Fushi no Kami (NL)

Volumen 3

Capítulo 1: Aviones de Papel

Parte 4

Nos separamos en dos grupos: el equipo de investigación de ladrillos y el equipo de fabricación de aviones. Yo era miembro de este último junto con Hermes y Lady Reina.

En primer lugar, decidimos visitar al Sr. Quid. Como lo conocía desde hacía tanto tiempo, siempre me aseguraba de consultarlo cuando necesitaba algún material.

El antiguo vendedor ambulante era ahora un comerciante orgullosamente independiente con su propia tienda. Era casi irreal lo mucho que estaba prosperando su negocio. Cuando abrió su tienda por primera vez, nos informó con gratitud que sus negocios también se habían expandido a ciudades en otros territorios.

“¡Ash, es bueno verte! ¿Cuál es la ocasión? ¿Necesitas mi ayuda?

¡Intentaré dar lo mejor de mí!”

Siempre había sido una persona amable, pero desde que abrió su tienda, su servicio se había vuelto cada vez más agradable y generoso. Saludó a todos sus clientes, incluido un niño como yo, con una gran sonrisa sincera. Una actitud profesional como esa seguramente mantendría bien custodiado su pequeño castillo. El vendedor ambulante que se había llevado el pequeño cambio de los aldeanos ya no existía. Quizás esto era lo que se quería decir con el dicho de que “La posición social hace al hombre”.

“¡Sí! De hecho, hay algo que quería hacer, así que he venido a buscar los materiales que necesito”, le respondí.

Mientras declaraba mi propósito, los agudos ojos del Sr. Quid brillaron. “¡Oh! Ha pasado un tiempo desde que hiciste algo nuevo… Aunque he oído que has estado ocupado fuera de las murallas de la ciudad. De todos modos, ha pasado un tiempo desde que viniste a mí. ¿Qué planeas hacer?”

Si bien su actitud se mantuvo tan amistosa como siempre, sus ojos me miraron como si hubieran encontrado una presa. Ese no era el aspecto que solía tener cuando compraba aquí.

“Quiero hacer un juguete que pueda volar en el cielo”.

Puede que solo haya sido el primer paso hacia la tecnología aeronáutica, pero según mis recuerdos de vidas pasadas, también era un juguete que se usaba con fines educativos.

“¿Un juguete? ¿Qué puede volar? ¿Te refieres a un boomerang?”

“Pues sí, algo parecido. Supongo que se podría decir que es un sucesor del boomerang”.

“Ya veo. Como siempre, estás un paso por delante. No estoy seguro de haberlo entendido del todo”.

Parecía que había despertado su interés y quería saber más detalles. Verlo rebosante de curiosidad fue un recordatorio de sus días como vendedor ambulante. Aunque todavía podría considerarse un vendedor ambulante, dado que él mismo estaba participando activamente en el comercio con otros territorios.

De cualquier manera, se sintió atraído por cosas nuevas e inusuales. Personalmente, también agradecí la oportunidad de despertar el interés en la posibilidad de volar, y tal vez incluso obtener ayuda de una variedad de personas.

“Te informaré una vez que esté completo. Me encantaría mostrártelo”, le dije.

“¡Oh muchas gracias! Bueno, entonces, con anticipación, ¡déjame darte un descuento! ¡Ya estoy deseando verlo!”

Nos condujo con rostro radiante hacia el almacén, donde guardaba varios materiales. Como estaba dispuesto a darnos un descuento, también tenía una sonrisa brillante en mi rostro.

“Primero, necesitamos papel o tela de buena calidad. Luego, madera suave y clara. Y finalmente, laca o cualquier otra cosa que actúe como adhesivo”.

“Hmm, ven por aquí, por favor. ¡Realmente no puedo esperar a ver lo que harás!”

Planeaba hacer el esqueleto del avión de papel con goma elástica con madera y luego darle carne con papel o tela. Conseguir la forma correcta fue bastante fácil, pero necesitaba el equilibrio y el peso adecuados, así como alas con una longitud ajustada correctamente. Aun así, si logramos que sea liviano en su conjunto, las medidas no necesitan ser demasiado exactas.

