su nombre cuando él no está”.

“Sí, eso es verdad. Se remonta al menos ochocientos años a la esposa de un margrave. Cuando miré a través de los registros, encontré al menos diez casos más después de eso”.

Así que incluso buscó precedentes. No quiero sonar lleno de mí mismo, pero había tomado la decisión correcta siendo mi esposa. Viviendo bajo un pequeño clan de nivel vizconde, no habría tenido la oportunidad de demostrar de lo que era capaz.

“Gracias. No puedo esperar a volver al castillo de Maust”.

Después de mi inspección del lugar de nacimiento del clan Nayvil, tenía planes de ir a la capital de mi dominio, el Castillo Maust. Señores de todas partes iban a venir a celebrarme. Como había pasado todo mi tiempo en la capital real, esto también me ayudaría a controlar las cosas. Muchas de las personas que se habían convertido en regentes solo para caer lo hicieron porque descuidaron su ciudad natal.

Fue comprensible. El regente estaba básicamente en lo más alto de la escala vasalla. Su poder real a menudo superó al del rey.

Acostumbrarse tanto a la vida en la capital real hacía que una persona se olvidara de su base de operaciones, y cuando eso sucedía, era probable que alguien apareciera allí con sus propias maquinaciones. Era ese tipo de época. No podías bajar la guardia.

“No creo que haya habido ningún cambio con respecto al Castillo de Maust, pero…” Fleur parecía estar eligiendo sus palabras con un poco de cuidado. “Creo que muchos de los señores circundantes le tienen miedo, Su Excelencia. Durante mucho tiempo, ninguno de ellos ha experimentado tener que obedecer a alguien tan poderoso”.

“Entendido. Intentaré tener cuidado”.

***

No hace falta decir que mi recepción en la ciudad del castillo de Maust superó con creces la del condado de Nayvil. Mi entrada al castillo tenía que ser ceremonial; No podía entrar sin fanfarria. Después de todo, había regresado de la capital real, así que fue un regreso triunfal si alguna vez hubo uno.

“Está llegando, pero todavía no es como la capital real”, murmuré mientras montaba mi caballo a través de la ciudad del castillo. “Algún día, haré que esta ciudad sea aún más grandiosa que la capital, y la convertiré en la nueva capital, o al menos como una secundaria”.

“Algunos gobiernos colapsaron después de que la reubicación de su capital les hizo perder la confianza de la gente. No lo recomendaría del todo”, advirtió Kelara.

“Solo lo estaba diciendo. Además, todo eso depende de Su Majestad para decidir”.

“En efecto. Si alguna vez sugiere que traslademos la capital a Maust, pensémoslo de nuevo”. Kelara ahora se quedó en silencio con la mención del rey.

De vuelta en el castillo de Maust por primera vez en mucho tiempo, esperé el día señalado.

Los señores vinieron uno tras otro, principalmente de los alrededores, para celebrar mi victoria contra la catedral de Orsent. Incluyendo aquellos con territorios más pequeños, había unos cuarenta, más de lo que pensaba.

Algunos de ellos, como el esposo de mi hermana Altia, Brando Naaham, y el padre de Seraphina, Ayles Caltis, eran prácticamente mis compañeros de clan. Creí que les había dado rangos adecuados a esa relación. El hermano de Fleur, Meissel Wouge, también era más o menos familiar, aunque técnicamente solo era mi general.

Ante los señores, que estaban alineados, me senté y dije magnánimamente: “No hay mayor honor como regente que todos ustedes celebren mi victoria”.

Sin embargo, vi a uno de ellos que no parecía muy emocionado. Fue Brando, el marido de Altia. ¿Por qué estaba tan amargado?

“Mi cuñado, creo que esta gloriosa victoria es verdaderamente magnífica”, me dijo Brando. “Sin embargo… debo preguntar… ¿no es un poco extraño cuán alta es tu silla?”