El principal problema era que en este mundo no había caucho. Y dado que esa era la fuente de energía del avión de papel, significaba que no había motor para hacer girar la hélice. Fue el mismo problema que enfrentamos a la hora de hacer un avión real.

Sin embargo, tenía dos planes de respaldo. El primero fue inventar una excusa y, en cambio, hacer un parapente sin motor. El segundo fue encontrar una forma alternativa de hacer girar la hélice sin importar nada.

“¿Podrías mostrarnos algunas cuerdas hechas con tendones o tripas de animales?”

Estaba pensando en utilizar materiales de origen animal que se utilizan normalmente para arcos e instrumentos como sustituto.

“De hecho, tengo algunos en stock de su aldea”. “¿De Ban?”

“¡Sí! Y tal vez también Jigil”.

Jigil se había convertido él mismo en un buen cazador. Si era posible, quería elaborar el modelo con materiales reunidos por mis queridos amigos de mi ciudad natal.

Después de elegir los materiales para el prototipo, Hermes los miró mientras hacía pucheros. “No puedo ver ningún metal, y mucho menos hierro”.

“Quiero decir, el metal sería demasiado pesado”.

Incluso un modelo a pequeña escala requeriría un motor eléctrico de alto rendimiento para volar si hiciéramos el esqueleto de metal. Incluso el aluminio habría sido demasiado pesado.

“¿No estaba hecho de hierro lo real? ¿O al menos algo de metal?” Preguntó Hermes.

“Hasta donde yo sé, no todo el avión estaba hecho de hierro. Durante mucho tiempo, el material más utilizado fue una aleación ligera de aluminio”.

Había recordado esta información cuando mi vida pasaba ante mis ojos durante la pelea con el Señor Hombre Lobo.

En la Gran Guerra, el aluminio se consideraba un recurso táctico, ya que era el material principal de las aleaciones de aluminio utilizadas para la aeronave. Era posible refinarlo a partir de bauxita, pero se necesitaba una gran fuente de energía eléctrica. En este mundo sin centrales eléctricas, la amplia circulación del aluminio como monedas blancas solo fue posible gracias a los hombres lobo. Una vez refinado, el aluminio era un metal útil, de fácil procesamiento. Fue una pena que no se hubiera utilizado en todo su potencial en este mundo.

“¿Aluminio? Sí, eso es ligero, pero tampoco muy resistente”, señaló Hermes.

“De hecho, da un poco de miedo pensar en volar por el cielo con eso,

¿verdad? Pero antes de la aleación de aluminio, los aviones solían estar hechos de madera y tela”.

Sin palabras, Hermes miró la madera y la tela frente a mí. Sí, los usaremos para volar.

“Nuestros antepasados fueron increíbles…”

“Ser el primero en lograr algo realmente te hace ganar respeto”.

Sin duda, nuestros antepasados tuvieron sus propios sueños, al igual que Hermes. Y también debe haber habido personas que los ridiculizaron. No obstante, perseveraron y triunfaron. Fue un logro sobresaliente y sin duda muy valorado, que posteriormente se plasmó en libros. Se conservó para que cualquiera que tuviera el mismo sueño pudiera volver a cumplirlo, incluso después de que la civilización hubiera decaído.

“El primero en tener éxito…”

Hermes estaba apretando la mandíbula. Su mirada era de admiración por las personas enterradas en las arenas del tiempo, pero sus ojos también estaban llenos de celos hacia aquellos que tenían el honor de ser los primeros.

“Maldita sea, estoy celoso”.

“Sí, es irritante. Hagamos nuestro mejor esfuerzo para que en el futuro otros nos envidien”.

No tuvo más remedio que dejar el título del primer humano en volar a alguien de la antigua civilización. Sin embargo, nadie había reclamado aún el título de la persona que revivió la tecnología perdida de volar.

“¿No es maravilloso? Puedes ser la primera persona en revivir una tecnología fantástica robada por el tirano llamado tiempo. Imagino que habrá mucha gente mirando al cielo y envidiándote en el futuro”.

“… Eso suena bien”. Hermes relajó su expresión con una sonrisa de satisfacción. “Supongo que me conformaré con eso”.

Necesitaba ayudar al ahora completamente motivado Hermes lo mejor que pudiera para que pudiera obtener ese título correctamente.

Después de terminar nuestras compras, Hermes, Lady Reina y yo nos dirigimos hacia los prisioneros fuera de la muralla de la ciudad. Por supuesto, tuvimos el permiso de la Sra. Rihn en su calidad de supervisora de la academia.

Tras el incidente del Señor Hombre Lobo, la percepción pública de los prisioneros había cambiado. Fueron elogiados por correr a la granja e informar a los agricultores del peligro inminente. Los ciudadanos habían llegado al consenso de que, si bien los presos habían cometido delitos en el pasado, en la actualidad estaban haciendo un trabajo serio y no había necesidad de condenarlos al ostracismo. Incluso hubo algunas personas que los saludaron casualmente.

“¡Si no es Ash!” Belgo, que estaba lavando ropa en el río, se enjuagó la espuma de las manos antes de ponerse de pie.

A los prisioneros de aspecto duro les gustaba mantener las cosas limpias y se habían convertido en algunas de las personas más ordenadas de toda la ciudad. Después de recibir el jabón y poder cocinar al gusto de su corazón, habían tomado conciencia de su higiene. Aunque sus ropas eran viejas y gastadas, siempre estaban recién lavadas y limpias. Incluso entre los ciudadanos, tenían la reputación de no parecer prisioneros en absoluto. Desafortunadamente, su trabajo fue tan duro como siempre.

“¡Buenas tardes a tus amigos también!” Según sus estándares, Belgo demostró ser muy educado con Hermes y especialmente con Lady Reina, quien siempre se veía bien educada. ¿Cómo es que nunca se ha comportado así conmigo?

“Hoy eres todo un caballero, Belgo” comenté.

“Eso es porque has traído invitados”. Se rio con desdén, como diciendo que no tenía la intención de mostrarme cortesía.

Me sentí un poco molesto. Era como si un gato a quien yo había acariciado repentinamente mostrara afecto hacia otra persona. Solo que en este caso, el gato era un hombre de mediana edad de aspecto rudo, por lo que el nivel de mi molestia fue de unos nueve dígitos después del punto decimal.

“Entonces, ¿necesitas algo?” Preguntó Belgo. “Sí, necesitamos ayuda con la carpintería”.

“¿Vas a hacer algo divertido de nuevo?” Belgo se echó a reír mientras llamaba con voz profunda a otro prisionero llamado Am.

Solía ser carpintero. Nació como el cuarto hijo en la casa de un artesano, donde se formó con su padre junto a sus hermanos. Sin embargo, el hijo mayor heredó el taller, y todos los puestos de aprendiz fueron ocupados por los otros hermanos, por lo que fue el único que quedó fuera. Sin ningún lugar a donde ir, salió de la casa, buscando trabajo en varios pueblos y ciudades, pero fue en vano. Cuando ya no pudo soportar más el hambre, recurrió al robo, lo que lo llevó a su actual situación de prisionero.

Am me había contado su historia mientras reparaba mi arco. Al parecer, había muchos terceros o cuartos hijos de artesanos en una situación similar entre los prisioneros. Dado que nunca habían experimentado hambre durante su infancia, la mayoría de ellos fueron arrestados por delitos menores, como robar comida. Aquellos que no conocían fronteras y cometían delitos graves fueron instantáneamente condenados a muerte. Independientemente, los prisioneros aquí eran un grupo de personas capacitadas que estaban listas para ayudarme cuando los necesitara.

Cuando le pregunté a Am si estaba dispuesto a mostrar sus habilidades para trabajar la madera, el antiguo aprendiz de carpintero aceptó felizmente. “Si puedo ser de alguna ayuda para ti, ¡seguro! ¡Dime qué tengo que hacer!”

Si bien a Am se le había negado la vida como carpintero debido a las circunstancias de su familia, todavía amaba el oficio. En ese sentido, era como muchos de los otros presos que tenían un fuerte temperamento artesanal. Ésta puede haber sido una de las razones por las que disfrutaban tanto cocinando.

Sin más demora, le mostré el libro que había traído del templo y le expliqué qué era un avión. También mostré los planos del modelo de avión que había dejado en mis notas de investigación. Con esa información, le pedí que elaborara el marco de esqueleto hecho de madera.

“¡Jaja! ¿Esto volará? ¡Jajaja! ¿En serio? Eso es bastante”. Am estaba lleno de admiración.