“¿Mi silla? Ahh, lo cambié para adaptarme a mi nuevo estatus de regente. Si no me comporto como regente, la gente podría pensar que estoy faltándole el respeto a la autoridad real”.

Brando no pareció satisfecho con eso. “Correcto. Pero esto… ¿no nos hace parecer que somos sus vasallos, en lugar de sus aliados…?”

Ahh, de eso se trata.

Ahora sabía lo que quería decir Brando. En otras palabras, pensó que los señores eran puramente mis aliados, en lugar de ser una relación de vasallo y señor. Para ser justos, no importa cuán grande sea la diferencia en nuestra cantidad de tierra o soldados, eso no significaba que Brando y yo tuviéramos una relación de vasallo y señor. Todos éramos señores independientes.

Entonces, ¿a quién sirvieron? Por supuesto, fue el rey. Todo el mundo estaba por debajo de Hasse I ahora. Por tanto, el descontento de Brando no carecía de fundamento. Incluso si yo fuera regente, no tenían por qué considerarme su señor. Básicamente, pensó que estaba siendo engreído.

Ahora sabía exactamente por qué Fleur estaba preocupada. Mis “aliados” aquí estaban nerviosos de que pudiera comportarme como si fuera su señor. Estas personas habían vivido sus vidas como señores independientes, nunca antes explícitamente por debajo de otra persona. Incluso si se hubieran rendido en la guerra, incluso si hubieran sido obligados a ser aliados casi vasallos de un señor mayor, habían vivido orgullosamente con el rey como su único señor formal.

Pero luego yo, un personaje sin precedentes en esta tierra, me convertí en regente, por lo que vieron mi regreso con sospecha. Preguntándome si los iba a subyugar.

De hecho lo estaba.

Voy a subyugarlos e incorporarlos a mis propias fuerzas. Si al menos no puedo hacer eso, no puedo luchar contra los señores occidentales a los que huyó el antiguo rey.

Un enfrentamiento entre el este y el oeste estaba a punto de ocurrir en el reino. Los señores más poderosos del oeste se unieron, con el ex rey Paffus VI como su emblema.

—Parece que tienes un lío que limpiar, después de todo. Esto es como lo que hicieron Settsu y Harima.

Tú también experimentaste esto, ¿eh? Bueno, esto es lo que sucede cuando intentas obligar a las personas a someterse.

—Mucha gente se levantó contra mí, por cierto. Tuve problemas con algunos de ellos, pero los fui anotando uno por uno. Los bastardos tontos que no saben cuándo y cuándo no pelear pueden irse al infierno.

Todo esto me había ayudado a tomar una decisión.

Perdóname, Altia, pero si Brando se vuelve en mi contra, pelearé con tu esposo.

Por supuesto, preferiría que eso no sucediera, pero al mirar a los ojos de Brando, pensé que sería difícil de evitar.

“Mi cuñado, ¿puedo darme tu respuesta?” Brando preguntó de nuevo, con más fuerza esta vez. “Por supuesto, queremos luchar juntos contigo, pero nuestra tierra no es tu tierra. Sería feliz si pudiera confirmarnos eso”.

Los ojos juveniles de este señor se parecían a los míos. No era algo que dijera que solo quería proteger su propia tierra; más bien, tenía el rostro de un hombre que anhelaba expandirse más y más si podía. Y por eso no podía trabajar debajo de mí.

Mi suegro Ayles Caltis y sus aliados también miraron mi rostro con inquietud.

Les levanté la palma de la mano, como para explicarme. Sin embargo, no actué presa del pánico. Después de todo, yo era el regente. No soy como ninguno de ustedes.

“No temas, porque no codiciaré tus tierras. De hecho, proteger sus tierras es mi deber como regente de Su Majestad. Todos lo tenemos como nuestro único señor”. Brando exhaló como si mis palabras finalmente lo hubieran aplacado, pero todavía me miraba con atención. “De ahora en adelante, puede que tenga que ir a la guerra en nombre de Su Majestad. Ciertamente me gustaría contar con su cooperación en ese momento”.

Con eso, las cosas se calmaron. Sin embargo, ahora estaba mayormente convencido de una cosa: en algún momento, habría asesinatos entre mis fuerzas y algunas de las personas aquí. Para unificar el reino, tendría que eliminar a algunos de mis antiguos amigos.

“¿Está su esposa aquí hoy?” Yo pregunté.

“Si. Ella está deseando verte. Creo que en este momento le están mostrando el patio”. La expresión de Brando se suavizó.

“Dile que me encantaría verla”.

***

Altia subió a mi habitación. Los rappas mantenían una estrecha vigilancia alrededor del perímetro, por lo que incluso si hubiera un espía de Naaham, no podrían llegar hasta aquí.

El cabello de Altia había crecido desde la última vez que nos vimos, haciéndola lucir más femenina.

“Eras solo una niña antes de casarte, y ahora mírate”.

“Bueno, ahora soy una mujer joven. Yo también tengo una hija”, dijo Altia, riendo. Brando fue realmente un hombre afortunado de tenerla como esposa. Eso es lo mucho que pensaba en él.

Hablé con Altia durante un tiempo sobre los viejos tiempos. Nuestros recuerdos no eran de aquí, sino de Nayvil, por lo que casi se sintió como una escapada de vacaciones de hermano y hermana.

“Se siente tan extraño, eres regente y todo el reino se humilla ante ti”. Ella se rio mientras disfrutaba de un té.

“Los haré arrastrar aún más”, dije, y luego me puse serio. “Altia, si es posible, quiero que convenzas a tu esposo de que se incline ante mí”, le imploré. “Como regente, estoy en una posición de liderazgo sobre Brando. Quiero que hable con él para que no eluda esa responsabilidad. Si me desafía, no le servirá de nada”.

Era arriesgado preguntar. Siempre existía la posibilidad de que Altia le contara a Brando sobre esto, poniéndolo en guardia. Sin embargo, le pregunté porque pensé que haría lo que le dije, bueno, en realidad no.

No quería traicionar a mi hermana. Al menos quería decir lo que pensaba con ella, mi pariente de sangre. En el futuro, indudablemente podré confiar en menos personas que nunca, una consecuencia inevitable de escalar la jerarquía social.

Altia se quedó callada por un momento, pero finalmente asintió lentamente.

“Si no fuera por ti, habría muerto hace mucho tiempo. Así que quiero hacer lo que quieras”.

Era demasiado pronto para sentirse aliviado. Altia no había terminado.

“Pero si mi esposo todavía trata de desafiarte… entonces haré lo que creo que es mejor. Ahora soy una mujer de Naaham, ya sabes”.

Me estaba mirando directamente a los ojos, como para demostrar que no se sentía mal por lo que había dicho. No pude evitar reírme a carcajadas.

“¡Oh vamos! Eso no es algo de lo que reírse”, hizo un puchero Altia, pensando que me estaba burlando de ella. Lo suficientemente justo.

“Lo siento, lo siento. Realmente eres mi hermana. Eres como yo. Si tan solo mi hermano tuviera un poco más de coraje también”.

Se mantuvo firme incluso frente al regente. Y como alguien que se había casado con otro clan, había dado la respuesta correcta. Altia estaba cumpliendo con su deber.

“Altia, seré franco contigo. Voy a unificar este reino. Voy a crear una era sin conflictos en ningún lugar del reino”.

“Eso suena como un sueño”.

“Ser regente también es como un sueño”.

Altia asintió un poco, como si le concediera el punto.