“Esta hélice y la forma de las alas son bastante difíciles de hacer. Incluso el más mínimo error podría hacer que el avión no pudiera volar. Si es posible, ¿podría hacer varios modelos diferentes?”

“Ya veo… Este es un buen desafío. Parece simple, pero muy bonito”.

Mientras Am inspeccionaba con entusiasmo la ilustración del avión, Hermes estaba ansioso por intervenir. “Sí, es hermoso. Aunque no es nada llamativo, no puedes sacártelo de la cabeza una vez que lo has visto”.

“El chico tiene razón. ¿Y dijiste que esto puede volar? ¡Dudo que en casa hayan recibido solicitudes tan interesantes como esta!”

“¿Cierto? ¡Podrías buscar en todo el reino y aún seríamos los únicos en hacer esto!”

“¡Jaja! ¡Ese es el espíritu! ¡Pongamos esto en marcha!”

Los ojos de Hermes y Am brillaban. Esos ya no eran los ojos de un niño y un hombre de mediana edad, sino los de dos niños perseguidores de sueños.

Cuando empezaron a hablar sobre el proceso de hacer el modelo, Lady Reina mostró una sonrisa irónica. Su expresión se parecía menos a la de una niña y más a la de una mujer madura y preocupada. “Me pregunto si estarán bien. Estoy un poco preocupado con solo verlos hablar a sí mismos en un frenesí”.

“Los hombres son así. No importa la edad que tengan, siempre tienen una parte infantil dentro de ellos”, le aseguré.

“¿Es eso así?” Poco después de preguntarme, parecía haberse convencido de la respuesta. “Sí, ese puede ser el caso”.

“¿Por qué te convenciste después de mirarme?”

Teniendo en cuenta que tenía recuerdos de mi vida pasada, sentí que era un caballero bastante tranquilo.

Lady Reina se aclaró la garganta y pasó por alto mi pregunta. “Realmente no he sido de mucha ayuda hasta ahora. ¿Estás seguro de que debería estar aquí?”

“Aquí es donde necesitaré tu ayuda ahora”.

Saqué un transportador y una regla y se los entregué a la preocupada Lady Reina. En este mundo donde los artesanos fabricaban cosas confiando en su experiencia e intuición, esos eran artículos raros que solo usaban unos pocos investigadores selectos. Los transportadores eran tan escasos que tuve que hacer uno yo mismo con la ayuda de los prisioneros.

“Quiero que compares el modelo de avión de prueba con los planos. Puede utilizarlos para medir las curvas de las alas y la hélice y anotar los datos con el mayor detalle posible”.

Esta tarea parecía perfecta para Lady Reina, que era excelente en matemáticas.

“Eso parece difícil. ¿Crees que puedo hacer esto?” ella preguntó.

“Estarás bien. No estamos escribiendo un libro detallado como los de la biblioteca del templo. Es solo una nota para realizar un seguimiento de lo que probamos hasta ahora y cómo funcionó. ¡Pruébelo y considérelo como práctica por ahora!”

Cuando le entregué las herramientas de escritura, mostró esa sonrisa tranquilizadora que hizo que todos los chicos se enamoraran de ella. “Ya veo. En otras palabras, debería limpiar después de que los chicos hayan hecho un desastre”.

“Es muy propio de ti decirlo de esa manera”.

“Gracias.” Ella sonrió. “Aunque no tengo la suficiente confianza para decir que podré limpiar después de ti… voy a dejar eso a Maika…” Su mirada ahora traviesa vagó de mí hacia Hermes. “Este puedo manejarlo de alguna manera. ¡Déjamelo a mí!”

“Estoy contando contigo. También ayudaré con la fabricación, así que si tienes alguna duda sobre el formato, no dudes en preguntar”.

“Servirá. Al principio probablemente habrá muchas cosas que no sé”.

En preparación, comenzó a inspeccionar las herramientas de escritura. Después de examinar el transportador y la regla durante un rato, pareció darse cuenta y volvió la cara hacia mí.

“Me acabo de dar cuenta de que también quiero ver la máquina volando en el cielo”.

Lady Reina tenía una mirada en su rostro como si hubiera descubierto una nueva flor floreciendo en el jardín que siempre visitaba.