“Con ese fin, necesito la cooperación de los señores de Fordoneria. Brando es mi cuñado. Si me da todo, le concederé tal vez tres prefecturas. Entonces…” Me llevé la mano al pecho y dije: “No importa lo que hagas, haz que tu esposo se someta a mí. Voy a seguir conquistando para que tengan confianza en lo que dije. Dentro de diez años, estaré en la cima de este reino”.

Altia se levantó de su asiento. “Su Excelencia, muchas gracias por su hospitalidad. Me siento muy honrada”. Habló muy formalmente, pero pronto se rio a carcajadas. “No has cambiado ni un poco. Eres tan egoísta y salvaje como siempre, pero el hecho de que seas regente significa que el futuro de este reino te necesitaba”.

Altia se acercó y besó suavemente mi mejilla. Para un miembro de la familia, era una muestra normal de afecto.

“Por favor conviértete en rey. Cuando lo hagas, no sé cuál será mi estado, ni siquiera si estaré viva, pero creo que debes ser rey. Estar debajo de alguien es demasiado restrictivo para ti”.

“Oh, lo hare.”

Me puse de pie también y abracé a Altia con fuerza.

Qué ridícula conversación de hermano y hermana. La conversación normal no era para nosotros aparentemente.

“Estoy muy orgulloso de ti, hermano. Solo hay un problema”.

“¿Qué problema sería ese?”

“Te mueves con las mujeres demasiado rápido”.

Eso tuvo mucho impacto, viniendo de mi hermana…

“Oh, eso… Verás, con mi puesto, sería malo si no tuviera un heredero, así que… Eso no significa exactamente que sea un mujeriego o algo así…”

“No estaba diciendo que fueras un mujeriego, pero en el momento en que te das cuenta de que una mujer es buena en algo, te enamoras de ella al instante”.

¿Cuánto sabía ella sobre esto…?

“Señorita Kelara, seguro. Y puedo decir por la forma en que miras a uno de los vasallos que trajiste contigo, algo sucedió con esa mujer Yanhaan”.

“¿Estás tú misma deduciendo esto en serio? No me estás espiando, ¿verdad?”

“Simplemente te conozco muy bien. Simplemente, antes no estabas en condiciones de cortejar mujeres. Ahora que eres regente, no puedes controlarte”.

Las habilidades de observación de mi hermana fueron increíbles.

“Tendré más cuidado…” No estaba seguro de si realmente podría, pero eso fue todo lo que logré decir.

“También tengo otra petición para ti”.

“¿Qué es? Sea lo que sea, no te reprimas, aunque en este momento no creo que lo hagas”.

“También quiero hablar con la señorita Laviala. Ella era como una hermana para mí, después de todo”.

Oh. Eso es algo que puedo apoyar.

“En realidad, ella ya está aquí como guardaespaldas”.

El armario de la habitación se abrió con un chirrido. Allí estaba Laviala, con lágrimas en los ojos.

“¡Es un placer volver a verla, Lady Altia! ¡Mira lo hermosa que te has vuelto!” Abrazó a Altia con fuerza. Muy apretado de hecho.

“Señorita Laviala, por favor siga cuidando a mi hermano”.

“¡Por supuesto que lo hare! ¡Toda mi vida está dedicada a Lord Alsrod!”

Fue extraño escuchar esto junto a ellas.

“Creo que seguirá teniendo más esposas, pero por favor, aguántenlo”.

“¿Eh? Ah… Sí… ya me he rendido en ese frente”.

¿Qué quiso decir ella con eso…?

“Dime”, le interrumpí, “ya que estamos aquí, ¿por qué no abrimos una botella para celebrar la ocasión?”

Después, los tres compartimos historias y nos pusimos al día. Sentí que esa habitación había retrocedido completamente en el tiempo.

Seguramente nunca más podríamos tener una ocasión así. Para que todos podamos reunirnos en la felicidad dentro de diez o veinte años, se necesitarían varios milagros. Pero disfrutamos el momento para poder olvidarnos de esas cosas.

Solo por ahora, retrocedamos diez años.